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Bueno, esta mañana vamos a regresar a Efesios capítulo 3, y voy a leer los seis versículos de apertura una vez más.

“Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles; si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio”.

Y vamos a detenernos ahí en este punto en particular. El misterio del que el apóstol Pablo está hablando es afirmado claramente como el hecho, en el versículo 6, “los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio.” Y estamos viendo esto y explicando este asunto de la unidad en la iglesia porque es ese tema mismo en su punto más inicial en la historia de la iglesia.

El desafío en la iglesia, el desafío inicial en la iglesia, la vida de la iglesia, era unir a judíos y gentiles, quienes por milenios habían sido enemigos violentos. Los judíos no tenían interés en la salvación que Dios ofreció al mundo siendo dada a los gentiles, como es ilustrado por la actitud de Jonás. Los judíos y los gentiles eran hostiles entre sí. Los gentiles habían venido contra Israel en muchas ocasiones militarmente, habían tomado muchas vidas judías. Habían venido, de hecho, no solo contra Israel por sí mismos, sino que habían sido usados por Dios como instrumentos de castigo de Israel. Israel fue castigado por Dios mediante las armas y los ataques mortales de las naciones rodeando a Israel.

Entonces por milenios hubo una hostilidad honda y profunda entre los judíos y los gentiles. Ahora el Señor está estableciendo la iglesia, el nuevo hombre, el hombre nuevo singular mencionado en el capítulo 2, como leí, el cuerpo de Cristo singular, y judío y gentil están unidos en ese cuerpo singular. Ese es el misterio de la iglesia. Y ¿qué queremos decir con misterio? Ya vimos que esto es algo escondido, dice el versículo 5, en el pasado, y ahora es revelado en Sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu. Entonces cuando hablamos de misterio, estamos hablando no de algo que para nosotros es misterioso sino de algo que fue desconocido por los que estaban en el Antiguo Testamento.

Ahora ¿qué era conocido por ellos en el Antiguo Testamento? Que Dios salvaría gentiles, claro, porque el propósito entero de Dios en llamar a Israel como Su nación era que se volvieran los destinatarios de Su revelación divina, y que ellos tomaran el mensaje del Dios singular verdadero al resto del mundo. Siempre debían ser una nación misionera. Eran una vía pública. No debían tomar la verdad de Dios y hacerla de ellos y demostrar indiferencia completa a las naciones que los rodeaban, lo cual es esencialmente lo que hacían. Y no solo hicieron eso, no solo de una manera rara albergaron la verdad de Dios, sino que se encontraron a sí mismo atraídos a la idolatría miserable de las naciones que los rodeaban, y eran idólatras e infieles al Dios verdadero.

Entonces eran infieles a Dios, y ciertamente fueron infieles en llevar el mensaje del Dios verdadero a las naciones que los rodeaban. Ese fue el propósito de Dios para ellos—primero ser fieles, y después llevar el mensaje al resto de las naciones. Sabemos que no hicieron eso; y conforme el tiempo y los años pasaron, se volvieron más y más apóstatas, más a más alejados de Dios. Han desarrollado una religión que es impía, que no tiene conexión a Dios en absoluto.

La realidad rara en el tiempo de Cristo sería un judío verdadero, que realmente creyera en el Antiguo Testamento, que había llegado a conocer al Dios verdadero por fe. Esa era una excepción muy rara en Israel para el tiempo en el que usted llega a la era del Nuevo Testamento. Pero la hostilidad que los judíos tenían hacia los gentiles era acumulativa debido a todas las batallas y todas las peleas y todo el maltrato que había ocurrido por parte de los gentiles hacia los judíos. El odio era profundo.

Ahora el Señor va a crear una humanidad nueva, una entidad nueva, y va a ser la iglesia. Y la iglesia va a ser Su nación testigo en el mundo. La iglesia va a vivir fielmente de la manera en la que Israel no vivió. La iglesia va a ser fiel y la iglesia va a ser una agencia misionera para llevar el evangelio hasta los fines de la tierra. Entonces Israel es hecha a un lado, y veremos un poco más adelante que fueron hechos a un lado parcialmente y temporalmente, no totalmente y permanentemente, pero fueron hechos a un lado, y la iglesia fue establecida en el día de Pentecostés. Y de eso está escribiendo Pablo. Él está diciendo, somos la humanidad nueva, y si vamos a ser la humanidad nueva, constituida de judío y gentil, entonces judío y gentil tienen que entender que son uno en Cristo.

Ahora la unidad siempre es difícil. siempre es difícil. Es difícil a cualquier nivel, en cualquier frente, por cualquier razón. Y creo que particularmente en el día en el que vivimos, cuando la individualidad es celebrada a un nivel literalmente paranoico, cuando estamos enfermos de la enfermedad de estar ensimismados, en donde la identidad personal de uno es creada en un mundo de fantasía de redes sociales, y todo gira en torno al individuo—es muy, muy difícil experimentar la unidad en ese tipo de ambiente, en donde la gente está consumida completamente consigo misma. Porque la unidad solo sucede cuando usted se entrega a sí mismo a favor de alguien más, cuando usted no mira por lo suyo sino por lo de los otros, cuando usted no se considera más importante que otros, cuando usted se humilla a sí mismo, cuando usted ama a otros al hacer a un lado su propia voluntad, su propia manera, su propia promoción.

Entonces desde un punto de vista individual, la unidad es muy difícil en este día y época. Y no estoy hablando en el sentido del mundo—claro es difícil ahí—estoy hablando en la iglesia, porque la iglesia está llena de todas las enfermedades y dolencias que vienen a un grupo de personas que están enfocadas en sí mismas. Esa realmente es la barrera más grande para la unidad.

Entonces ¿cómo produce usted en la iglesia de Jesucristo gente abnegada, humilde, amorosa que está mucho más preocupada por otros que por ellos mismos, que no tienen rencor, ni amargura, ni son parciales con la gente, ni tienen actitudes malas hacia nadie? Ese es un desafío. Y el Espíritu de Dios puede hacer eso porque el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe, mansedumbre, templanza, y ese tipo de cosas son manifiestas en alguien que busca la paz que persigue la unidad.

Pero es muy difícil. Y usted no solo tiene individuos en esta sociedad en la que vivimos pensando que el mundo entero gira en torno a ellos, pero usted también los tiene reunidos en grupos que piensan que el mundo gira en torno a ellos. Con frecuencia tengo que confrontar el hecho, y dije esto hace unos pocos años atrás, la justicia social haría más por destruir la unidad de la iglesia que cualquier cosa que he visto en mi vida, y eso ha mostrado ser el caso. La justicia social se oye tan benigna, se oye tan noble, nadie está en contra de que la sociedad experimente justicia. Pero la justicia social no es lo que usted está viendo. La justicia social es un título engañoso para lo que debería ser llamado envidia colectiva, envidia colectiva. Si usted comienza a etiquetar cosas, para ser claro, con terminología bíblica, usted sabe cómo tratar con ellos.

Si alguien habla acerca de la justicia social, usted no puede encontrar un marco en la Escritura para dirigirse a ese nivel; pero si usted entiende que lo que está viendo en esto es envidia colectiva que no necesariamente se ha levantado de los corazones de la gente, sino que ha sido forzado sobre ellos—les ha sido vendido por propósitos divisivos. Sacude el puño en la cara de Dios y dice: “Dios, no me gusta mi historia, no me gusta mi pasado, no me gustan las cosas que han pasado en mi progenie, y no me gusta lo que le pasó a mi gente, o no me gusta en donde estoy en la vida.” Usted está sacudiendo su puño en la cara de un Dios soberano que lo llevó a donde está usted por la historia que Él escribió en la eternidad pasada.

Y realmente es un mejor enfoque para este tipo de cosas ver a individuos estando completamente consumidos con el egoísmo, y después agrupados en un tipo de envidia colectiva que se vuelve incluso violenta porque se vuelve tan rápidamente y tan fácilmente y tan simplemente en enojo, enojo. Si usted está enojado con el pasado, entonces va a tener dificultades confiando en Dios para el futuro. En donde la iglesia necesita ser reunida como una, hay muchos que a partir de esta envidia y enojo están creando una división inmensa.

Pablo está tratando con esto a su nivel de base. Y lo más difícil, fue al comienzo mismo: ¿Cómo une usted a judíos y a gentiles que han sido odiosos hostiles, odiosos mutuos el uno del otro por milenios? Ese es el punto. Pablo tiene una responsabilidad tremenda. Esta es una responsabilidad enorme.

Usted entiende por qué Pablo estaba tan preocupado por esto cuando usted reconoce que le costó su libertad, y después le costó su vida. Digo, todo el episodio que lo metió en la prisión, quizás tanto como cinco años en la prisión para cuando él escribe Efesios, Colosenses, Filemón; todo el episodio que lo metió en la prisión fue que los judíos trataron de matarlo en una acción de multitud en Jerusalén por predicar que los gentiles eran aceptables para Dios. Los romanos lo rescataron de la multitud. Y de nuevo, estaban tratando de matarlo por decir que Dios estaba metiendo gentiles en esta humanidad nueva llamada la iglesia. Así de desastroso fue un pensamiento como ese para para el pueblo judío, e incluso creyentes judíos. Le costó su libertad, y después le costó su vida cuando un ejecutor le cortó su cabeza en la prisión en Roma.

La unidad es muy difícil, y particularmente difícil cuando usted tiene generaciones y generaciones y generaciones de hostilidad. Y esa es la razón por la que la única manera en la que esta unidad puede ser producida es a un nivel sobrenatural. Entonces en donde usted no la ve, usted sabe que la gente no se está sometiendo al Espíritu de Dios. Vea el capítulo 4 por un momento, versículo 3, “Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” ¿Cómo hace usted eso?  Versículo 2, “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.” Solo puede ser producida por el Espíritu Santo. Es una realidad sobrenatural.

Cuando usted ve a la iglesia incluso ahora, usted ve a la iglesia, usted ve a esta iglesia, y usted dice, ¿qué es lo que une a estas personas? Vienen de todo tipo de trasfondo. ¿Quién sabe lo que pasó en su trasfondo, o atrás en la historia de las naciones de las que vinieron sus ancestros? ¿Quién sabe que hostilidades existieron en ese entonces o existieron incluso en tiempos más modernos? Pero de pronto está esta masa de personas que se han reunido de toda lengua y tribu y pueblo y nación, y son un cuerpo en Cristo, un cuerpo por el poder del Espíritu Santo, adorando al único Dios verdadero, y amándose unos a otros, y sirviéndose unos a otros. Eso es una obra sobrenatural.

El gran desafío para Pablo era no solo predicar el evangelio a los gentiles, y ese era un desafío, créanme, porque él fue perseguido por los gentiles por su mensaje del evangelio. Pero creo que un desafío incluso más grande era hacer que los judíos y los gentiles se aceptaran el uno al otro, se aceptaran el uno al otro en el cuerpo de Cristo. Y la razón por la que digo eso es porque él trata con eso en el capítulo 2, él trata con eso en el capítulo 3, y después él trata con eso en el capítulo 4. Es como si él simplemente no puede soltar este asunto tan difícil.

Ahora seamos claros. El Antiguo Testamento fue muy directo al decir que los gentiles serían llevados a conocer a Dios, que la salvación vendría a los gentiles. Les di muchas Escrituras acerca de eso la última vez. Pero escuche Malaquías, el último libro del Antiguo Testamento, capítulo 1 y versículo 11, “Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone,” este es Dios hablando, “es grande mi nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso,” esto es, va haber adoración del Dios verdadero a partir de todo lugar en toda nación, “y ofrenda limpia, adoración verdadera, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos.” Una profecía tan clara, inequívoca de que Dios iba a traer a las naciones a Su presencia para expresar adoración verdadera y pura. Esa es la salvación de las naciones, y le di muchos textos de Isaías, Isaías 60, Isaías 49, y otros textos de Isaías que hablan de esto también.

Entonces el Antiguo Testamento fue muy claro en que Dios va a salvar al mundo, Él va a salvar a las naciones, y Él ha estado haciendo eso. Eso debía ser, claro, Su plan y Su propósito; y lo fue, incluso en el Antiguo Testamento. Y el pueblo de Israel debía ser el instrumento, la nación testigo. Ellos, como usted sabe claramente, fueron infieles y apóstatas. El tiempo vino cuando ellos no solo rechazaron a Dios, no solo siguieron ídolos, no solo odiaron a sus vecinos en lugar de amarlos, sino que rechazaron al Mesías.

Y entonces en el día de Pentecostés el Señor hizo un pueblo de un nuevo pacto, una nueva humanidad, la iglesia, la iglesia de Jesucristo. Y ahora somos uno. Y la imagen es una metáfora que no está en el Antiguo Testamento. Es, la iglesia es llamada el cuerpo de Cristo. Esa es la más integrada de todas las metáforas usadas para hablar de la relación de la gente entre sí y con Dios. En el Antiguo Testamento el pueblo de Dios es llamado súbditos de un reino. Incluso son identificados como una novia para Dios quien es el novio. Son identificados como una familia. Pero Israel nunca es visto como un cuerpo. La intimidad y las relaciones de organismo que existen en la iglesia son nuevas de una manera fresca, y eso es porque el Espíritu Santo ha venido en una plenitud para formar este hombre nuevo singular.

Ahora, Jesús en Su oración en Juan 17 nos dijo por qué esto era tan importante, y es la razón misma por la que existimos. Escuche Juan 17:21, Él está orando al Padre, y Él dice, “Oro porque todos sean uno, como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.” Entonces ¿qué está en juego aquí? Que el mundo crea que Dios envió a Cristo. Todo el cristianismo se levanta o cae sobre el hecho de que son uno.

Y abajo en el versículo 23, Él esencialmente lo repite, “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”. ¿Cómo es que el mundo va a saber que el evangelio es verdad, que Dios el Dios de la Biblia, es el Dios verdadero y viviente, el único Dios y que Cristo es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo? ¿Cómo es que el mundo va a saber eso? Por la unidad de la iglesia.

Entonces obviamente aquí es donde Satanás ataca. No ignoramos sus estrategias. La iglesia debe ser ese hombre nuevo singular, algo no visto en el Antiguo Testamento en donde judío y gentil se unen en un cuerpo. Hubieron gentiles prosélitos en el antiguo Testamento, hubieron gentiles creyentes en el Antiguo Testamento que vinieron a la fe verdadera debido a la influencia del pueblo de Israel, pero no identificados en un cuerpo. Esa es la razón por la que Jesús dice en Mateo 16, edificaré mi iglesia. edificaré mi iglesia. Él está hablando de algo que no ha hecho, edificaré mi iglesia.

Y la intimidad de esta iglesia también es expresada allá en el quinto capítulo de Efesios; si usted está ahí, versículo 25, “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.” Bueno la iglesia en la tierra está muy lejos de eso. Pero ese es el diseño del Señor, ese es el deseo del Señor, que la iglesia sea santa, irreprensible, y que manifieste la evidencia del Dios verdadero y el Cristo verdadero y el Espíritu verdadero por su unidad basada en amor y humildad.

En Juan 13:34 y 35, Jesús dijo: “Deben amarse unos a otros, en esto conocerán todos que sois mis discípulos.” Esto es tan básico y tan elemental que a Pablo se le dio un ministerio que fue virtualmente, fuera del poder de Dios, una tarea imposible, traer a estos judíos y gentiles, que habían sido hostiles por tanto tiempo, y que tenían una hostilidad tan profundamente visceral, y unirlos. Pero tenía que estar al final del capítulo 1 de Efesios, usted ve ahí que “Cristo es colocado como cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”

Es el cuerpo de Cristo, y Cristo llena ese cuerpo porque Él llena a todo creyente en ese cuerpo; esta es una realidad maravillosa. Y en el capítulo 4, versículo 3 de nuevo, “debemos estar solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz porque hay un cuerpo, un Espíritu, una esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos y en todos.”

Entonces nuestra unidad es espiritual; todos poseemos la misma vida eterna. Esa parte de la oración de nuestro Señor fue respondida. Todo creyente en Cristo es un creyente en quien Cristo vive. Y entonces conforme Cristo vive en todos los creyentes, compartimos esa vida en común. Pero hacer que la iglesia reconozca esto y se conduzca de la manera en la que el Señor quería fue un desafío enorme, enorme, porque la pared era tan alta. De regreso en el capítulo 2, versículo 14, Pablo habló de una barrera, una pared divisoria, entre judío y gentil. Tenía que ser derribada.

Los judíos incluso se burlaron de los gentiles al llamarlos incircuncisión, lo cual era peyorativo. Los judíos celebraron el hecho de que, versículo 12, los gentiles estaban alejados de la ciudadanía de Israel, ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,” esto es, los gentiles, “habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Él es nuestra paz. y ha derribado la pared intermedia de separación, aboliendo la enemistad,” versículo 15, “y haciendo un hombre nuevo, un cuerpo, mediante un Espíritu.” Capítulo 2, versículo 18, “Entonces los gentiles ya no son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.” Entonces son parte de la familia de Dios.

Incluso son parte del templo, el templo santo, versículos 20 al 22, “el fundamento es los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo, en quien todo el edificio, de judío y gentil bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”

Entonces desde el punto de vista de realidad espiritual, judío y gentil en Cristo son uno entre sí. Sabemos esto, pero no sé si en todos los años que he estado en el ministerio ha habido un momento cuando ha habido lo que lo llamo algo que se aproxime a la unidad en la iglesia visible de Jesucristo.

Ahora sé que hay iglesias falsas, hay cizaña entre el trigo. Pero incluso, digamos, las iglesias que son evangélicas, que son fieles al evangelio siempre pueden encontrar maneras de dividirse de otros grupos o dentro de sí mismas. Simplemente parece haber tal dificultad, una montaña difícil de subir para experimentar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Se necesita un trabajo tremendo del Espíritu Santo, y se necesita gente que sea sumisa a la Palabra de Dios porque el fin de nuestro mandamiento es el amor nacido de un corazón limpio, y un amor de un corazón limpio produce el tipo de humildad y abnegación que construye la unidad.

Pero Pablo no está tan avanzado como su gente como lo estamos después, quizás de medio siglo de estudiar la Palabra de Dios. Pablo va a tratar de unir al judío y al gentil cuando no ha habido nada más que enemistad, nada más que enemistad, y diferencias culturales masivas, diferencias culturales por diseño que aislaron totalmente a los judíos, a propósito, para que no pudieran interactuar fácilmente con el gentil porque ellos entonces habrían sido jalados con mayor facilidad a la idolatría. Tenían tantas tradiciones que incluso hoy día cuando vemos uno de esos judíos raros, anacrónicos, ortodoxos caminando, se ve como si fuera de otra era o de otro planeta. Pero ese apego a eso habría sido de manera semejante, completamente raro a lo largo de toda la historia de ellos.

Entonces la tarea de Pablo consiste en unir a todos. Me encantaría pensar que eso podría ser hecho a una escala amplia. Me encantaría pensar que podríamos hacer algo, quizás yo podría hacer algo y otros podrían hacer algo para lograrlo. Pero he aprendido después de medio siglo que solo puedo afectar lo que puedo afectar por la instrucción de la Palabra de Dios y el ministerio del Espíritu mediante la Palabra.

Y entonces mi clamor, el clamor de mi corazón siempre ha sido, Señor, haz que esta iglesia esté unida, únenos. Que nos amemos unos a otros. Que seamos un testimonio viviente de que el Padre envió al Hijo, el evangelio es verdad, la salvación es en Cristo, y Cristo puede transformar a personas diferentes en aquellos que son uno en todo sentido.

Entonces Pablo le ha dado importancia a esto porque en el tiempo formativo de su vida y ministerio, esta fue una tarea muy, muy desafiante. Ahora él quiere que la entendamos, eso es lo que él dice en el versículo 4. Estoy diciendo más porque quiero que lo entiendan. El capítulo 3 realmente comenzó con él comenzando a orar, “por esa causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles,” y después él simplemente se detiene, y usted tiene un paréntesis del versículo 2 al 13.

Y él retoma la oración de nuevo en el versículo 14 al decir lo mismo, “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre.” Es como si él dice, estoy listo para orar porque entiendan esto, oh, no creo que todavía puedo hacer eso, tengo que decirles algo más. No conocen lo suficiente, no conocen lo suficiente. La oración no puede ser respondida a menos de que tengan más revelación. Entonces esa es la razón por la que él desarrolla este misterio en estos trece versículos de apertura.

Ahora comenzamos la última vez con el primer punto, el prisionero del misterio, el prisionero del misterio, y esto es realmente importante. Pablo se presenta a sí mismo, yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús, en el capítulo 4, versículo 1, “Así que yo, prisionero del Señor.” Él no está hablando de alguna relación espiritual, él es un prisionero. Él está en una prisión. Y como dije, él pudo haber estado ahí tanto como cinco años. Y la razón por la que está en esa prisión es porque los romanos lo rescataron de una multitud de judíos en Jerusalén que lo iban a matar, asesinarlo ahí. Lo tomaron bajo custodia protectora, y después lo tuvieron en sus manos. Finalmente lo llevan a la prisión en Roma, y en su encarcelamiento él escribe esta epístola maravillosa.

Entonces cuando él dice, soy un prisionero, él quiere decir, soy un prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles porque estoy predicando que judío y gentil son uno en Cristo. Esto es lo que llevó a mi encarcelamiento. Así de desagradable era esto para los judíos, que me habrían matado si los romanos no me hubieran rescatado, puesto bajo custodio protectora. Y una vez que me tenían bajo custodia, entonces todas las acusaciones seguían volando. Usted conoce todas las pruebas en el libro de Hechos, Festo, Félix, Agripa, y todas las acusaciones contra él. Finalmente, lo llevan en un barco a Roma, en donde eventualmente él pierde su vida ante un hacha.

Pero vea Colosenses. Mientras que él estaba escribiendo Efesios, él escribió Colosenses. En el capítulo 1, versículo 24, “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, este es el sufrimiento de estar en la cárcel, y cumplo en mi carne lo que falta por su cuerpo. Estoy sufriendo por Su cuerpo. De nuevo, él está de regreso a esta misma idea que es debido al cuerpo de Cristo siendo constituido de judío y gentil, que es la iglesia. Es debido a mi ministerio por tratar de unir judío y gentil en la iglesia que literalmente estoy, cumpliendo lo que falta en la aflicción de Cristo. Lo que él quiere decir aquí, no pueden llegar a Cristo, Él no está aquí, entonces vienen tras de mí. Odiaron a Cristo, mataron a Cristo, Él ascendió, no pueden llegar a Él, entonces vienen tras de mí con su enemistad y su odio.

Pero versículo 25, “No obstante, en nombre de la iglesia, fui hecho ministro, según la administración,” la administración, esta es la tarea en particular, “de Dios que me fue dada para con vosotros, el beneficio de ustedes gentiles, para que anuncie cumplidamente la Palabra de Dios.” Él dice, “Mira fui hecho un ministro según una administración divina que Dios me concedió para traer el mensaje de la Palabra de Dios a ustedes gentiles para su beneficio espiritual.”

Versículo 26 de nuevo, el mismo lenguaje que en Efesios, esto es, “el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,” ¿cuál es el misterio? “a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.” Este es el misterio que es tan intolerable para los judíos: que Cristo viviría en los gentiles, y tendrían la misma esperanza de gloria.

Entonces, Pablo dice, versículo 28, “A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, judío o gentil, y enseñando a todo hombre, judío o gentil, en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre, judío o gentil. para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.” Digo, esta es una carga abrumadora sobre este hombre. Todo el odio, toda la hostilidad, todo el encarcelamiento, todas las pruebas, simplemente porque él quería unir a judío y a gentil.

Usted tendría que pensar que el diablo haría cualquier cosa que pudiera por detener esto. Bueno sí, debido a que leímos de los labios de nuestro Señor mismo que es mediante la unidad que el mundo conoce que el Padre envió al Hijo. Entonces claro, ¿qué quiere hacer el enemigo sino sembrar división en todo lugar entre aquellos que nombran el nombre de Cristo?    

Entonces Pablo, antes de que pueda orar, retomémoslo en el versículo 2, un poco más acerca del prisionero del misterio, “Si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros”. Él les recuerda que todo mundo sabía esto. Todo mundo sabía que se le había dado una administración, cierta administración, cierta función en el reino. Y esa función, por la gracia de Dios dada a él, era para los gentiles, era para los gentiles. Era un ministerio por gracia de llevar el evangelio a los gentiles.

Cuando él estuvo en el camino a Damasco, usted recordará que el Señor le dijo, “Vas a llevar el mensaje a los gentiles.” Este fue su llamado. Y claro en 1 de Corintios 4:1 y 2, “Se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel.” Es el mismo término, esta es mi administración y debo ser fiel. Esta era una tarea difícil, difícil.

La gente pastoreando una iglesia lucha por unificar la iglesia. La gente en un matrimonio o una amistad lucha por continuar en unidad en una relación. Imagínese tratar de unir a dos grupos diferentes de personas que son hostiles el uno al otro durante siglos. Pero esa era la tarea de Pablo, esa es la administración que el Señor le había dado. Y era muy desafiante. Han oído de ella, él dice en el versículo 2, “que me fue dada.” Y versículo 3, esto es realmente importante, “que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente”. Probablemente refiriéndose al capítulo 1 y versículos 9 al 12, en donde él habla de esto.

Entonces él está diciendo, “Mira, esto no es algo que alguien me dijo que Dios quería que hiciera, esto es revelación directa, esto es revelación directa.” Esa historia de la revelación del llamado de Pablo se encuentra en el noveno capítulo del libro de los Hechos, en donde él está en el camino a Damasco, y es interrumpido por Cristo, y usted recuerda la historia. Pero ese encuentro en el Camino a Damasco, por dramático que fue, y por salvador que fue, no fue el final de su preparación para esta administración en particular.

Vaya en su Biblia al primer capítulo de Gálatas, y escuche el testimonio de Pablo, comenzando en el versículo 11. En el versículo 11 del capítulo 1 de Gálatas, “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”. No hay nuevo Testamento, si Pablo va a predicar el evangelio, entonces el Señor va a tener que decirle lo que es el evangelio, el Señor va a tener que darle una revelación directa acerca de eso y una revelación directa acerca de su responsabilidad en particular como el apóstol a los gentiles y el que debe proclamar a judío y gentil como uno en el cuerpo de Cristo. No había ningún lugar a donde ir para conseguir este mensaje. De hecho, era tan raro, era un mensaje tan difícil, que nadie jamás lo hubiera imaginado.

Entonces él lo recibió mediante una revelación, versículo 12, de Jesucristo. Versículo 13, “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba.” Esto es tan sorprendente como cualquier cosa que he dicho hasta ahora. El Señor no toma a alguien que había tenido algo de experiencia en conciliar judíos y gentiles. ¿Entiende eso? No, Él no escogió a alguien que había mostrado que podía mediar una relación. Él escoge a un judío que estaba matando a gentiles para ser el ministro reconciliador.

Y, de hecho, él dice, en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. Él dice más de eso en Filipenses. Él estaba en el judaísmo fanático, farisaico, fanático. Y Dios escoge a un judío fanático que odia a los gentiles, y que es un legalista tan extremo cómo es posible, para ser el que predique que judío y gentil son uno en Cristo.

Ahora ¿cómo convence Él a Pablo de hacer esto? No fue fácil, versículo 15, “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre,” él sabe que fue ordenado desde el vientre de su madre para hacer esto, “y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre.” ¿Por qué? Bueno ¿a quién iría? Cuando él finalmente llega a Jerusalén varios años más tarde, a ellos no les gusta la idea de que los gentiles han sido aceptados en el cuerpo de Cristo, incluso en ese entonces.

Entonces ¿quién va a venir y ser un aliado con él? Nadie necesariamente. Entonces ¿qué hace usted? Él dijo: “No fui a Jerusalén a los que eran apóstoles antes de mí.” Ni siquiera fue a los apóstoles porque el mensaje probablemente no habría sido comprensible para ellos. “Me fui a Arabia,” Arabia de los nabateos, este y sur de la tierra de Israel, “y regresé una vez más a Damasco.” Después, versículo 18, “pasados tres años, subí a Jerusalén.” Oh.

¿Cuánto tiempo le tomó a Pablo que esto entrara por su cráneo grueso? Aparentemente tres años antes de que fuera a darle a esto una vuelta de prueba en Jerusalén. Esto es simplemente demasiado extremo, demasiado extremo. Entonces él es convertido, va a Arabia, en algún punto regresa a Damasco. Tres años de revelación divina de Cristo para transformar a este matón de cristianos gentiles en uno que es el apóstol a los gentiles y tiene la responsabilidad de unir a judío y a gentil en la iglesia.

Entonces de regreso al versículo 3 de Efesios 3, “por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo.” El Señor me dio conocimiento, suneis, el Señor me dio entendimiento en todo ese período de tiempo, de que el misterio de Cristo debía ser el mensaje que predicar, “que en otras generaciones,” versículo 5, “no se dio a conocer.” Y el ministerio de Pablo es predicar a Cristo a los gentiles, y al judío y a los gentiles, que hay un cuerpo de judío y gentil, uno en Cristo.

Ahora ese es el prisionero del misterio. Por lo menos permítame darle un segundo punto, la planeación del misterio, versículos 5 y 6, la planeación del misterio. Y para ahora esto es bastante evidente. ¿Qué es un misterio de Cristo? “Es aquello que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu.”

Entonces un misterio no es algo que tiene la intención de ser oscuro u oblicuo. Un misterio, específicamente el término mustērion en el Nuevo testamento, se refiere a algo escondido en el pasado y revelado en el Nuevo. En otras generaciones no fue dado a conocer, ahora es revelado. Y él dijo “fue revelado a Sus santos apóstoles y profetas en el Espíritu.” Por la revelación del Espíritu, toda la Escritura es dada por inspiración de Dios, toda la revelación divina viene por la agencia del Espíritu Santo.

Y vino a los apóstoles. Ahora “apóstoles” en el sentido aquí, como ustedes obviamente saben, o los doce, menos Judas, más Matías, más Pablo, estos son hombres escogidos. Y, hubo un criterio para esa elección. Escuche Primera de Corintios 9:1, Pablo dice, “¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿Cuál fue el requisito para un apóstol? Él tenía que haber visto a Cristo y visto al Cristo resucitado. Y Pablo tuvo esa experiencia en el camino a Damasco y también un par de veces más. 

Entonces esta revelación ha sido revelada a Pablo, y no solo a Pablo sino también a los santos apóstoles. Los otros apóstoles habían llegado a entender esto, pero fue la responsabilidad única de Pablo ir a los gentiles. Y los apóstoles entonces debían proclamar esto. Juan nos da un retrato maravilloso de eso, 1 de Juan 1, versículos 1 al 3. Aquí está Juan dándonos una especie de descripción del ministerio de los apóstoles. Él está hablando en plural por sí mismo y los otros apóstoles. “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida.” El Verbo de vida es Cristo.

Entonces Juan dice, este es nuestro ministerio. Lo que era desde el principio, primeros encuentros con Cristo, lo que hemos oído, lo que hemos visto, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida, porque la vida, siendo la vida de Cristo, fue manifestada, y la hemos visto y testificamos y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó.

Entonces lo que los apóstoles tuvieron fue una manifestación personal del Dios encarnado en Cristo. Y después en el versículo 3, “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros, y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.” Entonces, estuvimos con Cristo, conocimos a Cristo. Eso es lo que define a un verdadero apóstol con A mayúscula.

Ahora la palabra apóstol significa “uno enviado” o “un mensajero”. En 2 de Corintios 8:23, menciona mensajero de la iglesia, o apóstoles de la iglesia, es una a minúscula. Entonces la palabra puede tener un significado no técnico. Pero aquí, y en la mayoría de los casos en el Nuevo Testamento, cuando se refiere a los apóstoles, está refiriéndose a los apóstoles originales a quienes les fue dada la revelación de Dios. Y, en particular en el versículo 5 cuando dice que “fue revelado a sus santos apóstoles,” apartándolos con la identificación como santos, lo cual significa ser apartado.

Ahora, ¿qué hizo la primera iglesia cuando se reunía? Hechos 2:42, la primera vez que la primera iglesia se estaba reuniendo, dice que “perseveraban en la doctrina de los apóstoles,” la enseñanza de los apóstoles. Eran los voceros para Dios. Todavía no había Nuevo Testamento, Dios estaba revelando Su revelación del Nuevo Testamento mediante los apóstoles y los que estaban asociados con ellos. Fueron la fuente de verdad nueva, por lo tanto, fueron la fuente de aquello que sería considerado los misterios que ahora fueron revelados en el Nuevo Testamento.

Pero no fue solo a los apóstoles sino también a los profetas. ¿Y qué son los profetas? Esos serían predicadores, predicadores. ¿Cómo sabemos eso? Primera de Corintios 14:3 dice que los profetas hablan para edificación, exhortación, y consolación. El de ellos no es tanto un ministerio de revelación divina como el de los apóstoles, sino que más bien el hablar de edificación, exhortación y consolación. Ellos predican la verdad ya revelada. Ocasionalmente el Señor podría dar revelación especial a un profeta a nivel práctico, como Agabo, vimos en el capítulo 21. Pero no hay indicación de profetas recibiendo revelación divina como los apóstoles la recibieron. Entonces los profetas predicaron la enseñanza de los apóstoles, la cual recibieron del Señor Mismo.

Entonces Juan nos está diciendo, básicamente respaldando a Pablo y a fortaleciendo el propósito de Pablo, todos fuimos llamados a hacer esto, todos fuimos llamados a proclamar a Cristo. Pero Pablo en particular tenía esta responsabilidad de unir a judío y a gentil. Y eso es lo que el versículo 6 está diciendo, “para ser específico, que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio.” Simplemente una tarea increíblemente difícil.

No son prosélitos, como los gentiles eran en el Antiguo Testamento. No son extraños, no son extranjeros, como lo eran en el Antiguo Testamento. Son coherederos. Eso significa que son hijos. Tienen el mismo estatus legal, ellos comparten los mismos beneficios espirituales. Y son miembros, miembros del mismo cuerpo. No es como si hay un cuerpo para los judíos y un cuerpo para los gentiles, solo hay un cuerpo para ambos.

Escuchen 1 de Corintios 12:12, “Porque, así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros,” ese es el cuerpo humano, “pero todos los miembros del cuerpo siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es uno solo miembro, sino muchos.”

Sea lo que usted sea, judío, griego, esclavo, libre, usted está en Cristo, usted está en un cuerpo. Entonces somos coherederos, tenemos el mismo estatus legal, somos miembros, tenemos el mismo estatus de vida, y copartícipes de la promesa, refiriéndose a que tenemos la misma herencia, la misma herencia, lo cual quiere decir que todas las promesas de bendición, en últimas, para Israel, también van a ser para los gentiles que también vienen bajo la bendición de Dios mediante salvación.

Creo que sabemos que los judíos no querían que los gentiles recibieran las bendiciones que le fueron prometidas a Abraham y David y los profetas. Estaban afuera del pacto. Pero en la iglesia, todos compartimos el mismo estatus legal, el mismo estatus de vida, y la misma herencia. Todos somos uno. Y esta fue la unidad más difícil de hacer entender, el mensaje más difícil. Usted pensaría que, si lo entendieron en la primera iglesia, y eventualmente así fue, entenderíamos los desafíos menores de división que enfrentamos en este día.

En romanos capítulo 11, simplemente en cierta manera cerrándolo, en Romanos capítulo 11, versículo 13, Pablo dice, “Yo soy apóstol a los gentiles,” honro mi ministerio. Yo soy un apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, “por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.” Esta es una declaración extraña, ¿no es cierto?

Ahora sabemos que su celo fue por Israel. Él dice eso en el capítulo 10, “el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.” Incluso al llevar el evangelio a los gentiles, él estaba esperando hacer que los judíos tuvieran celos de las bendiciones que Dios estaba derramando en los gentiles. Extraño, ¿no es cierto, que los celos pudieran ser una motivación para salvación? pero pueden serlo, si usted sabe que le falta lo que alguien tiene en Cristo.

De alguna manera quiero provocar a celos a mis compatriotas y salvar a algunos de ellos. ¿Sucederá eso? Ahí en el versículo 25, “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, no quiero que se pierdan esto, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos, que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte.” Muy bien, detengámonos ahí. No todos los judíos básicamente, fueron rechazados porque la iglesia está constituida de gentil y ¿qué? y judíos.

Entonces el endurecimiento de Israel fue solo parcial, y fue solo temporal. El endurecimiento le ha pasado a Israel hasta que la plenitud de los gentiles haya entrado. Y cuando el Señor haya completado Su iglesia, y la plenitud de la salvación de los gentiles haya entrado, versículo 26, “todo Israel será salvo.” Dios no ha terminado con Israel, Él va a regresar y salvar a Israel. Él ahora está llamando a Su iglesia, pero Sus promesas para Israel no pueden ser revocadas porque los dones y llamamientos de Dios no están sujetos a cambio.

Entonces cuando la iglesia esté completa y la plenitud de los gentiles haya entrado, el Señor entonces se volverá a la salvación de Israel, como Él prometió. “En el futuro verán al que traspasaron, y llorarán por Él como unigénito,” refiriéndose a que verán a Cristo por quién era Él, “y la salvación vendrá a Israel, y todo Israel será salvo.” Pero al principio, este fue un ministerio profundamente difícil. Y le costó a pablo su vida, un precio que estaba dispuesto a pagar, porque su administración le fue dada por Dios.

Para nosotros, el evangelio es crear una nueva sociedad. Y lo último que debe llegar a identificarnos, lo último que debe llegar a ser característico de nosotros es la división, la discordia, peleas, luchas, divisiones que dividen estudios bíblicos, escuelas dominicales, iglesias, denominaciones, instituciones. Todos necesitamos estar buscando el vínculo de la paz, ¿no es cierto? en el Espíritu, mediante el amor y la humildad. Mucho más que decir. De hecho, dije muchas cosas que no había planeado decir. Oremos.

Padre, es una experiencia profunda sentarse bajo la Palabra del cielo, sentarse y abrir nuestros oídos y nuestras mentes para oírte hablar. Estamos tan cansados de los hombres, y los mensajes de demonios, y el engaño y las mentiras. Estamos tan cansados de la confusión, la mala representación, los falsos maestros que se enmascaran como si te representaran. Gracias porque Tu Palabra da una verdad clara. En todo punto es inequívoca. Es clara porque Tú nos haces responsable de entenderla, creerla, vivirla.

Hemos disfrutado, en esta iglesia, maravillosa y rara, unidad gozosa. Y, pedimos que continúes causando que todos nosotros, y cada uno de nosotros, hagamos todo lo que podamos por preservar eso, que por lo menos el mundo que nos ve dirá, eso no puede ser humano, y den gloria a nuestro Padre en el cielo, que envió a Su Hijo para salvarnos y hacernos uno con Él. Estas cosas pedimos en el nombre de Cristo. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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