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Abramos nuestras Biblias en Mateo capítulo 19. Regresamos a la sección acerca de la enseñanza de Jesús sobre el divorcio. Mateo, capítulo 19 y estamos viendo los primeros 12 versículos. En las últimas dos semanas, nuestro estudio de este gran pasaje se ha concentrado primordialmente en la creación divina del matrimonio al haber estudiado los primeros 6 versículos. Y ahora, al concentrarnos en los siguientes 6 versículos, los versículos ;7 al 12, vamos a concentrarnos de manera más particular en el tema del divorcio.                                

Ahora, recuerde que en el versículo 1 dice que aconteció que “cuando Jesús terminó estas palabras”. Le dijimos que eso significa el término de un discurso. Y el discurso que Él terminó es ese en el capítulo 18 acerca de la semejanza de un creyente con un niño; un gran discurso. Y cuando terminó eso, se alejó de Galilea. Y señalamos que eso significaba el final del ministerio en Galilea, un período de varios años en el cual Él había expresado la realidad de que Él era el Mesías, en el cual Él había congregado y preparado a Sus discípulos. Y ahora había llegado al fin y estaba dejando ese lugar. Y dice que Él, al alejarse de ahí, fue a la región de Judea al otro lado del Jordán conocida como el área más allá llamada Perea.

Entonces, Él entró a Perea y en los capítulos 19 y 20, encontramos el ministerio que Él tuvo en Perea. Ahora, Él se está moviendo por Perea hacia el sur porque Él se dirige hacia Jerusalén, donde Él morirá y resucitará. Entonces, estamos moviéndonos hacia el clímax de la vida del Señor Jesucristo. Y en el ministerio de Perea, encontramos en el versículo 2, que grandes multitudes le seguían. Marcos 10 como usted recordará, agrega que Él les enseñó y después Mateo dice que les sanó allí.

Entonces, vemos que el Señor se está moviendo en el mismo tipo de ministerio de enseñanza y sanidad y demostrando Sus credenciales Mesiánicas de Galilea a Perea, un lugar ahora poblado por muchos judíos que también necesitaban estar expuestos a su Mesías.

Ahora, mientras que está en Perea, Él es confrontado por sus archienemigos, los fariseos. Y encontramos en el versículo 3 el ataque. Y ese fue el primer punto en nuestro bosquejo: el ataque. El ataque. “Entonces vinieron a Él los fariseos tentándole y diciéndole ‘¿es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?’.”

Ahora, ellos querían confrontar a Jesús con una pregunta que Él realmente no pudiera responder. Querían atraparlo. Ellos sabían lo que Él creía. Ellos sabían que Él creía que no era legal o lícito divorciarse por cualquier causa y querían que dijera eso para que perdiera Su popularidad con el pueblo. También querían que lo dijera para que perdiera Su popularidad con el gobernante residente, Herodes Antipas, quien ya había decapitado a Juan el Bautista por decir algo similar a eso, ya que él era alguien que se habían divorciado y vuelto a casar de manera ilegítima. Entonces, ellos realmente hacen la pregunta en el versículo 3 para colocar a Jesús en una posición imposible con el pueblo y con el gobernador del área.

Llegamos entonces el versículo 4 y vemos la respuesta. Y ése es nuestro segundo punto principal en el bosquejo, la respuesta. “Él respondiendo les dijo,” y conforme Él habla, presenta cuatro razones por las cuales el divorcio no es lícito por ninguna causa. Pero Él responde la pregunta de tal modo que ellos no pueden hacerlo responsable por ella ya que Él responde con las Escrituras. Y Él les responde de una manera cáustica, en un sentido, diciéndoles “¿No habéis leído, sois ignorantes de las Escrituras ustedes que dicen ser los maestros de la ley que se supone que conocen todos los detalles de la revelación de Dios? ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”

Digo, ¿no han leído lo que Dios dijo? Y entonces, Jesús presenta Su respuesta en base a Génesis 1:27 y Génesis 2:24 y dice, simplemente estoy de acuerdo con Dios, lo cual coloca a los fariseos en una posición imposible. Y también al resto de la gente. Porque si van a discutir con Él, van a tener que discutir con Dios. Ahora, recordará que le dije que había cuatro razones que se presentan aquí por la que la respuesta es no. No es lícito divorciarse por toda causa. Razón número uno, Dios creó un hombre para una mujer. Razón número dos, Dios creó un vínculo fuerte indicado por la palabra unidad en el versículo 5. Razón número tres, Él los hizo una carne, versículos 5. Y después, el versículo 6 dice que una vez que usted es una carne no pueden dividirlos porque ya no son dos, es una sola carne. Es la tercera razón, la carne. Y finalmente, el matrimonio es una obra de Dios y entonces, lo que Dios ha unido, que ningún hombre lo separe o lo divorcie. Entonces, cuatro razones buenas por la que el divorcio no es lícito por ninguna razón. Y vimos que al decir eso, Jesús realmente reafirmó el estándar del Antiguo Testamento para el matrimonio. Él afirmó que Dios deseaba que el matrimonio fuera una relación monograma de por vida entre dos personas.

Y la última vez en cierta manera nosotros rastreamos ese pensamiento, ¿no es cierto?, a lo largo del Antiguo Testamento y vimos que nunca cambia. Usted llega al final del Antiguo Testamento, usted llega al libro de Malaquías, el último libro. Y en ese, Dios reitera exactamente lo que dijo en Génesis. Él dice en Malaquías 2, versículo 16: “Aborrezco el divorcio.” O el repudio. Entonces, Dios no ha cambiado Su postura desde el principio del Antiguo Testamento hasta el final del Antiguo Testamento. Él todavía odia el divorcio.

Ahora, alguien podría preguntar en respuesta a las cosas de las que hemos hablado del Antiguo Testamento, qué es lo que constituye un matrimonio. Cuando decimos ‘lo que Dios ha unido no lo separe el hombre’, ¿qué es lo que hace un matrimonio? Algunas personas han tratado de decir ‘bueno, la relación sexual es lo que constituye un matrimonio, lo único que usted tiene que tener es una relación sexual con alguien y de manera automática usted está casado porque esa es la esencia de una carne y lo que realmente es el matrimonio.’ Pero eso no es verdad bíblicamente. Si el sexo constituyera un matrimonio, no habría fornicación porque dos personas teniendo relaciones que no están casadas no estarían cometiendo fornicación sino que estarían casándose, si es que el sexo constituyera el matrimonio. Pero Dios dice que cuando dos personas no casadas cometen un acto de relación sexual juntos, no es un matrimonio, eso es un pecado. Eso es fornicación.

Además, en Éxodo capítulo 22, versículos 16 y 17 dice “Si un hombre yaciere con una mujer, él por tanto, debido a que le ha virginidad su dignidad, debe casarse con ella.” Lo cual significa que simplemente acostarse con ella no produjo un matrimonio. Él debe casarse con ella o si el padre se rehúsa a que se case ella con él, entonces él debe pagarle al padre una suma suficiente como para compensarlo por lo que en algún sentido, él había robado de su hija; pero no es visto como casado por ese acto sexual, más bien es responsable de casarse en un tiempo posterior.

Además, el adulterio no disuelve un matrimonio. En Malaquías 2, como le mencioné, dice que Dios odia el divorcio. Pero también dice algo más en el versículo 14. Dice: “Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.” Y lo que él está diciendo es esto: no importa lo que hicieron al cometer adulterio y eso es lo que habían hecho. Ustedes la han tratado impíamente pero ella todavía su esposa. ¿Cómo es eso? Porque ella es la esposa de tu pacto. No es el acto sexual lo que constituye un matrimonio, es el pacto lo que constituye un matrimonio. Es cuando dos personas se unen, quienes se prometen un pacto de por vida de compañerismo. La Biblia afirma que el pacto constituye un matrimonio. El matrimonio es un acuerdo de pacto para un compañerismo de por vida. Y entonces, cuando una persona tiene una relación sexual con alguien, eso no constituye un matrimonio. Cuando una persona en un matrimonio tiene una relación sexual con alguien más, eso no constituye otro matrimonio. Eso simplemente es un pecado en contra del matrimonio de la persona por pacto. Entonces, es un pacto obligatorio de un compromiso de por vida de compañerismo lo que constituye un matrimonio.

Y cuando eso sucede, cuando dos personas hacen ese pacto, sean persona salvas o no, se unen en una unión ordenada por Dios, creada por Dios, lo cual por lo tanto nunca debe ser objeto de divorcio. Ésa es la esencia de lo que nuestro Señor está diciendo. Y entonces, esta es Su respuesta.

Ahora, vayamos al tercer punto en esta mañana y veremos qué tan lejos podemos avanzar en el argumento. Versículo 7. “Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?” Lo que me sorprende aquí es que no están interesados en absoluto en el ideal divino que el Señor acaba de presentar. El Señor acaba de afirmar el matrimonio de por vida. El Señor dijo ‘Dios odia el divorcio’, en esencia. Desde el principio, Dios nunca tuvo la intención de que hubiera divorcio. Pero no están interesados en el ideal divino. Sólo están interesados en la excepción. Y así es con la gente pecaminosa. No le interesa vivir en obediencia a la ley, sólo les interesa buscar el hueco. Eso es todo. Y los fariseos son casos clásicos de personas que están buscando huecos en la ley de Dios. Por un lado, quieren verse como alguien que guarda la ley de Dios, porque así es como entran al favor de Dios. Pero por otro lado, quieren entrar encontrar la salida posible.

Y entonces, lo que les interesa es la excepción para acomodar su lujuria y acomodar sus múltiples divorcios y adulterios. Y ahí están de nuevo mostrando mucha inteligencia porque buscan colocar a Jesús contra Moisés. Y si pueden hacer eso, esa es simplemente otra manera mediante la cual puede desacreditar a Jesús con el pueblo, ¿verdad? Porque el pueblo reverencia a Moisés después de Dios y si pueden colocar a Jesús contra Moisés habrán logrado algo de manera significativa. Y entonces ellos preguntan por qué Moisés mandó a dar carta de divorcio y repudiarla; en otras palabras, si dices que todo eso es verdad, entonces, ¿por qué Moisés mandó el divorcio? Ahora, esa es una pregunta capciosa porque Moisés no mandó el divorcio pero escogieron sus propias palabras. Veamos lo que Moisés dijo.

Regrese en su Biblia a Deuteronomio capítulo 24 porque ese es el pasaje que ellos tienen en mente. Es el único pasaje que se relaciona con Moisés que da una afirmación definida acerca del divorcio. Deuteronomio, capítulo 24. Ahora, para entender este pasaje, tenemos que reconocer al principio que algunas versiones no han presentado la interpretación apropiada o la traducción apropiada del texto. Y entonces, estamos endeudados con la Biblia de las Américas en español para traducir de manera correcta esto para que tenga sentido. Permítame leerlo de manera muy cuidadosa para que usted entienda lo que está diciendo expresando lo que dice el original. Ahora, este es el pasaje en el que ellos se apoyaban, el pasaje en el cual ellos decían que Moisés mandó el divorcio. Escuche lo que diría expresando el original. Leyendo los versículos 1 al 4: “Cuando un hombre, una mujer, y se casa con ella y resulta que ya no haya favor a los ojos de él porque él ha encontrado alguna indecencia en ella y él le le escribe un certificado de divorcio y lo coloca en la mano de ella, y la despide de su casa y ella se va de su casa; y se va y se vuelve la esposa de alguien más.” Ahora, vamos a detenernos aquí.

Ahora, ¿entiende lo que está pasando aquí? Estos son los primeros dos versículos. Este hombre se casa con una mujer y resulta que ella no le gusta a él. Ella no puede hallar favor ante sus ojos “debido a que él encontró en ella alguna indecencia.” Entonces, él escribe a ella un certificado de divorcio y lo coloca en las manos de ella y la despide de su casa. Y ella se va de su casa; y ahora, se va porque está legalmente divorciada por ese papel. Y se vuelve la esposa de otro hombre.

Ahora, en este punto quiero que sepa que no hay ningún comentario editorial en este incidente. El texto nos dice que el hombre hizo lo que estuvo bien, no dice que la mujer hizo lo que estuvo bien. El texto no dice que el hombre se equivocó, que la mujer se equivocó. No dice nada. No dice que Dios le ordenó a él que se divorciara de ella. No dice que él tenía que divorciarse de ella. Dios no dice que él hizo lo correcto al divorciarse de ella. No hay simplemente un comentario editorial por parte de Dios o Moisés. Simplemente es una ilustración de un hombre que se casó con una mujer, vio una indecencia, quiso despedirse de ella, le escribió un certificado de divorcio y la despidió de la casa y ella se volvió a casar. Eso es todo, hasta donde hemos llegado en los primeros dos versículos.

Ahora, veamos lo que dice el versículo 3. “Si el segundo marido se vuelve contra ella y le escribe a ella un certificado de divorcio;” ahora, el marido número dos decide que a él ya no le gusta ella así como el esposo número uno, entonces que él le escriba una carta de divorcio y désela en la mano de ella y despídala de su casa. O si el segundo marido muere, quien la tomó para que fuera esposa de él, entonces el primer marido que la había despedido ya no puede volverla a tomar como esposa debido a que ha sido contaminada. Ella va al número dos y el marido número dos no la quiere, entonces se divorcia de ella y la despide. Y después, el marido número uno, mientras tanto está diciendo ‘bueno, me siento solo, la comida no ha sido tan buena desde que te fuiste, tengo mucho trabajo aquí en la casa, extraño tu compañerismo y quiero casarme contigo.’ Y la Biblia dice que él no puede. Él no puede. Ese es el primer comentario del incidente. Hay un mandato en Deuteronomio 24 pero no se relaciona con el divorcio, se relaciona con el segundo matrimonio. No se le permite a él volverse a casar con ella. Inclusive si el marido número dos se muere y ella es viuda, ella no puede regresar con el marido número uno. ¿Por qué? Porque ella ha sido contaminada y eso es una abominación delante del Señor y “no traerás pecado sobre la tierra que Jehová tu Dios te da como heredad.” Casarse con esa mujer es un pecado. Casarse con esa mujer es un pecado porque ella está contaminada.

Ahora, los rabinos judíos no interpretaban así este pasaje. Ellos lo interpretaban como un mandato divorciarse, que el marido número uno, cuando encontró una indecencia en ella, se divorció de ella porque a él se le había mandado a hacer eso. Y ellos lo interpretaron aquí como que el mandato era para divorciarse de esa mujer. Y usted se sorprende por eso, ciertas versiones hacen lo mismo porque dicen esto. “Cuando un hombre ha tomado a una mujer y se casa con ella y resulta que ella no encontró favor en sus ojos, porque él encontró alguna indecencia en ella, entonces que él le escriba una carta de divorcio y désela en la mano de ella y despídela de su casa. Entonces, ellos retomaron esa misma interpretación de la tradición rabínica pero eso no es lo que el texto dice. No lo voy a decir a la protasis-apodosis del hebreo para mostrarle pero tiene que confiar en mí en esto. La expresión del texto no tiene nada que ver con un mandato a divorciarse, dice si un hombre hace esto y hace esto, entonces él no la puede volver a tomar. El mandato es que él no puede tomarla de regreso no que él puede, que debe divorciarse de ella.

Por esta era la interpretación del pasaje sobre la cual los fariseos habían basado sus muchos divorcio. Y entonces le preguntan a Jesús por qué entonces Moisés mandó a dar un certificado y divorciarla. Y todo esto era una interpretación equivocada de Deuteronomio capítulo 24. El pasaje no promueve el divorcio, no lo tolera, escuche esto, el pasaje no manda el divorcio, el pasaje regula las segundas nupcias. Es un pasaje diseñado para regular las segundas nupcias.

Ahora, simplemente para su información, hay otros lugares en el Antiguo Testamento en donde el divorcio es mencionado. Deuteronomio 22, versículo 19 y 29, Levítico 21, versículos 7 y 14, hasta este punto, también mencionan al divorcio pero no lo toleran, no lo recomiendan, no lo mandan. Comentan que existe y este pasaje hace lo mismo. Simplemente reconoce la existencia del divorcio. No es mandado, ni siquiera es aprobado. Pero en el pasaje, encontramos que hubo una causa para este divorcio.

Y veámosla y entenderemos el pasaje: “porque él halló en ella alguna inmundicia o alguna indecencia.” Permítame decirle lo que es en el hebreo literal: la desnudez de una cosa. Él encontró en ella la desnudez de una cosa. Ahora, hay todo tipo de posibilidades para esto en la tradición judía. Los judíos decían que podía ser cualquier cosa. Como le dije la última vez, cabello suelto, andar por la calle diciendo cosas malas de su suegra, quemar la cena, hablan con hombres, cualquier cosa; y ellos encontraban que eso era un indecencia y una inmundicia o la desnudez de una cosa como ellos la interpretaban. Pero si usted quiere saber cómo interpretar la Biblia, usted no la interpreta por la manera en la que a usted le gusta interpretarla, usted la interpreta por su contexto. Y si usted simplemente puede retroceder un poco al capítulo 23, va a encontrar el mismo término que es utilizado; y es muy interesante.

Capítulo 23, versículo 13, aquí hay una regulación, una norma acerca de enfrentar con la eliminación, la eliminación física: “Tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento. porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que Él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.” Ahí está el término. Ninguna indecencia, ninguna inmundicia. Simplemente está diciendo ‘tapa tu excremento’. Eso es lo que está diciendo. Porque Dios camina en tu campamento junto con otras personas, por cierto.

Parece ser un asunto muy obvio de decencia; y ese es el mismo término que es utilizado en el 24:1. Él había encontrado en ella algo inmundo, algo sucio, algo vil, algo vergonzoso, algo inapropiado, algo que no era apropiado para una mujer, algo vergonzoso para el marido de ella. Pero no puede referirse al adulterio. Porque el adulterio, en este punto, resultaba en ¿qué? En muerte. Y habría dicho adulterio. Es algo sucio, algo en vergonzoso, algo vulgar o algo despreciable, pero no adulterio. Porque Deuteronomio 22 dice claramente que debe haber muerte por el adulterio en los versículos 22 al 24. Entonces, esto tiene que ser algo corto de adulterio. Ahora, no sabemos lo que es, pero permítame darle lo que yo creo que es el entendimiento apropiado.

Si usted supiera en su sociedad que el adulterio terminaba en la muerte, usted podría hacer muchas cosas pero generalmente se controlaría a sí mismo para quedar corto del adulterio, ¿verdad? Digo, usted realmente no querría morir. Y entonces, aparentemente, lo que pasó fue que había personas que estaban entrando en algún tipo de pecado sexual u otro pecado vergonzoso, habitual, quedándose cortos de cometer adulterio, actos que quedaban cortos de adulterio, eso parece que es lo que pasó en Deuteronomio 24. Aquí hay una mujer que es vergonzosa, que es vil y ella queda corta de adulterio para que la pena de muerte no pueda ser aplicada; pero ella comete estas cosas malas y su marido simplemente se divorcia de ella.

Y usted dirá ‘bueno, ¿sabes una cosa?, Quizás hay una buena razón para eso’. Me acuerdo cuando era joven en el ministerio, una pareja que estaba divorciada debido a que la mujer dijo que el marido era vergonzoso en sus hábitos físicos de higiene y nunca lo olvidaré. Puede suceder y quizás existía esa posibilidad, no lo sé. Pero él se divorció de ella. Pero, ¿sabe lo que pasó? Ella salió de esa unión y se casó con otro hombre e inmediatamente se volvió contaminada. Usted preguntará por qué. Porque no hubo base para el divorcio. Y tan pronto como ella entró en otra relación continua con un hombre, aunque ella tenía un papel en su mano, ella no era más que una adúltera. Usted dirá que no fue culpa de ella, él se deshizo de ella. Es correcto, él hizo de ella una adúltera. Y eso es exactamente como el Señor lo expresa en Mateo capítulo 5 cuando dice que si usted se divorcia de su esposa por algo menos que adulterio o fornicación, usted hace de ella una adúltera. Ella se vuelve inmunda. Esa es la razón por la que inclusive si su segundo marido murió, él no podía volverla a tomar de regreso porque Dios no quiere que él se case con una adúltera contaminada.

Y entonces, el punto de Deuteronomio 24 es que si usted se divorcia de su esposa por cualquier cosa corta ¿de qué? De adulterio, usted hace que ella ¿qué? Cometa adulterio. Y quien se casara con ella, comete adulterio. Y entonces, cuando usted se vuelve a casar, ¿qué hace usted? Comete adulterio y la mujer con la que usted se casa comete adulterio. Usted literalmente prolifera el adulterio por todos lados. Ella se volvió inmunda, se contaminó porque ella no tenía base para terminar la primera unión y entonces, la segunda unión era inaceptable para Dios. Y ella se colocó a sí misma en la misma categoría de la que leemos en Mateo 14 en la última vez, ¿se acuerda usted? Cuando vimos que Agripa se había casado con Herodías pero la Biblia dice que ella es la esposa de su hermano Felipe porque Dios no reconoce la disolución de la primera unión. Él no reconoce el matrimonio, por lo tanto, de la segunda unión legítimamente y como consecuencia, él está viviendo en adulterio. Entonces, Deuteronomio 24 no manda el divorcio. Manda que usted no se vuelva a casar por segunda vez con una persona divorciada de manera ilegítima. Es una palabra muy fuerte, amigo mío. Usted no debe casarse con una persona que está divorciada de manera ilegítima porque usted se está cazando con alguien que está contaminado, que es inmundo.

Ahora, como puede ver, Dios está protegiendo el matrimonio. Y ahora Él está diciendo que no se puede divorciar de su esposa por lo que usted quiera o la va a convertir en una adúltera, ‘el que se case con ella adultera’ y usted mismo también si se casa con una. Entonces, sepa eso y eso debería ayudarle cuando piensa en deshacerse de su esposa. Porque si usted va a volverse un adúltero y con quien usted se case va a caer en esa categoría, entonces van a quedar igual. Como verá, Dios en un sentido está tratando de aislar esa relación de por vida de un hombre, una mujer, monógama, al hacer que la alternativa sea desastrosa. Y entonces, este texto no manda el divorcio; manda que usted no se vuelva a casar con una persona divorciada de manera ilegítima.

Ahora, regresemos a Mateo capítulo 19 y quiero que observe los versículos 8 y 9 nos moveremos del ataque a la respuesta, al argumento en el versículo 7. Discutieron con Él y ahora la afirmación, la afirmación en los versículos 8 y 9. La afirmación: “Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.” Nunca tuvo la intención de ser así. Eso es lo que significa. No fue un mandato debido a la dureza de su corazón. Moisés lo permitió, lo toleró. Pero quiero apurarme a añadir que él no lo toleró por una conducta vergonzosa, por indecencia, ¿verdad? No lo habría tolerado por nada debajo de eso. Él no lo habría tolerado por quemar la cena, si no hubiera sido por algo vil. Si puedo usar esa frase, una manera de conducirse extra mental. Si no fue por eso, por vivir ahí en la orilla del vicio y el adulterio y la lujuria, si no fue un por eso, no sería por nada menos que eso, ¿verdad? Debido a que usted encontró a alguien más bonita o porque su esposa le habló al hombre equivocado o porque usted decidió meterse en alguna otra aventura. No. Si no fue por algo que estuvo en el borde del adulterio, no sería por algo menos que eso.

Entonces, Moisés lo permitió pero no fue en el pasaje de Deuteronomio 24 que se permitió. Francamente, queridos amigos, no sabemos en dónde en el Antiguo Testamento Moisés actualmente lo permitió porque ahí no dice eso. Pero sabemos que debió haber sido permitido por una base legítima, de lo contrario no habría sido discutido por una base ilegítima en Deuteronomio 24. Pero el Antiguo Testamento no nos da un texto en donde dice ‘Yo les permito divorciarse en base a esto’. Entonces, en cierta manera, tenemos que extraerlo. Y creo que hay una razón por ello. Creo que Dios evitó elegirlo. Es un permiso, pero en cierta manera esta tras bambalinas, no es presentado de manera clara no sea que la gente se apresurara a llegar a ese pasaje para justificarse a sí misma.

Ahora, el punto del Antiguo Testamento es este entonces: el divorcio por algo menos que adulterio lleva al adulterio. Y claro, cuando había adulterio, Dios enfrentaba con eso con la muerte. Pero, en Su gracia, y aquí llegamos al versículo 8: en la gracia de Dios, hubo una transición en el Antiguo Testamento de la muerte al divorcio por el adulterio. Tenemos que entender eso. Debido a que Dios es un Dios de gracia, Él no siempre implementó la pena de muerte, ¿verdad? Por ejemplo, ¿acaso David cometió adulterio? Sí, muchas, muchas veces. ¿Murió? No. Dios mostró Gracia. Y muchos otros cometieron adulterio. Salomón, ¿cometió adulterio? Sólo el cielo podría registrarlo. El punto es este: la gracia de Dios se manifiesta en el Antiguo Testamento. Y en algún punto a lo largo del proceso, de la historia, Dios en Su tolerancia, perdonó la vida y permitió el divorcio. Si el matrimonio sólo pudiera ser terminado por el adulterio mediante la muerte, entonces estoy convencido de que Dios sólo habría permitido que el matrimonio fuera separado por el divorcio en caso de la adulterio. Y entonces, sólo cuando usted tuvo dureza de corazón, dureza de corazón.

Como puede ver, el punto es este: cuando hubo un problema irreconciliable, en otras palabras, usted tiene a un cónyuge en un matrimonio que está en una relación adúltera y no la va a dejar y no la va a dejar y no hay manera de traerlo de regreso, no hay manera de restaurarlo. Dios puede mostrar gracia a esa persona adúltera, pero cuando el corazón duro no es suavizado, Dios permitió el divorcio para que la parte inocente tuviera la libertad de volverse a casar. Creo que cuando usted tiene un adulterio impenitente, irreconciliable, usted tiene un corazón duro. Y usted está buscando su adulterio de una manera endurecida de corazón; entonces, Moisés lo permitió, no lo promovió, no lo recomendó, no lo mandó, pero permitió el divorcio cuando Dios expresó gracia y no trajo la muerte. Es lo único que podemos entender de eso, de otra manera no tiene sentido.

No podemos dar más fácil flexibilidad de lo que la Palabra de Dios da. Una concesión debido al pecado para hacer que la vida fuera más tolerable para aquel en contra de quien se pecó. Después, yo creo que Dios no castigaría a la víctima inocente por Él mostró gracia y no mató al culpable, ¿lo entiende? Porque si Dios matara al culpable, el inocente sería ¿qué? Libre. Pero sólo porque Dios muestra gracia al culpable no significa que Él tiene que penalizar al inocente. Moisés permitió el divorcio, pero ese nunca fue, versículo 8, nunca fue el diseño original de Dios. Ahora, espero que entienda esto porque parece ser algo tan confuso en la actualidad cuando la Palabra de Dios es más bien clara acerca de esto.

Entonces, Deuteronomio 24 no autoriza el divorcio. Únicamente estipulaba que no hubiera segundas nupcias. Y por cierto, en caso de que esté confundido acerca de un pasaje, en Marcos capítulo 10, donde habla de Deuteronomio 24 como mandato, Deuteronomio 24 es un mandato pero no es un mandato a divorciarse, es un mandato a ¿qué? A no volverse a casar, entonces no se confunda con eso. Entonces, es una prohibición para las segundas nupcias, en contra de las segundas nupcias, eso es lo que es Deuteronomio 24.

Pero, ¿cuál es la plataforma del divorcio? ¿Cuál es la justificación del divorcio? Como dije, lo único que podemos ver como la justificación de divorcio sería el adulterio. Permítame ver si le puedo ayudar a ver esto. Regrese al Antiguo Testamento por un momento. A Esdras, capítulo 10. Capítulo 10, esto en cierta manera es una porción difícil pero tiene que ser vista. Esdras, capítulo 10, versículo 3. “Ahora, pues, hagamos pacto con nuestro Dios, que despediremos a todas las mujeres y los nacidos de ellas.” Ahora, aquí está el pueblo de Dios diciendo ‘vamos hacer un pacto con Dios y divorciémonos de nuestras esposas.’ “Según el consejo de mi Señor y de los que temen el mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley.” Ahora, la razón por esto es que se habían casado con paganos. Dios les había prohibido que hicieran eso y habían entrado en matrimonios mixtos. Se habían convertido en adúlteros espirituales. Abandonaron a Dios, abandonaron los mandamientos de Dios, se habían casado con estas esposas de adulterio. Entonces, ellos dicen, deshagámonos de estas esposas porque este asunto te pertenece a ti. “Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra. Entonces se levantó Esdras y juramentó a los príncipes de los sacerdotes y de los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos juraron.”

Ahora, aquí de hecho hay una promoción del divorcio. Se les dice que deben divorciarse. Y es muy difícil en este punto interpretar el masaje de manera específica, pero en general, lo que dice es esto: habían entrado en uniones adúlteras. Bien podría haber sido que se habían divorciado de sus esposas judías pero más que eso, se habían casado en un adulterio espiritual en matrimonios mixtos y Dios ve el divorcio como algo legítimo en este caso.

Ahora, permítame profundizar. Lo paganos viven en adulterio. En otras palabras, su adoración pagana era adúltera. Tenían prostitutas del templo, tanto hombres como mujeres. Y cuando iban a adorar, por ejemplo, la gente que adoraba a Baal de hecho entraba y se involucraba en orgías sexuales. Y yo creo que la razón puede ser justificación legítima de divorcio aquí porque sus cónyuges eran adúlteros paganos e idólatras, ¿muy bien? En esa base, Dios les está permitiendo que se deshagan de esas esposas o maridos quienes están involucrados en esa adoración incesante de dioses falsos conectada no sólo con idolatría sino también con adulterio. Y entonces, usted aquí tiene implícito que debían divorciarse debido a que se casaron de manera mixta espiritual con ídolos; y la unión física que ellos tenían con las prostitutas que se involucraban en la adoración idólatra. Ahora, aquí hay una pista, entonces, del hecho de que hay divorcio legítimo cuando se involucra el adulterio, un texto muy importante. Permítame llevarlo a otro que es aún más significativo.

Isaías, capítulo 50. Isaías, capítulo 50, versículo 1. Ahora, en este versículo en particular, el Señor está confrontando a un pueblo desobediente que lo ha dejado. Y Él les está hablando a ellos como su marido: ‘Israel es mi esposa, Yo soy su marido’, ésa es la idea. Y entonces el Señor dice: “¿En dónde está el certificado del divorcio de tu madre de quien me divorciado?” ¿Dónde está su certificado de divorcio?, dice Dios. La respuesta, claro, es que no tienen uno. En otras palabras, Él está diciendo ¿cómo se atreven a unirse a ídolos, cómo se atreven a cometer adulterio espiritual, cómo se atreven a abandonar a Dios y la adoración del Dios verdadero? ¿Cómo se atreven a abandonarme a Mí, su marido, oh Israel, cómo se atreven a hacer eso, donde está su divorcio? ¿Quién que les da el derecho de hacer eso? ¿Me he divorciado de ustedes? Y la respuesta, claro es que Él no se había divorciado de ellos. Pero vea Jeremías 3:8. Jeremías 3:8. Y ahora está unos años después de Isaías. Durante 700 años ahora, Dios ha estado llamando a Israel. Durante 700 años, Él les está ha estado diciendo detengan sus ídolos, detengan sus ídolos, detengan su adulterio espiritual. Por setecientos años, Israel ha sido espiritualmente adúltera uniéndose a sí misma a otros maridos, a otras deidades. Setecientos años de adulterio espiritual incesante con otros dioses. Y finalmente, después de los setecientos años, capítulo 3 de Jeremías versículo 8: “Y vi cuando por todas las causas por las que Israel cometió adulterio Yo me divorcié de ella y le di carta de divorcio.”

Ahora, ¿adivine usted quién se divorcia aquí? ¿Quién lo hace? Dios lo hace. Dios, después de setecientos años, se divorció de Israel. Eso es lo que dice. Esa es la analogía que usa. Y Él lo hizo porque ella cometió adulterio. Entonces, si usted quiere saber entonces cuál es la base del divorcio en el Antiguo Testamento, es adulterio porque esa es la única manera en la que usted podía disolver un matrimonio; y era a través del adulterio, porque si usted cometía adulterio, habría muerto. Y eso habría disuelto el matrimonio y liberado al cónyuge. Pero si Dios mostró gracia y no le quitó la vida a usted, el divorcio se permitió pero sólo cuando hubo dureza de corazón que no podía ser resuelta nunca, ¿se da cuenta? Y le llevó a Dios setecientos años llegar a ese lugar.

Entonces, es una gran ilustración de paciencia, ¿no es cierto? Usted no dice ‘mi marido lo hizo una vez, se acabó.’ Necesita haber un entendimiento de eso. Es por dureza de corazón continua. Entonces, inclusive Dios se divorció. Es un pasaje tan importante, importante, porque Dios, amigo mío, no hace cosas que no están bien y Dios no nos da ilustraciones de Su propia conducta que no podemos seguir, ¿entiende eso? Entonces, por eso me entristece que la gente venga y dice que no hay justificación alguna para el divorcio. La hay. Pero es un caso de adulterio prolongado, impenitente, irreconciliables. Esa es la esencia de lo que inclusive el Señor está indicando.

En Jeremías 31 y 32 “He aquí, vendrán días, dice Jehová haré un nuevo pacto.” ¿Sabe lo que va a hacer? Él se va a casar nuevamente. ¿Sabe con quién se va a casar? Con su primera esposa, Israel. Se va a volver a casar con la casa de Israel, en la casa de Jacob. Versículo 32: “No de acuerdo al pacto que hice con sus padres en los que el día en que Yo los tomé por la mano y lo saqué de la tierra de Egipto, cuyo pacto mío rompieron, aunque Yo era un marido para ellos.” Y eso afirma que Dios ya no era su marido. Pero Él se va a volver a casar con ellos y restaurará ese pacto y hará un nuevo pacto. Entonces, se permite el divorcio por el adulterio.

Ahora, alguien podría hacer esta pregunta: ¿por qué el divorcio reemplazó la muerte? Y ya he sugerido una razón. Razón número uno es porque Dios es un Dios de gracia. La misma razón quizás por los primeros años de la Iglesia cuando Ananías y Sofía murieron por no dar lo que le prometieron al Señor. Murieron pero muchas otras personas a lo largo de la historia de la Iglesia han hecho lo mismo y no han muerto. Dios estaba estableciendo ejemplos en ese entonces. Y Dios es paciente para con nosotros. Pero también creo que la razón por la que quizás la muerte no fue implementada fue porque no había nadie que fuera lo suficientemente puro como para implementarla. Debido a que todos los ejecutores habrían tenido que matarse a sí mismos primero, porque la nación estaba tan llena de adulterio.

De hecho, ¿se acuerda usted de la mujer que fue sorprendida en adulterio en Juan 8 y todos estaban ahí con sus piedras?, usted se acuerda de los fariseos que iban a apedrear a esta mujer. Y la sorprendieron ahí en el acto y el hombre simplemente se detuvo y se fue; la mujer está ahí y están listos para apedrearla. Y Jesús lo ve en el ojo le dice “el que esté libre de pecado aviente la primera piedra.” Él pudo haberles estado diciendo ustedes son una multitud de adúlteros. ¿Cómo se atreven a ser así de hipócritas?

Entonces, como puede ver, el Antiguo Testamento presenta el ideal. Jesús simplemente lo reafirma, simplemente lo reafirma. De regreso a Mateo 19 ahora. Dios nunca quiso divorcio por ninguna razón. Pero cuando hubo adulterio, Dios mató al cónyuge. Así de sagrado es el matrimonio. Él no quería que usted cometiera adulterio, usted podía morir. Pero Dios mostró gracia y los hombres eran pecaminosos. Y cuando hubo adulterio constante, irreconciliable, Dios permitió el divorcio. Pero el permiso del Antiguo Testamento sólo fue diseñado para enfrentar problemas únicos, prácticos en un mundo imperfecto, pecaminoso. Y el adulterio es lo único que puede disolver el vínculo. Y si no rompe el vínculo por la muerte, lo puede romper por el divorcio.

Y como dije antes, si el divorcio es una concesión misericordiosa hacia el adúltero, ¿entonces decimos que debido a que Dios muestra misericordia al culpable, Él culpabiliza al inocente? En otras palabras, digamos en el Antiguo Testamento su marido comete adulterio, él está muerto. No tiene oportunidad de arrepentirse. Si él no es redimido, él está en el infierno por siempre. ¿Es usted libre de casarse nuevamente? Claro, porque la muerte disuelve el matrimonio. Si Dios le permite que se divorcie, le permite que esa persona viva para que esa persona puede tener tiempo de arrepentirse y ser restaurada e inclusive redimida. Pero si Dios, debido a que Él muestra gracia a esa persona, ¿Él penaliza a esta persona inocente aquí en una vida de celibato? Difícilmente, porque Dios no tiene que hacer ningún intercambio de negociación. Él no muestra gracia a uno y hace que alguien más pague el precio. Y entonces, creemos que cuando hay justificación para el divorcio, por lo tanto debe haber justificación para segundas nupcias. El propósito del divorcio, después de todo, era simplemente para mostrarle misericordia al culpable, no para sentenciar al inocente a una vida de soltería de por vida, de miseria o de soledad.

Entonces, el ideal del matrimonio es el mismo y Jesús lo dice. Y la única razón por la que Moisés llegó a permitir el divorcio fue porque sus corazones eran tan duros. Ahora, versículo 9. “Y Yo os digo que cualquiera que repudia su mujer salvo por causa de fornicación o adulterio,” fornicación es el término amplio que incluye al adulterio, aquí moicheia y porneia son lo mismo, como en Mateo 5 lo vemos ahí. “Y yo os digo que cualquiera que repudie a su mujer salvo por causa de fornicación y se case con otra, adultera. Y el que se casa con la repudiada, adultera.” Y Jesús dice lo mismo que dijo en Mateo 5:31 y 32. Lo mismo en Deuteronomio 24, cuando usted se divorcia por otra causa distinta de adulterio, usted prolifera más adulterio. Ese versículo no es un versículo nuevo, ese no es un nuevo pensamiento, esta no es una verdad nueva, eso es Deuteronomio 24 nuevamente. Eso es Mateo capítulo 5, versículo 32, la misma afirmación se hace de manera exacta aquí. No es nada nuevo, es el mismo principio antiguo. Como puede ver, en Mateo 5, en el sermón del monte, los fariseos decían ‘no cometemos adulterio, no como hemos adulterio’. Y Jesús les dice ‘oh, sí, sí cometen. Ustedes cometen adulterio de dos maneras. Uno, cuando ven una mujer para codiciarla, lo cometen en su corazón. En segundo lugar, ustedes cometen adulterio porque se divorcian por razones no bíblicas y cuando hacen esto, ustedes proliferan el adulterio por todos lados. Entonces, son adúlteros del primer orden.’ Eso es exactamente lo que Él está diciendo.

La frase clave: no por fornicación o inmoralidad. Es una palabra usada de manera común para incluir al adulterio. Por ejemplo, en 1 Corintios 10:8 lo dice de manera clara: “Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil,” utiliza la misma palabra. La gente dirá ‘bueno no, sólo estás hablando de fornicación aquí, no adulterio. Es fuera del matrimonio, no incluye al matrimonio.’ Entonces, van a tener que explicar que las 23,000 personas que fueron matadas por Dios y registradas en 1 Corintios 10 eran solteras. Eso es torpe. Obviamente, la palabra incluye tanto sexo fuera del matrimonio como sexo que será constituido como adulterio. Él no sólo se está refiriendo a israelitas solteros o a corintios solteros. La palabra incluye toda maldad sexual.

Ahora, quizás una palabra de Pablo, 1 Corintios capítulo 7, va a ayudar aquí en nuestro pensamiento. Primera de Corintios 7:10: “A los casados, yo mando, no digo yo sino el Señor, que la mujer no deje al marido.” Ahora, aquí Pablo reafirma la misma verdad básica: no deje a su marido. Pero si ella se va, digamos que usted decidió hacerlo, simplemente empaca y se va. “Permanezca,” ¿qué? “Sin casarse.” Usted no tiene base alguna para volverse a casar. Si usted se vuelve a casarse, usted se convierte en una adúltera. O tiene una segunda opción: reconciliarse con su marido. Y después, él voltea la situación. Ahora, “que el marido no se divorcie de su esposa.” Entonces, quédese casada. Muy, muy importante porque regresaremos a 1 Corintios la próxima semana cuando entremos a más cosas.

Entonces, hemos visto que Jesús mantuvo en alto el ideal de Dios. Y el silenció a los fariseos. De hecho, Él los hizo parecer como adúlteros. Entonces, cuando vinieron a Él, realmente entraron en una situación difícil. Estaban tratando de desacreditarlo ya antes de que la conversación siquiera hubiese terminado. Ellos están de pie, una multitud de adúlteros ahí en público. El divorcio no es la voluntad de Dios por ninguna causa. Nunca es Su voluntad

por ninguna causa, sólo se permite en casos de adulterio prolongado y no arrepentido; de otro modo, hace que la gente se contamine.

Ahora, permítame llevar esto a una conclusión con un punto clave. La gente siempre pregunta acerca del derecho de volverse a casar. Y simplemente quiero que sepa que la Biblia afirma que el volverse a casar está bien. Usted preguntará dónde está eso. Bueno, acompáñeme a Romanos 7:3. “Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.” Usted no se puede casar con otro hombre mientras su marido todavía está vivo. No puede tener dos maridos, eso es bigamia. Pero si su marido muere, ella está libre de esa ley. Y entonces, ella no es adúltera aunque esté casada con otro hombre. Ahora, ese versículo dice que el volverse a casar está bien, ¿Verdad? Está bien volverse a casar con alguien si su marido muriera. Pero lo único que estoy tratando de señalarle es que dice que las segundas nupcias están bien bajo ciertas circunstancias, una de las cuales es la muerte de un cónyuge.

Ahora, esto no sólo está ahí, si no también 1 Timoteo, por ejemplo, capítulo 5, versículo 14: “Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen,” dice Pablo, y esto tiene que ver con segundas nupcias porque el texto de hecho dice que las mujeres jóvenes, esto es viudas, y el pasaje entero es acerca de viudas. Y regresa al versículo 4 y ahí comienza, que las mujeres más jóvenes se vuelvan a casar, críen hijos, gobiernen su casa; y no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia. Entonces, las viudas jóvenes son llamadas a volverse a casar. Entonces, las segundas nupcias están bien.

Mire 1 Corintios, capítulo 7. Primera de Corintios capítulo 7, versículo 8: “Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense.” Entonces, si usted es una viuda o viudo, usted tiene el derecho de casarse nuevamente. Entonces, Dios no está en general en contra de las segundas nupcias. Observe el versículo 39: “La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.”

Entonces, en todos esos pasajes, se promueven las segundas nupcias en caso de muerte. Ahora escuche, si Dios permite las segundas nupcias en donde hay muerte, entonces en casos de adulterio, si Dios se guía por la naturaleza absoluta de la ley, siempre existirá la posibilidad de volverse a casar, ¿verdad! Y debido a que Dios permite el divorcio, no significa que cuando la persona no puede reconciliarse no hay esperanza para ellos más que de quedarse solteros de por vida. Creo que eso es confundir el punto. Y entonces, creo que Dios permite las segundas nupcias en caso de un adulterio que ha causado un divorcio.

Ahora, 1 Corintios 7:27 por un momento: “¿Estás ligado a esposa? No busques liberarte.” ¿Estás liberado de una esposa? ¿Qué significa eso? ¿Estás divorciado? No busques una esposa. “Pero si te casas, no has pecado.” En otras palabras, si usted ha sido liberado de una esposa, no dice cómo. Si usted ha sido liberado de una esposa y es justificado y es legítimo y es según una base bíblica, si usted se casa, usted no ha pecado. Usted no ha pecado. “Si una virgen se casa, ella no ha pecado.” ¿No es eso es interesante? Eso colocaría a una persona previamente casada al mismo plano que una virgen. Y entonces creemos, que Dios permite las segundas nupcias en donde el divorcio se ha llevado a cabo sobre una base bíblica. Ahora, hemos avanzado a lo largo de la conversación entre Jesús y los fariseos pero lo que realmente es fascinante acerca del pasaje es la reacción de los discípulos. Y vamos a ver eso la próxima semana.

Oremos. Padre, sabemos que es fácil buscar la justificación en las Escrituras para nuestra propia maldad, buscar maneras para evitar el seguir Tu voluntad. Y no buscamos hacer eso. Sólo queremos entender Tu Verdad. Sólo queremos entender que Tú odias el divorcio. Pero Tú eres un Dios misericordioso, perdonador, lleno de gracia. Y en casos de adulterio, cuando no puede haber reconciliación, Tú no has sentenciado a una persona que busca hacer lo correcto a una vida de abuso o miseria. Pero Tú les has dado una alternativa de gracia de casarse en el Señor. Pero fuera de eso, Dios, Tú realmente has establecido las reglas de manera clara: ningún divorcio, ningunas segundas nupcias, de lo contrario todo el mundo se vuelve adúltero.

Gracias por la palabra clara que viene de Ti y que nunca tratemos de manera impía a la esposa del pacto de nuestra juventud. Que reafirmemos en nuestros corazones día tras día el pacto hecho entre los dos y Tú. Y que celebremos con gozo lo que Tú has unido, la gracia de la vida dulce, dulce, el compañerismo tierno de un hombre y una mujer. Señor, sabemos que cuando la gente guarda ese pacto y se aman el uno al otro profunda y verdaderamente y Te mantienen como el enfoque, Tú derramas en esa unión una bendición tan grande que ellos no podrán recibirla. Pero tan pronto como violan Tus principios, Tú traes Tu disciplina.

Entonces, Padre, queremos santificar el matrimonio y afirmamos que aunque Tú permites el divorcio y las segundas nupcias en casos extremos, desde el principio nunca fue así. Oramos porque Tú elimines el divorcio de nuestra congregación en días venideros, que Tú restaures a aquellos que están en medio de esto, que Tú traigas de regreso a aquellos que ya lo han hecho. Te doy gracias por la invitación que recibí esta semana, Señor, a una boda de dos personas que estaban divorciadas y que ahora están regresando para volverse a casar. No queremos separar lo que Tú has hecho. Bendice a los matrimonios en esta iglesia. Te damos gracias porque Tú los has hecho a todos. Llénalos de satisfacción conforme ellos caminan en obediencia a Ti.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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