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Este es un mensaje del pastor John MacArthur traducido y predicado en español para el mundo de habla hispana.

Abra su biblia en Mateo del 17 al 20. Y esta noche quiero que disfrutemos de un mensaje de apertura en uno de los pasajes más maravillosos de las Escrituras que jamás podamos estudiar. Permítame leérselo para que sus pensamientos estén listos y en esta noche hablaremos del primer versículo, Versículo 17.

Nuestro Señor dice: “No penséis que he venido para abrogar la ley de los profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseña a los hombres, muy pequeños será llamado en el Reino de los Cielos, más cualquiera que los haga, y los enseñe, éste será llamado grande en el Reino de los Cielos, porque os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.” Oremos juntos antes de estudiar.

Padre, ayúdanos en esta noche a poder comprender este mensaje profundo del Señor Jesucristo. Abre los ojos de nuestro entendimiento, alumbra nuestras mentes y corazones para que podamos regocijarnos verdaderamente en la verdad de esta gran palabra. Te damos alabanza en el nombre de Cristo. Amén.

En un libro reciente titulado “La interacción de la ley y la religión”, Harold J. Berman quien es profesor de leyes en una Universidad de Harvard y uno de los profesores más sobresalientes ahí, ha desarrollado una tesis muy significativa. Su tesis en el libro es que la cultura occidental ha tenido una pérdida enorme de confianza en la ley y una pérdida enorme de confianza en la religión. Él ve que una de las causas es la separación radical una de la otra y su conclusión es que usted no puede tener ley o reglas de conducta sin la religión porque es la religión lo que provee la base absoluta para la moralidad y la ley. El hombre no es cristiano, pero ciertamente tendremos que estar de acuerdo con su tesis.

El tema de que la cultura occidental está condenada al relativismo en la ley debido a la pérdida de un absoluto. Nos hemos separado de la religión, del concepto de Dios, de la verdad absoluta y, por lo tanto, estamos atorados, por así decirlo, en el relativismo existencial cuando hablamos de establecer leyes. Él dice que la ley y la religión permanecerán de pie juntos o la ley y la religión caerán juntos. La ley sin religión nunca puede dar autoridad, debe haber un valor transcendente, un absoluto súper racional.

En su libro, él cita el Prof. Frank de NYU, de la Universidad de Nueva York. Frank dice y cito “La ley se ha vuelto de manera abierta un proceso pragmático humano. Es hecha por los hombres, y dice no tener origen divino ni validez eterna.” Fin de la cita. Esto lleva al Prof. Frank a la postura de que un juez en una corte q      ue llega a una decisión no está presentando una verdad, sino más bien, está experimentando la solución de un problema. Si su decisión es revertida por una corte más elevada o si es anulada después, eso no significa que estaba mal, simplemente que estaba o se volvió a lo largo del tiempo algo no satisfactorio. “Habiéndose separado de la religión” Frank dice, “La ley ahora se caracteriza por el relativismo existencial. De hecho, ahora, de manera general se ha reconocido que ninguna decisión judicial jamás es final. Es determinante que la ley sigue al acontecimiento, no es eterna ni cierta, es llevada a cabo o es hecha, diseñada por el hombre, no es divina ni verdadera.” Fin de la cita.

Y Berman procede a decir y cito “Si la ley es meramente un experimento y si las decisiones judiciales son meramente propuestas, ¿por qué deben los individuos o grupos de personas observar esas reglas legales o mandatos sino se conforman a sus propios intereses?” Fin de la cita. Tiene razón. ¿Por qué estoy citando todo eso? Para decirle esto. Estamos esforzándonos en nuestra sociedad a tener reglas sin un absoluto. Corte, tras corte, tras corte revierte alguna otra decisión. Cuando usted abandona a Dios y a la teología usted abandona la verdad. Tratar de hacer leyes sin verdad o un valor definitivo es imposible. Usted no puede diseñar un sistema legal coherente sobre el humanismo filosófico, un principio fluctuante, cambiante de lo que está bien y lo que está mal.

En la última edición de una revista hay un artículo escrito por un hombre llamado Peter Steinfield. El artículo se titula y cito “El derecho razonable.” Él dice lo siguiente y cito: “¿Cómo pueden los principios morales estar arraigados y las instituciones sociales en últimas ser validadas en la ausencia de una cultura basada en la religión?” Fin de la cita. La respuesta es que no pueden. Entonces, algunas personas están dándose cuenta del problema; personas seculares como Steinfield, Berman y otros. Están dándose cuenta del problema. Si no hay verdad absoluta y no hay palabra absoluta y no hay Dios que establezca el estándar, no puede haber ley real.

Usted nunca puede decir que la gente guarde leyes que únicamente son adivinanzas judiciales. Entonces, nos preguntamos, ¿cuál es la fuente absoluta de verdad? ¿Cuál es el estándar absoluto de moralidad? ¿Cuál es la regla absoluta de justicia? ¿En dónde es que esta sociedad mala flotando en un mar de relativismo encuentra su ancla? Esa es la pregunta. ¿Hay un estándar mediante el cual debemos vivir? ¿Hay una autoridad absoluta? ¿Hay una autoridad incambiable, una ley inviolable?

En los versículos que le acabo de leer de Mateo 5, 17 al 20, encontramos que de hecho lo hay. La ley no es ninguna otra que la Ley de Dios. Jesús dijo que ni una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo sea cumplido. Él no vino a hacerla a un lado, sino que a cumplirla, y cualquier persona que enseña algo diferente para romper el más pequeño de sus mandamientos es el más pequeño en el Reino de los Cielos. En otras palabras, Dios ha establecido una ley absoluta, eterna, permanente y de hecho Juan 17:17, Jesús le dijo al Padre “Tú palabra es verdad.” Recientemente la gente ha estado cuestionando esto en términos del cristianismo y de manera particular en mi propio caso.

Una dama llamó el otro día representando una revista que estará imprimiendo otro artículo acerca de que si la Biblia debe ser creída en términos del hogar. Ella me dijo “Me parece que usted no se da cuenta de que los tiempos han cambiado. La Biblia ya no encaja con nuestro día.” Y yo le dije “Así no es. La manera en la que es hoy ya no encaja con la Biblia. Es el día de hoy el que está mal, no la Biblia.” Alguien más me dijo en un programa de radio “Esa es su interpretación. Cada persona tiene su propia interpretación y así es como usted la interpreta.”

El punto es este. Si la Biblia confronta dónde está usted y usted no quiere ser confrontado entonces diga usted la Biblia está pasada de moda o la Biblia necesita ser reinterpretada. Y usted no quiere enfrentar la realidad que quizás usted está pasado de moda y necesita ser reinterpretado. Esa es la perspectiva.

La gente en la actualidad quiere reinterpretar la Biblia, negar su autoridad. Capítulos que una vez creíamos habían sido creados por Dios, ahora se dicen que fueron escritos por algún rabino que lo añadió, porciones de las Escrituras con las cuáles no estamos de acuerdo o no queremos obedecer. Simplemente las descartamos, la sacamos del esquema, reinterpretamos los versículos para decir lo que queremos que digan, decimos “Eso es cultural y no se relaciona con el día de hoy.” Hacemos lo que tengamos que hacer por evadir la realidad de que la Biblia confronte nuestra vida, nuestra época en el lugar de la historia del mundo. Jesús está diciendo “Ni una J ni una tilde pasará de ella. Todo será cumplido.” Él no abrogó ni anuló nada en ella y cualquier persona que le enseñe a alguien más a desobedecer el mandato más pequeño en la Biblia será el menor en el Reino de los Cielos. Nada nunca cambia en la Biblia, nada.

Veremos en nuestro estudio que esta es la perspectiva de Jesús de la Ley de Dios. Por cierto, lo que Jesús piensa de la Biblia es lo que yo quiero pensar en ella, y, francamente, me cansa el hecho de que hay gente que constantemente quiere cambiar interpretaciones históricas, cosas que la Iglesia ha creído por siglos, descartándolas si están en conflicto con la maldad el día de hoy; quieren negar que la Biblia es inerrante, quiere decir que hay errores en la Biblia y ese es uno de ellos o la Biblia realmente no es toda inspirada o ciertamente no tiene autoridad o es algo simplemente cultural. Usted no puede tomar todo lo que dice, entonces redefinimos las Escrituras para que encaje con nuestro pecado.

Y eso es lo que está sucediendo en nuestra sociedad en la actualidad. Lo triste es que si usted cree que eso es difícil, eso es duro en una sociedad como la nuestra, una sociedad secular, encontrar un ancla es inclusive más duro en un supuesto cristianismo, porque el supuesto cristianismo está copado con negar la Biblia. Sin tener una base absoluta no habrá un estándar de conducta y estaremos viviendo como el mundo sin un ancla. Esta escritura es tan importante aquí porque nuestro Señor nos dice que tenemos una autoridad absoluta inviolable, déjenla hablar. Él dice “Déjenla hablar y los va a despedazar, aplastar sus caminos malos. Déjenla revertir sus vidas desobedientes. Déjenla enfrentar a Dios cara a cara y cierto rechazos su voluntad y asuman las consecuencias.” Él Dijo “La Biblia es un absoluto.” Ésta fue su perspectiva y tiene que ser nuestra perspectiva. Quitar la identidad absoluta de la Biblia, decir que tiene errores en ella, decir que no tiene autoridad, decir que necesita ser reinterpretada, es simplemente ir con la corriente del mundo y alejarnos de cualquier estándar de justicia. En este pasaje Jesús presenta lo que cree es la Palabra de Dios. Claro, para Él en este entonces, la Palabra de Dios realmente estaba constituida por el Antiguo Testamento. Entonces, esta es la perspectiva de Jesús acerca del Antiguo Testamento. Y vamos a hacer algunas preguntas interesantes. Jesús dijo que ni una jota, ni una tilde pasará, sino que Él vino a cumplirlo. Inmediatamente decimos ¿Acaso el Antiguo Testamento es obligatorio para el cristiano? ¿Cuánto de ello debe guardar el cristiano? ¿Acaso el Antiguo Testamento se manda a que lo guardemos? ¿Debemos cumplir todas esas cosas? ¿Qué tan importantes son todas esas cosas? Estas son preguntas vitales y alumnos estudiosos de la Biblia han luchado con estas preguntas por años y años, y creo que aquí Jesús nos da una respuesta maravillosa. Lo puede entender y usted lo verá conforme avanzamos.

Permítame explicarle cuál es la situación aquí. Cristo apareció en Israel, Él había aparecido de manera más bien repentina, sorprendente, de una manera dramática. Durante treinta años Él había estado ahí, pero realmente nadie lo supo. Él estuvo en la obscuridad, en Nazaret, pero de pronto, en su bautismo Él entra en la escena. Los primeros treinta años de su vida en la tierra, habían sido vividos en la privacidad. Fuera de su propio pequeño círculo, Él había viajado poco y había llamado muy poco la atención, pero tan pronto como Él apareció en público y fue bautizado, los ojos de todos estaban fijos sobre Él. Inclusive, los líderes de Israel tenían que concentrarse en Él y verlo y oírlo y observarlo. Claro, su mansedumbre y humildad hermosa lo hicieron que sobresaliera fácilmente del resto de los líderes en Israel que eran orgullosos, jactanciosos, hipócritas, siempre buscando la manera de exaltarse a sí mismos. Alguna manera de engrandecerse a sí mismos. Su llamado al arrepentimiento y su proclamación al Evangelio y su anuncio a un reino hizo que la gente escuchara y los hizo preguntarse qué tipo de líder es este, qué tipo de profeta es este. ¿Él era acaso un revolucionario? Él era tan diferente. ¿Cuál era su actitud hacia la Ley Mosaica? Y como puede ver, el punto aquí es que Jesús no se oía como los fariseos y no se oía como los escribas, Él no se oía como ninguna persona que ellos estaban oyendo en su día. Y su reacción natural era preguntarse si realmente era un profeta del Antiguo Testamento o no. Él no hacía eco de la teología prevalente de su día. Él se rehusaba a identificarse a sí mismo o con algunas de sus sectas de aquella época. Su predicación era tan diferente a la de los fariseos y escribas que la gente estaban tan inclinada a pensar que Él tenía la intención de derrocar la autoridad de la Palabra de Dios y sustituirla con la suya.

Él derrocó todas las tradiciones de los hombres, todas las reglas regalistas, Él no les dio importancia, las menospreció. Él continuamente enfatizó la moralidad interna. Él era un amigo de publicanos y pecadores y de la peor escoria en la sociedad. Él proclamó gracia, Él mostró misericordia. Y su reacción natural fue ¿Es esta cosa nueva algo revolucionario? – Dijo, Él no se oye como el resto de la gente        que oímos, como los escribas y fariseos. Entonces, están preguntándose, ¿realmente está destruyendo el Antiguo Testamento? ¿Acaso Él está destruyendo todos los absolutos de la Ley Mosaica? ¿Acaso Él está quitando los cimientos para algo nuevo? – Después de todo, esta es la manera en la que la mayoría de los líderes revolucionarios buscan cortar toda unión con el pasado y hacer lo que puedan para repudiar de manera total las tradiciones que han venido antes de ellos.

Por cierto, durante mucho tiempo en Israel, hubieron ciertas personas que creyeron que El Mesías simplemente haría eso. Habían algunos que creyeron que El Mesías de manera radical iba a anular el Antiguo Testamento. Esto era una especie de anti fariseos. En cierta manera estaban cansados de los fariseos y estaban esperando un tiempo en el que El Mesías viniera y derrocara, anulara todos estos asuntos legales. Ellos estaban pensando, “Bueno, quizás es, quizás Él vendrá con cambios radicales para anular el orden antiguo de la religión legalista.” Entonces estaban preguntándose y de manera apropiada podemos entender eso, ¿acaso este maestro cree en los escritos sagrados? ¿Acaso Él cree en Moisés? ¿Acaso Él cree en los profetas y en la ley en toda su plenitud? Después de todo, en donde los escribas y fariseos siempre estaban exponiendo la ley, Jesús no lo hacía. Él estaba ocupado hablando de gracia y misericordia. En donde los escribas y fariseos estaban haciendo que la ley fuera obligatoria para toda la nación, Él estaba ocupado perdonando a la gente. En donde siempre ellos estaban hablando de lo de afuera, de lo exterior, Él siempre estaba hablando de lo interior. Él inclusive denunció algunas de las tradiciones más sagradas de ellos. ¿Es esto una nueva teología? Y aquí Jesús lo explica todo. Lo que Él dice en realidad es esto. Esto no es nada nuevo en absoluto. Voy a reiterarles y voy a cumplir la ley entera del Antiguo Testamento. No voy a hacer a un lado ni una jota ni una tilde de esa ley hasta que todo sea cumplido.

Entonces, aquí, la declaración asombrosa del rey es una confrontación directa a su manera de pensar. Él no va a rebajar el estándar, Él de hecho lo va a elevar en donde siempre ha debido estar. Y lo que había sucedido era esto. Su pensamiento era que el estándar era tan alto que alguien tendría que rebajarlo. Su pensamiento, el pensamiento de Jesús era que había sido arrastrado y llevado a un nivel tan bajo que alguien tenía que volverlo a elevar. ¿Por qué? Ellos han convertido la ley interna en algo externo. Él lo iba a llevar de regreso hacia adentro, a donde pertenecía. De hecho, Él tenía un compromiso más grande con la Ley de Dios, que el escribo o fariseo más escrupuloso. Entonces, Él procede en este pasaje a apoyar la autoridad el Antiguo Testamento entero. Me molesta cuando la gente no lee, estudia o conoce el Antiguo Testamento. Es el cimiento del Nuevo Testamento. Es muy importante. Jesús está apoyando ese Antiguo Testamento. De hecho, Él dice “Yo no soy el que está negando el Antiguo Testamento. Los líderes judíos son los que lo están negando.” Esa es la escena histórica. En primer lugar le dio un tema qué buscar en esto. El establecimiento de una ley absoluta. Después le di algo del contexto histórico.

Ahora permítame llevarlo al contexto de Mateo 5. En un sentido, estos versículos fluyen de lo que ha venido antes. En los versículos 3 al 12, tenemos las bienaventuranzas. Usted recordará que esa es una lista de las características de un hijo de Dios, características de uno que vive en el reino, características de un creyente. Entonces, en los versículos 3 al 12, tenemos lo que somos como hijos del reino. Esto es lo que somos. En los versículos 13 al 16, se nos dice cómo debemos vivir. Esto es lo que somos y así es como debemos vivir. En otras palabras, en un sentido, tenemos una definición muy doctrinal y en otro una muy práctica de cómo debemos vivir. Entonces, Jesús entra a la escena y en su primer sermón dice “Si ustedes están en mi reino, esto es lo que son y así es cómo deben actuar.” Inmediatamente, la pregunta que viene a mi mente es esta. Leo las bienaventuranzas y no es fácil ser así. He leído los versículos 13 al 16 acerca de ser sal y luz, y no es fácil vivir así. ¿Cómo podemos ser así? ¿Cómo podemos vivir de esa manera? La respuesta viene inmediatamente en el versículo 17. “Debes aferrarte a la Palabra de Dios.” La Palabra de Dios entonces se vuelve el estándar de justicia. La Palabra de Dios daba la guía, los principios, los requisitos. ¿Cómo es que realmente podemos vivir una vida justa? ¿Cómo podemos vivir las bienaventuranzas? ¿Cómo podemos ser sal y luz? Ciertamente no al rebajar el estándar. Ciertamente no al hacer a un lado la Ley de Dios y decir “Estoy ya no es para nosotros. Ya no es obligatorio.” No podemos decir que simplemente nos amaremos unos a otros si vamos a bailar en una especia de vals haciendo lo que queramos. No, el estándar se queda en donde siempre ha estado.

¿Cómo podemos vivir como sal y luz? ¿Cómo podemos ser todo lo que debemos ser? Al guardar los principios de Dios, de obediencia absoluta a una Palabra de Dios que tiene autoridad absoluta. Por cierto, a manera de contraste con la teología del día, la cual únicamente obedecía lo que quería obedecer. Entonces, el Señor presenta este pensamiento aquí y es un pensamiento poderoso: que la clave de una vida justa es guardar la Palabra de Dios. Esta es la razón por la que Él dice en el versículo 20, que el tipo de justicia que los fariseos tienen, nunca será suficiente a menos de que Su justicia sobrepase a la de ellos. ¿Por qué? Porque la de ellos era externa y estaba basada en las tradiciones de los hombres. La mía, dice Él “es interna y está basada en la ley eterna de Dios. Esa es la diferencia.” Entonces, si vamos a ser sal y luz, debemos ser justos, verdaderamente justos. La única manera de tener una justicia verdadera es ir más allá del externalismo falso de los escribas y fariseos a una justicia interna que solo es una realidad en usted por el poder y la autoridad de la palabra de Dios.

Entonces, la Palabra de Dios es la base de un estándar, de una norma justa. Y Dios nunca la cambió. Cuando Jesús vino, Él no aprobó el Antiguo Testamento, Él simplemente reafirmó Su naturaleza absoluta, obligatoria. La gente dice “Bueno, ¿qué hay acerca del capítulo donde más adelante Él dice “Oísteis que fue dicho que yo os digo.” ¿Acaso Él no está añadiendo al Antiguo Testamento? ¿Acaso Él no está cambiando el Antiguo Testamento? No, lo que Él está haciendo es simplemente expresando la intención original de Dios porque los rabinos habían pervertido tanto en el Antiguo Testamento que Él tiene que elevar, llevar el estándar de regreso a su posición exaltada en donde Dios la puso desde el primer principio. Observe el texto. Quiero que vea aquí a Jesús estableciendo la Ley. Jesús está diciendo, “Aquí está el estándar, la norma absoluta de justicia,” y aquí hay cuatro puntos. Solo vamos a ver el primero en esta noche. Pero quiero dárselos. Jesús dice estas cuatro cosas acerca de la Ley: la preeminencia de la ley, la permanencia de la ley, la pertinencia de la ley y el propósito de la ley. Y como dije esta mañana, estos versículos están tan cargados que es como tratar de tomar agua de una manguera de bomberos. Están simplemente cargados de verdad, llenos de verdad. No hay una manera concebible en las que nuestras mentes puedan, si quiera, entender una centésima parte de lo que hay en estas palabras.

Pero quiero que demos a un salto a la oscuridad y veamos si podemos aterrizar en algo asombroso, algo emocionante. Esta es la perspectiva de Jesús de las Escrituras y eso es suficiente para mí. Lo que Jesús pensaba de la Biblia, eso es lo que pienso. Punto uno y eso va a ser lo único que veremos en esta noche. La preeminencia de la ley  n el versículo 17: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir.” Para Jesús, la Ley de Dios, las Escrituras de Dios, la Palabra de Dios eran absolutamente preeminentes sin paralelo. Tenían el primer lugar. Observe que comienza diciendo “No penséis.” Y eso es exactamente lo que estaban haciendo. Ellos estaban pesando, ¡Ah bueno! Él está aquí, ¡Él va a hacer a un lado las leyes y todas esas cosas las va a hacer a un lado! Y Él está diciendo. Al contrario, yo no voy a rebajar el estándar en lo más mínimo.

Sabemos a partir de unos escritos judíos a los que tenemos acceso que muchos de los judíos esperaban que El Mesías anulara la Ley. Ellos malinterpretaban Generas 31:31 en donde dice “He aquí, haré con vosotros un nuevo pacto.” Y pensaban que el nuevo pacto anularía todo lo que Dios había establecido en el Antiguo pero estaban mal. Jesús vino y dijo “Yo estoy presentando un nuevo orden.” Él inclusive les dijo que no consideraran el día de reposo, él violó muchas de sus tradiciones y era natural que ellos pensaran en eso. Él, de manera más bien, fuerte y radical hizo a un lado sus tradiciones y sus diezmos de cosas minúsculas. Él se burló de sus lavamientos constantes, Él menospreció su ley oral y de escribas. Él interpretó la ley escrita de una manera totalmente diferente de la que ellos la interpretaron. Él habló como alguien que tenía autoridad, pero de ninguna manera Él estaba revelando o anulando el Antiguo Testamento. Él de ninguna manera presentó un Evangelio en donde no había obligaciones. Y permítame decirle que si usted es cristiano el día de hoy, Dios no ha hecho a un lado sus principios. Todavía son los mismos. De hecho, Jesús elevó la ley en el Antiguo Testamento a un nivel tan alto que Él terminó exhibiendo a todos los fariseos y escribas como hipócritas, ¿no es cierto? En el versículo 20, Él los exhibe diciéndoles “Por os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos no entraréis en el Reino de los Cielos.” En el capítulo 6, Él dice esencialmente lo mismo. En el versículo 1, “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos de ellos.” Versículo 5, “Y cuando ores no seas como los hipócritas porque ellos aman el orar en pie en la sinagoga y en las esquinas de las calles para ser vistos de los hombres. Versículo 16, “Cuando ayunéis no seáis austeros como los hipócritas con una cara triste.” En otras palabras, lo que se hace justicia debe ser por dentro y no por fuera. No la hipocresía falsa de una religión externa. En Mateo 15:1, esencialmente Él dice lo mismo. De hecho, Él atraviesa el libro entero de Mateo diciéndolo “Entonces Jesús vino a los escribas y fariseos.” Y Ahí en el versículo 7 les dice, les habla “Hipócritas.” Bien profetizó y sabéis de vosotros diciendo “Este pueblo se acerca a mí con sus bocas, honrándome con sus labios pero su corazón está lejos de mí. Ustedes son unos hipócritas,” Él dijo.

Mateo 16 “Uno de los fariseos y los saduceos viniendo probándome, deseando que les mostrara una señal.” Versículo 3 “Hipócritas,” les vuelve a decir. Mateo 22:18, Jesús llena el pensamiento de Mateo “Jesús percibió su impiedad y dijo “¿Por qué me prueban hipócritas?” Finalmente en el capítulo 23, Él dedica un capítulo entero y no se los puedo leer todo, llamándoles hipócritas en los versículos 13, 14, 15, 25, 27 y 29. Digo, Él realmente los exhibió. De vez en cuando alguien viene y dice “Hermano MacArthur, a veces usted me parece negativo.” Más vale que yo le parezca a usted negativo. Estoy en buena compañía. A veces tiene que ser percibido como negativo, a veces tiene que denunciar cosas y si usted va a elevar el estándar de Dios al lugar alto, entonces, va a exhibir todo lo que es falso, ¿verdad? Eso es lo que Jesús hizo. Entonces, Él llega y abre su sermón y Él dice “Aquí está mi estándar de justicia. Así es como deben vivir en el mundo y la base de todo es ser obediente a la ley incambiable, inviolable de Dios. Cualquier persona que no vive conforme a los estándares de Dios, que sustituye eso por un sistema inventado por los hombres, no es más que un farsante espiritual.

Ahora regresemos al versículo 17, “No penséis que he venido para abrogar la ley.” Él dice “No vine a destruirla.” La palabra es “cataluir” y significa abrogar, destruir, anular. En un sentido físico, la palabra es usada de derribar una pared, o derribar una casa hasta el suelo. Él no vino a derribar el Antiguo Testamento o a desmoronarlo. Por cierto, esa palabra es aplicada al templo y es aplicada en II Corintios 5 al cuerpo. Es usada en un sentido físico para referirse a la destrucción, a la demolición de un edificio, un cuerpo. Aquí, en el sentido espiritual, Él no vino a destruir la Ley. De manera figurada, la Ley Catalu es usada en Romanos 14:20 y de nuevo en Hechos 5:38 para significar algo que llegó a ser inútil, a anular algo que ya no es vigente y Jesús dijo “No vine a hacer eso, sino que vine a cumplir la Ley.”

Mire si usted puede entender un poco de lo que voy a decir ahora, creo que va a abrirle un entendimiento al Antiguo Testamento que nunca antes ha tenido en su vida. Para nuestro Señor Jesucristo, el nuevo pacto no hizo a un lado, no anuló el antiguo pacto, no anuló todo, fue cumplido y eso es diferente. No vino a derribarlo, vino a cumplirlo. Eso es muy diferente y lo que nuestro Señor está diciendo, es que la ley es preeminente, nada la sobrepasa, nada toma su lugar y Él da tres razones para ello en este versículo. Razón No. 1, es escrita por Dios. “No penséis que he venido para abrogar la Ley.” Y Él usa el artículo definido “La”. Ellos sabían a qué ley se refería. Él se refería a la Ley de Dios. Y no se tiene que decir que ellos sabían de qué estaba hablando. Él estaba hablando de la Ley de Dios, la ley que fue escrita por Dios. En Éxodo cuando Dios presentó por primera vez el decálogo, los Diez Mandamientos, escuche cómo comienza “Y Dios habló todas estas palabras diciendo ‘Yo soy Jehová, vuestro Dios que os saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.’” Así comienza “Yo soy el autor de la Ley y yo soy el Señor, Su Dios.” La ley es inviolable, la ley es obligatoria porque Dios es el autor de esa ley.

De hecho, en el versículo 13 dice “No tendréis dioses ajenos delante de mí.” En otras palabras, esta ley va a ser la única ley porque yo soy el único Dios. Escuchen amados, Él dijo de sí mismo “Yo soy Jehová y no cambio. Yo soy el Señor y no cambio.” Entonces la Ley de Dios no es algún tipo de modo cambiarle la opinión humana, diseñado a encajar con los deseos de toda sociedad. La Ley de Dios no es algo que usted simplemente ajusta y adapta a cualquier tipo de pecado que se esté llevando a cabo en su día. La Ley de Dios nunca cambia. Son los estándares de Dios y el primer mandato es este “Yo soy Jehová, vuestro Dios y no tendrán dioses ajenos delante de mí.” Este es un estándar con el cual no se puede hacer concesiones en base al hecho de que Él es el único soberano Dios absoluto. Este no es un ídolo oscuro, una deidad remota, éste es el único Dios santo de universo. Él ha creado todas las cosas y todas las leyes para gobernarlas y entonces son algo que está vigente y por cierto, Dios todavía está vivo, ¿verdad? Sus reglas son todavía las mismas. Su naturaleza es incambiable y sus leyes permanecen.

Seamos específicos acerca de la ley. ¿A qué se refiere Jesús? Muchas personas han discutido esto. Bueno, Jesús es el término ley de una manera más bien comprensiva. Cuando los judíos lo usaban en el tiempo de Jesús - y esto es útil - tenían cuatro cosas en mente, cuatro posibilidades. En primer lugar, algunas veces usaban el término para hablar de los Diez Mandamientos. En segundo lugar, algunas veces usaban la palabra para hablar del Pentateuco o de los cinco libros de Moisés. En tercer lugar, algunas veces usaban la palabra para hablar del Antiguo Testamento entero; pero normalmente, cuando usaban la palabra “Ley”, no estaban hablando de los Diez Mandamientos del Pentateuco o del Antiguo Testamento entero, sino que estaban hablando de las tradiciones orales, escribas que habían estado recibiendo por parte de esos diferentes rabinos. En otras palabras, Jesús lo dijo de manera correcta en Mateo 15 “Ustedes han sustituido las tradiciones de los hombres y las han colocado en lugar de la Ley de Dios.” Dice usted, ¿cómo pudieron haber hecho eso? Bueno, el uso más común entre la ley de los judíos en la época de Jesús era que se refería a esos miles de principios minúsculos, cosas externas que ellos habían colocado en lugar de la ley interna de Dios. Y esta la razón; digamos que usted cree que solo ve al cielo porque guarda la ley, pero la ley es interna y la ley demanda justicia y la ley demanda cierto tipo de naturaleza, de manera de vivir y usted es una persona corrupta y realmente no quiere dejar su pecado. Entonces, lo que hace es inventar muchas leyes que usted puede guardar y simplemente inventa muchas pequeñas reglas y dice “Si yo tan solo guardo estas pequeñas reglas voy a estar bien.” Y usted simplemente podrá tener una multitud de rabinos que inventaban una multitud de reglas y seguían apilando las reglas y guardando las reglas y se puede convencer de que usted está bien. Esto es algo de su razonamiento. Decían “Bueno, simplemente vamos a inventar muchas reglas; después de todo la ley cubre toda parte de la vida del hombre.” Entonces, podemos deducir de la ley una regla para toda persona posible en toda situación posible. Entonces, ahí estuvieron escarbando en el Antiguo Testamento y escogieron todo punto posible e hicieron miles y miles de pequeñas leyes que hasta son simpáticas. Entonces, la gente se ocupaba, gente llamada farisea, tratando de guardarlas y después se daban palmadas en la espalda como si fuera piadosos porque se esforzaban por guardar todas estas pequeñas reglas.

Permítame darle una ilustración. Por ejemplo, la ley del Antiguo Testamento decía que usted no podía trabajar en el día de reposo. “Acordaos del día de reposo para guardarlo santo y descansen de sus labores y demás.” No trabajen en el día de reposo, pero ellos dijeron “Muy bien, si no podemos trabajar en el día de reposo, ¿qué es trabajo?” Tenía que determinar lo que era el trabajo y entonces decidieron hacer un estudio de lo que era el trabajo. Decidieron en primer lugar que el trabajo era llevar una carga. Entonces usted no podía cargar algo en el día de reposo. Entonces dijeron, “Bueno, ¿qué es una carga?” Decidamos qué es una carga. La ley de los escribas estableció “Una carga es comida, igual al peso de un higo seco, suficiente vino para mezclarlo en un contenedor, suficiente leche como para tragar, suficiente miel como para colocar en una herida, suficiente aceite como para ungir un miembro pequeño, suficiente agua como para humedecer el ojo, suficiente papel como para escribir algún tipo de reporte, suficiente pluma como para escribir dos letras del alfabeto, y el suficiente material para hacer la pluma,” y demás y demás. Y todas esas cosas eran el límite. Cualquier cosa más allá de eso es una carga.

 ¿Puede imaginarse el tratar de entender todo esto? Pasaban horas interminables discutiendo acerca de que si un hombre podía levantar una lámpara de un lugar a otro lugar en el día de reposo. Pasaban tiempo discutiendo acerca de que si un sastre había cometido un pecado, si salía con una aguja metida ahí en su túnica. Y tuvieron una gran discusión acerca de que si una mujer podía usar cierto atuendo. Si era demasiado pesado, era una carga, o si ella podía ponerse cabello falso. Era demasiado pesado, era una carga, si ese cabello pesaba más que un higo. También tuvieron un gran argumento acerca de que si un hombre salía en el día de reposo con dientes artificiales o – escuche esto – o un miembro artificial porque eso constituía un peso. Ellos también discutían si un hombre podría levantar a su niño en el día de reposo. Y estas cosas eran la esencia de la religión para ellos. Decidieron también que escribir era trabajo en el día de reposo, pero el escribir tenía que ser definido. Entonces, decidieron que el que escribe dos letras del alfabeto con su mano derecha o izquierda, sea de un tipo o de dos tipos, si son escritas con diferentes plumas o en diferentes idiomas es culpable; aun si escribe dos letras porque se le olvidó es culpable. O si él las ha escrito con pintura, con tinta o con un gis rojo o cualquier cosa que haga una marca permanente. También el que escribe en dos paredes que forman un ángulo o dos tabletas de su libro contable, de tal manera que puedan ser leídas juntas, es culpable, pero si alguno escribe con fluido oscuro, con jugo de frutas o con el polvo del camino o en la arena o cualquier cosa que no sea una marca permanente, no es culpable. Si escribe una letra en el piso y una en la pared o dos en las páginas de un libro, de tal manera que no puedan ser leídas juntas, él no es culpable, siempre y cuando estuvieran separadas. Ese es un pasaje de la ley de los escribas, crean o no.

También decían que curar a alguien era trabajo. Entonces, obviamente esto tenía que ser definido. Se les permitía curar a alguien cuando la vida estaba en peligro, especialmente, en el área del oído, la nariz y la garganta. Pero aún entonces, usted solo podía tomar los pasos necesarios para evitar que el paciente empeorara. No se podía tomar medida alguna para ayudarlo a mejorar. Ese era un equilibrio bastante difícil. Entonces, usted podía colocar una venda simple en una herida pero sin ningún tipo de ungüento. Usted podía colocar algún tipo de gasa o venda en un oído que estaba doliendo pero usted no podía colocar una venda con medicina. Los escribas, como puede ver eran las personas que escribían todo esto, y los fariseos eran los que trataban de guardarlo. Para el judío ortodoxo estricto de la época de Jesús, la ley era cuestión de miles de reglas y normas legalistas. Entonces, cuando Jesús vino y dijo “No he venido para destruir la ley.” Esa no es la ley de la que Él estaba hablando. Si había una ley que Él quería anular desde el principio era esa. Él estaba tratando de quitar todo ese tipo de cosas falsas, Él la condenó y Pablo la condenó en sus epístolas. Jesús no está hablando de las tradiciones de los hombres, Él está hablando de la Ley de Dios. Él vino a cumplir la Ley de Dios, la ley inviolable absoluta, una ley que nunca cambió.

Ahora, permítame ayudarle a ver lo que Jesús quiso decir con la ley aquí. Podría ser que Jesús se refiere a los Diez Mandamientos o podría ser que Jesús quiere referirse a más que eso, el Pentateuco. Podría referirse al Antiguo Testamento entero como lo sabemos. Observe esto, “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas.” Eso lo define. Cuando usted ve el término la ley y los profetas juntos, esa es una referencia al Antiguo Testamento entero y es usado de esa manera doce veces en el Nuevo Testamento. Doce veces, el Nuevo Testamento se refiere al Antiguo Testamento como la ley y los profetas. Permítame darle algunos sinónimos. Cada vez que usted ve en el Nuevo Testamento los términos ley, Ley de Dios, ley y profeta, Escrituras o Palabra de Dios son sinónimos para el Antiguo Testamento en la mayoría de los casos, a menos de que el contexto le dé una definición más estricta, esos términos se refieren al Antiguo Testamento entero. Entonces, ¿qué está diciendo aquí Jesús? “No he venido para destruir” - el Antiguo Testamento entero – “He venido para cumplirlo.” Esa es una gran declaración. Hombres, si esos judíos hubieran estado sintonizados con Jesús en ese día, ellos habrían sabido que ellos estaban viendo cara a cara el tema entero del Antiguo Testamento. Ellos estaban viendo los ojos del que era la consumación del Antiguo Testamento entero, del que se habló en la ley, del que se habló en los profetas. Él estaba de pie frente a ellos. Él era el que había venido para cumplirlo todo.

Le voy a mostrar tres pasajes en Lucas. En Lucas 16:16 Él dice “La ley y los profetas fueron hasta Juan. Desde ese entonces, el Reino de Dios ha sido predicado y todo mundo se esfuerza por entrar a él.” En otras palabras Él dice la ley y los profetas continuaron hasta Juan, pero cuando Juan vino, Él predicó al reino. Claro, Él mismo cumplió ese reino. Más adelante Lucas nos ayuda a entender mejor esto en una declaración más directa, en Lucas 24:27. Esta es una gran declaración y comenzando con Moisés y todos los profetas. Aquí estamos con la ley y los profetas de nuevo. Les explicaba en todas las Escrituras y noten esto. La ley y los profetas equivalen a las Escrituras. ¿Lo ven en ese versículo? Comenzando con Moisés y todos los profetas, les explicaba en todas las Escrituras lo que de él decían. ¿Quién es el tema de los profetas? Él es. ¿Quién es del tema de Moisés? Él es. ¿Quién es el tema de las Escrituras? Él es. Más adelante Lucas 24:44, Él dice “Estas son las palabras que yo os hablé cuando estaba todavía con vosotros.” Que todas las cosas debían ser cumplidas que están escritas en la ley de Moisés y los profetas y los salmos acerca de mí.” Él es el cumplimiento de todo. Eso es lo que Él está diciendo en Mateo 5:17. Es un concepto tremendo si usted puede entender esto. Todo lo que hay en el Antiguo Testamento apunta a Cristo. Entonces Jesús está diciendo “Yo sé lo que están pensando. Yo sé que están pensando que voy a hacer a un lado a esta ley pero no va a ser así. Voy a levantarla aún más alto de lo que ha sido levantada el día de hoy. Voy a exhibir a los hipócritas. Ustedes están pensando que voy a quitarlo todo y que ya no van a tener estos problemas, que ustedes simplemente van a ser libres, y va a ser fácil y que todo va a ser maravilloso pero les estoy diciendo que el estándar de Dios no ha cambiado, ninguna parte de las sagradas Escrituras jamás serán destruidas o anuladas, serán cumplidas y yo mismo las voy a cumplir.” Es una declaración tremenda. ¡        Qué declaración tan asombrosa! Que solo Él cumpliría el Antiguo Testamento entero. Es algo sin paralelo. Aquí está aquel para quién fue escrito. Él es el objeto del Antiguo Testamento entero. Todo apunta a Jesucristo. En su origen, ordenado por Dios, no puede ser anulado, debe ser cumplido.

Ahora, permítame compartirle esto. Usted puede dividir la ley del Antiguo Testamento en tres partes. Permítame ayudarle a entender esto. Observe lo que dice Deuteronomio 4:13. Deuteronomio 4:13. Ese es Moisés hablándole al pueblo, y él les anunció Su pacto - escuchen – hasta el cual los mandó a poner por obra, los Diez Mandamientos y los escribió en tabla de piedra. Eso es lo primero. Dios dio los Diez Mandamientos. Después, versículo 14, “A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo las enseñanzas y los estatutos, los juicios para que los pusieses en obra por la tierra en la cual pasáis a tomar posesión de ella.” Le voy a decir lo que eso significa. Dios estableció en primer lugar los Diez Mandamientos. Después le dijo a Moisés y al resto de los profetas, “De esos Diez Mandamientos básicos, tenían los estatutos y las ordenanzas” – eso es lo que le dijo a Moisés. Entonces, Moisés fue de los Diez Mandamientos, sí, bajo la inspiración de Dios, desarrolló los sistemas sermonéales y judiciales y la aplicación de la ley entera en la vida de la gente. Cuando los profetas vinieron, su trabajo consistió en recordarle al pueblo que la ley todavía era obligatoria. Todo se remonta a los Diez Mandamientos. Eran en esencia la Ley de Dios y fueron expandidos en las ordenanzas y estatutos que Moisés dio en el Pentateuco y en el resto del Antiguo Testamento. Los escritos de los profetas consistían en llamar al pueblo a ser obedientes de sus estándares.

Podemos dividir la Ley de Dios en tres partes: la ley moral, la ley judicial y la ley ceremonial. La ley moral era para todos los hombres. La ley judicial era solo para Israel y la ley ceremonial era para la adoración de Israel hacia Dios. Entonces, la ley moral incluye a todos los hombres y se hace más particular para Israel en la ley judicial y para la adoración de Israel hacia Dios en la ley ceremonial. Ahora, manténgase conmigo, sígame. La ley moral está basada en los Diez Mandamientos. Los grandes principios morales establecidos de una vez y para siempre. El resto de la ley moral está edificada sobre ella. La ley judicial era la ley legislativa dada para que Israel funcionara como nación y eso es muy importante. En otras palabras, Dios le dijo a Israel, quiero apartarlos para que sean diferentes y únicos y por eso tendrán leyes judiciales. Eso significa que vivirán los unos con los otros y las naciones      que los rodean de la manera diferente. Esta ley era para gobernar su conducta. En tercer lugar, la ley ceremonial tenía que ver con el ritual del templo y la adoración de Dios. Dice usted, ¿De qué ley está hablando Jesús? Él estaba hablando de las tres. Algunos dicen que Él estaba hablando de la ley moral pero no fue así. Él vino a cumplirlo todo, fuera la ley moral, fuera lo que se desprendió de la ley moral en Israel, la ley judicial o la ley ceremonial, la ley de la adoración. Él vino a cumplirlo todo, cada parte. Todo fue escrito por Dios, todo es preeminente, todos los principios, los patrones, las profecías, tipos, símbolos, todo en el Antiguo Testamento es escrito por Dios y cumplido en Jesucristo.

Entonces, en primer lugar vemos que la ley es preeminente porque es escrita por Dios. En segundo lugar, la ley es preeminente porque es afirmada por los profetas. Observe el versículo 17 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas.” Como usted sabe, el término profetas como usted sabe, simplemente, nos ayuda a entender esto. Los profetas simplemente reiteraron, reforzaron la ley. Ellos le decían al pueblo de Israel, por ejemplo, más vale que hubieran guardado la Ley de Dios. Están violando su ley, están dejándola. Algunas veces ellos hablaron del fracaso de Israel al no haber guardado la ley moral. Algunas veces fracasaron al no haber guardado la ley judicial. ¿Cuántas veces le dijo Israel “Son jueces injustos”? Algunas veces fracasaron al no guardar la ley ceremonial. Algunas veces Él dijo, “No han traído su sacrificio sino que más bien han sacrificado a dioses falsos.” Entonces los profetas, de manera constante, tocaban la misma melodía, guarden la ley moral, la ley judicial, la cual los aparta como una nación única y guarden la ley ceremonial, la cual es la definición de Dios, el patrón y el estándar para su adoración. Puedo oír a Isaías diciendo “Venid,” luego dice Jehová “Y estemos a cuenta. Si vuestros pecados fueran como la grama, como la nieve, serán emblanquecidos. Si fueran rojos como el carmesí vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis como le dice el bien a la tierra, si no quisiereis y fuereis rebelde, seréis consumidos a espada.” En otras palabras, Isaías está diciendo, “Si ustedes guardan la Ley de Dios, serán bendecidos; sino serán maldecidos.”

En el libro entero de Malaquías los llama y les dice “Han violado las leyes de Dios del matrimonio y de los impuestos, y la moralidad y la justicia y Dios los va a juzgar.” Entonces los profetas eran los voceros de Dios que reafirmaban la ley moral. Entonces, estoy diciendo que la ley es, en primer lugar, preeminente porque es escrita por Dios. En segundo lugar, a lo largo del Antiguo Testamento entero, es reafirmada por los profetas. De hecho, la mejor definición de un profeta que yo conozco que está en Éxodo 4:16, de una manera excelente, Dios, mediante la analogía de Moisés y Arón, nos da la definición de un profeta. Esto es lo que Dios le dice a Moisés acerca de Arón “Y él te será como boca y tú le serás como Dios.” Esto es lo que es un profeta, una boca para Dios. Jeremías 1 habla de lo mismo. Jeremías era una boca para Dios. Dios dice “Irás a donde yo te envíe y lo que yo te mande que digas hablarás.” Entonces, los profetas, simplemente, reiteraban la Ley de Dios, hablaban la Ley de Dios.

Ahora llegamos al tercer punto. Esto es literalmente abrumador. Vamos a desarrollar ésta en las próximas semanas conforme avanzamos a lo largo del sermón del monte. Entonces, reciba lo más que pueda en esta noche. En primer lugar, la Ley de Dios es obligatoria porque es escrita por Dios. Dios es su autor. En segundo lugar, es afirmada por los profetas y en tercer lugar es cumplida por Cristo. Este es la médula del asunto, es cumplida por Cristo. Miren, si tan solo pudieran compartir una parte de lo que hay en mi corazón acerca de esta verdad en particular, estaría satisfecho. Cuando Jesús dijo al final del versículo 17 “Sino para cumplir” – Él estaba diciendo “La ley entera yo la voy a cumplir.” O fuera en su primera venida, en su regreso en el Espíritu, o en su segunda venida, Jesús cumplirá el Antiguo Testamento entero, ceremonialmente, judicialmente y moralmente. Es una verdad tremenda. Las Escrituras encuentran Su significado más pleno en él. Algunas personas dicen que el Antiguo Testamento no está completo, pero está completo. Es todo lo que Dios quiso que fuera, es absolutamente maravilloso, perfecto, un retrato completo, perfecto, absolutamente maravilloso, del rey venidero y su reino, y el Rey vino a cumplirlo. Cinco veces en el Nuevo Testamento Jesús dijo ser el tema del Antiguo Testamento entero. ¿Sabía usted eso? Cinco veces. Hebreos 10:7, Juan 5:39, Mateo 5:17, Lucas 24:27, Lucas 24:44, cinco veces Él dijo “Yo soy el tema de todo.” II Corintios 1:20, el apóstol Pablo dijo “Todas las promesas de Dios en Él son sí y Amén. Él es el que las cumple todas.

Simplemente piense en el Antiguo Testamento, escuche esto. En Génesis Él es nacimiento de la mujer; en Éxodo Él es el codero de la pascua; en Levítico, Él es el sumo sacerdote; en Números, Él es la columna de nube de día y de fuego de noche; en Deuteronomio, Él es el profeta como Moisés; en Josué, Él es el capitán de nuestra salvación; en Jueces, Él es el juez y dador de la ley; en Rut, Él es el pariente redentor; en I y II de Samuel, Él es el profeta confiable; en Reyes y Crónicas, Él es el rey que reina; en Esdras, Él es el escriba fiel; en Nehemías, Él es el reconstructor de los muros que se han caído; en Ester, Él es el Mardoqueo; en Job, Él es el redentor que vive para siempre; en los Salmos, Él es Jehová nuestro pastor; en Proverbios y Eclesiastés, Él es la verdadera sabiduría; en el Cantar de los Cantares, Él es el verdadero amante y el novio; en Isaías, Él es el príncipe de paz; en Jeremías y Lamentaciones, Él es el profeta que llora; en Ezequiel, Él es el maravilloso hombre de cuatro rostros; en Daniel, Él es el cuarto hombre en el horno ardiente; en Oseas, Él es el marido eterno casado para siempre con la que lo ha dejado; en Joel, Él es al bautizador con el Espíritu santo; en Amós, Él es el que lleva la carga; en Abdías, Él es el Salvador; en Jonás, Él es el gran misionero extranjero; en Miqueas, Él es el mensajero con los pies hermosos; en Nahúm, Él es el vengador; en Habacuc, Él es el evangelista de Dios que ruega por avivamiento; en Sofonías, Él es el Señor Poderoso que viene a salvar; en Ageo, Él es el restaurador de la herencia perdida; en Zacarías, Él es la fuente abierta en la casa de David por el pecado para la limpieza; en Malaquías, Él es el sol de justicia que se levanta con salud, sanidad en sus alas. Él es el tema del antiguo testamento en toda parte de Su historia.

La pregunta es esta. ¿En qué sentido cumple Jesús la ley? Voy a hacer que todos ustedes se vuelvan teólogos en este momento. Algunos dicen que Él lo cumplió por su enseñanza, que lo cumplió por su enseñanza. La idea es que lo llenó. La ley era un bosquejo y Él la coloreó. Él dijo “La ley dice esto pero yo quiero añadir esto.” Algunos dicen que Él la llenó con su enseñanza, que básicamente había un código incompleto en el Antiguo Testamento y Él necesitaba añadir nuevas dimensiones. Entonces, Él añadió. En un sentido, expandió la Ley de Dios, la hizo más clara. Cuando Él envió al Espíritu, el Espíritu a través de los escritores de las Epístolas hizo aún más clara la Ley de Dios; pero eso no puede ser la verdadera razón, el verdadero significado de cumplir. En primer lugar eso no es lo que la palabra significa, no significa completar, significa llenar. Significa añadir, significa completar algo que ya está ahí. Jesús realmente no añadió nada nuevo, ¿sabía usted eso? Él simplemente aclaró el significado original de Dios. Permítame decirle esto. Jesús no vino a dar un discurso moral. La ley no es cumplida al dar un discurso acerca de ello o añadirle, es cumplida de otra manera. Entonces, algunas personas dicen. Él la cumplió porque satisfizo sus demandas. Algunos maestros bíblicos dicen “En su vida Él guardó toda parte de la Ley de Dios, la ley moral, judicial y ceremonial. Él adoró de la manera correcta, Él era equitativo y justo. Él nunca violó una regla que Dios estableció. Él era perfectamente justo. Él era el santo de manera absoluta. Él era la justicia perfecta,” y eso es verdad. En Mateo 3:15, Él le respondió a Juan el Bautista, quien no quería bautizarlo. Él dijo “Permite que así sea esto porque esto va a cumplir toda justicia.” En otras palabras, si el Antiguo Testamento dice que vas a ser lavado en arrepentimiento, entonces yo voy a ser lavado, y eso es lo que dice.

Entonces, Él cumplió todo detalle minúsculo de la Ley de Dios, y en ese sentido la cumplió. Eso es verdad, Él lo hizo, pero todavía eso no es el corazón de lo que Él está diciendo aquí. Hay verdad en todo eso. Él añadió una nueva percepción a la ley del Antiguo Testamento. Él la resumió de manera maravillosa, de hecho, Él tomó la ley entera y la redujo a una cosa: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas y ama tu prójimo como a ti mismo.” Él resumió la ley entera de manera hermosa. En las Epístolas, a través del Espíritu Santo, Él la aclaró y la enriqueció más. Es verdad, en segundo lugar, que Él la vivió en su propia vida, Él guardó la ley y no hay duda al respecto. Él no tuvo pecado, perfecto en su obediencia. Él proveyó el modelo perfecto de justicia absoluta al cumplir la ley santa de Dios; pero esas, todavía no llegan al punto primordial. Hay todavía otra razón. Permítame explicárselo de manera simple. Él cumplió la ley entera del Antiguo Testamento al ser su cumplimiento. No es tanto por lo que él hizo o dijo sino por lo que Él fue. Dice usted, ¿qué significa eso? Lo que quiero decir es que Él simplemente no vino a rescatar la ley de la perversión rabínica, simplemente para hacer un modelo de justicia. Él vino a traer la justicia eterna al ser el Mesías que la ley predijo. En otras palabras, fue tanto lo que Él era como lo que Él hizo y dijo.

Véalo de esta manera. Esto es emocionante. Usted ve la ley judicial y todas las diferentes reglas que gobernaban la conducta de Israel. Todos sus códigos legales, todas las cosas que debían hacer. Levítico 26:46, los estatutos y ordenanzas y leyes que el Señor hizo entre sí mismo y los hijos de Israel. Dios hizo leyes especiales con Israel. En el Salmo 147:19, Él declara su palabra a Jacob, sus estatutos y sus ordenanzas a Israel. Él no ha tratado así con ninguna otra nación. En otras palabras, Dios tuvo leyes peculiares para Israel. Esta es su ley judicial la cual los apartaba. Tenían ciertas leyes en su dieta, ciertas leyes en su vestido y su cultura, y leyes en sus relaciones con ciertas cosas que tenían que hacer. Estas leyes los apartaban. Dice usted, “Bueno, ¿cómo es que Jesús cumplió eso?” Cuando Jesús murió en la cruz, ese fue el rechazo final completo por parte de Israel en contra de su Mesías, ¿verdad? Ese fue, ese fue el fin del trato de Dios con esa nación como nación. La ley judicial que le dio Dios a Israel, dejó de estar vigente cuando Dios ya no trató con ellos como nación y Jesús se edificó su iglesia. Gracias a Dios porque algún día va a regresar y va a redimir esa nación de nuevo y va a tratar con ellos como nación, pero por ahora, cuando Jesús murió en la cruz, la ley judicial dejó de estar en vigencia. Ya no había un pueblo nacional de Dios, habría un nuevo hombre tomado de los judíos y gentiles que sería llamado la iglesia. La ley judicial llegó a su fin. Esa es la razón por la que Mateo 21:43 dice “Por tanto os digo que el reino de Dios será quitado de vosotros.”

Mantén en mente que los cimientos de la ley judicial están en la ley moral, de tal manera que los principios divinos que están detrás de ella todavía existen. Todavía están ahí, todavía son obligatorios. Pero la ley judicial que se relacionaba con Israel fue hecho a un lado cuando Jesús murió porque ese fue el rechazo final y completo de su Mesías. ¿   Qué hay acerca de la ley moral? ¿La cumplió? Claro que sí. ¿De qué manera? En la manera en la que dijimos antes. Toda regla que Él estableció la obedeció, ¿verdad? Todo precepto que Dios jamás estableció, Él lo cumplió. Él nunca desobedeció nada de lo que Dios estableció. Él cumplió la ley judicial en el sentido de que Él llevó todo a su clímax definitivo. Él permitió que Israel fuera por el camino que ellos escogieron y terminaron su identidad como su pueblo en ese momento hasta un tiempo futuro. Él resumió la ley judicial y terminó. Jesús al vivir una vida perfecta cumplió la ley moral y eso deja solo una, la ley ceremonial. ¿Cómo cumplió eso Él? Esto es fantástico. Él lo hizo al morir en la cruz. Este es el último punto, pero quiero que quede claro y que quede muy claro. Él murió en la cruz y cuando Él murió, el sistema ceremonial entero llegó a su fin. De hecho, cuando Él murió, el velo del templo se partió en dos, de arriba hacia abajo, y el lugar santísimo fue revelado. Dios estaba diciendo, el sistema entero, levítico, sacerdotal, judicial se acabó. Entonces, Él cumplió de manera total la ley judicial en una manera negativa al ser la víctima de su rechazo final. Pero Él cumplió la ley moral en la manera en la que Él vivió y la ley ceremonial en la manera que Él murió.

Podemos pasar tanto en Hebreos en este último punto. En Hebreos 10:19 dice –quiero concluir – dice “Así que hermanos, teniendo libertad para entrar en el lugar santísimo por la sangre de Jesucristo.” En otras palabras, Jesucristo abrió un nuevo día. Él terminó con el sistema ceremonial y ya no adoramos a Dios con la sangre de bueyes y de cabras. Ya no tenemos que traer todas las ofrendas y todo eso. Fue unos cuantos años después que Él murió que Él permitió que los romanos vinieran y destruyeran de manera absoluta el templo. El sistema sacrificial entero terminó desmoronándose cuando Él murió. Se acabó todo, se acabó todo. Y el nuevo pacto trajo el amanecer de un nuevo día. El sistema ceremonial fue cumplido. El sistema judicial entero fue solo vigente mientras que Israel fuera el pueblo de Dios. Cuando eso se acabó el sistema terminó. El sistema ceremonial fue solo vigente hasta que el sacrificio final vino y cuando vino, el sistema entonces se acabó. Eso solo deja un elemento de la Ley de Dios que todavía es obligatorio. ¿Cuál es ese? La ley moral. Eso es lo que estaba detrás de todo y eso estará con nosotros hasta que lo veamos cara a cara. En Hebreos capítulo 7, versículo 18 “Queda pues abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia pues nada perfeccionó la ley y de la introducción de una mejor esperanza por la cual nos acercamos a Dios.” En otras palabras, lo que la ley no pudo hacer, Cristo lo hizo. Él trajo a su fin el retrato porque Él era la realidad. En Hebreos 8:8 dice “He aquí, vienen días dice el Señor en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto.” En otras palabras va a ser diferente en Cristo, algo nuevo, algo cambiado, un nuevo pacto. Hebreo 9:10 dice que el nuevo pacto no será con comidas y bebidas diversas a ilusiones y ordenanzas acerca a la carne. No, cuando el tiempo de reformar las cosas vengan – y ese es un término para el Nuevo Testamento – cuando venga el Nuevo Testamento, el nuevo pacto viene y el antiguo pacto pasa. A lo que se refiere no es a la ley moral de Dios, sino a las ceremonias de Dios.

El punto es que todas las ceremonias eran retratos de Cristo y cuando vino la realidad ya no necesitamos un retrato. Piense en esto de la siguiente manera. En todo sentido, Jesús cumplió la ley ceremonial. Compárelo con Arón, el sumo sacerdote, por ejemplo. Arón entró al tabernáculo terrenal, Cristo entró al templo celestial. Arón entró una vez al año, Cristo entró de una vez por todas. Arón entro más allá del velo, Cristo rompió el velo. Arón ofreció muchos sacrificios, Cristo ofreció uno. Arón ofreció para su propio pecado, Cristo ofreció solo para nuestro pecado. Arón ofreció la sangre de bueyes, Cristo ofreció su propia sangre. Arón fue un sacerdote temporal, Cristo es el eterno. Aron era falible, Cristo es infalible. Aron era cambiable, Cristo es incambiable. Aron era continuo, Cristo fue final o definitivo. El sacrificio de Aron era imperfecto y el de Cristo fue perfecto. El sacerdocio de Arón era insuficiente y el de Cristo fue todo suficiente. El sacerdocio de Arón no prevaleció siempre y el de Cristo siempre prevaleció.

Observa el tabernáculo que era lo que retrataba, el tabernáculo tenía una puerta, Cristo dijo “Yo soy la puerta.” Tenía un altar de bronce, Él dijo que Él era el altar, el rescate por muchos. Tenía un lavadero, Él dijo que Él nos lavaría y nos limpiaría. Tenía lámparas, Él dijo que Él era la luz. Tenía pan, Él dijo que Él era el pan. Tenía incienso, y Él dijo “Mis oraciones ascienden por ustedes.” Tenía un velo, Él dijo “El velo es mi cuerpo.” Tenía un propiciatorio, Él dijo “Yo soy el propiciatorio.” Todo lo retrataba Él. Observen las ofrendas levíticas, había un holocausto para hablar de la perfección de vida, Él era la perfección de vida. La ofrenda alimenticia hablaba de la dedicación y Él era el que estaba dedicado de manera total a Dios. Había una ofrenda de paz, Él es la paz. Había una ofrenda por el pecado, el que no conoció pecado, por nosotros se hizo pecado. Había una ofrenda por la transgresión y el proveyó para nuestras transgresiones. Piensen en las fiestas, en las ceremonias de Israel. Él es nuestra pascua. El pan sin levadura habla de una vida santa y Él es el que caminó en santidad. La fiestas de las primicias, Él es el que resucitó de los muertos, primicias de los que durmieron. La fiesta de Pentecostés, Él es el que derramó Su Espíritu. La fiesta de las trompetas, Él es el que un día hará que su ángel toque la trompeta y congregue a los elegidos de las cuatro esquinas de la tierra. La fiesta de la expiación, Él es el pagó el precio de la expiación. La fiesta de los tabernáculos, la cual habla de reunión, Él es el que va a congregar a su pueblo a su casa para siempre. ¿Entiende el punto? El punto es que Jesús cumple toda parte de la ley. Cuando él vino y estuvo ahí ese día, en Mateo 5:17 dijo “He venido para cumplir la ley.” Él dijo que debería haber hecho que la gente se fuera de espaldas. Y entonces, ellos deberían haberse postrado ante Él como el Rey de Reyes y Señor de Señores. El Antiguo Testamento entero es Jesucristo, de principio a fin. La ley misma no podría hacer que alguien fuera justo. El Nuevo Testamento dice una y otra y otra vez. Jesús tenía      que venir y hacer lo que la ley no podía hacer, conceder su justicia. Gálatas 3:24 dice que la ley es nuestro hallo para llevarnos a Cristo para que mediante Él podamos ser justificados por la fe, pero después de que la fe ha venido, ya no necesitamos un hayo. ¿De qué elemento de la ley está hablando ahí? – De la ley ceremonial. La ley ceremonial apuntaba a Cristo, pero una vez que Cristo vino, Él está diciendo a los Judaizantes en Gálatas “No necesitamos los rituales de la circuncisión porque la realidad ya está aquí.” Él lo cumplió todo, Él cumplió todo.

Hay un pensamiento más. Debido a que Él cumplió la ley entera, también usted y yo podemos. Esa es la parte más sorprendente de todo. Debido a que Él fue perfectamente justo, debido a que Él cumplió toda justicia, usted y yo también podemos. Escuche Romanos 8:4. Para que la justicia de la ley fuera cumplida en nosotros que no andamos según la carne y según el Espíritu, usted también puede cumplir la Ley de Dios. Esa es la única parte que queda. La ley judicial se hizo a un lado con Israel y la ley ceremonial se detuvo cuando Cristo vino. Inclusive el Señor le dijo a Pedro, “Ya no te preocupes por animales inmundos o rituales, ya se acabó todo eso.” Pero la ley moral permanece. Usted dice “¿Podré yo llegar a cumplir la ley moral?” La Biblia dice que si andamos en el Espíritu, cumplimos la justicia de la ley porque Cristo a nosotros la cumple. ¡Qué clímax! Él cumplió la ley y Él la cumple a nosotros. Es tremendo pensar acerca de cómo Él cumplió todo de lo que la ley y los profetas hablaron. Y esta noche ni siquiera hablamos de las profecías que Él cumplió. Él cumplió cientos de ellas. No estaban viendo a Jesús y diciendo, “¿Es este un revolucionario que va a anular todo esto?” Él dijo “Ni lo piensen. Yo he venido a elevarlo y a desenmascarar a los hipócritas y después de que lo eleve voy a cumplirlo en todas las maneras en las que puede ser cumplida: judicial, ceremonial y moralmente. Inclusive, voy a hacer posible que aquellos que me siguen y creen en mí, sean llenos de mi Espíritu y ellos también cumplirán esta ley.”

Permítame concluir con esto. Esto es escrito por alguien desconocido y cito “Encuentro a mi Señor en el libro en donde tengo la oportunidad de ver. Él es el tema de la Biblia, el centro y el corazón del libro. Él es la rosa de Sarón y el lirio de los valles. Cuando abro mi Biblia el Señor del libro está ahí. Él es el principio del libro. Él, en el principio del libro le dio a la tierra su forma. Él es el arca de refugio que enfrenta el golpe de la tormenta. Él es la salsa ardiente del desierto. Él es el retoño de la vara de Arón. A donde quiera que va mi Biblia veo al hijo de Dios, el carnero en el Monte Moriah, la escalera de la tierra al cielo, el hilo escarlata en la ventana y la serpiente levantada en alto, la roca golpeada en el desierto, el pastor con la vara y el callado, el rostro de mi Señor descubre en donde quiera que abro el libro. Él lee el nacimiento de la mujer, el Salvador que nación de una virgen, Él es el hijo de David a quien los hombres rechazaron con escarnio, sus vestimentas de gracia y de belleza, Él es el atuendo majestuoso de Arón; sin embargo, Él es un sacerdote para siempre porque Él es Melquisedec. Señor de gloria eterna a quien el apóstol Juan vio, luz de la ciudad dorada, cordero sin mancha ni falla, novio que viene a la media noche a quien esperan las vírgenes, a donde quiera que abro mi Biblia encuentro a mi señor en el libro.” Quiero hacerle una pregunta el terminar ¿Ha encontrado al Señor Jesucristo en el libro y le ha entregado su vida a Él? Solo Él puede darle el estándar absoluto para su vida y hacer lo que viva una justicia que de usted mismo es imposible. Solo Él puede capacitarlo para cumplir la Ley de Dios y capacitarlo para tener el tipo de virtud que Él demanda. Si no le ha entregado su vida, entonces, mientras que usted se sienta ahí, venga con una fe arrepentida a Él y entréguele su vida. Recíbalo como su Señor y Salvador, para que Él pueda cumplir la Ley de Dios a través de Su poder.

Usted ha escuchado a John MacArthur, maestro bíblico de Gracia a Vosotros. Para más información y acceso gratuito a todos los mensajes de John, así como una lista de libros incluyendo la Biblia de estudio, visite la página Web en www.gracia.org. Gracia a Vosotros y el pastor John MacArthur se reservan toda protección y el derecho de autor bajo la ley que esté vigente. La información de derechos de autor está disponible en www.gracia.org que incluye instrucciones para limitar la duplicación de este archivo digital. Gracia a Vosotros es una organización sin fines de lucro dedicada a desarrollar recursos desde las enseñanzas del Pastor John MacArthur, las cuales ofrecen la verdad de las Escrituras. Por otra parte estimado oyente, su apoyo en oración y sus donaciones al ministerio nos ayudan a lograr este propósito para equipar a miles de personas de habla hispana. Si desea hacer una donación u ofrenda, puede hacerla utilizando su tarjeta Visa, MasterCard, Discovery o American Express. Si vive en Estados Unidos o Puerto Rico puede llamarnos al 1-866-5gracia. Esto es 1-866-547-2242 o desde cualquier otro lugar ingresando a nuestra página web en www.gracia.org y de antemano gracias por su apoyo.

 

 

 

 

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