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Bueno, para nuestra pequeña serie, llegamos en esta noche a los últimos dos héroes inconcebibles, como sin duda alguna usted sabe, el libro ya está disponible. Y usted puede conseguir uno y leer un relato más detallado y exhaustivo de los 12 héroes inconcebibles que constituyen ese libro. Esta noche vamos a terminar con dos, uno un nombre muy conocido, el nombre de Marcos. Y el otro, un nombre no tan conocido, el nombre de Onésimo. Tienen vidas que inter-seccionan. Ambos fueron fugitivos. Sin embargo, a pesar de lo que hicieron al huir el Señor rescató a ambos y los transformó de ser personas trágicas a personas triunfales.  

Como lo hace con todo pecador que Él salva, Dios buscó a Marcos y Dios buscó a Onésimo. Y cuando los atrapó, Él convirtió sus fallas en fortalezas, y sus fracasos en éxito inmenso. Quiero comenzar con Marcos y después pasaremos a Onésimo, y le mostraré como sus vidas inter-seccionan conforme contamos la historia en esta noche. La mayoría de las veces, claro, realizamos una exposición de pasajes de las Escrituras y esto es un poco diferente. Pero me encanta contar las historias que vienen como resultado de unir muchas Escrituras juntas, y eso es lo que vamos a hacer en esta noche. El hombre que conocemos como Marcos, realmente es Juan Marcos. Juan es un nombre judío, y Marcos es un nombre gentil.

Él es Juan Marcos. Nos es presentado en los Evangelios, de hecho, no se nos presenta sino hasta el capítulo 12 del libro de los Hechos. Y es el año 45, alrededor del año 45 en el primer siglo d. C. Y el rey Herodes Agripa está persiguiendo a la iglesia. Él está persiguiendo a la iglesia porque él quiere ganarse el favor de las elites religiosas judías poderosas. Él es una especie de rey extranjero en la tierra de Israel, quien está ahí debido a que Roma le ha permitido estar ahí, y tener una medida de poder. Y le sirve bien ganarse el favor de los judíos, los judíos elite, quienes esencialmente están a cargo de la dirección religiosa del país. Tienen la gran influencia religiosa, y por lo tanto dominan al pueblo.

Él es un gobernante impío, y entonces él busca a la iglesia como objetivo para perseguirla y él comienza en el punto más elevado, en la cima. Su primer objetivo es el hermano del Apóstol Juan, un hombre llamado Jacobo. Él se concentra en el primero, al autorizar su ejecución pública. Y lo hace. Ejecuta a Jacobo para que todos lo vean. Cuando Herodes vio que esta acción agradó al pueblo judío, cuyo favor él estaba buscando, él decidió dar otro paso y arrestar a Pedro. Y entonces él arresta a Pedro y lo encarcela con la misma intención que él tuvo para Jacobo. Y usted recuerda la historia de Pedro entonces, que fue arrestado y llevado a la prisión y escapó de manera milagrosa.

El escape milagroso de Pedro de la prisión es conocido por todos nosotros, y de nuevo, usted podría ver el capítulo 12 del libro de los Hechos, porque aquí es donde vamos a retomar la historia. Pedro es arrestado, él es colocado en la prisión, él está en una celda, pero no tiene la libertad de moverse en la celda, él está encadenado en la celda. Y él es supervisado las 24 horas, por un escuadrón de soldados romanos, que se están asegurando de que nadie entre y lo libere. Y él mediante algún medio, mediante alguna ayuda externa pueda escapar. Para asegurarse de que no se pierda, él duerme, esto es Pedro, entre dos guardias. Todo esto para decir que él está lo más seguro posible. Todos esos elementos, no obstante, son inútiles si Dios quiere que Pedro sea liberado. Y así fue.

Y entonces, mediante un mandato del cielo, y retomamos la historia, esto es Hechos 12, versículo 7. Aquí, un ángel del Señor se puso de pie junto a él y una luz brilló en la prisión. Y el ángel tocó a Pedro en el lado, y lo levantó diciendo: ‘levántate rápidamente’. Y sus cadenas se cayeron de sus manos. Y después el ángel le dijo: Cíñete, esto es colócate la túnica y el cinto y ata tus sandalias. Y entonces lo hizo. Él le dijo, ponte tu vestimenta, tu vestimenta exterior y sígueme. Y entonces él salió y le siguió, y no supo que lo que fue hecho por el ángel, fue real. Sino que pensó que estaba viendo una visión. Cuando pasaron la primera y la segunda guardias, llegaron a la puerta de hierro que lleva a la ciudad, la cual se abrió por sí sola, y salieron y entraron por una calle. Inmediatamente, el ángel partió de él. Y así termina el versículo 10.

Ahora, Pedro se encuentra a sí mismo de pie, en la calle, solo. El ángel se fue, y la visión está comenzando a desvanecerse y él se da cuenta de que él de hecho está libre. La realidad de lo que estaba sucediendo comienza a ser entendida por él. Él se halla a sí mismo, de pie en la calle. ¿Qué es lo que va a ser? El primer pensamiento que viene a su mente es acudir a un hogar muy conocido en la ciudad de Jerusalén, en donde algunos creyentes bien conocidos vivían. Son conocidos por él por razones obvias, y él decide ir a su casa. Había sido un hogar en donde él había estado en otras ocasiones. En ese mismo momento, hubo un grupo de creyentes, congregados en ese hogar, con un propósito en mente. Y ese fue orar por la liberación de Pedro.

Están teniendo una reunión de oración, porque el Señor lo sacara de la prisión y él se aparece y toca en la reja del frente. Bueno, conocemos la historia. Nadie podría creer que era él. Esta no es exactamente la gran oración de fe, esto es orar sin fe. Aquel por quien están orando que sean liberado, de hecho, es liberado. Está tocando en la puerta, y nadie cree que puede ser él. Él apóstol divinamente liberado, entonces está esperando afuera, hasta que alguien en la casa finalmente se da cuenta de que sus oraciones han sido respondidas. Versículo 16 dice, Pedro continuó tocando, y cuando abrieron la puerta lo vieron y quedaron sorprendidos. Y no creo que realmente pensaron que fue él, hasta que de hecho lo vieron.

El llamar a la puerta, detuvo la oración y los forzó a venir a la puerta. Usted podrá concluir que fue más fácil salir de la prisión que entrar en esa casa. Y aunque solo ocurre como un comentario al margen, es en este punto que se nos presenta Juan Marcos. La narrativa bíblica describe la casa en palabras simples. Versículo 12, fue la casa de María, la madre de Juan, que tenía por sobrenombre Marcos. Esta es una mujer cristiana quien tiene un hijo llamado Juan Marcos. Este es el primer lugar en las Escrituras, en donde el nombre de Marcos es mencionado. Y de nuevo, su nombre judío es Juan, y su nombre gentil es Marcos.

Y ese se convierte en el nombre, que está asociado de manera más cercana a él. No tenemos más información acerca de Juan Marcos en ese punto, fuera de que esta fue su casa, y que el nombre de su madre fue María. De hecho, la razón por la que él inclusive es identificado, no es por causa de él sino para identificar a su madre, de todas las otras Marías en las escrituras, el nombre más común. Y esa es una forma del nombre Miriam, y muchas mujeres judías fueron nombradas de acuerdo con ese nombre, Miriam. Y usted recordará su historia en nuestra serie. Ella es una madre viuda, y su hijo está ahí cuidando de ella, y ella es identificada como su madre, para distinguirla en cierta manera del resto de las Marías.

Ahora, lo que hemos aprendido a partir de esta afirmación simple es muy básico. Primero aprendemos esto, Juan Marcos fue criado en un hogar cristiano. Juan Marcos fue criado por una madre cristiana, devota, cuya casa se había convertido en el lugar de reunión para los creyentes en Jerusalén. Quizás como Timoteo, quien fue instruido en la fe por su madre Eunice, según 2da de Timoteo 1:5. Juan Marcos, había sido instruido en la fe por su madre María. En segundo lugar, aprendimos que Pedro tuvo una conexión con esa familia. Pedro tuvo una conexión con esa casa y por lo tanto con esa madre María, y con ese hijo Juan Marcos.

Después de haber sido librado milagrosamente de la prisión, Pedro va a la casa de María, la casa de la madre de Juan Marcos, donde la iglesia se había congregado. Entonces podemos decir que, desde un tiempo muy temprano en la historia de Juan Marcos, él estaba familiarizado con Pedro, y Pedro estaba familiarizado con él. Esa es una relación que va a llegar a ser de mucho valor en los años futuros de su vida. Así es como presentamos a Juan Marcos, a nuestro pensamiento en esta noche. Ahora, alrededor del tiempo de la liberación de Pedro de la prisión, la escena de la que acabamos de estar hablando, Pablo y Bernabé comienzan a aparecerse.

Usted recuerda que, es Pedro y Juan quienes dominan los primeros 12 capítulos del libro de los Hechos. Y cuando usted llega al capítulo 13 la historia se desvía de Pedro y Juan a Pablo. Y sus viajes y ministerios ocupan el resto del libro de los Hechos. Entonces, estamos en ese punto de transición. Entonces, Pedro es liberado de la prisión y Pablo y Bernabé llegan a Jerusalén. Están llegando de una ciudad en Siria, la misma Siria de la que usted lee en las noticias en la actualidad, la ciudad de Antioquía.

De hecho, en ese tiempo, era la tercera ciudad más grande en el Imperio Romano. Es una ciudad masiva, importante, fue ahí en la ciudad de Antioquía en donde Pablo y Bernabé, pastorearon juntos, junto con otros hombres la primera iglesia, más allá de la iglesia de Jerusalén. La primera iglesia establecida en el mundo gentil.

Después de recoger una ofrenda, dinero, de la iglesia en Antioquía; Pablo y Bernabé viajaron al sur a Jerusalén con el dinero, para tratar de ayudar a la iglesia de Jerusalén que estaba teniendo problemas. La iglesia de Jerusalén tuvo problemas tratando con la gente, porque recuerde, nació en el día de Pentecostés en donde cientos de miles de peregrinos habían en la ciudad. Y usted recordará que miles de ellos fueron salvos en las primeras semanas, 3000 en el día de Pentecostés, 5000 el otro día. Y los números seguían incrementándose diariamente, el Señor estaba añadiendo a la iglesia. Hay decenas de miles de creyentes ahora, que han venido a Cristo en Jerusalén, que han venido de otros países y no han regresado porque solo hay una iglesia, y entonces se quedan.

Y una de las cosas que Pablo hace a lo largo de su ministerio es recoger ofrendas para proveer para estos creyentes. Y si usted pregunta, ¿Por qué no podían proveer para sí mismos? Usted tiene que entender que los judíos en la ciudad de Jerusalén, menospreciaban a la iglesia, y buscaron perseguir a la iglesia, y Herodes estaba persiguiendo a la iglesia, y los romanos odiaban a la iglesia, porque era una representación del que habían ejecutado, al Señor Jesucristo. El hecho de que ellos se integraran en la sociedad fue un desafío muy difícil, y entonces necesitaban ser cuidados. Y entonces Pablo y Bernabé vienen con una ofrenda. Ahora, usted puede añadir otro componente.

Según el onceavo capítulo de los Hechos, hubo una hambruna en la tierra, y eso hizo que la situación fuera inclusive más difícil. Entonces, aquí vienen Pablo y Bernabé con un regalo, una ofrenda de amor. Usted diría, de la segunda iglesia a la primera iglesia. Una vez que su entrega se completó Pablo y Bernabé iban a regresar a Antioquía. No obstante, decidieron que no regresarían solos, querían llevarse a viajeros adicionales con ellos. Y esto es lo que dice en Hechos 12:25: Bernabé Y Saulo, usando su nombre antiguo, regresaron de Jerusalén cuando habían cumplido su ministerio de entregar el dinero. Y se llevaron con ellos a Juan, cuyo sobrenombre era Marcos. Se llevaron a Juan Marcos.

Entonces cuando Pablo y Bernabé descendieron, debieron haber venido a la casa de María y Juan Marcos. Ese debió haber sido el punto de reunión primordial de los creyentes, inclusive para Pablo y Bernabé. Y ahí conocieron a este joven, Juan Marcos y quedaron impresionados con él. Pero hubo más que eso, Colosenses 4:10 dice esto: ‘Juan Marcos fue el primo de Bernabé’. Entonces Bernabé tiene una conexión inclusive más cercana con Juan Marcos, y sugiere que él viajó con ellos. Bernabé debió haber confiado en él, debió haber reconocido su experiencia con la iglesia en Jerusalén, su conocimiento personal de Pedro y creyó en su capacidad que Dios le había dado, y su integridad personal y espiritual.

Entonces él convenció a Pablo que Juan Marcos les sería útil a ellos. Llevémosle de regreso para el ministerio entre los gentiles en Antioquía. Ahora, evidentemente Juan Marcos no fue un predicador. Decimos eso porque los predicadores en Antioquía son enlistados en el capítulo 13, versículo 1 y el nombre de Juan Marcos no aparece. Ahí usted tiene a los pastores y maestros en Antioquía, su nombre no está incluido. Entonces toman a Marcos, según el 13:5 como su asistente, para hacer lo que necesitaba ser hecho. Él en cierta manera es un secretario, él se encarga de todo, él va a hacer lo que necesiten y asistirlos y ayudarles conforme se preparan para regresar a Antioquía y predicar el evangelio ahí y a cualquier otro lugar al que tengan que ir.

Ahora, ellos inician un ministerio una vez que regresan, en Asia menor. Van al oeste a Asia menor y el ministerio es el comienzo de los grandes viajes paulinos, enfrentan dificultad tremenda. Cuando llegan a su primer destino, el cual es una isla llamada Pafos, P A F O S, se encuentran con un hechicero, un hechicero llamado Elimas. Él es un oponente fuerte de Pablo y del Evangelio. Pablo lo señala y lo llama un hombre de engaño, un hijo del diablo, y el enemigo de toda justicia. Y entonces él es identificado de manera clara como un agente de las tinieblas. Dios entonces permite que su poder sea liberado y confronta a Elimas y lo hace quedar ciego, lo hace quedar ciego, el versículo 11 nos dice.

Entonces, el viaje comienza con esta confrontación con un agente del infierno, y es una interrupción desafiante y una amenaza, una aterradora. El poder de Dios detiene a Elimas del daño que él de otra manera pudo haber llevado a cabo. Conforme el viaje, entonces continua, usted recuerda la historia en el libro de los Hechos, los misioneros tienen dificultades al viajar. El viajar era extremadamente difícil, difícil porque usted estaba caminando todo el tiempo, difícil porque usted tenía que comer. Y debido a que usted tenía que encontrar lugares donde dormir y posadas que eran de manera notoria, lugares horrendos. También hubo una resistencia fuerte de manera continua por parte del enemigo, y aquellos que se oponían al evangelio.  

Al mismo tiempo en Gálatas 4, leemos que el apóstol Pablo contrae una enfermedad muy seria. Algunos han sugerido que bien pudo haber sido malaria, y eso sucedió poco después de que dejó Pafos. Y esto complica la naturaleza ardua, de la naturaleza física del viaje, y añade a los desafíos de la oposición que habrían enfrentado a lo largo del viaje. Bueno, usted recuerda lo que sucedió. Juan Marcos simplemente no podía seguir. Dejó sin animo a Juan Marcos. Y en Hechos 13:13, él ya se cansó. Y entonces él decide que él va a abandonar la misión. Se acabó, esto es demasiado para él. 

Leemos, ‘ahora Pablo y sus compañeros se prepararon para salir de Pafos, llegaron a Perge en Panfilia, pero Juan Marcos los dejó y regresó a Jerusalén’. Él deserta, así de simple, él está abrumado por la oposición, él está abrumado por los desafíos físicos, él teme el resultado, él tiene una especie de ataque de pánico y él busca una manera de regresar hasta su mamá en Jerusalén, regresar hasta la casa de su madre. Él no parte hacia Antioquía, él no va hacia la iglesia, a donde él había ido a servir, si no acude a su madre y a su hogar en Jerusalén. No hay excusa para la cobardía de Marcos y ese hecho ciertamente es confirmado en el resto de la historia en Hechos 15. No había excusa para su cobardía, fue mero temor y una falta de confianza en el poder y el propósito de Dios.

Varios años entonces pasan, y Pablo y Bernabé terminan ese viaje y deciden después de regresar a Antioquía, salir en otro viaje. Es alrededor del año 50, cinco años después de la conexión original con Juan Marcos, los encontramos aquí. Conforme comienzan a discutir su segundo viaje en Hechos 15 esto es lo que leemos comenzando en el versículo 36, ‘después de algunos días Pablo le dijo a Bernabé: regresemos, tomemos un segundo viaje, y visitemos a los hermanos en toda ciudad en la que proclamamos la palabra del Señor y veamos como están, regresemos y fortalezcamos a las iglesias’. En otras palabras, Bernabé quería llevarse a Juan, llamado Marcos también junto con ellos. Él todavía cree en su primo joven, pero Pablo siguió insistiendo en que no debían llevarlo con ellos, a aquel que los había desertado en Panfilia y no había ido con ellos a la obra.

Pablo lo vio como un desertor, Bernabé lo vio como un hombre útil y estaba dispuesto a darle otra oportunidad. Ocurrió un desacuerdo tan fuerte, que se separaron el uno del otro. ¡Eso es realmente triste! Estos dos grandes misioneros, estos dos grandes líderes, el apóstol Pablo y Bernabé, el hijo de la consolación, el hijo de consuelo, una división de grupo perfecta, separados el uno del otro. Y Bernabé dice, tomó a Marcos con él, y navegó a Chipre, y Pablo escogió a Silas, y se fue siendo encomendado por los hermanos a la gracia del Señor. Ahora lo que dice en ese pasaje, que quiero que observes que Juan Marcos fue un desertor, él fue un desertor, él desertó, Pablo le recuerda a Bernabé, él fue un soldado con corazón débil, él huyó en medio de la batalla, él no tuvo el estómago para el conflicto.

Bernabé por otro lado, motivado por el afecto familiar quiere darle otra oportunidad. Pablo es fríamente objetivo, se reúsa a permitirlo, y el desacuerdo es tan fuerte que ni siquiera pueden trabajar juntos, una brecha severa. Los compañeros que una vez fueron inseparables se dividen y van en viajes separados. Bernabé con Juan Marcos y Pablo con un hombre llamado Silas. Este es un momento triste en la iglesia. Los detalles del viaje del apóstol Pablo, son dados en Hechos 16 al 18. Creo que la actitud de Pablo fue legítima, creo que su confianza en este joven había sido traicionada y creo que él no estaba dispuesto a tomar el riesgo de que volviera a suceder.

Lo que más importaba, era que Marcos demostró una falta de valentía, una falta de confianza en Dios, una falta de fortaleza. Él aventó la toalla, él abandonó su misión, él dejó la misión, y su deserción es indefensible, no se puede defender. Entonces Pablo, no quería que fuera y se fue con Bernabé. Yo creo que Juan Marcos sin duda, sufrió un sentido de vergüenza, creo que él vivió con un sentido de desgracia, creo que él vivió con el dolor de haber fracturado a Pablo y a Bernabé. Aunque estoy seguro de que al viajar con su primo Bernabé, Bernabé hizo lo que pudo, debido a que él fue el hijo de la consolación, por consolarlo y animarlo y tratar de restaurarlo y decirle que quizás vendría un mejor día en el futuro.

Muchos meses después, Pablo y Bernabé, se vuelven a reunir en Jerusalén. Ese es el capítulo 15, y dan un reporte brillante de su trabajo. Marcos todavía está en la humillación desde la perspectiva de Pablo, regresan a dar su reporte ¿acaso Marcos llegaría algún día a ser restaurado, para el más influyente y demandante de los apóstoles, el apóstol Pablo? Después de partir con Bernabé en Hechos 15:39, Marcos desaparece de los anales de la historia de la iglesia. Esto es antes de los dos viajes, quizás no fui claro en eso, están juntos en Jerusalén, se dividen, se separan, Pablo se va con Silas y lo seguimos en el capítulo 16 al 18 como dije y Marcos desaparece.

De hecho, él desaparece de la historia del libro de los Hechos durante diez años, diez años. Pero diez años después su nombre se aparece, permítanme contarle las circunstancias. 10 años después Pablo está en arresto domiciliario en Roma, así era su vida misionera. 10 años más tarde, él está en arresto domiciliario en Roma, y él está escribiendo lo que se han llegado a conocer como las epístolas de la prisión. Y él está escribiendo una de ellas, esto es la epístola a los creyentes en una ciudad llamada Colosas, un lugar llamado Colosas. Él escribe una carta a los creyentes en Colosas. Y al final de la carta, Colosenses 4 quizás puede verlo.

Al final de esa carta, él enlista los nombres de aquellos que están con él durante su encarcelamiento, e incluido en esa lista de nombres no está ninguno otro que Marcos, y no es que su nombre meramente es incluido como alguien que está ahí, si no que él es reconocido. Escuche los versículos 10 y 11, Colosenses 4:10 y 11: ‘Aristarco, mi compañero de prisiones os saluda, (él le dice a los santos en la iglesia en Colosas), con Marcos, el primo de Bernabé, acerca de quien recibisteis instrucciones, si el viene a vosotros, recibidle y Jesús quien es llamado Justo. Estos son mis únicos colaboradores para el reino de Dios, que son de la circuncisión, que son judíos, han probado ser un consuelo para mí.

Bueno, en diez años algo ha cambiado en la actitud de Pablo hacia Marcos. Una década antes, él lo vio como un cobarde en quien no se podía confiar, una carga, alguien con quien no quería estar. Ahora, Marcos está siendo exaltado por el apóstol como un hombre quien debe ser recibido, quien debe ser recibido de manera cálida, quien ha mostrado ser un consuelo para el apóstol Pablo, y él le dice a los creyentes Corintos que reciban a este hombre quien le ha traído consuelo y gozo.

Al mismo tiempo, que él escribe la carta a los Colosenses, una iglesia, él escribe una carta a un hombre, un hombre llamado Filemón. Un hombre que fue parte de la iglesia en Colosas, y en su carta a Filemón, él nombra a Marcos como uno de sus colaboradores. Filemón versículo 24. Marcos ahora está en el equipo, él es uno de los que trabajan duro en el ministerio del evangelio. Entonces él que en una ocasión fue un desertor, ahora es una parte honorable de la operación ministerial de Pablo. Estas son buenas noticias de la restauración, ¿no es cierto?

Del perdón, de la utilidad, media docena de años después de eso, ahora estamos digamos alrededor del 67 d. C. Pablo es encarcelado una segunda vez en Roma y esta es la última vez. Él será ejecutado, él sabe que el martirio es inevitable y él escribe su última carta desde Roma, durante su segundo encarcelamiento. Una última epístola inspirada. Y él abre su corazón, él está dispuesto a ir, él ha corrido la carrera, ha terminado la carrera, él ha guardado la fé, está listo para recibir su recompensa celestial, pero él hace esta despedida maravillosa final, en 2da de Timoteo 4 al 11, y él tiene una petición, este es el fin de la carrera para él.

Y entonces le dice a Timoteo, comenzando en el versículo 9 de 2da de Timoteo 4, ‘procura venir a mi pronto, porque Demas me ha dejado, habiendo amado este mundo presente’, eso debió haber sido un dolor de corazón inmenso, habiendo amado este mundo actual, se ha ido buscando los sonidos y las vistas de Tesalónica. Crecente se ha ido a Galacia, aparentemente por motivos de ministerio, Tito se ha ido a Dalmacia, solo Lucas está conmigo. Y después él dice esto, ‘trae por favor Timoteo a Marcos contigo porque me es útil para el ministerio’. Esta es una de las grandes historias de la restauración y recuperación en el ministerio.

Pablo una vez más ha sido lastimado y herido por la deserción de uno de sus compañeros, un hombre llamado Demas, quien lo abandonó por la comodidad mundana y los deseos mundanos. Crecente y Tito no son desertores, pero se han ido para cumplir con responsabilidades ministeriales y solo Lucas está con él allí en Roma. Y él estuvo con Pablo mucho, él fue su médico personal y su historiador personal, podría añadir. Entonces Pablo le pide a Timoteo, por favor cuando vengas, recoge a Marcos, recoge a Marcos. Y entonces, Marcos estuvo con él en su primer encarcelamiento en Roma, y fue tal consuelo y tal gozo para él, que lo quería de regreso, en su segundo y último encarcelamiento al final de su vida gloriosa. Él quería volver a ver a Marcos.

El apóstol quien en una ocasión lo rechazó como un compañero de viaje, lo escoge ahora para que esté con él como su compañero en sus últimos días sobre la tierra. Él no solo es otro con quien Pablo quiere estar, él es uno por encima de los demás con quien Pablo quiere pasar sus días finales. ¿Qué cambió a Marcos? ¿Qué le sucedió? ¿Qué lo transformó de ser un cobarde espiritual y un desertor a ser el más amado y valorado de los colaboradores de Pablo? Le voy a decir lo que lo cambió. No fue un qué, fue un quién. Marcos tuvo una amistad con otra persona muy poderosa, otro predicador apostólico prominente, llamado Pedro, Pedro.

Ya le dijimos que Pedro conoció a Marcos, él conoció la casa de Marcos, él conoció a la madre de Marcos, él conoció a Juan Marcos. Y le voy decir esto, si alguien podía enseñarle a usted lecciones acerca de deserciones y restauración, sería Pedro, ¿no es cierto? Digo, él es el que enfrentó la deserción más monumental, fue Pedro mismo quien fue restaurado después de negar al Señor muchas veces, en tres ocasiones separadas. Y resulta que fue Pedro quien tomó a Marcos bajo su hombro y lo discipuló en la fe. Dice usted, ¿cómo sabes eso? no nada más inventé esto del aire, eso viene de la pluma misma de Pedro.

Pedro escribe en 1ra de Pedro 5:13, la que está en Babilonia, (Babilonia es un eufemismo para Roma, porque Roma es tan parecida a como fue Babilonia), la que está en Babilonia elegida junto contigo, (esto es la iglesia en Roma), te saluda y también os saluda y también Marcos mí, ¿qué? hijo, 1ra de Pedro 5:13. Marcos no fue el hijo físico de Pedro, pero él se había convertido en su hijo en la fe. En los años de silencio, cuando no sabemos nada de Marcos, él estaba siendo discipulado por Pedro. Sin duda alguna, Marcos había venido a Cristo al oír predicar a Pedro porque Pedro es el predicador, a lo largo de los primeros capítulos de Hechos.

Sin duda alguna, su salvación había venido bajo la predicación de Pedro y él había oído a Pedro enseñar muchas veces en su propia casa y después de su falla en Hechos 13, cuando él abandona el ministerio y huye de regreso su madre, él solo descubre que Pedro está ahí, y Dios usa a Pedro para restaurarlo a la utilidad. Y hay más. El testimonio de la historia de la iglesia confirma que Pedro vino a Roma a principios de los 60. Y ministró ahí por lo menos un año. Es probable que él llegó después del primer encarcelamiento de Pablo, antes del segundo encarcelamiento de Pablo, y fue ejecutado por Nerón alrededor del año 65. Lo cual serian dos años antes del segundo encarcelamiento de Pablo y su ejecución.

Mientras que Pedro estuvo ahí, en la ciudad capital, predicando el evangelio, pastoreando a la iglesia romana, él escribió dos epístolas a las iglesias de Asia menor, 1ra de Pedro y 2da de Pedro. Y es en 1ra de Pedro que dice, ‘Marcos mi hijo os saluda’. Entonces Marcos, no solo fue discipulado por Pedro en su hogar en Jerusalén, si no tomado por Pedro para su ministerio en Roma, un ministerio de predicación y enseñanza, que llevó a la muerte de Pedro.

¡Que privilegio tan sorprendente! el que este joven, fuera cuidado personalmente, y nutrido, y discipulado por los dos nombres más grandes entre los apóstoles, Pedro y Pablo.

Que privilegio tan sorprendente inmenso, él ser compañero de ambos en los ministerios más difíciles, desafiantes. E inclusive ser considerado como un amigo íntimo, en las horas finales de la vida de estos dos grandes apóstoles. Él fue útil para los dos más grandes predicadores de todos los tiempos. Y usted podrá pensar que ese fue el gran honor que se le dio a Marcos, pero ese no lo fue. Hay un honor más grande que se le concedió, el Señor le concedió el privilegio de escribir el evangelio de Marcos, escribir el evangelio de Marcos.

Y si usted estudia el trasfondo del evangelio de Marcos, usted sabe que los historiadores de la iglesia han dicho que las influencias para el contenido del evangelio de Marcos vinieron de Pedro. Entonces mientras que Pedro estaba nutriendo a Marcos, Marcos estaba tomando de Pedro toda la historia del Señor Jesús y el Espíritu Santo lo capacitó para escribirlo sin error. Hay testimonio de los primeros escritores de la iglesia, de la conexión entre Marcos y Pedro, y de la autoridad de Marcos de ese evangelio mismo.

¿Sabe una cosa? el Señor está ocupado ¿no es cierto? En recoger a personas que son rechazadas y restaurarlas al ministerio. Cuán maravillosamente increíble es eso.

¿Cuán útil es Marcos? lo encuentro útil casi cada día de mi vida. Porque rara vez hay un día que pasa, que no leo algo que él escribió acerca del Señor Jesucristo. No puede imaginar que alguien pudiera ser exaltado a un nivel más elevado, que el de recibir el privilegio de escribir una de las cuatro biografías del Señor mismo. Y realmente no puedo imaginar una alternativa más inconcebible, que uno quien fue un desertor del ministerio y se vio como nada más que un hijo de mamá.

Mientras que Marcos estuvo con Pablo en Roma, durante el primer encarcelamiento del apóstol, hubo otro hombre que se apareció ahí. Este otro hombre tuvo nombre Onésimo, Onésimo. Onésimo, por cierto, fue un esclavo que huyó, Marcos fue un misionero que huyó, Onésimo fue un esclavo que huyó. Permítame contarle cómo se desarrolla su historia.

Él es propiedad de Filemón, el hombre asociado con la iglesia de Colosas. Pablo está en su primer encarcelamiento, y Pablo escribe la carta a los colosenses y él le escribe la carta a Filemón. ¿Por qué él le escribe a Filemón? debido a Onésimo. Onésimo era propiedad de Filemón, él era un esclavo, él habría sido lo que usted habría llamado un esclavo urbano.

Quien vivió en la casa con la familia, conectado de manera íntima con la familia. Debido a que Filemón fue un creyente, debido a que Filemón fue un líder en la iglesia colosense, podemos estar seguros de que él fue un amo justo, y un amo que mostró gracia.

Y así es como Pablo habla de él cuando él escribe el pequeño libro de Filemón, de un capítulo de extensión. Pero Onésimo, a pesar del hecho de que era cuidado por Filemón, quería su libertad. Entonces, él se convierte en un fugitivo. Un esclavo que huyó. ¿Y adónde va? él va a donde los esclavos que huyen van, a perderse en la multitud. Él va a Roma. Él huye a Roma esperando perderse entre las masas.

La capital imperial, por la mayoría de los estimados, habría tenido de 800 a 900 mil personas, y no habían dispositivos para rastrear a la gente en esa época. Entonces, él podía perderse, pero él no podía esconderse de Aquel que estaba buscando su alma, en absoluto. A través de circunstancias que no conocemos, Dios trajo a Onésimo a Pablo, no conozco las circunstancias. Creo que Onésimo había oído de Pablo, por parte de la gente en la iglesia en Colosas. Creo que Onésimo habría oído a Filemón hablar de Pablo, este gran apóstol, quien estaba predicando por todo el mundo gentil.

Él de hecho, pudo haber oído a Pablo predicar, pero ciertamente oyó lo que Pablo dijo y le fue reiterado a él por Filemón. Y la familia de Filemón fueron creyentes, su esposa y su hijo son identificados por nombre como creyentes. Entonces quizás, cuando él estuvo en Roma y comenzó a ver el caos de su propia vida, quizás él buscó a los creyentes. Y él quizás habría conocido de algunos creyentes romanos, porque él fue un esclavo en la casa de un creyente tan prominente.

Fuera cuales fueran las circunstancias, él encuentra su camino ciertamente por el poder del Espíritu de Dios, hasta llegar a Pablo, y él es salvado. Onésimo es salvado. Su nombre, es interesante decirlo, significa útil. Y él rápidamente se volvió útil para Pablo. Filemón 12 y 16, esos dos versículos, Pablo describe cuán útil es él, cuán gran estudiante es él, un estudiante dispuesto a aprender.

Versículos 11 y 13, él sirve a Pablo en su encarcelamiento. Él cuida de Pablo. Entonces aquí está este esclavo fugitivo, quien ha venido a Cristo y está sirviendo a Pablo, sirviendo a Pablo. Recuerde, Marcos está también ahí, entonces Onésimo y Marcos están juntos, siendo útiles, sirviendo a Pablo. Uno un misionero fugitivo, el otro, un esclavo fugitivo. Pero debido a que él fue un fugitivo, él había cometido un crimen. Era culpable de un crimen serio, y a los ojos del sistema de justicia romano, ese crimen necesitaba ser pagado, o rectificado. Él había defraudado a su amo de sus servicios, él bien pudo haberle robado dinero cuando se fue.

Pablo sabe que tiene que regresar, y entonces él le escribe la carta a Filemón, para decirle a Filemón que lo reciba, que lo acepte de regreso. De eso trata esa carta. En la carta es muy claro que Pablo podía mantenerlo porque él es tan útil, pero él quiere que haga lo correcto. Él quiere que Filemón lo perdone, lo reciba y lo restaure. Él apóstol envía a un hombre llamado Tíquico, para entregar la carta a la iglesia colosense, para entregar la carta a Filemón. Y envía con Tíquico a Onésimo, un hermano fiel y amado quien ahora es uno de vosotros. Entonces juntos, Tíquico y este esclavo fugitivo se dirigen a Colosas, en la misión vital de entregar estas dos cartas inspiradas.

En Filemón, Pablo dice, este es un sacrificio enorme para mí, enviar a Onésimo de regreso. Él sabe que él podía ser castigado por la muerte, la ley romana permitía eso. Él podía ser etiquetado con un ‘fugitivus’ en su frente, de por vida. Él podía ser severamente golpeado, y de manera justificada. Los esclavos eran tratados de manera muy dura, con un trato extremadamente duro, que era permitido en contra de los esclavos, por esta razón prevaleciente. Había temor en el mundo romano, de un levantamiento de esclavos, y para mitigar eso castigaban a los esclavos fugitivos. Y los castigaban de manera muy severa, muy severa.

Filemón fue un creyente verdadero, un amigo amado, y un creyente. Él había sido una parte familiar de la familia, y entonces aquí está la apelación. Permítame tan solo leérsela en Filemón. ‘Por tanto, aunque podría ser muy valiente en Cristo, demandarte lo que es apropiado. Sin embargo, por causa del amor prefiero apelar a ti, siendo Pablo el anciano, y ahora también prisionero de Jesucristo. Apelo a ti por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado mientras que he estado en mis cadenas’.  

Esto es, lo llevó al Evangelio y a la salvación. ‘Quien antes te fue inútil, pero ahora te es útil a ti y a mí’. Lo estoy enviando de regreso, tú por tanto recíbele, esto es mi propio corazón, a quien quiero mantener conmigo. Es como enviarte mi corazón. Así es como amo yo a este hombre.

¿Sabe una cosa? Pablo tuvo una capacidad inmensa de amar a la gente que lo servía, incluyendo a Marcos. Quería que estuviera ahí, al final mismo de su vida, incluyendo a este esclavo fugitivo. Él me ministra en mis cadenas por el evangelio, pero sin tu consentimiento no quería hacer nada. Para que tu obra buena, no fuera por obligación, por así decirlo, sino voluntaria. Porque quizás él ha partido por un tiempo, con este propósito, para que lo recibas para siempre. En otras palabras, quizás él huyó, ciertamente huyó en la providencia de Dios para ser salvo, para que fuera enviado a ti.

Ya no como esclavo, sino más que esclavo, como un hermano amado. Especialmente para mí, pero cuanto más para ti tanto en la carne y en el Señor. Si entonces me consideras como colaborador, recíbelo como me recibirías a mí. Si él te ha hecho mal o te debe algo, ponlo en mi cuenta. Pon eso en mi cuenta. ¿Cómo respondió Filemón a esto? bueno, la historia de la iglesia nos indica que él respondió como usted esperaría que respondiera, con perdón y amor, y restauración completa.

Un comentario al margen de eso, alrededor del 110 d. C. uno de los primeros lideres cristianos bien conocidos por todos los historiadores de la iglesia, llamado Ignacio el Obispo de Antioquía, escribió una carta. Y en el 110 él escribió esta carta a Éfeso. En esa carta, él se dirigió al pastor de la iglesia en Éfeso múltiples veces, vez tras vez en esa carta. Y él dice, el hombre al que él está dirigiéndose, el pastor de la iglesia en Éfeso, es un hombre llamado Onésimo. Onésimo. ¿Podría ser el mismo Onésimo, como el esclavo que huyó de Filemón y se reconcilió con él? Hay varias razones para pensar que lo es, de hecho. El tiempo sería idéntico a lo que sería esperado, porque en el 110, Onésimo, si fue un joven en sus 20s cuando él huyó estaría en sus 70s y a la edad de 70 él ciertamente sería identificado como un anciano, apropiado para un obispo, un pastor de importancia en la primera iglesia.

Pero otro escritor, F. F. Bruce escribe esto, ¿por qué entonces debe uno conectar al Onésimo quién fue el obispo de Éfeso alrededor del 110, con el Onésimo en el libro de Filemón? porque Ignacio en su carta a la iglesia en Éfeso, muestra familiaridad con la epístola a Filemón, es uno de los lugares raros en la literatura de los primeros padres. En donde el lenguaje de nuestra epístola, de manera clara tiene eco. Y no solo eso, sino por parte de la carta de Ignacio a Éfeso, en donde el lenguaje de Filemón se presenta como eco, está la parte en la que el obispo es mencionado, en los primeros 6 capítulos, 14 veces. Entonces Ignacio escribe una carta, que hace eco del contenido de Filemón y usa el nombre Onésimo 14 veces.

Entonces Onésimo, el esclavo fugitivo es perdonado, abrazado, restaurado, se convierte en una parte de la iglesia en Colosas. Y años más tarde es elevado para ser el Obispo en la Iglesia en Éfeso. Y yendo más allá de eso, eruditos del Nuevo Testamento, como F. F. Bruce han sugerido que es Onésimo, quien fue vital en recoger y preservar cartas escritas por Pablo.

Esa es una responsabilidad significativa. Los eruditos de la iglesia, nos dicen que hay buena evidencia de que él, Onésimo, recogió las cartas de Pablo, y las reunió en un lugar. El siervo para Pablo, hasta la muerte de Pablo; y un siervo de Cristo, hasta su propia muerte. La historia nos dice que él murió como mártir.

Onésimo, durante el reinado del Emperador Trajano. Y la razón por la que lo mataron, es porque se rehusó a negar a Cristo. Él sirvió fielmente a su amo celestial hasta el final, como Marcos. Y se conocieron el uno al otro, ¡cuán maravilloso! En conclusión, Dios está ocupado, ¿no es cierto? De cambiar a desertores, y hacerlos siervos útiles de Él. Para Marcos, el desertor restaurado; para Onésimo, el fugitivo perdonado. La historia de sus vidas apunta al hecho de que Dios usa a las personas más inconcebibles, para cumplir propósitos heroicos en la extensión de su reino. ¡Buenas noticias para todos nosotros! ¿verdad?

Usted no tiene idea de lo que Dios puede estar planeando para su vida, y lo que ya se está desarrollando, si usted le es fiel. Esa es la razón por la que Pablo dijo esto: “Habiendo yo sido antes blasfemo, injuriador, y perseguidor de la iglesia. Pero Dios me mostró misericordia, y ahora soy lo que soy, por la gracia de Dios. Y su gracia fue abundante hacia mí.” Y entonces digo lo que he estado diciendo a lo largo de este estudio, Dios tiene que usar a los débiles y a los que fracasan, y a los frágiles y a los desertores, porque ese es el único tipo de gente que hay. Y el continúa usándonos para cumplir sus propósitos del reino. ¡Que privilegio serle útiles!

Padre, gracias por nuestro tiempo en esta noche, que hemos tenido para ver estas vidas. Tanto más podría, debería ser dicho. Pero es suficiente saber que conforme avanzamos a lo largo de la Palabra de Dios, desde los primeros capítulos en el Antiguo Testamento, y de manera evidente hasta el final de la era apostólica en el Nuevo, vemos que tú has levantado y extendido la verdad a través de gente inconcebible como nosotros, con todas nuestras debilidades, y todos nuestros fracasos, y todas nuestras fallas, Señor. Entendemos que no es por poder, ni por fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor, que la verdad avanza. Sabemos que estás buscando vasos de honra aptos para tu uso.

Estas buscando a gente que sea útil porque están arrepentidos, porque son fieles, porque son diligentes. Pero todos nosotros hemos llegado a ser útiles a partir de ser inútiles. Hemos llegado al lugar a donde podemos serte útiles cuando fuimos tus enemigos antes, cuando te fuimos hostiles, y cuando no éramos nada más que dignos de ser descartados. Y tú nos has salvado, y nos has santificado, y nos has hecho aptos para tu uso. ¡Que privilegio tenemos!

Y sea lo que sea, no escribiremos un evangelio. Quizás nunca seamos el pastor de una gran iglesia, quizás nunca seamos instrumentos de cartas divinamente inspiradas. Pero sea lo que sea que nos has dotado para que lo hagamos, sea lo que sea que nos has llamado a hacer, queremos ser lo más útiles, lo más útiles.

Que nos salgamos de nuestra manera de hacer las cosas con nuestro egoísmo y nuestra pecaminosidad, y mediante fidelidad y amor hacia ti y obediencia, nos coloquemos en ese lugar más útil, en donde tú puedes hacer mucho más de lo que podemos pedir o entender, según el poder que obra en nosotros, ese poder que resucitó a Jesús de los muertos. Esa es nuestra oración, hazlo para tu gloria. Oramos en el nombre de Cristo. Amén. Amén.

 

 

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