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Y ahora llegamos a nuestro estudio de la Palabra de Dios. Vamos juntos a Mateo capítulo 19. Esta mañana llegamos a una de las porciones más tiernas, sensibles…hermosas de todas las Escrituras; es nuestro Señor bendiciendo a los niños pequeños; y quiero que sigamos en nuestras Biblias. Voy a estar leyendo los versículos 13, 14 y 15 de Mateo 19.

“Entonces, le fueron presentados unos niños para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: “Dejad a los niños venid a Mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el Reino de los cielos.”  Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí.”

“Jesús me ama, esto sé, pues la Biblia dice así.” Todos cantamos eso si fuimos criados en la escuela dominical. También cantamos “Jesús ama a los niños pequeños, a todos los niños del mundo.”.

Ese tipo de sentimientos amorosos no carece de un cimiento bíblico; y este pasaje, quizás más que cualquier otro pasaje, provee ese fundamento bíblico, porque aquí encontramos a nuestro Señor bendiciendo a los niños pequeños.

Este incidente en particular no solo se registra en Mateo, sino también se registra en Marcos capítulo 10 y Lucas capítulo 18. Es un pasaje lo suficientemente significativo como para haber involucrado, un involucramiento pleno por parte de todos los escritores sinópticos. Le pareció a los discípulos que la idea de traer a niños pequeños a Jesús era más bien una interrupción de una naturaleza trivial; pero no fue así, como veremos.

Los padres en esta escena querían que Jesús tocara a sus hijos, que bendijera a sus hijos, que orara por sus hijos; y creo que estaríamos de acuerdo en que ellos no serían los únicos padres que querrían traer a sus pequeños a Jesús. Como padre, fue mi deseo desde el momento en el que tuvimos a nuestro primero, ése fue mi deseo. Y sé que hay padres a lo largo de los siglos del mundo, que conocen al Señor, que tienen el mismo anhelo que estos padres, en un sentido espiritual, de traer a sus hijos a Jesús.

Hay una familia en nuestra iglesia que tuvo el placer de hacer esto entre muchas familias. Deanne escribió este testimonio en particular con respecto a uno de sus pequeños hijos llamado Tania; y normalmente no leo algo así, pero quiero leérselos porque es su propio testimonio. Escuche con atención.

“Me senté en la cama y levanté mi estambre para aprender un par de nuevas puntadas antes de nuestro largo viaje a Auckland el lunes. Las niñas acababan de salir a jugar y tuve unos momentos para poder planear algunos de los detalles del viaje. Había extrañado a mi esposo mucho, durante las últimas tres semanas, conforme él se adelantó a Nueva Zelanda en un viaje de predicación, pero pronto estaríamos camino a encontrarnos con él.

“Mis planes fueron interrumpidos por un fuerte rechinido de llantas; esperé a escuchar la colisión, pero no hubo ningún sonido de impacto, entonces, pensé que alguien en el boulevard cerca de nuestra casa había tenido mucha suerte. Pero, pocos segundos después, mi hija de diez años, entró corriendo a la casa y gritó arriba: ‘A Tania le acaba de pegar un auto.’ Mi cuerpo reaccionó inmediatamente con terror. Conforme bajé corriendo por las escaleras, pude darme cuenta conforme corrí al lado de Sonia que su pequeño corazón estaba, estaba congelado.

“María, mi vecina, me encontró allí en el patio y dijo: ‘apúrate.’ ‘¡Oh Dios mío!,’ fue lo único que pude decir. Sentí como si cada segundo fue una eternidad, conforme corrí hacía la gente que estaba allí delante de mí. Y el temor acogió mi alma, al imaginar lo que mi hija estaba sintiendo. Seguro no pudo haberle pasado, me senté, me hinqué junto a Tania, conforme estaba allí frente al bombero, que estaba al otro lado de la calle, cubriéndola con una cobija. Ella estaba inconsciente y la vecina me dijo que no pudo sentir ningún dolor. No vi nada de sangre, ni ningún hueso roto. Si tan solo se hubiera levantado y me dijera dónde le dolía. No me atreví a mover a Tania por temor de lastimar algo, y se me dijo que la ambulancia ya venía en camino. Lo único que tuve que hacer fue esperar. ¿Por qué estaba tomando tanto tiempo?

“Y recogí su tenis, que se le había caído y la vi a la cara. Le hablé a ella, pero no me podía oír. Ella hizo un suspiro grande y su cabeza se volvió al lado. Comencé a llorar. Le pregunté al bombero cómo estaba. Él monitoreo su pulso y me aseguró que todavía estaba respirando, pero en la profundidad de mi alma me dije a mí misma: “no puede estar lastimada tan mal, se ve bien, si tan solo se levantara y me dijera cómo está.”

“Finalmente, llegó la ambulancia; habían pasado unos cinco o seis minutos, fue el tiempo más largo que yo pude recordar. ¡Si tan solo mi marido estuviera conmigo en lugar de haber estado al otro lado del mundo! Al llegar a la entrada de la sala de urgencias, el personal nos estaba esperando en la puerta. Me sentí aliviada por estar finalmente allí. Ahora todo estaría bien. Tania estaba en buenas manos y pronto sabría cómo había sido lastimada.

“La metieron a un lugar donde la iban a tratar y cerraron la puerta, se me pidió que diera algo de información; y firmé un papel autorizándole a los doctores que hicieran lo que fuera necesario. Tomé la pluma y firmé mi nombre y la palabra ‘madre,’ pero difícilmente fue legible, me di cuenta de que estaba bajo un severo estrés emocional. Lo único que podía hacer era esperar. Me senté en una banca y oré. Y oré por dentro conforme le pedía a Dios que cuidara a mi pequeña hija de siete años. Tuve la confianza de que Él estaba conmigo; entonces, no estaba sola, ni siquiera por un momento.

“Después de una media hora, una enfermera joven se me acercó y me tomó de las manos. No estaba lista para lo que me iba a decir. ‘La condición de Tania es muy seria. Ella tiene… daño cerebral. No está respirando por sí sola.’

‘¿Me quieres decir que puede morir?’

‘Sí, ciertamente puede morir.’

“Terminé completamente adormecida ante la posibilidad de que la vida de Tania podía ser quitada de mí. Y estaba muy agradecida porque Dios podía hacer milagros, porque le iba a pedir uno grande. Serían horas antes de que mi marido llegara aquí. ¿Terminaría? ¿Tania se habría ido? Mis padres llegaron y ya estaban llorando, y ni siquiera les había dado las terribles noticias. Las palabras salieron derramándose: ‘Tania podría morir.’

“Poco después el doctor entró, se presentó a sí mismo como el neurocirujano y me sentí segura de que Tania estaba en manos capaces. Su evaluación de su condición, era totalmente pesimista, ella había recibido un golpe en el cerebro, en la parte de abajo del cerebro. Su cerebro había sido sacudido como si fuera alguna especie de jalea dentro de un jarro. Había sido dañado, no sabían cuánto, ella no tenía muchas posibilidades de que se recuperara de manera completa. Él le dio a ella un 5% de posibilidades de poder salir de esto.

“Todos caímos de rodillas en ese pequeño cuarto; lloramos en medio de lágrimas y tristeza porque Dios sanara a Tania. Le pedimos a Dios que glorificara Su nombre al restaurarla a su vida normal.

“La noche fue una larga noche, difícil. Me senté deteniendo el tenis de Tania. No había un lugar donde colocarlo, así que lo tuve en mis manos toda la noche. Fue bueno tener algo en qué ocupar mis manos y cada vez que veía a una enfermera que venía hacía nosotros, mi corazón se detuvo conforme esperaba que ella se acercara y me dijera que se había acabado todo. Pero a lo largo de la noche, ellos hicieron su trabajo. ¡Oh, cómo me hubiera encantado que Silas estuviera ahí para aliviar algo de la presión que estaba enfrentando! Sentí que yo tenía que sobrellevar la carga para ambos.

“Los reportes del doctor fueron empeorando; y oré aún más. Finalmente, alrededor de 24 horas después del accidente, él nos dio otro diagnóstico sin esperanza. Él dijo: “Tania podría permanecer de manera indefinida dependiendo de esas máquinas, pero probablemente nunca mejoraría. No ha recuperado la conciencia y no ha mostrado señales de mejoría; su cerebro había sido demasiado dañado.

“Sentí que mi piel se enfrió conforme él concluyó con este reporte y se fue. No podía esperar mucho más para ese milagro. Decidí ir y estar con Tania hasta que Silas regresara, sin importar cuánto tiempo pasara. Pedí una silla y la acerqué al lado de Tania. Comencé a llorar de manera incontrolable conforme le rogué en voz alta a Dios, que me regresara a mi pequeña. Me estuve ahogando con las lágrimas conforme oraba, recitando la oración del Señor y derramando toda la tensión, el temor, la emoción que se había estado acumulando por más de un día. Descubrí el pie de Tania para tocar ahí… y habían ahí unas pequeñas marcas negras debido a las agujas que habían colocado los doctores. Acaricié su frente y le hablé, esperando que se despertara.

“El suegro de mi hermano, un doctor, entró y revisó el diagnóstico y las máquinas. Seguí clamando a Dios por ese milagro. Después de una media hora, finalmente llegué al punto en el que estaba lista para aceptar la voluntad de Dios, sin importar lo que fuera. Le pedí a Dios que se llevara a Tania si quería, pero todavía quería que regresara y se lo dije.

“Alguien vino y me pidió que regresara a la sala de espera en donde la familia y los amigos estaban reunidos para oír a nuestro doctor de familia dar su evaluación de las posibilidades de Tania. Sentí que podía dejarla por un par de minutos y después regresar a mi vigilia, hasta que Silas  llegara. Él habló con las mismas palabras que el neurocirujano, él dijo: ‘el cerebro de Tania, ya no está.’ Él habló en términos tan definitivos, como si la batalla se hubiera acabado.

“Y yo interrumpí: ¿En dónde está Tania en este momento? ¿Está en la sala de terapia intensiva o con el Señor? Él repitió su evaluación acerca de su cerebro; y le volví a preguntar: ¿Dónde está Tania? ¿Está con el Señor? Tenía que saber si Dios había ya tomado la decisión. Y finalmente, él dijo: ‘Su cuerpo se está manteniendo en operación, pero Tania ya no está ahí, ella está con el Señor.’

“Y me acordé lo que acababa de decirle al Señor: ‘Hágase Tu voluntad, no la mía.’

Mis amigos más tarde me dijeron que yo estaba tan radiante, como cuando yo respondí ‘no dejaré a mi Señor, porque si lo dejara, estaría diciendo que Tania ya se fue para siempre. Y yo hice lo que el rey David en el Antiguo Testamento había hecho cuando su hijo fue quitado; se lavó su rostro, cambió su ropa y siguió adelante haciendo sus cosas, satisfecho con lo que Dios sabía que era lo mejor.

“Regresé al cuarto para decirle adiós a Tania y que la volvería a ver. Ya no habría más ruego a Dios para traerla de regreso; y entonces me di cuenta de que ella, de hecho, había sido llevada a casa, al cielo, el día antes…en la calle. Cuando la vi ahí partir y la vi suspirar y voltear su cabeza al lado, ahí fue cuando se fue a estar con Jesús. Y estuve ahí con una fortaleza interior que no era mía y me acuerdo cómo Tania había orado durante sus últimos meses: ‘Señor quiero ir y estar contigo mientras sea joven.’ Cuando le pregunté por qué había orado así, ella respondió y dijo: ‘Porque quiero sentarme en las piernas de Jesús cuando llegue ahí y no quiero ser demasiado grande.’

“Una nueva certeza y paz inundó mi alma triste; y estaba refrescada con el gozo de que todos estábamos en buenas manos y Dios no nos había dejado ni por un instante.”

Gran testimonio…gran testimonio. Como pueden ver la razón por la que esa familia tuvo gozo, fue porque sabían a dónde fue Tania. Ella fue llevada a los brazos del Salvador, porque ellos la habían llevado a Jesús; y ellos viven inclusive hasta el día de hoy, con la espera emocionante de una reunión… con ella.

Como padre, siempre he vivido con un deseo tremendo, casi abrumador, de traer a mis hijos a Jesús, ¿usted no?...No quiero nada en la vida más que eso…Tomo seriamente las palabras del apóstol Pablo de “criar a vuestros hijos en la disciplina y amonestación del Señor.”  Y trae tanta esperanza cuando tiene usted la confianza de que ha llevado a su hijo a Jesús; si mueren, usted sabe dónde están; si viven, usted sabe a quién le pertenecen... No podría yo sobrevivir con gozo, como padre, si no tuviera ese tipo de esperanza, llena de confianza.

Ahora, la lección de hoy nos habla de algunas personas que trajeron a sus hijos a Jesús. Y quiero extraer algunas implicaciones espirituales y aplicaciones de eso. Pero primero veamos el texto mismo.

El versículo 13 comienza con la palabra “entonces.” Y la palabra “entonces” en cierta manera enlaza esto con el pasaje anterior. Realmente no sabemos cuánto tiempo pasó entre estas dos cosas, no sabemos cuál fue el período de tiempo o el intervalo. “Entonces” es más bien vago, pero parece como si podemos concluir, que debido a que estaban en una casa, y de acuerdo con Marcos 10, y el Señor estaba hablándole a los discípulos y estaba hablándoles del matrimonio, habría sido muy fácil que en la conversación comenzaran a hablar de los hijos, de los niños. Y quizás Él estaba hablando de eso, quizás él estaba hablando acerca de la familia, y ahí, en medio de la multitud que se había congregado, sin duda acompañando a los discípulos, vinieron algunos padres y trajeron a sus hijos a Jesús.

Y Él está en una casa, y si fue como cuando Él estuvo en casas en Galilea, sin duda estaba llena de gente. Y dice en el versículo 13: “Le fueron presentados unos niños.” Marcos y Lucas usan el verbo en tiempo imperfecto, estaban trayendo, estaban en el proceso de traer. Ellos…la indicación es que quizá algunos lo habían alcanzado y otros todavía estaban viniendo. Había un flujo de personas que estaba trayendo a sus niños pequeños a Jesús. Y mientras ese flujo venía, los discípulos estaban observando. Ellos pensaron que fue una interrupción, pensaron que era una violación de las cosas importantes, pensaron que era algo no prioritario, que estos padres estuvieran aquí enfilándose, formándose, para venir a Jesús, mientras que Él supuestamente debía de estar enseñando y hablándole a aquellos que podían entender, y colocando en Sus brazos a bebés pequeños.

Es interesante señalar ahí la palabra al final del versículo 13 “les,” sin duda eran papás y está en la forma masculina, indicando que no solo eran madres, probablemente eran padres, quizás padres, esto es género masculino, y entonces estaban trayendo a sus hijos. Sin duda habían visto una demostración de la ternura del Señor hacía los niños. Apenas ahí en el capítulo 18 vimos en los versículos 2 en adelante, cómo el Señor había tomado a un pequeño y lo había colocado ahí en Su pierna y había usado a ese pequeño como una ilustración de verdad espiritual. Y hablamos entonces de lo atractivo que el Salvador fue para los niños. Entonces, sin duda alguna, vieron el amor en Su corazón, la ternura y la gentileza de Su personalidad, y quién era Él. Y cuando ellos supieron que Él era el profeta único de Dios, y lo era cuando Él hablaba como hablaba, y lo que hizo en Su ministerio de sanidad, y en Su ministerio de enseñanza, ellos habrían anhelado traer a sus hijos.

Como puede ver, era una costumbre hacer eso en la sociedad judía. Ellos habían sido criados para hacer eso. En el Talmud decía que ellos debían traer a sus hijos a cualquier gran maestro de la ley para que los pudiera bendecir y orar por ellos; y ellos habían hecho eso. Por ejemplo, un padre traía a su hijo en la infancia a la sinagoga, y él oraba por su propio hijo. Y después, él le entregaba ese hijo a un anciano y el anciano oraba por ese hijo, y después, se lo pasaba al siguiente anciano, y los pequeños, niños, seguían ahí la fila de ancianos, cada uno de ellos orando por el niño. ¿Por qué? Porque ellos creían que estos hombres, que representaban a Dios de manera especial, que servían a Dios de manera especial, al Reino de Dios de manera especial, que enseñaban de manera especial la Palabra de Dios, tenían una proximidad, una cercanía al corazón y al alma de Dios, tenían una vida de oración que tenía más fe, más poder quizás, que algunas personas normales tenían. Y anhelaban que esas personas oraran por sus hijos.

Y todavía tenemos eso con nosotros el día de hoy, conforme tenemos padres que desean traer a sus bebés para ser dedicados a Cristo, para que sus pastores y ancianos oren por ellos. Eso es algo muy especial en el corazón de un padre.

Quiero que observe si es tan amable, la palabra “niños.” Hay muchas palabras en el Nuevo Testamento para niños, la palabra aquí es paidia…paidia. Significan niños pequeños, pero no nos dice qué tan pequeños. Pero si comparamos los otros pasajes y vamos a Marcos, veríamos que él usa el término brephos. Y entonces, mientras que Mateo de manera general dice niños, Marcos nos dice qué tan pequeños brephos; y esa palabra significa un bebé que está lactando, un infante. Estaban trayendo en sus brazos a sus infantes. Y sabemos que debieron haber sido infantes, por la respuesta de nuestro Señor, porque la Biblia dice en Marcos, que Él los tomó en Sus brazos y los bendijo. Estaban trayendo a bebés a Jesús, ellos querían que Él orara por ellos con Su poder divino único, con Su cercanía única a Dios. Y ellos querían que las oraciones de Él a favor de sus pequeños fueran realizadas.

Alfred Edersheim, quien ha hecho un gran servicio al ayudarnos a entender la cultura del Nuevo Testamento, escribe: “Podemos entender cómo cuando uno que habló así y que estaba en la casa, los padres judíos habrían traído a sus niños pequeños y algunos de sus bebés a Él, para que los pudiera tocar y colocar Sus manos en ellos y orar. ¿Qué poder de santidad habrían creído estos padres que Jesús tenía en Su toque de oración? ¿Qué vida habría en Él y vendría de Él? ¿Qué gentileza y ternura debió haber tenido Su amor cuando ellos se atrevieron a traer a estos pequeños a Él?”

Algunas veces, Jesús fue temeroso, algunas veces, era intimidante más bien. Pero a veces, Él era muy tierno e inclusive los niños encontraban consuelo en Sus brazos. La palabra brephos que es usada en Lucas 18 para los bebés aquí, creo que es Lucas 18 en lugar del pasaje de Marcos, pero la palabra brephos también es usada; y creo que de manera muy interesante en Lucas 1, de un feto. Cuando María visitó a Elizabeth, recordará usted, el bebé, la criatura saltó en su vientre, eso es brephos. Entonces, está hablando de la infancia, inclusive previo al nacimiento. Es la misma palabra en 1 Pedro 2:2 en donde dice “desear  como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada.” Es la palabra de infancia. Entonces, estos son bebés que son traídos a Jesús.

Ahora, cuando pensamos en Jesús amando a los niños pequeños, y solo quiero añadir un comentario en este punto, Jesús no fue sentimental de manera superficial hacía los niños. Él sabía que eran pecadores, Él sabía que habían nacido de la carne, y aquello que es nacido de la carne, ¿es qué? carne, Juan 3:6. Él sabía lo que David dijo que era verdad en el Salmo 51:5 “en pecado me concibió mi madre” había un principio de pecado operando desde la concepción, a partir de la concepción. Entonces, no había, no tenía un sentimentalismo superficial hacía los niños. No es que tenía una idea de que los niños son justos o santos o puros o inocentes o libres de contaminación.

Y si tiene una pregunta al respecto, lo único que tiene que hacer es recordar Mateo 11, ese pasaje en donde Jesús señaló acerca de los niños jugando ahí en las plazas, y jugando al funeral y a la boda. Porque eso era lo que veían a sus padres hacer, entonces, cuando jugaban, jugaban a la boda y al funeral; y ellos estaban llamándose el uno al otro, cuando jugaban a la boda, y les decían, ‘ven y juega’, y unos niños no lo querían hacer. Y jugaban al funeral y llamaban unos niños y no querían venir. Y entonces el Señor dice, los ves en las plazas y dicen hemos tocado pero no bailaron, hemos llorado y no están tristes. En otras palabras, estos son niños pequeños, necios, que no están contentos con lo que tienen. Y entonces, el Señor los usa como una ilustración de las actitudes obstinadas de Israel, caprichosas. No importa cuál sea el tono, no importa cuál sea el juego, no van a jugar. Entonces el Señor no tiene un sentimentalismo superficial hacía los niños, Él no los hace algún tipo de persona perfecta, que no es real, sino que reconoce -en este pasaje en particular- que tienen un lugar especial en Su corazón.

Entonces, aquí vienen los padres en el proceso de traer a sus bebés a Jesús; y dice al final del versículo 13 que los discípulos les reprendieron. Marcos enfatiza el tiempo imperfecto de nuevo o la naturaleza continua de la reprensión. Es una palabra muy fuerte, la forma sustantiva de esta palabra ha sido usada para el término castigo, castigo, digo los discípulos realmente estaban amenazándolos. “Mire usted no puede estar interrumpiendo al Señor con estos bebés, esto es molesto y estamos tratando de enseñar. Hemos tratado de seguir con estas cosas, no podemos tener este tipo de trivialidad.” Y entonces, ellos se oponen a este proceso.

Ahora, en este punto simplemente dice, en el versículo 14: “Jesús dijo, dejad…” y demás. Lo que no nos dice es lo que Marcos nos dice en el capítulo 10 versículo 14, que Jesús estaba enojado con los discípulos. Una versión usa la palabra se indignó. Estaba furioso con ellos. Solo dos o tres veces Él realmente se enojó con ellos. Se frustró con ellos mucho, se decepcionó de ellos mucho, pero realmente enojado… unas cuantas veces, y esta es una de ellas, y la única vez en la que esa palabra en particular de indignación es usada de Jesús en referencia a ellos, pero Él estaba muy enojado con ellos por tratar de detener a estos padres de traer a sus hijos.

Y se expresa porque Él estaba enojado con ellos, si usted tan solo piensa en la escena. Creo que Él estaba enojado con ellos, por estas razones. Razón número 1, Él amaba a los bebés, los amaba. Y Él sabía que eran una creación de Dios, una creación de Dios. Y Él sentía un afecto tierno hacía ellos, y Él sentía una empatía hacia ellos, por el mundo en el que habían nacido. Y parecía, claro, como si los discípulos estuvieran careciendo de manera total de una actitud como esta.

En segundo lugar, creo que está enojado con ellos, porque Él también amaba a los adultos y Él sabía que si usted le dice no a los hijos de la gente, va a tener problemas llamando la atención de los adultos. Los políticos aprendieron eso hace mucho tiempo atrás. Digo, Él sabía que el primer lugar, el primer camino al corazón de un padre era a través de su bebé y Él quería demostrar la legitimidad de Su amor tierno y Su cuidado hacía los pequeños.

En tercer lugar, creo que estaba enojado con ellos, porque nadie está fuera de cuidado, del plan y del amor de Dios, ni siquiera un bebé. Nadie está fuera de la preocupación de Dios, ni siquiera un bebé. Nunca alguien que venga a Jesucristo es un intruso.

En cuarto lugar, creo que estaba enojado, porque los niños le proveyeron un retrato tremendo, una ilustración tremenda, una analogía tremenda de la salvación; y Él aprovechó eso cada vez que pudo.

En quinto lugar, creo que estaba enojado con ellos, porque necesitaba corregirles algo. Y ese algo era esto, nunca dices no… o no puede venir a Cristo. Eso no es parte de su prerrogativa. Si usted sigue la vida de Cristo, va a descubrir que Él rechazó a algunas personas que trajeron, y buscó a algunas personas que ellos rechazaron. Esa es una lección de quién está a cargo, de nuevo. Entonces, Él realmente estaba eliminado su mal entendimiento y su falta de preocupación por los pequeños.

Entonces, Él les dice esto allí en el versículo 14: “Dejad a los niños venid a Mí, y no se lo impidáis.” Es interesante que Él use dos verbos; y aquí está la razón.  El primero está en el tiempo aoristo, acción puntual, permite en este momento que vengan; y después “no se lo impidáis” es un tiempo presente, y lo que está diciendo es, en este momento dejen que estos niños vengan y de ahora en adelante, nunca hagan de un hábito el detenerlos e impedirles que vengan. Entonces, Él se encarga del presente y del futuro, y por cierto, Él no reprende a los padres en absoluto, entonces, eso me indica que su motivo era puro.  Ellos no estaban buscando un rito mágico, no venían a buscar una ceremonia mágica, no estaban tratando de obtener algo como Simón el mago, para poderlo vender en algún lugar. Ellos vinieron porque sus corazones estaban bien. Y ellos querían que este hombre de Dios orara por sus hijos. Y que sus hijos crecieran para que llegaran a ser lo que el Talmud decía, “famosos en la ley, fieles en su matrimonio y conocidos por sus buenas obras.” Y entonces él dice, por ahora permitan que vengan y para el futuro, nunca les prohíban venir.

Y creo que ése es un principio de ministerio que Dios ha usado en Su iglesia, a lo largo de los años de la Iglesia. Dios parece haberle dado a Su pueblo, un amor hacía los niños. Tenemos ese corazón aquí, esa actitud, alabamos a Dios por lo que está haciendo con los pequeños, desde el primero hasta la escuela cristiana. Todas las cosas que hacemos con niños, son hechas porque creemos que Jesús quiere que los niños vengan a Él; y cuando vienen a Él, vienen con tanta disposición, con tanto anhelo.

Un escritor dijo: “Como la flor en el jardín se estira hacía la luz del sol, así hay en un niño la inclinación misteriosa hacía la luz eterna.”  “¿Alguna vez ha notado esta cosa misteriosa,” escribe él, “que cuando usted le dice a un niño más pequeño acerca de Dios, nunca pregunta con extrañeza o sorpresa, qué o quién es Dios? Nunca lo he visto.’ Sino que escucha con una fe resplandeciente las palabras, como si fueran sonidos amorosos, suaves, de la mano del hogar. O cuando usted le enseña a un niño a juntar sus pequeñas manos en oración, y lo hace, como si fuera una cuestión de hábito, como si le estuviera abriendo un mundo, del cual había estado soñando con anhelo y expectativa; o les cuenta a estos pequeños las historias del Salvador, les enseña las imágenes, los dibujos con escenas y personajes de la Biblia, cómo sus ojos puros brillan, cómo sus pequeños corazones laten.

El que vengan los bebés a Jesús es muy importante, ¿por qué? Al final del versículo 14 “Porque de los tales es el reino de los cielos.” Es una declaración muy importante, “de los tales”, “de los tales”. Aquí, Él no está diciendo, estos niños en el reino de los cielos, estos niños pertenecen al reino de los cielos, está diciendo toiotun, “de los tales”, de tales como estos; y Él va más allá de estos niños pequeños, para incluir en esa categoría al decir estos, de este tipo, que tienen un lugar en el reino, bebés como estos bebés. Él no está aislando a los bebés elegidos de los bebés no elegidos.

Y noten que no hay bautismo aquí de bebés. Y note que no hay indicación de la fe de los padres. No hay un pacto de padres aquí. Él simplemente dice bebés tales como estos, en esta categoría; previos al tiempo en el que pueden entender y responder a Cristo; previos al tiempo en el que pueden ejercer su propia fe; previo a lo que me gusta llamar al tiempo de decisión. Esos pequeños pertenecen al Reino.

El Reino de los cielos es la esfera del gobierno de Dios en Cristo a través de la gracia. Y Él dice que estos tienen un lugar. Y creo que aquí está incluyendo a todos los bebés, todos aquellos como dijo el apóstol Pablo, en 1 Corintios 13:12 “Cuando era niño, pensaba como niño, hablaba como niño; ahora me he vuelto un hombre y he hecho a un lado las cosas infantiles.” Pablo nos dijo que hay dos épocas diferentes en la vida, hay un tiempo en el que usted no puede entender y no puede hablar, y hay un tiempo en el que puede entender. Y cuando está en ese tiempo en el que no entiende, como un pequeño bebé, es el tiempo en el que Dios lo ha colocado en un cuidado especial bajo Su gobierno soberano como el Rey. No dice nada acerca de la fe de los padres, nada acerca de ningún rito, ritual o bautismo, nada acerca de que sean elegidos o no elegidos. Él simplemente dice: “esos que son como estos, pertenecen a Mi Reino.” Y creo que la gracia es extendida a ellos.

Esa es la razón por la que creo con todo mi corazón que si un bebé muere antes de que pueda llegar al tiempo de decisión y pueda tomar una decisión, creo que si el bebé muere, ese bebé entra a la presencia de Jesucristo porque de manera única está bajo el cuidado del Rey. Ahora, no sé cómo es que Dios extiende esa gracia a ellos, fuera de que sea mediante un acto soberano por parte de Él. Sé que se las extiende a través de la muerte de Jesucristo por su pecado. Es aplicado a ellos mediante la soberanía de Dios, a favor de ellos, porque no pueden escoger por sí mismos. Y creo que una razón por la que la tasa de mortalidad es tan alta en los países no cristianos, es porque creo que el Señor está llevándose a esos pequeños a estar con Él, antes de que puedan crecer en una cultura que hace tan difícil el que ellos lleguen a creer.

Mi esposa y yo nos sentamos anoche y vimos un programa de televisión, acerca de niños golpeados y abusados. Algunos de ustedes quizá lo vieron. Fue muy importante, creo, ver eso. Mostraba a un pequeño niño -su rostro todavía esterilizado en mi mente- que se llamaba Gene Jones, un pequeño adorable. Y él había sido asesinado por su padre a la edad de tres años de edad. Su padre había colocado su rodilla en su estómago y había aplastado todos sus órganos; y después golpeo su cabeza y murió. Y usted sabe, mi estómago simplemente estaba como en un nudo; y había una ansiedad terrible en mi mente. Y después, un diluvio de paz vino a mí, al pensar en el hecho que ese pequeño está en los brazos de Jesucristo.

Y después hablaron de otro pequeño de dos años, cuyo padre lo mató al golpear su cabeza en la tina; y otros que habían sido cortados con cuchillos. Y siguió, y siguió así; y yo simplemente decía: “Gracias Señor…gracias Señor, porque están contigo, porque Tú congregas a los pequeños corderos en Tu seno, como dijo el profeta.”

Y creo que ahí está la confianza maravillosa que nuestro Señor tiene aquí. No creo que el Señor podría haber dicho lo que dijo de manera tan amplia cuando dijo “de los tales es el Reino de los cielos” si Él hubiera estado lidiando con algún tipo de elegidos y no elegidos, o algún tipo de pacto con los padres, o algún rito o ritual. Creo que la única manera en la que Él puede decir que pertenecen al Reino de los cielos es porque es una realidad.

Ahora, simplemente para ser teológico por un momento, no creo que eso significa necesariamente que todos los pequeños bebés son salvos, solo creo que están bajo una protección especial y si mueren en ese momento, son redimidos. Si todos fueran salvos, entonces, cuando fueran lo suficientemente grandes, perderían su salvación. Y tendría problemas teológicos con eso. Entonces, solo creo que están todos bajo una protección especial, y si de hecho mueren, el Señor los congrega, los lleva a sí mismo. Esa es una confianza maravillosa. Eso estaba en el corazón de David en 2 Samuel 12:23, creo, cuando él dijo, su hijo, su hijo infante murió y dijo: “Él no puede venir a mí, pero yo iré a él.” Y claro que David sabía que él estaba hablando de la muerte, pero también creo que él estaba hablando del hecho de que en la muerte volvería a ver al hijo que amaba. Y estoy seguro de que en el corazón de David, él tenía la confianza de que vería a Dios; y entonces ese hijo tenía que estar en la presencia de Dios.

Bueno, los bebés son pecadores, no hay duda al respecto. Eso es porque son producidos por pecadores; y tenemos que entender eso. Sin embargo, Dios tiene un lugar especial para ellos. Esa es una gran confianza, ¿Pero sabe algo? Esta es una responsabilidad tremenda, tremenda, porque si usted tiene en sus brazos a un pequeño bebé que pertenece al Reino, me parece que su tarea como padre es asegurarse de que cuando esa pequeña vida llegue al punto de decisión, la decisión que tome lo lleve de manera plena al Reino de Dios. ¡Qué responsabilidad! ¡Qué responsabilidad asegurarse de que esa pequeña vida, entregada a usted bajo el cuidado del Rey, sea devuelta al Rey, después de que su administración, su mayordomía, se haya terminado!

Marcos nos dice en el capítulo 10, en el pasaje paralelo, que después de que Jesús dijo, versículo 16. “Él los tomó en Sus brazos, colocó sus manos en ellos, y los bendijo.”  Y por cierto, la palabra “bendijo”, es una palabra compuesta, pensamos en eulogía, elogió, de la palabra eulogeo. La palabra “bendecir”, esta tiene kata añadida en la parte de adelante de la palabra. Él los bendijo intensamente, oró fervientemente por estos pequeños. Oró de manera apasionada por ellos. Oró, estoy seguro, porque Dios los fortaleciera en la ley, fueran fieles en su matrimonio y abundantes en buenas obras, porque Dios los trajera de regreso a sí mismo, cuando alcanzaran la edad de decisión. Que en los años por venir, los padres cumplieran con su responsabilidad de llevarlos de regreso a Aquel de Quién vinieron. Y Él debió haber sonreído al ver a estos pequeños súbditos de Su señorío soberano conforme oraba.

Pero no ha terminado. Lucas nos dice que Él añadió un comentario más, conforme tenía a esos pequeños en Sus brazos. Él dijo: “De cierto os digo,” Lucas 18:17, “que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.” Él no podía resistir eso. Digo, parecía como si cada vez que tenía un bebé en Sus brazos, Él dijo esa pequeña frase. No es solo los bebés como este que está bajo el cuidado del Reino, sino cualquiera, cualquiera que viene al Reino en la vida adulta, viene, cuando viene, como un pequeño bebé. Entonces, el Reino está poblado, solo por dos tipos de personas: los que son bebés y los que vienen como bebés.

¿Y qué quiso decir con eso? Entramos a detalle en Mateo 18:13 en esto, solo les recuerdo. Él se refiere a la simplicidad, la apertura, la honestidad, la falta de pretensión, la falta de hipocresía, la dependencia, la debilidad, la simplicidad, la humildad, que hace que uno se arroje en absoluta humildad y dependencia en los brazos fuertes del Señor. Su Reino está lleno de aquellos que son bebés y aquellos que vinieron como bebés. Que supieron que en sí mismos no tenían recurso. Y entonces de los tales amplía, y estoy de acuerdo con Juan Calvino quien dijo: “El pasaje amplía para darle la ciudadanía del Reino tanto a niños como a aquellos que son como ellos,” fin de la cita.

Entonces, le trajeron Sus bebés a Jesús, deseando que Él los bendijera y orara por ellos. Y nos dice no es cierto en el versículo 15, que así fue. Él les puso las manos y Marcos añade que oró por ellos, los bendijo y después, se fue de allí.

¡Los pequeños responden de una manera tan accesible! Si usted trabaja con pequeños, como dice Proverbios 22:6, los regresa al Señor. Cuando yo estuve en el seminario, había un hombre que llegó en mi último año, llamado Paul Pillai, de la India. Él estuvo con nosotros esta semana en nuestra reunión aquí con los pastores; y tuve algo de comunión con él. Paul vino de la India para ir al seminario; y fue un hindú toda su vida. Su familia entera era hindú. Él se salvó, él quiso ir a la parte norte de la India, la mayoría de los cristianos, el dos y medio por ciento, son católico romanos, “protestantes” entre comillas; los cristianos en la India están en el sur, y el norte es primordialmente hindú y musulmán. Y los musulmanes ahí son más expresivos y más cerrados en su mente, y más agresivos de lo que son en Irán, si se pueden imaginar eso. Y él quería alcanzar la parte norte de India. Y él quería desarrollar la estrategia para hacer eso.

Y entonces, él regresó y en esencia, fundó una universidad bíblica, llamada Grace College. Y ahora creo que tiene 90 o 100 jóvenes en la universidad. Es un programa de 4 años y si usted quiere estar en la universidad, tiene que dar evidencia de que Dios le ha llamado al pastorado, que Dios lo ha llamado al ministerio. No hay alumnos ahí que no van al ministerio. Y si usted puede demostrar eso y puede comprometer su vida a eso, lo aceptan como alumno durante 4 años allí, gratis, sin colegiatura, sin gastos de vida, sin gastos de hospedaje, simplemente amigos cristianos ahí y por toda India están apoyando esa escuela y están preparando estos hombres.

Y al final de ese período de 4 años, lo toman a usted, lo colocan en esa villa y usted se convierte en el pastor de una villa que es primordialmente hindú. Y le ayudan a comenzar llevándose dos tiendas al pueblo. Y le ponen ahí a usted una tienda en donde vivir, el equipo que va ahí y después colocan otra tienda para que puedan reunirse y se quedan ahí 6 meses. Y durante 6 meses evangelizan a los hindúes y a los musulmanes en esas ciudades. Y ya para cuando se acaban los 6 meses, tienen un pequeño grupo de cristianos allí congregados; y después toman al joven y lo meten ahí y se vuelve el pastor de ese pequeño  rebaño; ya han plantado noventa y ocho de esos rebaños…Noventa y ocho pequeñas villas y ciudades con sus hombres.

Y no es fácil.  Él compartió con lágrimas y se le quebró la voz, cómo una noche ahí había un hombre que estaba dando un testimonio, había sido salvado de la secta musulmana; y los musulmanes se enojaron tanto por el testimonio, que estaba sentado ahí en la plataforma junto al hombre dando el testimonio, que ellos atacaron la plataforma y sacaron cuchillos y lo mataron. Y él murió. Y él dijo, apenas antes de que muriera, él dijo: “Ustedes me pueden matar, pero no pueden quitarme la vida de Dios”. Y lo mataron.

Y él habló del hecho de que lo aventaron al piso en otra ocasión y lo patearon. Y él sintió que moriría. Y de pronto, estas personas que lo habían atacado en medio de esta reunión, la multitud corrió cuando el ataque comenzó. Y los atacantes huyeron; y abrió sus ojos y nadie estaba allí.

Más adelante, uno de los que lo había atacado se volvió cristiano y le preguntó al hombre “Cuándo estabas tratando de matarme… ¿por qué corriste? “

“Oh,” dijo, “porque un grupo de hombres muy fuertes, de otra villa vino y nos expulsó, nos asustó.” Y Pablo dijo que fueron a todas las villas que estaban por ahí para ver quiénes eran esas personas y nunca pudieron encontrar quién hizo eso. Él cree que fueron los ángeles de Dios que lo protegieron.

Pero así es cuando tratas de comenzar una iglesia en una villa hindú. Y entonces, esta es su visión; y él está enviando a estos hombres y estaba compartiendo conmigo, conforme hablamos después, que realmente hay un problema serio, porque es tan difícil ganar a los hindúes a Cristo. Y hay tantas villas que necesitan ser alcanzadas, ¿cómo vas a tener a suficientes pastores, para poderlos enviar? Y lo que le impactó es que la manera de hacerlo es llegar a ellos cuando son niños, porque los niños están tan dispuestos a responder.

Y entonces ellos construyeron un hogar de niños y ahora lo están expandiendo para que pueda meter a 500. Y ya tienen a 81 de estos pequeños. Primordialmente, ellos seleccionan, ellos toman a huérfanos y a niños que viven en la calle. Y él dijo: “Oh, sí” dijo: “los 81 han dado su vida a Jesucristo.” Y él dijo: “Los 81 están aprendiendo la Palabra de Dios; y les enseñamos y los amamos y después los enviamos a las escuelas normales para que aprendan la cultura. Y regresan y les enseñamos la Palabra de Dios; y como puede ver, conforme crecen en nuestra escuela y en nuestro hogar, ellos entran directo a la universidad bíblica y directo al pastoreado. Es una gran estrategia.” Es mucho más fácil alcanzarlos así, ¿no es cierto? Los 81 conocen al Señor y esperan llegar a tener 500. Como puede ver, los niños son traídos a Jesús y sus corazones parecen estar abiertos. Necesitamos ocuparnos de traer a los niños a Cristo.

¿Qué hay acerca de sus hijos? Quiero llevar nuestros pensamientos a una conclusión. Y solo quiero darle cinco palabras, cinco palabras claves, acerca de cómo usted trae a sus hijos a Jesús, y en cierta manera, extraer algunas conclusiones espirituales a partir de ese pasaje.

Cinco palabras que usted en cierta manera puede apuntar en algún lugar y creo que le van a ayudar. La primera: “Recuerda…Recuerda”.  En otras palabras, al traer a sus hijos a Jesús, debe recordar en primer lugar, que Dios creó a sus hijos... Dios crea a los niños. Todo niño es una obra directa de Su mano creadora. Salmo 139:13 “Porque Tú formaste mis entrañas, Tú me hiciste en el vientre de mi madre, te alabaré porque formidables, maravillosas son Tus obras, estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien.” Dios hizo a ese niño.

En segundo lugar, Dios le dio a ese niño a usted como un “regalo.” Salmo 127:3 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; fruto del vientre, Su bendición.” Dios hizo ese hijo; y Dios le dio ese hijo a usted como regalo.

Y después, ese hijo debe ser una “bendición” para usted. Salmo 127:4: “Como las saetas en la mano del valiente, así son los hijos en la voluntad de uno; bienaventurado, feliz, es el hombre que llenó su aljaba de ellos.” Los hijos son una bendición para usted. Dios los hizo, Dios se los dio para bendecirle.

Cuarto punto, recuerde esto; Si Dios los hizo, y Dios se los dio y Dios los dio para ser una bendición, entonces Dios quiere que se los devuelva para Su uso. Y esa es la razón por la que Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en Su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Esa es la razón por la que Efesios 6:4 dice claramente: “Criadlos en la disciplina y amonestación del Señor.” Porque la tarea que usted tiene, es devolver a sus hijos a Dios, esa es su mayordomía. Entonces, recuerde, de dónde vienen y a dónde deben regresar.

En segundo lugar, “enseña”…esa es la segunda palabra clave…”enseña.” Somos llamados creo yo, por Dios a enseñar. Los niños tienen un conocimiento limitado, tienen una capacidad de razonamiento limitada, tienen una discreción limitada y necesitan ser enseñados. Usted se acuerda como se dijo de Timoteo, en 2 Timoteo 3:15, que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te fueron enseñadas por tu madre y tu abuela. Como puede ver, esas son mujeres, habla usted del papel de una mujer…damas, ustedes tienen el papel correcto aquí, la función correcta aquí. Loida y Eunice, mientras el padre de Timoteo y el abuelo están ahí ganándose la vida, ahí están alimentando esa pequeña vida con la Verdad divina. Esa es la función de una mujer en el hogar piadoso, alimentarle a esa pequeña vida la verdad de Dios. Y después el padre viene, como los Proverbios nos dicen, y le enseñan al hijo la sabiduría también de Dios.

Ahora regrese al Pentateuco, estoy pensando en Deuteronomio 6 por un momento. Permítame darle un vistazo al patrón que necesita entender si usted va a enseñar de manera eficaz a sus hijos. Debemos recordar de quién son, de dónde vienen, a dónde deben regresar y debemos enseñarles… debemos enseñarles. Y aquí está cómo. Y yo creo que Dios le dio esto a Moisés desde el principio con Su pueblo, porque es tan elemental, no ha cambiado, son tan importantes los principios aquí. Versículo 4: “Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” En otras palabras si usted va a enseñarles a sus hijos, todo comienza con que usted adore al Dios correcto, de la manera correcta. No hay ídolos. Usted no les puede enseñar a menos que se comprometa usted a la religión verdadera.

En segundo lugar: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que Yo te mando hoy, estarán en tu corazón.” ¿Qué significa esto? Esto significa internalizar lo que usted cree acerca de Dios, no solo tener la teología correcta, sino el corazón correcto. Tiene que comprometer, tiene que entregar a sus hijos, no solo a la Verdad, sino la verdad en un corazón sin reservas de convicción, la verdad en un corazón puro, la verdad en una vida santa, para que usted vea a Dios en todo. Usted lo ama con todo su corazón, mente, alma, fuerzas, todo. Si usted va a enseñar a sus hijos, tiene que tener al Dios correcto, la fe correcta; y tiene que salir de su corazón. Tiene que estar adentro de usted, no sólo afuera.

Y después, versículo 7, me encanta esto: “Y se las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en la casa, cuando andes por el camino y cuando te acuestes y al levantarte.” ¿Qué es lo que eso dice? Eso simplemente dic, que usted tiene que enseñar a partir de situaciones de la vida. Usted tiene la fe correcta en Dios, la ha internalizado, su corazón está lleno de amor, su pasión es hacia Dios, usted lo ama con todo su corazón, mente y fuerzas; y ahora, a partir de toda dificultad, toda prueba, toda lucha, todo momento de la vida, usted enseña la Verdad de Dios, cuando se levanta, cuando se sienta, cuando anda por el camino, cuando se acuesta, cada vez que usted tiene la oportunidad. No es suficiente sentarse con sus hijos y leerles una historia de la Biblia, y después seguir viviendo una vida mundana el resto del día. Usted tiene que extraer a Dios, tiene que meter a Dios en toda analogía, en todo aspecto de la vida. Ellos tienen que ver al Señor en todo. La vida entera se convierte entonces en un pizarrón  con el cual usted enseña la Verdad de Dios; eso es incesante, interminable, constante. Enseñe diligentemente todo el tiempo, sentándose, caminando, acostándose, levantándose, de tal manera que es el flujo de la vida.

Y es mucho más, y la gente dice: “Bueno, tú sabes, tenemos un tiempo cada día, cuando le leemos a nuestros hijos una historia.” Eso es maravilloso. Y eso está bien y es importante enseñarles eso. Pero es más importante que usted les enseñe el flujo de las respuestas a la vida, que usted cultive las convicciones correctas para ellos, que usted establezca los estándares correctos para ellos, que usted establezca los objetivos correctos espiritualmente para ellos; y todo en la vida habla de esas cosas.

Y hay algo más que usted tiene que hacer. Versículo 8: “Las atarás como señal en tu mano, y estarán entre tus ojos, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” ¿Sabe lo que eso significa? Dele muchos recordatorios. Entonces, ¿tiene usted versículos bíblicos que están colgados en su casa? ¿Tiene pequeñas placas que le recuerdan grandes verdades escriturales que están colgando allá en sus recámaras? ¿Tiene Biblias por todos lados? ¿Les cuenta historias? ¿Canta canciones con ellos, que colocan la Verdad en su mente y recuerdan el tono y reciclan la Verdad? Esos son pequeños recordatorios en la vida de un niño. Y el mundo de un niño debe estar simplemente lleno de esos recordatorios de cosas divinas.

¿No se acuerda cuando usted era un niño el retrato que tenía en su recámara quizás que mostraba al Salvador? ¿O no se acuerda de esa pequeña placa en su pared? Todos esos pequeños recordatorios simplemente son manera de reforzar y hay muchas maneras de hacer eso.

Finalmente, no solo asegúrese de que no tiene ídolos e internalice su fe para que sea una fe de corazón y enseñe a partir de la vida, proveyendo recordatorios, sino que finalmente, cuidado con el mundo. El versículo 10 dice: “Cuando el Señor…Dios los ha llevado a una tierra, en la cual, juró dar a vuestros padres, a Abraham, Isaac y Jacob, una tierra grande, y tenga ciudades grandes, que no construiste, casas llenas de buenas cosas que no llenaste, y fosos que tú no escarbaste, viñas y olivos que tú no plantaste.” En otras palabras, cuando el Señor descargue todas las bondades en ti y lo tengas todo; y no tuviste que trabajar por ello, y te llegó a ti por la gracia de Dios, entonces ten cuidado, no sea que te olvides del Señor.

Advierte a tus hijos de que cuando salgan a la prosperidad y al mundo, que no se olviden de Dios.

Entonces usted tiene que advertirles acerca del mundo, tiene que cuidar el mundo, el mundo va a venir con sus cosas y va a tratar de ahogar todo lo que les ha enseñado, y poco a poco, lo va a tratar de quitar. Entonces, tenga cuidado y advierta.

Y hay una tercera palabra, es la palabra “modele.” Es la palabra “modele”. Usted debe recordar, debe enseñar y debe modelar. Y aquí está la clave: debe establecer el patrón. Debe establecer de patrón. Aquí hay un hombre como Elí quien era el sumo sacerdote, 1 Samuel 2. Él era el sumo sacerdote. Digo, él era el hombre que tenía la posición de enseñanza. Él era el hombre que representaba al pueblo de Dios, él era el número uno de Dios allí en la tierra, pero sus ojos eran terribles, viles, miserables, en todo sentido de la vida. Ellos tomaron una porción equivocada de carne, en 1 Samuel 2:15-16, no debían tomarla, debía ser ofrecida y dividida entre los sacerdotes. Y el ofrendador y Dios, y tomaron una porción que no era de ellos. Eso sólo fue el principio de lo que hicieron, terminaron teniendo relaciones de fornicación ahí en el templo. Eran miserables. Pero Elí se acercó a ellos y lo único que dijo fue: “No deben hacer eso.” Y no tenía autoridad, no tenía influencia, poder, debido a que su propia vida se caracterizaba por cometer el mismo pecado; y alguien que hace concesiones no puede transmitir convicciones a nadie. Usted nunca va a hacer que sus hijos vivan el tipo de vida que usted no está dispuesto a vivir, a menos de que sea por la gracia de Dios.

Y aquí estaba Elí, en una postura de concesiones totales tratando de decirles a sus hijos qué hacer. Usted no puede hablar de los pecados de sus hijos con ninguna autoridad cuando hay pecados en su propia vida de los que sus hijos están muy conscientes.

Usted sabe, David pecó de una manera tan terrible, David pecó de una manera tan terrible, y apenas poco antes de que él muriera, le dio a Salomón un gran discurso, y dijo: “Oh, Salomón, tú sabes, obedece los mandamientos de Dios, oh Salomón.” Él le rogó a Salomón que hiciera eso; y Salomón salió y fue peor que David. Él multiplicó esposas, simplemente números increíbles de esposas y concubinas, llegando a los cientos; y él se volvió un hombre de desesperanza, terminó destruyendo su vida. Y su hijo Roboam fue un desastre total. Ni siquiera fue una luz brillante de alguna manera, el reino fue despedazado en dos partes y Roboam perdió el reino porque no tuvo un ejemplo paternal en absoluto; y la Biblia dice que él escuchó a su propia generación. Y si ellos no lo están recibiendo de los padres, lo van a recibir de sus amigos; y eso es desastroso. Usted tiene que establecer el modelo.

Ezequías, el gran rey, comprometido a traer al rey de Babilonia para ver las joyas reales, y en su compromiso, su hijo aprendió del compromiso claro y Manasés, quien fue su hijo, totalmente abandonó la ley de Dios, creó un mundo entero de impiedad y su hijo fue peor. Josué llegó a una encrucijada y le dijo a la gente: ustedes tienen una decisión que tomar, escogen hoy a quien servirán; y él dijo, o pueden escoger a Jehová o los dioses de los amorreos. Y dice que cuando él les dio la opción, la siguiente generación conoció al Señor y la siguiente generación no conoció al Señor. Usted ni siquiera les dé una opción. Usted ni siquiera les dé una alternativa en ese sentido. Tiene que transmitir un estándar alto de santidad. Y créame, usted no puede nada más golpear a sus hijos, disciplinarlos para que obedezcan, mientras que usted está haciendo concesiones.

Tom Cohen, en un artículo, en la revista Eternidad, dijo esto, y creo que es muy importante, y cito: “Los padres deben estar conscientes del valor personal de la verdad para su bienestar, y no solo para el bienestar de sus hijos. No podemos nada más hacer que un niño crea en la verdad porque es bueno para ellos. Sus espíritus perceptivos van a percibir cuando estamos haciendo algo por manipular cierta respuesta. En lugar de eso, está la legitimidad del compromiso de los padres con la verdad, fuera de las, o de manera independiente de las vidas de los hijos que trae libertad, de compartir o transmitirles esa verdad a ellos. En otras palabras, un motivo maduro por transmitir la verdad es como padre yo me aferro a esa verdad, y creo que esa verdad tiene valor para mi vida, independientemente de mis hijos y su respuesta a la misma.” Fin de la cita.

Entonces recuerde: Enseñe, modele…en cuarto lugar, amor…no necesito hablar mucho de eso. Ame a sus hijos…ámelos. ¿Qué quiere decir eso? Eso quiere decir, llore con ellos, ríase con ellos, duélase con ellos, regocíjese con ellos, sacrifíquese por ellos, protéjalos. No los provoque y los exaspere, no sea egoísta, sírvalos. Provea para sus necesidades, deles regalos, muéstreles afecto, deles placer, deles disciplina. Ámelos en todas esas maneras.

Y hay una palabra final, es la palabra “confíe.”  Cuando usted ha hecho todo, confíe en Dios. Si usted instruye a su hijo, por el camino que debe ir, aun cuando fuere viejo ¿qué? No se apartará. Y usted va a cometer muchos errores, todos los cometemos, pero si usted ha hecho su mejor esfuerzo en el poder del Espíritu de Dios, confíe en Dios, en que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Y esa confianza se traduce en oración…se traduce en oración. Ore por sus hijos.

¿Qué sucede si su bebé muere? ¿Qué sucede si cualquier bebé muere? Yo creo que la enseñanza de este pasaje es que ese bebé es cuidado en el reino y va a la presencia de Cristo. ¿Y qué tal si su hijo muere cuando tiene la suficiente edad como para tomar una decisión? Entonces, si han escogido creer en Jesucristo, van a estar con Él, si no, no van…no van.  Ahora, eso debería ser una realidad suficientemente severa como para despertarnos a nuestra responsabilidad. ¿Está usted criando a sus hijos para que conozcan a Jesucristo?

Gracias Padre, por este pasaje y este momento en la vida de nuestro Salvador que se nos da por Mateo, Marcos y Lucas. Gracias porque Tú tienes un lugar especial en Tu reino para los bebés, los pequeños. ¡Oh Dios!, queremos devolvértelos a Ti y no perderlos del Reino. Y entonces, enséñanos a recordar, a enseñar, a modelar, a amar y a confiar; y que nos entreguemos como padres a devolverte a nuestros hijos a Ti. Y Señor, en donde se han desviado y no los vemos venir, danos un mayor celo y oración, una mayor esperanza, un mayor compromiso por alcanzarlos para que Te puedan conocer. Y Padre, ayúdanos a criar una simiente, una descendencia piadosa, una generación pura que pueda corregir lo que está tan mal en nuestro mundo. Bendice a toda madre y padre, todo hijo, todo joven, para que todos cumplamos con Tu voluntad. Gracias por Tu gran gracia y Tu perdón cuando fallamos.

https://www.gty.org/resources/sermons/2342/?term=2342

 

 

 

 

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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