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Acompáñeme si es tan amable en el Antiguo Testamento, al libro de 1 Samuel. Y quiero compartir con usted lo que veo aquí como el perfil de una mujer piadosa, llamada Ana. Creo que han pasado por lo menos tres o cuatro años desde que enseñé un mensaje especial acerca de esta mujer en particular, en un servicio de domingo por la mañana, en un día de las madres. Y el mensaje tuvo un impacto tan grande que conforme lo pensaba y hablaba con mi esposa Patricia, ambos estuvimos de acuerdo en que sería bueno si pudiéramos refrescar nuestras mentes con respecto a esta persona muy amorosa y especial, llamada Ana.

Ella nos presenta el patrón de una madre piadosa. Y no vamos a tomar el tiempo de desarrollar todo lo que potencialmente está aquí en el texto, pero por lo menos tomar la superficie de algunas cosas muy, muy importantes. Obviamente estoy muy preocupado por lo que le está pasando a la familia estadounidense el día de hoy, como compartí con ustedes hace unos meses atrás en nuestro estudio de Efesios, me es sorprendente pensar que tan solo 7%, esto es 7% de la gente de Estados Unidos, viven en una familia tradicional con el padre como el que gana el pan, y una madre que es la que atiende la casa. Realmente es sorprendente.

Apenas recientemente, la Conferencia de la Casa Blanca de La Familia cambió su nombre. Cambiaron el nombre a la Conferencia de la Casa Blanca de Las Familias, porque no querían que nadie supusiera que pensaban que solo había un tipo de familia con un padre hombre y una madre mujer. Sorprendente.

Mencioné esta mañana que pasé la semana con el Dr. Basil Jackson, y así fue. Él es un psiquiatra de Milwaukee, Wisconsin, y me dijo esto, él dijo, “Un niño llegará a su desarrollo psicológico completo y maduración en la vida adulta, a menos que ese niño haya tenido una madre en el hogar.” Esa es una afirmación bastante fuerte como para que la haga un psiquiatra. Es absolutamente esencial para la vida de un hijo que tenga una madre en el hogar, que haya una perspectiva correcta en el hogar. Pero sabemos que el hogar se está despedazando.

Un artículo reciente, hablando del asunto de lo que está pasando con las bodas, dice, “En muchas bodas, ‘mientras que ambos vivamos’, ha sido reemplazado por, ‘mientras que ambos amemos’.” Muchas parejas sienten que la última afirmación es más realista. Dice un ministro episcopal de Akron, Ohio, “Los jóvenes de 19, 20, 21 no están dispuestos a hacer el compromiso hasta que la muerte nos separe. No están pensando en su aniversario de plata o de oro, lo que quieren estar haciendo ahora es más importante para ellos de lo que va a pasar cuarenta años a partir de ahora. Y entonces quieren sustituirlo con, ‘mientras que ambos amemos.” La gente está entrando al matrimonio esperando que van a querer salirse.

Los padres han evitado su responsabilidad en el hogar. El mes pasado en el periódico Rochester Times Unión estuvo este artículo. Cuando las victimas del invierno son finalmente identificadas, la lista va a ir más allá de los dueños de hoteles de esquís, de los que esparcen la sal, y los que empujan la nieve. En algún punto en la parte de arriba va a haber madres que trabajan y sus hijos, especialmente sus hijos. Las madres, y algunos padres que tienen trabajos o compromisos inflexibles afuera del hogar, han enfrentado el dilema casi en pánico, acerca de qué hacer cuando sus hijos se enferman. La inflación tiene a los padres hablando de la supervivencia y mantienen que sus hijos simplemente van a tener que entender que sus trabajos vienen primero, inclusive si el niño está enfermo.

“Realmente es un problema,” me confesó una madre. “Mi trabajo me es importante y la familia se ha acostumbrado al ingreso adicional. Mi marido tiene un trabajo muy bueno, y no puedo esperar que él tome tiempo de descanso, pero yo tampoco puedo. Yo estoy compitiendo con personas que no tienen la misma responsabilidad. Y entonces, no me gusta decirlo, pero en la mayoría de los casos, mando a los niños a la escuela aun si están enfermos.” El número de hijos enfermos en la escuela ha creado ansiedad. La madre está ansiosa en el trabajo si su hijo está enfermo en la escuela o está solo en la casa y se siente ansiosas. Cuando se quedan en casa, porque se preocupan acerca del trabajo. Si se toman sus días por enfermedad, por el beneficio de los hijos enfermos, entonces van a tener que ir al trabajo cuando ellas estén enfermas. Desde la perspectiva del hijo, la opción no es mejor. O él tiene que enfrentar el día enfermo en la escuela, o enfrenta la soledad en el hogar.

La sugerencia del artículo es que podríamos tener un banco de cuidadores de niños, administrado por una agencia como una fundación de caridad, o una iglesia. Consistiría de hombres y mujeres disponibles para cuidar a niños para emergencias como esas, así como los maestros sustitutos. Ahora, esto se ha vuelto un problema tan serio en una escuela, que han enviado una carta a casa definiendo los síntomas que no son aceptables en el salón de clases. El mensaje es fuerte y claro, las escuelas no quieren a los niños que vengan, si deben estar en cama.

¿Pero qué está pasando con los hijos que deben quedarse en casa? Aparentemente más y más padres están dejando a sus hijos de edad de primaria, enfermos en casa, solos. “Yo conozco de manera personal,” dice el escritor, “de niños de ocho, nueve y diez años de edad, y he oído de algunos tan chicos como siete años que se quedan en casa solos hasta las 3 o 4 de la tarde, cuando una cuidadora llega o un hermano o hermana mayor llega a casa de la escuela. Para la mayor parte del día estos niños literalmente están atendiéndose a sí mismos, para recuperar su salud por sí solos.”

‘¿Probablemente piensas que es terrible?” recientemente me dijo alguien que se acaba de divorciar, moviendo sus hombros. “Pero no tengo opción más que dejar a mi hijo solo en casa. No puedo conseguir ayuda. Me quedé en casa un par de días y la gente en el trabajo fue bastante comprensiva, pero ahora percibo que la paciencia de mis jefes se está acabando. Y simplemente no puedo afectar mi trabajo.’ “Las mujeres con las que hablo no están contentas con estos arreglos, me dicen que se sienten ansiosas.” Espero que así sea. 

Y después la sugerencia que se presenta es que necesitamos conseguir un servicio de ‘renta una abuelita’, ‘renta una cuidadora’, ‘renta un padre’, o como lo quiera llamar. Y una madre con un niño enfermo podría llamar a un número general y describir su problema. Y por una cuota les enviarían a una abuelita alquilada. Ciertamente beneficiarían no solo al grupo en la escuela que se contagia, sino también al niño enfermo que necesita la compañía cálida que lo apoye. ¿Quién vive bajo la ilusión que alguien llamado ‘rente un abuelito’ va a traer una compañía cálida que ayude y que apoye al niño? Pero apunta al hecho de que estamos enfrentando un tiempo increíble en nuestra sociedad, cuando los niños están descendiendo rápidamente en la lista de prioridades.

Esta es la maldición de nuestra sociedad. Y con una conferencia en la Casa Blanca, que está por venir, de la familia, va a haber otro golpe devastador para la familia. Están llenando a los asistentes de la conferencia con homosexuales, simplemente por grupos enormes, números increíbles de ellos, promoviendo que la familia real no es el único tipo de familia, que las familias pueden ser cualquier tipo de personas que escojan vivir en una casa, de cualquier manera. Es una cosa trágica y triste. Realmente no sé cuál es la respuesta para el mundo. No creo que hay una, pero para la iglesia ciertamente es una reafirmación de lo que la familia debe ser. Pero en el mundo, un griego antiguo, llamado Demóstenes tuvo una idea interesante. Él sugirió que cuando un niño cometía un error en la escuela, uno de los padres debía recibir disciplina corporal, quizás esa es una sugerencia buena.

Es un día triste en el que vivimos, uno de cada doce niños es un niño golpeado. Un escritor dijo, “Ninguna nación jamás es más grande que sus madres, porque ellas son las que hacen a los hombres.” Los rabinos solían enseñar, Dios no puede estar en todo lugar en todo momento, por lo tanto, hizo a las madres. Tienen un lugar muy especial en la sociedad, una prioridad muy elevada. La Biblia exalta la maternidad. Sara, Raquel, Jocabed, Débora, Rut, Elisabet, María, la maternidad es algo grande y maravilloso.

Pero para esta noche, y de manera muy breve, quiero que veamos una madre llamada Ana, en 1 Samuel. Pensamos que vivimos en un tiempo difícil en la actualidad, y en muchas maneras así es, pero el tiempo en el que vivimos en la actualidad no es más difícil del tiempo en el que Ana vivió. Fue el período de los jueces en Israel, y la situación en Israel era extremadamente difícil. Sansón había muerto, y con la muerte de Sansón, no hubo un gran líder en la tierra. Y la tierra estaba en un estado de turbulencia y confusión, y había una necesidad desesperada para que un líder grande en el caos y la pecaminosidad del día. Y digo de nuevo, un día que quizás es el paralelo de nuestro día, pero inclusive peor.

Los filisteos eran los archienemigos de los israelitas, y estaban ganando terreno. El sacerdocio que supuestamente debía guiar al pueblo de Dios, se había corrompido de manera total. Habían hombres viles y pecaminosos en el sacerdocio. Inclusive en el templo mismo, hubieron escándalos morales de tal manera que los hijos del sumo sacerdote mismo, estaban involucrados en orgías sexuales a los pies de los peldaños del templo. Fue un tiempo miserable, fue un tiempo de maldad descarada. Un tiempo cuando no solo había un vació de liderazgo, sino que el sacerdocio había abandonado su llamado. La nación era débil, la nación era impotente, y además la nación tuvo una voz profética limitada, no habían grandes predicadores, fue un tiempo de descenso tremendo del estándar divino.

Y entonces, fue un tiempo cuando Dios necesitaba un hombre especial. Y para ser un hombre especial usted necesita una mujer especial. Y Ana fue esa mujer. Versículo 1, de 1 Samuel capítulo 2. “Y Ana oró y dijo, ‘Mi corazón se regocija en Jehová. Mi poder se exalta en Jehová. Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación. No hay santo como Jehová, porque no hay ninguno fuera de Ti, y no hay refugio como el Dios nuestro.” Ahora, esa es la mejor manera que yo conozco para presentarle a Ana. Ana fue una dama especial que realmente conoció a Dios. Ella tuvo una perspectiva divina. Y creo que el capítulo 2, los primeros dos versículos, abren nuestro entendimiento al tipo de mujer que ella fue.

Ahora, retrocedamos y veamos algunos de los detalles en el capítulo 1, versículo 1. “Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.” Ahora, conocemos una familia, una extraña; dos esposas: Penina y Ana. Penina tenía hijos, Ana no tenía. Y Elcana, quien era un levita, era su marido. Y si era un levita significa que él por lo menos estaba en la familia sacerdotal. Ahora, esta mujer en particular se convierte en la madre en la que queremos concentrarnos, no Penina, sino Ana. Y ella nos demuestra, y únicamente vamos a verlo brevemente, tres aspectos que son necesarios para una madre piadosa.

Tres cosas que son obligatorias para una madre piadosa. Número uno, una relación correcta con su marido. Una relación correcta con su marido. Y vamos a ver eso comenzando en el versículo 3. En primer lugar, ella compartió con su marido, adoración. ¿Escucho eso? Esa es la primera cosa. Hay varios puntos en una relación correcta con su marido, el primero ella compartió con él la adoración, versículo 3. “Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová.”

Ahora, Ana tenía un marido creyente que adoraba. Él adoraba a Dios de manera fiel. Él iba por lo menos cada año, y por cierto el peregrinaje a Silo, supuestamente debía ser tres veces al año, según Éxodo 23, y el texto apunta a que él hizo eso, que cuando dice que todos los años aquel varón subía, significa que él iba cada año el número de veces que eran prescritas. Él fue un hombre fiel que adoraba. Ella tenía una relación correcta con su marido, en que ella era parte de su adoración, de la adoración de él. Ahora, realmente creo, que los padres piadosos contribuyen a que haya madres mejores. ¿Cree usted eso? Debido a que la mujer responde al hombre y el hombre debe ser la cabeza de la familia, un padre piadoso contribuye a que su esposa sea una mejor madre.

Y cuando Elcana expresó su adoración, ella estuvo ahí. Versículo 7, “Así hacia cada año, cuando subía a la casa de Jehová.” Y usted puede detenerse ahí. Ella fue con él, esa es la implicación del versículo 7, cuando él iba, ella iba. En otras palabras, ellos tuvieron un vínculo común de adoración. Realmente creo, que para que exista la expresión completa de maternidad piadosa, debe haber una fortaleza espiritual compartida en el hogar. Es muy difícil y algunas de ustedes viven en esa situación en donde tienen a un conyugue que es un incrédulo. Y usted sabe qué difícil es criar a hijos piadosos en una casa dividida. Muy difícil. Ana lo siguió.

Ahora, él no fue un hombre perfecto, ¿verdad? Él tenía sus fallas, ¿no es cierto? ¿Cuál fue una de ellas? Él era un polígamo. Yo diría que esa es una bastante seria. Dice usted, “Bueno, ¿acaso el Antiguo Testamento promueve la poligamia? En absoluto. Era un pecado. Pero era aceptado culturalmente en esta época, entonces no era raro que esto ocurriera, particularmente cuando usted tenía una esposa que era estéril y no podía dar a luz hijos. Entonces se veía usted presionado por la sociedad que lo rodeaba, para conseguirse otra esposa que pudiera dar a luz un hijo para usted. El cual podría ser el caso que Ana fue la primera, y debido a que no podía dar a luz un hijo, él se casó con Penina y Penina le dio hijos. No obstante, a pesar de una imperfección seria en la vida de Elcana, tuvieron una expresión espiritual mutua de adoración. Y yo tan solo añadiría esto, damas y hombres también, no encontrarán que su conyugue es perfecto, pero eso no debe evitar el hecho de que pueden adorar al Señor juntos en sus imperfecciones. No espere perfección, en dónde usted encuentre el amor y la adoración del Señor, eso debe ser suficiente, porque ninguno de nosotros es perfecto.

Entonces, en primer lugar, es importante saber que la relación de marido correcta involucra compartir en adoración. En segundo lugar, involucra compartir amor. El matrimonio no es solo espiritual, también es físico y emocional y psicológico. Y no solo compartieron su adoración, sino que compartieron su afecto y su amor. Regrese al versículo 4. “Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y todas sus hijas, a cada uno su parte.” Aparentemente ella le había dado varios hijos a él. “Pero a Ana daba una parte escogida, porque…” ¿qué? “porque amaba a Ana.” Aparentemente él se sintió obligado con Penina, ella proveyó los hijos, y entonces le dio lo que era correcto. Pero a Ana le dio una parte escogida, ese adjetivo no está incluido en lo que él le dio a Penina.

Entonces, sea lo que sea que significa, la parte escogida era algo más magnánimo de la restricción legal que el cumplió en el caso de Penina. Y él hizo eso porque él amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos. Y claro, su rival, Penina la irritaba enojándola y entristeciéndola porque Jehová no le había concedido tener hijos. Colocas a dos mujeres en la misma casa y de cualquier manera vas a tener problemas. Ahora, colocas a dos mujeres en la misma casa y al marido ama a una de ellas y vas a tener muchos problemas. Y si el marido resulta amar a la que no tiene hijos, la que tiene hijos realmente se va a burlar de la que no los tiene, porque así es como ella va a recuperar al marido. Eso es lo que pasó.

Y claro que Ana fue una persona amable, sensible y entonces dice, “Así hacia cada año cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así por lo cual Ana lloraba, y no comía. Y Elcana su marido le dijo, “Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?” Como puede ver, él sabía porque estaba llorando ella. Ella estaba llorando porque ella no podía tener un hijo. Porque él oía a Penina que realmente la molestaba, pero él le dijo, “¿no soy suficiente, Ana?”

Darle una parte escogida o podríamos traducirlo, una doble porción. Normalmente era un gesto en el este y el oriente para un invitado de honor, un invitado preferido. Elcana la amaba de una manera especial, y el amor de él era la seguridad de ella. Sabe una cosa, hay algunas mujeres que son muy celosas, muy, muy celosas, e inclusive entran en pánico por mujeres que no están en la casa. ¿Puede imaginarse lo que sería que su marido también estuviera casado con alguien más, que estuviera teniendo todos sus hijos? Ahora, quiero decir una mujer que puede tolerar eso es una mujer de gran gracia, y comprensión, y perdón. Y ese fue el tipo de mujer que ella fue. Dice usted, “Bueno, ¿qué es lo que le proveyó a ella seguridad en esa situación? ¿Porque si yo me entero de que Carlitos se atreve a cerrarle el ojo a otra mujer, voy a agarrarlo del cuello?, ¿se da cuenta? Digo, esto es impresionante. Sabe usted lo que le aseguraba a ella en medio de una situación imposible. Ella sabía sin lugar a dudas que él, ¿qué? la amaba. Ellos compartían amor.

Entonces, ahí estaba Ana en un lugar difícil para crear un hijo, en un lugar difícil para estar seguro, en una familia dividida. Sin embargo, ella tenía una relación correcta con su marido, porque ellos compartieron en adoración y compartieron amor, y esas dos cosas eliminaron el conflicto. Ahora, no me importa cuál es el conflicto que la rodea a usted, no hay circunstancia que sea tan severa como un amor compartido de Dios, y un amor compartido el uno por el otro que no pueda superarla. Y me casa la gente que siempre quiere salirse del matrimonio. Pero cuando todo esto es unido, el ingrediente que falta son los hijos. Ella no tenía hijos, ¿por qué? 5, “Jehová no le había concedido tener hijos.” Eso fue soberano. La primera cosa entonces, acerca de una mujer piadosa es que tiene una relación correcta con su marido.

La segunda, ella tiene una relación celestial correcta. Ella tiene una relación celestial correcta. Cuando ella tiene un problema, ella no descarga su enojo sobre su marido. Cuando ella tiene un problema, ella no descarga su enojo contra su adversario Penina. Ella no descarga su enojo contra los hijos en la casa. Ella no pierde su dominio propio, ella va directamente a ¿quién?, al Señor. “Y se levantó Ana…” versículo 9, “…después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová.” La razón por la que él se sentaba todo el tiempo era porque era un hombre enorme, obeso, y finalmente se cayó de dónde estaba sentado y se rompió su cuello y murió. Él era un hombre que no hacía nada, ni siquiera podía levantarse de lo que fuera que usaba para sentarse para supervisar a sus hijos. Y ahí estaba instalado sentado, inclinado sobre un poste que sostenía el templo. Bastante vívido, ¿no es cierto?

Y entonces, ella llegó, usted sabe, para buscar algo de consejo espiritual para ver al sumo sacerdote. “Ella con amargura de alma…”, me encanta el versículo 10, “…oró a Jehová y lloró abundantemente.” Escuchen damas, no solo necesitan ustedes una relación correcta con sus maridos, sino una celestial correcta también. Es necesario que cuando usted tenga algún problema usted vaya al Señor con él. “E hizo voto, diciendo: Oh Jehová de los ejércitos, si te dignares…” y ella comenzó a orar.

Ahora, ¿qué vemos en esta relación celestial correcta? Número uno. Ella tenía una pasión por lo mejor de Dios. Ella tenía una pasión por lo mejor de Dios. Y ¿sabe usted que era lo mejor de Dios? hijos, hijos. El hecho de que ella no tenía hijos significaba, ella pensó, que no tenía lo mejor de Dios. Los hijos son herencia de Jehová, ella dice en el versículo 11, “…si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares…” Y todo eso significa, dame un hijo, dame un hijo, dame un hijo. Esa es la razón por la que ella lloró. Ella tenía una pasión por lo mejor que Dios podía dar.

Dice usted, “¿acaso los hijos son lo mejor que Dios puede dar?” Absolutamente. Dice usted, “Oh, no sé si quiero traer un hijo a este mundo.” Este mundo no es peor del que era para ella. Son una herencia del Señor, son una bendición. Ella no era egoísta, ella no quería un hijo para que pudiera probar que era una mujer. Ella no quería un niño para que pudiera desfilarlo a todo el mundo. Ella quería un hijo porque ella creía que un hijo era el mejor regalo de Dios. Ella estaba dispuesta a enfrentar la responsabilidad. Yo digo, ¡malditos sean los abortos! porque los hijos son el mejor regalo de Dios.

Una madre verdaderamente piadosa, no es una madre que se rehúsa a tener hijos. una madre verdaderamente piadosa es una mujer que tiene una pasión por hijos, quien los ve como un regalo de Dios, un cumplimiento de la intención divina para las mujeres, no para que usted satisfaga sus deseos egoístas, y no para probar que ella era una verdadera mujer, sino porque son el mejor regalo de Dios. Entonces, ella tenía una pasión por lo mejor de Dios. En segundo lugar, ella era una mujer de oración. Su relación celestial significaba que ella quería lo mejor, y ella oró por ello. Y toda la oración sigue hasta el versículo 12. “Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella.” Él la vio, y ella no estaba orando nada más en silencio, su boca se estaba moviendo todo el tiempo, o ella estaba orando de manera apasionada. ¿Por qué oró ella a Dios? porque ella sabía que Elcana no era la fuente de los hijos, Dios era. ¿Oyó eso? Todo hijo que llega a ser concebido en este mundo es un regalo de Dios. Esa es la razón por la que digo, ¡maldigo los abortos! quitan la vida de aquello que Dios ha concedido. Ella oró, ella oró constantemente. La pasión se convirtió en oración.

Y después también hay algo que oigo en el versículo 11. Lo llamo presentación. Ella dice, “te acordareis de mí.” Acuérdate de mí, no me olvidéis Señor. En otras palabras, ella está diciendo, “Señor hago un voto, aquí está mi vida. Acuérdate y dame lo que deseo, un hijo varón y yo lo entregaré a Jehová todos los días de su vida. Ella prometió entregar a ese hijo al Señor, y por cierto Deuteronomio 30 dice que cada vez que una mujer hacía un voto para entregar su hijo al Señor, el marido tenía que estar de acuerdo. Entonces, Elcana debió también haber estado de acuerdo con la oración. Ella quería presentación, ella quería presentar a ese hijo a Dios.

Ella era una mujer con una pasión por lo mejor de Dios, ella era una mujer de oración, y era una mujer de presentación que quería un hijo por una razón y eso era para entregar ese hijo al Señor. ¿Se siente usted de esa manera por sus hijos? ¿Qué su deseo más grande es entregarlos a Dios? Si no es así, usted está operando en base a las premisas equivocadas. Ella era una mujer de pureza también. Versículo 12, “Mientras ella oraba largamente.” En el versículo 13, “Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.” Este hombre realmente es un torpe, le digo, Elí. Él ni siquiera puede tomar el tiempo suficiente como para ver a sus hijos involucrados en una orgía, ahí en las escaleras del frente del templo.

“Entonces, le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.” Ella era una mujer de pureza, ella era una mujer de virtud. Ella no era una hija de Beleal, ella no era una malhechora, ella era una mujer pura. Ella derramó su corazón al Señor y no había bebido ni vino ni sidra, ella se refrenó de todo eso. Ahora, ella tenía una relación celestial correcta. Una mujer de oración, una mujer de pasión por lo mejor de Dios, una mujer de presentación, esto es, el regalo que ella recibiera ella quería devolverlo, y una mujer de pureza.

Y, por cierto, en quinto lugar, una mujer de paciencia. Versículo 18. “Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos.” Terminó su oración. “Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.” ¿Por qué? ella creyó en Dios. Y ella iba a ser paciente hasta que oyera la respuesta de Dios. ¿Quiere saber cuál fue el resultado? Versículo 19, ¡hermoso! “Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer…”, se llegó quiere decir que tuvieron relaciones juntos, “…Y Jehová…” ¿qué? “…se acordó de ella. Aconteció que, al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel.” ¿Sabe usted lo que Samuel significa? Oído por Dios. “Diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová.”

Su oración fue respondida. Ella quería lo mejor de Dios, ella oró por ello, ella devolvió ofreciendo esa vida a Dios, ella vivió en pureza, Dios respondió a su oración. ¿Cuál fue la respuesta? Capítulo 2, ella estaba tan llena de alabanza. Y dijo, “Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová. Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación. No hay santo como Jehová porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro.”

Y sigue hasta el versículo 10, alabando al Señor. Simplemente llena de alabanza hacia Dios. Elisabet hizo eso cuando ella oyó de Juan el Bautista. María hizo eso, ¿no es cierto? cuando ella oyó del nacimiento de Jesús. Sabe una cosa, me molesta pensar que en la actualidad la gente se entera de que está embarazada, y en lugar de alabar a Dios por un regalo como ese, se enojan por eso. Una madre piadosa tiene una relación correcta con su marido, una relación celestial correcta, y finalmente, una relación correcta con su hogar, una relación correcta con su hogar.

Regrese al capítulo 1, versículo 21, y veamos el hogar. Dos cosas sobresalen. En primer lugar, ella estaba dedicada a ese niño. “Después subió el varón Elcana con toda su familia, para ofrecer a Jehová el sacrificio acostumbrado y su voto.” Elcana siguió regresando, regresando a Silo. “Pero Ana no subió…” ella ya no fue, “…sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre.” Ella guardó su voto, “Voy a entregar ese hijo al Señor, tan pronto como él sea destetado.” Y para una madre hebrea, entre dos o tres años de edad. Pero ella dijo, “Yo no voy a subir ahí hasta que este niño pueda alimentarse a sí mismo.”

Sabe una cosa, eso es colocar al hijo como la prioridad real. Algunas personas podrían decir que ella colocó al niño por encima de adorar al Señor. No, porque ella estaba cuidando del mejor regalo que Dios jamás le dio. Ella estaba sirviendo a Dios, de la mejor manera posible. Era más importante para esa mujer quedarse ahí, y alimentar ese hijo, que ir a ofrecer sacrificios a Dios. Ella conocía las prioridades, ella se quedó en casa con el hijo, en dedicación total y compromiso, preparando, amando, instruyendo, y cuidando de ese hijo.

En el versículo 23, “Y Elcana su marido…” quién debió haber sido un hombre muy comprensivo, “…respondió: Haz lo que bien te parezca; quédate hasta que lo destetes, solamente que cumpla Jehová su palabra. Y se quedó la mujer, y crió a su hijo hasta que lo destetó.” En primer lugar, ella estaba dedicada al hijo, esa es la relación correcta con el hogar. Madres, inviertan sus vidas en esos hijos. Créanme, no se detuvo ahí, después ella dedicó al niño al Señor. Ella no solo estaba dedicada al niño, sino que ella dedicó al niño al Señor. Versículo 24, “Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño.”

Cómo dije, de dos o tres años de edad. “Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí. Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoro allí a Jehová.” Es fabuloso pensar en esto. Una mujer entregó su hijo al Señor, guardando un voto y una promesa que ella le había hecho a Dios. Pero eso no significa que ella ya no se preocupaba por el niño, en absoluto. Ella se preocupó por ese hijo el resto de la vida de ese hijo. Ella realmente nunca se olvidó de él. De hecho, conforme ellos regresaban al templo a lo largo de los años, siempre regresaban, y expresaban su cuidado y su amor al niño.

Versículo 11 del capítulo 2, simplemente señalando algunos puntos, conforme llegamos a una conclusión. “Y Elcana se volvió a su casa en Ramá; y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí.” Versículo 18, “Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino.” Versículo 19, “Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado.” Ese no fue el final de la historia, el Señor nunca toma sin dar.

Y entonces, en el versículo 21, “Visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas.” Cinco hijos. quizás ella recibió más de lo que ella había pedido. Así es con Dios. “Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.” ¿Quiere saber una cosa? Elí tuvo tres hijos, dos hijos más bien, Ofni y Finees, nunca en la historia entera de Elí, y estos dos hijos el nombre de su madre es mencionado y los resultados son absolutamente trágicos. Versículo 22 del capítulo 2, “Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová.” “Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir.”

Y después el contraste, versículo 26, “Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres.” ¡Que contraste! Versículo 1, capítulo 3. “El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí.” De nuevo, siempre Samuel en lo positivo. Versículo 19 del capítulo 3, “Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejo caer a tierra ninguna de sus palabras. Y todo Israel desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová.” Ese fue Samuel.

Los hijos de Elí; historia triste. Capítulo 4, versículo 15, “Era ya Elí de edad de noventa y ocho años, y sus ojos se habían oscurecido, de modo que no podía ver. Dijo, pues, aquel hombre a Elí: Yo vengo de la batalla, he escapado hoy del combate. Y Elí dijo: ¿Qué ha acontecido, hijo mío? Y el mensaje respondió diciendo: Israel huyó delante de los filisteos y también fue hecha gran mortandad en el pueblo; y también tus dos hijos Ofni y Finees, fueron muertos, y el arca de Dios ha sido tomada. Y aconteció que cuando él hizo mención del arca de Dios, Elí cayó hacia atrás de la silla al lado de la puerta, y se desnucó y murió; porque era hombre viejo y pesado…Y su nuera la mujer de Finees, que estaba encinta, cercana al alumbramiento, oyendo el rumor que el arca de Dios había sido tomada, y muertos su suegro y su marido, se inclinó y dio a luz; porque le sobrevinieron sus dolores de repente. Y al tiempo que moría, le decían las que estaban junto a ella: No tengas temor porque has dado a luz un hijo. Más ella no respondió, ni se dio por entendida. Y llamó al niño Icabod, diciendo: ¡Traspasada es la gloria!

Final triste, ¿no es cierto? Todos murieron. ¡Nunca un hombre de una madre mencionada en la familia de Elí, y observen el precio! Pero Samuel creció y ministró al Señor. No hay un precio que sea lo suficientemente elevado para valorar la virtud de una madre piadosa. Ella tiene una relación correcta con su marido, con el cielo, y con el hogar. Espero que este sea un buen recordatorio para todos nosotros.

Oremos juntos. Padre, gracias por nuestro tiempo en esta noche. Simplemente tocar de nuevo, este pasaje hermoso y emocionante. Recordar de nuevo la prioridad elevada que tu le das a la maternidad. Oímos inclusive en estos momentos, el eco de las voces de nuestros pequeños hijos preciados, el lloro de los más pequeños que estuvieron delante de nosotros en esta noche, las canciones de los más grandes que cantaron y que hablaron. Te agradecemos por todos ellos. Oramos porque tu nos des la gracia y la fortaleza para criar a una descendencia piadosa, para que ellos como Samuel ministren delante de ti y no sean como los hijos de Elí. Y que sepamos que depende de una relación correcta con el marido, con el cielo y con el hogar. Ayúdanos a hacer ese compromiso por causa de Jesús. Amén.

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