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Abra su Biblia en Romanos capítulo 8, conforme llegamos a la porción final de este gran capitulo. En Jeremías 31:3 Dios le dijo a Su pueblo: “Con amor eterno te he amado”. Y ese es el tipo de amor que Dios coloca sobre aquellos que lo pertenecen a Él eternamente. Y eso es lo que hemos estado aprendiendo en este gran capitulo. Recordamos la promesa maravillosa que Dios es poderoso para completar lo que Él comienza. En Filipenses capítulo 1, y el versículo 6: “estando persuadido de esto, que Él que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo.” Es una obra eterna de salvación que Dios lleva a cabo. Pablo dice en 2 Timoteo 1:12: “porque yo sé en quien he creído y estoy persuadido de que es poderoso para guardar lo que le he encomendado, (esto es mi alma) hasta ese día.

Judas 25, de nuevo una promesa maravillosa, y que nos asegura que el Señor nos guardará, en estas grandes palabras. “Al único y Sabio Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, majestad, dominio y autoridad (¿Por qué?) porque Él es poderoso para guardaros sin caída, y haceros estar delante de Su gloria, sin mancha, con gran alegría. La Escritura está llena de grandes promesas de la eternalidad de nuestra salvación, que a quienes el Señor salva, asegura para siempre. Y claro que eso es lo que hemos estado viendo, en este gran capítulo. Todo comenzó en el versículo 1, “Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” Si usted está en Cristo, si usted ha sido colocado en Cristo, en unión con Cristo en fe en Él, nunca habrá ninguna condenación.

El resto del capítulo procede a demostrar porque esto es verdad, y culmina al final en los versículos 31 al 39 al responder a cualquier objeción posible. Versículo 31, ¿Qué pues diremos a esto? ¿Qué podríamos esperar como respuesta? Bueno esto se adelanta que algunos rechazarán esto, algunos van a decir, bueno a pesar de todo lo que hemos aprendido, podíamos perder nuestra salvación, es posible. Y entonces Pablo toma las objeciones concebibles y responde a ellas, conforme el cierra este capítulo. Él comienza en el versículo 31 al decir: Si Dios es por nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros? ¿quién puede ser exitoso en estorbar el plan de Dios?

Bueno, la respuesta claro es ninguno, nadie. Porque nadie es más poderoso que Dios, y si Dios ha determinado que estamos en un estatus de no condenación, y ese estatus de no condenación es eterno, nadie puede alterar eso. ‘Vosotros sois de Dios hijitos’ (1ra de Juan 4:4), y los habéis vencido porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. Dios es más grande que cualquier cosa que Él ha creado, que cualquier persona que Él ha creado, y debido a que Dios es infinito en poder, es totalmente imposible estorbar Su voluntad. No hay un poder mayor, nadie puede detener el que se cumpla Su plan eterno.

Debido a que mi Dios es Todopoderoso, Infinito en poder, puedo decir que no temeré lo que el hombre puede hacerme. Debido a que mi Dios es Infinito en poder, puedo decir que cuando temo, en Él confío. Debido a que mi Dios es Infinito en poder puedo decir, ‘en paz me acostaré y así mismo dormiré, porque Tú, solo Tú Señor, me haces morar en seguridad. Debido a que Dios es Infinito en poder, Moisés dijo: “el Dios eterno es tu refugio, y debajo están los brazos eternos.

El Salmo 91 celebra la seguridad que disfrutamos desde una perspectiva del Antiguo Testamento, y es también un Salmo mesiánico. Pero escuche lo que dice el Salmo 91: “El que habita en el abrigo del Altísimo, morará en la sombra del Omnipotente”. En otras palabras, si usted está bajo el cuidado de Dios y bajo Su protección, ahí es donde usted se quedará. ‘Diré al Señor, mi refugio, mi fortaleza, mi Dios en quien confío, porque Él es el que te libra del lazo del que te atrapa, y de la pestilencia mortal Él te cubrirá, y bajo sus alas buscaras refugio, su fidelidad es escudo, no temor del terror de noche, ni de la flecha que vuela de día, o de la pestilencia que está acechando en la oscuridad, o de la destrucción que está ahí en la tarde. Mil pueden caer a tu lado, y diez mil a tu diestra, pero no te llegará.’ Esta es la protección tremenda que Dios provee.

El Altísimo, versículo 9 dice, es tu lugar de morada, el Señor es tu refugio. Ninguna maldad te caerá, ninguna plaga se acercará a tu tienda. Él encargará a Sus ángeles acerca de ti, y te guardarán en todos tus caminos. Te llevarán en sus manos, no sea que te tropieces con tu pie en una piedra. Pisarás al león y a la cobra, al león joven y a la serpiente pisarás. Y Dios dice: debido a que él me ha amado por lo tanto Yo lo libraré, lo pondré en seguridad en lo alto, porque él ha conocido mi nombre. El Salmo 91 es una gran Salmo de la seguridad del creyente. Nuestra seguridad entonces está fundada en el plan de Dios, en la promesa de Dios, y de manera notable en el poder de Dios. Números 14:9 dice: “Jehová está con nosotros, no los temáis”, citando a Josué y a Caleb. Deuteronomio 33:29: “Bienaventurado son, oh Israel, ¿quién es como vosotros, oh pueblo salvado por el Señor? El escudo de vuestra ayuda, quien es la espada de su excelencia. Así como de la misma manera Dios estuvo al lado de Su pueblo Israel, Dios está al lado para defender a Su iglesia.

Y Pablo hace una afirmación grande y gloriosa, en el versículo 31: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”, lo cual significa, ¿Quién puede tener éxito en estar contra nosotros? Nadie puede quitar nuestro estatus de no condenación. Ahora alguien podrá sugerir que hay algunas personas que podrían cambiar eso. ¿Dios? No. Versículo 31 dice: Dios es por nosotros. Y el versículo 32: el que no escatimó ni a su propio hijo, Dios, quien entregó a Su Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con Él, esto es, junto con darnos a Su Hijo, ¿Cómo no nos dará todas las cosas? En otras palabras, si Él nos dio el regalo más grande para salvarnos, Él nos va a dar el más pequeño para guardarnos. Como dijimos, ese es el argumento de lo mayor a lo menor. Y entonces Dios, quien ha predeterminado amarnos, quien nos ha concedido la salvación mediante el sacrificio de Su Hijo, quien fue su regalo más grande, hará lo que se tenga que hacer ahora que le pertenecemos a Él, para aferrarse a nosotros.

Y alguien podrá sugerir, bueno, quizás Satanás podría hacernos perder la salvación. Quizás Satanás puede hacer que Dios nos suelte. Versículo 33: ¿Quién acusara a los elegidos de Dios? respuesta, Satanás los va a acusar. Él es el acusador de los hermanos, pero no de manera exitosa, porque Dios es el que justifica. Versículo 34: Satanás puede ser el que condene, pero Cristo Jesús es el que murió, el que también resucito, el que está a la diestra de Dios, quien también intercede por nosotros. Y entonces como Isaías dijo en esas maravillosas palabras, Él está cerca, el que me justifica, ¿quién contenderá conmigo? Eso es Isaías 50, versículo 8.

¿Quién es mi adversario? dice Isaías en el versículo 9. Acérquese a mí, he aquí, Jehová Dios me ayudará, ¿quién es el que me condenara? Pablo pudo haber tenido ese pasaje en mente cuando él escribió esto. Somos los elegidos de Dios. Dios nos ha justificado, nos ha hecho justos. Él no nos va a dejar. Entonces Dios no puede dejarnos por su propia iniciativa, porque Él ha predeterminado que seamos de Él para siempre, y Él está a nuestro favor. Satanás de alguna manera no puede, por así decirlo, arrebatarnos de las manos de Dios porque Dios no va a dejar que eso pase. Él nos ha dado el regalo más grande, Él hará la obra menor de aferrarse a nosotros. Cristo tampoco nos va a dejar, Él ya murió por nosotros, resucitó por nosotros, y ahora está a la diestra de Dios intercediendo por nosotros. Y dijimos todo eso en nuestro último estudio.

Entonces no es posible que podamos ser sacados de la mano de Dios, no hay una persona, o personas que puedan hacer que perdamos nuestra salvación. Después llegamos al versículo 35, y llegamos al asunto de las circunstancias. Si las personas no pueden hacer que perdamos la salvación, si no podemos hacerlo nosotros y otras personas no lo pueden hacer, como vimos. Si Dios no nos va a dejar, si Satanás no puede hacer que suceda, si Cristo no lo puede hacer porque Él vive para siempre para interceder por nosotros, ¿es posible que algunas circunstancias lo puedan hacer?  En otras palabras, alguna circunstancia que nos pueda afectar a tal grado como para destruir nuestra salvación. ¿Qué tal si bajo la presión de la tentación, vamos a caer y rechazar a Cristo? ¿Qué tal si bajo la presión de la tentación, vamos a abandonar nuestra fe y vamos a sacarnos a nosotros mismos, por así decirlo? ¿Qué tal si el costo del discipulado es tan elevado y el precio que hay que pagar por seguir a Cristo es tan grande, que ya no vamos a estar dispuestos a hacer eso?

Bueno, eso nos está llevando a los versículos 35 al 37. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? Nada fuera de nosotros, ninguna persona fuera de nosotros, ni Dios, ni Satanás, ni Cristo puede hacerlo. ¿Pero que hay acerca de algo que nos suceda, que nos separa del amor de Cristo, que esta de nuestro lado? ¿Tribulación o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito, por causa de ti somos muertos todo el tiempo, somos contados como ovejas de matadero, antes en todas estas cosas somos más que vencedores, por medio de aquel que nos amó.

Qué, es realmente la palabra apropiada, con la que comienza el versículo 35. El contexto hace esto, mejor que ‘quien’. Aunque el griego podría traducirse cualquiera de las dos maneras. ¿Podemos enfrentar la presión sin dejar a Cristo? Y Pablo dice, si, absolutamente. No hay nada que nos pueda separar del amor de Cristo.

Y aunque eso implica nuestro amor hacia Él, de manera más notable, habla de su amor hacia nosotros. Versículo 37: ‘el que nos amó’. Versículo 39:’el amor de Dios’, lo cual, obviamente en ese contexto, Él tiene por nosotros. Entonces, esos versículos nos llevarían a creer que el asunto primordial aquí es su amor hacia nosotros, aunque ciertamente trae en mente nuestro amor hacia Él. ¿Hay algo que pueda hacer que perdamos nuestro amor hacia Él y por lo tanto que Él deje de amarnos a nosotros?

Bueno, la respuesta a eso podría venir de Juan 13, escuche lo que dice en el versículo 1, esta es una afirmación maravillosa, maravillosa. Juan 13:1 dice, la fiesta de la Pascua estaba a punto de llevarse a cabo, y Jesús estaba muy consciente de que Él iba a morir. Y dice al final del versículo 1, ‘habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”. Él los amó, eis telos, los amó a lo máximo, eso es lo que significa. Los amó de manera suprema, los amó perfectamente, los amó de manera definitiva. Y lo que eso está diciendo es que Dios ama a los suyos que están en el mundo, escuche esto, al nivel completo de su capacidad de amar. Eso es algo sorprendente. Él ama a los suyos en el mundo, al máximo, a la totalidad de la capacidad que Él tiene para amar.

Y podría añadir que eso no tiene nada que ver con el hecho de que seamos dignos de ser amados, porque difícilmente hubo un momento en que los discípulos eran menos dignos de ser amados que en el momento mismo de Juan 13. Estaban en el aposento alto, fue la noche en la que Judas iba a traicionar a Jesús, estaban disfrutando de la última cena, la comida de la Pascua. Judas estaba a punto de ser despedido de la reunión y él inmediatamente saldría para vender a Jesús, quien entonces al día siguiente sería llevado cautivo y crucificado. Los discípulos no solo no estaban interesados en lo que estaba pasando con respecto a Jesús, y estaban más preocupados acerca de sí mismos, sino que de hecho estaban mostrando su carnalidad al estar en medio de un debate acerca de cuál de ellos sería mayor en el reino, lo cual parecía haber sido un tema constante para ellos.

Y ahora aquí están de nuevo de acuerdo con pasajes comparativos. Sabemos que ese es el caso, Jesús les había dicho que iba a morir, el les había dicho lo que estaba por venir. Literalmente, no le hicieron caso, fueron indiferentes a todo ese escenario, ese acontecimiento horrible de llevar el pecado increíble que él estaba esperando, nunca cautivó la compasión de ellos en absoluto, en absoluto. En lugar de eso estaban discutiendo acerca de quién sería el mayor en el reino, realmente no eran nada dignos de amor en ese momento. Y no es maravilloso que el texto de las Escrituras escoge en ese momento mismo decirnos que Jesús nos amó hasta lo máximo y la medula es que su amor hacia nosotros es un amor eterno establecido sobre nosotros nunca debido a algo digno en nosotros, ni nada que hemos alcanzado. Y como consecuencia, no fue ganado por nosotros, ni puede ser perdido por nosotros.

Él amó a los suyos, que estaban en el mundo hasta el máximo. Y después él pasa a decirle a usted algo más acerca de estos, estos eh…creyentes típicos. Estaban ya sentados en la cena, y ya comiendo y nadie había lavado los pies. Ahora, ese no es un asunto serio en su casa, porque usted cubre sus pies todo el día, es un asunto serio ahí porque los caminos, o eran lodosos o polvosos, nada está pavimentado, excepto algunas calles de piedra, pero solo eran ciertos lugares y la mayoría de la gente caminaba sobre polvo todo el día, usaban sandalias y en una cena como esta, una comida de Pascua como esta, en la que pasaban horas juntos, y era más que sentarse en una silla, era reclinarse y si usted tenía su cabeza reclinada, usted tendía a reclinarse hacia los pies de alguien. La cortesía común indicaba que tenía que haber alguien que lavara los pies, y era el esclavo más bajo en la escala social, quien tenía ese trabajo.

Y debido a que habían rentado el aposento alto, probablemente ningún esclavo venia incluido. Y ninguno de los discípulos iba a ofrecerse como voluntario, debido a que todos estaban discutiendo acerca de quién iba a ser el mayor, y ninguno de ellos quería descalificarse a sí mismo, de una consideración así, al adoptar en la función de un siervo. Estaban mostrado egoísmo, indiferencia y soberbia. Y Jesús mismo tuvo que levantarse, quitarse su prenda exterior, quedándose solo con su prenda interior, se puso una toalla en su cintura y él mismo llevó a cabo el trabajo sucio.

Digo todo eso, para decir que no hay nada que indique que eran dignos de ser amados en este momento, pero el amor de Dios no depende de cómo actuamos en algunas circunstancias dada en la vida, es un amor interminable. En ese momento mismo, él los amó hasta el máximo. Esto es simplemente una verdad profunda, profunda.

Entonces la pregunta es, de regreso a Romanos, ¿hay algo que pueda separarnos de que él nos ame hasta el máximo? Él nos ama al máximo nivel que es posible que pueda el amar a su criatura. Él no puede amar a ninguna criatura más de lo que Él ama a los suyos. Eso es simplemente increíble. ¿Hay algo que pueda llegar a nuestras vidas, y afectarnos de tal manera que nos haga perder ese amor? Bueno, la respuesta está aquí, ¿tribulación, es angustia, es persecución o hambre o desnudez o peligro o espada? ¿algunas de esas cosas lo van a hacer?

Tribulación es de la palabra griega thlipsis, lo cual significa presión. Literalmente la palabra para presión, dificultad exterior, podría ser daño corporal, acusación, rechazo. Y después la palabra angustia, realmente dos palabras, stenochoria, probablemente significa no dificultad externa, sino dificultad interna. Esta es una palabra interesante, angustia significa, ser colocado en un camino estrecho del cual no hay escape. Hay tentaciones que son tan inescapables, presiones exteriores o tentaciones interiores tan inescapables que simplemente no podemos mantener nuestra fe. Pueden llevarnos a colapsarnos de manera total, de tal manera que no hay manera de salir.

¿Qué hay acerca de la persecución? Diogmos. ¿Qué hay acerca del abuso por la causa de Cristo, que puede volverse algo muy cansado, físico, sufrimiento mental, en manos de gente que rechaza a Cristo y que odia a Dios, ¿puede eso romper la espalda de nuestra fe?

¿Qué hay acerca del hambre? Ni siquiera tener el alimento necesario, ser privados. ¿Qué hay acerca de la desnudez? Eso significa que usted no tiene nada de ropa, nada que usar. Usted está tan privado, usted es tan pobre, usted está tan empobrecido que no tiene nada de alimento, no tiene la ropa necesaria.

¿Qué hay acerca de peligro? Eso significa simplemente quedar expuesto al peligro que usted no puede identificar. Temor es lo que está involucrado aquí, el temor del desastre potencial inminente. ¿Qué hay acerca machaira, la espada? ¿De qué está hablando eso? la ejecución.

¿Qué hay acerca de todo eso? ¿puede eso hacerlo? ¿es ese un catálogo lo suficientemente poderoso de circunstancias que pueden llegar a destruir la fe verdadera? Bueno, sabemos una cosa, van a destruir la fe ilegitima, superficial, ¿no es cierto? Porque en la parábola que Jesús contó de la tierra y las semillas, Él habló de la semilla que callo en tierra pedregosa y germinó por un poco de tiempo, pero tan pronto como hubo un poco de persecución murió y nunca dio nada de fruto. Sabemos que la fe falsa puede ser destruida por la persecución, la fe falsa según el resto de esa parábola y del suelo con espinos, inclusive puede ser destruida simplemente por el amor del mundo, el amor de las riquezas, lo cual es una forma de tentación.

Pero la pregunta es: ¿acaso la fe real, la fe real, verdadera, la salvación genuina puede ser devastada por estas cosas? ¿pueden llevarnos a dudar si somos realmente de Dios? ¿pueden llevarnos al pecado? ¿pueden llevarnos a rechazar a Jesucristo y al abandono de nuestra fe, y esperanza y confianza en Él? Bueno, esto no es teoría con Pablo, y sabemos eso también como cualquier otra persona, porque hemos estado en 2 Corintios por mucho tiempo. Esto no es teoría. Hágase usted la pregunta, ¿acaso Pablo sufrió presión externa todo el tiempo? ¿sufrió presión externa? Si. ¿Fue privado? Si. ¿Fue atemorizado? Si. ¿Sufrió persecución? Si. ¿No tuvo comida? Si. ¿Le faltó la ropa, estuvo en peligro de muerte? Si.

¿Estaba enfrentando la ejecución? Si. Entonces, no estamos hablando de la teoría aquí, Pablo literalmente le está dando a usted, una lista de cosas paralelas. Escuche 2da Corintios de nuevo, hemos estado estudiándolo, 11, versículo 23: he estado en más trabajos, más encarcelamientos, golpeado sin número, en peligro de muerte cinco veces, he recibido de los judíos treinta y nueve azotes, tres veces fui golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces fui naufrago, una noche y un día he estado en lo profundo, he estado en viajes frecuentemente, y en peligros de ríos, ladrones. Peligro de los de mi nación, peligros de los gentiles en la ciudad, en el desierto, en el mar, entre falsos hermanos, he estado en trabajo, dificultad, velando en hambre, sed, sin alimento y ropa y expuesto, sin ropa.

Lo he tenido todo y no estoy solo. Escuche algunas otras personas que enfrentaron eso: Gedeón, Barac, Sansón, Jefté (Hebreos 11:32), David, Samuel, los profetas, quienes por fe conquistaron reinos. Llevaron a cabo actos de justicia, obtuvieron promesas, taparon la boca de leones, apagaron el poder del fuego, escaparon del filo de la espada, de debilidad, se volvieron fuertes en guerra. Hicieron huir ejércitos, las mujeres recibieron de regreso a sus muertos por resurrección, otros fueron torturados, no aceptando su liberación para que pudieran obtener una mejor resurrección. Otros experimentaron burla, azotes, cadenas, encarcelamientos, fueron apedreados, fueron cortados a la mitad, tentados, fueron matados con espada, estuvieron en pieles de ovejas, de cabras, privados, afligidos, maltratados, andando de aquí para allá en desiertos y montes, y cuevas y agujeros en el suelo.

No solo Pablo sino muchas otras personas, grandes héroes de la fe han soportado este tipo de cosas. ¿acaso eso rompe el vínculo del amor de Cristo por los suyos? Cuando luchamos con ese tipo de cosas, ¿acaso Él deja de amarnos? No. De hecho el versículo 36 dice, lo esperamos, esto debe venir así como está escrito, digo, Jesús lo dijo, ¿no es cierto? En este mundo, ¿tenéis que? aflicción. En Juan 16 él dice, van a llevarlos prisioneros, los van a llevar ante concilios, les van a quitar la vida. Esto es lo que dice. Y Pablo cita del Salmo 44:22: “por causa de ti somos muertos, todo el tiempo. Somos contados como ovejas de matadero. Todos los santos han soportado eso, eso no es sorprendente. Eso en cierta manera, va de la mano con pertenecerle a Dios, porque el mundo que lo aborrece, va a perseguir a los que son del Señor.

Escuche las palabras de Jesús en Mateo 10:37-39: “el que ama a padre o madre más que a Mí, no es digno de mí. El que ama a hijo o hija más que a mí no es digno de mí. El que no toma su cruz y viene en pos de mí, no es digno de mí. El que ha encontrado su vida, la perderá, y el que ha perdido su vida por causa de mí la hallará.” Podría costarle a usted su familia, podría costarle su vida. Y todos los santos a lo largo de la historia han enfrentado, han soportado esto. Permítame decirle algo, si eso lleva a alguien a rechazar a Cristo, nunca fueron de Él. “Salieron de nosotros porque no eran de nosotros, si hubieran sido de nosotros habían permanecido con nosotros. Pero salieron de nosotros para que se manifestase que no eran de nosotros.” 1ra Juan 2:19

Por causa de ti, de regreso al versículo 36, expresa una disposición. El pueblo de Dios, por causa de Él, los que son de Cristo, por causa de Él, están dispuestos. Escuche Lucas 9:57: “conforme iban por el camino alguien le dijo, ‘te seguiré adonde quiera que vayas. Y Jesús le dijo, “las zorras tienen hoyos, las aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ningún lugar para reposar su cabeza”. Eso es interesante, ¿no es cierto? Alguien viene, alguien que quiere ser discípulo y dice: Oh estoy impresionado contigo, te voy a seguir a donde quiera que vayas. Y Jesús no le dice, bueno, voy camino a un reino y gloria y poder y riquezas. Él dice, bueno, probablemente debería decirte, ‘Yo no tengo hogar’, no te puedo ofrecer nada. Esto es realmente básico en el discipulado. Él nos ofrece en este mundo: persecución, tribulación, sufrimiento, aislamiento, somos la escoria en ese sentido.

Es una disposición que los cristianos tienen, una disposición a ir hasta la muerte. Escuche Mateo 16, versículo 24: ‘si alguno quiere venir en pos de mí niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque todo aquel que quiera salvar su vida, la perderá, y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Usted viene a Cristo reconociendo un sacrificio, una disposición a sufrir. Cuando los cristianos verdaderos enfrentan cosas, no abandonan su salvación, es simplemente parte de ella. Los creyentes verdaderos, perseveran. Es una gran verdad.

Y Pablo dice eso, mire, observe el versículo 37: no dice él, en todas estas cosas somos más que, ¿qué? vencedores, por medio de Aquel que nos amó. En todas nuestras pruebas, en todas las persecuciones, en todas nuestras tentaciones, tribulación, aflicción, persecución, hambre, desnudez, peligro de espada. En todo eso, no simplemente apenas podemos superarlo, somos triunfantes, somos victoriosos, la prueba opera para nuestro bien mayor, como hemos visto. Ese tipo de pruebas en nuestras vidas nos hacen humildes, nos acercan a Dios, nos exponen a mayor gracia, rompen nuestra confianza en nosotros mismos y nos hacen poderosos. Nos capacitan para fortalecer a otros. Entonces él dice, conquistamos de manera abrumadora, no en nuestra propia fuerza, sino por medio de Aquel que, qué, ¿qué? nos amó. Como puede ver, cuando estamos atravesando por todo eso, Él nunca nos deja, Él nos ama en medio de eso y se aferra a eso, es un vínculo inquebrantable.

Pablo escribió esto, durante un invierno en Corinto, y ni Pablo creo, ni los Romanos, podrían saber cuan corto seria el tiempo que pasaría, para que estuviera la necesidad de esta verdad tan consoladora. Pablo mismo sería matado por una espada, una espada romana. Y sus lectores, eran hombres y mujeres cuya sangre mojaría las arenas de los grandes anfiteatros romanos, bajo la persecución romana masiva, pero la honra de Cristo estaba segura al guardarlos a ellos, porque ellos estaban seguros en el amor de Él y Él nunca los dejaría. Y Él les daría la fortaleza para soportar y para perseverar. Y él les daría la fe para ser sostenidos en medio de lo que viniera, y un amor inmortal hacia Él, no necesitaban temer el morir, no necesitaban temer el ser masticados por bestias salvajes, no necesitaban temer el ser metidos en brea y después que se les dijera negar a Cristo o serian encendidos como antorchas en los jardines del Cesar. No necesitaban temer la pelea con gladiadores, no necesitaban temer el pelear con bestias, y no necesitaban temer el conflicto con los demonios del infierno, estaban seguros en el amor inmortal de Cristo.

Aquellos que abandonaban su fe, nunca le pertenecieron a Él, nunca. Su amor es un amor eterno, Él ama al máximo, y no hay nada, absolutamente nada que pueda separarlos de ese amor. ¿Sabe una cosa? me veo atraído a lo que es una ilustración increíble de este amor.

Pase a Ezequiel 36, Ezequiel 36 es un poco de comentario al margen aquí, va a tomar unos momentos, pero es Ezequiel 16, no sé lo que lo dije la primera vez, Ezequiel 16. Y esto ilustra el amor inquebrantable que Dios tiene, este capítulo, por cierto, cuando estaba haciendo la serie del amor de Dios hace algunos años atrás, este capítulo fue uno de los más sorprendentes en esa serie. Este es un capitulo que muchos rabinos han prohibido que sea leído en las sinagogas, es muy descriptivo. Y trágicamente, deshonra a Israel. Y esa es la razón por la que los rabinos no permiten que sea leído.

Pero la palabra del Señor vino a Ezequiel cuando estaba ahí, junto al rio Quebar, ya en la cautividad. Y el Señor le estaba diciendo que él había sido deportado con uno de los primeros grupos y Dios estaba a punto de destruir a Jerusalén y a Judá y entonces en el versículo 3, el Señor habla y dice a Jerusalén a través del profeta: “tu origen, tu nacimiento es de la tierra de Canaán, tu padre”. (Usted recuerda que fue la tierra del cananeo cuando los israelitas llegaron ahí y la conquistaron.) “Tu padre fue un amorreo, (no tu padre genético, pero los que estuvieron antes en la tierra), y tu madre una hetea (esas eran las naciones paganas que estuvieron ahí cuando Israel llegó).

Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas”. ¿Sabe usted lo que sucedió? ¿sabe usted lo que pasaba? Un bebé nacía y simplemente alguien tomaba ese bebé sin limpiarlo, le dejaban al bebé el cordón umbilical colgando de ese pequeño cuerpo y simplemente aventaron al bebé ahí en un campo abierto. Versículo 5: “No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.”

El aborto era menos común en el mundo antiguo, pero arrojar a los bebés recién nacidos era muy común. Y cuando alguien no quería a ese niño, simplemente tomaban ese niño, lo arrancaban, por así decirlo, del vientre de su madre, lo dejaban en la condición en la que estaba, y simplemente lo dejaban ahí en un montón de tierra. Ese fue Israel. Dios encontró a Israel como a un bebé desechado que estaba ahí en la tierra, sin ser lavado, sin ropa, versículo 6, “cuando pasé y te vi ahí en tu sangre, te dije mientras que estabas en tu sangre, vive”. Te dije cuando estabas en tu sangre, Vive. Eso es amor soberano. Esa es elección soberana. Dios simplemente encuentra a este rechazado, sucio, le da vida puramente porque Él escogió hacerlo.

“Y te hice numeroso, como plantas del campo” Y ahora vemos a Dios sustentando esta vida. “Creciste, te hiciste alta, llegaste a la edad de los arreglos finos. Tus pechos fueron formados y tu cabello nació.” Sin embargo, “estabas desnuda y sin cubierta”. Esta es como una pequeña niña que alcanza la edad de la pubertad y ya no es apropiado que ella esté sin ropa. “Pasé y te vi aquí, estabas en tu tiempo de amor”, eso es la pubertad. Entonces, esparcí mi manto sobre ti, cubrí tu desnudez.” Es ahora momento de vestirte. Y esto habla de las bendiciones maravillosas de Dios para Israel cuando Él los trajo, por así decirlo, cuando los sacó de la infancia y la esterilidad y desnudez del desierto, y los llevó a la tierra de Israel y vistió a Israel. “Te bañé con agua, quité tu sangre de ti, y al comienzo te ungí con aceite, te vestí con ropa entretejida, y te puse sandalias en tus pies”. Siempre quiero recordar a los que aman a los delfines de ese versículo, porque habla de marsopas.

“Y te vestí con lino fino y te cubrí con seda, te adorné con adornos, puse brazaletes en tus manos.” Es como Dios criando una hija y simplemente arreglándola. “Te coloqué un anillo en tu nariz, aretes en tus oídos”, y por cierto ese no es como el anillo grande como un toro, para que puedan jalarla por todos lados. Sería un anillo pequeño en el lado. “Fuiste adornada con oro y plata, tu vestido fue lino fino y seda, y ropa bordada. Tu comiste harina fina, aceite y miel. Eras excesivamente hermosa y llegaste a la realeza.” De hecho, la realeza de esa nación fue tan sorprendente que inclusive la reina de Seba vino a verla, ¿no es cierto? Esta es la historia de Dios creando a Israel. “Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura, porque era perfecta a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor”. Y Dios dice, Yo hice todo eso, ¿y que tuvieron que hacer ellos? No eran nada más que un infante sucio, inmundo, pequeño, que estaba en el polvo y sangre en medio de un campo. Y el versículo 15 es bastante interesante, “Pero confiaste en tu hermosura y te prostituiste a causa de tu renombre. Y derramaste de tus fornicaciones a cuantos pasaron, suya eras.

El versículo 15 dice, ‘derramaste tu ramería en toda persona que pasara y que estaba dispuesta. Eran tan viles, ni siquiera les importaba con quien cometían adulterio. Esto fue idolatría, por cierto, esto era como una esposa a quien un marido le había dado todo, todo lo que le podía dar a una esposa, que salió como prostituta y no le importaba nada con quien se involucraba. “Y jugaste a la ramera, y tomaste todo lo que te di y lo convertiste en adoración de ídolos”, formas de adoración de ídolos. “Ofreciste incienso y aceite a los dioses falsos”. Y él procede a describir esto, versículo 21: “mataste a mis hijos”, ellos de hecho ofrecieron a sus bebes, en el fuego al dios Moloch. Esto es simplemente una historia increíble.

E inclusive después de todo eso, versículo 28: “no estuviste satisfecha, entonces jugaste a la ramera con ellos, y aun así no quedaste satisfecha. Tenías tal lujuria y tal pasión por la maldad que ni siquiera podías quedar satisfecha. No importa lo que hacías no podías ser satisfecha. Y bueno, el sigue por todo el capítulo, es el capítulo más largo en Ezequiel, no voy a seguir y cubrirlo todo. Ahí en el versículo 46, el dice, “fuiste peor que Samaria, y peor que Sodoma”, ahora escuchen eso, muy importante, “fuiste peor que tu hermana del norte, Samaria, y fuiste peor que Sodoma. Y créanme, Samaria fue miserable, y Sodoma fue más miserable, Dios destruyó a Sodoma con fuego y azufre, ¿no es cierto? Y al final del versículo 47, actuaste de manera más corrupta en toda tu conducta, que ellos. Fuiste peor que Samaria y peor que Sodoma.

Vaya al versículo 60, no obstante, usted debería subrayar esa palabra: “Antes yo tendré memoria de mi pacto, que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. ¿No es eso increíble? A pesar de todo eso, mi amor hacia ti es inquebrantable.

Versículo 62, “sino por mi pacto que yo confirmaré contigo y sabrás que soy Jehová”. Para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste.” Permítame decirle algo, hay un principio aquí, Israel es distinta como nación que nosotros como individuos, pero el principio es el mismo. Cuando Dios establece su amor sobre alguien, nada lo rompe. No estoy diciendo que nunca vamos a caer en tentación, no estoy diciendo que no vamos a pecar, no estoy diciendo que cuando viene la persecución no tememos esas cosas, no estoy diciendo que jamás vamos a cuestionar a Dios por esas cosas, pero Dios nos ama al máximo, con un amor inquebrantable a través del cual él va a proveer para nosotros perdón. Y para nosotros en el Nuevo Pacto, 1ra Corintios 10:13 “ninguna tentación jamás nos va a sobrevenir, que no sea humana, y Dios es Fiel, quien también ¿dará qué? una salida para que podamos soportarla.”

Cuando Dios establece su amor sobre alguien es permanente, a pesar de todos sus fracasos, es permanente. Israel, dice él, algún día recordará y se avergonzará. Y Zacarías dice que algún día Israel, miraran aquel al que traspasaron y llorarán por él como se llora por unigénito, y una fuente de bendición será abierta, una fuente de limpieza, e Israel será salva, porque Dios ha establecido su amor en esa nación, individuos en esa nación que constituyen a su pueblo especial.

Bueno, de regreso a Romanos 8, eso fue tan solo un desvío de pensamiento. Entonces, ¿qué nos separará del amor de Cristo? En todas las cosas que vengan, conquistaremos de manera abrumadora a través de aquel que nos amó, porque su amor hacia nosotros nunca será quebrantado, y en ese amor él provee una fe sustentadora. Nuestra fe no morirá, podemos tener nuestros momentos de duda, nuestra fe no morirá porque él nos concede una fe que él sustenta. Y entonces, él dice al resumirlo en el versículo 38: “por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Eso dice todo lo que podría decirse, estoy seguro, este es una declaración de confianza de un hombre inspirado por el Espíritu Santo. He llegado a una conclusión firme, y les estoy diciendo esto, que ni siquiera la muerte, el gran enemigo, ni siquiera la muerte puede separarnos. Ni siquiera las puertas del Hades, las cuales Satanás quiere utilizar en contra de nosotros, Hebreos 2 dice que es el arma que el usa. Para nosotros estimada es a los ojos de Jehová la muerte de Sus santos. La muerte no nos puede separar del amor de Cristo, de hecho, la muerte simplemente nos lleva a Él, ¿no es cierto?

Bueno, ¿qué hay acerca de la vida? La vida con todos sus peligros, la vida con todas sus dificultades, la vida con todas sus tentaciones, la vida con todos sus problemas, ¿qué está diciendo él aquí? Que no hay estado de estar aquí o ahí, vivos o muertos, no hay estado de ser en el que podamos ser separados del amor de Cristo. Escuche 1ra de Corintios 3:21, ‘todo pertenece a vosotros, sea Pablo, Apolos o Cefas, o el mundo, la vida o la muerte, o cosas presentes o cosas venideras, todo pertenece a vosotros y vosotros pertenecen a Cristo, y Cristo pertenece a Dios.’

No hay esfera en la que usted pueda existir, no hay estado de ser en el que usted puede existir que pueda estar afuera del amor eterno de Cristo. Tampoco hay personalidades que puedan separarlo a usted, ni ángeles dice él. Y Pablo probablemente aquí está pensando de ángeles buenos, ningún ángel bueno, no que lo harían, porque es hipotético, pero ningún ángel bueno puede alterar nuestra salvación. No es posible, inclusive para un ángel bueno hacer eso. Es imposible. Y después él dice, ‘principados’, y probablemente él tiene aquí en mente a ángeles malos, porque él usa ese término para expresar ángeles malos en Efesios, capítulo 6, y Colosenses capítulo 1, ningún ángel santo y ningún demonio. Eso quiere decir que no hay estado de ser en el que usted pueda ser separado del amor de Cristo, y no hay seres angelicales sobrenaturales, ni buenos, o malos, que pudieran llevar a cabo una separación como esa.

No hay estado de ser, ni demonio, ni ángeles, que puedan alterar nuestra gloria eterna. Y después simplemente para incluir algo más, ‘ni lo presente, ni lo por venir’, no hay nada aquí y ahora, no hay nada en la época presente, en el tiempo actual, en el momento presente y no hay nada en ningún tiempo futuro, en ninguna época futura, o en ningún momento futuro, e incluyendo el juicio de Dios que está por venir en el mundo. ¿Sabe una cosa? es realmente triste cuando usted conoce a gente que no sabe si son cristianos, que no saben si van a llegar, no saben si van a poderse aferrar. Que están preocupados porque quizás pueden estar bien ahora, pero no sé qué va a pasar en el futuro y viven en temor. Y el peor temor es, oí a un predicador decir esto, una vez, si usted se muere con algún pecado no confesado, usted quizás no lo puedas saber, pero Dios lo conoce y usted va a llegar al juicio y usted va a ser arrojado al infierno.

No hay nada que pueda suceder en el futuro, incluyendo el juicio de Dios, que pueda separarlo a usted del amor de Cristo. No hay estado de ser, no hay poder sobrenatural, sean ángeles buenos o malos, y no hay dimensión del tiempo o la eternidad, no en el presente, ni en el futuro, no ahora, ni nunca jamás podríamos ser separados del amor de Cristo. Y después él añade, ni potestades, cuando es plural, cuando es usado en el plural en una forma plural en el Nuevo Testamento, frecuentemente en la mayoría de los casos se refiere a milagros. No hay, no hay una obra poderosa, no hay un milagro poderoso, no hay un poder poderoso, no hay un estado de ser, no hay una criatura sobrenatural, no hay un periodo en el tiempo o la eternidad, y ninguna fuente de poder en la existencia, que pueda separarlo a usted del amor de Cristo.

Y después como si eso no fuera suficiente, él dice, ni lo alto ni lo profundo. Dice usted, ¿qué significa eso? bueno, eso simplemente cubre todo. Alto, es un término astronómico, hupsoma, fue un término usado para describir la órbita de una estrella o el ápice de la órbita de una estrella, cuando una estrella estaba en su zenit. El punto más elevado que podían imaginar o concebir, no hay nada en el espacio infinito arriba, no hay nada ahí, bathos, profundidad, profundo. Era el término usado para describir la estrella en su punto más bajo de órbita. No hay nada en el punto extremo, infinito, del cielo más elevado, y el punto extremo infinito del cielo más bajo, y no hay nada en ningún lugar, de un cielo al otro que pueda separarnos del amor de Cristo.

No hay estado de ser, ni en el tiempo ni en la eternidad; no hay ser creado, sea un ángel santo o uno malo; no hay dimensión de tiempo, ni en el tiempo o la eternidad; no hay fuente de poder, y no hay lugar en el universo interminable en donde hay algo que jamás pueda separarnos del amor de Cristo. Nada en esta vida, ni en la vida venidera. Nada en el tiempo, nada en la eternidad, nada en el mundo de los ángeles, nada en el mundo de los demonios, no hay poder, nada en la tierra, nada en los cielos infinitos, nada, nada.

Y simplemente en caso que alguien diga, pero…él añade, ni ninguna otra cosa creada. No hay excepciones, nada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Usted entiende que el amor de Dios hacia nosotros está todo encerrado en Cristo, y la razón por la que Dios ha establecido Su amor eterno en nosotros, sobre nosotros, es porque Él nos ha cubierto con la justicia de Cristo, entonces Su amor hacia nosotros no está condicionado en lo que somos, sino en lo que Cristo es, ¿lo entiende? Y eso no puede cambiar, eso es inalterable. Usted observe en los versículos 31 al 34 el énfasis en el amor de Dios. En los versículos 35 al 39 es en el amor de Cristo, y los dos están ligados de manera inseparable, inseparable. Nada puede cambiarlo.

Todos nuestros fracasos y todas nuestras fallas y todos nuestros tropiezos y todos nuestros pecados y toda nuestra desobediencia deliberada, no cambia el hecho que Él nos ama hasta el máximo, y su amor es nuestro, desde la eternidad a la eternidad. Él ha establecido Su amor sobre nosotros en la eternidad pasada, y Él nos amará a lo largo de la eternidad futura, y Él nos ama no por lo que somos, sino por lo que nos hemos convertido en Cristo, ¿verdad? El ama que estamos en Cristo.

Uno de los himnos más hermosos que celebran el amor seguro de Dios, fue escrito por un llamado Jorge Matheson, fue escrito en 1882, de hecho, el 6 de junio de 1882. Y Jorge Matheson nació en la ciudad de Glasgow, en Escocia, y nació ahí en 1842. Entonces tenía 40 años de edad cuando él escribió esto, y el cómo niño tuvo únicamente visión parcial, su vista degeneró rápidamente y ya para cuando tenía 18 años de edad, Jorge Matheson estaba totalmente ciego. Entonces él había estado ciego por unos 22 años cuando él escribió este himno hermoso. A pesar de su ceguera, por cierto, él fue un erudito brillante en la Universidad de Glasgow, tanto en la universidad como en el seminario, y sorprendentemente se volvió el pastor de una iglesia de dos mil miembros en Edimburgo. Se volvió uno de los predicadores más grandes de su día, y uno de los pastores más puros también de su día.

Pero a Jorge Matheson le faltó algo en la vida, creo que podríamos decir que nunca se casó, pero hay una historia de porque nunca se casó. Él estuvo comprometido con su prometida, y todo iba bien hasta que él le dijo apenas a ella, antes de su matrimonio que él acababa de enterarse que pronto quedaría totalmente ciego. Al oír eso, ella no llegaba a sus veinte años de edad, en ese momento ella lo dejó, y fue a partir del dolor de esa experiencia misma que él escribió un tributo al amor de Dios que nunca abandona.

De hecho, Carrie escribió las palabras que Jorge Matheson escribió. El himno va así:

“Oh amor que no me dejarás, Descanso mi alma cansada en ti. Te regreso que debo, Para que en las profundidades de tu océano Su flujo pueda ser más rico, más lleno.” Con una niña fue un amor que fácilmente lo dejó, con Dios, fue un amor que no lo dejaría. Y estamos de regreso a donde comenzamos, Jeremías 31:3 “Con amor eterno te he amado”.

Padre, te damos gracias por este gran, gran capítulo. Cuán emocionante ha sido ascender a las alturas. Recordamos las palabras del himno: “Esa alma que en Jesús se ha apoyado para reposar, Yo nunca dejaré a sus enemigos, Esa alma, aunque todo el infierno se esfuerce por sacudir, Yo nunca, no nunca, nunca dejaré.”

Te damos gracias porque nos amas con un amor que no nos dejará. Y no somos dignos de él, somos como los discípulos, no somos dignos de ser amados al máximo, de ser amados al nivel de perfección de tu capacidad de amar a tus criaturas. ¡Que privilegio, que gozo!

Y que gratitud produce en nuestros corazones, y que devoción y que obediencia demanda, y de hecho con Jorge Matheson decimos, “Oh amor que no me dejará, descanso mi alma cansada en ti, te devuelvo la vida que debo.” Eso es todo lo que podemos dar por un amor así, es devolverte la vida que debemos. Sabemos que te amaremos únicamente porque tú nos amaste primero, por eso te alabamos y te agradecemos y somos llamados de nuevo a la obediencia fiel, queremos amarte, queremos amarte con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza, pero quedamos tan cortos. Inúndanos con la gracia que puede sostener el amor del cual tu eres tan digno. Amén. 

 

 

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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