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Permítame invitarlo a abrir su Biblia en el décimo capítulo de Mateo ésta mañana, para nuestro estudio de la Palabra de Dios. Mateo capítulo 10. Conforme progresamos a lo largo de éste evangelio maravilloso, maravilloso, que abre el Nuevo Testamento, hemos estado viendo como Jesús preparó a sus doce, para que fueran enviados como los representantes del reino. Y al llegar al capítulo 10, él está listo para enviarlos en su primera misión, para darlos instrucción que Él les da conforme son enviados y su instrucción es vital para cualquiera de nosotros que somos enviados para representar a Jesucristo.

Pero antes de que entremos específicamente a la instrucción, hemos estado observando los nombres de los doce, y nos hemos detenido para tomar el tiempo para conocer lo más que sea posible de ellos en la Palabra de Dios. Estamos viendo esta mañana el último nombre en la lista, en el versículo 4, el nombre Judas Iscariote. Ya hemos estudiado los otros once y esta mañana completamos nuestra serie de los hombres del Maestro, al examinar éste hombre Judas Iscariote.

Permítame leer del versículo 1 hasta la primera parte del versículo 5. “Entonces, llamando a sus doce discípulos les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó. A estos doce envió Jesús.”

Ahora, ya hemos conocido a los primeros once discípulos. Hemos buscado aprender todo lo que podíamos aprender de ellos. En algunos de ellos tenemos mucha información, en algunos de ellos poca o nada, pero hemos tratado de ver sus personalidades y su virtud y como encajan en el panorama de las cosas y el plan del Señor, y porque fueron escogidos para una tarea tan maravillosa, tan increíble. Lo que creo que hemos concluido en general es que básicamente no estaban calificados, básicamente eran hombres comunes y corrientes, así como nosotros, hombres a quienes Dios tuvo que transformar para hacerlos lo que Él quería que ellos fueran. Y vimos como nuestro Señor superó su naturaleza común y corriente y los capacitó para predicar y enseñar y sanar y echar fuera demonios como los representantes oficiales del reino. Y podría añadir que tuvieron éxito o tuvieron mucho éxito.

Éstos primeros once hombres realmente fueron la clave para todo el resto de la historia humana, porque si ellos hubieran fracasado nunca habría habido otra generación y no estaríamos aquí hoy. Somos un testimonio viviente del éxito de los once. Lo hicieron bajo la energía del Espíritu de Dios, lo lograron. Cumplieron con aquello que Cristo les había pedido que hicieran, edificaron Su iglesia. Fueron un grupo sorprendente. Pero uno de ellos sobresale en contraste a los otros, él está aislado, él está solo, él es solitario, su nombre es Judas Iscariote. Él es un fracaso horrendo, colosal. Él es el clímax del desastre, él es el hombre más vil e impío que la Biblia presenta. Y él es nuestro tema esta mañana. 

Él está enlistado al final, observará usted en el versículo 4, y él siempre está al final de la lista, y con un comentario acerca de su traición, porque eso fue lo que lo identificó y lo será por toda la historia. La historia oscura de Judas es una mancha en la página de la historia humana. Aunque hay mucho que conocemos, hay mucho misterio y oscuridad que rodea a Judas, que quizás nunca conoceremos. Su nombre se convirtió en un sinónimo de traición, su nombre es tan menospreciado que no es usado en la sociedad humana, aunque su significado es hermoso. Hay 40 versículos en el Nuevo Testamento, en los que hay una referencia a la traición de nuestro Señor, y en cada uno de ellos está la implicación del pecado increíble de éste hombre, Judas.

De hecho, en el pasaje de Dante acerca del infierno, Judas es presentado como alguien que ocupa el nivel más bajo del infierno, apto únicamente para Lucifer mismo, y a Judas ni siquiera se le permite elevarse a las cavernas del resto de los condenados. Él está en un lugar tan profundo en el foso. Después de la mención de su muerte, en el primer capítulo de Los Hechos, él desaparece de las Sagradas Escrituras para nunca volver a ser mencionado. Ahora, creo que éste hombre puede enseñarnos algunas lecciones profundas, entonces examinemos lo que la Biblia dice de él.

En primer lugar, su nombre, su nombre, Judas. Un nombre común y corriente. Lebeo, Tadeo en el versículo 3, también es llamado Judas. Simplemente es una forma de Judá, la tierra del pueblo de Dios. Algunos dicen que la raíz de éste nombre significa “Jehová guía”, y otros piensan que la raíz podría referirse a uno quién es el objeto de alabanza. Pero qué paradoja realmente es cualquiera de las dos opciones. Si significa “Jehová guía”, nunca hubo uno que fue guiado de manera más obvia, por Satanás, como Judas. Si significa “Uno digno de alabanza”, nunca jamás ha vivido uno más indigno de alabanza que Judas.

Entonces él es un hombre muy, muy enigmático, inclusive en términos de su nombre. Dice que su nombre no es solo Judas, sino Iscariote. ¿Qué significa eso? Básicamente viene de dos términos, “Ish” significa hombre, y “Keriot” significa ciudad. Él era un hombre de la ciudad de Keriot. Esa simplemente es una identificación geográfica, ¿Por qué es que Judas es identificado geográficamente y los otros once no? Es importante, porque él es el único que no era Galileo, él es el único judío de la sección del sur. Él es el único judío de Judea, el resto vinieron de Galilea, y esto podría indicarnos que desde el principio mismo Judas realmente nunca fue uno del grupo.

También los judíos del sur se sentían realmente con un sentido de superioridad por encima de los judíos rurales del norte, y los habrían menospreciado y como consecuencia pudo haber cierta cantidad de soberbia involucrada, que se profundizó conforme avanzó el tiempo. A más de 25 kilómetros al sur de Jerusalén, a más de 8 kilómetros de Hebrón, estaba un pequeño grupo de pequeñas aldeas. Fueron construidas cerca de granjas, en dónde la gente cultivaba la tierra. Conforme las pequeñas aldeas se congregaron juntas y crecieron, se volvieron una pequeña ciudad y esa pequeña ciudad llegó a ser conocida como Keriot. Y en Josué capítulo 15, versículo 25 es mencionada. Y fue esa pequeña ciudad que le dio su nacimiento a este hombre. A más de 7 kilómetros de Hebrón, un pequeño niño nació que un día sería el ser humano más odiado que jamás ha vivido. A partir de su nombre vemos su llamado, en segundo lugar, su llamado.

Y quiero apresurarme a añadir que el llamado de Judas no está registrado en la Biblia. Lo conocemos por primera vez aquí en la lista, y no sabemos cómo entró al grupo. Digo, sabemos que el Señor lo llamó, pero no conocemos ninguna de las circunstancias. Sabemos que él quería que estuviera involucrado, pero no sabemos cómo es que él se acercó a Jesús. Aparentemente él se vio atraído a Jesús, eso es obvio, él lo siguió, se quedó con Él. Y se quedó con Él más tiempo que muchos de los otros discípulos falsos que se alejaron mucho tiempo antes que éste. De hecho, en Juan 6, usted recordará de que la semana pasada dije que hubieron muchos discípulos que siguieron a Jesús, pero cuando Él demandó compromiso total de ellos, dice que muchos de sus discípulos ya no andaban más con Él. Pero los doce, dice, que permanecieron.

Entonces, aun cuando Jesús llamó a un compromiso total, aun cuando Él dijo deben comer mi carne y beber mi sangre, aun cuando Él hizo demandas totales en ellos, y muchos de ellos se fueron, Judas permaneció, se quedó. Y entonces él, definitivamente se vio atraído a Jesús. No creo que él de manera particular estaba atraído por lo espiritual, creo que él estaba atraído al nivel egoísta. No creo que realmente Jesús únicamente fue quien lo atrajo, creo que fue lo que Jesús podía hacer, lo que lo atrajo. Él vio el poder de Jesús, y él creyó que éste hombre traería el reino. Y él no estaba interesado en el reino por causa del reino, por causa de Cristo, él estaba interesado en el reino por lo que él podría obtener de él, si él estuviera en el círculo cercano.

Entonces, él está totalmente motivado por el egoísmo. No obstante, él siguió de una manera a medias. Entonces, en un sentido desde su lado, él escogió seguir a Jesús, pero por otro lado desde la perspectiva de Cristo, él fue escogido para seguir. Y ahí usted tiene la misma paradoja de la decisión humana y la soberanía divina que usted tiene en la salvación. venimos a Cristo, escogemos creer en Cristo, sin embargo, somos escogidos desde antes de la fundación del mundo por Él. Esa es una paradoja. Ese es un problema teológico que en últimas es resuelto en la mente de Dios. Cristo escogió a Judas, Judas escogió a Cristo.

Ahora, una cosa es cierta. Jesús sabía que Judas lo traicionaría, y esa es la razón por la que Él lo escogió. Jesús conocía el plan, como puede ver. Dice usted, ¿cómo es que Él conocía el plan? Bueno, Él conocía el plan porque por un lado Él era omnisciente, conocía todo, y desde el principio mismo, Juan 6, versículo 70 cuando dice, “muchos se fueron y los doce permanecieron.” Jesús en ese entonces dijo, “uno de ustedes es un”, ¿qué? “un diablo”. Entonces desde el principio Él sabía, y Él sabía debido a lo que el Antiguo Testamento decía. El Antiguo Testamento predijo que uno de los suyos lo traicionaría. Por ejemplo, en el Salmo 41, versículo 9 leemos esto, y tiene una importancia mesiánica, dice Salmo 41:9, “Sí, mi propio amigo conocido, en quien confié, quien comió de mi pan, levantó su talón en contra de mí.” El salmista vio en el futuro al Mesías siendo traicionado por su propio amigo cercano.

Salmo 55, también conlleva una perspectiva mesiánica, en el versículo 12 y en adelante. El versículo 12 dice, “Porque no fue un enemigo el que me menospreció, entonces podría haberlo tolerado. Ni fue aquel que me aborreció el que se magnificó en contra de mí, entonces me habría escondido de él, pero fuiste tú un hombre igual a mí, mi guía, y mi amigo conocido. Tuvimos un consejo dulce juntos y caminamos a la casa de Dios juntos”. Y después ahí en el versículo 21, al final del versículo 20L “Él ha roto un pacto. Las palabras de su boca eran más dulces que la mantequilla, pero guerra había en su corazón. Sus palabras eran más suaves que el aceite, sin embargo, eran espadas”. Hipocresía, traición, de nuevo, con una perspectiva mesiánica.

Y después usted ve la profecía de Zacarías, capítulo 11 conforme él habla del mismo acontecimiento, él inclusive se vuelve más específico. Zacarías 11:12 dice, “Y les dije, ‘Si consideran que es bueno, dadme mi precio, y si no, soporten.’ Entonces pesaron para mi precio treinta piezas de plata. Y el Señor me dijo…” ahora escuche con atención, “…aviéntalo al alfarero, un precio que me dieron, y tomé las treinta piezas de plata y las arrojé al alfarero en la casa del Señor.” Negociaciones. Alguien es vendido por 30 piezas de plata. Las 30 piezas de plata son arrojadas al alfarero en la casa del Señor. Que profecía tan detallada, y extraña, porque, ¿qué está haciendo un alfarero en la casa del Señor? Veremos.

Traicionado por su propio amigo conocido, por treinta piezas de plata, el Nuevo Testamento simplemente registra el cumplimiento de lo que el Antiguo Testamento profetizó. Entonces, cuando Jesús escogió a Judas, Él sabía que él iba a ser el traicionero. Él conocía las profecías de su traición, entonces Él entendió el plan entero. Y Él lo escogió debido a ese plan.

Ahora, acompáñeme a Juan 17: 12 y continuemos en nuestro pensamiento en éste punto. Juan 17:12, Jesús está orando al Padre, y Él está orando acerca de los discípulos, Él está orando acerca de los doce. Y Él dice: “Mientras que yo estuve con ellos en el mundo, los guardé en tu nombre. Aquellos que tú me distes he guardado, y ninguno de ellos se ha perdido.” Padre, los guardé dice, y ninguno se ha perdido, pero, el hijo de perdición, o el hijo de condición de perdición. Lutero lo tradujo el hijo perdido, aquel cuya naturaleza es estar perdido, aquel que siempre estuvo perdido, aquel que siempre fue condenado, quien nunca alteró su condición de pérdida. No es uno que perdió su salvación, sino una cuya naturaleza estaba perdida. Él no perdió a ninguno, sino al perdido, para que la Escritura se cumpliese.

En otras palabras, Jesús le dice al Padre, “Judas está perdido porque es el cumplimiento de las Escrituras.” Yo digo, que Jesús por tanto lo escogió porque Él conocía la Escritura, Él lo escogió para que fuera el cumplimiento de esa Escritura, ese era el plan. Ese era el plan. De hecho, como dije al principio mismo, Jesús le dijo” “uno de vosotros es un diablo”, Él no escogió a uno, sino, Él conoció el plan.

Ahora, escúcheme, usted tiene aquí la paradoja. Dice usted, “Si está en el plan, ¿entonces es Judas responsable?” Sí. Dice usted, “Bueno, ¿cómo es que Dios puede predeterminar esto, establecer el plan, dar todas las profecías, cumplirlas, encajar a Judas y después hacer que Judas sea responsable?” Eso es exactamente lo que Dios hace, como es que Él hace eso no lo entiendo, porque la mente infinita de Dios va mucho más allá de la mía, pero entiendo con mucha claridad lo que la Biblia dice y para su propio interés, para resolver el problema usted escuche éste versículo, Lucas 22:21-22.

Dice esto, Jesús, hablando esto, en la última cena, “He aquí la mano del que me traiciona está conmigo en la mesa.” Él está ahí, él está aquí. Después Lucas 22:22 dice esto “Y de cierto, el Hijo del Hombre va a…” escuche esto, “…como fue determinado.” En otras palabras, voy a ser traicionado, voy a ser arrestado, voy a la muerte como fue determinado. La traición y el hombre fueron determinados, pero, y aquí viene, “…ay de aquél hombre por quien él es traicionado.” ¿Lo ve? Por un lado, es determinado, por otro lado, Judas es responsable. Así es en la salvación. Si usted es salvo es porque fue determinado desde antes de la fundación del mundo, y si usted está perdido usted es responsable. Y si usted no puede resolver esos dos no se sienta mal, nadie que jamás ha vivido no ha podido tampoco.

Observe Hechos capítulo 2, para otra ilustración, versículo 22, no necesita resolverlo, simplemente déjelo ser lo que son. Cuando Pedro condenó a los pobladores de Jerusalén, por matar al Mesías, escuche como lo dijo, en Hechos 2 él dijo hablando de Jesús de Nazaret, versículo 22, después en el versículo 23, “Aquel…” esto es Jesús de Nazaret, “…siendo entregado...” esto es entregado a la muerte, “…por el predeterminado consejo y anticipado conocimiento de Dios.” En otras palabras, Él dice, Dios lo entregó, Dios lo había entregado desde antes, todo el pre-conocimiento y planeación de Dios hizo que sucediera. Sin embargo, lo han tomado y con sus manos impías lo han crucificado y matado.

Entonces, como puede ver, el poder que está por encima de todo, la providencia que está por encima de Dios puede permitir que un hombre como Judas desee seguir a Cristo, escoja seguir a Cristo, sin embargo, esté en cumplimiento total del plan divino, y aun así que tome su propia decisión. Y ése es el poder de Dios. Ahora, externamente, Judas no parecía tener un problema en su vida. Estoy seguro de eso. De hecho, él debe haber tenido cualidades y capacidades que lo hacían digno de admiración. Tres años él estuvo con los discípulos y Jesús dijo en el aposento alto, en Juan 13 él dijo, “Uno de vosotros me traicionará”. Y todos los apóstoles respondieron. ¿Se acuerda usted cómo respondieron? ¿dijeron ellos: “Es Judas”? No. Cada uno de ellos dijo: “¿Soy yo?” ¿Por qué? no tenían más razón de sospechar de Judas, de la que tenían para sospechar de sí mismos, conocían mejor su vida, y supusieron que ellos habrían sido, en lugar de Judas. Él fue un hipócrita fantástico. Él era tan bueno en hacer esto, que lo escogieron como el tesorero del grupo. Es correcto, le dieron el dinero. Eso muestra cuanto confiaban en él.

Dice usted, “Bueno, ¿no sabían? Él debió haber tenido un trasfondo pecaminoso, putrefacto, si él era un hombre tan vil y miserable que le habría hecho esto a Cristo.” Él debió haber tenido un antecedente que era horrendo, sí, pero no era peor que los otros. Es difícil ser peor que Mateo, quien era un extorsionador y ladrón y recibía sobornos. Habría sido difícil que fuera peor que Simón el Zelote, quien había sido un asesino. Entonces, si usted lo ve de esa manera, venían de trasfondos bastantes malos. Y Judas debió haber hecho una presentación para terminar con todas las presentaciones, una actuación única y me parece interesante que él nunca tiene una palabra que decir hasta que él se queja acerca del desperdicio de dinero en Betania. En todo el registro bíblico, en todos los tres años él ni siquiera abrió su boca y estoy seguro que él realmente guardó su boca bien, para mantener la actuación.

Él tuvo el mismo potencial como cualquiera de los otros, él pudo haber sido un Juan, un Pedro, lo que sea. Digo, Cristo pudo haberlo transformado, si su corazón hubiera estado dispuesto. Él fue el mismo material en bruto, él no era más calificado que ninguno de los otros, pero el mismo sol que derrite la cera endurece la arcilla. Y mientras que los otros hombres estaban siendo moldeados y derretidos, él estaba siendo endurecido. Él probablemente era joven, en cierta manera un judío devoto, un judío celoso, un judío patriota que no quería que los romanos gobernaran. Y vio una oportunidad, al seguir a éste hombre, él creía que éste hombre era el Mesías, y que el establecería un reino y que el reino sería terrenal y que él derrocaría a Roma, y él expulsaría a los conquistadores, y él reestablecería el reino de Israel, y los días de prosperidad y gloria vendrían de nuevo. Y para él todo era terrenal, y era todo materialista, y era lo que podías tocar con tu mano. Y él vio la posibilidad de entrar y estar cerca de esto. Realmente nunca se vio atraído por la persona de Jesús a creer y amar a Jesús. Él solo vio a Jesús como un medio para el fin que él iba a ganar para sí mismo.

Y sabe una cosa, él pudo alcanzar algo de esto porque al principio él no se unió al grupo por dinero, porque eran pobres. Pero él se dio cuenta de que, si estaba por suficiente tiempo después de la revolución, él podría recibir beneficios, él estuvo dispuesto a hacer la inversión de unos cuantos años para recibir una utilidad que él pensaba que era tremenda. Entonces, Jesús lo escogió porque era el plan, pero él lo escogió a Jesús por su propia voluntad, pero él vio el camino a la prosperidad personal. Y entonces podríamos resumirlo al decir esto acerca de su llamado, Jesús escogió a Judas, debido al plan, sin embargo, le ofreció a Judas toda oportunidad para no cumplirlo. Jesús dio la lección del mayordomo injusto, de un hombre que desperdició su oportunidad, a Judas. Él dio la lección de la vestimenta de la boda, a Judas. Él dio las lecciones de dinero y avaricia, a Judas. Él dio lecciones de soberbia, a Judas. Él dijo muchas cosas, “Uno de vosotros es un diablo”, para advertirle a Judas, pero Judas nunca escuchó, y nunca aplicó nada. Y él mantuvo su engaño.

La relación de los discípulos a él es algo interesante, él estaba en el grupo 4, él está en el último grupo lo cual indica que él realmente no era un discípulo cercano a Cristo y me imagino que él en cierta manera también estuvo al borde del grupo 4, él no encajaba porque él no era de Galilea, y en cierta manera él estaba por fuera, y creo que él realmente nunca tuvo una relación significativa. Le dieron el trabajo de cargar el dinero porque no tienes que ser espiritual para cargar la bolsa. Él probablemente tuvo una aptitud para las finanzas, y le encantaba comerciar y en cierta manera le interesaba el dinero. Y eso ciertamente era lo que buscaba, y se dieron cuenta de su conocimiento de eso. Jesús sabía todo lo que los discípulos no sabían. Jesús sabía exactamente quién era él, pero Jesús lo amo, y trato de alcanzarlo.

En Juan 13, en la última cena Jesús dijo: “Uno de ustedes me va a traicionar.” Todos dijeron: “¿Soy yo? ¿Soy yo?” Él dijo, “Aquél a quien le dé el bocado, él es quien me traiciona.” El bocado era un pedazo de pan que usted metía en un contenedor, y en el contenedor había una especie de pasta que se hacía de fruta y de nueces, y usted tomaba el pan y en cierta manera lo metía en eso, y era común en el oriente honrar a un invitado, y en la comida, el que era el invitado de honor sería aquel a quien el anfitrión le daba ese pan. El anfitrión lo mojaba y se lo daba al invitado de honor. Y él dijo, aquel a quien le dé el pan, él es el que me traiciona. Y el metió el pan y se lo dio a Judas. Y en ese mismo momento que Él lo estaba honrando, él lo estaba respetando, él estaba mostrándole amor, él lo estaba exaltando. Fue un acto, creo yo, de afecto. Fue un acto de amor. Además de enseñarle, y enseñarle, y advertirle, el de hecho honró al hombre. Él inclusive estaba buscando alcanzar a ese hombre, pero él nunca respondió.

Y eso nos lleva al tercer punto, su progreso hacia la traición. Su progreso. El evangelio de Juan es el lugar al que tenemos que acudir para ver el progreso. Y en cierta manera, podemos ver lo que está pasando, tres años están pasando y Judas sigue esperando que en cualquier minuto que Jesús va a establecer el reino, digo, va a venir. Él ve un milagro, y otro milagro, y otro milagro, y gente siendo sanada y los ciegos pueden ver y los sordos pueden oír y los cojos pueden caminar, y los mudos pueden hablar, y gente es alimentada y él está asombrado de todas estas cosas. Y él sabe que ahí está el poder para hacerlo, y él espera que en cualquier momento va a pasar. Y él es tan avaro que él se mantiene ahí, y se mantiene ahí, y se mantiene ahí, con tenacidad, esperando que ese reino se establezca.

Ahora, quiero apresurarme a decir que no es diferente de los doce. Todos creían que el Mesías había venido, todos creían que el Mesías traería un reino terrenal, todos creían que el Mesías derrocaría a Roma, que él establecería el reino, y ellos entrarían a la gloria del reino. Todos creían que habían conocido al León de la tribu de Judá, pero el Señor comenzó a decirles que antes de que Él fuera el León de la tribu de Judá, él tenía que ser el Cordero inmolado desde antes de la fundación del mundo. Y Él habló de morir, y Él habló de entregar su vida, y Él habló de ser levantado. Y cuando Él hablaba de eso, usted tan solo podía oír a Judas diciendo, “¿Qué es esto?”

Y yo creo que lo que simplemente destruyó a Judas, fue la entrada triunfal. Cuando Jesús entró a la ciudad y fue “Hosanna al Hijo de David”, y las palmas a sus pies y todas las alabanzas y todo el mundo reconociéndolo como el Mesías, y Él entra y Judas tiene que estar atrás diciendo: “Esto es todo. Esto va a pasar hoy. Lo va a establecer, se va a hacer hoy.” Que preparación, Jesús se baja del asno y da su discurso. Éste es su discurso, “A menos de que un grano de trigo caiga al suelo y muera, permanece solo.” Tengo que morir, y creo que literalmente eso lo devastó. Esa fue la gota que derramó el vaso, era lo máximo que Judas podía enfrentar. No iba a pasar y creo que eso hizo que fuera finalmente claro para él.

Como puede ver, los otros discípulos comenzaron en dónde él comenzó, pero el Señor los elevó a un plano espiritual, Judas nunca llegó ahí. El Señor los elevó a un reino espiritual para ver cosas en una dimensión divina, pero Judas nunca dejó el nivel materialista terrenal. Él era el clímax del materialismo burdo. Los otros discípulos tenían mundanalidad, si, y avaricia, y egoísmo, pero fue superado por el amor de Cristo. Y ellos comenzaron a amarlo, y en su amor hacia Él, Él los llevó a otro nivel. Bueno, nunca sucedió en la vida de Judas. La avaricia y el egoísmo y el materialismo y la mundanalidad conquistaron al amor; y los otros fueron levantados, pero él se quedó. Los otros se volvieron no corruptos, y él se volvió más corrupto, más avaro. En la raíz de su vida, tenía una pasión terrible, terrible, y él nunca estuvo dispuesto a dejarla.

Entonces, como el Fausto de Goethe vendió su alma a Mefistófeles, Judas vendió su alma al infierno mismo. Sigamos la secuencia, Juan capítulo 12. Estamos llegando a los acontecimientos finales, avanzando hacia la cruz, Judas está totalmente desilusionado, la expectativa de que algo bueno va a venir había sido quitada de él. No hay nada bueno que ha quedado, y él ya no puede contener su hipocresía, él no puede enmascarar el alma vil, inmunda, miserable que existía dentro de él, y entonces en Betania hubo un incidente que lo desenmascaró. No creo que los discípulos realmente entendieron lo que estaba pasando, porque sospechaban tan poco de él que realmente no identificaron de manera apropiada lo que él estaba diciendo.

Pero María, en el versículo 3, “tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y enjugó sus pies con su cabello; y la casa se llenó del olor del perfume”. Ella simplemente estaba derramando amor, simplemente derramando afecto, ella simplemente dio esto que era tan costoso a Jesús, y es algo que fue usado una vez y después se acababa para siempre. Y entonces en el sentido de que ella lo desperdició, ella lo desperdició. Entonces, “dijo uno de sus discípulos”, y ésta es la primera vez que el hombre abre su boca en las Escrituras. “Judas Iscariote, el hijo de Simón, el que le había de entregar.” Me pregunto quién es Simón. Pobre hombre.

“¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?” Él odiaba a Jesús con tanta profundidad ahora, que él no podía soportar que se le rindiera algún tipo de adoración a Él. El odio se había apoderado. Lo que comenzó como atracción, y amor, y fascinación, se había convertido en odio, porque Jesús no hizo lo que él esperaba. Y él se volvió más frustrado, más frustrado, hasta que él tenía este amor/odio y finalmente fue odio. “Desperdiciando eso en éste, en quién he invertido tres años que han sido desperdiciados.”

Por cierto, quizás no habrá costado 300, esa podía haber sido su exageración debido a la avaricia de su corazón, para exagerar esto para efectos de impacto. Si era, eran 300 días de trabajo, entonces habría sido casi un año de sueldo lo que costaba el perfume. “Esto dijo él, no porque se preocupara por los pobres, sino porque él era un ladrón.” Él no se volvió uno aquí, él siempre fue uno. Él estaba robando de eso todo el tiempo a lo largo de los tres años. Él era un ladrón, y él tenía la bolsa. Y observe esto, y el griego dice: “Y él saqueaba lo que era colocado ahí.” ¿puede imaginarse ese tipo de hombre? Aquí está este grupo pobre de personas que andan por todos lados haciendo el bien, y él estaba robando de sus recursos a lo largo de todo este tiempo.

Él no tuvo amor en absoluto hacia ellos, no tenía afecto hacia ellos. El hecho de que él no conocía a ninguno de ellos y que era del sur contribuyó a su manera de operar en secreto muy bien. Ellos no sabían nada de él, y a lo largo de todo este tiempo él estaba robando de la bolsa. Él era un materialista, y él vivía para una cosa. Lo que él podía sacar de la vida, y lo iba a hacer como pudiera, y si él no iba a recibir este reino entero, entonces él iba a sacar por lo menos algo de dinero. Ese es el motivo básico de Judas, y algunas personas han tratado de atribuirle un buen motivo; usted no puede atribuirle a Judas un buen motivo, en ningún momento, de ninguna de las maneras por dos razones: una, Jesús dijo: uno de vosotros es un diablo; dos, antes de que lo traicionara, Jesús dijo: Y Satanás entró en él. No había nada en él. Él era miserable.

Ese incidente ocurrió, inmediatamente esa noche Judas dejó Betania, y tuvo la primera entrevista fatal con los principales sacerdotes. Y comenzó a negociar con ellos. Como en Zacarías capítulo 11, por treinta piezas de plata. Entonces, el Señor fue ungido por una motivación de amor, y traicionado, motivado por el odio. En la misma noche. Y quiero apresurarme a añadir que todavía es así, y es así con toda persona. O usted lo trata como a un rey o lo traiciona. No hay un punto medio, o usted es María o usted es Judas. O usted le derrama su amor a Él, o usted lo vende por el precio que usted considera apropiado.

Observe Juan 13 ahora. Después de haber iniciado la traición, nuestro Señor se está reuniendo en el aposento alto con sus discípulos, se han ido de Betania a este lugar, Judas ha planeado esto y ahora él regresa para acompañar al grupo y jugar el papel de un hipócrita aún más. Él regresa, él es bienvenido a la comunión de nuevo, Jesús lava sus pies y puede imaginarse eso, en la primera parte del capítulo. Y después Jesús dice en el versículo 10, “Y vosotros estáis limpios, pero no todos vosotros.” Y él está comenzando a apuntarle a Judas. No todos ustedes, porque él sabía quién le habría de traicionar, por lo tanto, Él dijo, “no todos están limpios”, versículo 18. No hablo de todos vosotros, porque yo sé a quién he escogido, yo conozco a los once que son salvos, pero para que la Escritura se cumpla, y Él cita el Salmo 41:9, “El que come pan conmigo, ha levantado su talón en contra de mí”. “Ahora se los digo antes de que suceda”, versículo 19, “para que cuando suceda creáis que yo soy aquel.”

Él quería que ellos supieran que Él sabía esto, para que cuando sucediera dijeran, “Oh, solo Dios habría conocido eso antes de que sucediera.” Y ellos no lo sabían cuando Él dijo, “uno de vosotros me traicionará”, dijeron, “¿Soy yo? ¿Soy yo? ¿Soy yo? ¿Soy yo?” No fue manifiesto de manera obvia quién era. Y si Jesús sabía, tenía que ser sobrenatural. Y siempre me veo atraído al versículo 21, “Cuando Jesús había dicho eso, Él se vio afligido en espíritu.” Él fue turbado en espíritu, Él estaba cargado, Él estaba ansioso, Él estaba molesto. La ingratitud, el rechazo del amor, el odio hacia la hipocresía, la repulsión del enemigo, lo horrendo que es el pecado, los horrores de saber que el infierno le estaba esperando a Judas, y la expectativa de llevar el pecado en la cruz. ¿Sabe usted que Él de hecho habría estado muriendo en la cruz con todos los pecados de todo el mundo, además de sufrir esto, era tanto que lo despedazó en el interior? Él dio testimonio y dijo, “De cierto, de cierto os digo, uno de vosotros me va a traicionar.” No podían creerlo, se vieron el uno al otro dudando de quien hablaba. No tenían razón para creer que era alguien.

“Y el que estaban reposando en el seno de Jesús, uno de los discípulos a quien Jesús amaba, Simón Pedro por tanto le dijo que le preguntara de quien hablaba”. Él dice Juan, pregúntale, pregúntale, ¿de quién está hablando? Ahora creo que Pedro preguntó porque Pedro y Judas eran muy parecidos en muchas maneras, actuaron de manera hipócrita. Pedro sabía que él era un pecador del primer nivel. Y creo que él simplemente estaba revisando para ver si iba a ser él, debido a que él tenía tantas otras fallas.

Jesús respondió y dijo, “Aquel a quien doy el bocado, es él.” Y creo que eso es lo que le dijo Juan, y no creo que los otros lo oyeron, porque si los otros lo hubieran oído habría habido un ataque. Juan en su silencio lo aceptó como el plan, porque Jesús había dicho, “Os digo esto para que sepáis que cuando suceda, que soy yo”, Juan siguió con el plan. Él le dio el pan. Y después el versículo 27, ese versículo horrendo, “Y después del bocado, Satanás entró en él. Y Jesús le dijo: ‘lo que haces, hazlo pronto’”.  Y ahora, ningún hombre en la mesa supo porque le dijo esto. Nadie sabía porque lo despidió. Pudieron haber pensado que lo mandó a conseguir más comida. Sal, Él dijo, ¡se acabó! La puerta se cerró. Satanás entró en Judas. No puedo imaginar algo más horrendo. Una cosa es ser poseído por demonios, otra cosa es que el diablo mismo entre ahí. Digo, que es como para que el diablo mismo se meta a un individuo para lograr algo, debe ser en los grandes, ¿verdad?

Y antes de que usted quede demasiado impresionado, le podría parecer interesante que el diablo también entró en Ananías y Safira, dos cristianos en la primera iglesia en Jerusalén, porque no dieron dinero a Dios, el dinero que le habían prometido darle, y le mintieron al Espíritu Santo, no se oye tan serio como traicionar a Jesucristo, ¿verdad? Pero Satanás entró en Judas, y Judas se fue. Jesús permaneció con los suyos, Judas salió para consumar la traición.

Mateo 26:16 dice que él buscó una oportunidad para traicionarlo. Marcos 14:11 dice que él buscó como él podía traicionarlo de manera conveniente. Y en Lucas 22:6 dice que él buscó como traicionarlo en la ausencia de la multitud. Él temía la multitud, quería hacerlo de manera discreta, él quería hacerlo bien y quería hacerlo de la manera más fácil, él tenía miedo del pueblo porque él estuvo ahí en la entrada triunfal. Él vio la multitud, él temía eso, y él quería hacerlo de una manera que Jesús tampoco sospechara. Él quería hacerlo de una manera sutil. Entonces se reunieron otra vez, con los principales sacerdotes, hicieron una negociación, y Él fue vendido por treinta piezas de plata. Hoy eso habría sido entre 10 y 20 dólares. Eso me dice tres cosas: número uno, la gente avara recibe cualquier precio; número dos, que aquellos principales sacerdotes tenían un menosprecio absoluto hacia Judas, no le dieron más que eso; y número tres, odiaban a Jesús porque pensaban que eso era lo único que valía.

Y entonces, él negoció que él señalaría a Jesús para ellos en un lugar secreto, en un lugar callado. Y en la oscuridad total de la noche, tenían que tener una señal, entonces él dijo, la señal va a ser aquel a quien bese. De otra manera no habrían sabido quien era Él en la oscuridad. Y eso nos lleva a Juan 18. La próxima vez que veamos a Judas, unas cuantas noches después. Jesús está en el huerto, versículo 2, “Judas también, aquel que le entregó conocía el lugar, porque Jesús con frecuencia se retiraba ahí con los discípulos.” Judas no solo profanó la pascua con dinero en sangre, él profanó el lugar secreto, privado de devoción de nuestro querido Señor, él profanó la amistad. Él conocía el lugar. “Él reunió un grupo de hombres y oficiales y principales sacerdotes y fariseos, y vinieron con antorchas, y armas. Jesús, por lo tanto, sabiendo todo lo que sucedería, salió y les dijo, ¿a quién buscáis?”

Cómo puede ver, Jesús sabía que Judas iba a venir, y él iba a venir a Jesús y lo iba a besar. Y después los soldados atacarían, y Judas diría, “Oh”, usted sabe, sorprendido como si él no supiera nada. Judas lo besaría para que estuviera cómodo, para que no pensara que iba a pasar algo. Jesús sabía todo eso. Entonces, ¿sabe usted lo que él hizo? Él quitó la necesidad del beso. Él salió y dijo, “¿A quién buscáis?” Y ellos dijeron: “A Jesús de Nazaret.” Y Él dijo: “Yo Soy aquel.” De esta manera eliminó la necesidad de un beso. Pero simplemente para mostrarle la profundidad de la oscuridad en el corazón de Judas, de cualquier manera, lo besó. El corazón diabólico lo forzó a que lo besara de esa manera innecesaria. Aunque ya no se necesitaba un beso para señalarlo, fue un beso para pretender, para falsificar su inocencia, un acto supremo de hipocresía.

Y por cierto en Mateo 26, dice en el griego, “él lo besó repetidamente.” Hombre, usted tiene que ser alguien vil para hacer eso. No puedo imaginarme el corazón de nuestro Señor, simplemente no me lo puedo imaginar. Digo, puedo entender como Él pudo soportar el odio de los sacerdotes, el ruido de la multitud. Puedo entender como Él pudo soportar la cobardía de Pilato, la brutalidad de los soldados, puedo entender como Él en cierta manera pudo soportar la negación de Pedro, pero ¿cómo es posible que puedes enfrentar esto? Y después, sabe usted cual fue la respuesta de Jesús en Mateo 26, dice que Judas siguió besándolo y Jesús le dijo, “Amigo, ¿qué estás haciendo, traicionando al Hijo del Hombre con un beso? Amigo”, dijo Él. Siempre el que amaba, siempre él que perdonaba.

Y entonces, Él fue traicionado por un hombre que vivió para la avaricia. Y él sabía que el plan había sido activado, y él sabía que, si tan solo podía sacar 10 dólares, era mejor que nada más. Permítame hacerle una pregunta, ¿es el acto de Judas único? ¿es el único acto de éste tipo? En absoluto, porque usted va a leer en el Antiguo Testamento, en el libro de Ezequiel como Dios fue contaminado entre el pueblo, por puñados de cebada y pan. Y si usted lee el profeta Amós, usted va a leer de aquellos que vendieron a los justos por dinero. Y quiero decirle a usted que en la actualidad los hombres siempre han vendido y siempre venderán a Cristo, por lo que creen que vale más.

Escuche esto, “No podría ser por plata, no podría ser por oro, sin embargo, por decenas de miles el Príncipe de la vida es vendido. Vendido por una amistad impía, vendido por una meta egoísta, vendido por algo pasajero, vendido por un hombre vacío. Vendido en el lugar de la ciencia, vendido por el lugar del poder, vendido ante la estatua de las fortunas, vendido en la hora del placer, vendido por tu negociación terrible. Ninguno más que el ojo de Dios puede ver. Pondera mi alma la pregunta, ¿cómo será el vendido por ti? Vendido Dios, que momento calmó la voz de su conciencia. Vendido a el ángel llorando registra la decisión fatal. Vendido pero el precio aceptado se volverá en un carbón viviente, con los dolores de un arrepentimiento tardío, profundo, en un alma que arde.”

Judas vendió a Jesús por avaricia. La gente todavía lo está haciendo por sus ganancias ilícitas, su estilo de vida y todo lo demás. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué? Seguro había malicia, seguro había ambición mundana, venganza, odio de lo que era bueno, rechazo de aquello que era puro, soberbia, ingratitud, enojo. Pero sobretodo, simplemente avaricia, materialismo burdo, mundano. Quiero decirle que ningún hombre se parece más a un diablo, que un apóstol pervertido. Me imagino que esa es la razón por la que odio a los falsos maestros tanto.

Quiero hablar por un momento de su muerte. Santiago dice que es “la concupiscencia que cuando concibe da a luz el pecado”, Santiago 1, “y cuando el pecado concibe, da a luz”, ¿qué? “la muerte”. Y Proverbios 10:7 dice, “El nombre de los impíos se pudrirá. Pobre Judas, él vendió a Cristo, vendió a sus colegas apóstoles, vendió su alma y compró el infierno. Y el precio fue demasiado alto. ¿Sabe usted lo que él hizo? Él lo sabía, porque su corazón estuvo lleno de tal dolor y remordimiento, que dice en Mateo 27, versículo 3 esto, “Judas el que le había entregado, cuando vio que él fue condenado”. ¿Y cómo fue él condenado? Por su conciencia, la convicción debió haber estado sobre él de tal manera que golpeaba su cabeza, se arrepintió dice. Ahora, eso podría sonarle bien a usted, pero esa no es la palabra griega para arrepentimiento. Esa es la palabra para querer cambiar sus sentimientos, se sintió mal, lo lamentó.

Ahora, un hombre con una mente espiritual, enfrenta su conciencia de una manera espiritual, él acude a Dios para buscar perdón, pero un hombre materialista, terrenal, enfrenta sus problemas a nivel terrenal. Entonces, en lugar de acudir a Dios, con su necesidad, en un nivel espiritual, él regresó a los principales sacerdotes a nivel físico, y él arrojó devolviéndoles el dinero, pensando que el acto físico de devolver el dinero lo aliviaría de la condición espiritual. Pero él no pudo hacerlo, su corazón no perdonado gritó por venganza, sobre sí mismo y entonces él tomó la venganza sobre sí mismo, y la Biblia dice que él se ahorcó, después de haber arrojado el dinero en el suelo del templo.

En Hechos 1 dice que él murió con sus entrañas saliéndose. Algunas personas creen que eso es estar en conflicto, no es así, él no podía ahorcarse mejor de lo que él podía hacer algo más. Y es posible que el nudo fue insuficiente, o que se rompió la rama, y habiéndose colgado cayó sobre un precipicio, para que se reventaran sus entrañas en las rocas que estaban abajo. Y, por cierto, ¿qué hicieron con el dinero que él aventó en la casa del Señor? Dijeron, “no es lícito colocarlo en el tesoro”. Ahora de pronto están volviéndose lícitos, “porque es precio de sangre, no podemos usar precio de sangre en el tesoro, tomaron consejo y compraron con ello el campo del alfarero para sepultar a los extraños.” Eso es exactamente lo que el Antiguo Testamento dijo, que las treinta piezas serán dadas al alfarero en la casa del Señor. Y el plan fue cumplido.

Y, ¿sabe usted lo que no está diciendo a lo largo de todo esto? Que Dios está por encima de la torpeza y la maldad de los hombres para cumplir su propia palabra. Escuche, algunas personas han dicho, “Bueno, la gente en el Nuevo Testamento conocía el Antiguo Testamento, entonces trataron de cumplirlo para hacer que Cristo se viera bien.” Ah? Entonces, ¿cómo es posible que los fariseos siempre están cumpliéndolo también cuando lo odian? Simplemente nos muestra quién está en control. Si al quitarse su propia vida Judas pensó que podía terminar con la miseria de su conciencia, él cometió un error terrible, porque él tiene una conciencia miserable ahora, y por los siglos de los siglos en el infierno.

Finalmente, hemos cubierto algunas cosas importantes, su nombre, su llamado, su progreso, la traición y la muerte. Quiero cerrar y quiero que escuche con mucha atención con algunas lecciones aprendidas de la vida de Judas. Escuche, simplemente escuche rápidamente. Número uno, Judas es el ejemplo más grande del mundo de la oportunidad perdida. Ningún hombre jamás, jamás, jamás, es una tragedia más grande que ese hombre. Doce hombres en la historia humana tuvieron el privilegio de caminar por tres años en la presencia del Dios viviente encarnado, y él se lo perdió, los otros once lo entendieron. ¡Increíble! Y hay personas que se sientan en la presencia de cristianos y de ésta manera en la presencia de Cristo; hay padres en familias, y madres en familias y gente en la iglesia que vienen y se van; y viven su vida y están rodeados por todas estas personas en quienes mora el Cristo viviente, y pierden esa oportunidad y van a la eternidad sin Él. Pero Judas es el peor. Y aquellos que continúan perdiendo la oportunidad, están en línea con Judas. Él estuvo en el ambiente más hermoso que el mundo jamás ha conocido, y él está condenado para siempre. Él estuvo contento con asociarse, nada más.

En segundo lugar, él es el ejemplo más grande del mundo de privilegio desperdiciado, el ejemplo más grande de privilegio desperdiciado. Él quería dinero, él quería riquezas, él quería posesiones, él pudo haber poseído el universo para siempre, pero lo vendió por diez o veinte dólares. Dios le ofrece a usted y a toda alma las riquezas de la eternidad, ¿qué tipo de negociación torpe está usted haciendo al decir no a eso? Decirle sí a algo insignificante que arderá al fin de esta tierra.

En tercer lugar, Judas es la ilustración más grande en el mundo del amor al dinero, como la raíz de la maldad. Él amo al dinero tanto, que él de hecho vendió al Dios viviente, así de lejos puede la avaricia llevar a un hombre. Él es un monumento a la destrucción y la condenación de la avaricia.

En cuarto lugar, y aquí cambiamos de dirección. Yo creo que Judas es la lección más grande en la historia del mundo, del amor paciente que tolera, de Dios. Solo Dios pudo haber sabido lo que Él sabía, y haber tolerado la presencia de ese hombre por tanto tiempo. Esa es la tolerancia paciente de Dios. Y después, haberlo buscado en afecto a él y ofrecerle el bocado; inclusive después del beso decirle, “Amigo”. Es una verdad increíble, una lección increíble de la paciencia de Dios.

Y finalmente, yo creo que Judas provee un requisito esencial para preparar a Cristo para su función Sumo Sacerdotal, él cumplió un propósito. La Biblia nos dice que Cristo fue perfeccionado mediante el sufrimiento, y que Él se volvió un Sumo Sacerdote compasivo. Muchos hombres son traicionados, muchos hombres son heridos en la casa de sus amigos, la gente destroza a otros, y todos nosotros hemos conocido el dolor de ese tipo de situación. Y cuando vamos al Señor Jesús, y decimos, “Sabes una cosa, esto me ha pasado en mi vida, ¿entiendes?” Oh, claro que entiende. Parte del perfeccionamiento de su obra Sumo Sacerdotal incluyó el tener que tolerar esto de este hombre.

Bueno, sea cual sea la lección que deba ser aplicada a su vida, oro porque el Espíritu Santo lleve a cabo esa obra. Este hombre es el hipócrita consumado de todos los tiempos, y él es una ilustración para nosotros, de personas que pueden esconderse en la presencia de Cristo y estar llenos de Satanás. Eso podría ser el caso inclusive de alguien aquí, usted ha estado en la iglesia, pero usted es un hipócrita. Jesús dijo, “Judas se fue a su propio lugar.” Exactamente a dónde él pertenecía. La tragedia de la vida de éste hombre puede ser resumida en las palabras de nuestro Señor, quien dijo en Mateo 26:24, “Habría sido mejor para ese hombre, si él nunca hubiera nacido.” Y así será para personas que rechazan a Cristo. Cierro con esto, alguien ha escrito y creo que lo resume: “Todavía desde la antigüedad, el hombre por sí mismo pone precio, por treinta piezas Judas se vendió a sí mismo, no Cristo. Inclinémonos en oración.

Mientras que sus cabezas están inclinadas, simplemente en estos segundos finales, si usted no conoce a Cristo, usted lo ha vendido por lo que sea que estorba que usted venga a Él. Usted ha valorado eso más que Él. Ese es su precio, quizás es la avaricia, quizás son las ganancias ilícitas, quizás es algún pecado, algún acto de soberbia, obstinación, alguna supuesta sabiduría, alguna filosofía humana, alguna relación inmoral. Sea lo que sea es su precio, y usted ha vendido su alma en esa transacción. Espero que ninguno esté en la línea de Judas aquí. Si los hay, Jesús lo busca a usted como Él lo buscó a Judas, y confío en que usted hoy abrirá su corazón y recibirá a Cristo. Pida su perdón ahí dónde está sentado, en el silencio de este momento, e invítelo a que sea su Señor y Salvador, y entre en la bendición de su reino eterno.  

Padre, hemos disfrutado de una mañana maravillosa en adoración y sobria en la Palabra. Tráenos de regreso en esta noche, conforme consideramos el Evangelio, el mensaje maravilloso del libro de Romanos. Ayúdanos a que nuestras prioridades estén en el lugar correcto. Señor, quizás vas a guiar a alguna persona no salva que podamos traer inclusive esta noche. Dios ayúdanos a tener las prioridades correctas, el enfoque correcto, haz que éste sea un día especial, un día de gloria para Tu nombre, conforme lo vivimos para Tu propia causa y reino. Gracias Señor por nuestra comunión en ésta mañana. En el nombre de Cristo. Amén.

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