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Romanos capítulo 1 es nuestro texto y lo invito a que tome su Biblia y nos siga conforme examinamos esta porción esencial de la epístola de Pablo a los Romanos, de los versículos 19 al 23. Romanos 1, 19 al 23. Ya hemos explicado el versículo 18 el cual habla de la ira de Dios siendo revelada y después las razones por la ira de Dios son dadas en los versículos 19 al 23.

“Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.”

Conforme Pablo comienza su mensaje del evangelio de Cristo, él lo comienza al establecer el hecho de que Dios es un Dios de ira. Habiéndose presentado junto con su tema en los primeros diecisiete versículos él comienza a desarrollar el evangelio de Dios. Y él comienza con la afirmación en el versículo 18, “la ira de Dios se revela desde el cielo.” Y por lo tanto el evangelio comienza con una afirmación de apertura de que Dios está excesivamente enojado con los hombres. Y ahí es donde el evangelio tiene que comenzar. Los hombres deben ser confrontados con la realidad de que están ante el juicio inevitable por parte de un Dios santo que debe reaccionar en contra de sus pecados.

Tristemente a lo largo de los años, los cristianos han suavizado el tema del juicio, el infierno ha sido omitido de manera callada de nuestra predicación, la ira con frecuencia ha sido despojada de su personalidad como si Dios no estuviera involucrado, únicamente la manifestación de alguna máquina deísta. Pero Dios está involucrado. Él está involucrado en Su ira tanto como Él lo está en Su gracia o misericordia o amor o cualquier otra extensión y expresión de Su naturaleza.

La Escritura ha pintado un retrato absolutamente terrible y horrendo de la ira de Dios, y es un retrato que los hombres necesitan tener de manera firme en sus mentes. Por ejemplo, en los salmos leemos cosas como estas: “Los justos se gozarán cuando vengan la venganza; bañarán sus pies en la sangre de los impíos.” “Dios despedazará la cabeza de sus enemigos; añade a ellos castigo sobre castigo, que no sean perdonados por ti.” “Devuelve séptuple al vientre de nuestros prójimos, las burlas con las que se han burlado de ti, oh Señor.” “Que no haya nadie que le extienda bondad a aquel, ni compasión alguna a sus hijos sin padre.” “Feliz es aquel que toma a tus pequeños y los golpea contra la roca.” “¿No aborrezco a aquellos que te aborrecen, oh Señor? ¿Y no aborrezco aquellos que se levantan contra ti? Los aborrezco con odio perfecto, los considero mis enemigos.”

Ahora esas afirmaciones sorprendentes que reflejan la ira de Dios lo hacen en términos muy dramáticos. Algunos hombres no han podido aceptar esas afirmaciones. Hace algunos años atrás, 1962, en el Times de Londres hubo un artículo, y el artículo dijo esto: “Al principio de este año catorce grupos de estudio bíblico en la iglesia en Woodford vieron los salmos del Antiguo Testamento, y concluyeron que ochenta y cuatro de los salmos no eran aptos para que los cristianos los cantaran. En otras palabras, estas personas eran tan incapaces de enfrentar la ira de Dios revelada en ochenta y cuatro salmos diferentes, que simplemente los excluyeron de las Escrituras cristianas en su totalidad.

J.C. Wansey, quien en Gran Bretaña compiló una colección de pasajes del Nuevo Testamento que han sido usados para cantos congregacionales bajo el título: Un Salterio del Nuevo Testamento, dijo esto: “Parte de los salmos están llenos de celos entre tribus, amenazas y maldiciones que están sedientas por sangre, quejas y gemidos que son conmovedoras en sí mismas y una pérdida de tiempo para Dios y el hombre. Los Salmos del Nuevo Testamento, no obstante, son cristianos en toda área.” Fin de la cita.

Y entonces, él simplemente lo rechaza a todos, pero si usted va a hacer eso con los Salmos, usted va a tener que dejar eso porque Jeremías entendió la ira de Dios, y en su profecía él dice: “Escúchame, oh Jehová, y escucha mi oración. ¿Es la maldad una recompensa por el bien? Sin embargo, han escarbado un foso para mi vida. Recuerda como estuve delante de ti para hablar bien para ellos. Por lo tanto, entrega a sus hijos al hambre, y entrégalos al poder de la espada, que sus esposas queden sin hijos, y viudas. Que sus hombres encuentren la muerte por la pestilencia, y sus jóvenes sean matados por la espada en la batalla. No perdones su iniquidad, ni borres su pecado de tu vista.” Así dijo Jeremías.

Y Dios respondió al llamado de Jeremías con estas palabras: “He aquí estoy trayendo tal maldad sobre este lugar, que los ojos de toda persona que lo oiga van a hacer ruido. Porque han llenado este lugar con la sangre de inocentes, y han construido los lugares altos de Baal, para ofrecer sus hijos en el fuego, como ofrendas quemadas a Baal. Por lo tanto, he aquí dias vienen, dice Jehová, cuando este lugar ya no será llamado Tophet, o el valle de Ben-Hinom, sino el valle de la matanza. Entregaré sus cuerpos muertos por alimento a las aves del aire, de los cielos, y de las bestias de la tierra, y haré de esta ciudad un horror, algo ante el cual la gente suspire. Toda persona que pase junto a ella quedará en horror y gemirá debido a todos los desastres. Y los haré comer la carne de sus hijos y sus hijas.”

Y después está el profeta Nahúm: “Jehová es un Dios celoso, y vengador. Jehová es vengador y lleno de ira; Jehová se venga de sus adversarios, y mantiene la ira para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y Jehová de ninguna manera va a perdonar al culpable. ¿Quién podría estar de pie frente a su indignación? ¿Quién soportará el calor de su enojo? Su ira es derramada como fuego y las rocas son quebradas por él. ¡Ay de la ciudad sangrienta!”

De manera semejante Isaías: “He aquí el día del Señor viene, cruel, con ira, y enojo feroz para hacer de la tierra un desierto y para destruir a los pecadores de ella. Sus infantes serán destrozados ante sus ojos. Sus casas serán saqueadas y sus esposas violadas.” Palabras terribles. Y usted puede leer en el libro de Deuteronomio de como Moisés habló de cosas semejantes, al entrar a la tierra prometida la gente, el pueblo se le instruyó que tuviera una ceremonia solemne de bendición y maldición en el valle que separaba el Monte Ebal del Monte Gerizim. Doce maldiciones solemnes debían ser leídas por los levitas, y después de cada una de ellas a todo el pueblo se le obligó a decir: “Amén.” Y debían invocar la maldición de Dios sobre aquellos que no obedecieran los mandamientos de Dios. Y después vinieron más de cincuenta versículos en los cuales todos los juicios fueron detallados, en contra de aquellos que violaron los mandamientos de Dios. Cincuenta versículos, y eran versículos aterradores de juicio.

Ahora, nos damos cuenta de que estas son las afirmaciones de la Palabra de Dios, con autoridad. Y describen la verdad absoluta de Dios. El Dios del Antiguo Testamento es un Dios de ira. Ahora, algunas personas suponen que es solo el Dios del Antiguo Testamento quien es un Dios de ira. Pero eso no es verdad en absoluto. Escuche a Juan el Bautista en el Nuevo Testamento. “Generación de víboras, ¿quién los amonestó a que huyeran de la ira venidera? Él limpiará su era, el tamo quemará con fuego que nunca se apagará.” Escuche a Juan el apóstol: “El que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” El libro de los Hechos dice: “Y conforme él disertaba,” refiriéndose a Pablo, “de la justicia y el dominio propio, y el juicio futuro, Félix se espantó.”

Pablo en sus cartas, habla de la ira de Dios, él dice: “Estas atesorando ira sobre ira en el día de la ira cuando el justo juicio de Dios será revelado porque él dará a cada hombre según sus obras, para aquellos que son contenciosos y no obedecen la verdad, sino obedecen la impiedad, habrá ida y furia. Habrá tribulación y aflicción para todo ser humano que hace mal en el día que Dios juzgue los secretos de los hombres por Cristo Jesús.” Él dice, “Nadie os engañe con palabras vacías, porque es debido a estas cosas que la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.”

El libro de Hebreos sigue: “Si pecamos de manera deliberada después de recibir el conocimiento de la verdad, no queda un sacrificio ya para los pecados, sino un prospecto terrible de juicio, y una furia de fuego que consumirá a los adversarios.” Hebreos sigue y dice: Si no escaparon cuando rehusaron a aquel que les advirtió en la tierra, mucho menos escaparemos si rechazamos a Aquel que advierte desde el cielo.” Usted puede brincarse las afirmaciones por ahora, en 1 y 2 Pedro y Judas, y simplemente pasar a Apocalipsis y encontrar ahí otras afirmaciones de ira y de juicio.

Dice que el vino de la ira de Dios será derramado sin mezclarse, en la copa de su enojo.” Que los hombres van a ser atormentados con fuego y azufre, el fuego de su tormento va a subir por los siglos de los siglos, sin descanso día o noche. “De su boca,” dice: “sale una espada filosa con la cual matará a las naciones y las gobernará con vara de hierro, y pisará el lagar del vino de la furia de su ira.” Inclusive el Señor Jesucristo, hablando sin rastro de aspereza, y con una vida y un corazón lleno de compasión y amor y preocupación, y misericordia habló frecuentemente de juicio, frecuentemente de perdición, destrucción, venganza e infierno.

¿Y qué estamos diciendo en el resumen de todo esto? Que Dios es un Dios de ira. Ahora, muchos están negando esto en la actualidad, y básicamente las negaciones vienen en dos formas primordiales. La primera es la negación que viene a manera del sueño del alma. La gente que enseña que cuando muere simplemente queda dormido, si usted va a ser condenado y usted nunca sufre nada. Y usted están los universalistas, que ahora están diciendo que, en últimas Dios, va a simplemente a salvar a todo mundo.

Pero la Escritura no enseña ninguna de esas cosas, enseña que los hombres deben ser amonestados de la ira venidera. Y eso asume que es real. Permítame advertirle en cuatro áreas. Cuidado con la apelación natural poderosa del universalismo, y el sueño del alma. Evaden el sufrimiento eterno el cual es un problema que enfrentar por nosotros, pero lo hacen al pervertir la Escritura. Entonces, cuidado con eso porque usted puede ser engañado fácilmente al creer que debido a que usted quiere lo mejor para todo mundo, y la gente lo va a acorralar y va a decir: ¿Cómo es que puede un Dios bueno permitir que la gente vaya al infierno?

En segundo lugar, cuidado de la influencia tan fuerte del liberalismo, el cual siempre ve a Jesús como alguien demasiado amoroso como para condenar a alguien. En tercer lugar, cuidado del hecho de que dichas enseñanzas son de sectas. La forma de cristianismo del adventismo, o del séptimo día es una secta. Hay mucho que está cambiando ahí, y para bien en la actualidad, pero la línea tradicional antigua es una secta, y también lo son los Testigos de Jehová, y los Cristadelfianos, todos los cuales quieren enseñar estas doctrinas que evaden el castigo.

Y permítame añadir una cuarta cosa. Cuidado de la pérdida de celo, para ganar almas. Porque si usted está determinado a creer que nadie jamás va a terminar en el infierno, en últimas entonces usted ahí tiene la base para no molestar nunca a nadie, para decirle la verdad jamás, ¿por qué molestarse? “Las posturas superficiales del pecado y la santidad de Dios,” dijo R. A. Torrey, “y la gloria de Jesucristo y sus demandas de nosotros, se encuentran en el meollo de las teorías débiles de la condenación de los impenitentes.

Cuando vemos el pecado en toda su naturaleza horrenda, y magnitud, la santidad de Dios en toda su perfección y la gloria de Jesucristo en toda su infinidad, nada más que una doctrina de que aquellos que persisten en escoger el pecado, que aman las tinieblas más que la luz, y que persisten en el rechazo del Hijo de Dios, soportarán la angustia eterna que satisfacerá las demandas de nuestras intuiciones morales. Entre más cerca caminan los hombres con Dios, y entre más devotos se vuelven a Su servicio, es más probable que crean esta doctrina.

Ahora, eso nos lleva a la pregunta de los versículos 19 al 23, si Dios va a juzgar, y si Dios va a derramar Su venganza, ¿es justo? ¿es correcto? ¿es apropiado? La respuesta está en estos versículos. Cuatro razones para la ira de Dios, y también son cuatro fases en el declive y caída del hombre. Estas cuatro fases se vuelven las cuatro razones por las que Dios es justo en condenar a los hombres al infierno. Son: revelación, rechazo, racionalización, y religión. Revelación, rechazo, racionalización y religión.

En primer lugar, revelación. Hablamos de eso en nuestro último estudio. Los versículos 19 y 20 son la clave de eso, son la razón por la que Dios derramará Su ira, como el versículo 18 lo dice, es: “Porque lo que Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó, porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tiene excusa.”

En otras palabras, la creación le ha dado al hombre suficiente luz para que él perciba la revelación de Dios. Y la implicación obvia es que el hombre rechazó la verdad y se fue hacia abajo. Si él hubiera aceptado la verdad de Dios, visible en la creación, él se habría movido hacia arriba. En otras palabras, si él hubiera vivido al nivel de la luz que Dios le dio, Dios le hubiera dado más luz. Eso sucede muchas veces en el Nuevo Testamento, Lidia, Cornelio, el eunuco de Candace, la reina de los etíopes, todos ellos viviendo al nivel de la luz existente que Dios les dio, se les dio la oportunidad de recibir más luz, y cuando así fue creyeron momentáneamente.

El mensaje viene aun corazón abierto, a uno que vive al nivel de la luz que tiene, y entonces el texto nos está diciendo que Dios se ha revelado a sí mismo al hombre en su mundo. El hombre puede ver su poder sustentador, y su deidad, de tal manera que, si vive al nivel de ese reconocimiento y revelación, Dios le dará más luz. Si él ve la omnipotencia que nunca fracasa, y los atributos divinos de Dios como se manifiestan en la creación Dios le dará más luz. De hecho, él tiene tanta información en la creación al final del versículo 20, dice que él está sin excusa.

Ahora, esa es la clave. ¿Es justa la ira de Dios? Sí. ¿Es equitativa? Sí. ¿Es apropiada? Sí. Porque el hombre no tiene excusa, el hombre no tiene excusa, si un hombre se va al infierno se va ahí porque él de manera abierta y personal ha escogido rechazar la revelación de Dios. Dice usted: Pero ¿qué tal si nunca oyó el evangelio? Si él hubiera vivido al nivel de la luz que él tuvo Dios le revelaría el mensaje entero de redención a él. Ese es el punto. Eso nos lleva a la segunda de las cuatro razones por la que Dios es justo. Y esa es: rechazo, rechazo.  Versículo 21, porque de nuevo: “Pues habiendo conocido a Dios,” y la implicación ahí es que todos los hombres de manera innata han conocido a Dios. ¿Se acuerda de Juan 1:9? Cristo es la luz que alumbra a todo hombre que viene al mundo.

En otras palabras, todo ser humano tiene la luz de Cristo dentro de él, y la revelación de la creación alrededor de él para llevarlo a Dios. Y si él no va a ahí, él no tiene excusa. “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” La revelación simplemente dice que Dios se ha revelado a sí mismo a los hombres. El rechazo dice: los hombres se han alejado de esa revelación. Cuándo el hombre encuentra a Dios en la creación él rechaza a Dios. Lucifer lo hizo, Adán lo hizo. Adán inclusive caminó y habló con Dios y lo rechazó.

El Dr. Barnhouse tiene este párrafo muy, muy potente. ¿Acaso Dios le va a dar al hombre un cerebro para ver estas cosas y el hombre entonces no va a ejercer su voluntad hacia ese Dios? La respuesta triste es que estas dos cosas son verdad. Dios le dará a un hombre el cerebro para poder fundir el hierro y para que haga un martillo y clavos. Dios va a hacer que crezca un árbol y le va a dar al hombre la fortaleza para que lo derribe, y el cerebro para poder hacer un mango para el martillo a partir de su madera. Y cuándo el hombre tiene el martillo y los clavos, Dios va a colocar su mano y va a dejar que los hombres le metan esos clavos en su mano, y lo coloquen en una cruz, en la demostración suprema de que los hombres están sin excusa.”

Y lo que él está diciendo es que las cosas mismas que Dios le dio al hombre para llevarlos a Él, fueron las cosas mismas que Él usó para crucificar a Cristo. Los hombres no actúan conforme a la verdad, pelean impíamente en contra de la verdad y se oponen a ella. Entonces, conocieron a Dios, dice él, versículo 21, conocieron a Dios, sin embargo, no conocen a Dios porque le han dado la espalda. Y el pecado del rechazo se cristaliza en el versículo 21, regrese ahí por un momento: “Habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios.” Ese es el crimen de todos los crímenes, el peor acto jamás cometido en todo el universo es no darle gloria a Dios. Sobre cualquier otra cosa Dios debe ser glorificado.

Y quiero detenerme en este punto, y quiero compartir con usted algunos principios que creo que son tan esenciales. Y usted me ha oído compartir estos, algunos de ustedes antes, pero deben ser compartidos en el contexto de Romanos 1. Presenta esta condenación tremenda del rechazo del hombre cuando dice que no le glorificaron como a Dios. Ahora, ese es el corazón y el alma de la naturaleza caída del hombre. Él se rehúsa a glorificar a Dios.

Ahora, ¿qué significa glorificar a Dios? Significa exaltarlo, honrarlo, o tratarlo como majestuoso. Significa reconocer Sus atributos, porque los atributos de Dios son Su gloria. La gloria de Dios es la consumación de todo Su ser, la gloria de Dios es la consumación de todos Sus atributos, la gloria de Dios es aquello que Dios ha revelado. Y cuando el hombre no quiere reconocer eso, y el hombre no le da la gloria a quien es debido entonces esa es la afrenta definitiva hacia Dios. Dios debe ser glorificado. Esa es la razón por la que el hombre ha sido creado, para glorificar a Dios.

El catecismo antiguo dijo, ¿cuál es el fin definitivo del hombre? Y la respuesta fue: “El fin definitivo del hombre es glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre.” Y eso es exactamente correcto, Dios debe ser glorificado. Y gloria simplemente son Sus atributos. Por ejemplo, en Romanos 6:4 dice que “Cristo fue resucitado de los muertos por la gloria del Padre.” ¿Qué parte de Su gloria? La parte de poder de Su gloria.

En Éxodo 33 Moisés dice: “Muéstrame tú gloria” y él dice: “Voy a hacer pasar mi bondad y misericordia delante de ti.” Entonces Su gloria es Su poder, y Su gloria es Su misericordia, y Su es Su bondad y Su gracia. En Juan 1 habla de que Cristo está lleno de la gloria de Dios, lleno de gracia y de verdad, la veracidad es parte de Su gloria. Todos los atributos de Dios constituyen Su gloria, y el hombre debe reconocer eso, y eso es precisamente lo que no quieren hacer, “por cuanto todos pecaron y están destituidos” ¿de qué? “de la gloria de Dios.” No quieren ver Su gloria, no quieren manifestar Su gloria en sus propias vidas, ni siquiera quieren reconocer atribuirle a Él la gloria que es debida a Su nombre.

Lea en algún momento 1 Crónicas 16, de manera repetida en el versículo 24 en adelante nos dice, “Dad a Dios gloria.” “Dad a Dios gloria” “Dad a Dios gloria.” Y básicamente, el mundo creado hace eso. “Los cielos cuentan la gloria de Dios,” ¿no es cierto? Ellos no discuten, nunca ha habido una revuelta de las estrellas, simplemente lo hacen. Isaías dijo para Dios: “la bestia del campo me honrará.” Los animales simplemente hacen lo que Dios creó que hicieran, manifiestan Su obra poderosa. Las flores florecen, y las mariposas vuelan y toda la creación cumple con el propósito para cual Dios la creó. Y no discute, simplemente le da gloria a Dios. Pero en medio de todo eso, el hombre se revela y se rehúsa a glorificar a Dios, se rehúsa a reconocer a Dios.

Y francamente, si usted puede estar en medio de este universo creado, y ver a su alrededor en nuestro día y nuestro tiempo, y decir que usted no cree en Dios, y usted no quiere afirmar la gloria y majestad y honor y poder de Dios, usted es el necio más grande que jamás ha vivido. La evidencia es tan abundante, todo el compromiso del hombre con la vida puede resumirse en una afirmación: “Todo lo que hagáis, hacedlo para la gloria de Dios.” Esa es la razón para la que vivimos.

Ahora, Dios siempre ha deseado que el hombre vea Su gloria. Y quiero llevarlo en un viaje rápido a lo largo de este tema. Entonces, regrese a Génesis capítulo 3, Génesis capítulo 3. Ahora, Dios creó a Adán y Eva y los colocó en este huerto maravilloso, y Dios ha colocado Su presencia ahí, como también y dice Su presencia estaba en el huerto. La palabra antigua para presencia es shekinah, no es una palabra bíblica, pero es una palabra que era usada para presencia. Y llamamos la presencia de Dios ahí, presencia shekinah.

Dios, de hecho, se manifestó a sí mismo en algún tipo de luz, alguna forma de luz. Y Adán y Eva inclusive caminaron y hablaron con Dios en el aire fresco del día, y reconocieron la gloria de Dios, vieron la gloria de Dios, tuvieron comunión con Dios, alabaron a Dios, aceptaron Su gloria, y después pecaron en el capítulo 3, versículo 8. Oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba por el huerto en el aire del día, aquí estaba la shekinah, la presencia de nuevo. Y oyeron a Dios hablar conforme Él se movía por el huerto. Y Adán y su mujer, y aquí tiene usted un cambio monumental, se escondieron de la presencia de Jehová Dios. ¿Por qué? Ya no estaban interesados en tener comunión con Su gloria. Eso era algo del pasado.

Después vaya usted al final del capítulo, versículo 23, “Por lo tanto Jehová Dios, lo expulsó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. Entonces, sacó al hombre y él colocó en el este del huerto del Edén querubines, y una espada flameante que se giraba en toda dirección para proteger el camino al árbol de la vida. Adán se reveló y fue expulsado. Adán vio la gloria de Dios y le dio la espalda, él es una ilustración clásica de Romanos capítulo 1. “Habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios.”

Dios dijo: “Obedéceme y no comas del árbol del conocimiento de la vida y del mal, del bien y del mal. Eso es lo que pido de ti, glorifícame por tu obediencia a mi ley.” Adán desafió a Dios, guiado por su esposa y la tentación de Satanás: “seréis igual a Dios, consigue algo de gloria para ti mismo. Sé cómo Dios.” Buscaron su propia gloria y fueron expulsados. En otras palabras, tal como Romanos 1 dice, “Habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios.” ¿Diría usted que Adán tiene una excusa si él fuera condenado? En absoluto, él fue expulsado del huerto porque él tomó su decisión. Él pudo haber obedecido, él tenía el conocimiento, él sabía lo que era percibir y conocer a Dios, pero él le dio su espalda. Y Dios colocó una espada y dijo: “Se acabó.”

Ahora, Dios pudo en ese punto simplemente haber terminado con la raza humana y haber comenzado desde cero, pero Dios deseó buscar a la humanidad y dejar que el hombre viera Su gloria. Dios quería buscar al hombre pecaminoso caído y traerlo de regreso, entonces a lo largo de la Escritura Dios se esfuerza por revelar Su gloria. De hecho, Él llega al punto que en el capítulo 12 de Génesis dónde él forma una nación especial, y esa nación está diseñada para ser un vehículo mediante el cual él pueda revelar Su gloria. Y Dios les da un gran líder llamado Moisés.

Vaya al capítulo 33 de Éxodo, y Dios le había dicho a Moisés, quiero que guíes a mi pueblo, quiero que me representes delante de ellos, y Dios vino a Moisés para apartarlo para la obra. Versículo 11 de Éxodo 33 dice: “Y Jehová le habló a Moisés cara a cara, como un hombre habla con su amigo. Dios vino y tuvo comunión con Moisés.” Versículo 12, “Moisés dice: “Señor, tú me dices guía a este pueblo y no me has dicho a quién vas a enviar conmigo, este es un trabajo grande Señor, tienes que estar bromeando. Un par de millones de personas, ¿quieres que los lleve por todos lados? ¿quién me va a ayudar? Sin embargo, has dicho: “Te conozco por nombre, y también has hallado gracia a mis ojos.” En otras palabras, sé que tú vas a mostrarme gracia, y sé que me conoces y sé que estás aquí conmigo. Pero no sé si lo puedo hacer solo.”

Entonces él dice en el versículo 13, “Si realmente he hallado gracia en tus ojos,” este es Moisés hablándole a Dios, muéstrame ahora tú camino para que pueda conocerte, y pueda hallar gracia a tus ojos. En otras palabras, haz algo tangible, físico, muéstrame algo, demuéstrate a Ti mismo.” Versículo 14, Dios dice: “Muy bien, mi presencia irá contigo.” ¿Qué es eso? Oh esa es la misma presencia que vimos en Génesis 3, aquí está de regreso, es la gloria de Dios, la shekinah de Dios. Y Dios está diciendo: “Ahora te voy a mostrar mi gloria, y Dios deseó que el pueblo viera Su gloria y respondiera de manera apropiada. Te voy a mostrar mi gloria, mi presencia irá contigo.”

Bueno, Moisés todavía estaba siendo escéptico, entonces en el versículo 18 él dijo: “Te ruego, muéstrame tu gloria. No puedo aceptarlo por fe, Señor, revélate a ti mismo. Y él dijo: Hare toda mi bondad pasar delante de ti, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti. Tendré misericordia del que tenga misericordia, mostraré gracia al que tenga gracia.” En otras palabras, Dios le dice: “Te mostraré mi nombre, esa es la suma de todos mis atributos, te mostraré mi bondad, te mostraré mi gracia, te mostraré mi misericordia, revelaré mi gloria, pero él dijo: No puedes verla tú,” versículo 20, “y vivir, porque si vieras todo morirías.”

Entonces, el Señor dijo: “Ahí hay un lugar por ahí dónde estoy, cerca de una roca, métete a esa roca ahí en la grieta de una roca.” versículo 22, “Y te voy a cubrir con mi mano,” y ese es un antropomorfismo, Dios vela su vista y voy a pasar y únicamente voy a quitar mi mano, y dejarte ver mi parte de atrás, mi rostro no lo verás, de lo contrario te quemaría.” Entonces Dios dice: “No te puedo mostrar todo, pero te voy a mostrar un poco de mi resplandor posterior.”

Y entonces, Él mete a Moisés en la roca, y Moisés está en el monte, y Dios pasa, y cuando Moisés vio la gloria, se reflejó en su rostro. Y, Dios lo envió de regreso, bajo del monte y después de esta visión increíble que Moisés había visto, su rostro literalmente fue transfigurado, la gloria de Dios se reflejaba en el rostro. En el versículo 5 dice: “El Señor descendió en la nube, y estuvo ahí con él, y proclamó el nombre de Jehová. Y Jehová pasó frente a él, y proclamó a Jehová, Jehová fuerte misericordioso y piadoso, tardo para la ira y grande y misericordia y verdad, que guardo misericordia a millares, perdonando la iniquidad, la rebelión y el pecado.” Como puede ver él simplemente recita todos sus atributos, y de alguna manera fueron reveladas en una luz refulgente.

Ahora, no entiendo eso, simplemente sé que eso es lo que dice. Y él dice: “Ahora, permíteme ir y mostrarle al pueblo, entonces él baja del monte. Y observe en el capítulo 34, versículo 29: “Y sucedió cuando Moisés descendió del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en sus manos. Cuando él descendió del monte Moisés no sabía que la piel de su rostro brillaba, mientras que Él habló con él.” Él desciende, y él está hablándole al pueblo y su rostro está encendido como un foco, él tiene la gloria de Dios por todos lados. Y él vino para revelar la gloria de Dios, él vino para mostrarle al pueblo la gloria de Dios. ¿La aceptaron? No. No. Nunca glorificaron a Dios. Se quejaron. Murmuraron por todos lados hasta que la generación entera murió en el desierto. Dios estaba diciendo: “Ve mi gloria.” Inclusive la colocó en el rostro de Moisés.

Y por cierto Pablo dice en Corintios, que la gloria se desvanecería en el rostro de Moisés, entonces él tenía que regresar al monte, meter su rostro en la roca de nuevo, obtener más gloria y descender. Finalmente él veló su rostro para que el pueblo no viera que se desvanecía. No era su gloria, era la gloria de Dios. Era permanente para Dios, pero temporal para él. Y Dios estaba diciéndole a Su pueblo: “Vean mi gloria, vean mi gloria.” Pero en lugar de eso se quejaron y murmuraron, y murieron en el desierto.

Me imagino que Dios pudo haberlos destruido en ese entonces, pero no lo hizo, Él les dio planes para construir un tabernáculo. Vea el capítulo 40, cuando terminaron el tabernáculo. Iban a estar dando vueltas por cuarenta años, y mientras que estaban dando vueltas Dios quería que vieran su gloria. Y entonces, cuando el tabernáculo fue terminado, versículo 34 dice: “Una nube cubrió la tienda de la congregación, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo.”

Ahora, todas las tribus estaban ordenadas alrededor del tabernáculo. Todas tenían sus lugares de acampar, las doce tribus en su totalidad, alrededor del tabernáculo y todas veían hacia el tabernáculo. Era un lugar de adoración, y cuando se movían durante esos cuarenta años, el tabernáculo era recogido y movido, y la gloria iba con él. Y la gloria de Dios descendió y habitó entre las alas de los querubines, sobre el arca del pacto del lugar santísimo, y el campamento entero se concentraba en esa gloria.

Y, por cierto, a lo largo de esas vueltas en el desierto, la gloria de Dios los vio cuando debían moverse durante el día, por una nube, y los guiaba cuando debían moverse de noche, con una columna de ¿qué? fuego. Esa era la gloria de Dios. Dios se estaba colocando a sí mismo en medio del campamento. Ahí en medio de su vida, en medio de su actividad diciendo: “Van a ver mi gloria, van a verme por quien soy, van a honrarme por quien soy yo.” Y a pesar de toda esa gloria que descendió, dice en el versículo 35, literalmente, que llenó el tabernáculo y los guio día y noche. Y a pesar de eso, cuando fue el momento de conquistar la tierra, no tuvieron fe alguna. Y únicamente dos de ellos creyeron que podían hacerlo. Inclusive Moisés mismo, debido a su pecado nunca entró a la tierra prometida.

Y Dios estaba diciendo: “Van a ver mi gloria y los hombres se rehusaron a hacerlo.” Finalmente entraron a la tierra, y Dios dijo: “Quiero revelar mi gloria una vez más.” Él dijo: “Quiero que construyan un templo, y mi gloria va a morar en él.” Observe 1 Reyes capítulo 8. Terminaron el templo, trajeron el arca el pacto al templo, y después de que se había acabado, las tablas de piedra fueron colocadas ahí, 1 Reyes 8:10 dice: “Y sucedió cuando los sacerdotes salieron del lugar santísimo que la nube llenó la casa de Jehová, los sacerdotes no podían ministrar debido a la nube, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Y aquí estaba de nuevo en el templo, permanente, ahí en medio de ellos. Este templo increíble, magnífico de Salomón. Y ahí en medio estaba la gloria de Dios. Y Él estaba diciendo: “¿Verán mi gloria? Y después como tú Moisés, ¿van a reflejar mi gloria al mundo?” Porque Israel debía ser su canal.

Y él les estaba preguntando ahí. ¿Respondieron? ¿Se volvieron el canal para alcanzar al mundo? ¿Acaso el templo permaneció como un lugar en dónde la gloria de Dios habitó? No. No, se rehusaron a ver la gloria. Le dieron la espalda a la gloria, así como los hombres siempre lo han hecho. Observe Ezequiel capítulo 8, este es un pasaje increíble. Y esto es tan típico de como profanaron el templo. Versículo 4, “Y he aquí, ahí estaba la gloria del Dios de Israel.” Él vio una visión del lugar de adoración, la casa de Dios. Y él vio la gloria ahí, ahí pertenecía. “Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé mis ojos hacia el norte y he aquí al norte, junto a la puerta del altar aquella imagen de celo en la entrada.” Ooh. Hay un ídolo en la entrada del templo.

“Hijo de hombre, ¿no ves lo que estos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario? Pero vuélvete aun y verás abominaciones mayores. Y me llevó a la entrada del atrio y miré y he aquí en la pared un agujero.” En otras palabras, está descuidado, ni siquiera lo están cuidando. Y miró por el agujero. “Me dijo luego: entra y ve las malvadas abominaciones que estos hacen allí.” “Entré pues, y miré, y he aquí todas formas de reptiles y bestias abominables. Y todos los ídolos de la casa de Israel que estaban pintados en la pared por todo alrededor.”

Ahora, permítame hacerle una pregunta, ¿fueron responsables y no tenían excusa? Por supuesto que sí. No más que ninguna otra persona. Se involucraron con las serpientes, y se involucraron con las bestias abominables y se involucraron en los ídolos porque le dieron la espalda a la gloria del Señor. No querían ver a Dios por quien era él. Y después usted tiene en el versículo 11: “Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano. Y subió una nube espesa de incienso.” Y aquí usted tiene un grupo de personas ejerciendo la función de un sacerdote, y esa era una profanación y una blasfemia digna de muerte.

Y después, en el versículo 13, “Me dijo pues: Vuélvete aun, veras abominaciones mayores que hacen éstos. Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz. Luego me dijo: ¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que estas. Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar,” (el lugar más sagrado) “como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol.”

“¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí?” “Pues,” versículo 18, “también yo procederé con furor.” Cómo puede ver, Dios ha revelado pacientemente Su gloria en el huerto, y el hombre le ha dado la espalda. Él revela Su gloria en el rostro de Moisés, y le dan la espalda. Él revela Su gloria en el tabernáculo, y hacen lo mismo. Su gloria en el templo, y contaminan el templo mismo en el cual Su gloria mora. Así es con el hombre.

En el capítulo 10, usted tiene el acontecimiento más triste en la historia de Israel, Icabod. Significa, la gloria ha partido. Y usted puede leer el capítulo 10, y ver la gloria de Dios dejando el templo. Se va, versículo 4: “La gloria de Jehová se elevó de los querubines, y se colocó por encima de la puerta de la casa. Y la casa estaba llena de la nube, y el patio estaba lleno del brillo de la gloria de Jehová.” Ese es el primer lugar, simplemente sale del lugar santísimo, y se mueve al patio. Y si usted lo sigue, después se mueve a la parte de arriba, y después se mueve y pasa a estar sobre un monte, y después se va. Los hombres siempre han rechazado la gloria de Dios.

Dice usted, ¿acaso Dios la volvió a enviar? Sí, una vez más. El evangelio Juan, capítulo 1, versículo 14, “Y aquel verbo fue hecho carne.” ¿Quién es ese? Cristo. Y el Verbo fue hecho carne. Escuche con atención ahora, “Y habitó entre nosotros, y vimos su,” ¿qué? “gloria.” “Gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” ¿Cuándo es que Dios reveló su gloria? En Cristo, y en una ocasión Jesús ascendió al monte de la transfiguración y Él hizo a un lado su túnica, la Biblia dice, y mostró su gloria en luz refulgente.

Él era la gloria de Dios, la misma gloria que caminó y habló en el huerto, la misma gloria que brilló en el rostro de Moisés, la misma gloria que moró en el tabernáculo, la misma gloria que partió del templo, esa misma realidad del Dios viviente vino en un tabernáculo humano, un templo humano, una cara humana, y caminó y habló en este mundo. La gloria de nuevo, diciendo al hombre: “Van a verme por quien soy yo.” Y Él demostró amor, y Él demostró misericordia, y bondad y fortaleza, y poder y sabiduría y verdad y todo atributo de Dios. ¿Y qué le hicieron? ¿Qué le hicieron? Lo mataron. Pero así es con el hombre, ¿lo ve?

Entonces, cuando usted quiere venir y decir, bueno, ¿acaso Dios es justo al condenar a los hombres? Hágase usted esta pregunta, ¿Acaso el hombre de manera repetida a lo largo de su historia ha conocido a Dios, visto su gloria y le ha dado la espalda? Inclusive Israel, con la revelación completa hizo eso, ¿por qué esperaríamos algo diferente de eso por parte de un pagano? Y cuando hablamos de condenación, amados, cuando hablamos del juicio de Dios. Dios juzga a los hombres porque rechazan Su gloria revelada. La ilustración clásica que es Faraón, ¿cuántas veces Dios desplegó Su gloria y cuántas veces la negó Faraón?

Acompáñeme por tan solo un momento a Jeremías capítulo 13. Jeremías capítulo 13, y aquí está ese pasaje que leí antes. Uno de ellos acerca de juicio. En el versículo 13, “Ha sí ha dicho Jehová, he aquí,” capítulo 13, versículo 13, “Así ha dicho Jehová: He aquí, llenaré a todos los habitantes de esta tierra, inclusive los reyes que se sientan sobre el trono de David, y a los sacerdotes y los profetas y todos los habitantes de Jerusalén de embriaguez. Y despedazaré a uno tras otro, inclusive a los padres y a los hijos juntos, ha dicho Jehová. No tendré compasión, ni tendré misericordia, ni perdonaré sino los destruiré.”

¿Por qué? ¿Pero cómo es que puedes hacer eso? “Oíd, y dad oído,” versículo 15, “no seáis arrogantes, porque Jehová ha hablado, da gloria a Jehová nuestro Dios.” Cómo puede ver, eso es lo que se rehusaron a hacer. “Antes de que él cause oscuridad, y antes de que vuestros pies tropiecen sobre los montes oscuros, y mientras que ustedes busquen luz, Él la convierta en la sombra de muerte, y la haga oscuridad densa.” En otras palabras, denle gloria a Dios, de otra manera van a sufrir, ese es el mensaje entero. Usted le da gloria a Dios o va a sufrir. Y los hombres saben cómo darle gloria a Dios, porque Dios se lo reveló.

Dice usted, ¿acaso Dios encuentra algo de gozo en el castigo? No. Versículo 17, “Sino oye, mi alma llorará en lugares secretos por su soberbia.” ¿Qué es aquello que se rehúsa a darle gloria a Dios? Es el pecado de ¿qué? de soberbia. “Y mi ojo llorará amargamente, y lágrimas caerán.” No, Dios no está feliz al estar involucrado en la ira, Él está involucrado tristemente en la ira.

Observe Hechos capítulo 12. Veamos un pasaje de comparación en el Nuevo Testamento. Hechos capítulo 12, versículo 20, este es Herodes, y él decide que va a promulgar el día de Herodes, simplemente va a elevarse un poco a los ojos de todo mundo y hay algunas tensiones que se están llevando a cabo en los países que lo rodean, entonces él decide simplemente afirmar su fuerza, él la va a declarar, él lo va a declarar el día de Herodes, y va a tener un gran desfile glorificándose a sí mismo. Entonces, el versículo 21 dice: “En un día determinado, Herodes, arreglado con atuendo real, se sentó en su trono y dio un discurso.” Él hace esta escena enorme.

“Y la gente gritó, diciendo: “Es la voz de un dios, y no un hombre. No es él maravilloso. Él es un dios.” Y a él le encantó. Oh, le encantó. “E inmediatamente un ángel del Señor lo mató porque no le dio la gloria a Dios y fue comido por gusanos y murió.” No exactamente el fin planeado para el día de Herodes. ¿Por qué es que el Señor lo mató? Porque no dio, ¿qué? A Dios la gloria. Dice usted: ¿sabía que tenía que hacer eso? Claro que sabía que tenía que hacer eso, todos los hombres saben que deben hacer eso, todos los hombres saben que deben hacer eso. Esa es la razón por la que él no tiene excusa.

Dice usted: ¿Qué hay acerca del futuro? ¿Acaso la gloria de Dios vendrá otra vez? Oh sí. Vea Mateo 24, Mateo 24. Mateo 24, versículo 29: “Inmediatamente, después de la tribulación de esos días, el sol será oscurecido, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.” Una palabra viene a mi mente cuando veo ese versículo, ¿en qué palabra piensa usted? Comienza con una O, oscuridad. ¿Escucho eso? El sol está oscuro, la luna no da su luz, y si el cielo está oscuro y la luna no da su luz, y las estrellas caen del cielo, los cielos se colapsan, oscuridad total.

“Y entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo. Y entonces, todas las tribus de la tierra,” ¿qué? “llorarán, y verán al Hijo del hombre descendiendo en las nubes del cielo con poder, y…” esta es la primera vez que jamás ha sido afirmada de esta manera, “gran gloria.”  ¿Lo ve? todas las luces se apagan y después viene la revelación shekinah, refulgente de la gloria de Dios. Y después Su gloria llenará la tierra en la maravilla de Su reino. La historia entera de la Escritura, es la historia de Dios revelando Su gloria.

Dice usted, ¿qué hay acerca del tiempo actual? Dios está revelando Su gloria en el mundo en la actualidad, ¿sabe usted eso? ¿Quiere saber cómo? Colosenses dice: “Cristo en vosotros la esperanza,” ¿de qué? “de gloria.” “A Él sea la gloria,” Efesios, “en la iglesia.” Yo creo que somos el reflejo de la gloria de Dios en el mundo en la actualidad. Y tampoco nos escuchan. Cómo puede ver, el hombre siempre rechaza la gloria de Dios.

Ahora, regresemos a Romanos 1. Ahora usted tiene un contexto para este versículo. “Pues habiendo conocido a Dios,” y todos los hombres lo conocieron, simplemente debido a Su revelación en la creación. Y debido a que Cristo es la luz que alumbra a todo hombre que viene al mundo, esa es la promesa de la Escritura. “Pero habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, debido a su propia soberbia.” Y observe lo que sucede, “ni le dieron gracias.”

En otras palabras, no reconocen que todo lo que poseen Dios se los dio. El fracaso del hombre no es que él no reconoce a Dios, sino que él se rehúsa a glorificar a Dios. Y si él no acepta a Dios como la fuente, él no va a agradecerle a Dios. Y no agradecerle a Dios es blasfemo, porque Dios ha provisto todo lo que hay. Y Él es tan bueno. Él inclusive hace llover sobre justos e injustos. En lugar de glorificar a Dios y tener corazones agradecidos, observe esto: “Se envanecieron,” o vacíos, “en sus razonamientos.” Una afirmación muy interesante.

La palabra razonamiento significa pensamientos, y se volvieron vacíos en sus pensamientos. En otras palabras, si usted rechaza a Dios, usted tiene una mente vacía, usted ha creado un vacío, filosofía humana vana, perversa, razonamientos, reflexiones obstinadas. Se quedaron con razonamientos vacíos, inútiles, maneras de pensar sin propósito sin dirección, inútiles, van de la verdad a la vaciedad. Pero ese vacío no se queda vacío por mucho tiempo, el versículo 21 dice que: “Aspira tinieblas.” Y eso representa todo el mundo de suciedad y basura y pecado, y vileza y maldad.

Entonces, el hombre tiene una historia que es devolucionaria, no evolucionaria. Él conoce a Dios, no va a glorificar a Dios, él no quiere glorificar a Dios, él no quiere estar agradecido, él es demasiado soberbio, y cuando él saca a Dios de su vida, él crea un vacío, y ese vacío son sus propios pensamientos vacíos, y en ese vacío viene la oscuridad de maldad que llena su corazón insensato. Los hombres habiendo rechazado a Dios ya no pueden encontrar la verdad. Eso es lo que Jesús dijo en Juan 8:45, “Debido a que yo os hablo la verdad, no me oís, porque no hace eco en ustedes.”

“El hombre natural no percibe las cosas,” ¿de quién? “de Dios,” son locura para él, debido a que su mente está llena de pensamientos insensatos, vacíos, malignos, ese es el legado del rechazo del hombre al glorificar a Dios, y no solo es tinieblas intelectuales, es tinieblas morales también. Usted lo ve todo el tiempo, usted lee de las cosas torpes que los filósofos escriben, usted escucha los programas de radio y lee los artículos en el periódico, y oye toda esta reflexión insensata, vacía de filosofía humana que no tiene contenido de verdad en absoluto, pero es lo único que le queda al hombre.

Me recuerda de un evolucionista que escribió en la primera página de un artículo que leí en una revista de la evolución, él dijo: “Me rehúso a creer en un Dios, entonces que otra alternativa tengo fuera de la evolución.” Por lo menos él fue honesto. Lo único que tiene es una multitud de ideas absurdas, vacías. Es lo único que le queda. Y sabe una cosa, algunas veces me abruma esto, conforme veo al mundo viviendo, que simplemente me quedo boquiabierta ante la insensatez y la falta de esperanza total. Y lo que lo hace tan increíble es que el hombre piense que él es tan inteligente.

Versículo 22, “Profesando ser,” ¿qué? “sabios,” mientras que todo el tiempo son necios. Eso nos lleva a la tercera palabra, y esa es para el próximo domingo: racionalización. Los hombres han oído y conocido la verdad, eso es revelación. Los hombres le han dado la espalda a la verdad, eso es rechazo, los hombres ahora afirman su insensatez, como la verdad. Eso es racionalización. Y la próxima semana también veremos que esas tres llevan a la religión. Le voy a dar un comentario para la próxima semana. La religión no es el hombre ascendiendo al plano más elevado, la religión refleja al hombre en el pozo, en el fondo mismo.

Y veremos eso la próxima vez. Y todo lleva a lujurias, homosexualidad, etc., etc. Y veremos eso en dos semanas cuando comencemos con el versículo 24. ¿Acaso esto le da a usted una perspectiva del porque Dios juzga al hombre? Porque el hombre no tiene excusa. ¿Me acompaña en oración? En esta congregación en esta noche, sé que hay algunos aquí, y ustedes están en Romanos 1. Ustedes han conocido a Dios, porque lo que puede ser conocido de Dios es revelado en ustedes, siendo entendido por las cosas hechas, el mundo creado. Ustedes son responsables de vivir al nivel de esa luz. Cómo Pablo dijo en Hechos 17, “Dios no está lejos de ustedes, si lo buscan.”

Él ha tratado de revelar Su gloria a ustedes. Él ha revelado Su gloria. Y ustedes le han dado la espalda, y no están agradecidos con Él porque no quieren reconocerlo como la fuente de toda bondad. Y entonces, nunca han sido guiados a la luz verdadera, Jesucristo. Y ustedes no tienen excusa ante el juicio de Dios. Ese no es mi mensaje a ustedes, ese es el mensaje de Dios. Si no conocen al Señor Jesucristo, si nunca han abrazado al Hijo, si usted nunca ha tomado la provisión de Dios para la salvación, oro porque usted haga eso en esta noche.

Diga, Dios, no te he glorificado con mi vida, te he dado la espalda, he vivido en mi propia insensatez, y merezco el juicio, pero quiero perdón, quiero salvación, quiero vida eterna, quiero conocer a Jesucristo, simplemente en dónde usted está sentado, eso es lo único que tiene que decirle, y Su poder infinito lo transformará a usted en un instante, y lo hará Su hijo. Y usted será transferido de la muerte a la vida, de la ira a la recompensa, del juicio a la justificación. Espero que usted haga esa oración.

Padre, oro en esta noche, porque esta gran noche que hemos compartido, nuestros corazones han sido bendecidos, la comunión ha sido dulce, y hemos disfrutado la risa, y hemos pensado en tanta profundidad. Pero oro porque todo llegue a su climax en los corazones de aquellos que necesitan a Jesucristo en esta noche, que ellos no enfrenten esa hora inevitable de juicio. Oh, Dios líbranos, que vean tu gloria, como tú has querido que los hombres la vean desde el Edén, y que hagan todo lo que hacen para la gloria de Dios.

Mientras sus cabezas están inclinadas, simplemente un comentario, todo comienza aquí. Pablo dijo: “Confesarás a Jesús como Señor, para la gloria de Dios.” Filipenses 2:11. Usted no puede comenzar a glorificar a Dios, hasta que usted haya confesado a Jesús como Señor, porque Él es la revelación más pura y verdadera de Dios. Él es la gloria de Dios. ¿Ha hecho usted eso? Algunos de ustedes que son cristianos, ¿Qué hay acerca de la pasión que usted no ha tenido por los perdidos? Pídale a Dios que le dé a usted un celo nuevo, que coloque Su gloria en su rostro como la colocó en el rostro de Moisés. Que lo haga a usted un instrumento para revelar su naturaleza a aquellos que le rodean, para que vean su gloria.

Padre, gracias por nuestra gran noche. ¡Oh, qué tiempo tan bendecido hemos tenido! Envíanos con corazones llenos de gratitud, y te alabaremos en el nombre de Cristo. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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