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Bueno, abramos nuestras biblias juntos en 1 Timoteo capítulo 4, 1 Timoteo capítulo 4. Y estamos viendo de nuevo, las cualidades de un ministro excelente de Jesucristo. Las cualidades de un ministro excelente de Jesucristo en los versículos 6 al 16.

Hace un par de años atrás, en un domingo de resurrección, se me pidió que estuviera un programa de televisión, en una red de televisión local. Estábamos en un parque en Glendale, me acuerdo del lugar muy bien. Era una tarde de domingo de resurrección y querían una especie de toque religioso en su programa. Entonces me pidieron si podía estar en una entrevista. Nos sentamos en dos bancos altos, yo y un anfitrión de televisión conocido, llamado Paul Moyer. Y estábamos hablando de la religión, y me estaba haciendo preguntas y tratando de identificar en dónde encajaba en esta especie de marco evangélico.

Él dijo, eres como – y él comenzó a cubrir una lista de todo predicador de televisión en el que podía pensar, hasta uno tras otro, y eres como – y yo le decía, “No, no, no. No como ninguno de ellos.” Bueno, él comenzó a preguntar, “¿Cuál es tu ministerio? ¿Cuál es tu énfasis?” Y hablé de enseñar la Palabra de Dios y trabajar dentro del marco de una iglesia. Y él dijo, “Acaso las cosas que hacen para levantar dinero, y una especie de riqueza y prosperidad, algunas de ellas en las que están metidas…” Y siguió.

“¿Ese tipo de cosas te molestan?” Sí, me molestan. “¿Por qué no haces algo por eso?” Él dijo. “¿Cómo es que tantas personas pueden tomar el nombre de cristiano, el nombre de Cristo, y salir ahí y hacer todas estas cosas que piensas tú, que representan de manera equivocada lo que crees?” Y después me hizo esta pregunta. Él dijo, “¿Quién está a cargo de tu movimiento?”

Esa es una pregunta muy sabía. Yo le dije, “Desde un punto de vista, nadie está a cargo. Hay un estándar mediante el cual todos aquellos de nosotros que ministramos debemos ser medidos. Y ese estándar es la Biblia. Pero hay que reconocer que hay personas que no se molestan por evaluar o alinear su vida a la luz de ese estándar o su ministerio.” Entonces, él dijo esto, y pensé que fue igualmente sabio, él dijo, “¿Por qué no supervisas tu movimiento? Realmente te está dando una mala reputación.”

En otras palabras, hay muchas actitudes negativas acerca o en contra de los ministros cristianos y el ministerio cristiano, porque algunas personas lo han abusado tanto y lo han pervertido y torcido y lo están haciendo de una manera no bíblica y de una manera que no representa a Cristo. “¿Por qué no supervisas a tu gente?” Él dijo.

“Bueno, pensé que esa era una buena idea. Y me gustaría hacer eso, nada más que no sé cómo hacerlo.” Por cierto, Dios está supervisándolo, y en últimas, Él va a tratar de manera justa y apropiada con toda violación. Pero por ahora es muy difícil.

¿Cómo supervisamos nuestro movimiento? ¿Cómo medimos a estas personas? ¿Qué estándar usamos? ¿Quién está a cargo?, y ¿cómo ha establecido Él el criterio? Bueno, la respuesta es que tenemos que acudir a la Palabra de Dios. Tenemos que tener un estándar bíblico, mediante el cual todo ministerio y todo hombre en el ministerio sea medido. Y tenemos todo derecho de medirlos a la luz de ese estándar.

Ahora, en primer lugar, en el capítulo 3 vimos algunos requisitos personales que eran necesarios para los hombres en el ministerio: irreprensible, hombre de una sola mujer, sobre prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, se mantiene alejado del vino, no es violento, es paciente, no es peleonero, no es avaro.

Después vimos algunos requisitos en la familia: gobierna bien su casa, tiene a sus hijos en sujeción con toda honestidad. Tito añade que tiene hijos creyentes. Entonces vimos algunos requisitos personales, mediante los cuales, cualquier el hombre en el ministerio debe ser medido. Después vimos requisitos en la familia, mediante los cuales cualquier hombre es medido.

Ahora, en el capítulo 4, estamos viendo al ministerio mismo. Si el hombre está bien y la familia está bien, entonces aquí está cómo medir el ministerio mismo. Aquí están los estándares mediante los cuales evaluamos a un buen ministro, en términos de su función, de lo que él hace o cómo ministra.

La frase clave está en el versículo 6, “Serás buen ministro,” o un siervo noble, o excelente de Jesucristo. ¿Qué es un siervo excelente de Jesucristo? El énfasis aquí, está en la parte del ministerio, no en el requisito personal, eso fue cubierto en el capítulo 3. ¿Pero cuáles son esas cosas que deben marcar su ministerio? Claro, solapan con su vida personal, pero son las cosas reflejadas en su ministerio que lo hacen un siervo excelente, calificado para llevar el nombre de Cristo y servir en nombre de Él.

En primer lugar, vimos, vamos a repasar brevemente, que un ministro excelente advierte a su congregación del error, él advierte a su congregación del error. Dice, “Si esto enseñas a los hermanos,” las cosas a las que se refiere están en los versículos 1 al 5, doctrinas de demonios, espíritus engañadores, profetas mentirosos, hipócritas, toda esa enseñanza falsa, “Si le recuerdas de esto vas a ser un buen ministro.”

En otras palabras, él es el que advierte a su congregación del error. Él no es una persona tibia. Él no es alguien que acepta cualquier postura, cualquier doctrina. Él no es tibio. Él es muy agresivo. Él en cierta manera confronta, y cuando hablamos del error así es. Él tiene la suficiente capacidad en la Palabra de Dios para poder identificar el error y refutarlo a partir de las páginas de la Escritura sagrada. Él advierte a su congregación del error. Él traza líneas. Él es definido en lo que es correcto y lo que no es.

En segundo lugar, y esto claro, es muy esencial para cumplir la primera, él está nutrido, versículo 6, en las palabras de la fe, eso es la Escritura, y de la buena doctrina. Esa es la enseñanza que fluye de la Escritura que ha seguido. En otras palabras, él se está alimentando continuamente de la Palabra de Dios. Él ingiere mucho la Escritura, lo cual le permite ser apto en el ministerio directo de la palabra.

Pasé 2 días esta semana con un laico, un laico cristiano, él dijo, “Quiero que leas un proyecto que acabo de escribir recientemente.” Me dio un proyecto de investigación que había escrito del tema del rapto de la iglesia, en relación a la secuencia de acontecimientos en los tiempos finales. El proyecto de investigación es de unas 30 páginas de largo a un espacio. Este es un laico, él me dijo, “Me metí a estudiar la Palabra de Dios y he pasado 350 horas estudiando este tema en particular para que pueda entender la Palabra de Dios mejor.” Ese es un laico, un hombre muy ocupado en los negocios que administra corporaciones múltiples, que pasó 350 horas en un asunto bíblico.

Conozco hombres en el ministerio que nunca han pasado 350 horas en ningún asunto en las Escrituras. Pero este hombre, quien es un siervo excelente de Jesucristo, como Pablo le escribe a Timoteo y quiere que sea, es un estudiante experto de la Escritura. Él es muy apto en el uso de la Palabra de Dios.

En tercer lugar, un ministro excelente evita la influencia de enseñanza impía. Él se mantiene alejado de la enseñanza impía. Tuve esa emoción en mí, conforme leí mi última edición de Cristianismo Hoy Día (Christianity Today), y últimamente estuve muy molesto. En la última publicación promueve que las mujeres sean ordenadas para predicar y ministrar, y después en una página hay otra promoción de un libro recientemente escrito por un hombre que no piensa que el sexo prematrimonial es pecaminoso.

Es simplemente es un momento, es un tiempo malo de la unión prematrimonial, sea lo que sea a lo que se refiere. Y él dijo que él llegó a esa postura debido a ciertas encuestas. Bueno, a pesar de las encuestas, la Palabra de Dios es bastante clara acerca de la actividad sexual prematrimonial.

Pero el punto de nuevo aquí, es que estamos sentados en nuestro escritorio en el nombre de los evangélicos, y viene un desfile constante de cosas que tratan de golpearnos de frente y suavizar nuestro músculo en asuntos de convicción, es simplemente un torrente continuo, continuo.

Y en algún punto se dice usted a sí mismo, “Realmente no necesito eso más. No tiene propósito. Eso no sirve para ningún buen fin, excepto para suavizar mi músculo espiritual y robar algunas de mis convicciones.” Y cuando me confrontan con eso, algunos expertos, que supuestamente lo son, que tienen una fila de títulos junto con su nombre, tan largos que tiene que ir al lado y al lado de cada columna. Estas personas deben tener razón, quizás saben lo que yo no sé, y ahí se va. Pero el que es un ministro excelente cultiva una mente pura y devota, se alimenta de la verdad santa, no mentiras que crean dudas, preguntas, sospechas.

En cuarto lugar, un ministro excelente es disciplinado en la piedad personal, y estás dos van de la mano. En el versículo 7 dice, “Desecha fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad. Evita lo impío y busca lo santo.” Es lo que está diciendo. Ve tras las cosas piadosas. Ten una reverencia hacia las cosas santas, divinas, una vida adoradora. No te ejercites para el cuerpo.

Aprovecha para poco tiempo, y tiene poco efecto, pero la piedad para todo aprovecha, no solo en la vida que ahora es, sino en la vida venidera, la vida eterna. Y esta es una palabra fiel y digna de ser aceptada por todos. Esto es algo que todo mundo conoce, ejercítate para la piedad. Un ministro excelente es disciplinado en la piedad personal. Él busca acercarse a Dios con una vida santa.

Número cinco, un ministro excelente, está comprometido con el trabajo duro. Vimos eso la última vez, versículo 10, “Trabajamos, sufrimos oprobio.” Simplemente debe ser traducido, nos esforzamos para la agonía. Trabajamos duro porque estamos sirviendo al Dios viviente. Estamos sirviendo en asuntos eternos, al Dios quién es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen en otras palabras.

Reconocemos la salvación eterna, es lo que importa aquí. Estamos sirviendo a un Dios eternamente vivo que ofrece una salvación eterna, y entonces el destino eterno está en juego, es lo que importa. Esa es la razón por la que trabajamos tan duro. Esa es la razón por la que soportamos el dolor y la dificultad, porque entendemos las consecuencias que son eternas.

Después, la última vez, cerramos con la sexta cualidad de un ministro eficaz o excelente, y está en el versículo 11. Un ministro excelente, enseña con autoridad práctica, estas cosas “Manda y enseña.” Hay un lugar para la enseñanza, la expresión de la verdad, pero es en modo de mandato. Mandándole a la gente de manera agresiva, confrontando a la gente a obedecer la Palabra de Dios, va de la mano con la instrucción, para que sepan cómo hacer eso. Eso es mandar y enseñar, mandar y enseñar, mandar y enseñar. Hazlo y aquí está cómo hacerlo. Ahora, la última vez dije que ese tipo de autoridad depende en primer lugar en cómo ve usted la Escritura santa. Si usted cree en un texto inspirado, inerrante, usted sabe que tiene autoridad.

En segundo lugar, depende de su entendimiento de la Palabra de Dios. Para predicar con autoridad debe creer que es la Palabra de Dios, y después tiene que saber lo que significa. Si usted no sabe lo que significa, ¿cómo puede hablar con autoridad? Esta es la razón por la que en el seminario es tan importante enseñarle a la gente principios de hermenéutica, eso es de la palabra griega hermenuo, la cual significa explicar o traducir o interpretar.

Necesitan saber cómo explicar la Biblia, cómo interpretar la Biblia. Necesitan entender los principios de interpretación. ¿Cómo encuentra usted el significado de un pasaje, cómo trabaja con el idioma y el contexto y la cultura y la geografía y la historia y todos los factores que van de la mano con interpretar la Palabra de Dios? Necesitan aprender eso para que puedan usar bien la palabra de verdad y no ser obreros que se avergüencen de lo que hacen. La autoridad viene entonces de una perspectiva de la Biblia que dice es la Palabra de Dios.

Y, en segundo lugar, encima de eso tiene que construir sobre otro nivel elemental en base a un entendimiento de lo que dice, y creo que es la Palabra de Dios y entiendo lo que significa, entonces puedo hablarla con autoridad.

Tercera cosa sería la urgencia con respecto a la necesidad de hombres para que la oigan. Voy a hablar con convicción y autoridad cuando entiendo cuán urgente es que ustedes la oigan.

En cuarto lugar, obediencia al Señor. Hablo con autoridad porque el Señor me mandó hacer eso y quiero ser obediente. Ahora, si usted no cree que es la Palabra de Dios o si está titubeando en esa perspectiva, no puede tener autoridad. Si no está seguro de lo que significa, no puede tener autoridad. Si no cree que es algo serio que los hombres la oigan, no se va a molestar por tener autoridad. Y si la obediencia al Señor no es una prioridad, quizás no se va a molestar en hacerlo tampoco. Pero si esas cosas están en su lugar, va a enseñar en un modo de mandamiento. Va a haber una firmeza y fortaleza y valentía y una agresividad en su enseñanza que dice, “Esto es lo que Dios dice, esto se demanda. Debe responder o sufrir las consecuencias.”

Entonces, el ministro excelente tiene autoridad, busca la piedad, estudia la palabra, advierte a su congregación, trabaja duro y evita la enseñanza impía. Todo eso está en el pasado. Vayamos al número siete, y en esto quiero que nos concentremos esta mañana. Es una verdad muy importante y básica, un ministro excelente es el modelo de virtud espiritual, el modelo de virtud espiritual.

En otras palabras, él es el tupos, la palabra ejemplo en el versículo 12 es tupos. Significa el modelo, la imagen, el patrón, es el patrón establecido. Usted coloca una hoja de papel sobre él, y usted traza sobre ese papel, el patrón que está ahí abajo que se ve. Es el modelo que usted establece, cuando usted va a pintar algo y usted pinta exactamente lo que ve, como algo que está fijo en una mesa. Usted lo coloca ahí, y esa es la manera exacta en la que pinta. Es el ejemplo de establecer un patrón de vida que otros pueden seguir.

Eso realmente está en el corazón mismo de la excelencia en el ministerio. De hecho, Tomás Brooks dijo, “El ejemplo es la retórica más poderosa.” Alguien lo dijo así hace años atrás, “Tu vida habla tan fuerte que no puedo oír lo que dices.” Su vida es su mensaje más poderoso. Y los hombres en el ministerio de alguna manera necesitan aprender eso.

Recientemente, un amigo mío visitó un seminario conocido en nuestro país, un seminario del que se graduó, y él le sugirió que lo que él se dio cuenta cuando estuvo ahí, y lo que él reconoció en los graduados que salían de ahí era una falta de entendimiento de la piedad verdadera. Y él dijo, “Me gustaría sugerir que el seminario añadiera una clase que hablara de la santidad y la piedad en la vida personal.” Y el profesor lo rechazó diciendo, “Eso no tendría ninguna credibilidad académica.”

Bueno, la credibilidad académica no es lo que importa en el ministerio. Lo que importa en el ministerio es una vida piadosa, es el modelo de virtud espiritual, eso es lo que importa. Dame un hombre piadoso y te mostraré alguien a quien puedes imitar. Dame un hombre cuya cabeza está llena de conocimiento, pero no tiene virtud en su vida, y te voy a mostrar un hombre del que más vale que huyas, porque te vas a confundir y vas a comenzar a vivir como él, teniendo toda la verdad correcta y nada de la conducta correcta, y ese tipo de dicotomía es mortal y aterrador. La herramienta más importante del liderazgo. La herramienta más importante del liderazgo, es el poder de una vida ejemplar, es la médula.

Observe el versículo 12. Pablo escribiéndole a Timoteo de nuevo, él quiere que él sea un ministro excelente. Dice, “Ninguno,” eso lo abarca todo. “Ninguno tenga en poco tu juventud.” ¿Cómo es que usted va a revertir eso? “Al ser un ejemplo a los creyentes en palabra, conducta, en amor, fe, en pureza,” algunas versiones dicen en espíritu, pero eso fue añadido más adelante en los manuscritos, no aparece en los más antiguos. Simplemente cinco, palabra, conducta, amor, fe y pureza. Tiene que ser un ejemplo en esas áreas.

Ahora, toda la autoridad y la predicación, amados, necesitan extender esto. Toda la autoridad y la predicación son inútiles. Usted puede mandar y demandar y hablar y demás, es inútil si no está respaldada por una vida virtuosa, es inútil.

Oí un nombre en la televisión el otro día, y este hombre estaba llamando a la piedad y a una vida de oración, y esto le estaba diciendo, “usted sabe, necesitamos estar comprometidos con el Señor, y necesitamos tener nuestras vidas en orden con Dios.” Y yo conozco ese hombre, y sé que ese hombre cometió adulterio, se divorció de su esposa, se fue con una joven de 20 años, regresó 4 años después, comenzó su ministerio de nuevo. Él no tiene nada que decirme. No hay credibilidad en lo que dice. No estoy interesado en oír eso de él. Simplemente, muestra hipocresía. No me interesa eso. No hay convicción. Y él no puede mover mi corazón. ¿Lo ve? No le creo.

Cuando el patrón de piedad no está en la luz, quita el poder del ministerio y se vuelve superficial y hueco. Algunas veces la gente hace la pregunta, usted sabe, tal y tal es tan buen predicador y demás, ¿por qué nadie va a su iglesia? Bueno, bien podría ser que la gente que ha estado ahí ha visto la falta de vivir lo que se está predicando, y la pérdida de integridad es más de lo que puede en soportar. El ministro excelente, como puede ver, debe ser un patrón de virtud piadosa que pueda ser imitada.

Tomás Fuller, el puritano, tuvo una gran idea, él dijo, “La enseñanza es como colocar clavos en la madera. El ejemplo es como amartillarlos a profundidad.” Él tiene razón. Usted puede colocar los clavos en la superficie, pero si quiere clavarlos en las profundidades de los corazones y almas de la gente, el ejemplo es eso, usted establece el patrón.

Ahora, el Nuevo Testamento está repleto con este tipo de mandato. Y solo presento esto de manera panorámica, de manera breve, porque la Palabra de Dios conlleva el poder y autoridad para convencer nuestros corazones.

En 1 Corintios 4:16 Pablo dice, “Sed imitadores de mí – y él dice – les ruego que me imiten, yo soy el patrón.” Ahora, dice usted, ¿es eso egoísmo? No. Eso no es egoísmo. Eso es simplemente la virtud de un hombre piadoso que sabe que su responsabilidad espiritual consiste en ser un ejemplo. Obviamente, él sabe que no es perfecto, pero él les está diciendo, “Yo soy, en lo que es humanamente posible, lo que deben ser.” Ningún hombre debe decir menos que eso y aun así estar en el ministerio.

La palabra es mimetai, obtenemos la palabra mimo, sean mimos míos, hagan lo que yo hago. Hagan que su vida imite la mía. Más adelante, en la misma epístola de 1 Corintios capítulo 10, él habla de darle gloria a Dios en todo lo que hacemos. 1 Corintios 10:31, y después él en cierta manera se presenta como el ejemplo. Él dice en el versículo 33, “Así como yo agrado a todos los hombres en todas las cosas, no buscando mi beneficio, sino el beneficio de muchos para que sean salvos, hago todo para glorificar a Dios y alcanzar otros.” Dice esto él en el capítulo 11, versículo 1, el siguiente versículo, “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” En otras palabras, simplemente hagan su ministerio como yo lo hago. Vivan su vida como yo.

Filipense capítulo 3, versículo 17, “Hermanos, sed imitadores de mí, sed imitadores de mí como nos tienen.” Por ejemplo, él dice hemos establecido el ejemplo, ahora síganlo. En el cuarto capítulo de Filipenses, versículo 9, “Las cosas que habéis aprendido, recibido, oído, visto en mí, esto haced.” Hagan lo que yo hago. Digan lo que yo digo.

En 1 Tesalonicenses de nuevo la misma idea, versículo 5 del capítulo 1, “Nuestro Evangelio vino a vosotros no solo en palabras, sino en poder en el Espíritu Santo y en certeza, y supieron qué tipo de hombres fuimos entre vosotros por causa de vosotros, y os volvisteis imitadores de nosotros y del Señor. Seguimos al Señor. Ustedes no siguen a nosotros.” 2 Tesalonicenses, él lo vuelve a decir, capítulo 3, versículo 7, “Vosotros mismos sabéis cómo nos deben seguir porque no nos conducimos de manera desordenada.” Y ahí en el versículo 9, “Nos hemos presentado como ejemplo para que nos siguieran.”

Simplemente, es común para Pablo llamar a la gente a seguir su ejemplo. Él dice en 2 Timoteo 1:13, “Retén la forma de las sanas palabras que oíste de mí. Aférrate a aquello que oíste y viste en mí.” Ahora, esto es básico para todo el ministerio. En Hebreos capítulo 13, nos dice en ese séptimo versículo, “Los que gobiernan la iglesia que han hablado la Palabra de Dios deben ser un ejemplo de fe a seguir.”

Ahora, cuando usted viene al ministerio en la iglesia, usted debe tener una vida que puede ser seguida por otras personas, ese es un desafío tremendo. Esa es la razón por la que Santiago dijo, “Dejen de ser muchos de ustedes maestros, porque recibirán mayor condenación,” no solo por la seriedad de enseñar error, sino por la seriedad de vivir de manera hipócrita. La vida tiene que encajar con el mensaje. Y de manera trágica esto es violado, simplemente es violado de manera constante en el ministerio, constantemente.

Sea específico, versículo 12 conmigo, vea lo que Pablo dice, ¿Qué áreas son lo que importan? En primer lugar, “ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes,” eso es lo general. Lo que él está diciendo aquí, ahora observé esto, “Tú eres joven. Con la juventud viene cierta cantidad de cuestionamiento. Tienes que tener respeto si la gente te va a seguir.” ¿Verdad? “Pero si eres joven, vas a tener que ganarte ese respeto.”

Los griegos subordinaban la juventud a la edad. Si un hombre no tenía la edad, tenía que ganarse el respeto. Entonces le dice a Timoteo, “Timoteo, vas a tener que ganarte el respeto. No te lo vas a ganar por tu cabello gris porque no eres tan grande.” Ahora dice usted, bueno, ¿qué tan grande era Timoteo? Observe la pequeña frase, tu juventud. Ahora, ¿qué tan joven era él? Podría pensar que tenía 16 o 15 o 21, pero permítame darle algo de trasfondo.

Cuando Timoteo se unió a Pablo originalmente en su segundo viaje misionero, su segundo viaje misionero, Hechos 16, registra esa reunión con Timoteo, y él se llevó a Timoteo con él. Timoteo probablemente estaba en sus veintes, muy bien, 22, 24, 25, 25, 26, por ahí. Ahora estamos a 15 años después, entonces, es muy probable que está casi llegando a los 40, que él está casi llegando a los 40.

Dice usted, aquí dice ninguno tenga en poco tu juventud. ¿Quieres decir que casi a los 40 es joven?” Sí. En la cultura griega definitivamente lo era. De hecho, Lucas llama a Pablo joven. Lucas habla de Pablo como joven en Hechos 7:58, cuando él debió haber tenido más de 30. Y esto es apoyado por la palabra aquí neotes, que se traduce juventud, la cual se usaba para describir a alguien hasta los 40. Entonces, 40 era el punto de quiebre. Usted era joven hasta que tenía 40, y después de los 40 era maduro, apto, sabio y mayor. Entonces, aquí hay un joven, Timoteo, menor de 40, y Pablo le dice, “Ninguno tenga en poco, menosprecie, desprecie tu juventud.”

Ahora, ¿cómo vas a revertir eso? ¿Cómo vas a ganarte su respeto? Es cuestión de mostrar que eres un ejemplo para los creyentes. Revélate como un modelo de virtud espiritual. Esa es la clave. Esa es la clave. La palabra ejemplo, tupos, significa patrón o modelo. Si usted va a compensar sus pocos años y va a tener autoridad entre su congregación y ser creído y seguido y honrado y respetado, va a tener que ser, porque el rebaño ignora su edad y ve su ejemplo. Tienen que ver la virtud de su vida.

Ahora, esto debe abarcar cinco áreas, observé esas cinco áreas en el versículo 12. Una, en palabra, en palabra dice, en lo que dice. Y eso simplemente significa lo que dice, palabra, conversación, la conversación del siervo de Dios debe ser ejemplar, ejemplar. Jesús dijo en Mateo 12 de la abundancia del corazón, habla la boca, habla la boca. Lo que sale de la boca revela el corazón, y esa es la razón por la que Jesús dijo por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado. En otras palabras, simplemente déjame oírte hablar y puedo identificar el estado de tu corazón, ¿verdad?

Las palabras del siervo de Dios deben ser palabras ejemplares. ¿Qué tipo de palabras? Bueno, veamos Efesios 4, Efesios 4. Vamos a escarbar en esto en mayor profundidad cuando lleguemos a Santiago 3 en nuestra serie de domingo por la noche y entremos a ese capítulo entero de la lengua, pero por el momento, en Efesios capítulo 4 dice acerca de la plática, versículo 25, “Quítense mentiras”.

Entonces, lo primero que nunca debe jamás salir de la boca del siervo del Señor es una mentira. Jamás debe haber mentiras. Nunca hablar una cosa y contradecir con la otra, decir una cosa a una persona y otra a otra persona. Sin mentiras. Hablando todo hombre, verdad absoluta con su prójimo. Dígale a todo mundo la verdad.

Hombre, le digo, eso simplemente destruye la credibilidad de liderazgo cuando la gente comienza a comparar las versiones de las mentiras que se han regado a alguien diciéndole una cosa a una persona, otra cosa a otro, se reúnen y se dan cuenta de que usted es un mentiroso. Debe haber honestidad absoluta en las palabras. Un hombre debe poderse quedar en un ministerio año, tras año, tras año, tras año y nunca jamás verse como alguien que habla nada menos que la verdad absoluta.

Además, versículo 26, “Airados, pero no pequéis”. Hay un lugar para la ira santa y para una especie de indignación justa santa, pero no hay lugar para el pecado del enojo. Especialmente, ese enojo que está hirviendo que va más allá de un día, al siguiente y demás. Y esa es otra cosa que se refleja en las palabras, enojo. Ningún hombre en el ministerio, ningún siervo excelente de Jesucristo, jamás debe hablar palabras de ira, palabras de enojo. Nunca debe llegar al punto en el que está frustrado, enojado al nivel de pecado. En términos de sus palabras, en donde sus palabras son enojadas, amargas, vengativas, no amables, lo que sea.

Sus palabras siempre deben estar llenas de gracia, sazonadas con sal con el propósito de edificar a otras personas, no enojado. Y después, en el versículo 29, “Obviamente, ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca.” En primer lugar, ningunas palabras que son menos que la verdad. En segundo lugar, ninguna palabra que es menos que amorosa. En tercer lugar, ninguna palabra que es menos que pura.

Nada es más trágico para mí, que estar asociado en algún punto con alguna persona que dice que sirve a Jesucristo y de su boca sale alguna palabra sucia. Eso simplemente muestra un corazón sucio. No hay lugar para eso. No hay lugar para las palabras corruptas o sucias. Pero lo que está saliendo de la boca, dice él en el versículo 29, es bueno para edificar, para que pueda ministrar gracia a los oyentes. Sus palabras deben traer lo que los edifique espiritualmente y aquello que les trae gracia.

Hay lugar para la diversión. Hay lugar para el gozo, la risa hace bien como una medicina, un corazón contento, dice la Escritura, es benéfico, pero no hay lugar para las palabras sucias, no hay lugar para las palabras enojadas, y no hay lugar para las palabras que son menos que la verdad.

Usted tiene tantas ilustraciones a lo largo de la historia de la iglesia de hombres quienes en enojo realmente han destruido su credibilidad, hombres que han contado anécdotas que son sucias, de doble sentido, palabras de nivel bajo, y realmente establecen un estándar, no solo en mi mente y en el corazón de Dios, esas personas están descalificadas del ministerio, sino que rebajan el estándar del ministerio a ese nivel, y toda persona que sabe que son así dice, “Bueno, ese debe ser el tipo aceptable de cristianismo, ¿verdad?”

Entonces, eso simplemente rebaja el estándar a un punto inaceptable. Colosenses 3:8 dice lo mismo, usted podrá verlo por un momento. Colosenses 3:8, casi el mismo tipo de contexto, buscando ayudarnos a entender lo que significa despojarnos del hombre viejo y vestirnos del nuevo, así como Efesios 4 lo hizo. Dice, “Despojaos – versículo 8 – de enojo, ira, maldad,” y la idea es palabras malas, “blasfemia, palabras sucias de su boca y mentiras”. Versículo 9. Todo eso tiene que ver con la boca. No debe haber enojo, ira, maldad, blasfemia, palabras sucias o mentiras saliendo de la boca de nadie, ningún creyente, especialmente alguien en liderazgo espiritual.

Entonces, en primer lugar, Timoteo, si vas a ser un ejemplo, comienza con tus palabras. En segundo lugar, debes ser un ejemplo no solo en palabras, sino en conducta, sino en conducta. Quiero sugerir otra palabra, estilo de vida, estilo de vida y conducta. Esto tiene que ver con una vida justa.

Usted debe ser un modelo de vida justa, una persona que vive sus convicciones, que vive principios bíblicos, que vive la piedad en toda área de la vida, las cosas que usted hace, los lugares a donde va, las cosas que posee, la manera en la que usted usa su vida, el estilo de vida que vive. Su estilo de vida realmente es un sermón. Su manera de vida realmente es un sermón. Es tan fuerte un sermón que va a superar o va a estar al lado de lo que usted dice.

Algunas personas han venido a nuestra iglesia, me contaron de un pastor que tenía que estar en el área de Los Ángeles, que estaba involucrado de manera tan profunda en el materialismo y demás. De hecho, he oído un par de ellos recientemente, un pastor recibió un nuevo Rolls-Royce de su congregación que se lo quería dar, me imagino como regalo. Me imagino que sabían que eso era lo que quería. Entonces le dieron un Rolls-Royce. Él les dijo que lo devolvieran y que retapizaran todo el interior, a él no le gustaba el color.

Recientemente, oí de otra situación muy parecida a eso. Eso no es raro en el ministerio. El ministerio puede ser un lugar donde los hombres pueden alimentarse o pueden alimentarse como una sanguijuela de la que se habla en el Antiguo Testamento, chupándole la sangre a la congregación para engrandecerse a sí mismos. Pablo dijo, “Yo no he codiciado la plata de nadie, ni oro ni el vestido de nadie. No quiero nada de ustedes, excepto entregarles mi vida, eso es todo, eso es lo único que quiero.”

Pero usted toma un estilo de vida así, y lo coloca al lado de un mensaje bíblico, y usted tiene hipocresía abierta, hipocresía abierta. Y destruye todo lo que está siendo dicho y usted dice que es verdad. Le voy a decir lo que es verdad, el hombre es lo que vive, no lo que dice. Así es siempre. Pero cuando un hombre lo dice y lo vive, entonces tiene poder en el mensaje. Entonces tiene autoridad en el mensaje. Usted tiene credibilidad.

¿Qué hay acerca del estilo de vida? Es básico, es absolutamente básico. Si vamos a establecer el tipo de estilo de vida que otros deben seguir, tiene entonces que ser correcto. Santiago 3:13 dice, “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta en sus obras en sabia mansedumbre”. ¿Quién es el sabio? ¿Quién es el hombre conocedor? El hombre que le muestra con su vida como vivir, ese es el hombre que usted debe seguir. Ese es el hombre.

Y en Hebreos, como mencioné antes, capítulo 3 en el versículo 7 dice que aquellos que están sobre ustedes, que os gobiernan, que os han hablado, que os han hablado la Palabra de Dios, imiten su fe, considerando el resultado de su estilo de vida. Es ese tipo de estilo de vida que usted quiere, porque eso va a llevar a la recompensa eterna. Pedro realmente afirma esto en 1 Pedro 1:15, “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”.

Es un estilo de vida santo. Versículo 18, “Fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivi, ahora a un estilo de vida santo.” 1 Pedro 2:12, él lo dice de otra manera, “que vuestra conducta o su estilo de vida sea honesto entre los paganos, para que, aunque hablen mal de vosotros como malhechores, mediante vuestras buenas obras, glorifiquen a Dios en el día de la visitación”. Su vida debe ser tan buena, tan virtuosa, su estilo de vida tan honorable, tan bíblico, que exalte a Cristo a tal grado que, aquellos que lo critiquen a usted no tengan absolutamente nada que decir.

1 Pedro 3:1 le dice a una esposa con un marido no salvo, “Van a ganar, vas a ganar a tu marido, no por tus palabras, sino por tu estilo de vida, por tu conducta, por tu estilo de vida”. Tu conducta “casta junto con reverencia,” lo dice en el versículo 2. En el versículo 16 del mismo capítulo, “Teniendo una buena conciencia, para que lo que hablan de vosotros como malhechores, se avergüencen aquellos que los acusan falsamente por su buen estilo de vida en Cristo.” ¿No es eso maravilloso?

Es cómo vive usted. Es a dónde va, es lo que hace, cómo gasta su dinero. Y no estoy diciendo que debe ser pobre. No estoy diciendo que no pueda aceptar lo que Dios en su gracia maravillosa le da a usted. Es cuestión de lo que usted busca. He dicho tantas veces que he sido bendecido más allá de la mayoría de la gente, y algunas veces me siento tan mal por esto que considero hasta que considero la fuente. Y si puedo ver en mi propio corazón y decir, no he buscado nada en absoluto. No lo he buscado en absoluto. No lo he buscado. Y si Dios en su gracia ha escogido dármelo, entonces lo puedo aceptar. Es cuestión de actitud.

Puede tener un estilo de vida malo, aunque usted no posea mucho. Su estilo de vida malo, es simplemente, quiere mucho y la búsqueda está mal. Sea que llegue a conseguirlo o no. Por otro lado, Dios puede escoger bendecirlo, y su corazón está bien, y usted usa todo lo que tiene usted para su gloria.

Bueno, ¿cuál es su estilo de vida? ¿En dónde gasta su tiempo? ¿En dónde gasta su dinero? ¿En dónde gasta su energía? Vea el estilo de vida que nos rodea en el mundo en la actualidad, es tan absolutamente incompatible con todo lo que es bíblico. Veo a familias estando totalmente desintegradas porque todo mundo en la casa quiere trabajar.

Y entonces la familia se despedaza mientras que todo mundo va a trabajar para que puedan comprar una casa más grande, un coche más grande, y después cuando tienen tiempo libre, están trabajando en el cuerpo físico en lugar de trabajar en el espíritu, el alma, la familia, los hijos. Tanta confusión en el estilo de vida. En lugar de que la iglesia mantenga una alternativa, la iglesia es arrastrada por lo mismo. Entonces, aquellos que están en liderazgo espiritual deben ser un modelo de estilo de vida, conducta.

En tercer lugar, esto es tan maravilloso, debe ser un ejemplo, Timoteo, en amor, en amor. Más vale que seas amoroso, y con eso no necesariamente significa que debes estar estrechando la mano de todo mundo y abrazando a todo mundo y besando a los bebés, aunque todo eso está bien. Hay una especie de parte agradable de eso en el ministerio. Pero cuando usted habla de amor tiene que usar la definición bíblica. No estamos hablando de sentimientos espirituales y emociones y sentimientos y sentimientos de calidez que algunas veces usted tiene en un ambiente de comunión. De lo que estamos hablando en el amor bíblico es el servicio de sacrificio personal en las vidas de otros.

Ninguno tiene mayor amor que este, que un hombre que ponga su vida por sus amigos. Creo en mi corazón que es ese el ministerio. Usted simplemente pone su vida por sus amigos, eso es todo. Y no es sacrificio porque usted entiende que la meta es eterna. Regrese usted al versículo 10. ¿Sabe una cosa? Le dije a Patricia el otro día, ¿dónde se fue mi vida? Digo, tengo 47 años de edad, y eso es bueno, me da gusto tener 47 años, no me molesta. Todavía tengo mucha energía y muchas cosas por las que estoy emocionado. Pero miro hacia atrás en los últimos 20 años, ¿y dónde se fueron? Se fueron en un sentido. Simplemente, los entregué. No. Ni siquiera me puedo acordar. Ni siquiera me puedo acordar.

De hecho, alguien dijo, ¿escucha a sus propias cintas?, dije solo para saber qué creo acerca de algo. Porque las predicaste tanto tiempo atrás, pasaron tan rápido, no me acuerdo lo que creía de algo. Pero todo pasó tan rápido en mi vida, y está bien, me dije a mí mismo, pero está bien porque en esto – ¿no es en esto en lo que consiste el amor? ¿No es esto a lo que Dios llama el siervo? Amar a esta congregación al punto en el que simplemente entrega todas sus energías y su tiempo con el propósito de comunicar las cosas de Dios a ellos y verlos fortalecidos y edificados en el Señor.

Digo, en eso consiste todo. Ahí está la vida. Para eso es la vida, para nada más. Porque de tal manera amó Dios, ¿que qué?, qué dio, y nada menos que eso no es amor. Están los que dan y los que toman en el mundo, los verdaderos, los que verdaderamente aman son los que dan, no los que toman. Y el ministerio consiste en dar, y dar, y dar, para satisfacer necesidades.

Pablo le dice a los tesalonicenses ese testimonio maravilloso, maravilloso de su afecto por ellos, que los trató como una madre que amamanta y cuida a sus hijos, que devoción. 1 Tesalonicenses 2, versículo 7 y en adelante, “Los deseábamos, os deseábamos de manera afectuosa. Estábamos dispuestos a impartirles no solo el Evangelio de Dios, sino nuestras propias almas, porque nos fueron queridos, y se acuerdan de nuestro trabajo y esfuerzo, que fue de día y de noche, y trabajamos, y trabajamos, y trabajamos, por ustedes”.

“Exhortamos, alentamos, mandamos a cada uno de ustedes a que anduvieran como es digno de Dios, y entregamos nuestra vida a eso.” Dice él incluso él trabajó para ganarse la vida. Estuvo Epafrodito, capítulo 2, que casi murió en el servicio al pueblo de Dios, se entregó con tanta fuerza al servicio que Pablo dice que casi muere. Pero Dios tuvo misericordia de él.

¿Por qué estuvo cerca de la muerte? Por la Obra de Cristo. Él no consideró su vida para servirme, era desechable. Eso es amor. Entréguese. Pablo dice, “Si soy ofrecido por sacrificio por su gozo me regocijo.” No me importa entregar mi vida por ustedes. Solo tenemos una vida, usted sabe. He pensado eso tantas veces a lo largo de los años, simplemente usted se pregunta eso. ¿Debo quedarme en donde estoy o debo irme a otro lado? Es un mundo grande y hay muchas oportunidades.

Me acuerdo cuando me buscaron para pastorear una iglesia en Escocia, y de vez en cuando o en algún otro país, para ir y estar en algún ministerio, alguna otra ciudad en Estados Unidos o en Canadá, o lo que sea. Y usted se pregunta, ¿debo quedarme y entregar mi vida en este lugar? Y usted simplemente tiene que esperar que la voz de Dios responda a eso.

Pero todo está encerrado realmente en el sentido que Dios me ha llamado a entregar mi vida, y si esta es la congregación a la que debo entregar mi vida, entonces esto es exactamente lo que voy a hacer. Así, si se expresa el amor. Ese es el tipo bíblico. A eso se refiere en términos bíblicos cuando dice Timoteo, debe ser un ejemplo de amor. El servicio de sacrificio personal en base a otros. Y usted tiene la misma responsabilidad.

Como he dicho a lo largo del estudio, estas cosas no solo son para mí, sino, son también para usted. Entonces debe servir con su amor a otros en términos de interés sacrificial personal al satisfacer sus necesidades.

En cuarto lugar, él dice en fe, y eso está en el versículo 12, en fe. La palabra fe realmente puede ser traducida fidelidad, o digno de confianza, o lealtad, fidelidad, un compromiso inalterable, consistencia. La idea es, sé consistente Timoteo, sé fiel, leal, digno de confianza, creíble, porque no te desvías del camino, no estás entrando y saliendo. Le pegas o no le pegas. Arriba a abajo, de lado a lado. Estás ahí, eres sólido. Te estás moviendo constante, siempre comprometido, nunca desviándote.

Hombre, ese es el tipo de situación que alguien puede seguir. Eso es lo que la gente sigue. Pero es necesario, hermanos, Pablo dice en 1 Corintios 4:1-2, “Pero es necesario, hermanos, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel.” Lo que realmente separa a los hombres en el ministerio de aquellos que tienen éxito, que separa entre aquellos que tienen éxito de aquellos que fracasan, es esta idea de constancia. Los que son leales, dignos de confianza, fieles, personas a largo plazo que están ahí, de manera consistente sirviendo a Cristo a lo largo de todos los años de su vida, esa es la fidelidad, Timoteo, simplemente, sé consistente. No vaciles. Tan importante.

¿Sabe una cosa? Siempre están las estrategias de rapidez, pero debemos ser consistentes, fieles, nunca, nunca desviándonos. Pablo tuvo esa reputación, la reputación de fidelidad absoluta. Él menciona algunos de sus amigos que eran iguales, Epafras, Colosenses 1:7, quien es un ministro fiel de Cristo. Colosenses 4:7, él menciona a otro de sus amigos, Tíquico, quien es un ministro fiel y consiervo en el Señor. Esa es la clave, simplemente consistencia y fidelidad a las cosas de Dios.

Entonces, Timoteo debe ser un ejemplo en todas estas áreas, y una más, finalmente en el versículo 12, en pureza. La palabra es agneia, significa pureza en el área de castidad sexual. Y también implica pureza en el asunto de intención de corazón. Si tu intención de corazón es pura, entonces tu conducta también será pura.

Debe haber pureza en el área sexual. La historia ha mostrado, y es obvio para todos nosotros, que el ministerio es devastado por la impureza asexual, simplemente es devastado. Y yo creo que los hombres en el liderazgo de la iglesia son vulnerables en esa área. Si bajan su guardia, porque creo que esa es un área de ocupación por parte de Satanás debido a ese efecto devastador.

Entonces, debe mantenerse una pureza moral absoluta, huyendo de la lujuria. Queremos ser, 2 Timoteo 2, ¿no es cierto?, instrumentos útiles para el Maestro. Después él dice, “Huye de las pasiones juveniles.” Ahora, permítame resumir esto, escuche con cuidado. Si una persona para ser un ministro excelente de Jesucristo, va a ser un modelo de virtud en lo que dice, estilo de vida, amor sacrificial, digno de confianza y pureza moral, y pureza moral.

Entonces, escuche con cuidado, cualquier persona que no es un modelo en esas cosas no tiene nada que hacer en una posición de liderazgo espiritual. ¿Por qué? Porque si él vive a un nivel más bajo, ahí es en donde él establece el estándar. Y la responsabilidad del liderazgo espiritual no es vivir en aislamiento como algún tipo de santo que está fuera del espacio, sino como algún tipo de santo que está en el espacio exterior, sino vivir al nivel en donde Dios quiere que todo mundo viva. Y el estándar debe ser mantenido.

Ahora, ¿cómo puede usted hacer eso? ¿Cómo podemos cambiar lo que está pasando en nuestro país? Bueno, pienso en varias cosas. Una, los hombres que están descalificados deberían salirse del ministerio y hacer algo más, quizás Dios los va a bendecir y usar incluso más si no tratan de ser hipócritas. Estoy seguro que Él lo haría. Dos, necesitamos reunir a los pastores de todo el mundo y reforzarles estas verdades.

Tenemos que supervisar el movimiento. Alguien lo tiene que hacer. Tenemos que controlar esto. Y entonces eso significa dos cosas, tenemos que demandar que los hombres que no están calificados se salgan, y después llamar a los hombres que están calificados a mantenerse puros. Tenemos que reunir a estos hombres como lo hacemos en la conferencia de pastores, y tenemos que reunirlos y establecer el estándar, sea de manera personal, en consejería con ellos, o predicándole estas cosas a ellos, dándoles cintas. Tenemos que mantener estableciendo ese estándar alto.

Y después, lo tercero es que tenemos que preparar una generación nueva entera de jóvenes que estén totalmente comprometidos con estos estándares. Y yo creo que por la gracia de Dios, Él ha colocado a Grace en algún punto en el frente de todo esto.

No estoy dispuesto a aceptar un estándar más bajo, y no creo que usted tampoco, y sé que el Señor no lo está. Pero si vamos a tener un estándar alto, tenemos que establecerlo ahí afuera. Tenemos que comenzar a medir la gente por Él. Y si no califican, tiene que ser dado conocer. Y si califican, tienen que ser llamados a una santidad continua.

Y después tenemos que levantar a hombres jóvenes que estén comprometidos con estas cosas. Tenemos que supervisar el movimiento. Debemos estar tan dispuestos a sacar a la persona equivocada como lo estamos a meter a la persona correcta, ¿verdad? Bueno, inclinémonos en oración.

Padre, no hay intención en nuestros corazones, y Tú lo sabes, de levantarnos como el modelo de toda la virtud espiritual. Por eso, porque eso no sería verdad de ninguno de nosotros. Pero Señor, por Tu Espíritu y Tu gracia y la aplicación de Tu palabra santa, sabemos que podemos ser lo que quieres, que seamos en la medida de lo que es humanamente posible.

Te agradezco por el liderazgo de esta iglesia. Te agradezco por el ejemplo de palabras y conducta, el ejemplo de amor, el ejemplo de lealtad, de dignidad, de confianza, y el ejemplo de pureza.

Gracias porque Tú has colocado muchos ejemplos frente a nosotros. Y como resultado, la gente aquí ha llegado a entender el estándar que Tú demandas. Lo demandas para Tu gloria y nuestra bendición. ¿Y qué podría ser más maravilloso para nosotros que esas cosas? Entonces Padre, simplemente oro que en donde estén esos hombres que nombran Tu nombre y están de pie en el púlpito, y Señor, su vida no está bien, y su ministerio no te está honrando.

Te pido Señor, que Tú los quites de eso, que no se retraigan, que no destruyan, que no rebajen el estándar. Y Padre, pido que Tú tomes a la gran multitud de hombres piadosos, fieles y que Tú amarres sus corazones, incluso en mayor cercanía al estándar que Tú has revelado y los hagas tener una mayor pasión que nunca en el poder del Espíritu para vivir al nivel de ese estándar y mantener ese ejemplo alto.

Y oro por una nueva generación de jóvenes que puedan ser los líderes en Tu iglesia alrededor del mundo, que tengan ese estándar alto. Ayúdanos Señor a prepararlos en el seminario Master’s y otras grandes instituciones. Ayúdanos a edificarlos en nuestras iglesias, nutrirlos en nuestro discipulado personal para que podamos ver días venideros si Jesús tarda, un gran misterio para Tu Palabra, en la iglesia y en el mundo.

Oramos también esta mañana por algunos que están congregados con nosotros que nunca han recibido a Jesucristo como Señor y Salvador. Quizás peleando, peleas en contra de comprometerse con Él, quizás no entienden quién es Él, quizás aferrándose a su pecado mientras que quieren a Cristo, pero les da miedo soltarlo. Señor, sea lo que sea que hace que alguien no venga a Cristo, oramos hoy porque el Espíritu de Dios rompa las cadenas para que puedan abrazar a Cristo y venir a la plenitud de la vida eterna.

Y para el resto de nosotros, Señor, ayúdanos a vivir este tipo de vidas. Llámanos a ese estándar que es más y más alto para ser como Cristo.

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