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Inclinémonos juntos en oración al llegar a la Palabra. Padre, gracias por el hecho de que quieres hacer eso, hacernos más como tú cada día. Te agradecemos por el hecho de que no solo quieres, sino que puedes por Tu gran poder conformarnos a la imagen de Jesucristo. Usa la Palabra ésta mañana de una manera pequeña para ayudar en ese proceso de moldeo, para empujarnos un poco más en la dirección de la conformidad a Ti mismo, en el nombre de Cristo. Amén.

Tome su biblia si es tan amable y acompáñeme a Mateo capítulo 6. Esta mañana quiero comenzar un estudio de los versículos 16-18. Mateo capítulo 6, versículos 16-18. Si ha estado con nosotros usted sabe que esto significa que estamos saltándonos los versículos 9-15. Ese es el pasaje de la Escritura conocido comúnmente como la oración del Señor. Y la razón por la que me la estoy saltando es solo temporal. En este capítulo en particular, Jesús está confrontando la religión hipócrita, Él escoge tres ilustraciones, el dar por parte de los fariseos era hipócrita, eso está en la primera parte del capítulo. La oración de los fariseos era hipócrita, y finalmente, el ayuno que realizaban era hipócrita.

En el versículo 2, Él dice: “Cuando des limosnas, no hagáis tocar trompeta como los hipócritas.” En el versículo 5, “Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas.” Y en el versículo 16, “Y cuando ayunéis no seáis como los hipócritas.” Entonces, estas son las tres ilustraciones de la religión hipócrita que el Señor da. Ahora, cuando Él entra al tema de la oración hay una introducción maravillosa de esta sección para la oración del Señor. Pero debido a que queremos tratarla a detalle, tomándola frase por frase, vamos a tratar con las tres ilustraciones primero y después vamos a retroceder y pasar un tiempo más bien largo estudiando la oración del Señor.

Entonces, vamos a estar entrando a eso en un par de semanas, solo quería que no pensara que no habíamos cubierto una de las grandes porciones de la Palabra de Dios. Es para que podamos concentrarnos en ella y no perder nuestra perspectiva de la sección entera, y por eso estamos concentrándonos ahora en el ayuno, y vamos a regresar a eso. Observe el versículo 16 y sígame en su biblia conforme leo.

“Cuando ayunéis, no seáis austeros como los hipócritas, porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

Ahora, esto obviamente como las otras dos, es un correctivo en contra del ayuno hipócrita. Los fariseos y los escribas y los judíos estaban involucrados en muchos, muchos ayunos. Era una parte muy común de su sistema religioso, pero necesitaba un correctivo, necesitaba ser corregido. No obstante, antes de que podamos entender el correctivo, debemos entender en que consiste el ayuno, Él simplemente asume al decir “cuando ayunéis,” el conocimiento y las ocasiones del ayuno. Pero el ayuno en nuestra sociedad, esto es en la iglesia de Jesucristo, es un factor poco entendido de experiencia religiosa o espiritual. Ahora, el ayuno es un fenómeno muy popular en la actualidad, pero eso no se debe confundir con lo que la Biblia está enseñándonos acerca del ayuno.

Entonces, abordemos nuestro estudio de éste texto esta mañana, al retroceder del texto, para darle un marco de referencia en relación al ayuno. Y he estado leyendo mucho esto en la última semana, y no podría contar todas las cosas que leí. Probablemente he cubierto unos veinte libros, y en los últimos tres o cuatro días he estado leyendo libros seculares acerca del ayuno, y después ayer terminé un par de libros escritos desde un punto de vista espiritual, para que pudiera tener todo el panorama. Permítame ver si puedo ayudarle a entender esto.

Ahora, estoy muy consciente del hecho de que a todos nos gusta la comida. Y a mí también me gusta, no soy diferente de nadie más. También estoy muy consciente del hecho de que Dios, de una manera maravillosa, permite eso. Digo, enfrentémoslo. Dios ha provisto una variedad tan infinita de gustos, y una capacidad tan infinita en la parte de la lengua para disfrutar de esos gustos que Él debió haber sabido en que nos estaba metiendo. No hay duda acerca de esto en mi mente. Dios quería que tuviéramos la plenitud de disfrutar todo lo que hay por disfrutar al comer.

Ahora, básicamente creo que eso es verdad en todo tipo de situación. Creo que Dios ha hecho un mundo como éste mundo porque Él quería que disfrutáramos el color, ¿no lo cree? Digo, todo podría ser color beige. El mundo entero podría ser color café, y después el café no estaría de moda. Necesitaría haber algo de variedad. El mundo entero, digo, es tremendo. Sabe una cosa, alguien estaba hablando el otro día, y es, es una especie de ilustración terrenal, pero ellos dijeron: Piénsalo. Piensa en besar a la persona que amas. ¿No es maravilloso que Dios inventó eso? Él podría simplemente haber hecho que intercambiáramos cerilla de los oídos.

Pero digo, hay muchas alternativas, hay muchas alternativas, ja, solo estoy viendo aquí a Clayton abajo, creo que lo perdí para el resto de…hay muchas alternativas para lo que Dios en Su gracia nos ha dado. Cuándo hablamos del alimento, creo que Dios está muy consciente del hecho de que hay variedad. Y creo que así es como Él quiso que fuera. No somos como los automóviles, no solo cargamos gasolina, somos diferentes. Ni siquiera somos como los animales que pueden vivir comiendo una dieta de lo mismo, todo el tiempo, y demás. Aunque algunos seres humanos en este mundo no son tan afortunados como para tener la variedad de lo que tenemos en nuestro país. Pero Dios ha hecho esto para nosotros.

En Génesis 1:30 dice, “A toda bestia de la tierra, y a toda ave de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en dónde hay vida, le he dado toda hierba verde para que coma.” Todo está ahí para nosotros y después del diluvio Dios dijo: “Todo lo que se mueve y todo lo que vive será para tú mantenimiento. Así como las hierbas verdes te las ha dado, te doy todas las cosas.” Todas las cosas, desde los vegetales y las frutas, a las carnes, y las nueces, todo lo que Dios ha provisto en este mundo para hacer que el comer sea algo que disfrutemos.

Ahora, Dios sabía que necesitábamos comer y comeríamos. Vamos a comer lo que sea para sobrevivir, lo que sea. Pero Dios nos dio la maravilla del gusto, para que la vida fuera más rica y más bendecida, simplemente al comer.

Entonces, es un regalo bueno de Dios simplemente, en su valor de sustento. Es nutriente. Nos nutre lleno de las cosas que necesitamos, y también en su elemento de placer es un buen regalo de Dios. También es un buen regalo de Dios porque es una fuente de comunión. El tiempo en el que comemos es cuando todas esas actividades independientes se detienen, y todos nos reunimos y disfrutamos el estar unos con otros y siempre ha sido así. Cuando Dios y dos ángeles visitaron a Abraham, comieron juntos, y a lo largo del Antiguo Testamento el pueblo de Dios, se reunieron y comieron y las familias en la actualidad encuentran un recurso de amor y comunión y plática y entendimiento cuando se reúnen para comer.

El cuerpo de Cristo ha hecho eso, han partido el pan desde que la iglesia nació en el día de Pentecostés, de casa en casa y continuamos disfrutando esa comunión inclusive en la actualidad, desayunando, comiendo, o cenando con otras personas quiénes amamos, Jesús en Juan 21 hizo el desayuno y después les dijo a sus amados discípulos, vengan y coman. En Apocalipsis 3:20, Él está en la puerta tocando y quiere que le abramos para que pueda entrar y cene con nosotros, y nosotros con Él.

El alimento entonces provee sustento, provee placer, provee comunión. Inclusive creo que el alimento provee cierta cantidad de adoración. No se usted, pero en nuestra casa estamos tratando de ser muy conscientes de que todo alimento que comemos es un regalo de Dios. La oración del Señor dice: “El pan nuestro de cada día,” ¿qué? “dánoslo hoy.” Es simplemente el reconocimiento constante de que la fuente de todo nuestro sustento es Dios mismo, quién nos concede el alimento que comemos.

Esa es la razón por la que 1 Timoteo dice lo que dice en el capítulo 4, y es un versículo maravilloso. 1 Timoteo 4, versículo 3 dice que prohibirá casarse, hablando de los maestros y demás, dice, alimentos que Dios creó para que fueran recibidos con acción de gracias, por los que creen y conocen la verdad, porque todo lo que Dios creó es bueno y nada debe desecharse y debe ser recibido con acción de gracias. Dios ha creado todo este alimento porque es bueno para el sustento, y porque es bueno para el placer, y porque es maravilloso para la comunión, y porque es una fuente de adoración. Debe ser recibido con gratitud, debemos estar agradecidos con Dios por una provisión tan maravillosa.

Ahora, simplemente quiero decirle eso para que sepa que está bien comer y está bien disfrutar comer. No tiene que comer y toda su vida pensar que usted está siendo espiritual sin disfrutar, Dios ha creado esto para que lo disfrutemos. Obviamente, necesita tener algo de sentido común aun al colocar ciertas cosas en su cuerpo que no son saludables. No obstante, tenemos el derecho de disfrutar de manera plena la provisión que Dios nos ha dado. Sabe una cosa, los rabinos tenían una afirmación interesante. Algunos de ellos reaccionaron en contra del ayuno y dijeron: Cuando llegues al cielo, y al tribunal del juicio vas a tener que responderle a Dios por toda cosa buena que no comiste.

Ahora, esa es una manera de verlo. La próxima vez que usted salga a cenar, y diga usted: Hombre, voy a comer uno de cada uno. Ciertamente no quiero tener que responder en el juicio por no comer alguna buena que Dios creó. Ahora, ese es el otro extremo, pero algunos de los rabinos llegaban a ese punto. Ahora, otros iban al extremo de no comer nada y ayunar. Y esa era su pretensión piadosa. Pero no importa que extremo adoptaba usted, alguien desarrollaba la teología para acomodarlo. Si usted se excedía y comía todo, eso era bueno porque entonces cuando llegara al día del juicio usted podía decir: Aquí estoy Señor, y entro sin tener necesidad de nada. Y he probado toda Tu creación.

Por otro lado, estaban los piadosos que decían que ayunaban y se aseguraban que toda persona que conocían, ayunaban para que se vieran santos y justos y espirituales por su abstinencia. Y estos son los extremos a los que Jesús aplica el correctivo en Mateo capítulo 6. Ahora, quiero que entienda que el alimento es bueno, y el alimento es de Dios, y el alimento está bien. Pero, eso siendo así, todavía hay un lugar para el ayuno en nuestras vidas.

Ahora, usted podría estar consciente de eso porque quizás ha estado leyendo las cosas que se están diciendo y se están escribiendo en la actualidad del ayuno. El ayuno es un fenómeno muy popular, hay mucha gente ayunando en la actualidad, muchas personas están ayunando. Hay dietas de ayuno en las que usted no come nada, usted pasa días y días y semanas sin comer, prescriben ciertas píldoras que usted debe tomar, tiene que ingerir su potasio y lo que sea y tiene que tomar, usted sabe, volúmenes y volúmenes de agua para que su cuerpo pueda desechar esas toxinas que están ahí.

Entonces, hay muchas personas que están hablando del ayuno, de hecho, entré a una librería, estuve en San José el otro día y pensé, voy a ver cuál es la perspectiva del mundo, de esto. Entonces, entré a una librería y dije: ¿Dando está la sección de ayuno? Y cuándo usted dice eso, siempre lo ven a usted, usted sabe, lo ven para ver si usted es un estudiante o alguien que está desesperado. Entonces, dije: ¿Dónde está la sección de ayuno? La señorita en cierta manera me vio por un momento y dijo: Está por ahí.

Y caminé por ahí y habían muchos libros del ayuno, adoptando diferentes ángulos de esto. Los que parecen ser los best-sellers que encontré del Ayuno: La Súper Dieta, por Shirley Ross. Y después está El Ayuno Como un Estilo de Vida, después está El Ayuno, La Dieta Definitiva, escrita por un doctor médico de nombre Allan Cott. Y en el libro esto es lo que él garantiza que el ayuno va a hacer por usted. Ahora, simplemente escuche esto, pérdida de peso, eso es lo primero que él garantiza. Ahora, el hecho mismo, sí ¿porque se ríen? El hecho de que él dijo eso primero, le muestra a usted que es lo que la gente está esperando que alcancen con el ayuno.

Muy bien, después él dice sentirse mejor físicamente y mentalmente, verse y sentirse más joven, ahorrar dinero. Obviamente, si usted no compra comida usted va a ahorrar dinero. Que descanse su sistema, limpiar el cuerpo, reducir su presión arterial, reducir su nivel de colesterol, dejar el cigarro, la bebida, y las drogas, aliviar la tensión, dormir mejor, digerir mejor, sentirse eufórico, sensibilizar sus sentidos, refinar sus procesos mentales, impulsar su autoestima y ganar control de usted mismo, compartir con aquellos que tienen hambre, inclusive recibir revelaciones espirituales.

Ahora escuche, eso es algo impresionante si le puede dar a usted todo eso. Todo, desde perder algunos kilos, hasta recibir revelaciones espirituales mediante el ayuno. Y después el libro siguió para presentar testimonio tras testimonio de cómo la gente dijo que recibieron todas estas cosas del ayuno. El ayuno ha existido por mucho tiempo, ¿sabe usted que muchos de los paganos solían creer que los demonios entraban al cuerpo mediante el alimento? Y cuándo sentían un ataque especial de demonios dejaban de comer para que no estuvieran ingiriendo ningún otro demonio porque pensaban que entraban mediante la boca.

En el misticismo oriental, los místicos estaban muy involucrados en el ayuno. Un grupo de personas estaban muy comprometidas con el ayuno, como una fuente de recibir revelaciones místicas. Los discípulos de Buda ayunan. Francamente Buda, no se ve como que él se acercó en algún punto a un ayuno, pero sus discípulos ayunan. Y los discípulos de Buda creían que usted inducia una situación de visión cuando ayuna. Hay muchos, muchos en la historia del mundo, que se han entregado al ayuno. Pero permítame decirles esto, sea cual sea el aspecto físico, no es espiritual, la Biblia nunca presenta en ningún lugar en la Escritura entera el ayuno por razones físicas. Nunca.

La única pista remota que podría considerarse en esa área está en Isaías 58, a lo cual llegaremos la semana próxima en dónde la palabra salud es usada. Pero, a mi juicio tiene referencia a una totalidad espiritual, no a una física. La Biblia nunca trata con el ayuno a un nivel físico. El ayuno, para que el cuerpo sea más bello, no es lo que importa. Y francamente esa es la razón por la que la gente ayuna en nuestra sociedad. Es por un sentido de aceptación social, es para satisfacer la necesidad de su ego.

Y, por cierto, leí que las personas que son modelos en la actualidad viven en un estado constante de nutrición mala. Y algunas publicaciones médicas ahora están redefiniendo las normas de cuál es el peso apropiado para la altura apropiada, y la edad apropiada, y añadiéndole de tres y medio a cinco kilos, porque la gente tiende a tener más salud cuando están un poco más llenos. Pero debido a este deseo insaciable por el cuerpo hermoso, inclusive hemos creado una nueva enfermedad, ésta enfermedad de la anorexia, en la que la gente tiene una aversión mental a comer, no pueden meter en su boca algo sin eventualmente vomitarlo de regreso. Y continúan, y continúan y continúan, y continúan perdiendo peso. Y es una enfermedad muy seria.

Ahora, ésta no es una manera bíblica de ver el ayuno. El ayuno no es para que su cuerpo sea hermoso, el ayuno no es para llevarlo en un viaje de ego para que usted no tenga que estar consciente del hecho de que usted está un poco pasado de peso. El ayuno no es para alimentar su soberbia, el ayuno por esa razón puede ser pecaminoso. Ahora, el ayuno, como una manera de reducir su glotonería, está bien. Digo, hay algo de virtud ahí, aunque no es, no es la definición bíblica del ayuno. Si usted es un glotón y usted simplemente se ha excedido, usted ha gastado de más su dinero, usted ha ido más allá del punto en dónde estaba bien, y se ha vuelto pecaminoso.

Entonces no comer alimento en un sentido puede ser virtuoso, pero ese no es el ayuno bíblico. Eso simplemente tiene sentido. ¿Sabe una cosa, hay inclusive personas que ayunan esperando ser glotonas? ¿Alguna vez ha hecho eso usted? Hombre, yo sé que mañana voy a ir a su casa y realmente va a haber un banquete y tienen comida muy rica, no voy a comer entonces hoy. Ese no es un ayuno espiritual. La preparación para la glotonería es lo mismo que la glotonería.

Ahora, lo único que estoy tratando de hacer es que de alguna manera hagamos una distinción entre lo que el mundo está diciendo cuando está hablando del ayuno, y de lo que estamos hablando nosotros. Si usted está en algún tipo de ayuno por razones físicas, no crea que usted tiene el derecho de sentirse espiritual porque usted no debe. No tiene valor espiritual en absoluto. El ayuno en sí mismo no se presenta así en la Escritura como un fin en sí mismo. Todos los beneficios del ayuno en la Escritura son indirectos, no directos. El ayuno nunca está aislado para crear alguna virtud en sí mismo, y por sí mismo.

Usted no solo dice: Bueno, voy a ser espiritual, no voy a comer. Usted no es más espiritual porque usted no come que cuando usted come. “El reino de Dios,” dice Romanos 14, “no es comer y beber.” Eso no es lo que importa, esa no es la sustancia de la espiritualidad. Juan Calvino dijo: “Muchos por ignorancia de su utilidad subestiman su necesidad. Y algunos lo rechazan en su totalidad como superfluo, mientras que por otro lado en dónde el uso apropiado del ayuno no está bien entendido, fácilmente degenera en superstición.”

Entonces, por un lado, usted tiene el enfoque supersticioso y por otro lado usted tiene la indiferencia. Y, entonces, si podemos corregir ambas perspectivas quizás le vamos a ayudar a usted. No sea supersticioso acerca del ayuno, no lo va a llevar a usted a alguna súper espiritualidad. En sí mismo y por sí mismo no se aísla a sí mismo para ser una virtud espiritual. Siempre está conectado con algo más, y veremos conforme avanzamos el día de hoy, y la próxima vez a lo largo del estudio.

Entonces, no estamos interesados en un tipo de ayuno físico, centrado en uno mismo, místico, para que usted se vea mejor, o para que usted se prepare para una actividad de glotonería mañana. No estamos interesados en el ayuno simplemente por decir que usted ayunó. Eso no es lo que importa. Debe haber un contexto espiritual para que un ayuno sea bíblico, y eso es esencial. Y creo que eso básicamente está bosquejado en el único ayuno que se manda en toda la Biblia. Solo hay uno. Solo en una ocasión es que Dios mandó un ayuno, solo hay un ayuno obligatorio de un extremo al otro de la Escritura. Solo uno. Y fue un ayuno nacional, público, general.

Levítico 16, Dios dijo: “En el día de la expiación, Yom Kippur, ese día, un día al año cuando los sacrificios de la nación son presentados por los pecados del pueblo, por el año pasado, en ese día desde el amanecer hasta el atardecer ayunarán.” Yom Kippur. Ese es el único ayuno jamás presentado como obligatorio por Dios, en toda la Escritura. Eso es todo. Pero, observe, es un ayuno relacionado con un espíritu que está en tristeza profunda al confesar el pecado.

Ahora, ese debería darle a usted una pista del propósito del ayuno. Nunca está aislado de algo más. Está conectado de manera inseparable con un sentido grande de ansiedad espiritual. Un momento, en ese caso, de confesión de pecado y de buscar perdón de la mano de Dios. De hecho, los judíos llegaban al extremo de decir que en el día de la expiación se prohíbe, dice el Talmud, comer, beber, bañarse, ungirse uno a sí mismo, usar sandalias o involucrarse en relaciones sexuales entre cónyuges. Inclusive los niños pequeños, en el día de la expiación, no podían comer. Y eso es difícil para los niños pequeños, pero tenían que aprender que era un ayuno prescrito. Y tenían que aprenderlo cuando eran jóvenes, para que pudieran mantenerlo conforme iban creciendo.

Ahora, más allá de eso, ahora, escuchen esto amados, más allá de eso, la Biblia nunca nos manda a ayunar. El Nuevo Testamento nunca nos manda a ayunar. La Biblia nos manda a dar, una y otra vez, nos manda a orar, una y otra vez, pero no nos manda a ayunar. Ese simplemente no es un mandato bíblico. Sin embargo, ¿no es interesante que encaja con estas otras dos cosas en esta sección? El ayuno entonces, era un acto, escuche esto, personal, no obligatorio, espontaneo, voluntario. No hay estructura para el ayuno, delineada en la Escritura, simplemente hay una variedad interminable. Variedad interminable.

Ahora, para el momento en el que Jesús llega, el ayuno se ha vuelto una gran parte de la sociedad judía, estuvo en el Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento está lleno de ayunos, simplemente hay muchos ayunos, algunas veces realizados por la nación, algunas veces realizados por un grupo pequeño de personas, y algunas veces por un individuo. Pero el Antiguo Testamento está lleno de ellos, y entonces esto era una parte de su sociedad. Esto era una parte de su vida.

Pero cuando usted llega al tiempo de Jesús, esto había ido más allá de sus límites. Lo que comenzó como un ayuno verdadero, espontaneo, voluntario, de corazón, había terminado como un punto de demostración hipócrita de justicia personal enfrente de los hombres, en dónde ellos presentaban ésta apariencia. Se presentaban como miserables, lo más que podían y andaban desfilando por todos lados haciendo que la gente supiera que estaban ayunando para que pensaran que eran súper espirituales, porque francamente el ayunar es difícil, ¿no es cierto?

Digo, si usted simplemente dice: Bueno, voy a ayunar. En lo único que usted puede pensar es en comer, eso es verdad. Voy a ayunar, y en lo único en que usted puede pensar es comer. Debe haber una motivación casi natural, sobre natural al ayunar para quitar la ansiedad ahí, y vamos a ver como eso opera en un minuto. Pero los judíos estaban ayunando por toda razón. Y su motivo básico era ser vistos por los hombres. Era para verse súper espirituales, súper piadosos, para alimentar su ego. Y Jesús debe corregir esto.

Me parece también interesante también, que en Lucas 18:12 dice que los fariseos ayunaban dos veces por semana. ¿Recuerda el fariseo que llegó al templo a orar y dijo, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ni como este publicano, este pecador por aquí, ayuno dos veces por semana? Sorprendente. Esa no es una prescripción bíblica. Habían llegado al punto en el que hacían eso, y el Talmud nos dice que ayunaban el segundo y quinto días. Y cuando usted le pregunta a los fariseos, porque el segundo y quinto días, decían porque fue el segundo día y el quinto día en el que Moisés subió y descendió del Sinaí.

Él subió al Sinaí dicen, para recibir la ley en el quinto día de la semana, el descendió en el segundo día de la semana. Y al conmemorar eso, ayunamos el segundo y el quinto días. Pero, por espiritual como se oiga, si usted ve un poco más de cerca en la historia judía en la ciudad de Jerusalén, descubrirá que el día del mercado era el segundo y el quinto día. Y esos eran los dos días en la semana cuando toda persona del campo llegaba a la ciudad. Y si usted iba a desfilar su piedad, ese era el momento.

Entonces, en el segundo y quinto dias, en el día del mercado, con la gente inundando la ciudad, y el campo entrando ahí era un tiempo grandioso, un lugar ideal para aquellos que ayunaban, para que su pretensión pública fuera mostrada. Y lo hacían por soberbia espiritual, caminaban por las calles despeinados, se ponían ropa vieja y la ensuciaban, cubrían sus rostros con cosas blancas para que se vieran pálidos y colocaban cenizas sobre su cabeza. Y entonces, estaban desfilando en el día del mercado, para que todo mundo viera cuán espirituales realmente eran. Jesús ataca esto en este texto.

Pero retrocedamos un poco, quiero darle varios puntos. Número uno, el principio del ayuno. Debemos entender lo que la Biblia enseña de esto, el principio del ayuno. Ahora, le voy a dar una afirmación muy simple aquí, el ayuno es abstinencia total del alimento, el ayuno es abstinencia total del alimento. Esa es la idea. De hecho, la palabra griega es una palabra muy simple, nēsteia, de nē, lo cual significa no, y esthiō, lo cual significa comer. Significa no comer.  No comer. Abstenerse de comer. Abstenerse del alimento.

Hay un sentido en que un ayuno modificado, o un ayuno parcial puede ser adoptado, en dónde usted no ayuna de manera total y se abstiene de manera total del alimento, pero usted se abstiene de un banquete, se abstiene del exceso, se abstiene de los alimentos ricos, para comer alimentos más bien común y corriente. Creo que Daniel hizo eso. Y veremos más de eso esta noche conforme Daniel no tocó los lujos de la carne del rey, pero dijo, solo quiero comer lo que se llama, vegetales y agua. En otras palabras, no fue un ayuno total, pero fue un ayuno restringido por razones de prioridad espiritual. Pero, básicamente hablando esos son los excepcionales. Es una abstinencia total del alimento, por un período corto o largo de tiempo.

Ahora, no hay duda en la Escritura que ésta abstinencia total del alimento estaba conectada con un espíritu muy, muy afligido o un corazón muy ansioso. El ayuno, casi es el equivalente de la frase de humillarse uno mismo ante el Señor. Cómo Levíticos 16 dice, el ayuno equivale a afligir el alma de uno. En otras palabras, es un acto de abnegación. El ayuno es negarse a uno mismo. Pero no debe hacerse en un vacío. Usted no solo dice: Bueno, voy a negarme a mí mismo, voy a decir no a mí mismo, y deja de comer por ninguna buena razón, porque hay varias cosas que van a pasar, si no hay nada más en su mente usted va a enloquecer por no comer, y usted va a perder toda la prioridad, la meta del ayuno. En segundo lugar, usted va a estar dándose palmadas en la espalda, diciendo: hombre, ¿no soy algo especial? Estoy volviéndome espiritual.

Entonces, el ayuno nunca ocurre en un vacío, nunca ocurre bíblicamente sin un corolario. Hay una razón para humillarse a sí mismo de esa manera. Hay una razón para negarse a sí mismos de esa manera. Hay una razón para afligirse de esa manera, y la razón es una que lo absorbe, de tal manera que el ayuno casi no es algo que usted escoge hacer sino algo que usted no puede evitar. Es común en el Nuevo Testamento, por lo menos treinta veces y más, la palabra nēsteia, o una forma de esa palabra es usada en el Nuevo Testamento, entonces era muy común en ese entonces. Los fariseos, como dije, habían torcido y pervertido esto, entonces, simplemente al comienzo debes saber que el ayuno significa abstinencia total del alimento. Ese es el principio. Tiene un lugar importante.

Ahora, quiero añadir un comentario al margen, interesante. Me parece interesante que el ayuno se volvió algo tan serio, no solo entre los judíos, sino inclusive en la primera iglesia en dónde el ayuno ha sido metido en el texto y no debe estar ahí. No está en los manuscritos originales, pero era algo tan grande para ellos que lo metieron ahí cuando ni siquiera debería estar ahí. Ahora, no queremos excedernos en su importancia, y no queremos subestimarlo. No queremos ser supersticiosos en esto, ni queremos ser indiferentes. Tiene un lugar. Abstinencia total del alimento, tiene un lugar. Y debemos entender ese lugar.

En segundo lugar, no solo el principio del ayuno, sino el período de tiempo del ayuno. La gente ha discutido y debatido cuanto debe durar un ayuno, y algunos han dicho. Bueno, si realmente eres espiritual, si ayunas por cuarenta días y cuarenta noches, si no eres tan espiritual puedes ayunar por un día, pero si puedes simplemente aguantar por cuarenta días y cuarenta noches, digo, puedes, puedes prácticamente ser como Enoc, simplemente levantarte al cielo algún día porque eres tan espiritual.

Escuche, la Biblia nunca prescribe el tiempo para un ayuno, nunca. El tiempo depende de la persona, depende de las circunstancias, depende de la situación y la necesidad. Por ejemplo, en 2 Corintios 6:5 y en 2 Corintios 11:27 Pablo dice lo mismo, dos veces ahí, él dice al relatar su vida él dice: Estuve en ayunos frecuentemente. De tal manera que en su vida hubieron ayunos en diferentes ocasiones, diferentes tipos y diferentes razones, y diferentes propósitos. Y no hubo un estándar de uniformidad. Y, por cierto, si los ayunos con frecuencia eran verdad de Pablo, usted habría pensado que él habría dicho algo acerca del hecho de que debían ser verdad de nosotros, sin embargo, nunca dijo nada de eso.

En todos los mandamientos y directrices que él dio nunca hay uno acerca del ayuno. Es un acto tan espontáneo, tan voluntario y tan individual y tan personal. El único ayuno obligatorio público era el del día de la expiación. Y cuando Cristo murió en la cruz, el día de la expiación dejó de existir. Ya no hay un día de la expiación, de tal manera que el único ayuno público se acabó. En dónde hay un ayuno que permanece es un ayuno personal, privado, espontáneo y voluntario.

Y es tanto así que la Biblia nunca ni siquiera lo manda, es casi como si va a suceder cuando debe suceder. Y eso es porque, ahora escuche, el ayuno es un corolario de algo más. Algunas veces en la Biblia, por ejemplo, y esto es lo más común un ayuno era desde el amanecer hasta el atardecer, usted no comía hasta que el sol salía, hasta que se ponía. Ese es un ayuno. Hubieron en muchos casos en el Antiguo Testamento ayunos de siete días, como en 1 Samuel 31. Daniel capítulo 10 habla de un ayuno de tres semanas. Y después vimos en Lucas 18:12 en dónde el fariseo ayunaba dos veces por semana.

Entonces, los tiempos y la duración de los tiempos son variados dependiendo de la situación en cada elemento dado. Muy bien, el principio, el periodo, en tercer lugar, y creo que esto es importante, la prioridad del ayuno. La prioridad del ayuno. Realmente es importante. Bueno, observe nuestro texto en el versículo 16, Jesús dice: “Cuando ayunéis.” Después en el versículo 17, “Cuando ayunéis.” Ahora, me parece, a partir de estas dos cosas, que Jesús asumió que esto sucedería, Él no dice, “Dejen de ayunar.” Él no dice, “Ayunen.” Él simplemente dice: “Cuando ayunen,” así como cuando usted ora o da, es asumido como parte de la vida de una persona que representa al reino, o quién es parte del reino.

Ahora, la Escritura habla de muchas personas que ayunaron. Permítame tan solo darle unas cuántas, Moisés, Sansón, Samuel, Ana, Saúl, Jonatán, David, Elías, Josafat, Esdras, Nehemías, Ester, Daniel, Juan el Bautista, Ana, los profetas y los maestros en Antioquía, el apóstol Pablo y el más significativo, nuestro propio Señor Jesús ayunó por cuarenta días y cuarenta noches, Mateo capítulo 4 nos dice.

Ahora, esa es una lista de personas muy importantes, una lista sustantiva, una lista sustancial de personas espirituales que ayunaron. Los Wesleys, y los Whitefields, y los Calvinos y los Luteros han ayunado. Y hasta en la actualidad el pueblo de Dios ayuna, y creo que el Señor asumió esto. Aunque el ayuno público en el día de la expiación se acabó, creo que el Señor sabía que los tiempos de ayuno en las vidas individuales no se habían acabado, y que inclusive aún después de su muerte y resurrección y ascensión la gente ayunaría. Y creo que Él apunta a eso en Mateo 9, versículos 14 y 15. Los discípulos de Juan el Bautista vinieron a Jesús, dijeron: ¿Por qué nosotros, los discípulos de Juan el Bautista, que somos personas justas, y los fariseos que eran personas injustas, ayunamos con frecuencia, pero tus discípulos no ayunan? Digo, ayunamos todo el tiempo, pero tus discípulos no ayunan.

Me encanta esta respuesta, “Jesús les dijo: ¿Pueden los hijos de la boda llorar mientras que el novio está con ellos?” ¿Entendió eso? Jesús dijo: Este no es el tiempo para ayunar, porque no podemos llorar. Ahora, escúcheme, ¿a qué entonces está conectado el ayuno? A llorar. Ahora, ahí hay una pista a lo que estamos llegando. El ayuno siempre es un corolario de alguna ansiedad espiritual profunda. Ese es el punto. Y Jesús está diciendo: No estamos ayunando porque no hay razón para ayunar.

En otras palabras, el ayuno entonces, fuera de algún lloro como una fuente que lo induce, no tiene sentido. Es como dije, un corolario de algo más, no un fin en sí mismo. La gente que dice: “Oh, ayuné y tuve ésta sensibilidad espiritual. Ayuné y me elevé a alturas tan espirituales.” No, no, no. El ayuno es una respuesta, no es inducir para llegar a algo. Y entonces, Él dice: No ayunamos porque no hay nada porque ayunar. Pero observe esto, “los días vendrán cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.”

Ahora, amados, estamos viviendo, no es cierto, en el período cuando el novio nos ha sido quitado. Las bodas del Cordero ocurrirán cuando seamos unidos con Cristo, pero hasta ese momento dice nuestro Señor, habrá ayuno, ¿por qué? porque habrá lucha espiritual, y habrá ansiedad, y en mi ausencia no será como es en Mi presencia. Entonces, yo creo en Mateo 9, Jesús simplemente está diciendo: Van a haber momentos de ayuno.

Y a lo largo de la historia de la iglesia han habido esos momentos, cuando el ayuno fue la respuesta correcta. ¿Qué estoy diciendo? Hay una prioridad en el ayuno. Tiene una prioridad, tiene un lugar prioritario en ésta época, pertenece a ésta era. No pertenecía a los discípulos, cuando Jesús estuvo presente, pertenece a este tiempo y a éste lugar, y para nosotros en ésta hora. Pero debemos llegar al cuarto punto, y éste es, simplemente le vamos a dar un par de puntos bajo este y vamos a detenernos: La provocación para el ayuno.

Hemos visto el principio, el período, la prioridad, y ahora la provocación. Si el ayuno tiene un lugar entonces, ¿qué es lo que nos causa ayunar? Si es un corolario, y si es una respuesta, entonces, ¿qué es lo que produce esa respuesta? Bueno, he apuntado a unas ocho o más áreas, y simplemente vamos a cubrir quizás dos o tres esta mañana. ¿Muy bien? Número uno, permítame decir esto, el ayuno es un resultado de lamento, lamento, o tristeza. Sabe una cosa, algunas personas piensan que el ayuno en cierta manera es un boleto a la bendición en sí misma, Martin Lloyd Jones dice: “Hay algunas personas que ayunan porque esperan resultados directos, inmediatos de esto.”

En otras palabras, tienen una especie de perspectiva mecánica del ayuno. Tienen lo que algunas veces yo he llamado, por falta de una mejor ilustración, “la moneda”. Usted mete la moneda ahí en la ranura y usted jala el cajón y usted tiene sus resultados. Esa es su manera de ver el ayuno. Si usted quiere ciertos beneficios, dicen, ayuna. Si ayunas consigues resultados. Pero el ayuno, y él tiene razón, no es una técnica espiritual, no es meter una moneda en una ranura, no va a producir espiritualidad más de lo que el alimento produce carnalidad. Digo, nosotros inclusive comemos en la mesa del Señor y la fiesta del amor, era un acto de adoración espiritual, el alimento no es carnal, no, el alimento no es espiritual, ese no es el punto. No hay mérito en un ayuno al menos que ese ayuno sea provocado por razones del corazón.

Número uno, lamentaciones, tristeza es una causa para ayunar. Permítame darle algunas ilustraciones, cuando la plaga azotó, el pueblo de Dios en Juan 1:14 dice que hubo un ayuno. Jeremías capítulo 1, versículo 4, cuando Nehemías oyó la palabra de que los muros de Jerusalén estaban derribados, su corazón estaba quebrantado, y sucedió cuando oí estas palabras, él dice: Me senté y oré, y me lamenté por días y ayuné, y oré ante el Dios de los cielos.

David, cuando sus enemigos enfermaron, ayunó en el Salmo 35:13. Y David, cuando Abner murió ayunó. En 2 Samuel 3:35, “Y cuando todo el pueblo vino a David para comer carne mientras que todavía era día, David juró diciendo: Así me haga Dios y más, si pruebo, como, de otra manera hasta que el sol se ponga.” Él dice, Abner está muerto y Dios me mate si no puedo ayunar un día en tristeza y lamento por esa vida que se desperdició. Me parece sorprendente que algunas de estas personas estaban ayunando por lamento, por calamidad personal. Y algunos estaban ayunando por lamento, por la calamidad de alguien más. No solo un amigo sino inclusive un enemigo.

David no solo lloró cuando su amigo murió y ayunó, sino inclusive cuando sus enemigos estaban enfermos dice él en el Salmo 35. Cuando su hijo, por la esposa de Urías, Betsabé, fue azotado por una enfermedad terrible, y fatal, la Biblia dice en 2 Samuel 12: “David por lo tanto rogó a Dios por el niño, y David ayunó y estuvo sobre la tierra toda la noche.” Usted lo puede ver ahí, ¿puede identificarse con eso? Yo sí, como padre. Si un hijo mío fuera azotado con una enfermedad fatal y la vida de ese pequeño tuviera al filo de la muerte y no supiera de momento a momento si mi hijo iba a volver a respirar, le puedo decir en este momento estaría postrado ante Dios a favor del niño que yo amo, y estaría mal si alguien me aconsejara que comiera algo, porque no querría nada de comer.

Y, ¿sabe usted lo que creo? Creo que su cuerpo inclusive responde a la ansiedad de su corazón. Los hebreos solían hablar del hecho de que las emociones se sentían en las entrañas. Esa es la razón por la que la Biblia le dice a usted acerca de las entrañas de compasión, o las entrañas de misericordia. El corazón era la mente para el hebreo, porque el hebreo siempre veía algo físico. Entonces, cuando dice cuál es su pensamiento en su corazón, usted sabe que el hebreo veía el corazón como el elemento de pensamiento cognitivo. Pero cuando usted sentía estaba en las entrañas, ¿por qué? porque las ansiedades en la mente siempre afectan el estómago. ¿No es cierto?

Y usted va a ese padre que está quebrantado en su corazón y espíritu y llorando, llorando por un niño cuya vida está al borde de la muerte. Y a ellos ni siquiera les interesa comer, su corazón está derramándose a Dios en oración. Y con tanta frecuencia, en un momento así vamos con alguien, le decimos: “Oh, ven conmigo, tenemos que comer, tenemos que comer.” No tiene que comer, no tiene que comer. No los fuerce a hacer eso, no los fuerce a hacer eso cuando tienen una preocupación entre sí mismos y Dios, y están elevando a Dios en oración por la tristeza que está ahí. Deben tener ese derecho sin interrupción por la comida. Necesitan no comer, porque están llevando esa ansiedad como David.

El pueblo de Dios ayunó en la muerte de Saúl. El pueblo de Dios ayunó en la muerte de Jonatán. Entonces, algunas veces el lamento era muy personal, algunas veces se lamentaban por alguien más, un amigo, algunas veces por un enemigo, algunas veces por un grupo entero de personas que fueron matados. Y en medio de un lamento así, estaban tan abrumados que hubo una pérdida de apetito y el cual reacciona a las ansiedades de la mente. Y el alimento es lo que está más lejos del deseo del corazón.

Esa es la razón por la que digo que el ayuno no es algo que usted simplemente se ofrece a hacer, y usted entra y sale y piensa que usted es espiritual por hacerlo. El ayuno es casi una respuesta muy natural al corazón y al alma de la ansiedad que viene en medio de un tiempo de tristeza. ¿Quiere saber algo? Nos identificamos con eso en un sentido. Nos identificamos con eso cuando pensamos en nuestra propia vida, o nuestra propia familia. Es muy difícil para nosotros llorar así cuando alguien más está en problemas. Es muy difícil para nosotros, pero usted tiene que entender que en esa sociedad las cosas estaban muy cercanas, y la gente conocía a la gente y era un mundo muy pequeño.

Y todo afectaba a todo, y las cosas eran mucho más simples debido a que el mundo en el que vivimos se ha abierto tanto, ni siquiera nos podemos preocupar por una tragedia, somos bombardeados con una, y después otra, y otra, y conocemos tanto de tantas personas que están enfermas, y conocemos de tantas tragedias y para proteger nuestras emociones de hacer que nos volvamos una ola de emociones eventualmente nos endurecemos. Es un mecanismo de defensa. Pero es una buena ilustración de lo lejos que estamos de la mente de Cristo, ¿no es cierto?

Jesucristo, quién conoció todo lo que se podía conocer, quién entendió todo sufrimiento que había por sufrir, que podía recoger todo sufrimiento de todo ser humano que jamás vivió en su corazón omnisciente, ese mismo Jesús quién si alguien debería haber estado duro al sufrimiento, Él debía haber sido. Se puede sentar en la ciudad de Jerusalén, y pueden correr las lágrimas en sus mejillas, puede estar al lado de la tumba de Lázaro y llorar por una persona que murió. Pero no conocemos eso en nuestro mundo, ya. Somos demasiado insensibles, demasiado duros.

Mi abuelo, estaba caminando por las calles en una ocasión, y él estaba caminando ahí y vio un hombre que estaba apoyado sobre un poste de luz, y el hombre estaba llorando, y sollozando. Mi abuelo, quién es un hombre compasivo, se acercó a él pensando que estaba en una gran aflicción y le dijo: Señor, simplemente no quiero interrumpir, pero me di cuenta de que estaba triste, llorando, y me pregunto si hay algo que pueda hacer para ayudarlo.” Él dijo: “No. Realmente no.” Él dijo: “Bueno, ¿qué es lo que ha hecho que esté tan triste?” Él dijo: “¿Tiene un problema?” Él dijo: “No,” dijo el señor, “No. ¿Ha oído que el Titanic se hundió?” Mi abuelo quién había oído, dijo: “Sí. Oí eso. ¿Tiene algún amigo o miembro de familia o alguien que usted ama, estaba ahí?” Él dijo: “No señor.” Él dijo: “Pero todas esas personas están muertas, señor.”

¿Lo ve? ¿Cuándo fue la última vez que usted ha tenido esa reacción? Digo. Nosotros en nuestra sociedad podemos ver las noticias de manera fría y de manera calculada. Un DC 10 se voltea y se cae al suelo y acaba con las vidas de más de doscientas personas y ni siquiera podemos acabar de ver eso antes de que cambiamos el canal con personas que están gritando en un barco y estómagos de niños inflados muriéndose de hambre en la India. Digo, somos atacados con todo esto de tal manera que nos hemos vuelto insensibles para protegernos de despedazarnos emocionalmente.

Y entonces, nos dice que estamos muy lejos de Cristo. No dudo que si su hijo estuviera enfermo usted ayunaría. ¿Ayuna usted cuando su amigo está enfermo? ¿Ayuna usted cuando su enemigo está enfermo? ¿Ayuna usted cuando una tragedia viene porque entristece tanto su corazón ver a personas que van al infierno sin Cristo? ¿Cuál es su reacción? La gente dice: Bueno, tú sabes. Simplemente no ayuno mucho porque no tengo ese tipo de tragedias en mi vida. Pero esa realmente no es una excusa. Ayunaríamos más si fuéramos sensibles a cosas que deberían preocuparnos.

Y entonces, el ayuno vino como un resultado del lamento. Y el cuerpo en un sentido reacciona a la ansiedad del corazón y a la tristeza, al quitar el deseo por el alimento en su totalidad. En segundo lugar, le voy a dar únicamente dos más. Protección. La protección es otra cosa que causó el ayuno en la Biblia. Y con eso quiero decir esto, hubieron ocasiones cuando la gente estuvieron en un peligro tan severo que su temor les forzó a ayunar. No podían comer, estaban demasiado asustados, estaban tan temerosos que no podían comer. Y sabían que su única protección y liberación era Dios, entonces ayunaban, y literalmente clamaban a Dios bajo peligro severo, y una prueba severa, sabiendo que su única liberación vendría de Él. Estaban totalmente llenos de temor, y no había lugar para comer. Creo que esto es verdad en 2 Crónicas capítulo 20.

En 2 Crónicas capítulo 20, versículo 3 y 4, los amonitas y los moabitas están combinados entre ellos contra Josafat. Y saben que desde el punto de vista humano no pueden ganar. Los israelitas no pueden ganar, y por mero terror, se van sin comer y conforme claman a Dios para que Dios los libere. Me acuerdo de Ester, esa querida judía que había alcanzado el lugar de favor con el rey Asuero. Y después descubrió que Amán, había tramado un plan para matar a todos los judíos. Entonces ella dijo, de hecho, dile a mi pueblo que voy a ir a él, y voy a jugarme la vida y si perezco, que perezca, pero voy a ir a favor de mi pueblo. Y el pueblo tuvo miedo, y la Biblia dice que ayunaron. Temor. Saber que solo hay un recurso en la protección de Dios.

En Esdras, hay una indicación hermosa de un ayuno. Esdras está a punto de guiar al pueblo para que salga de la cautividad babilónica. Y conforme él se acerca al viaje, él tiene un enfoque muy interesante, esto es algo interesante, 8:21 de Esdras, él dice: “Proclamé un ayuno ahí, en el río de Ahava,” y, por cierto, ese es parte del río Éufrates, estaban saliendo de Babilonia y nos detuvimos y ayunamos. ¿Por qué? Para que nos afligiéramos. Eso es lo que el ayuno hace, es negación, aflicción personal ante Dios. ¿Por qué? para buscar de Él un camino correcto para nosotros. No sabíamos cuál era el camino correcto para ir de Babilonia a Jerusalén. Estábamos llegando una masa de personas y no sabíamos cuál era el camino correcto, y por nuestros pequeños, para que nuestros hijos pudieran cruzar ese desierto, para que nuestros hijos estuvieran seguros. Y por todo nuestro sustento. ¿Por qué? Porque habían ladrones y nómadas y enemigos y aquellos que odiaban Israel.

Y entonces tenían miedo. Tenían miedo por encontrar el camino correcto, y tenían miedo de cruzar el desierto con sus niños pequeños y con todo el sustento que tenían. Y después Esdras dice, y creo que esto es interesante, dice, y tuve vergüenza de pedirle al rey un grupo de soldados y jinetes para ayudarnos contra el enemigo en nuestro camino, no quería pedir eso del rey. ¿Por qué? me encanta eso. Porque le habíamos dicho que la mano de Dios estaba sobre todos aquellos para bien que lo buscan, pero su poder y su ira están en contra de aquellos que lo dejan.

Digo, tendrían que deshacer mi teología, le dije al rey que Dios protegería a los justos. Vamos a estar bien rey. Y ahora, conforme salgo de aquí tengo un poco de miedo, no puedo regresar y decir, oye rey, sé que Dios está de nuestro lado, pero ¿podrías ayudarle un poquito a Él? porque eso sería un descredito para quién es Dios. Y entonces, no puedo depender del rey, aunque él en cierta manera muestra empatía, voy a depender de Dios. Y en temor él dice en el 23, “Ayunamos y le rogamos a nuestro Dios por esto.” ¿Lo ve? Protección. De nuevo, un tiempo de temor, ansiedad, en dónde el ayuno era una respuesta que podría ser entendida.

Y finalmente, para esta ocasión. Y no hemos llegado al punto clave aún, eso es para la próxima semana, humillación. Humillación. Lamento, protección y humillación. Esto es muy común. De hecho, en el día de la expiación, según Levítico 23, la razón por la que debían ayunar era porque debían ayunar al confesar su pecado. Debían ayunar al confesar su pecado. Humillación y confesión. Sabe una cosa, creo que en todas nuestras vidas ha habido ocasiones como ésta, cuando hemos pecado contra el Señor, y hemos estado tan afligidos profundamente por nuestro pecado, hemos estado tan abrumados por nuestro pecado, hemos sido tan molestos por lo que es hecho en nuestros corazones que no podemos comer, que no podemos pensar en el alimento, sino que derramamos nuestros corazones a Dios.

Pienso en David. David pecó de una manera tan grande, un pecado tan terrible y después cuando él no había confesado su pecado, sino que todavía lo contuvo, dice que los líquidos de su vida se secaron. Él estaba en dolor, de pies a cabeza, él estaba enfermo, no podía comer no podía dormir, no podía existir, y después dice, “cuando confesé mi pecado fue como si ese diluvio saliera de mí, y estaba completo de nuevo.”

Ha habido esos momentos en nuestras vidas cuando nuestros corazones estaban abrumados de nuestra pecaminosidad, y hemos hecho algo que contamina a Dios y hemos venido delante de Dios y estamos rogando por esa limpieza, aunque ya es provista para nosotros, debe haber esa limpieza que ocurre cuando nos vaciamos de esa cosa mala. Ha habido muchas veces cuando el pueblo de Dios confesó pecado, y el ayuno fue parte de eso porque no se detuvieron a comer. El alimento fue lo más lejano que estaba de su mente, por lo que tenían hambre era el unirse, el recuperar una comunión con Dios.

David dijo, “Humillé mi alma con ayuno.” El pueblo de Nínive se arrepintió de su pecado ante la predicación de Jonás, y ayunaron mientras que confesaron. Daniel oró a Dios y él confesó los pecados de su pueblo y ayunó. Escuche, es sorprendente, Daniel de hecho se identificó a tal grado con los pecados de otros que él ayunó. Una compasión sorprendente. Saulo de Tarso fue herido en el camino a Damasco, se cayó al polvo, se levantó de ese lugar y la Biblia dice que al confesar su pecado y volverse al Señor, él ayunó por tres días, Hechos 9:9.

Samuel fue al pueblo, 1 Samuel capítulo 7, y dice, “Se han desviado a Baal, confiesen su pecado de idolatría, y ayunaron.” Acab, ese hombre malo, ese rey malo, finalmente fue confrontado con juicio, y a él se le dijo que el juicio de Dios estaba contra él por las actividades abominables que él cometió al seguir a los ídolos. Y sucedió, 1 Reyes 21:27 dice: Cuándo Acab oyó esas palabras, él rasgó sus ropas, él colocó cilicio sobre su carne. Él ayunó y estuvo en cilicio, él perdió ese aire, él ya no era un toro en una jaula, él no estaba ahí tratando de hacer lo que quería. Él estaba caminando de manera muy suave, callada, él era un hombre quebrantado, que perdió todo sentido de necesidad por alimento físico, y ayunó en su estado de contrición. ¿Y sabe una cosa que Dios de hecho recompensó a ese hombre por el arrepentimiento genuino, aunque él había vivido una vida vil y miserable? Y el siguiente versículo nos dice que Dios mostró gracia. Confesión.

Y Esdras de nuevo, capítulo 10, en el versículo 6, “Entonces, Esdras se levantó frente a la casa de Dios y entró a la cámara de Johanán, el hijo de Eliasib. Y cuando él entró ahí, él no comió pan ni bebió agua, porque él lloró debido a la transgresión de aquellos que habían sido llevados. La transgresión es una causa para ayunar. La aflicción de nuevo, es tan profunda, la ansiedad tan profunda en el espíritu humano, que el ayuno no es forzado, fluye de una necesidad por concentrarse en una relación correcta con Dios. Lo físico se desvanece, entiendo eso en cierta manera en mi vida. Espero que usted también. Hay días cuando estoy molesto por algo, que el alimento pierde todo el significado para mí, cuando escojo no hacerlo. La parte más difícil, como usted sabe, es cuando usted tiene una cita para comer con alguien y el alimento es como tierra en su boca, porque su corazón está en otro lugar.

Pero hay un lugar para el ayuno, amados. El lugar correcto. Y si usted no ayuna, no quiero que salga corriendo y comience a ayunar para volverse espiritual. Quiero que le pida a Dios que le dé el tipo de corazón compasivo que lo va a hacer preocuparse tanto por cosas tristes en su vida y en las vidas de otros, por la necesidad de liberación divina que solo Dios puede traer, por el pecado en su vida y los pecados de otros, que el lamento y la necesidad de protección y humillación que sin importar si sea en su caso o en el caso de alguien más lo va a llevar al punto de preocupación, y al punto de compasión en dónde va a causar que usted deje de ver las cosas del mundo, inclusive algo tan rutinario como comer.

Dios nos ha dado toda cosa buena para disfrutarla. Amados, disfrútenla. Pero cuando estén en una lucha espiritual, y estén consumidos con las cosas de Dios, deben saber esto, que está bien abstenerse de esas cosas, para continuar su concentración en aquello que es espiritual y divino. Que Dios nos ayude a ser más sensibles para que el ayuno en el sentido más puro, pueda ser parte de nuestras vidas. Bueno, oremos juntos. 

Simplemente antes de que ore, ¿podría decir esto? que realmente no llegué al enfoque principal, el punto clave de lo que depende todo esto, y solo hay una cosa, todo está relacionado a esto, en todo caso, vamos a ver eso la próxima vez. Pero hay suficiente para que nosotros oremos y estemos pensando en esto a partir de lo que hemos aprendido esta mañana. Eso oro para que Dios realmente nos pueda preparar esta semana para lo que tengo en mi corazón que decirles la próxima vez.

Padre, algunas veces me siento como que he fracasado, no he cubierto lo que quería cubrir, sin embargo, confío en Tu Espíritu. El tiempo parece ser mi enemigo, sin embargo, sé que debido a que Tú has delimitado nuestras vidas con el tiempo, el tiempo realmente puede ser nuestro aliado. Entonces, aunque no llegamos a terminar, Señor, oramos porque Tú mantengas estas cosas en nuestros corazones, para que podamos concluir la próxima semana con esta semana, y tener el panorama total.

Ayúdanos Señor a ser compasivos, ayúdanos a no ser insensibles, ayúdanos a no estar tan preocupados con las comodidades materiales en las que con tanta facilidad buscamos refugio al grado que el mundo real nunca nos toca. Danos el corazón de Cristo, que podía conocer todo sufrimiento que jamás ocurrió en toda la historia humana, sin embargo, lloró por uno. Ayúdanos Señor a saber lo que es estar tan inmersos en la comunión espiritual, que perdemos un sentido inclusive de lo elemental, como el alimento y la bebida.

Ayúdanos a conocer esa experiencia. Estar tan consumidos con esas cosas que están tan lejanas de nuestras mentes. Ayúdanos a ser llamados a tal grado a Tu presencia que todo lo demás se desvanece fuera de la concentración en Tú Palabra, en Ti. Gracias Señor por hablarnos hoy ésta mañana y Te alabamos por la claridad de Tu Palabra. Ayúdanos a ser obedientes a ella, en el nombre de Cristo. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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