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Es nuestro privilegio sagrado cada día del Señor cuando nos reunimos juntos a abrir la palabra de Dios. Este es su palabra misma para nosotros, Él habla y escuchamos con corazones dispuestos. El texto esta mañana es el Evangelio de Mateo, capitulo 26. Estaremos viendo los versículos 57 al 68. Que gozo y privilegio durante todos estos años haber estudiado esta gran presentación de Cristo, el Evangelio de Mateo, estamos llegando a su clímax, a su conclusión. Y si hemos prestado atención, ahora lo hacemos conforme rastreamos los pasos de Nuestro Señor a la cruz, a la resurrección, a su ascensión. Y su comisión para los suyos, para el ministerio que Él dejó detrás de Él. Estas son grandes, grandes verdades que viene a nosotros del Señor mismo.

Ahora la última vez comenzamos a ver estos versículos, vamos a concluir ese estudio esta mañana examinando el juicio ilegal, injusto de Jesús. Recordará que es viernes por la mañana, apenas después de la media noche Jesús ha celebrado la paz, fue con sus discípulos ese jueves por la tarde instituyó la mesa del Señor, les enseñó algunas verdades profundas registradas en Juan 13 al 16, oro el Padre a favor de ellos, Juan 17. Después dejando el aposento alto con los once discípulos, Judas ya fue despedido para cumplir con su acto de traición. Jesús y los once proceden al Monte de Los Olivos, a un lugar conocidos por ellos llamado El Huerto de Getsemaní. Llegan al huerto en algún punto en torno a la medianoche, y Jesús entra en sesiones largas de oración con el Padre, tres de ellas en las cuales Él lucha con el tentador.

Y a partir de esas ocasiones de oraciones, sale fortalecido y listo para la cruz. Satanás lo ha atacado con lo último que ha podido de la tentación, Él ha sido victorioso como siempre, y Él fija su mente de manera determinante hacia la cruz. No pasa tiempo después de la conclusión de esa oración hasta que el huerto es inundado por mil personas, soldados romanos, policía del templo, líderes judíos, miembros del Sanedrín, incluyendo al Sumo Sacerdote. Todos han venido a arrestar a Jesús, no hay crimen, no hay acusación, no hay nada que él ha hecho pro lo quieren muerto. Lo quieren fuera de su camino, Él es una amenaza para su religión, Él es una amenaza para sus posiciones de liderazgo. Él es una amenaza que quita los corazones y mentes de la gente para que lo sigan a Él. Él hace milagros, no pueden competir a ese nivel y tiene miedo.

También son capacitados por satanás para cumplir con esta obra, y entonces toda la historia redentora que Dios ha establecido está llegando a su clímax en la cruz y resurrección de Cristo. Ahora sabemos en primer lugar que esta es una obra satánica. Jesús les dijo a esos líderes “Esta es su hora, y el poder de las tinieblas.” En otras palabras, Él dijo “Este es el momento del infierno para que cometa su acto.” Cuando Judas dejó el aposento alto antes de que Jesús instituyera la mesa del Señor, Juan nos dice “satanás habiendo entrado en Judas salió y era de noche. Es la hora del infierno, y satanás está capacitando a Judas.” Sin duda satanás y sus demonios también están capacitando a los miembros que están involucrados en la ejecución de Jesucristo. Todos los que están involucrados, el Sumo Sacerdote, el Sanedrín y los demás. Es un esfuerzo infernal, y quiero que sepa en este punto que esto es nuevo para satanás, porque en la mayor parte del tiempo antes de esto satanás ha estado tratando de evitar que Cristo que vaya a la cruz.

Ciertamente en la primera ola grande de tentación registrada en Mateo y Lucas 4, en donde después de que Jesús fue bautizado y tentado el esfuerzo de satanás ahí consistió en desviarlo de la cruz. Bien pudo haber sido que inclusive en el huerto conforme Nuestro Señor estaba sudando grandes gotas de sangre, agonizando en medio de esa tentación que satanás todavía estaba tratando de hacer lo que pudiera hacer por desviarlo de la cruz. Porque satanás sabía que la cruz proveería el sacrificio definitivo para la salvación de todos redimidos de todas las épocas.

Y entonces parecía como si el plan de satanás consistía en mantenerlo alejado de la cruz, pero aparentemente para este punto él se ha resignado al hecho de que Jesús va a la cruz, ese es el plan inevitable de Dios. Y entonces el esfuerzo de satanás es causar que la cruz sea tan fuerte, y la muerte ahí sea tan fatal que Cristo no pueda resucitar. Y entonces mientras que inicialmente vemos a satanás tratando de desviar a Cristo de la cruz, ahora vemos a satanás mismo usando a todo el infierno en la tierra juntos, en términos de fuerza maligna para matarlo en la cruz de una manera tan devastadora y definitiva que no pueda haber resurrección.

Esto nos demuestra por cierto tanto la impotencia de Satanás, él no puede hacer lo que quiere hacer. Como la incoherencia de satanás, él cambia su plan con bastante frecuencia. Él no es coherente porque en ultima es la maldad, será definitivamente incoherente. Y entonces a veces difícil para nosotros entender por qué hace lo que hace, pero parece que ahora él está capacitando la traición, él está capacitando la muerte de Cristo en un esfuerzo por mantenerlo muerto, por mantenerlo herido de manera fatal e incapaz de resucitar. E inclusive cuando él resucitó rompiendo las cadenas de satanás de la muerte, recordará que satanás esparció mentiras acerca de que él no había resucitado, tratando de detener el mensaje de la resurrección, sino es que la resurrección misma.

Entonces tras bambalinas, esta uno de quien Jesús dijo que él es homicida desde el principio. Y en Juan 8 él les dijo a esos líderes que lo querían muerto “Me quieren matar porque sois de vuestro padre el diablo quien es mentiroso, y un homicida desde el principio.” Entonces detrás de todo está satanás. Entonces este es un momento satánico conforme Jesús se mueve hacia la cruz. Pero permítame decir en segundo lugar, es importante que entendamos que también es un momento santo, también Dios está operando. Y aquí Dios quiere que el enojo de satanás, y el odio de satanás, y la maldad de satanás encaje dentro de su propio propósito redentor santo.

Entonces podríamos decir que es como Genesis 50, “Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien.” Y siempre debemos mantener en mente que la libertad que satanás tiene para operar siempre está dentro de los límites de la voluntad y propósito de Dios. Entonces mientras que decimos que es el momento de satanás, recordamos que Pedro dijo en el día de Pentecostés que Jesucristo fue crucificado por el consejo determinado y anticipado conocimiento de Dios. Entonces es un plan que tiene su origen en un sentido en el infierno, pero tiene su fuente genuina en el cielo. Hay una tercera parte involucrada en el arresto y ejecución de Cristo, y ese es los hombres malos. No solo el infierno y el cielo, sino los hombres malos.

Y aquí encontramos estos líderes malos, quien por mucho tiempo han conspirado por eliminar a Jesucristo. Quien desde Juan 11, apenas después de que Lázaro habría sido resucitado de los muertos unas cuantas semanas antes de esta hora misma, se reunieron y dijeron “Este hombre es un obrador de milagros.” Nunca negaron eso, sabían que Él hacía milagros. Eran innegables, eran de proporciones que nadie podía negar, y eran de tal frecuencia que nadie podía escapar. Y entonces dijeron “Él hace milagros, pero si no lo matamos los romanos van a venir y van a quitarnos nuestro lugar.” Se refirieron a su templo. Y nuestra nación, en otras palabras, su pensamiento era que todos los judíos comenzarían a seguir a Jesús.

Y los romanos entonces conforme veían a toda la población moviéndose hacia Jesús se preocuparían por una revolución, y reaccionarían al venir en contra de los judíos. Y los derrocarían, les quitarían su posición, destruirían su templo, aplastarían su nación y sería el final de ellos. Y entonces vieron este movimiento entero hacia Jesús, y la multitud que había clamado ¡Hosanna! El hijo de David, y bendito es aquel que viene en el nombre del Señor. Cuando él entró a la ciudad le presentó una gran amenaza a su seguridad, porque los romanos podrían ver esto como una insurrección que estaba comenzando a surgir. Se moverían para aplastar la insurrección, y los aplastarían de manera total.

Eso es lo que motivó a Caifás entonces a levantarse y decir “No saben nada ustedes pueblo, les estoy diciendo esto, es mejor que un hombre muera por esta nación.” Y lo que él quiso decir fue más vale que matemos a este hombre, o vamos a perder a nuestra nación entera. Será mejor que un hombre muriera, en lugar de que muriera toda la nación. Y el texto de Juan 11: 53 dice que él no sabía lo que estaba diciendo. Pero lo que él estaba diciendo fue una profecía que Jesús de hecho moriría por su nación. Y entonces de manera torpe e ingenua, y de una boca de odio salió una profecía de la muerte sustitutiva de Jesucristo por la redención de su pueblo. Pero los líderes judíos vieron esto como una amenaza.

Ahora escuche, lo que estamos viendo aquí es como se está uniendo el plan del infierno, el plan de Dios, y dentro de esa escena el odio de la gente mala que rechazaba a Cristo en ese entonces. Y quiero que entienda esto, debido a que es el plan de Dios de ninguna manera minimiza la maldad de la conspiración del infierno. Y debido a que es el plan de Dios, de ninguna manera minimiza la maldad de los hombres que lo cumplieron en la tierra. Su culpabilidad mala no es mitigada en absoluto, es el plan de Dios, pero es su voluntad hacerlo. Han escogido ser los compatriotas del infierno por su propia voluntad, y entonces no se elimina la culpabilidad porque este es el plan de Dios. Es Dios quien está por encima de la maldad que ellos han escogido para que él lleve a cabo su obra buena.

Y entonces llegamos a una escena en donde ellos han venido y ya han llevado a Jesús cautivo en el Huerto de Getsemaní. Y lo han amarrado, y es una escena muy trágica, hay cierta turbulencia en la manera en la que abordan esto, hay cierta turbulencia que es absolutamente increíble. Aquí vienen para llevarse a Jesucristo el Rey de Gloria, el Hijo de Dios, y vienen con una turbulencia que de hecho es asombrosa. Y lo que quiero decir con eso es esto, Jesús cuando él salió del huerto para encontrarlos, apareció ante ellos, y ante su apariencia misma la Biblia dice que la multitud entera llegando a casi mil personas cayeron en el suelo. El poder mismo de su presencia los derribó como si hubieran sido golpeados por un martillo celestial. Se cayeron, y ahí postrados fueron expuestos al poder y juicio del hijo del Dios viviente.

Ahora usted habría pensado que alguna persona que piensa va a decir “este no es simplemente otro hombre.” Y habrían visto ese milagro de poder y juicio como un mensaje de que deberían ver con cuidado quién era esta persona. Pero no encuentra respuesta alguna en sus corazones duros, no hay respuesta en sus cabezas frías. El poder aterrador que los aplastó y los dejó en el suelo no los lleva a pensar en la realidad de la deidad de Jesucristo, su señorío. Van más allá de esa señal de advertencia por clara que es. Poco después Pedro sale y le corta la oreja a Malco, el siervo del Sumo Sacerdote y en esa escena en el huerto Jesús se acerca y dice “Eso es suficiente, vamos a detenernos antes de que tengamos una batalla.” Y crea instantáneamente una oreja en ese hombre.

Ahora, ahí hay un milagro no de poder ni de juicio, sino de bondad y misericordia. Y ellos ven ese milagro y usted pensaría ciertamente el poder increíble creador que da una oreja instantáneamente a alguien que ha perdido la suya. Es algo que considerar, más vale que nos detengamos y examinemos quién es esta persona. Pero van más allá también de esa señal.

Ahora, hay solo dos conclusiones posibles. Una es que ellos sabían que no era el Mesías, a pesar de todo esto ellos sabían que no era el Mesías. ¿Pero sabe una cosa? Si hubieran pensado que no era el Mesías, creo que ellos habrían hecho algo de investigación para haberlo probado. Lo que yo creo es que tenían miedo de que él era el Mesías, y no querían realizar la investigación porque tenían miedo de la conclusión. Simplemente querían sacarlo del camino.

Dice usted ¿Quieres decir que ni siquiera querían saber si era su Mesías? Esa es la única explicación posible. ¿De otra manera por qué es que no examinaron la situación y descubrieron que era el Mesías y habrían estado contentos con eso? No, ellos estaban tan encerrados en su propia religión falsa, estaban tan encerrados en su propia justicia personal, estaban tan encerrados en su propio estilo de vida y adoración, y su propio poder, y su propio prestigio, y su propia imagen entre el pueblo. Estaban tan amenazados por la santidad verdadera de Jesús, su pureza verdadera y su poder verdadero que tenían miedo de descubrir la verdad, porque si hubieran descubierto que él era Mesías sus propias palabras, las de él los habrían condenados a ellos.

Y entonces en lugar de descubrir la verdad lo querían eliminado. Si por algún momento hubieran pensado que él no lo era, creo que habrían conducido una investigación más profunda. Y entonces la escena está llena de turbulencia, con una turbulencia que vas más allá de lo que pueden ver, va más allá de la realidad, va más allá de milagros, deshacerse de él a pesar de todo esto. E inclusive después de la resurrección de Lázaro como dije, dijeron “Este hombre hace milagros.” No podían negar eso, simplemente no querían enfrentar lo que eso significaba. Lo que significaba era su propio juicio, porque Jesús enseñó de manera opuesta a ellos en todo.

La escena estaba llena de violencia, cuando se lo llevaron cautivo había un joven ahí Marcos nos dice en el capítulo 51 y 52 quien simplemente estaba viendo, y estaba ahí parado, y lo tomaron y le arrancaron la ropa. Y él salió corriendo solo con su ropa interior, y esta es una manera en la que la escritura nos dice la violencia de la escena. Fue una especie de situación, de una multitud agitada. Y aquí estaba un hombre que ni siquiera estaban buscando, ni siquiera sabemos quién era. Y la violencia de la situación hizo que perdiera su ropa, se la arrancaron. Es una multitud inestable, turbulenta la que se está llevando cautivo a Jesús.

Y como Jesús dijo “Él es un cordero quien es llevado al matadero.” Bueno, antes de que le quiten su vida quieren tener un juicio, y ahí retomaos la historia en el versículo 57. Y estamos viendo el juicio injusto, ilegal de Jesús. ¿Le dije, no es cierto, la última vez que el pueblo judío tenía un sistema maravilloso de jurisprudencia y justicia? Que su Corte Suprema era el Sanedrín, el Concilio Judío que se reunía en Jerusalén constituido de setenta ancianos, sacerdotes y demás. Y el Sumo Sacerdote era el setenta y uno, para que siempre tuvieran un hombre impar en el voto. Y que ese gran grupo de hombres era la Corte Suprema de Israel, y era su decisión tratar con Jesús. Y vimos ¿No es cierto? Que la Corte Suprema de Israel estaba edificada sobre la premisa de que toda persona en un juicio merecía tres cosas: una, es un juicio público; dos, es una oportunidad para defenderse; y tres, no podía ser declarado culpable sin la confirmación de por lo menos dos o tres testigos.

Entonces el Sanedrín garantizaba un juicio público, el derecho a la defensa y dos o tres testigos antes de cualquier condenación. También dijimos que parte de sus leyes establecían que cualquier testigo falso pagaba la misma que buscaba por el que estaba acusando. Que no podían condenar, solo podían juzgar de tal manera que tenía que ser todo confirmado. Habían incorporado como una especie de protección en su sistema, también que ninguna corte podía reunirse de noche o en ningún otro lugar fuera del salón de juicio mismo. Que las cortes no podían reunirse en la tarde, no fuera que la justicia se apresurara para terminar antes de que el día terminara. Que ninguno podía ser ejecutado el mismo día en el que era juzgado, que ningún juicio para ejecución podía llevarse a cabo en un día festivo, o el día antes de un día festivo. Que siempre tenía que haber un día intermedio, que todos los votos tenían que ser contados de manera cuidadosa. Que nadie podía culparse a sí mismo al presentar un testimonio en contra de sí mismo, y dicho testimonio no podía considerarse como tal en contra de él por sí mismo. Todo esto fueron una especie de protecciones incorporadas, violaron cada una de ellas, cada una de ellas.

Ellos para empezar no le dieron a Jesús un juicio público, lo llevaron a cabo en privado. No le dieron defensa alguna, no trajeron testigos que hablaran a favor de él. No pudieron encontrar a dos o más testigos para acusarlo de algo. De hecho, sobornaron a testigos falsos, y de esta manera fueron en contra de su propio sistema de castigar a testigos falsos. No se les permitía condenar, lo hicieron. No hubo un proceso previo, no hubo una acusación, no hubo un veredicto, no hubo crimen. Se reunieron a la mitad de la noche, lo sentenciaron un día, lo ejecutaron el mismo día, y fue un día antes de un día festivo. De hecho, en un día festivo se reunieron afuera del Salón del Juicio y nunca se molestaron por contar los votos. Por dondequiera que lo vea violaron sus propias leyes.

Le dije la última vez que este juicio de Jesús tiene seis partes, tres de ellas fueron ante el tribunal judío, tres de ellas fueron ante los romanos. En el juicio religioso judío primero Jesús fue Anás, después él fue a Caifás y el Sanedrín. Y después por tercera vez a Caifás y el Sanedrín, entonces tres fases. En el juicio civil romano secular fue Pilatos, después Herodes, después de regresó a Pilatos. Esas seis etapas resumen el juicio de burla entero de Jesús, en el cual la justicia fue violada en toda situación.

Ahora la última vez comenzamos a ver esta sección, voy a mencionar brevemente lo que vimos y vamos a continuar con el texto de hoy. Primero vino la confrontación ilegal, injusta. Y partimos de este texto, y fuimos a Juan capítulo 18, porque la primera fase fue ante Anás. Anás fuer el jefe que estaba detrás del sacerdocio, él era el hombre que realmente estaba tras bambalinas a cargo de todo. Aunque él había sido depuesto como Sumo Sacerdote por los romanos, porque él se estaba volviendo demasiado poderoso y Caifás entró en su lugar. Él todavía mantuvo el título de Sumo Sacerdote, el cual usted mantenía de por vida, y él todavía era el poder que estaba tras bambalinas. Él estuvo a cargo de todos los bazares del templo, la compra y venta, y el cambio de dinero.

Entonces Anás supuestamente debía acusarlo, él supuestamente debía inventar un crimen, entonces Jesús fue sacado del huerto y llevado a Anás como nos dice Juan 18, para ser culpado. Pero eso fue ilegal, fue de noche, no hubo crimen ni testigo ni acusación, ni oportunidad para defenderse. No estuvo en el lugar apropiado, y Anás no tuvo autoridad de hacer eso. Anás no pudo enfrentar a Jesús, no pudo tratarlo, no podía enfrentar sus respuestas. Y él lo envió a Caifás y al Sanedrín, y ahí es donde lo retomamos en el versículo 57. Le llevaron al Sumo Sacerdote Caifás adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. El Sanedrín, la Corte Judía Suprema. Esta es la reunión ilegal, injusta. Esta reunión del sanedrín era ilegal, fue de noche, fue en la casa del Sumo Sacerdote lo cual era un lugar ilegal. No hubo crimen, se reunió para condenar en lugar de juzgar. Vinieron debido al soborno de un traidor, y fue el día antes de una fiesta. Era ilegal, un juicio falso.

Y en esa reunión ilegal, injusta llegamos a un tercer punto, la conspiración ilegal injusta. Comenzando en el versículo 59, descubrimos que no pudieron inventar algo de que acusar a Jesús, y entonces buscaron testigos falsos. De hecho, van a pagarle a la gente para que mienta acerca de Jesús. Ni siquiera pueden encontrar personas que hagan eso y tener éxito, finalmente encuentran a dos de ellos. Versículo 61, dijeron que él dijo que él podía destruir el templo de Dios y construirlo en tres días. Y sabemos a partir del Evangelio de Marcos, inclusive esos dos no podían estar de acuerdo en lo que dijeron que Jesús dijo.

Ahora están en un punto en el que han buscado el lugar para tratar de encontrar a alguien que pudiera decir algo que él hizo, que estuvo mal. Y no pudieron encontrar nada porque él nunca hizo nada mal, él era Dios en carne humana, no había crimen, no había culpabilidad. Él era absolutamente impecable, no había nada malo que él había hecho por él, o había salido de su boca.

Entonces es muy difícil encontrar una acusación, entonces sobornan a dos hombres para que mientan y lo mejor que pueden inventar es que una vez él dijo que él puede destruir el templo, y levantarlo de nuevo en tres días. Lo cual ciertamente no es una ofensa por la cual usted puede ser ejecutado, diciendo que usted podía hacer algo. Y claro, lo citan mal, representaron de manera equivocada lo que él dijo y no señalaron que él estaba hablando de su propio cuerpo y su propia resurrección no el Templo de Jerusalén.

Entonces no tienen éxito y Marcos dice que ni siquiera podían ponerse de acuerdo. Ese testimonio básicamente es inútil, y de nuevo vemos la naturaleza ilegal de esto. Sobornan a los testigos falsos, lo han sentenciado primero dice al final del versículo 59, que ya han decidido matarlo, ahora quieren encontrar una razón para hacerlo. Eso es dar la sentencia antes de que usted ha tenido el juicio, ¿Y buscan la muerte por algo que Jesús dijo? Imposible. Bueno, Caifás esta frustrado y realmente ha llegado al punto simplemente de entrar en acción. Y llegamos al cuarto punto, la condenación ilegal e injusta. Observe lo que sucede conforme la frustración ha incrementado. Están apresurados, tienen que terminar esto, condenar a Jesús, terminar antes del amanecer porque la gente va a empezar a salir, porque la gente quiere a este hombre Jesús. Él es muy popular, y tienen miedo de lo que pueda suceder. Tienen que firmar esto, sellarlo, empacarlo, enviarlo por así decirlo antes del amanecer, antes de que la multitud comience a tener una función.

Y entonces se están moviendo lo más rápido que pueden, y quieren limpiarlo todo. Usted sabe, para que puedan participar de la Pascua con manos sin sangre por así decirlo. Entonces el Sumo Sacerdote en el versículo 62 se levantó. Él sale de su lugar, él le dijo “¿No respondes nada? ¿Qué es lo que estos testigos dicen en contra de ti? ¿No vas a decir nada?” La frustración ha llegado a su máximo nivel ¿Usted puede entender eso? Acaban de tener un montón de estos testigos falsos entrando y saliendo, tratando de inventar mentiras acerca de Jesús y ninguno de ellos con éxito. Y Jesús está ahí de pie, con una mirada fija en los ojos de Caifás que debió haber quemado su alma y nunca dice una palabra. Y toda esta furia y frustración y odio está incrementando, incrementando, incrementando, están esperando que Jesús diga algo que puedan atacar para darle rienda suelta a su pasión, pero él dice absolutamente nada.

Finalmente traen a estos dos mentirosos sobornados que no se ponen de acuerdo, que presentan esto inventado de que Jesús supuestamente dijo algo que él no dijo de manera explícita. Y eso no funciona porque ni siquiera están de acuerdo, y Jesús simplemente está de pie y no dice nada, y el aire está literalmente lleno de mentiras, inconsistencias. Y la burla de la justicia domina, y están furiosos porque quieren que Jesús diga algo para que puedan torcer lo que él dice, y que ese sea el nuevo problema. Hasta este punto lo único que pueden oír es el eco de su propia torpeza y enojo, y los está ahogando.

Pero Jesús no dijo nada porque no había nada que decir. Si no iban a apegarse a la ley judía, Él sí. Y la ley judía decía que un hombre no debía culparse a sí mismo. Maimónides, el erudito judío medieval dijo “La ley no permite la pena de muerte como una sentencia para un pecador por su propia confesión.” Esa siempre había sido la ley judía. Jesús no tenía nada que decir, su ley proveía que Él estuviera ahí de pie en silencio, Él tenía que ser acusado por otros. Ya había sido de culpable por otros, entonces Él no dijo nada. Y además de eso no había nada que decir, porque lo único que habían presentado eran afirmaciones que no estaban de acuerdo, inventadas que él supuestamente había hecho. Que ni siquiera eran ciertas, entonces ¿Qué había que decir?

Y entonces él estuvo de pie ahí, y dejó que el eco de sus palabras torpes se oyera ahí en la casa de Caifás hasta que estaban enfureciéndose de manera total, y él dice “¿No vas a responder? ¿No vas a responder nada? ¿Qué están diciendo en contra de ti? ¿Que están diciendo estos testigos en contra de ti?” ¿Y cuál fue la respuesta? Nada, nada. La calma de Cristo en contra de la furia de Caifás es sorprendente ¿No es cierto? Como puede ver nadie realmente ve a Jesús siendo juzgado cuando usted ve la historia, usted los ve a ellos siendo juzgados.

Jesús no está siendo juzgado, es claro quien está siendo juzgado, ellos están siendo juzgados y quedan muy cortos como veremos. Él está ahí en silencio en majestad viendo los ojos de Caifás, y sin duda alguna viendo a los otros hombres que están a su alrededor. No hay necesidad de vengarse, no hay necesidad de defenderse, no hay necesidad de negar nada, Él está ahí determinado, camino a la cruz sabiendo que esta es su hora para morir por los pecados del mudo. No hay nada por qué se pueda defender él, porque no hay acusación que ha sido presentada de manera legítima.

Y entonces él está de pie ahí, en silencio y el versículo 63 dice “Jesús mantuvo su paz.” El texto griego continuó en silencio, lo cual significa que continuaron molestándolo. Caifás debió haber continuado molestándolo para que dijera algo, y Él continuó en silencio. El profeta Isaías dijo que cuando él fue guiado a su juicio fue como un cordero ante sus trasquiladores que no abren la boca, así él no abrió su boca, él no abrió su boca. Y Caifás sabía que no era el silencio de la culpabilidad, fue el silencio de la inocencia, fue el silencio de la dignidad, fue el silencio de la majestad, fue el silencio de la integridad, fue el silencio de la confianza.

Y ese silencio era ensordecedor, paralizador, y solo la reverberación de las palabras de los testigos falsos que rebotaban ahí en ese lugar, y el aire era pesado de culpabilidad, y el silencio condenador de Jesús, la injustica, el odio de los corazones de los hombres, las maldades de sus palabras hacían que el aire fuera eléctrico. Y lo único que podían oír era el eco de sus propias palabras malas, y anhelaban que Jesús perforara ese silencio doloroso con algo por lo cual pudieran condenarlo, para quitarse su culpabilidad. Desesperadamente querían que ese silencio fuera roto por algunas palabras de defensa personal por parte de Jesús, para que pudieran continuar de manera legítima su ataque. Pero fueron reprendidos por su silencio perfecto santo.

Y después Caifás llegó al fin y explotó, y terminó con cualquier otro plan para traer testigos y traer a personas para que testificaran contra Jesús. Y en el versículo 63, y entonces el Sumo Sacerdote le dijo “Te conjuro”— eso significa te llamo a un voto juramento solemne por el Dios viviente. Y él usó un juramento que es el juramento más sagrado que un judío jamás podía invocar. Esto es decir responde esta pregunta con veracidad en base a que tú estás haciendo un juramento ante el Dios viviente, esto es el Dios que está vivo y te oye. El Dios que está vivo y castiga a los mentirosos, el Dios quien es un Dios de verdad te conjuro, te llamo juramento por el Dios viviente en cuya presencia tú estás, que nos digas si eres tú el Cristo, el hijo de Dios.

Y aquí él va a la yugular, esto es lo que ellos quieren que Jesús diga, porque para ellos decir que es el hijo de Dios es decir que es deidad. Y decir que es deidad es blasfemia si usted no es Dios, solo Dios tiene el derecho de hacer eso. Y es blasfemo que un hombre diga ser Dios, y entonces quieren que Jesús con su propia boca blasfeme y después ellos tendrán su razón para ejecutarlo. Porque en Levítico 24:16 dice “Si alguno blasfemara el nombre de Dios morirá.” No hay crimen en absoluto, el único crimen que podían inventar es que él dijera que él era Dios, y eso no fue un crimen porque esa era la verdad.

Entonces que quede establecido por toda la historia, Jesús fue ejecutado no por decir que era Dios fuera de la verdad, sino por ser el Dios que dijo que era. Él irrumpe la escena con el último plan, y coloca a Jesús bajo el juramento pesado, usted lo puede encontrar en Levítico 5:1 y 1° de Reyes 22:16, te conjuro por el Dios viviente, frente al Dios que vive y castiga a los que mienten. Dinos la verdad en primer lugar, ¿Eres tú el Mesías? ¿Eres tú el Mesías, el prometido, el rey prometido? Usted sabe, él decía ser el Mesías. En Lucas 4:21 él leyó la escritura de Isaías en la sinagoga, cerró el rollo en sus manos, lo bajó y dijo “Este día esta escritura es cumplida es vuestros oídos.”

En otras palabras, yo soy el Mesías, yo soy aquel de quien la escritura habla. Y él se encontró la mujer en Samara y ella dijo “Sé que el Mesías viene.” Y él dijo “El que habla contigo es Él.” Él afirmó de manera muy abierta y de manera muy incisiva ser el Mesías ungido y prometido, libertador y salvador de Israel. Eso no fue algo que Él negó, eso fue algo que Él afirmó. El hecho mismo de que Caifás lo preguntó indicaba que ellos sabían que era verdad. Y cuando él entró montando en la ciudad de Jerusalén Mateo 21 registra lo que dijeron, Hosanna el hijo de David, bendito es el que viene en el nombre del Señor. Todos esos fueron títulos mesiánicos, nombres mesiánicos. Si era claro que Él había dicho ser el Mesías, pero Él no había desfilado eso, Él no había expresado eso de manera abierta y dramática, no fuera que Él causara problemas fuera del plan apropiado de Dios.

Entonces que Él dijo ser el Mesías de manera clara, por ejemplo, en Mateo 16:20 Él les dijo a sus discípulos “No le digáis a nadie que yo soy el Cristo o el Mesías.” En otras palabras, Él evitó el peligro, Él evitó las amenazas, Él evitó lo que podría pasar cuando el pueblo se enojara ante dicha afirmación. Y entonces mientras que Él afirmó, Él afirmó de una manera cautelosa. Además, ellos sabían que Él había dicho que Él no era solo el Mesías, aunque había estado en cierta manera en el trasfondo, Él también dijo ser el hijo de Dios. Esa es la razón por la que Caifás le preguntó ¿Eres tú el hijo de Dios? ¿Qué quiso decir con eso? ¿Acaso solo quiso decir otro descendiente de Dios, simplemente otra criatura que Dios hizo?

No, quiso decir deidad, por qué entonces lo llamarían blasfemia si él solo hubiera querido decir un hijo de Dios como cualquier persona es un hijo de Dios, quien ama a Dios. O toda persona que es un hijo de Dios es creado por Dios, por el poder creador de Dios como fuente. Si Él solo se refirió a eso no habrá habido blasfemia al decir que Él lo era. Lo que Él quiso decir era lo que Cristo quiso decir si, cuando Él dijo que era el hijo de Dios Él quiso decir que era igual que el padre. Un padre, hijo de la misma esencia, misma naturaleza. Y cuando Jesús dijo que Él era el hijo de Dios Él estaba diciendo que era uno con Dios, yo y el Padre uno somos. Él lo dice una y otra vez, lee el Evangelio de Juan. Es una afirmación constante, resonante de Jesús siendo el hijo de Dios y como tal deidad en carne humana, igual a Dios en todo sentido.

De hecho, en Juan 19:7 los judíos dijeron “Él tiene que morir porque él se hizo asimismo el hijo de Dios.” Entonces estas son las cosas que Caifás sabe que Jesús afirma que es el Mesías, el ungido, el rey venidero y príncipe y gobernador de Israel. Y como tal, claro una amenaza para su gobierno y su sacerdocio. Y además que Él dice ser el hijo del Dios viviente. Nadie podía afirmar eso, inclusive de una manera cautelosa sin esparcirlo como fuego.

Y él quiere oír de su propia boca esas afirmaciones blasfemas afirmadas, para que él pueda tener razón para ejecutar a Jesús. Y usted sabría que si Jesús fue colocado en un juramento por el Dios viviente respondería, y en el versículo 64 lo hace. Jesús le dijo “Tú los dicho, tú lo has dicho.” Y Marcos añade “Yo soy.” Marcos 14:62, lo dijiste, yo soy. Yo soy el Mesías ungido, yo soy el hijo de Dios, juro por el Dios viviente que lo soy. Y él toma el juramento del Dios viviente y dice que es verdad. Este no es momento ya para ser cauteloso, es momento de morir, es momento de ser abierto, es momento de ser directo con todo esto. Él dice ser Cristo, él dice ser Dios sin titubeos.

Y después para que quede claro un punto, él cita de Daniel 7:13-14 una de las profecías grandes y conocidas, mesiánicas, “Tú lo has dicho.” Y además os digo, y aquí él cita esta profecía de Daniel 7:13-14 del Mesías, “Que desde ahora veréis al hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.” Que afirmación tan sorprendente. Si decía, yo soy Dios y pronto me veras exaltado a la diestra del poder. Literalmente el poder en el texto esa es una paráfrasis para Dios. Me veras exaltado a la diestra de Dios, y algún día viniendo en las nubes del cielo. Y Él habla aquí del hecho de que Él va a ser exaltado para una coronación, y el regresará a la tierra como juez, y rey para establecer su reino eterno. Que afirmación. Yo soy aquel de quien Daniel habló, cuando Daniel bosquejó como el Mesías vendría y sería exaltado, como el Mesías sería levantado a la diestra de Dios. Como el Mesías descendería en nubes de gloria, él habló de mí.

Y desde ahora, observe esto, subráyelo. Veréis, lo veras. En otras palabras, Caifás esta no es la última vez que me vas a ver, me vas a volver a ver, me vas a cuando venga en las nubes de gloria como juez de toda la tierra. Me vas a ver en el juicio del gran trono blanco, cuando llame de las tumbas a todos aquellos que han vivido y me han rechazado, y a mi padre. Y me volveré tu juez eterno, esta no es la última vez. Desde ahora veraz que seré exaltado a la diestra, y vengo en poder y gloria como el rey ungido y juez. Si, yo el ungido. Si, yo soy el hijo del Hombre, el hijo de Dios. Y él se llama asimismo aquí hijo del Hombre, porque esa es la frase que es usada en la profecía de Daniel. Y ese fue su título común para sí mismo, él es hijo de hombre, hijo de Dios, plenamente hombre plenamente Dios.

Y entonces Él se ha condenado asimismo a los ojos de ellos por sus propias palabras, eso es injusto, ilegal. Ellos dicen que Él se ha culpado asimismo con dicha blasfemia, Él tiene la audacia de afirmar el cumplimiento de Daniel 7:13-14 de ser igual a Dios, y elevado a la diestra de Dios. Y, de hecho, eso es exactamente correcto. Hebreos 1 dice que Jesucristo fue la imagen exacta de la persona de Dios, la representación perfecta de Dios. Y cuando él hubo terminado su obra fue exaltado a la diestra de Dios, y ha tomado su lugar a la diestra de Dios. Y algún día dice la escritura “Vendrá en gran gloria en las nubes del cielo.” Mateo 24:30, Mateo 25 él ya lo había dicho.

Y entonces Jesús está diciendo “Mi muerte me llevará a la presencia de Dios para mi coronación. Me quedaré a la diestra de Dios como rey y gobernante, y la diestra era la mano de poder y expresión, y regresaré en gloria.” Y aquellos que ahora están juicio en contra de Cristo algún día serán juzgados por Él, los lugares serán invertidos. Entonces esa condenación injusta e ilegal de Cristo, mediante sus propias palabras, causa versículo 65 la conclusión ilegal e injusta. El Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras diciendo “Ha blasfemado, ¿Qué más necesidad tenemos de testigos?” Él acaba con ese plan entero de testigos, olvídenlo. He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. ¿Fue blasfemia? Fue la afirmación de Jesús de ser Dios blasfemia, o lo era o no lo era. No, no lo era porque lo que él dijo fue verdad ¿No es cierto? Era verdad.

Pero el Sumo Sacerdote no quería conocer la verdad, él no quería examinarla. En Juan 10:37 al 39 Jesús dijo “Si mis palabras no los convencen vean mis obras. Deben probar quien soy.” Dijeron que hizo milagros, sabían que él resucitó a Lázaro de los muertos, no había duda al respecto. Sabían que Lázaro estuvo muerto, había un funeral y supieron que él vivió. No querían conocer la verdad, cerraron sus mentes a ella por temor a ella. Y hay personas así en la actualidad que rechazan a Cristo, no porque lo han examinado y han descubierto que no es así, sino porque tienen miedo de examinarla. Y porque va a voltear su vida de cabeza, y va a exhibirlos por lo que realmente son. Y prefieren irse al infierno ciegos que descubrir la verdad. Increíble.

Y entonces él hace lo que un Sumo Sacerdote tiene el derecho de hacer, según Levítico 21:10 el Sumo sacerdote no podía rasgar sus vestiduras por su propia tristeza. Pero se esperaba que él rasgara sus vestiduras cuando Dios era deshonrado, y entonces él hace una pequeña obra de teatro. Él no está triste, él no está triste porque el nombre de Dios ha sido deshonrado, él está feliz porque Jesús ahora puede ser ejecutado. Él esta gozoso, pero él presenta una pequeña obra de teatro. Esto es actuación, y él entra en alguna especie de teatro antiguo lo cual era típico entre la gente antigua, quienes cuando querían expresar tristeza o aflicción, o emoción intensa rasgaban sus vestiduras. De tal modo inclusive dice que esos jueces que enfrentaban tiempos de blasfemia tienen el derecho de rasgar sus vestiduras, y volverlas después a coserlas.

Y bien pudo haber sido que este grupo tenía ropa que había sido cosida varias veces. Muchas veces, porque habían pasado por este tipo de actuación antes. Pero el Sumo Sacerdote rasga sus vestiduras y declara blasfemia externamente queriendo aparecer como que defendía la santidad de Dios, internamente gozoso por deshacerse de Jesucristo, fuera quien fuera. Y dice ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? Lo acaban de oír, esto es blasfemia, ese es el final del juicio. Se acabó, nadie que testifique a favor de Jesús, no hay evidencia de nada, no hay prueba de que Él de hecho no era el hijo de Dios.

Se acabó, versículo 66 ¿Qué os parece? ¿Tengamos un veredicto? Respondiendo ellos dijeron “Erró de muerte.” Y todos comienzan a gritar, y esto no es según el protocolo judicial en absoluto. ¿Dónde está el escriba que está registrando? ¿Dónde está el que está escribiendo los sí, y escribiendo los no? Y esperando que cada uno emita su voto con una pausa, para que cada uno sepa la seriedad de su decisión. Es tumulto, es una multitud ciega clamando por sangre, no hay justicia en absoluto. No hay voto, este es el gobierno de la multitud. Él es culpable de muerte, Él es un blasfemo.

Y por cierto Marcos 14:64 dice que fue unánime, todos aportaron el voto cuidadoso, normal, fue expulsado. No hubo escribas que llevaran el registro, este es el gobierno de la multitud. Y la ley del Mishná decía que usted tenía que posponer el voto por un día para la muerte tenía que posponer la ejecución. No, lo querían muerto rápido. En una nota final hemos visto la confrontación ilegal e injusta. La reunión conspiración, condenación y la conclusión. Quiero mostrarle una cosa más, y esto le va a decir realmente en donde estaban sus corazones. La conducta ilegal injusta. Observe como responden, esta es la Corte Suprema de Israel.

Escuchen esta es la aristocracia religiosa del judaísmo, versículo 67 “Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos y otros le abofeteaban diciendo ‘Profetízanos Cristo’ ¿Quién es el que te golpeo?” Esta es la aristocracia judía, este es el Sumo Sacerdote y los ancianos, y los principales sacerdotes, y los escribas. Supuestamente estos son los mejores de todos los líderes que se han reunido para constituir la Corte Suprema. Increíble. Para mostrarle cuan absolutamente poseídos estaban por los demonios del infierno, y en Lucas 22:65 dice “Hicieron muchas otras cosas para blasfemarle.” Observe eso, hicieron muchas otras cosas para blasfemarle.

Escuche, el blasfemo aquí no es Jesús, los blasfemos son todo el resto de estas personas. Jesús dijo ser Dios, eso no es blasfemia eso es verdad. Escupir al rostro de Dios eso es blasfemia, esto es blasfemia de un tipo absolutamente inconcebible. Y nos dice también en los otros registros de los Evangelios que colocaron una prenda sobre su cabeza para que Él no pudiera ver, y después lo golpearon y le pidieron que dijera quién te abofeteó. Si tú eres el Mesías dinos quien te abofeteó, es absolutamente aterrador. Para los judíos la señal suprema de menosprecio era escupir. Números 12-14 Deuteronomio 5:29.

De hecho, hasta el día de hoy hay una tumba en el valle de Cedrón, que es conocida como la tumba de Absalón. Y claro, el pueblo judío ha odiado por mucho tiempo la memoria de Absalón, porque Absalón fue el hijo de David quien fue un traidor en contra de su propio padre, y trató de quitarle la vida a su padre. David es amado por el pueblo judío, y de manera apropiada. Y cuando alguien camina por la tumba de Absalón, inclusive hasta el día de hoy si son fieles a la tradición judaica escupen en la tumba de Absalón, es un símbolo de menosprecio, odio. Y escupen en el rostro de Dios, el rostro de Jesucristo el amado. Y otras personas le abofetearon, eso es ekolaphisan significa pegar con tu puño. Literalmente lo golpearon como si él fuera un costal para ser golpeado. Y otros lo abofetearon con las palmas de sus manos y se burlaron de Él, de su supuesta deidad al decir “Dinos con esta prenda sobre tu cabeza quien te golpeó.”

Y después Marcos nos indica que cuando el Sanedrín acabó con su pequeño juego se cansaron de Él, lo entregaron a la policía del templo y siguieron abofeteándolo y haciendo lo mismo. Quiero que sepa que la nación entera estaba en un estado de putrefacción, no era nada más que un cadáver en estado de putrefacción esperando ser comido por el águila romana, y vino muy pronto en el 70 después de Cristo. Y este es un grupo de personas que han abandonado todo sentido de virtud y justicia y santidad. Digo, ¿Entendemos a que cara le están escupiendo? La cara de aquel que les sonrió a multitudes, y les enseñó a amar a sus enemigos. La cara del que siempre sonrió ante la llegada de un niño, la cara de aquel mostró gracia resplandeciendo cuando un pecador se volvió un santo. La cara de uno que reflejó el corazón amoroso de Dios es inconcebible. La blasfemia es devastadora, profundamente molesta.

Pero usted entiende lo que está pasando aquí ¿No es cierto? Que todo esto no es nada más que una actuación. Usted tiene algunos líderes religiosos aquí que pretenden conocer a Dios, pero la realidad del asunto es que cuando uno viene a ellos que ellos le escupen. Están tan lejos de la verdad, y desean proteger su propio poder y prestigio y posición. Y mantener su máscara, la máscara de su supuesta justicia. Prefieren eso en lugar de conocer la verdad, y escupen a aquel que se las trae. Y usted dice es horrendo, es increíble. Y le digo que cualquier persona hasta el día de hoy aquí en esta mañana que rechaza a Jesucristo esta con aquellos que escupieron. Digo, simplemente así es. Jesús dijo “Si no estás conmigo estas en contra de mí.”

Y la ironía de la situación es que aquellos que juzgan de manera errónea a Jesús un día serán juzgados de manera correcta por Él. Los lugares serán invertidos. Aquí encontramos a jueces que no son nada más que criminales, y son y serán condenados de manera justa. Y aquí encontramos a uno que se dice que es el criminal, que realmente es el inocente que se vuelve el juez. Si usted juzga de manera equivocada a Jesucristo, Él no lo va a juzgar a usted de manera equivocada, Él lo va a juzgar a usted de manera correcta. Aquí está el pecado condenador, es el pecado de incredulidad. Es el pecado de la incredulidad, soberbia impenitente, independiente, autosuficiente, es el pecado de estar separado de Cristo y pensar que usted puede estar bien con Dios sin Él. De intentar mantener una relación de Dios por mí mismo, sin pasar por el mediador.

Veo esta escena y me veo abrumado por la Gracia de Cristo, mi juicio merecido es implementado en su juicio inmerecido. Mi sentencia merecida es implementada en su sentencia inmerecida, mi ejecución merecida es cumplida en su ejecución inmerecida. Mi condenación merecida es cumplida en su condenación inmerecida. Coloco mi fe en Jesucristo, y todo esto es por mí. ¿No es eso algo maravilloso? Digo Dios debería escupirme en el rostro, y golpearme y abofetearme, y ejecutarme y condenarme, pero Cristo tomó mi lugar. Una vez yo fui un cautivo, una vez yo fui un cautivo a la voluntad de satanás, pero Cristo se volvió un cautivo para que yo pudiera ser liberado. Una vez yo fui rechazado, un alma perdida sin comunión, pero Cristo se volvió rechazado y solo, dejado por todos los suyos para que yo para siempre me volviera un miembro de la familia de Dios.

Una vez a mí se me negó la compasión, y se me negó la empatía, pero Jesús fue una muerte sin compasión. Y ahora es mi Sumo Sacerdote compasivo, y me entiende y cuida de mí. Una vez yo estaba bajo la maldición de Dios, pero Jesús se volvió maldición por mí. Una vez yo fui un testigo falso, quien negaba la verdad acerca de Cristo. Pero Cristo soportó a testigos falsos para hacerme de él, y ahora nadie jamás puede tener una acusación en contra de mí, aun si es verdad, que permanezca en pie en contra de mi salvación. Ve a Jesús en silencio por mí, ¿Acaso yo no llenaré mi boca de alabanza por él? Esta muerto, pero Jesús murió para que pudiera vivir.

Inclinémonos en oración. Tan vívido en nuestras mentes Señor es este pasaje. Vemos la escena, es inconcebible y Señor solo pido este día que si hay alguno aquí escuchando este mensaje que se ponen de pie y le escupen a Cristo en la cara. Aunque ese no es su pensamiento consciente, pero lo rechazan, lo juzgan mal, que vean la seriedad de ese crimen. Y que aquellos que emiten un juicio equivocado de Cristo, que traen un veredicto equivocado, que le niegan lo que apropiadamente es de Él. Esto es el que gobierne en sus almas eternas algún día estarán delante de Él, y Él será el juez de ellos. Y Él emitirá una decisión correcta en base a su pecado y rechazo.

Oh, Señor, esta escena será repetida, nada más que todo será invertido. Oramos porque todos nosotros aquí estemos listos para enfrentar al Salvador. Para ser recibos con amor, no para ser expulsados cuando él venga como juez. Mientras que sus cabezas están inclinadas en estos momentos de conclusión, esta es una palabra tan fuerte para nosotros. Si usted esta con Cristo, usted es protegido para siempre por su gracia amorosa, ya llevó todo esto para usted. Si usted no ha recibido a Jesucristo, usted esta con los que los rechazan sin importar cuan repulsivo le parezca a usted la conducta de ellos, es la conducta de usted de rechazo. Dice rechazamos a Jesucristo. El grado de hostilidad puede variar, el rechazo es el mismo y así lo será el juicio. Cristo está de pie con brazos abiertos, Él murió por usted, Él murió por los hombres que le escupieron, que le abofetearon y le golpearon. Y Él le da la bienvenida a cualquier pecador que reciba su perdón. 

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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