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Uno de los legados más raros de la Segunda Guerra Mundial han sido las sectas de cargamento, cómo son llamadas en el Pacífico Sur. Muchos de los pueblos aborígenes de islas que van desde Australia hasta Indonesia en la parte norte, fueron expuestos inicialmente a la civilización moderna mediante las Fuerzas Armadas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. El ejército estadounidense en particular, con frecuencia utilizaba islas remotas que habían sido habitadas solo por gente del área. Usaron esas islas como pistas de aterrizaje temporales y almacenes de provisiones. Hombres blancos vinieron a esas islas llevando cargamento y después se iban con la misma velocidad con la que habían llegado. La gente de las tribus no tuvo tiempo de aprender la manera en la que funcionaba la civilización.

La civilización simplemente descendió y cayó sobre ellos. Vieron tecnología de punta de cerca. Estos aviones salían del cielo, aterrizaban en la jungla, dejaban su cargamento y después despegaban. Los nativos de la isla vieron encendedores para cigarros, los vieron produciendo fuego de manera mágica y pensaban que eran milagrosos. Vieron máquinas grandes empujando hacia un lado los bosques para construir las pistas de aterrizaje, en dónde estos aviones grandes podían aterrizar. Por primera vez vieron jeeps y armamento moderno y refrigeradores, y radios, y herramientas potentes, y muchas variedades de ropa y alimento.

Estaban fascinados realmente por todo eso, y la conclusión a la que llegaron, en cierta manera alguna natural, fue que los hombres blancos eran dioses y volaron del cielo con todas las cosas. Y su conclusión fue que los dioses eran seres que le traían a usted muchas cosas. Cuándo la guerra se acabó, los ejércitos se fueron, y los hombres de las tribus construyeron altares a los dioses del cargamento. Los tabernáculos eran réplicas perfectas de aviones, o torres de control o hangares hechas de bambú o algún tipo de material natural entretejido. Se veían como lo que era real, pero lo único para lo que servían era para que fueran un lugar de adoración.

En algunas de las islas más remotas, las sectas de cargamento todavía están operando en la actualidad, en este momento, hoy. Y si usted fuera a algunos de esos lugares, descubriría que algunos de ellos han personificado todos los estadounidenses en una deidad. Y el nombre de ese dios es Tom Navy. Oran, la gente le ora para que el cargamento santo caiga, y veneran reliquias religiosas como encendedores, cámaras, lentes, plumas, tuercas, tornillos, y otro tipo de cosas.

Conforme la civilización ha comenzado a penetrar en estas islas remotas, en dónde las sectas de cargamento existen, su fascinación por el cargamento no ha disminuido. Los misioneros que han sido enviados a esas áreas a predicar el evangelio, descubren que la gente involucrada en las sectas de cargamento, inicialmente los reciben de manera cálida, porque piensan que es la segunda venida de los dioses del cargamento. El problema es que están esperando el cargamento, no el evangelio. Y los misioneros descubren que están tan inmersos en un materialismo que ni siquiera entienden que no pueden recibir fácilmente el evangelio. Y se ha vuelto muy difícil penetrar estas personas de secta de cargamento con la verdad salvadora.

Bueno, veo ese tipo de fenómeno religioso extraño y veo en el cristianismo contemporáneo un paralelo bastante interesante, podría ser llamado el Movimiento de Palabra de Fe, o el Movimiento de Fe, o la Fórmula de Fe, o la Palabra de Fe, o Hiper Fe, Confesión Positiva, o Nómbralo y Reclámalo o Prosperidad y Salud y Riqueza, o lo que sea. Es lo mismo de siempre, en cierta manera este es un nuevo tipo de la secta de cargamento, en dónde Dios es este Dios que descarga sus productos materialistas externos, tangibles, que pueden consumir.

Estos maestros contemporáneos enseñan, francamente, que la oración es un medio para la gratificación personal. La oración es una herramienta mediante la cual usted consigue lo que quiere. Y primordialmente lo que usted quiere es material. Se puede consumir, es algo que usted puede tomar con su mano. Es dinero, es ropa, son autos y casas, y otras cosas materiales. En mi mente no hay diferencia entre las sectas de cargamento extrañas del Pacífico Sur, y la predicación de la prosperidad contemporánea que reduce a Dios a algún tipo de siervo quien dependiendo del capricho y el deseo por gratificación personal. Eso prevalece en la actualidad. Existe un mal entendimiento tan serio, como resultado de lo que la oración es, que necesita ser corregido.

Ahora, eso me lleva al pasaje frente a nosotros. Abra su Biblia en 2 Tesalonicenses, capítulo 1. 2 Tesalonicenses capítulo 1, versículos 11 y 12. Nos lleva a la vida de oración de Pablo. Su vida de oración es absolutamente diferente a la manera en la que alguien se acerca a Dios como lo acabo de describir. Pablo no ora por cosas materiales. Él no ora por cosas que pueda consumir, sus oraciones son mucho más profundas que eso. Escuche como ora, 2 Tesalonicenses 1:11, “Por lo cual así mismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por digno de su llamamiento y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.”

No hay nada material en esa oración, no hay nada que se puede consumir en esa oración. No hay nada que puede satisfacer un deseo personal en esa oración, el Dios al que Pablo ora no es un dios de cargamento. Él no trae radios y cámaras y televisiones y binoculares y encendedores. Eso no es por lo que ora Pablo. Pablo ha entendido la oración, por lo que realmente es, en el nivel profundo que Dios quiso que fuera.

Entonces, conforme vemos estos dos versículos hemos titulado este estudio de dos semanas, “Orando por las cosas correctas”. La oración verdadera es aprender a pensar los pensamientos de Dios como Él quiere. Aprender a desear los deseos de Dios con Él. Aprender a amar lo que Él ama y aborrecer lo que Él aborrece. Y entre más profunda se vuelva su vida de oración y más se alinee con la voluntad de Dios, y los anhelos de Dios y los deseos de Dios y los amores de Dios, y los odios de Dios, menos cosas triviales la ocuparán, menos cosas que puede consumir serán manifiestas. Y más su oración, se volverán anhelos que abarcan mucho y afirmaciones de esas realidades espirituales, que usted sabe, que están cerca del corazón de Dios. 

Usted orará así, “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad. La oración nos coloca en la relación más cercana con Dios. Nos levanta a Él, nos coloca en el lugar de mantener compañía con Dios. Y ahí en esa compañía, con una Biblia abierta y un corazón abierto, aprendemos a escuchar antes de que hablamos.

Encuentro en mi propia vida personal que las experiencias más puras y más genuinas y más enfocadas de oración que tengo, son cuando oro frente a mi Biblia abierta, porque la voluntad de Dios es revelada. El corazón de Dios es manifiesto, los anhelos de Dios son dados a conocer a mí, aquello que Él ama es revelado, aquello que Él aborrece es revelado. Y eso se traduce en mi afirmación y mi oración, esto se vuelve un estilo de vida.

Vivimos en dos niveles. Usted puede estar involucrado en las rutinas que toman su tiempo, y tiene que concentrar cierto tiempo de su mente consciente a esas rutinas. Pero una de las grandes realidades de la mente humana por la creación de Dios, es que puede estar tratando con más de una cosa al mismo tiempo. Tiene la capacidad de dividir su atención. Y mientras que todos estamos tratando al nivel tangible, transitorio de la vida externa en la que estamos inmersos, al mismo tiempo hay una consciencia que va mucho más profundo que eso. Este era Pablo. Pablo podía estar enseñando, predicando, planeando, escribiendo, trabajando, exhortando, discipulando, viajando, sufriendo, pero todo el tiempo, por debajo, a otro nivel orando a un nivel que mostraba con que profundidad él entendía la mente de Dios.

Si en su vida, la oración es reducida a algún período de tiempo que se identifica, en el que usted expresa verbalmente cosas a Dios, o un período de tiempo en el que usted detiene todo lo demás y se coloca en una posición única y enfoca su mente en Dios y levanta sus oraciones, incluso de una manera silenciosa, esas, mientras que son importantes, no pueden constituir toda su vida de oración. Su vida de oración es simplemente una manera de vivir, y se lleva a cabo todo el tiempo. Sus actividades abiertas y obvias, externas, demandan cierta cantidad de atención, pero existe ese nivel más profundo de comprensión, que se está llevando a cabo todo el tiempo dentro de usted, que es una comunión incesante con el Dios vivo.

Fue tan verdadero en el caso de la vida de Pablo, que de manera periódica como usted lee a lo largo de sus epístolas, ese nivel más bajo sale a la superficie. Usted casi podría decir que es como un volcán. Hay una superficie delgada, una tapa delgada en la superficie de la tierra, pero debajo de la tierra está esta combinación de gas y fuego que está hirviendo, y de vez en cuando irrumpe y sale a la superficie y la lava caliente fluye. Así era en el corazón de Pablo, había un corazón ardiendo por Dios. Había una relación explosiva con Dios, y en el proceso de su escritura o predicación, enseñanza, discipulado, viajar, planear, preparar, de vez en cuando lo que estaba pasando todo el tiempo debajo de la superficie, en la calidez de su comunión con Dios, estallaba y llegaba a la superficie.

Y entonces, descubrimos conforme leemos sus epístolas, de vez en cuando que una de estas oraciones explota, llegando a la superficie en un volcán del calor de su corazón. Así es el versículo 11 y 12 aquí llegamos al nivel profundo de Pablo. Él no nos está dando algún tipo de explicación de teología, él no nos está llevando a lo largo de la progresión lógica de una doctrina, él no nos está dando algún tipo de razón para cierta exhortación. Él no está definiendo para nosotros un problema en la iglesia en el que él quiere darnos una solución. Él no está atacando algún asunto, él no está tratando con alguna doctrina falsa o enseñanza falsa, si no que más bien, de pronto, vamos debajo de todo eso y en una explosión sale está lava caliente de su vida de oración.

Y siempre señalamos la palabra ‘siempre’, porque siempre parece estar ahí. Cuándo él dice, oramos por ustedes, él siempre dice siempre. Y tenemos que hacer la pregunta, ¿cómo puedes hacer eso? Y la respuesta a la pregunta es porque está este otro nivel en el que él vive en comunión con Dios. Pablo, en ese nivel profundo, en dónde la oración verdaderamente existe, en dónde la oración es una preocupación interminable, conoce a Dios muy bien. En ese nivel él entiende la voluntad de Dios, porque le ha sido revelada en las Escrituras, él siente lo que Dios siente. A él le duele en dónde Dios le duele, él se regocija en dónde Dios se regocija, él entiende lo que Dios quiere, lo que Dios anhela, lo que Dios ama, lo que Dios odia, es parte de la madurez espiritual conocer eso.

Y como consecuencia sus oraciones nunca son superficiales, y nunca son egoístas y nunca ven solo lo que está frente a sus ojos. Siempre son muy profundas, muy espirituales, siempre buscan abrazar cosas que son absolutamente imposibles de consumirse, cosas que usted no puede tocar ni sentir. Él no está orando por las cosas físicas. Y entonces quiero decirle que este es un buen punto en nuestro estudio de la Palabra de Dios para recordarnos que muchos de nosotros, en la mayoría de los casos, oramos por las cosas equivocadas, y Pablo oraba por las cosas correctas. Y supongo que para algunos de nosotros la oración es un tiempo periódico en el cual detenemos todo y nos enfocamos en expresar verbalmente nuestras peticiones, en lugar de que sea un estilo de vida incesante.

La madurez espiritual, entonces, está marcada por esas dos cosas. Está marcada por una vida de oración incesante que se lleva a cabo en un nivel profundo debajo de la superficie de las cosas normales, y es oración que busca las cosas correctas porque conoce la mente y el corazón y la voluntad de Dios. Ahora, viendo de nuevo estos versículos le recuerdo que la última vez vimos el punto uno, el cuál es el recurso mismo, cuando él quiso algo para sí mismo, cuando él quiso algo para la gente amada a la que él ministraba, el recurso fue la oración.

Entonces, el versículo 11, “Por lo cual, asimismo oramos siempre por vosotros.” Este nivel que estaba por debajo de la superficie de comunión consciente con Dios tenía inherente en él oraciones por sus iglesias, él ve la oración como el medio para adquirir estos fines espirituales. Para Pablo, y para cualquier cristiano maduro, la oración es una condición, la oración es una condición, es un estado de la mente. Es una condición permanente o un estado de la mente, permanente, mediante el cual las promesas y los propósitos de Dios, el bienestar espiritual de Su pueblo, la extensión de Su evangelio, y el crecimiento de Su iglesia son la pasión del creyente. Es ese tipo de condición. Es vivir en una condición en la que usted está consumido con las promesas y propósitos de Dios, con el bienestar de Su pueblo, la extensión de Su evangelio, y el crecimiento de Su iglesia. Y las cosas que le preocupan a usted son las cosas que le preocupan a Él. Alinea su corazón con Dios.

Y vimos algo del recurso de la oración, la última vez, acerca de cómo se alinea con la soberanía de Dios. Vayamos a las peticiones, ese el punto dos en este texto. ¿Qué es lo que él pide? Alinearse con Dios, conocer la mente y el corazón de Dios ¿Por qué ora Pablo? Versículo 11, “Para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder.” Esas tres cosas, nada egoísta, nada superficial, nada externo, nada temporal, nada que se pueda consumir, éste es tesoro espiritual rico, rico, por lo que él ora.

En primer lugar, dignidad. Dignidad. “Para que nuestro Dios, os tenga por dignos de su llamamiento.” Esta es una petición amplia que realmente abarca la virtud cristiana. Ora porque Dios los haga dignos. En otras palabras, que Dios los capacite para merecer el nombre que llevan. Si usted va a ir por todos lados diciendo que es de Cristo, y Cristo es de usted, entonces debería merecer ese título. Él usa el pronombre posesivo “nuestro Dios” simplemente para recordarle a sus lectores y a nosotros que Dios no es un ogro distante, Dios es no es alguien que debe ser temido, Dios no es uno que no puede ser tocado con los sentimientos de nuestras debilidades y no mediante claro, Cristo, ha demostrado que es un Dios tierno y que se preocupa.

Entonces, en un sentido íntimo, él identifica a Dios como nuestro Dios, y él dice, “Nuestro Dios quiere hacerlos” o considerarlos, ese verbo puede tomarse de cualquiera de las dos maneras, de cualquier manera, si lo hace usted digno, Él lo va a considerar por digno. Si lo considera digno va a ser porque Él lo hizo digno, pero nuestro Dios quiere hacerlo digno para que pueda ser considerado digno de nuestro llamamiento. Esa pequeña afirmación ‘vuestro llamamiento’ y permítame ayudarle a ver lo que significa. Cuando usted ve el término llamado ‘llamamiento’, vuestro llamamiento en las epístolas del Nuevo Testamento, se refiere a salvación. No es el tipo de llamado, digamos, que Jesús usaría en los evangelios, en dónde Él dice: “Muchos son llamados, pero pocos escogidos.”

Ese es simplemente un llamado del evangelio en dónde los pecadores son llamados a arrepentirse, los incrédulos son llamados a creer, la gente no salva es llamada a ser salva. Esa no es la manera en la que es usada en las epístolas. Es usado de lo que los teólogos llamarían un llamado eficaz, efectivo, a la salvación. Es usada para ese momento en el que Dios lo salva a usted. Su llamamiento es el momento en el que Dios lo llamó a usted, la realidad de su salvación. Usted fue llamado a Cristo por Dios. Usted fue atraído a la salvación. Es ese sentido, es el sentido de Romanos capítulo 8, en dónde dice, que a los que predestinó, a estos también llamó, y a los que llamó, a estos también justificó, y a los que justificó a estos también glorificó.

Entonces, ahí tiene usted la predestinación, el llamado, justificación, y la glorificación. Ese es el flujo de la salvación. Los predestinados son llamados a la salvación, de esta manera son declarados justos, de esta manera son dirigidos a la gloria. Usted ve lo mismo en Romanos 12:29, “porque el llamamiento de Dios es irrevocable.” Dichos llamados de Dios son irrevocables, son permanentes. Gálatas 1:15, Pablo habla de su salvación y él la llama el tiempo en el que él fue llamado. 1 Corintios 1:26 habla de la salvación como un llamado.

Entonces, es un término que significa un llamado eficaz, efectivo, a la salvación. Usted ve lo mismo en 1 Tesalonicenses 2:12, “para que andéis de una manera digna del Dios que os llamó a su reino y gloria.” Es un llamado al reino, es un llamado a la gloria, es un llamado salvador. Podría ser en los mismos términos que Jesús usó cuando Él habló de que el Padre trae. “Ninguno puede venir a mí si el Padre que me envió no le trajere.” Esa es la esencia de ese llamado.

Entonces, él dice, “Miren, han sido llamados a salvación. Han sido llamados a Dios, llamados a Cristo, llamados a llevar el nombre ‘cristiano.’ Han sido llamados para ser identificados como el pueblo de Dios, hijos de Dios. “Ahora,” dice él, “oro para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento,” que merezcan llevar ese nombre. Él quiere que usted sea digno. Esa palabra trae a nuestra mente varias cosas. En Romanos 1:32 la Biblia dice que los impíos son dignos de muerte, son dignos de muerte. Son indignos de salvación, y eso incluye a todos nosotros. Ninguno de nosotros es digno de salvación.

Entonces, podemos presentar el punto simple, pequeño, Dios salva a los indignos. Dios por gracia salva a los indignos. Podemos añadir a eso, esto, Dios entonces hace a los indignos, dignos. A la iglesia en Sardis, en Apocalipsis 3, y versículo 4, el Señor dijo: “Porque eres digno,” Dios salva al indigno y hace al indigno, digno. Pero más allá de eso, Dios quiere que se vuelvan más dignos. Él quiere incrementar eso en el sentido práctico. ¿Cómo puedo entender eso? Bueno, antes de que usted es cristiano, usted es indigno. Cuándo usted se volvió cristiano se volvió digno en un sentido posicional, eso quiere decir que, así como se volvió justo en la justicia de Cristo, entonces se volvió en esa justicia, digno.

En otras palabras, Dios lo hizo a usted digno cuando usted era indigno, y lo hizo por gracia. Usted no se lo ganó, no se lo podía ganar, no podía hacer nada digno de salvación, no podía hacer nada que fuera lo suficientemente digno para ganársela, no podía hacer nada lo suficientemente digno para mantenerla, pero Dios le da a usted una dignidad que está en Cristo. Cuándo Él lo declara a usted justo, y lo viste en la justicia de Cristo, eso lo hace a usted digno.

Entonces, en la posición que usted ocupa delante de Dios, usted es digno. Pero en el sentido práctico, Pablo dice, “estoy orando porque Dios los haga dignos.” En otras palabras, Él va a incrementar esa dignidad. Usted ve algo parecido ahí atrás en el versículo 5 del capítulo 1. Como Dios mediante sus juicios de disciplina está haciéndolos dignos del reino por el cual están sufriendo. Dios quiere que usted sea más digno, Él quiere que usted merezca más el llevar Su nombre. Él no quiere que sea una vergüenza para Su nombre, vergüenza para Su iglesia.

Entonces, Él quiere hacerlo a usted más digno para incrementar su dignidad, y Él lo hace mediante el sufrimiento, capítulo 1 versículo 5, Él trae sufrimientos a su vida, que en cierta manera hacen a un lado la carne y lo llevan a sí mismo y traen madurez espiritual, y aquí, en la nota positiva, Pablo está orando porque Dios continúe ese proceso, sea como sea que necesite operar, que Dios lo haga digno de Su llamamiento. Usted ya lo es en posición, necesita ser más y más digno en práctica. Algún día en el futuro usted será completamente digno, porque usted será completamente santo.

Mientras tanto, necesitamos volvernos más dignos de llevar el nombre de Cristo. Los cristianos son hechos dignos, así como son hechos justos, pero necesitan volverse más justos, necesitan volverse más dignos. La cuestión de vivir a nivel de esa dignidad divina interna, es estimulada por la mano de Dios que juzga, y es estimulada por el Espíritu de Dios conforme Él se mueve en nuestras vidas mediante la Palabra y su aplicación.

Entonces, él dice, “Quiero que sean más dignos.” Creo que esa es una oración que todo pastor debería orar, todo pastor ora. “Quiero que mi congregación sea más digna de llevar el nombre de Cristo. No quiero que mi congregación traiga menosprecio a Cristo. No quiero que mi congregación traiga deshonra a Su nombre. No quiero que sean la causa como los judíos fueron, de que Dios sea menospreciado. ¿Recuerda usted que él dijo, el nombre de Dios era calumniado debido a su conducta, en Romanos 2?

Y habían algunas personas en la iglesia tesalonicense que no estaban actuando de una manera muy digna. Realmente no eran dignos de llevar el nombre, vea el capítulo 3, versículo 6, “Os mandamos hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se alejen de todo hermano que lleva una vida desordenada y no según la tradición que recibiste de nosotros.” Hay algunos hermanos, ahí afuera, que están en una situación desordenada, que no están siguiendo la tradición. Esto es la Escritura, la Palabra, “la enseñanza que recibieron de nosotros,” versículo 11.

Están llevando una vida indisciplinada, no están trabajando, y están actuando de manera entrometida, manténganse alejados de esas personas. Habían algunas personas indignas. Dignas, sí, posicionalmente cubiertas con la justicia de Cristo, pero en su vida práctica no eran dignos de ser llamados cristianos. Sabe, una cosa, yo creo que algunas veces Dios simplemente mata a esas personas, se los lleva al cielo. No son dignos de llevar Su nombre en la tierra, son una mancha para Él.

Entonces, él está orando que estas personas caminen de una manera digna del nombre que llevan. Usted tiene una responsabilidad tremenda. Usted tiene un privilegio tremendo, y yo también, si llevamos el nombre cristiano, de vivir de una manera digna de llevar el nombre. Observe Efesios, y le voy a mostrar como este mismo pensamiento, en cierta manera es un tema recurrente que es importante en los escritos de Pablo. Efesios 4:1, “Yo, pues, prisionero en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación o llamamiento con la que habéis sido llamados.” Debe andar de una manera digna.

Y él lo define, “con toda humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros en amor, siendo diligentes en preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” Así es como usted debe caminar. Eso es lo que un cristiano digno hace. Un cristiano digno es humilde y gentil y paciente y soporta y ama y busca la unidad. Observe Filipenses capítulo 1, Filipenses capítulo 1 versículo 27, “Solo que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo.” ¿Cómo es eso? Bueno, “estando firmes en un espíritu, una mente, esforzándose juntos, luchando juntos por la fe del evangelio, nunca alarmados por sus adversarios, sufriendo de manera dispuesta.” Así es como usted es digno. Usted anda de una manera digna cuando usted busca la unidad, cuando usted está firme, cuando confía en Dios en medio de la dificultad. Cuando soporta el sufrimiento por cause de Él.

Colosenses 1:10 él dice lo mismo. “Esto es por lo que oramos, que andéis como es digno del Señor.” ¿Cómo? “Agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, creciendo en el crecimiento de Dios, fortalecido con todo poder conforme a la potencia de su gloria. Dando gracias,” versículo 12. ¿Qué es una vida digna? Es una vida que agrada al Señor en toda área. Es una vida que da fruto en toda buena obra. Incrementa en conocimiento, fortalecida con poder. Es una vida que está agradecida. Esa es una vida digna. Y después, como señalé antes, 1 Tesalonicenses 2:12 dice lo mismo. “Anden de una manera digna del Dios que los llama a su reino y gloria.” Y, ¿cómo debe caminar? Bueno, Pablo dice que caminemos de esta manera, versículo 10, “de manera devota, recta e irreprensible.”

Entonces, usted puede ver que este es un tema al que Pablo le gusta regresar, esta idea de dignidad. Él está diciendo: “Oro porque Dios incremente su dignidad de llevar el nombre de Su Hijo.” Si usted ve el Nuevo Testamento y lo resume, sería algo así, un andar digno. Y le voy a dar una lista, no lo escriba, simplemente escuche, en las escrituras que leí y varias más, es así…un andar digno es un andar en humildad, un andar en pureza, un andar en contentamiento, un andar por fe, un andar en justicia, un andar en unidad, un andar en gentileza, un andar en fortaleza, un andar en paciencia, un andar en amor, un andar en gozo, un andar en gratitud, un andar en la luz, un andar en conocimiento, un andar en sabiduría, un andar en verdad y un andar siendo fructíferos.

Resumiéndolo, si usted dice que Cristo y usted están relacionados, 1 Juan 2:6, debería andar como Él anduvo. Esto entonces es una petición amplia. Él está orando porque Dios capacite a los cristianos a vivir su dignidad espiritual. Son dignos debido a la justicia de Cristo imputada a ellos. Algún día serán dignos de andar con Él en blanco, porque todo el pecado se acabará y mientras tanto él quiere que su dignidad se incremente para que abarque toda su vida. Esa es una oración por la virtud cristiana.

La segunda petición, la segunda petición realmente es por bondad, por bondad. Él dice la segunda petición simplemente en estas palabras, “que nuestro Dios cumpla todo propósito de bondad.” Me gusta incluso llamar a ese punto, cumplimiento. Él ora porque Dios les de cumplimiento. La palabra ahí, pleros, significa cumplir. “Dios, por favor, cumple en sus vidas todo lo que desean, cuando lo que desean es bueno, por lo que Tú defines.” Esa es su oración. Que Dios cumpla todo anhelo de ellos por lo que es bueno. ¿En dónde encuentra lo que es bueno? Bueno, Jesús dijo que hay uno bueno, y ese es Dios.

Entonces, el que tiene objetivos completamente buenos es Dios. Él simplemente está diciendo, Dios, quiero que les des todo lo que deseas siempre y cuando, por tu definición, es bueno. Hombre, ese es un punto poderoso. Quiero que conozcan el cumplimiento, quiero que sus oraciones sean respondidas, quiero que sus sueños se vuelvan realidad, sus deseos sean cumplidos, sus anhelos se cumplan, pero solo si son buenos por Tú definición.

Ahí atrás en los Salmos, entendemos un poco este tipo de oración. Salmo 21, simplemente le voy a leer esto a usted, versículos 2 y 3, “Tú le has dado el deseo de su corazón, y tú no has retenido la petición de sus labios, porque tú lo encuentras con las bendiciones de cosas buenas.” Esa es la clave. Le diste lo que quiso. Le diste lo que pidió, porque era bueno, porque Tú viste que era bueno. Salmo 37, sé que usted recuerda, un texto muy conocido y útil, escuche el versículo 4, “Deléitate así mismo en Jehová, y él dará las peticiones de tu corazón.” Espera un minuto, ¿acaso Dios le va a dar a usted todo lo que su corazón desea? Sí, si usted se está deleitando en Él. El punto es que, si usted se está deleitando en Él, entonces sus deseos son los deseos de Él. Él es primero.

Y entonces, cuando usted ora, Él le va a dar a usted aquello por lo que usted oró, porque será coherente con su deseo. Cuando usted se deleita en el Señor, su anhelo será por bondad. Y Dios va a cumplir su anhelo. Una nota más en los Salmos, está en el Salmo 138, versículo 8, “el Señor cumplirá lo que tiene que ver conmigo.” El Señor va a cumplir lo que tiene que ver conmigo. ¿Por qué es que el salmista es tan atrevido como para decir, Dios va a hacer lo que yo quiero? La respuesta es, porque ya había sido hecho evidente en ese Salmo, que lo que él quería era lo que Dios quería.

Santiago dice, “Miren, piden y no reciben. ¿Por qué? Porque quieren consumirlo para sus propios deseos.” Están pidiendo gratificación personal. Pablo dice, “Dios, dales todo lo que su corazón desea, cuando lo que su corazón desea es, ¿qué? “bueno, por Tú definición.” Esa es una vida en dónde hay cumplimiento. Yo sé que la mayoría de la gente probablemente supone que Dios no quiere hacer que alguien sea feliz, que Dios, o tiene alguna satisfacción de ser un aguafiestas cósmico, que Dios siente que tiene que haber un poco de lluvia en el desfile de todo mundo, simplemente para recordarles quien está a cargo, que Dios quiere dejar a la gente con una especie de miseria permanente para recordarles que Él es estricto y demandante.

Eso realmente no es verdad. Dios quiere darle a usted el deseo de su corazón, cuando usted acude a Él en oración. Él quiere darle el deseo de su corazón, mientras que el deseo de su corazón, aquello por lo que pide usted es un deseo que usted ha aprendido al escuchar, y usted sabe que es Su mente y Su voluntad. Salmo 145:16 dice, “Él abre su mano y satisface el deseo de todo ser viviente.” Ese es Dios. Dios es generoso y lleno de gracia. Él anhela darle a Sus hijos lo que anhelan, pero Él anhelan que anhele lo que ellos debería anhelar. Y Él sabe que cuando lo reciben, va a traer alabanza. Salmo 90:14 dice que, “cuando te doy lo que me pides vas a cantarme una canción.”

Entonces, ¿por qué ora Pablo? ¿Cuáles son las cosas correctas por las que debemos orar? ¿Por qué debe orar usted en su propia vida, en la vida de aquellos a los que usted ama, a la gente en su iglesia? Usted ora por su dignidad. Ora porque su virtud cristiana crezca. Ora porque su virtud cristiana crezca. Y después ora por su cumplimiento, que Dios haga en su vida el cumplimiento de toda buena cosa que anhela, porque sabe que Dios también lo anhela. Si usted quiere que sus oraciones sean respondidas, entonces escuche y conozca la mente y el corazón de Dios, y ore por lo que es bueno por definición de Él, y Él se lo dará a usted.

Tercera petición, ora por su poder. Él quiere que sean una congregación digna, una congregación cumplida, y una congregación poderosa. “Oro porque nuestro Dios cumpla,” vamos a tomar el verbo ahí, porque creo que él tiene la intención de ser así, “para que nuestro Dios cumpla toda obra de fe con su poder.” Porque nuestro Dios cumpla los esfuerzos de ustedes de manera poderosa. Ellos ya estaban involucrados en la obra de fe, de regreso en 1 Tesalonicenses 1:3, él dijo: “Ya agradecí a Dios por su obra de fe.” Escuche, no existe algo así como una fe que no funciona, ¿verdad? La fe sin obras está, ¿qué? muerta.

Santiago 2:17-26 es explícito en decir eso. “Así también la fe sino tiene obras está muerta estando por sí sola. Pero alguien podría decir, tú tienes fe, yo tengo obras muéstrame tú fe sin las obras y yo te mostraré mi fe por mis obras.” En otras palabras, ¿cómo me vas a mostrar tu fe? No la puedo ver. La única manera en la que usted puede mostrarla es en sus obras. Y él procede a describir eso. “La fe obra,” él dice, así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”

Entonces, ellos tenían una verdadera fe salvadora y se manifestaba, funcionaba, operaba, producía fruto, él dice, “agradezco a Dios por la obra de su fe.” Pero ahora por lo que está orando es, “estoy pidiendo a Dios que haga que esa obra de fe sea poderosa. No solo mínimo, sino máximo.” Él entendió la salvación por la gracia mediante la fe únicamente, pero él también entendió que la salvación por gracia mediante la fe únicamente producía obras, porque somos hechura suya creados en Cristo Jesús para buenas obras,” Efesios 2:10, “la cual Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ella.” Él entendió eso, la fe salvadora verdadera va a producir obras, pero él dijo, “quiero que esas obras sean poderosas.”

Estas son las cosas correctas. Esto realmente son las cosas correctas. Dice usted, por cierto, ¿cómo puede eso suceder? ¿Cómo sucede eso, ese tipo de situación poderosa? Bueno, usted puede regresar a Efesios 3, y usted tiene una pista. 3:15, Pablo está orando, y él identifica a Dios en los versículos 14 y 15, y después en el 16 aquí está su petición, “que él os de conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos por poder mediante su espíritu, en el hombre interior.” Esa es la clave. El poder de Dios es liberado según lo que acabo de leerle, mediante el Espíritu de Dios en el hombre interior.

Dice usted, “¿Cómo sucede eso?” Al dejar que la Palabra de Cristo more en abundancia en usted, hasta que la Palabra de Dios domine su corazón. Él dice, “Quiero que su obra de fe sea poderosa. Y quiero que sus anhelos por bondad sean cumplidos, y quiero que su vida sea digna de llevar el nombre de Cristo.” Esas son las cosas correctas porque orar. Por eso debería orar, por su cónyuge en la vida, por sus hijos, por sus amigos, por la gente a la que usted ama, a su iglesia. Nos atoramos como un disco rayado en las cosas temporales.

Y finalmente, la razón, el recurso para sus deseos por esta iglesia, oración. Las peticiones, dignidad, cumplimiento, y poder. Ahora, la razón, y esto es tan básico, tan importante, versículo 2, “para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.” Aquí está la razón, el propósito no es para usted, el propósito es para el Señor, para que, o con el propósito de que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado. Ahí está ese pronombre posesivo pequeño ‘nuestro’, de nuevo, está hablando de intimidad con la que estamos relacionados a Cristo, así como lo estamos con Dios. Aquí está el propósito más alto, el motivo más alto, la razón más grande, ustedes deben volverse así para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo, sea glorificado en ustedes y ustedes en él. Es para Su gloria.

Permítanme desmenuzarlo por un momento. Ve esa frase, ‘el nombre de nuestro Señor’, ‘el nombre del Señor’, ese es un título del Antiguo Testamento para Dios, lo ve en Génesis 4:26, Éxodo 33:19, Deuteronomio 5:11, Isaías 42:8, Isaías 56:6. Es un título para Dios, y aquí dice, el nombre de nuestro Señor Jesús, lo cual está identificando de manera clara, inequívoca a Jesús como Dios, Jehová Dios, el Dios del Antiguo Testamento. El término nombre, significa todo lo que Él es, la totalidad del Señor. Todo lo que el Señor es, sería otra manera de decir eso de una manera diferente.

Entonces él dice: “Todo esto quieren ustedes, para que todo lo que el Señor Jesús es sea honrado, exaltado, levantado.” Recuerda en Daniel 9 cuando Daniel estaba orando por su pueblo. Él oró y oró y oró a lo largo de ese capítulo maravilloso entero, por las necesidades de su pueblo. Y después al final de esa sección, él da la razón del porqué, “Oh, Señor, oye oh Señor, perdona oh Señor, escucha, toma acción por causa de ti.” ¿Por qué? “Porque tú ciudad y tu pueblo son llamados por tu nombre. Tu reputación está en juego Dios, por favor haz esto. Tu nombre está en juego aquí, tu reputación está en juego.”

Usted sabe, como también yo lo sé amigos, que la excusa número uno que la gente da por no querer volverse cristianos es que dicen: “Bueno, conozco algunos cristianos, y básicamente, llene el espacio en blanco, son hipócritas.” Esa siempre es una excusa que la gente usa. Y eso fue lo que Daniel estaba diciendo, “Mira, Señor, tienes que hacer algo aquí porque tú nombre está en juego, tu reputación está en juego en las vidas de tu pueblo. Llevan tu nombre.”

Eso es lo que Pablo está diciendo. Dios te estoy pidiendo que hagas esto, y tú nombre está en juego, y la gloria de tu nombre está en juego. Quiero que aquellos que llevan el nombre del Señor Jesús traigan honor a Él.” Esto es algo maravilloso que él dice, “para que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en ustedes.” Guau. ¡Que pensamiento! Que Dios, el Señor Jesucristo pueda ser glorificado en mí, este vaso de tierra, esta arcilla humilde, esta carne pecaminosa. Pero ahí está. Así como su gloria podía brillar en el rostro de Moisés, puede brillar a través de mí.

Esa es la razón por la que Jesús dijo: “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Cómo puede ver, debemos vivir para que Dios sea glorificado. Él quiere ser glorificado en usted, dice Pablo. Oh Dios, haz esto, para que el Señor Jesús sea glorificado en estas personas, y estas personas en Él. ¿Qué significa eso? Es recíproco. Si Él es glorificado a través de usted, en otras palabras, si Él es honrado a través de usted, entonces Él lo va a honrar a usted. Él lo va a exaltar a usted, Él lo va a levantar a usted.

Usted está diciendo, ¿está hablando eso de gloria eterna? Seguro. ¿Está también hablando quizás en esta vida? Quizás. Dios está tan lleno de gracia, que Él nos da el privilegio de glorificar a Cristo en nosotros. Y después él dice, “Y Él también los va a glorificar a ustedes. Él los va a honrar a ustedes.” Seguro. En el futuro Él nos va a glorificar, pero incluso ahora, creo que Dios va a levantar a aquellos que glorifican Su nombre. Él los va a levantar con bendición. ¡Qué cosa tan tremenda! “Oro,” y aquí está la razón, “porque el Señor Jesús, en la plenitud de quien es Él, sea glorificado en ustedes. Y a su vez, conforme Él es glorificado en ustedes, Él los va a exaltar. Él los va a honrar. Él los va a levantar.” Un principio espiritual muy simple. Usted honra a Cristo, Cristo lo honra a usted.  

El deseo de Pablo aquí está expresado como en ningún otro lugar en 2 Corintios 8:23 por Pablo mismo, simplemente escuche esto, él dice: “Acerca de Tito, mi colaborador entre vosotros, en cuanto a nuestros hermanos,” él dice esto, hablando de la comunión cristiana, “en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, una gloria para Cristo.” Guau. Aquellos que son nuestros hermanos, que son mensajeros de las iglesias, aquellos que sirven, son una gloria para Cristo, son un honor para Él. ¿No es esa su meta, ser un honor para Cristo, y Él a su vez lo va a honrar a usted? Él lo va a hacer.

William Barclay lo expresó, creo yo, cuando él dijo: “La gloria de un maestro se encuentra en los eruditos que él produce. La gloria de un padre se encuentra en los hijos a quienes ha engendrado. La gloria de un maestro se encuentra en sus discípulos.” Y así es lo mismo con Cristo. Su gloria se encuentra en aquellos que le pertenecen a Él. ¿Puede haber algún privilegio, y puede haber alguna responsabilidad más grande que eso? Él nos glorifica porque nosotros lo glorificamos. Algún día eso sucederá, pero creo que incluso ahora Él va a levantar al que lo levanta a Él.

Y después él cierra al decir, “Y todo esto, conforme la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.” Esa es la razón por la que estoy orando, Dios, porque Tú eres el único que puede hacerlo. Y Tú tienes que hacerlo por gracia porque estas personas no lo merecen, y no merecen ser hechos dignos. No merecen tener sus deseos cumplidos y ciertamente no merecen servir con poder, pero quiero que lo hagas, quiero que lo hagas por la gracia, aunque no lo merecen, para que Tú puedas recibir la gloria. Eso es lo que está diciendo: “Hazlo por gracia.”

Escuche, todo lo que viene a usted a su vida cristiana es por gracia. Es así como su salvación fue. Y después esta frase al final. “La gracia de nuestro Dios y el Señor Jesucristo.” Cuando usted ve el idioma original ahí, y trata de entender lo que el escritor realmente está tratando de decir con esos dos términos “Dios,” y “el Señor Jesucristo” usted puede terminar con dos posturas que se pueden defender por igual. Una es que él está hablando de una persona. “Dios, esto es el Señor Jesucristo.” Y él de hecho está llamando a Dios el Señor Jesucristo, y llamando al Señor Jesucristo, Dios. Hay una persona en mente.

Usted también puede verlo como, dos. “Dios” y “el Señor Jesucristo”. En ambos casos él está afirmando la deidad de Cristo, porque en el caso número uno, él está hablando de una persona, Dios, quien es el Señor Jesucristo; en el caso número dos, él está hablando de Dios y el Señor Jesucristo. Número uno, es una persona. Número dos, son dos personas iguales.

Entonces, en cualquiera de los dos casos, de nuevo, la afirmación de la deidad de Cristo. Y él depende de manera total de la soberanía de Dios, la soberanía de Cristo para conceder esta respuesta a sus oraciones por gracia, porque no lo merecemos.

Entonces, ¿qué busca en sus oraciones? ¿Qué pide? Espero que no esté metido en la secta del cargamento. ¿Qué busca? ¿Qué quiere para usted, por el resto de la gente? Las cosas correctas. Espero. Y quizás si usted no habla tanto y escucha más, aprenderá cuales son las cosas correctas.

Gracias Padre, por este gran texto, que nos dirige hacia un entendimiento apropiado de la oración. Que encuentre su camino en la esencia misma de nuestras vidas, y que vivamos como Pablo con esa lava caliente, por así decirlo, de comunión celosa contigo, debajo de la superficie en un nivel más profundo que cuando explota siempre ora conforme a Tú voluntad. Queremos orar en el Espíritu, y sabemos que el Espíritu siempre ora conforme a Tú voluntad.

Padre, oramos por nuestra iglesia, porque Tú los hagas y los consideres dignos de su llamado, que Tú cumplas todo deseo por bondad, y que Tú cumplas la obra de fe con gran poder para que Jesucristo sea glorificado en ellos, y después como consecuencia, ellos sean honrados por Él. Y pedimos esto, no porque lo merecemos, sino porque Tú eres un Dios de gracia. Y queremos honrarte a Ti. En el nombre de Tu Hijo. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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