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Abra su Biblia en 2 Corintios, capítulo 3. Regresamos a este texto de los versículos 6 al 18 acerca de la gloria del nuevo pacto de nuevo esta mañana; y confieso que estoy teniendo muchas dificultades en avanzar en este texto. Sabía que así sería, pero está excediendo inclusive mis propias expectativas. Hay tanto aquí, hay tantos asuntos que emanan de este texto, que quiero hablar de ellos. Y por eso estamos tomando tanto tiempo a lo largo de este texto.

Conforme vemos este texto, simplemente le recuerdo que el apóstol Pablo aquí está defendiéndose a sí mismo en contra de algunas acusaciones de que él es un falso maestro. Él está diciendo que él es un maestro verdadero por varias razones. Y una de ellas es que él predica el nuevo pacto, tal como lo señala en el versículo 6. Él es un ministro, un siervo del nuevo pacto. Conforme se defiende a sí mismo al identificarse a sí mismo con el nuevo pacto, él entonces entra a una explicación que compara al nuevo pacto con el antiguo pacto, porque los falsos maestros, los falsos maestros verdaderos que entraron en Corinto eran el grupo de la circuncisión que estaba enseñando el antiguo pacto.

Pablo entonces, quiere que los corintios entienden un verdadero siervo de Dios, un verdadero ministro, un verdadero predicador, un verdadero profeta, un verdadero apóstol, predicará el nuevo pacto, la verdad del nuevo pacto, no la del antiguo pacto. Y esa es la existencia de lo que lo lleva a esta explicación.

Una vez que se ha identificado a sí mismo como un predicador del nuevo pacto, él entonces procede a explicar la superioridad del nuevo pacto sobre el antiguo pacto. En cierta manera, hemos estado caminando en ese campo durante las últimas cuatro semanas. Y esta es la número cinco.

Ahora, permítame darle un poco de trasfondo simplemente para traerlo a este texto. El engaño más eficaz de Satanás es la religión. Esa es la razón por la que él se disfrazó a sí mismo como un ángel de luz. Y esa es la razón por la que sus ministros también se disfrazan como ángeles de luz. Mientras que, de hecho, todos son demonios de las tinieblas y condenación, se enmascaran mediante la religión.

El impacto más poderoso y sutil de Satanás es al diseñar las religiones mediante el diseño de religión que no salva, sino que condena a la gente, dándole la ilusión que todo está bien entre ellos y Dios. Y el mundo, obviamente, está inundado en ese engaño satánico. El mundo está inundado en la religión que no salva, religión que los condena al infierno eterno.

Es la religión satánica de ceremonias, rituales u obras de justicia personal. Es la religión de lo que uno hace. Es la religión del esfuerzo humano. La religión de los sacramentos que envía a la gente a una eternidad sin Dios, engañada acerca de su condición real.

Como le he dicho muchas veces a lo largo de los años, sólo hay dos religiones en el mundo. Sólo dos. Está el cristianismo verdadero, salvación por gracia mediante la fe en Cristo únicamente. Y esta otra religión y esa religión es la del mérito humano. El mérito del logro humano, el esfuerzo humano, la ceremonia humana. Y todas las religiones en el mundo, fuera del cristianismo verdadero, realmente son otra forma de ese mismo engaño único, condenador, falso. Que una persona puede estar bien con Dios mediante el esfuerzo externo, mediante alguna actividad moral, mediante alguna ceremonia. Ese es un engaño condenador que inunda a la mayoría del mundo.

Esto explica, por ejemplo, cómo el Papa puede decir que los budistas adoran al mismo dios que él adora. Y deben ser considerados hermanos. Esto explica como él puede decir que los musulmanes deberían ser considerados como hermanos y hermanas que adoran al mismo dios que él adora. Esto explica por qué la madre Teresa y su hogar para los enfermos y moribundos en Calcuta puede tener un retrato de un dios hindú. Porque todo es la religión de la ceremonia. Todo es la religión del mérito humano, la justicia alcanzada mediante el mérito humano o la justicia alcanzada mediante el sacramento o ceremonia o ritual, lo que sea. De hecho, la Iglesia Católica romana y ciertas formas de la ortodoxia griega y ciertas formas del protestantismo de la Iglesia elevada tienen más en común con las religiones no cristianas que con el Evangelio verdadero de Jesucristo.

Son más afines a ellas porque con religiones de obras externas y ceremonia y sacramento y desempeño externo y ritual. Son más como religiones no cristianas que el verdadero cristianismo y esa es la razón por la que no nos sorprende cuando vemos al Papa hacer algún tipo de comentario que abraza a gente que son distintivamente no cristianas; mientras que al mismo tiempo nosotros, quienes somos distintivamente cristianos, no podemos aceptar el formato pagano del catolicismo romano. Mantener el Evangelio puro, separado de todas esas formas de religión, inclusive aquellos que dicen que estar entregados al Dios de la Biblia es una de las tareas más grande del predicador. Es una tarea que no podemos abandonar.

Pablo enfrentó esa misma tarea en Corinto. Usted recordará que él había llegado ahí y había predicado el Evangelio. Y él había estado ahí durante casi dos años y había fundado a una Iglesia. Todo iba bien, por lo menos externamente desde el punto de vista teológico. Ciertamente, ahí había algunos problemas de pecado. Pero todo parecía estar bien en un entendimiento del Evangelio, hasta que llegaron ahí algunas personas judías y dijeron que para que realmente fueras cristiano, necesitabas no sólo aceptar a Jesús, sino que tenías que guardar las ceremonias y rituales del Antiguo Testamento. Entonces, era salvación por Cristo más ceremonia. Obras de ritual.

Y Pablo está diciendo en esta sección que no es así. No es el nuevo pacto y el antiguo pacto. Lo que salva únicamente es el nuevo pacto. Los falsos maestros estaban enseñando salvación por la circuncisión, lo cual es una ceremonia o ritual o mecánica por obras. Y, por lo tanto, habían contaminado el arroyo puro de la verdad del Evangelio. Entonces, Pablo escribe para informarles a los Corintios que lo que él predicaba era la verdad, el nuevo pacto.

Y lo que usted ve que él está diciendo aquí es lo que todo pastor fiel tiene que hacer. Usted tiene que proteger a su congregación de los engaños satánicos que entran en la forma de la religión falsa. Y Satanás es lo suficientemente sutil como para inclusive abrazarlos bajo el nombre del cristianismo, si tiene que hacerlo, si encaja con sus propósitos y tratar de infiltrarlos con toda esa sutileza.

Todos aquellos, ahí atrás en el versículo 6, que verdaderamente son hechos ministros, son siervos del nuevo pacto. El pacto en la sangre de Cristo. Deben tomar la responsabilidad que Pablo ejerce aquí y advertirle a la gente acerca de la religión no salvadora, engañosa, satánica, condenadora sin importar si tiene el nombre de cristianismo o no.

La Iglesia corintia y el resto de la gente deben rechazar de manera total todo esfuerzo de contaminar el Evangelio por obras o por ceremonia o ritual. Y ya hemos cubierto todo eso. Esto es un repaso.

Ahora, al explicar esto, Pablo explica cómo el nuevo pacto ha reemplazado el antiguo pacto. Él quiere que vean que el antiguo pacto ahora ha sido abrogado, como dice en Hebreos 8. Ahora, ha sido hecho a un lado. El libro entero de Hebreos trata con el nuevo pacto comparado con el viejo pacto y es reducido en 2 Corintios. Entonces, regresemos al texto más grande de este asunto, Hebreos, capítulo 9, versículo 15. Y escuche esto con atención.

“Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,” esto es Cristo, a quien se refiere ahí atrás en el versículo 14. Ahora siga esto: “…para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto.” ¿Vio eso?

En otras palabras, la muerte de Jesucristo proveyó redención para transgresiones cometidas por personas que vivieron bajo el primer pacto, eso es lo que él está diciendo. Ahí nuevamente usted tiene la indicación clara de que la gente bajo el antiguo pacto, viviendo en el Antiguo Testamento antes de que Cristo jamás hubiera nacido o antes de que Él hubiera muerto y resucitado, la gente viviendo en ese entonces, antes de eventos del Evangelio fueron salvos por lo que Cristo haría.

Entender esto es algo muy, muy importante. Cristo, debido a Su muerte sacrificial perfecta por el pecado se volvió el Mediador de un pacto nuevo y mejor. La única manera en la que una persona jamás podría llegar a Dios era que la paga de su pecado fuera pagada de manera completa mediante la muerte. Y este pago, Jesús lo llevó a cabo al morir como el Sustituto para todos aquellos que creerían y se arrepentirían en toda época. Él se convirtió en el Puente, se convirtió el Mediador, el único mediador entre Dios y el hombre, uniéndolos para siempre.

                                

Hebreos dice que Él logró eso en una ofrenda de sí mismo, todo lo que todas las ofrendas que el sacerdote del antiguo pacto nunca podrían lograr. Ellas sólo podían ser un símbolo. Fue Su muerte la tomó el lugar para la redención de las transgresiones. El precio fue pagado en su totalidad, los pecadores fueron reconciliados para siempre con Dios. Pero observe esto: ¿qué pecados? ¿Los pecados de quiénes? Las transgresiones que fueron cometidas durante el primer pacto. No sé cómo la gente puede estar confundida con esto. No sé cómo la gente puede pensar que las personas del Antiguo Testamento eran salvas porque guardaban la ley o porque eran salvos debido a que tenían en sus corazones una esperanza mesiánica. Podrían haber tratado de obedecer la ley y eso es algo noble de hacer.

Obviamente, si ellos habían sido salvos, habrían visto las leyes del camino de la vida y las habrían obedecido con mucho gusto, conforme habrían podido en su estado caído. Pero las personas que creen que guardar la ley o tener alguna esperanza mesiánica salva en sí mismo no entienden esto. Lo único que salvaba a esas personas era la provisión de Jesucristo en la cruz. Esa es la razón por la que él dice que fue por las transgresiones cometidas bajo el primer pacto. Véalo de esta manera: la muerte de Jesucristo fue retroactiva, se remontó al pasado y cubrió al pasado.

Observe Romanos, capítulo 3, versículos 24 y 25. Claro que usted sabe que estoy repitiendo este punto del Evangelio un poco; lo he repetido durante años y he escrito un número de libros acerca de esto porque yo creo que la Iglesia está confundida en este punto. Nada puede ser más importante que entender el Evangelio, ¿no es cierto?

Romanos 3:24 y 25: “siendo justificados gratuitamente por Su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación,” o como cubierta, “por medio de la fe en Su sangre.”

Muy bien, la justificación es un regalo por gracia mediante la redención provista en Cristo, Dios colocó en despliegue a Cristo como una cubierta por los pecados mediante la fe en Su sangre. Ahora escuche esta próxima línea: “para manifestar Su justicia, a causa de haber pasado por alto, en Su paciencia, los pecados pasados.” Ése es un punto crucial. Dios pasó por alto los pecados de aquellos que creyeron en Él antes de la venida de Cristo, pero Cristo tuvo que venir para que Dios pasara por alto esos pecados en un acto justo no. ¿Entiende eso?

Dios habría sido injusto si tan sólo hubiera ignorado sus pecados. Si Él tan sólo hubiera pasado por alto sus pecados de manera caprichosa. Alguien podría haber dicho: ¿qué tipo de Dios santo eres Tú? ¿Acaso simplemente pasas por alto los pecados? ¿Dónde está el sacrificio para sus pecados? ¿Dónde está la satisfacción de la justicia?, ¿dónde está la satisfacción de la rectitud?, ¿dónde está el requisito de la ley? ¿Cómo puedes nada más perdonar a esto pecadores? ¿Cómo puede nada más ser misericordioso y mostrar gracia a esos pecadores? Y hasta que Cristo vino, escuche esto, hasta que Cristo vino para ser el sacrificio perfecto expiatorio, Dios pudo haber sido visto como alguien que fue injusto o haber rebajado Su estándar.

Entonces, Pablo dice aquí que Dios estaba demostrando Su justicia y él necesitaba demostrar que Dios tan justo era Él porque en el pasado Él había pasado por alto los pecados que habían sido previamente cometidos. Y la gente diría “oye, ¿qué Dios santo tienes? Él simplemente decide qué pecados va a perdonar y simplemente, los perdona. ¿Dónde está la justicia? ¿Dónde está la rectitud? ¿Dónde está la santidad ahí? ¿Dónde está el estándar Santo? ¿Dónde está “el alma que pecare, morirá”? ¿Dónde está ese principio?

Entonces, él despliega públicamente a Cristo y vemos entonces que Él es un Dios justo. De hecho, Él es tan justo y es tan recto y está tan ligado a Su propia ley, que el pecado no puede ser perdonado fuera de una muerte sacrificial perfecta. Él está tan comprometido con esa ley que Él coloca en la cruz a Su propio Hijo amado. Ahí está la muestra de la justicia absoluta y rectitud de Dios.

Entonces, Él demuestra Su justicia al colocar a Su Hijo en la cruz para que entendamos que el pasar por alto el pecado en el pasado fue sólo temporal. El sacrificio para este pecado estaba por venir, debido a que la sangre de Jesucristo todavía no había sido derramada hasta que cientos o inclusive miles de años después de que muchos creyentes del Antiguo Testamento murieron, su salvación, por así decirlo, estaba en deuda. Estaba en deuda. Mediante su arrepentimiento y eso tiene que estar ahí, y mediante su fe en Dios, esto es creer en Dios por lo que Dios había revelado acerca de sí mismo.

Obviamente, la revelación progresiva significa que, en cualquier punto en la historia del Antiguo Testamento, Dios había revelado más, y más y más. Y más. ¿Qué era lo que una persona tenía que creer para ser salva? Tenía que creer lo que Dios había revelado en ese punto y tenía que creer que Dios era misericordioso, lleno de gracia y perdonaría su pecado. Y tenían que creer que no había nada en sí mismos por lo cual el pecado podía ser perdonado. Y tenía que saber en su corazón y en su mente que Dios de alguna manera iba a proveer una expiación por su pecado.

Entonces, ¿que necesitaba creer una persona en el Antiguo Testamento para ser salva? Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia. Arrepentirse del pecado y arrojarse uno mismo en la misericordia y gracia de Dios, quien únicamente podía perdonar ese pecado y saber en su corazón que Dios proveería un sacrificio apropiado.

En base a esto, la base de la fe arrepentida, Dios les concedió una salvación que estaba por ser pagada, por así decirlo. Debido a la muerte de Cristo que estaba por venir, Dios fue paciente hasta que el sacrificio fue hecho. Y Él pasó por alto los pecados de personas que verdaderamente estaban arrepentidas y creían hasta que llegó el tiempo en el que Cristo vendría y se encargaría del pecado de ellos.

Debido a que las ceremonias y sacrificios del Antiguo Testamento, ahora escuche esto, únicamente simbolizaban el único sacrificio de Cristo, el único que salva, podemos concluir entonces, que la salvación es entonces siempre ha sido por la gracia, siempre ha sido por la fe y siempre ha sido mediante lo que Cristo hizo en el nuevo pacto. Entonces Pablo, por lo tanto, está diciendo por qué quieren ustedes creer que necesitan guardar el antiguo pacto como parte de su salvación. Pablo utiliza la ocasión entonces para defenderse a sí mismo en contra de los falsos maestros y para mostrar que el nuevo pacto es mejor que el antiguo.

Ahora, veamos nuevamente el texto. El hecho de que el nuevo pacto es mejor es evidenciado en varias maneras. En primer lugar, da vida. Cubrimos eso en el versículo 6. En segundo lugar, produce justicia, cubrimos eso en los versículos 7, 8 y 9. En tercer lugar, es permanente, cubrimos eso en los versículos 10 y 11. La superioridad del nuevo pacto, y por lo tanto de los predicadores del nuevo pacto, es indicada por la verdad de que el nuevo pacto da vida, provee justicia, y es permanente.

Ahora, retomemos texto con el punto número cuatro. El nuevo pacto trae esperanza, versículo 12. “Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza”. El nuevo pacto trae esperanza.

¿Sabe una cosa? Si había algo que era verdad acerca del antiguo pacto era que ningún sacrificio jamás fue definitivo, ¿no es verdad? Usted siempre tenía que tener otro. Pero el nuevo pacto tuvo un tono de conclusión, de finalidad absoluta. Proveyó esperanza real. El pecado realmente ha sido enfrentado, ha sido cubierto. La esperanza de vida eterna es clara. Nuestra esperanza es tan segura, está establecida a tal grado, es tan irrevocable, es tan conclusiva que Pablo dice que la predicamos con franqueza.

Ahora, ¿qué es esperanza? Bueno, es muy simple. Es la creencia de que todas las promesas del nuevo pacto se cumplirán. ¿Y qué promete el nuevo pacto? Perdón total y completo, permanente y eterno. Quitar sus pecados tan lejos como está el oriente del occidente sería ciertamente parte de esto. Dios hizo eso también en el Antiguo Testamento. Pero lo hizo en el Antiguo Testamento en base al mérito del nuevo pacto. El nuevo pacto trae vida abundante, vida eterna, la esperanza del cielo, las promesas todas se van a cumplir.

Por grande que sea la gloria del nuevo pacto, todavía no ha sido manifestada. Tiene esperanza en él. El nuevo pacto nos trae no sólo un presente, sino nos trae un futuro, nos trae un futuro glorioso. Fue ratificado en el pasado en la cruz. Es aplicado en el presente en la fe; pero su totalidad es experimentada en el futuro. Entonces, hemos entrado a un nuevo pacto, la totalidad del cual todavía no hemos experimentado, ¿no es verdad? Absolutamente.

Observe Romanos, capítulo 8. Vivimos en esperanza, dice Pablo. Este nuevo pacto tiene una es capacidad de esperanza. Como puede ver, el antiguo pacto tenía en cierta manera una desesperanza en un sentido. El antiguo pacto en cierta manera lo mataba usted con su pecaminosidad, martillaba de manera incansable una, y otra y otra vez. Martillaba al pecador. El nuevo pacto, viene y trae esperanza.

En Romanos, capítulo 8, versículo 18 Pablo dice: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.” En otras palabras, lo que él está diciendo aquí es que no nos molesta sufrir en esta vida porque tenemos esperanza para la gloria que habrá de ser revelada. Estamos esperando ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. La manifestación gloriosa de los hijos de Dios todavía no ha sucedido.

“Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.”

Y aquí viene: “Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?  Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.” Somos salvos en esperanza. Pablo está diciendo que de manera inherente en el nuevo pacto hay una esperanza. Una expectativa gloriosa, emocionante y maravillosa de la manifestación gloriosa de los hijos de Dios.

Más adelante, en Romanos, capítulo 15, versículo 13 él da una bendición. Dice: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.”

Como puede ver, vivimos en esperanza. Ayer fui al hospital, pasé como una hora Herb Clingen. Él tuvo otro infarto y estaban haciendo algunas pruebas en su corazón para tratar de determinar si el infarto tuvo algún efecto en su corazón, algún daño en su corazón. Y simplemente estábamos hablando acerca de la dificultad de la vida cuando usted llega a los 80 y todo eso, y con gozo y felicidad en su corazón, él habló de la posibilidad y la realidad de la muerte, lo cual para él no es un tema de temor, porque lo lleva a la presencia de Jesucristo.

Eso es lo que es vivir en esperanza. Eso es lo que significa vivir en esperanza. Eso es lo que el apóstol Pablo estaba diciendo en Romanos, capítulo 13 cuando dijo “ahora vuestra salvación está más cerca de cuando creísteis”. ¿Qué aspecto de su salvación? La totalidad de ella. En Gálatas, capítulo 5, versículo 5 leemos más acerca de la esperanza que está en el nuevo pacto: “porque nosotros mediante el Espíritu por fe estamos esperando la esperanza de justicia.”

Escuche, yo soy salvo, pero veo a mi vida y francamente vivo en esperanza, ¿usted no? Entiendo a Pablo en Romanos 7, quien dice: “porque lo que hago no lo entiendo, pues no hago lo que quiero sino lo que aborrezco, eso hago. Miserable de mí, ¿quién me va a librar de este cuerpo de muerte?, ¿verdad? Sé lo que es ser totalmente redimido, ser una persona totalmente redimida viviendo en una carne no redimida y teniendo esta batalla interminable. Y tengo esta gran esperanza de que algún día, la guerra se va a acabar y seré total y completamente justo.

Entonces, mediante el Espíritu, nosotros, por fe, estamos esperando la esperanza de justicia para que sea cumplida. En Efesios, capítulo 1, “oro porque los ojos de vuestro corazón,” versículo 18, “sean alumbrados para que sepáis cuál es la esperanza de su llamado. Cuáles son las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos.”

Él dice: quiero que entiendan lo que deben esperar, quiero que entiendan cuál es su recompensa eterna, la gloria del cielo, la justicia, ser hecho como Cristo. Quiero que vean eso, vean hacia adelante, vean eso. Algún día, todavía no, aparece lo que seremos. Pero algún día seremos como Él, cuando Él aparezca porque lo veremos tal como es Él. Esta es nuestra gran esperanza.

Y somos salvos en esperanza. Tenemos lo que Pablo dice en Efesios 4:4, una esperanza de vuestro llamado. Esa esperanza, claro, es volverse como Jesucristo. Pedro, ciertamente esperaba esto como muchas otras Escrituras lo afirman. Pero escuche 1 Pedro 3: “bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que según Su grande misericordia nos hizo renacer a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de los muertos.”

¿Cuál es nuestra esperanza? “Para obtener una herencia incontaminada, inmarcesible, inefable, reservada en los cielos para vosotros.” Esa es nuestra gran esperanza. Fijen su esperanza, dice él en el versículo 13, completamente en la gracia que os será traída en la revelación de Jesucristo. Establezcan su esperanza en la gracia que van a recibir cuando Jesús venga, versículo 21. Su fe y su esperanza están en Dios.

Entonces, Pablo dice de regreso a nuestro texto, versículo 12, “teniendo entonces una esperanza así como en el nuevo pacto, usamos de mucha franqueza en lo que decimos.” Literalmente, continuamos usando mucha apertura, exhibición pública o franqueza sin reserva, sin timidez, sin titubeo, predicamos Verdad del nuevo pacto sin temor. Sin ningún titubeo.

Ahora, usted sabe que el nuevo pacto fue un golpe severo para el pueblo judío. Usted sabe eso. Fue un golpe severo. Pero él dice “debido a que el nuevo pacto está tan repleto de esperanza, lo predicamos sin temor, sin importar qué tipo de golpes sean. Sin importar las consecuencias que podamos enfrentar. Los cuales, claro, fueron dolorosos - por no decir más.

Tome la palabra franqueza por un momento. Parrhēsía en el griego. Significa valiente. Significa alguien que habla con apertura. Él está diciendo: tengo tanta confianza de la promesa del nuevo pacto, por fe en Jesucristo, tengo tanta confianza que llena el corazón de esperanza que el antiguo pacto nunca da, que quita la desesperanza y el temor y la duda y coloca gozo y paz y esperanza en el corazón. Tengo tanta confianza y soy tan valiente y hablo con tanto denuedo y sin titubeo y sin vacilación, sin importar qué tipo de reacción severa pueda enfrentar. No puedo contenerme. No puedo titubear.

En contraste a la valentía de Pablo, su apertura, con la conducta de Moisés en el acontecimiento que está detrás de este pasaje, ¿se acuerda del acontecimiento de Éxodo 34 cuando Moisés estuvo en el monte recibiendo la ley y vio la gloria de Dios, y hablamos de esto la semana pasada? “Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza, y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro.” Eso es interesante. Él colocó un velo sobre su rostro. Moisés no tuvo esta franqueza, esa valentía. Hubo algo acerca de la ley que cegaba, que quemaba, que cauterizaba. Usted no podía verlo sin que lo destruyera a usted. Y Moisés tuvo que cubrirlo.

Pablo está, en cierta manera, presentando su propio enfoque a la luz del trasfondo de este asunto en particular que él extrajo de éxodo 34. Moisés se resistía, hablaba y después cubría su rostro inmediatamente para que la gloria refulgente de Dios que vino a él al darle la ley no quemara a las personas. Era como mirar al sol, quemaría sus ojos. Era un pacto que quemaba. Era uno, aunque glorioso, devastador, que dañaba. Entonces, Pablo dice que el nuevo pacto da esperanza. Da esperanza. Es permanente, provee justicia, da vida.

Número cinco: es claro. Es claro. Ahora, quiero llevarlo de regreso a la historia de Moisés. Regresemos a Éxodo 34 por un momento. Pablo usa esto como dije, este relato, como una ilustración. Entonces, tenemos que continuar haciendo intersecciones con ella. De regreso en Éxodo 34, para aquellos que no han estado aquí, Pablo está mostrando la superioridad del nuevo pacto en comparación al antiguo pacto. Y usa una ilustración o analogía de la vida de Moisés cuando él subió al monte para recibir la ley de Dios y vio la gloria de Dios. Y luego, bajo y habló al pueblo de la gloria de Dios que estaba en su rostro. Ése es el trasfondo.

Pablo extrae varias conclusiones a partir de eso, varias conclusiones espirituales a partir de esa ilustración maravillosa. Observe los versículos 33 en adelante. “Cuando Moisés había terminado de hablar con ellos, él colocó un velo sobre su rostro.” Ahora, recuerde que él les habló con la gloria refulgente en su rostro y tenían que ver al lado. Ellos podían ver el resplandor, pero no podían verlo directamente. Pero cuando él dejó de hablar para que pudiera tener algún tipo de vida normal, él se colocaba un velo sobre su rostro para cubrir la gloria, para poder moverse entre el pueblo y que ellos no tuvieran este resplandor que los cegaba. Se coloca un velo sobre su rostro.

Pero cuando Moisés entraba delante del Señor para hablar con Él, se quitaba el velo hasta que salía. Y cuando él salía y hablaba a los hijos de Israel lo que se le había mandado, los hijos de Israel veían al rostro de Moisés y veían que la piel del rostro de Moisés brillaba. Entonces, Moisés colocaba el velo sobre su rostro hasta que entraba a hablar con Él. Entonces, simplemente fue la idea de que él usaba el velo después de que él había dado el mensaje y había salido de hablar con Dios, en donde él estaba descubierto. Él, de una manera descubierta hablaba el mensaje para que pudieran ver la gloria de la ley de Dios como él la vio. Y entonces, él se cubría el rostro.

Entonces, Pablo dice, observe el versículo 13: “no somos como Moisés quien solía colocar un velo sobre su rostro.” ¿Qué es lo que él está diciendo ahí? El encubrimiento fue algo inherente a la gloria que se desvanecía del antiguo pacto. Era demasiado penetrante. Era demasiado devastador, era demasiado mortal. Estar expuesto de manera constante a ello es enceguecedor.

Pero había más que eso. Usted también podría a partir de ahí, tener la idea de lo que Pablo está diciendo es que el antiguo pacto en su totalidad, básicamente, era algo que estaba encubierto. Estaba velado. Estaba en sombras. Usted sólo podía obtener un vistazo de ello. Y después, venía el velo. Eran tipos, eran retratos, símbolos, misterios ilustrados por el velo. Moisés comunicó la gloria del antiguo pacto con una cierta oscuridad.

Él colocó un velo sobre su rostro para esconder la gloria para no cegar a la gente. Él usaba el velo porque la gloria de su rostro era grande, era brillante. Él no estaba tratando de esconder la realidad de que era una gloria que se iba a desvanecer, no es que él quería que creyeran que una gloria que se estaba desvaneciendo no se estaba desvaneciendo. Ellos sabían que se estaba desvaneciendo. Él no se cubrió con el velo todo el tiempo. Sólo cuando él había venido de ver a Dios y de haber recibido la gloria. Cuando él hablaba con Dios, la gloria regresaba. Él probablemente estaba descubierto, como dije, y después, se colocaba el velo hasta que la gloria se desvanecía. Pero hubo cierto encubrimiento y eso es lo que Pablo está diciendo. Moisés simplemente se puso un velo.

Hay un elemento del antiguo pacto que encubre, ¿no es cierto? Recuerde ahora lo que Pedro dijo, que los profetas del antiguo pacto escribieron y escudriñaron lo que escribieron para descubrir lo que ellos quisieron decir con lo que escribieron. Hubo un misterio ahí de. Un buen paralelo a esto lo estudiamos en el libro de Apocalipsis; hemos de estado haciendo eso durante meses y meses. Y regresamos al libro de Apocalipsis y hacemos lo mejor que podemos hacer por entender lo que está por venir en el futuro. Pero honestamente, hay tanto en este libro que hacemos esfuerzo un valiente por entenderlo; pero sólo la gente que viva en el momento que suceda realmente comprenderá de manera total.

Entonces, es lo que hacemos. Escudriñamos, y escudriñamos y escudriñamos. Jim Stitzinger me estaba diciendo hace dos semanas atrás que Calvino escribió un comentario de todo el libro del Nuevo Testamento excepto del libro de Apocalipsis. Y él dijo que no podía entenderlo. Es algo muy difícil de entender e inclusive cuando entendemos una gran parte del libro, hay partes del libro que sólo la gente que esté viva en ese entonces va a entenderlo. Y entonces, lo vemos como los profetas lo veían cuando escribían. Y nos preguntamos qué significaba.

El antiguo pacto tuvo cierta cubierta, cierto elemento que lo encubría que el nuevo pacto no tiene. Fue un pacto velado, un pacto que se desvanecía. La parte que se desvanecía fue simbólica del hecho de que iba a desvanecerse, iba a cesar en su existencia.

El velo también indica la parte cubierta del mismo. Pero no hay nada velado, no hay nada que se desvanece en el Evangelio del nuevo pacto. De hecho, en varias partes en sus epístolas, el apóstol Pablo habla acerca de los misterios siendo revelados, ¿no es cierto? Ahora, Pablo dice las razones por las que los judíos del día de Moisés no podían ver de manera fija… La razón por la cual Moisés se colocó el velo fue para que la gente no tuviera que estarlo viendo, porque no podían verlo de manera fija sin ser cegados. El término ahí, observe nuevamente el versículo 13, no fijaran la vista, ese término significa ver de manera física. Es usado de esa manera en Lucas 4:20 y también ahí atrás en el versículo 7 cuando lo vimos por primera vez. No entraremos a esto en detalle.

No había nada de malo con el antiguo pacto, tuvo una gloria. Fue la gloria de Dios. Pero tuvo un cierto elemento que se desvanecía, no fue un pacto permanente. El nuevo pacto fue y estuvo velado y hay más de su oscuridad. Versículo 14: “pero el entendimiento de ellos se embotó porque hasta el día de hoy cuando leen el antiguo pacto les queda el mismo velo no descubierto el cual por Cristo es quitado.”

Sus mentes fueron endurecidas, observe el versículo 15. “Y aún hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés el velo está puesto sobre el corazón de ellos.” ¿Cuál es el velo? Básicamente es incredulidad. Ellos no entendieron la gloria apropiada del antiguo pacto debido a su incredulidad. Debido a su incredibilidad, el significado entero fue oscuro para ellos. Hay cierta oscuridad de cualquier manera en el mismo. La incredulidad lo hace totalmente oscuro.

Hebreos 13:8: “no endurezcáis vuestros corazones como cuando me provocaron como en el día de la prueba en el desierto.” Hebreos 3:15: “si oyereis hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones.” Capítulo 4, versículo 7: “si oyereis hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones.” Pero lo hicieron, sus mentes fueron endurecidas, es porosis, obtuso, ceguera intelectual. Moisés, recordará, descendió del monte, intentó mostrarles la gloria de Dios representada en el antiguo pacto por la gloria en su rostro y fue rechazado. En lugar de reconocer la gloria de manera deliberada, se endurecieron y fueron incrédulos deliberadamente. Y todavía lo eran en el tiempo de Pablo hasta el día mismo de hoy, la lectura del antiguo pacto, lo cual era hecho, por cierto, todo día de reposo en la sinagoga de acuerdo a Lucas 4:17-21. Ellos entraban en la sinagoga y se leía el antiguo pacto. El mismo velo permanece sin ser levantado.

El antiguo pacto todavía es obtuso, todavía es oscuro, ellos todavía no entienden el propósito del mismo, ellos creen que supuestamente debe salvarlos. Y no es así. Ellos creen que es un estándar menor de lo que es, ellos subestiman su justicia. En su intento de revelar el pecado, es ineficaz; en vez de revelar su pecado, es usado como medio para demostrar su justicia. Su propósito ceremonial era para simbolizar el plan redentor y Cristo. Y claro que rechazaron a Cristo y rechazaron no sólo en la parte moral de la ley al rebajar el estándar moral, rechazaron la parte ceremonial al no entender el propósito y el punto del mismo.

Fueron tan ignorantes que los apóstoles tuvieron que predicar por todo Jerusalén que Jesucristo debía sufrir y morir para cumplir la profecía mesiánica. No tenían idea. Su ignorancia y su incredulidad en el significado en el antiguo pacto los hizo por lo tanto ignorantes del nuevo pacto. Debido a que no entendieron apropiadamente que el antiguo pacto era para llevarlos al pecado en su área moral, a llevarlos saber su necesidad de un Salvador en el área ceremonial, debido a que no entendieron nada de eso, no podían comprender el nuevo pacto. Entonces, los judíos del día de Pablo se rehusaron a ver el propósito del antiguo pacto y, por lo tanto, no podían ver el propósito del nuevo pacto. Ellos no comprendieron el propósito de la ley, y, por lo tanto, ellos no comprendieron que Jesús fue el cumplimiento de la ley. Eran descendientes verdaderos de sus ancestros condenados. Ellos verdaderamente eran los descendientes de sus padres condenados que habían matado a los profetas y habían apedreado a toda persona que Dios les envío. Y ellos habían rechazado.

Ahí atrás en Juan 5:43, Jesús dijo: “si creen a Moisés, Me creerían a Mí, porque él escribió acerca de Mí. “Si ustedes no creen a Moisés, ustedes no entienden el antiguo pacto, nunca entenderán el nuevo pacto.” Esta es la razón por la que el día de hoy es muy difícil darle testimonio al pueblo judío. Ellos no comprenden el nuevo pacto. ¿Sabe por qué? Porque ellos no comprenden el antiguo pacto. Ellos creen que no comprenden, pero no lo hacen. Ellos no saben que tuvo la intención de llevarlos a estar en un estado de desesperanza por su pecado y retratar mediante los símbolos y los retratos, el plan redentor de Dios que apunta directamente a ningún otro que Jesucristo.

Pero debido a que no entienden el antiguo pacto, no pueden entender el nuevo pacto. El velo de ignorancia oscurece el significado del antiguo pacto para el corazón endurecido. Tuvo la intención de llevarlos a Cristo, ellos nada más que no lo comprendieron. De hecho, inclusive los discípulos demostraron este tipo de ignorancia. Jesús les dijo en el camino: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en Su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de Él decían.” No pudieron entender el nuevo porque no podían comprender antiguo. Y Pablo está demostrando eso aquí.

Él dice, ‘este velo todavía está sobre ellos inclusive hasta el día de hoy’. Jesús dijo en Juan 5:38: “escudriñad las Escrituras porque en ellas pensáis que tienen la vida eterna y estas son las que dan testimonio,” ¿de quién? “De mí.” Algunos judíos sí, a lo largo de la historia y en esta época, algunos judíos habían visto la gloria plena del antiguo pacto. Algunos sabían que apuntaba a la pecaminosidad del pecado y a la necesidad de un Redentor. Esto es definitivamente verdad, hubo algunos judíos. Estuvo Simeón, no es cierto, en Lucas, capítulo dos. Y estuvo Ana y hubo otros en el remanente. Pero para la mayoría, la afirmación triste, triste del versículo 13 ‘los hijos de Israel que no podían mirar fijamente al final de lo que estaba desvaneciéndose en el día de Moisés’ debido a que sus mentes estaban endurecidas no eran diferentes de la gente que en el mismo día que al leer el antiguo pacto y en el el mismo velo sin ser levantado. Ellos tampoco pueden entenderlo.

Cuando Moisés es leído, el velo está sobre su corazón. Dureza intelectual, no comprender el antiguo pacto, rechazar el antiguo pacto, no entender el antiguo pacto. Por lo tanto, separados de la importancia del significado del nuevo pacto. Hebreos 10:28: “cualquiera,” escuche esto, “que hace a un lado la ley de Moisés muere sin misericordia.” “Cualquiera que hace a un lado la ley de Moisés muere sin misericordia.” Pero, “cuanto más severo será el castigo que merece el que ha pisado al Hijo de Dios quien ha considerado como inmunda la sangre del pacto mediante la cual Él fue santificado y ha insultado el Espíritu de gracia. Porque conocemos a Aquel que dijo ‘Mía es la venganza, Yo daré el castigo. Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo.” Si usted cree que es algo terrible caer en manos de un Dios vivo por violar el antiguo pacto, no se compara en nada con el que viola al nuevo.

Pablo dice hay judíos en este día que violan el antiguo pacto con su ceguera y, por lo tanto, ahora también están violando al nuevo. El antiguo pacto fue un pacto oscurecido, velado, misterioso en parte. Pablo dice que un entretenimiento apropiado inclusive de su naturaleza escondida que se estaba desvaneciendo y que tenía afirmaciones veladas, que serían cumplidas, afirmaciones por tipos, por símbolos que serían cumplidas, el Mesías, un entendimiento apropiado de eso, llevaría a una aceptación apropiada del nuevo pacto. El nuevo pacto es claro. El creer en la ley de Moisés los habría preparado para creer en Cristo.

De nuevo, regreso al publicarlo en Lucas 18, golpeándose el pecho decía ‘Señor, sé propicio a mi pecador.’ Qué raro es encontrar en el Nuevo Testamento a alguien que realmente estaba convencido hasta la médula de su corazón por la ley de Dios y estaba verdaderamente arrepentido. Los judíos del día de Pablo inclusive en la actualidad no entienden correctamente el antiguo pacto. Y, por lo tanto, rechazan el nuevo pacto.

Ellos están satisfechos con la ceremonia, están satisfechos con el ritual, han tomado la parte ceremonial como dije la última vez y la usan para salvarlos de su fracaso de no guardar la parte moral. Moisés, por cierto, entristecido por esta ceguera en su día, lo vio. Era verdad en su día. La gente estaba ciega, sus corazones estaban endurecidos, ellos no entendían cuáles eran los propósitos de Dios. Ellos no creyeron, carecieron de fe y confianza en Dios.

De hecho, en el capítulo 32 de Éxodo, versículo 32, Moisés dijo: “que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.” Moisés estaba tan modesto, tan entristecido por el pecado y la oscuridad de su pueblo que dijo ‘Señor, si no vas a salvarlo, simplemente bórrame.’ ¿Y sabe una cosa? Pablo tuvo la misma actitud en Romanos 9:3 cuando dijo: me gustaría ser anatema por mi pueblo, Israel. La nación de Israel no regenerada hasta el día de hoy todavía tiene el velo sobre su corazón, todavía no comprende el uso del antiguo pacto. Todavía no ve el significado necesario, claro, descubierto del nuevo pacto. Y como dije, una creencia verdadera en el antiguo pacto habría quitado el velo para que pudieran ver el significado verdadero del nuevo pacto.

Bueno, el nuevo pacto es superior porque da vida, provee justicia, es permanente, trae esperanza y es claro y no turbio. Número seis, y no voy a acabar con este punto, pero por lo menos, lo vamos a introducir. Está centrado en Cristo. Está centrado en Cristo. Regrese al versículo 14 por un momento. Al final del versículo 14: “el velo por Cristo es quitado.” Sin Cristo, escuche esto, sin Cristo el Antiguo Testamento es incomprensible. Pero cuando usted viene a Cristo, entonces todo el significado es claro, es levantado el velo. Cuando alguien viene a Cristo, el velo es quitado, la perfección espiritual ya no está afectada y todo se vuelve claro. El versículo 15 dice: “y aún hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.” ¡Qué triste!

Según Hechos capítulo 13, versículo 27, Hechos 15, versículo 21, los judíos fueron fieles en sus sinagogas y en sus lugares en donde se congregaban en leer la ley de Moisés. Dice en Hechos 13:27: “aquellos que viven en Jerusalén y sus gobernantes, sin reconocerlo a Él ni las palabras de los profetas que son leídas todo día de reposo, las cumplieron al condenarlo.” Lo leen todo día de reposo y no tienen idea de lo que significa. Lo leen y no lo entienden porque sus corazones están duros. Esto es lo que piensa el corazón duro, simplemente esto: que creen que pueden salvarse a sí mismos. En otras palabras, un corazón duro dice que va a guardar las ceremonias y eso lo va a salvar. Que va a hacer sus obras justas y lo van a salvar.

Un corazón contrito y quebrantado dice ‘no puedo, la ley de Dios me quebranta, me despedaza, me destruye, vengo como un pecador penitente, manso, llorando por mi pecado y clamando y pidiendo por justicia y rogando por misericordia y perdón.’ Ese es un corazón contrito y quebrantado. Un corazón duro toma la ley de Dios y dice ‘veo el estándar y lo voy a guardar. Voy a dar mi máximo esfuerzo y voy a guardar eso. Y Dios va a quedar complacido. Voy a hacer todas esas ceremonias y guardar esas ceremonias y cubrir cualquier falla que tenga. Voy a ser salvo por el compromiso moral y voy a ser salvo por guardar todos los aspectos ceremoniales.’ Eso es exactamente lo que toda religión en el mundo hace, ¿no es cierto? Todas ellas.

Ahí es donde están los judíos. Y entonces, estaban leyendo la ley mosaica y no la entendieron. Leyendo el antiguo pacto sin idea. Versículos 15 al 21 de Hechos, Moisés desde generaciones antiguas en toda ciudad tiene aquellos que lo predican. Y es leído en las sinagogas todo día de reposo. Y leían, y leían y leían y nunca se arrodillaron en la desesperanza de su propia pecaminosidad ni rogaron por misericordia de Dios en base a los méritos de la obra de Jesucristo.

Entonces, él dice en el versículo 15 que hasta este día cuando Moisés es leído y esto es todo día de reposo, un velo está sobre su corazón. No hay nada de malo con el pacto, el problema es el corazón, la falta de disposición a ser quebrantado, la falta de disposición a confesar pecado, reconocer pecado y estar arrepentido.

Nuevamente, lo digo y lo he dicho a lo largo de los años, es inconcebible para mí que cualquier persona en cualquier lugar pudiera inventar algún tipo de salvación de secta que no incluya arrepentimiento. Es tan impensable. Es la médula de la salvación, es la naturaleza de la salvación, es la esencia de la salvación. Es todo lo que es la salvación. Es el punto entero de la dureza del corazón del pueblo de Israel que no quieren quebrantarse.

En donde hay un corazón contrito y quebrantado, por lo tanto, hay un entendimiento apropiado del significado del antiguo pacto. Y entonces, la persona se arroja a sí misma en la misericordia y gracia de un Dios que perdona. Inclusive los creyentes del antiguo pacto sabían que era un Dios perdonador. El profeta había dicho ¿quién es un Dios perdonador como Tú? Después, en el versículo 16: “pero cuando se conviertan al Señor, el velo que quitará.” Cuando un hombre se convierte al Señor el velo es quitado. Pablo usa esa terminología para referirse a lo que sucede cuando venimos a Cristo en fe. Cuando Moisés entró a ver al Señor, él se quitó el velo porque él quería una visión directa de gloria. Él estaba disfrutando lo que el pueblo no podía disfrutar.

Usted pregunta cómo es que Moisés sobrevivió a eso. No sé. Cómo es que el pueblo no podía ver el rostro de Moisés, quien tenía una gloria mediada y Moisés podía mirar a la gloria de Dios sin mediador. No lo sé. Usted dice que quizás no lo vio fijamente. Bueno, quizás no lo hizo. De hecho, Éxodo 33 dice ‘no te puedo mostrar la gloria total, pero te voy a dejar ver la parte de atrás de Mi gloria para que sea visible a ti.’ Entonces, él vio cierto tipo de gloria reducida. Pero estuvo expuesto a una gloria tan grande que se reflejó en él. Eso no se dice del pueblo. Entonces, fuera cual fuera la gloria que Moisés vio, fue una gloria mayor porque se transfirió a él. Y entonces, lo que la gente vio en él, no se transfirió a ellos.

Entonces, cuando seguimos la misma ilustración que Pablo dice aquí, así como Moisés, cuando un hombre entra a la presencia del Señor, esto es cuando él se convierte a Cristo, Él quita el velo y ve la gloria directa. Cuando los pecadores se convierten a la gloria de Dios en la faz de Jesucristo, el velo es quitado. Es quitado. Y vemos. Vaya ahí al versículo 6 del capítulo 4: “porque Dios, quien dijo que la luz resplandeciese de las tinieblas es el que ha resplandecido en nuestros corazones para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.” Hombre, qué verdad. Cuando venimos a Cristo, cuando venimos al Señor Jesús, el velo es quitado. La gloria es clara, el conocimiento de la gloria de Dios brilla en nuestros corazones y el rostro de Jesucristo también.

Phillip Hughes escribe acerca de esto: “más luz es arrojada en este pasaje cuando nosotros consideramos lo que se llevó a cabo en la ocasión de la trasfiguración de Cristo. En ese monte, ahí Moisés y Elías aparecieron con Cristo. Pero fue Cristo únicamente quien fue transfigurado con el brillo celestial ante los ojos de Pedro, Jacobo y Juan. Fue su rostro el que se mostró como el sol y Su atuendo se convirtió en blanco y refulgente. Fue de Él únicamente de quien la voz desde las nubes dijo: “Éste es Mi Hijo amado en quien tengo complacencia.”

Y a partir de ahí, los discípulos no vieron a ninguno más que a Jesús. Es Él quien permanece en la gloria en la que Moisés y Elías aparecieron que no era suya, sino la gloria de Cristo, la gloria que Él tuvo con el Padre antes de que el mundo fuese. Así como en el desierto, la gloria que brilló del rostro de Moisés fue la gloria reflejada de Jehová, así también en el monte de la transfiguración la gloria que lo rodeaba era la gloria del mismo Dios. Cristo únicamente es la gloria plena, única, permanente, evangélica. Convertirse a Él es convertirse a la luz del mundo. Convertirse a Él no es andar en tinieblas, sino tener la luz de vida.” Fin de la cita.  

Entonces, él dice que cuando un hombre se convierte al Señor el velo es quitado en el momento por Dios. El entendimiento verdadero inunda el alma. El Evangelio se vuelve claro, el velo es quitado. Entonces Pablo, nuevamente en este argumento tan complejo apunta a la ilustración de Éxodo.

Escuche Romanos 10:4: “Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree.” Cristo es el propósito de la ley para justicia para el que cree. El nuevo pacto es un pacto superior. Es un pacto mejor, es un pacto mucho mejor. Y es un pacto incomparable. Por todas las razones que Pablo nos ha dado. Da vida. El otro, era un homicida. Provee justicia. El otro, simplemente acentuaba nuestra pecaminosidad. Es permanente. El otro, estaba desvaneciéndose. Trae esperanza. El otro, no tenía esperanza. Es claro. El otro, estaba oscurecido y velado en retratos y tipos. Y el nuevo pacto está centrado en Cristo.

“El velo, dice él en el versículo 14, “es quitado en Cristo”. Y después, en el versículo 16: “pero cuando un hombre se convierte al Señor, el velo se quitará.” Qué pasaje tan, tan maravilloso. Ahora escuche, vamos a detenernos en este punto. Pero algunas personas me han estado haciendo una pregunta: ¿cuál es la función del Espíritu Santo en todo esto? Y de manera particular, ¿cuál fue la función del Espíritu Santo en el antiguo pacto? ¿Acaso la gente era regenerada? ¿Fueron renovados? ¿Fueron nacidos de nuevo? ¿Eran llenos del Espíritu Santo? ¿Fueron capacitados por el Espíritu Santo? ¿Cuál fue la función del Espíritu Santo?

Bueno, note que el versículo 17 nos presenta eso. Entonces el próximo domingo, conforme concluimos con nuestro sexto mensaje, y no había anticipado que fueran tantos, pero, funciona bien. Vamos a hablar de la función del Espíritu Santo en el antiguo pacto, como también en el nuevo pacto.

Cuando me detengo a pensar en la gracia y misericordia de Dios para conmigo, y sé que usted debe sentirse de la misma manera, estoy totalmente abrumado. ¡Qué pacto! ¡Qué pacto! Ahora, usted dígame qué necio, qué necio se atrevería a llegar a predicar la religión sacramental. Qué necio jamás se atrevería a predicar algo fuera del Evangelio de Jesucristo que es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primeramente y también al griego. Qué necio jamás querría abrazar una herejía condenadora, algún engaño condenador cuando usted tiene esta gran realidad.

Amados, sólo les advierto: no dejen engañarse por ninguna religión que se involucra en la salvación por la moralidad o salvación por el sacramento, ritual o ceremonia. Por favor, jamás suponga que alguna persona que usted conoce que está metido en eso es un cristiano.

Cuando dije hace varias semanas atrás que ese acuerdo evangélico católico demandaba que los cristianos evangélicos confesaran el pecado de evangelizar a católicos romanos y pidieran perdón. Cuando yo dije eso en ese servicio, un hombre se me acercó después junto con su esposa en lágrimas diciendo que estaban tan aterrados porque si no hubiera sido por alguien que vino a ellos con el Evangelio verdadero de Jesucristo cuando estuvieron esclavizados en el catolicismo, ellos habrían estado camino al infierno el día de hoy. Ni por un momento suponga usted que hay alguna salvación para alguien o jamás la ha habido mediante las obras, o mediante la justicia o ceremonia. No me importa cuál sea la ceremonia o cuál sea la obra moral o las obras religiosas. La salvación es por la gracia únicamente mediante la fe únicamente en Cristo únicamente. Nosotros predicaremos ese mensaje a aquellos que no son religiosos y a aquellos que son religiosos, aquellos que están en sistemas paganos de religión y aquellos que están entre comillas en sistemas cristianos de religión esperando hasta que toda persona entienda el camino de la verdadera salvación. Amén. Inclinémonos en oración.

Estamos tan agradecidos, Dios nuestro porque Tú has levantado el velo y porque Tú nos has permitido ver la gloria de Cristo. Te damos gracias porque no has dado vida, has provisto justicia, y que lo que has hecho por nosotros es permanente y eterno. Que nos has llenado de esperanza y que nos ha llevado a la visión misma de Cristo. Y podemos ver Su gloria. Ya nada está velado. Nosotros, a cara descubierta vemos la gloria.

Padre, no somos muchos nobles y no muchos poderosos y ciertamente, no los profundos. Somos los comunes y corrientes y los de abajo, pero nosotros entendemos lo que la élite religiosa del mundo no entiende. Nosotros vemos la gloria que está velada para ellos. Una misericordia de esta magnitud nos abruma. Y Te damos gracias y Te alabamos por ella en el nombre de Cristo. Amén.

 

 

 

 

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