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Venimos ahora al estudio de la Palabra de Dios, y hemos estado viendo 2 de Corintios capítulo 4. Lo invito a abrir su Biblia en ese capítulo, con disculpas para aquellos de ustedes que no han estado aquí en las últimas semanas. Hemos estado avanzando lentamente a lo largo de este capítulo porque hemos estado hablando del hecho de que, como creyentes cristianos, somos ciudadanos del reino celestial, y nuestra responsabilidad es brillar la luz en la oscuridad.

La luz está en nosotros porque Cristo está en nosotros. La luz también está en la Palabra de Dios porque ahí está la luz del evangelio revelada. El versículo 5 de este capítulo dice, no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Este es el corazón del punto y el propósito de la iglesia en el mundo, no predicarnos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor.

Ahora hemos estado tratando el hecho de que predicar a Cristo es proveer luz en las tinieblas. Simplemente para recordarle eso, permítame comenzar en el versículo 1. Sígame. “Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.”

“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.”

“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.”

“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que, abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.”

“Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”

Para subir y encima de ese texto y tener un punto de vista elevado de lo que Pablo está diciendo, él está diciendo esto: Se nos ha dado el ministerio del nuevo pacto, la predicación del evangelio, la gloria del evangelio. Predicamos a Cristo, no nos predicamos a nosotros mismos. Entendemos al hacer esto que somos insignificantes. Somos vasos de barro, vasijas de tierra. No tenemos poder, solo Dios tiene poder. Podemos comunicar el mensaje, no tenemos poder para cambiar al pecador. De hecho, tenemos que enfrentar la realidad que domina todo el evangelismo, y esa es, si es fiel generará hostilidad, rechazo, odio, y persecución.

Y entonces, habiéndose elevado a las alturas de hablar del evangelio de la gloria de Cristo quien es la imagen de Dios, hablando de la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo, inmediatamente él dice en el versículo 8, estamos atribulados, versículo 9, somos perseguidos, y después en tres versículos seguidos él habla del hecho de que vive cada día con la realidad de la muerte. Y lo que hemos estado aprendiendo es que el evangelio ofende a pecadores, necesariamente, necesariamente. Jesús dijo en Juan 7, Me odian porque les digo que sus obras son malas. Incluso Jesucristo, el justo, el santo, no podía superar el enojo del pecador cuando es confrontado con su propio pecado.

La oscuridad es profunda y seductora, hemos estado aprendiendo eso. La oscuridad está volviéndose osada en nuestra generación, ¿no es cierto? La oscuridad se está protegiendo a sí misma al hacer leyes que castigan a la gente de la luz. Hemos criminalizado la justicia y hecho la impiedad legal. El engaño devastador de los impíos ha legalizado el homicidio y la perversión sexual y la destrucción de la familia y la devastación de los niños. Las contaminaciones en esta población se han difundido.

Tenemos el deber de brillar la luz en esto. Pero subráyelo, sea lo que sea que toleró la sociedad en generaciones pasadas, no lo hace ahora. La hostilidad va a ser la respuesta. Y debido a que la hostilidad es la respuesta, naturalmente, inevitablemente, porque si odiaron a Jesús, los van a odiar a ustedes, como dijo Él, muchos han ajustado el mensaje para quitar la ofensa. Y oímos a gente hablando del evangelio como si es algún tipo de reforma social, algún tipo de reconciliación racial.

También oímos que algunos presentan el evangelio como si es un medio de descubrir su propio propósito o descubrir su propia satisfacción o descubrir su propio éxito, o cualquier otra cosa acerca de usted mismo. Comúnmente, el punto inicial para el evangelismo es acerca de usted. Dios lo ama a USTED tanto que quiere darle todo lo que usted desea. Ese tipo de promesas que no son del evangelio son tan conocidas que pasan sin ser cuestionadas. La gente no se da cuenta de cuán totalmente extraños son para el evangelio verdadero. Hacen el mensaje de Dios acerca del pecador, el pecador toma el centro del escenario, y el pecador es el que hace las demandas y establece los deseos, y Dios es el que los entrega al pecador omnipotente. Estas son distorsiones devastadoras, desastrosas del mensaje de salvación.

Solo por un momento, está en el capítulo 4. Vaya al capítulo 5, le voy a dar una ilustración de esto. Comenzando en el versículo 18, hablando del ministerio de la reconciliación, el evangelio que hace a uno una nueva criatura: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”

Ahora leo eso, y solo quiero que vea esos versículos sin concentrarse necesariamente en nada, y vea cuántas veces ve la palabra Dios, y después vea cuántas veces ve la palabra Cristo. Dios aparece cuatro veces en esos versículos, Cristo, cuatro veces, Dios cuatro veces más por pronombres, y Cristo dos veces más por pronombres, lo cual significa que el ministerio de la reconciliación, el evangelio, es acerca de Dios y es acerca de Cristo. No es acerca de usted. Está centrado en Dios.

Ahora si somos honestos acerca del evangelio de Dios y el evangelio de Cristo, ¿qué decimos? ¿Cómo lo presentamos? Si debemos brillar la luz, si somos los vasos de barro sin valor e inútiles y reemplazables, pero poseemos el evangelio glorioso de Cristo, ¿cómo comunicamos eso? ¿Qué decimos? Permítame tan solo darle algunas cosas simples que necesita recordar.

Si usted es honesto al hablar del evangelio, sería algo así, sea honesto al hablar del pecado y el costo del arrepentimiento. ¿Muy bien? Ahí es en donde comienza. Sea honesto al hablar del pecado y del COSTO del arrepentimiento. Hay un costo. El costo es tan alto, pero los pecadores dejados a sí mismos no lo van a pagar, porque tienen que negarse a sí mismos. Pero ahí es en donde el evangelio comienza. Sea honesto al hablar del pecado y del costo del arrepentimiento.

En segundo lugar, hable con urgencia y dígale a la gente que necesita arrepentirse ahora. Hoy.

En tercer lugar, deles la verdad acerca de Cristo, Su persona, y Su obra. Apoye eso con la Escritura. Todo lo que ha dicho del pecado y el arrepentimiento y Cristo, Su persona y obra, apóyelo con la Escritura.

Y cuando usted haya presentado la necesidad de arrepentirse de manera clara y el costo de arrepentirse de manera clara y la obra de Cristo y Su persona de manera clara y las haya mostrado en la Escritura, dígales con gozo que si se arrepienten y creen en el evangelio, serán salvos y se les dará vida eterna. Ese es el proceso. Dígales con gozo, y después infórmeles de la santificación y de la importancia crítica de la vida en la iglesia.

Así es como usted brilla la luz en la oscuridad. No hay garantía de que van a responder, de hecho, la mayoría no lo hará, ¿verdad? Pero como Dios le dijo a Isaías, hay un remanente. Dios tiene Su pueblo, y cuando usted da esa verdad del evangelio a uno a quien Dios ha escogido desde antes de la fundación del mundo, el Espíritu de Dios puede en ese punto darles luz y vida. Así es como brillamos la luz del evangelio en la oscuridad.

Dije hace un par de semanas atrás algo con lo que la gente no ha estado de acuerdo. Dije que no podía pelear por la libertad religiosa porque eso sería pelear para que Satanás tuviera éxito, porque cada religión en el mundo excepto por la verdad del cristianismo es una mentira del infierno. Dice usted, Bueno, ¿no es la libertad religiosa importante para el cristianismo? No, no significa nada. No importa qué leyes hagan o no hagan los gobiernos, no tienen efecto en el reino de Dios. Jesús dijo: “Edificaré mi reino, y las puertas del hades no prevalecerán contra él.” No necesitamos que el gobierno agilice el evangelio. Y usted notará que cuando la libertad religiosa, en cierta manera categórica, es eliminada, la única religión que será castigada es la verdad.

Entonces aquí estamos, viviendo en las tinieblas, no al filo de las tinieblas, sino literalmente en las tinieblas, brillando como luces. Y Pablo dice al enfrentar esta tarea, puede ser imponente, y por eso comienza en el versículo 1 al decir, no desmayamos. Y después lo encierra al final, o casi al final, en el versículo 16 de nuevo, no desmayamos. Eso significa que no somos cobardes, no renunciamos, no cedemos.

¿Cómo es que usted puede hacer esto con denuedo y valentía, y soportar? Bueno, hemos cubierto varias cosas, no voy a regresar a cubrirlas. Pero nos encontramos en el versículo 8. El meollo es este, para ser fiel, tiene que tener convicciones fuertes. Tiene que creer en la superioridad del Nuevo pacto, aprendimos eso. Tiene que entender que necesita un corazón puro, que tiene que manejar la Palabra de Dios correctamente. Tiene que entender que la salvación es una obra de Dios. Solo Dios que dijo, Sea la luz, y trajo la luz en la creación en Génesis 1:3, puede decir, Sea la luz, en un corazón. También tiene que entender su insignificancia. Usted es un esclavo, usted es un vaso de barro, usted es impotente.

Entonces aquí estamos con esta verdad superior del Nuevo Pacto, la única verdad salvadora. Se nos ha dado la misericordia, el alto privilegio de proclamarla, aunque somos indignos. Debemos hacerlo a partir de un corazón puro, manejando la Palabra de Dios correctamente, confiando en el Señor para los resultados, reconociendo nuestra propia insignificancia. Y cuando hacemos todo eso y lo hacemos conforme a lo mejor de nuestras capacidades impulsadas por el Espíritu Santo, ¿qué pasará? ¿Usted cree que todos van a creer? No.

Vaya al versículo 8, que estamos atribulados en todo. Si usted cree que este es el camino a la popularidad, está equivocado. Pablo estaba cierto de otra cosa. Esta es la séptima certeza que hemos visto, él estaba cierto del beneficio del sufrimiento. Usted va a tener hostilidad. Usted va a tener rechazo. Usted va a sufrir.

Ya hemos aprendido de nuestra experiencia cristiana al cubrir el Nuevo Testamento que debemos tener por sumo gozo cuando nos hallemos en diversas pruebas, verdad, Santiago 1, porque tienen una obra que perfecciona. Ya hemos oído de Pedro, Primera de Pedro 5:10, que después de que hayáis padecido por un poco de tiempo, el Señor os perfeccione, complete, entero. Entonces sabemos que simplemente en general, el sufrimiento y las pruebas en la vida NOS BENEFICIAN, nos perfeccionan, nos hacen más fuertes. Incluso validan nuestra fe. Cuando su fe sobrevive una decepción horrenda, eso es evidencia de una fe real. Y entre más vive usted y más veces ha pasado por pruebas y su fe sale triunfal, disfruta de más certeza.

Entonces Pablo dice, veamos el versículo 8, estoy seguro de una cosa, estoy seguro del sufrimiento, y estoy seguro de su beneficio. estamos atribulados en todo, mas no angustiados. Atribulados, THLIBÓ, presión que viene sobre nosotros, pero no angustiados. En apuros, podría traducir eso no saber qué hacer, desanimado, realmente sin ver una salida del sufrimiento. Pero incluso en eso, no desesperados, en el punto de la desesperación final. Lo que él está diciendo es que es duro, es muy duro, pero no hay dolor de corazón que pueda causar que desertemos. No desmayamos.

Versículo 9 él dice, perseguidos, DIÓKO. Ese verbo era usado para cazar un animal con el propósito de matarlo. Somos cazados, somos cazados con el propósito de ser matados, así como Jesús lo fue. Mas no desamparados, no abandonados, no desertados. Derribados, KATABALLÓ, ese es un golpe de cuerpo, golpear algo al suelo, aventar hacia abajo con fuerza, usado en luchas, boxear. Pero no destruidos. No perecemos. Este es un apóstol golpeado, ¿verdad? Pero nunca lo quebrantó. Escuche, el triunfo no es libertad del dolor. El triunfo no es escapar de la adversidad. Es sobrevivirla.

Avance unos cuantos capítulos al capítulo 12, 2 de Corintios 12, y quiero que vea los versículos 7 al 10. Pablo abre su corazón. Él ha estado hablando a lo largo de esta carta de su sufrimiento. Regrese al capítulo 6, los diez versículos de apertura presentan una lista de todas las cosas que sufrió. Después en el capítulo 11, la lista más completa de sufrimiento externo, y después incluso interno comienza en el versículo 23 y sigue hasta el versículo 29, todas las cosas que él sufrió. Y hubieron críticos de él que decían: “Bueno es bastante evidente que Dios no está contento contigo por todo el sufrimiento.” Esa habría sido la versión existente del consejo de los amigos de Job. Estás sufriendo, eres pecaminoso.

Pero observe lo que el Señor dice en el capítulo 12, versículo 7. Esto es testimonio personal de Pablo, inspirado por Dios, “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: repetidamente, Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.”

“Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” Eso no es nada lógico para la sociedad de la actualidad incluso en la iglesia evangélica. No me vuelvo poderoso hasta que soy débil, hasta que soy perseguido, hasta que estoy afligido, hasta que soy insultado. Él se coloca a sí mismo en el altar del sacrificio. Y él dice, el sufrimiento es benéfico.

En primer lugar, nos humilla, para que no me exaltase, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, él lo vuelve a decir, para que no me enaltezca. Ese mensajero de Satanás, creo yo, fue el líder de los falsos profetas que estaban despedazando la iglesia en Corinto. Un mensajero de Satanás, un ÁNGELOS de Satanás. Un ÁNGELOS satánico, un ángel, es un demonio. Dios usó el sufrimiento para humillarlo debido a las muchas revelaciones que tuvo.

Dios también usó el sufrimiento para acercarlo al Señor, versículo 8, respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí. Lo impulsó a la oración profunda, eso es lo que hace el sufrimiento. También, el sufrimiento permitió que Dios mostrara Su gracia, versículo 9, y me ha dicho, una y otra vez, bástate mi gracia. Bástate mi gracia. Permite que Dios muestre Su gracia. Y finalmente, el sufrimiento no solo nos humilla, nos acerca al Señor, le permite mostrar gracia, sino que perfecciona Su poder en nosotros. Usted es tan poderoso como es débil en su propia fuerza.

¿Qué está mal con la gente que quiere truncar el evangelio? ¿Qué está mal con la gente que quiere alterar el evangelio? Están demasiado investidos de su propio poder. Es cuando usted sabe que es impotente y totalmente incapaz, vaso de barro, que todo el poder reside en la verdad del evangelio. Los predicadores, los veo en la televisión con multitudes enormes de personas. Son impotentes. Son débiles. No tienen efecto en nadie en ningún sentido eterno. Atraen multitudes, la gente se ríe, aplaude, llenos de sonido y furia, significando, espiritualmente hablando, absolutamente nada. Y mientras que usted piense que tiene el poder, usted es impotente. Cuando usted ha sido quebrantado y se da cuenta de su propia impotencia, usted es útil. Pablo entendió eso. Él entendió eso.

Y entonces, de regreso al capítulo 4, y retomándolo en el versículo 10. Él dice, llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús. Sabe, la realidad era que realmente no estaban tan ofendidos con Pablo. No fue algo en su estilo que no les gustó, no fue que sus palabras fueron, en la superficie, ofensivas. Fue JESÚS quien fue la ofensa. Y quiero que entienda que no importa cuán atractivo sea usted, no importa cuán amable usted pueda ser, no importa cuán amoroso es usted, cuando usted predica a Cristo y el evangelio, es una ofensa, al grado que llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, ¿qué está diciendo él? Él está diciendo, Vivo continuamente en la realidad que esto podría costarme la vida.

Pablo era acechado. A dondequiera que iba, él era casado como un animal. Querían matarlo. Pero hizo lo que hizo para que la vida de Jesús también pudiera ser manifestada en nuestro cuerpo. En otras palabras, tanto en su vida como en su predicación, Cristo era demostrado. Me encanta eso. Cristo en Pablo era hecho visible por su valentía, entienda eso. Cristo en Pablo fue hecho visible por su valentía, por su sacrificio perseverante. Al arriesgar la muerte por el evangelio, él mostró que amaba a Cristo, y él también mostró que Cristo estaba vivo en él.

Afirmación paralela en el versículo 11, “Porque nosotros que vivimos siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.” Literalmente, él está diciendo Cristo es demostrado cuando usted está dispuesto a hacer el sacrificio definitivo, incluso enfrentando la muerte, por predicar el evangelio. Digo, de hecho, es una verdad asombrosa. Es lo que Pablo describió como entrar en la participación del sufrimiento del Señor.

Primera de Corintios 4:9, él dice: “Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte.” Conocemos la historia de los apóstoles, ¿verdad? Fueron ejecutados, exiliados, y tenían las mejores noticias que el mundo jamás había oído. Todo fue por causa de Jesús. Fue una vida de persecución porque él fue fiel en proclamar a Cristo y en dejar que Cristo viviera a través de él.

No solo es el mensaje de usted. Escuche, no solo es su mensaje lo que es una reprensión al mundo, es su vida. Es su vida. Es Cristo en usted que se manifiesta en su amor por la verdad, por la iglesia, por la justicia. Entonces la gloria de Dios brillando en la faz de Cristo brilla mediante el vaso de barro, el creyente, conforme ese creyente proclama el evangelio de Cristo, y entre más alto es el precio y más alto es el costo, más de Cristo es demostrado. Eso quiere decir que, entre más débil se vuelve usted y menos confianza tiene en su propia fuerza, más poderoso se vuelve usted. Al mundo no le gusta.

Nadie ha tratado de quitarme la vida, de lo que sé. Una vez, una persona trató, un domingo de resurrección por la mañana en la oficina. Pero están haciendo lo que pueden por Internet por quitarme la reputación, por callarme porque han convencido a gente que soy, como tantos otros, simplemente otro fraude espiritual. en cierta manera usted deja su vida ahí afuera, así es.

De nuevo, por el tercer versículo seguido, versículo 12, Pablo dice, la muerte actúa en nosotros y en vosotros la vida. Tenemos que estar expuestos. Digo, tenemos que estar ahí afuera proclamando la verdad, ¿correcto? Usted no puede decir, Bueno, temo que me pueda costar mi reputación si soy valiente por el evangelio. Y aquellos que odian el evangelio van a tratar de destruirme, y hay muchas maneras en las que lo podrían hacer sin matarme, especialmente en esta era del Internet.

Pero usted realmente no tiene opción. La gloria de Dios está brillando en la faz de Jesucristo, y Cristo vive en usted, y brilla a través de usted conforme Él se demuestra a Sí mismo en las virtudes evidentes de la vida de usted. Y esas virtudes se resumen de esta manera, amor, amor hacia Dios, amor hacia Cristo, amor hacia la verdad, amor hacia la Escritura, amor hacia la iglesia, amor hacia los perdidos. Humildad, quebrantamiento por su propio pecado, sentido de indignidad. Y, en tercer lugar, obediencia. Usted demuestra a Cristo, y después proclama Su evangelio. Y esto es inaceptable en el mundo.

Pablo dice en Colosenses 1:24, Me gozo en lo que padezco por vosotros, no solo por causa del Señor, sino por VOSOTROS, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia. Qué declaración tan sorprendente. Pablo está diciendo esto, Cristo no está aquí. Ya no pueden hacerle más daño a Él, ya no pueden causarle más heridas, entonces me las causan en lugar de Él. Qué privilegio, ¿verdad? él recibió las heridas por nosotros, ¿podemos recibir las heridas por Él? Así va ser si usted va a ser fiel. Va a ser la muerte actuando en nosotros, versículo 12, en vosotros la vida. Que promesa tan sorprendente.

Pablo soporta fielmente, entonces brillando la luz del evangelio en las tinieblas aún si le cuesta sufrimiento, y le cuesta, aún si le cuesta la muerte, y le costó. El sufrimiento fue la manera de refinarlo, la manera de romper su confianza en sí mismo, la manera de humillarlo, de acercarlo al Señor, y perfeccionar el poder divino en él. Entonces estaba seguro de los beneficios de ese sufrimiento.

La siguiente certeza que fortaleció a Pablo para la perseverancia es que él estaba seguro de la necesidad de integridad. Él estaba seguro de la necesidad de integridad. ¿Necesito decir cuán desesperadamente necesitamos la integridad? ¿Qué es la integridad? Es actuar consistentemente con lo que usted dice que cree, ¿verdad? Usted no tiene duplicidad. Usted no es un hipócrita.

Pero vea cómo es presentado en los versículos 13 al 15, Pero teniendo el mismo espíritu de fe, Pablo opera por fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos. Eso es tan simple. La gente me pregunta a lo largo de los años, ¿te preocupas por la reacción de la gente a lo que dices? Mi respuesta estándar ha sido no. ¿Por qué me voy a preocupar por lo que la gente piensa? Solo hay una persona que me preocupa, y esa es Dios. Yo, yo nunca he tenido el pensamiento, sentado en mi estudio preparándome, Oh, no quiero decir eso, eso va hacer que alguien se enoje.

La gente me ha dicho, sabes, me ha escrito notas: Traje a mi amigo católico, y lo ofendiste. Nunca regresaré. Traje a mi amigo mormón, y tú lo ofendiste. Traje a mi esposa, y la ofendiste. Y estoy diciendo, ¿quieres paralizarme? Entonces dime que tienes a tres mil personas sentadas enfrente de mí, y mi trabajo es no ofender a ninguna de ellas. No, estoy aquí PARA OFENDERLOS A TODOS USTEDES. Y al hacerlo, he ofendido mi propio corazón.  

No, no venga a Grace si no quiere ser ofendido. Somos personas amables y amorosas. De hecho, fui presentado en la Convención de Radiodifusores Religiosos Nacionales por un pastor carismático bien conocido que había llegado a conocer a nivel personal, y me presentó de esta manera: Este es mi amigo John MacArthur, quien es MUCHO más amable en persona de lo que es en sus sermones. No es que estoy tratando de no ser amable, es que debo decir la verdad. Eso es integridad. No puedo decir que creo algo, pero no tengo la valentía de decirlo.

Versículo 13, Creí, por lo cual hablé. Eso es integridad. Este es el espíritu de fe. ¿Dice usted que cree? Así es como la fe opera. Opera según lo que está escrito. Y Pablo toma una afirmación del Salmo 116, versículo 10: “Creí, por lo cual hablé.”

El Salmo 116 es un salmo increíble. El salmista presenta su dificultad severa, tiene tanta dificultad, versículo 3, versículo 6, versículo 8. Y después él entra en la oración en el versículo 4. Y sin cambio alguno en las circunstancias, en los versículos 5 al 9, él simplemente repite cómo confía en Dios. Y entonces, después en el versículo 10 él dice, estoy hablando palabras de confianza porque eso es lo que creo. Y el salmo termina del versículo 12 al 19 con alabanza. él simplemente entra en alabanza, y las circunstancias no han cambiado. Pero él habla de su confianza en Dios. Lo que creo me motiva a tener confianza.

Bueno, el apóstol Pablo ve eso como una analogía de su propia situación. El salmista creyó en la misericordia, el cuidado, el poder, y la salvación del Señor, y él habló de eso, y alabó a Dios por ello. Y Pablo toma sus palabras y dice: Tengo el mismo tipo de fe en Dios como ese salmista del Antiguo Testamento, una convicción de confianza de que no puedo guardar silencio, porque esto es lo que creo, y esto es lo que hablo.” Por cierto, Jonás en el capítulo 2 tomó, creo, de este salmo mismo cuando estaba alabando a Dios adentro del gran pez.

Entonces Pablo dijo lo que creía que era verdad, dijo lo que Dios le reveló. Él creyó, por lo cual habló. Usted puede voltear eso. De lo que usted oye a la gente hablar es lo que cree la gente. Y si no hablan la verdad, no creen la verdad. Quizás quieran decirle que creen la verdad, pero no es una convicción. Lo que usted tiene miedo de decir, no lo cree. O no cree que lo puede decir y ser protegido por Dios. Entonces, usted no confía en Dios. Si usted no habla la verdad, si usted mete algún otro mensaje, entonces o no cree esa verdad, o si cree esa verdad de alguna manera superficial, usted no cree que el Dios de verdad puede protegerlo a usted cuando lo dice.

Mire, no ignoro lo que ha estado pasando en Grace. Han estado tratando de cerrarnos semana tras semana tras semana tras semana tras bambalinas, no saben todo de eso. Y simplemente seguimos hablando la verdad y hablando la verdad y encomendando los resultados a Dios, ¿verdad? Creencia verdadera en la Palabra de Dios, y creencia verdadera en el Dios de la Palabra son los cimientos de la valentía. Usted simplemente habla la verdad.

Y Pablo tiene dos razones para hablar la verdad. Número uno, me encanta esto, versículo 14, sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. Él estaba dispuesto a predicar la verdad aún si le costaba su vida, ¿por qué? Porque ¿qué pasaría? Él sería resucitado de los muertos. Él creía en la resurrección, sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, ¿quién es ese? Ese es Dios Padre, Hechos 2:24, al cual Dios levantó. O 1 de Corintios 6:14, “Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder.”

¿Por qué estamos preocupados por los que nos pueda pasar, persecución, hostilidad, e incluso muerte, cuando ese simplemente es el camino rápido a la resurrección? Esperamos, no es cierto, la redención del cuerpo. ¿Podemos decir con Pablo, vivir es Cristo, morir es, qué? Ganancia. ¿No le gustaría a usted, 1 de Juan 3:2, ser como Él cuando lo vea usted como Él es? ¿No está cansado de usted mismo? No hay temor cuando la muerte es ganancia. Él resucitará a Jesús y nos presentará juntamente con vosotros, todos estaremos juntos en la resurrección. Nos presentará, el verbo ahí significa venir y estar de pie en la presencia de alguien. Y ese alguien es Cristo.

Entonces la primera razón por la que él está dispuesto a sufrir y morir es porque él sabe que la resurrección es una realidad. Y, en segundo lugar, es salvación. Observe el versículo 15, “Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que, abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.” La valentía imparable de Pablo, la integridad de su vida, él lo creyó, é lo habló, e incluso si el precio era la muerte, eso no era un problema porque la resurrección lo estaba esperando. Y, en segundo lugar, porque al predicar la verdad, la gracia de la salvación se estaba extendiendo a más y más personas que estaban siendo añadidas al coro celestial aleluya que le dará gloria a Dios para siempre.

La meta del ministerio del evangelio nunca es comodidad, nunca riqueza y popularidad, siempre es la salvación de aquellos que están perdidos y alejados de Dios. Y conforme proclamamos la verdad, consideramos nuestras vidas como nada, excepto porque seamos usados para la reunión del pueblo de Dios, mediante creer el mensaje predicado en el poder del Espíritu Santo. Él dice la gracia salvadora se está extendiendo a más y más personas para que la meta definitiva pueda llevarse a cabo, la cual es la gloria de Dios. Efesios capítulo 1, todo el plan redentor de Dios resumido en ese capítulo de apertura, para alabanza de su gloria, para alabanza de su gloria, para alabanza de su gloria. Pablo tiene la gloria de Dios en mente, él, él es secundario. Él está ABRUMADO ante tal misericordia, ser usado de tal manera que trae gloria a Dios.

Entonces el creyente que es fiel como un testimonio del evangelio, brillando la luz de Cristo en la oscuridad, llena su alma del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo, y de manera abnegada refleja esa gloria y lo que dice y cómo vive, para que más gloria pueda ser dada a Dios conforme la gente ve su vida y oye su evangelio, y es salvada. Y él hace todo eso con la confianza de que, si lo matan, es el lugar más rápido para llegar al cielo.

Finalmente, una certeza más ancló a Pablo a la fidelidad, una razón más por la que no desmayó. Él estaba cierto de que la gloria eterna sobrepasaba por mucho al sufrimiento terrenal. Observe el versículo 16 al final: “Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”

Él presenta tres puntos. No desmayamos, porque, número uno la fortaleza espiritual es más importante que la debilidad física. Estamos desgastándonos, el hombre exterior. Y todos sabemos eso, ¿verdad? La vida es una enfermedad terminal. Cada día que usted vive, está más cerca de la muerte. Fue incrementando para Pablo debido a la manera brutal en la que fue tratado. Él murió alrededor de los 60, probablemente habría vivido más tiempo si no hubiera sido tan maltratado y abusado.

Pero realmente no era lo que importaba. el hombre exterior se va desgastando, el hombre interior no obstante se renueva de día en día. Le puedo decir desde este punto de vista, usted sabe, estoy al final, le estoy dando la perspectiva desde el coche fúnebre, conforme va por el camino. Y le voy a decir esto, el hombre interior, por la gracia de Dios, nunca ha estado tan fuerte en mí. Y eso es porque tengo una historia de VER el poder de Dios, la gracia de Dios, la misericordia de Dios, el sustento de Dios. Entre más envejece usted, más historia tiene de la obra de Dios en su vida.

Puedo alabar a Dios por todas las cosas que hizo a lo largo de la historia del Antiguo Testamento. Puedo alabar a Dios por todas las cosas que hizo a lo largo de la historia del Nuevo Testamento. Puedo alabar a Dios por todas las cosas que hizo a lo largo de la historia redentora, la historia de la iglesia, hasta ahora. Pero también, en este extremo de la vida, puedo alabar a Dios por cómo la providencia se ha desarrollado en mi vida puramente como cuestión de misericordia y gracia. Totalmente inmerecido.

Y la adoración para mí es simplemente repetir la providencia. Si quiere saber cómo adorar, adorar es repetir la providencia. Es regresar y decir, Dios, esto es lo que eres, esto es lo que has hecho. Y puede comenzar al principio de la revelación divina, pasar por toda la Escritura, por toda la historia de la iglesia, y después puede comenzar a repasar su propia vida. Usted ha visto la mano de Dios.

Es una renovación continua. Cada día de mi vida otra providencia se desarrolla a mis ojos que solo podía ser cumplida por Dios. A veces gozosas, providencias maravillosas, a veces dolorosas, providencias agonizantes, no obstante providencias. Sí, la vida es una enfermedad terminal, todos estamos muriendo. Pablo murió probablemente antes de su tiempo, si no hubiera sufrido tanto. Pero todo lo que estaba pasando en el INTERIOR era mucho MÁS importante para él.

Honestamente puedo decir, alguien me dijo, un doctor me dijo recientemente que no moriré de cáncer, y yo dije, ¿Por qué dices eso? Él dijo, Porque todavía no lo has tenido, estás demasiado viejo para tenerlo. Ahora usted sabe que es viejo cuando es demasiado viejo para que le de cáncer. Bueno, yo dije, Gracias, Doc. Ahora si tan solo puedo esquivar camiones en la autopista quizás sobreviva.

Esa nunca ha sido la meta, ¿verdad? La meta es ser renovado en el interior. Entonces Pablo entendió que la fortaleza espiritual era mucho más importante que la debilidad espiritual. En segundo lugar, que la gloria futura era mucho más importante que la humillación actual. Versículo 17: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.” Leve tribulación momentánea, así es como él vio sus sufrimientos. Usted podría decir que estaba subestimándolos, él diría, en absoluto, en absoluto. Leves tribulaciones momentáneas.

Él hace contrastes, interior sobre el exterior en el versículo 16, momentáneo sobre lo eterno en esta vida, leve sobre pesado. La palabra leve tribulación, leve es ELAPHROS, significa sin peso, sin importancia. Estas aflicciones son sin importancia. Pero hay un peso eterno de gloria. E incluso la palabra GLORIA está relacionada a la palabra hebrea peso. Lo que le importa a Pablo es la gloria eterna. Y tiene un peso mucho más allá de toda comparación, excede todos los límites. Él dice en 1 de Corintios 2: “Ojo no ha visto, ni oído, ni ha entrado en corazón de hombre las cosas que Dios ha preparado para los que le aman,” ¿verdad?

En tercer lugar, él dice las realidades invisibles son mucho más importantes que las realidades visibles. Versículo 18: “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” Mientras vemos, el enfoque de su vida entera. Su visión estaba fijada no en cosas que son vistas, no en cosas temporales, no en el mundo visible.

Oí el testimonio de alguien, me fue enviado, un líder evangélico bien conocido que ha estado promoviendo la teoría de raza crítica y todas esas cosas, y le declaró al mundo en esta última entrevista que ya no era evangélico, y que no quería esa etiqueta. Después tomó como una hora para hablar de lo que le importaba, lo cual eran todos los asuntos raciales. Y al final de todo no tenía peso, no tenía importancia. Le dije a alguien fue como leer el directorio telefónico, no importaba, no tenía ninguna consecuencia eterna. Ese no es el lado que usted debe escoger. Todos los objetos, todas las filosofías, todos los asuntos sociales son temporales. Es como, como le he dicho antes, acomodar las sillas en la cubierta del Titanic. ¿De qué sirve eso?

Pero Pablo consistentemente mantuvo su enfoque en cosas que no son vistas, y son eternas. Realmente es un eco de Moisés que el escritor de Hebreos retoma en Hebreos 11:27. Moisés, dice, se sostuvo como viendo al ¿qué? Invisible. Ponga su mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra, ¿verdad?

Entonces con ese tipo de convicciones, Pablo fue fiel hasta el final. Y en su última epístola él da un testimonio. Él dice, 2 de Timoteo capítulo 4, en el versículo 6: “Yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera,” me encanta esto, “he guardado,” ¿qué? “La fe.” Así es como usted debe terminar, ¿no es cierto? “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día, y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” Para usted también. Su visión siempre estuvo dirigida hacia el cielo, como oímos a Honoria tocar, “Sé Tu mi visión, oh Señor de mi corazón.”

Yo le confieso que estos son tiempos desafiantes en muchas maneras, pero no recuerdo en todo mi ministerio un tiempo más emocionante para estar proclamando la verdad. O un tiempo más negro y blanco, cuando la maldad se está desfilando a sí misma, cuando la verdad es aterradora para los impíos. Pero también es la única esperanza de salvación, ¿verdad? “Entonces así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Y sean luces,” como Pablo dijo, Filipenses, “brillando en la oscuridad, con la luz del evangelio de Cristo. Y sean fieles hasta el final.” Y lo serán si tienen estas mismas certezas que le dieron a Pablo una valentía inmortal. Oremos.

Padre nuestro, estamos tan bendecidos por tener la revelación que nos has dado, y que incluso conforme la oímos leída y explicada, viene a nosotros con un tipo de poder sobrenatural. Ofende nuestra debilidad, ofende nuestra pecaminosidad, ofende nuestra indiferencia, ofende nuestra mundanalidad, ofende nuestra preocupación con lo que es de peso ligero, y al mismo tiempo nos llama, como una misericordia, como un regalo de amor, a vivir vidas altas, elevadas, nobles, enfocadas en el cielo. Oro porque hagas mediante las vidas de estas personas que están aquí una obra que te traerá gloria y renombre, no solo en el cielo sino incluso en la tierra, para que Tú seas glorificado.

Nos entristecemos por la deshonra que viene a Ti. Los vituperios que caen sobre Ti caen sobre nosotros, cuando Tú, oh Dios, oh Cristo, bendito Espíritu Santo, cuando Tú eres deshonrado sentimos el dolor. Deseamos que Tú seas exaltado y honrado. Y si somos honestos en eso, entonces sabemos que ese es un llamado en nuestras vidas a vivir así que eso es verdad. Que te honremos con nuestra vida, y que te honremos con nuestras convicciones al vivirlas y hablarlas con amor y compasión.

Señor, yo solo oro porque llenes nuestras vidas de las providencias inesperadas que muestran que estás operando en maneras que solo se pueden explicar si entendemos el reino del cielo y el poder hacia nosotros por el Espíritu Santo en nosotros. Te agradecemos por este privilegio inmenso e inmerecido de ser vasos de barro de los cuales la gloria brilla. Sé glorificado, oramos, en el nombre de nuestro Salvador.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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