Ahora queremos hablar un poco de la doctrina del Espíritu Santo y no quiero atorarme y pasar semanas y semanas y semanas definiendo toda faceta del ministerio del Espíritu. Pero básicamente quiero ver lo que es importante y crítico y revelado en las Escrituras y que nos instruye y es eficaz y necesario para nuestras vidas espirituales con respecto al Espíritu de Dios. Tenemos que asumir unas cuantas cosas y una es que vamos a asumir que usted entiende que el Espíritu Santo es Dios. De hecho en Hebreos 9:14 se hace referencia a Él como el Espíritu eterno y entonces eso en sí mismo afirma que Él es Dios quien es eterno y quien únicamente es eterno. Génesis 1:2 nos dice que Él es el que se movió sobre la faz del abismo y le dio forma, por lo tanto Él es el creador.
Las Escrituras también nos dicen que Él es el agente divino mediante quien las Escrituras fueron escritas. Santos hombres de Dios escribieron conforme fueron movidos por el Espíritu Santo. Hay pasajes trinitarios en las Escrituras tales como el bautismo de Cristo en donde usted tiene al Espíritu descendiendo como paloma. Tiene al Padre hablando desde el cielo y tiene al Hijo presente. Y entonces Dios no es solo un Dios que aparece en tres personas diferentes en momentos diferentes. Él es en todo momento tres, Padre, Hijo y el Espíritu Santo. Entendemos entonces que cuando hablamos del Espíritu Santo, estamos hablando de Dios. Dio la tercera persona de la eternidad. Totalmente Dios digno de alabanza, digno de adoración, digno de todo lo que le damos a Cristo y de todo lo que le damos a Dios Padre.
Vamos a dejar eso como el cimiento, que entendemos que el Espíritu Santo es de hecho como es así designado en las Escrituras, el Espíritu de Dios, así como Jesús es el hijo de Dios. Pero quiero que veamos en base a esa suposición lo que es su ministerio divino. ¿Cómo es que Él opera para cumplir con los propósitos de Dios? En la eternidad pasada cuando el Padre y el Hijo acordaron llevar a cabo la obra gloriosa de la redención, el Padre determinó crear un mundo y a partir de ese mundo, llamar a la gloria eterna a una humanidad redimida como un regalo de amor para su hijo. El Hijo responde al estar dispuesto a recibir ese regalo y encarnarse en este mundo y por lo tanto pagar el precio necesario para comprar ese regalo; el precio de la redención en la cruz. Y entonces pensamos en ese compromiso entre el Padre y el Hijo y eso hecha a andar a toda la historia redentora. Pero es importante afirmar también que el Espíritu Santo acuerda en todo eso y se convierte en el que hace la aplicación de ese plan. Es el Espíritu, por ejemplo, que viene sobre María y a ella se le da un niño sin un padre humano. Es el Espíritu quien llena al Señor Jesús y quien opera a través de Él, de tal manera que negar el poder de Jesús era blasfemar al Espíritu Santo. Es el Espíritu, la voluntad del Padre quien lo resucita de los muertos. Es el Espíritu quien desciende y establece la iglesia. Es el Espíritu quien regenera a todo creyente. Es el Espíritu quien ha dado, como dije, toda la revelación de Dios de tal manera que todo lo que conocemos acerca de Dios y todo lo que conocemos acerca de la historia redentora y todo lo que conocemos acerca de la salvación es el producto del Espíritu Santo.
Entonces cundo hablamos del Espíritu Santo de Dios, estamos hablando del Dios mismo, como los hombres de la antigüedad solían llamarlo. Él es igual a Dios Padre en todo sentido. Igual a Dios Hijo en todo sentido. Y de ninguna manera él es menos que igual a ellos. Sin embargo, Él no recibe consideración por igual y eso quizás sería más el caso en este clima en particular de lo que ha sido antes, por lo menos en mi vida, en el pasado. Me acuerdo cuando comencé en el ministerio como alumno de universidad y hablaba aquí y allá en convenciones de jóvenes y en lugares así, casi todo mundo quería que hablara del ministerio del Espíritu Santo. A dondequiera que iba, se me pedía que hablara de lo que significa ser lleno del Espíritu. Lo que significa andar en el Espíritu. Lo que significa ser sellado por el Espíritu. Lo que significa ser morado por el Espíritu de Dios. Lo que significa ser enseñado por el Espíritu. Lo que significa cuando la Biblia dice, "Que les haré recordar todas las cosas por el Espíritu, el Espíritu de verdad". Este era un énfasis primordial.
Se escribieron muchos libros acerca del Espíritu Santo, acerca del ministerio del Espíritu Santo. Y yo diría que probablemente fue el ministerio del Espíritu Santo lo que fue el tema dominante en esos primeros años de mi ministerio. Se decía mucho menos acerca de la persona y obra de Jesucristo. Habían algunas cosas que en cierta manera se daban por sentado, estándares. Y muy poco se decía de la doctrina de la justificación, sustitución, imputación, lo cual es muy popular en círculos evangélicos en la actualidad. Y francamente, no se decía mucho acerca de Dios y la persona de Dios y la naturaleza de Dios. Si usted quería encontrar un libro así, realmente tenía que regresar a la literatura puritana y encontrar el libro de Steven Charnock de La Existencia y los Atributos de Dios o algún libro antiguo acerca de Dios. Hasta que el pequeño libro de A.W. Tozer comenzó a adquirir interés público. El conocimiento del Santo y después el libro tan impactante de J.I. Packer, Conociendo a Dios, llegó al escenario en los primeros años de mi ministerio y la gente comenzó a enfocarse hacia Dios.
Y poco a poco el interés en el Espíritu Santo disminuyó y el interés en el Espíritu Santo entre los evangélicos comenzó a disminuir en proporción directa a la ascendencia del movimiento carismático conforme los carismáticos secuestraron más y más al Espíritu Santo y lo tuvieron como rehén de su teología aberrante. El interés en el Espíritu Santo comenzó a decrecer entre otros evangélicos que no querían comenzar a pelear con los carismáticos. Entonces en cierta manera se hizo a un lado el ministerio del Espíritu Santo para efectos de unidad, porque si vamos a enseñar una doctrina bíblica del Espíritu Santo, va a ser un ataque frontal en contra de la enseñanza aberrante acerca del Espíritu Santo, lo cual esencialmente es parte de ese movimiento. Y entonces, poco a poco la explicación significativa, útil, directa, precisa, las presentaciones bíblicas de la persona y obra del Espíritu Santo comenzaron a desaparecer.
Después de que el movimiento carismático cumplió con su trabajo, en cierta manera, de llevarse al Espíritu Santo, llegó el movimiento pragmático. Y el pragmatismo básicamente dijo que podemos llevar a cabo la obra o el trabajo de la iglesia. Podemos cumplir con el trabajo del ministerio mediante medios humanos. Si tan solo podemos inventar una estrategia mercadológica apropiada, podemos ganar a la gente para Cristo. Si podemos inventar cómo presentar de manera eficaz el mensaje y abordar a la gente en base a su necesidad percibida, podemos convencerlos mediante nuestra técnica y mediante nuestro estilo para que abrecen el Evangelio. Si podemos entender las claves psicológicas de la gente, podemos encontrar lo que los motiva si podemos definirlo psicológicamente, entonces podremos alcanzarlos. Y entonces, conforme la iglesia se movió del movimiento carismático al movimiento psicológico y al movimiento pragmático, el interés en el Espíritu Santo continuó disminuyendo y disminuyendo y disminuyendo hasta que aquí estamos en la actualidad y es algo muy raro oír un mensaje acerca de la persona del Espíritu Santo, del ministerio del Espíritu Santo.
Por un lado, no queremos enseñar la verdad en contraste al error que es tan popular acerca del Espíritu Santo. Por otro lado, no estamos realmente seguros de que el Espíritu Santo es tan critico acerca de todo, no es tan importante en todo. Porque somos tan buenos en lo que hacemos, en términos de mercadotecnia, de estrategias, y hemos descubierto cómo la gente piensa y hemos entendido también a la gente con nuestro análisis psicológico, que básicamente sabemos cómo llegar a ellos. Y quizás el ministerio del Espíritu Santo no es tan crítico como lo fue una vez. Además de eso, tenemos tantos recursos. Tenemos tantos libros y cintas y CDs y seminarios y oportunidades para que la gente obtenga la información que necesita y digiera y procese esa información, que tenemos tantos ministerios, ministerios interminables. Tantos maestros en la radio y televisión y tantos autores proliferando en el horizonte, que ciertamente hay suficiente allá afuera como para que la gente absorba. Y no lo diríamos pero hace que el Espíritu Santo sea menos crítico.
Bueno, algo así estaba pasando en el pensamiento de los gálatas. En las iglesias en Galicia y Pablo se dirigió a ello. Pase a Gálatas, capítulo tres, un enfoque un poco diferente pero lo mismo. La misma idea. Ellos también estaban disminuyendo el lugar del Espíritu Santo. Capítulo tres de Gálatas y no quiero tomar el tiempo para desarrollar el argumento entero aquí, pero leeremos los primeros tres versículos y haremos un par de comentarios simplemente para preparar el contexto. "Oh, Gálatas insensatos, ¿quién nos engañó ante cuyos ojos Jesucristo fue presentado públicamente como crucificado? Esto es lo único que quiero saber de vosotros. Y es esto: ¿Recibisteis el Espíritu Santo por las obras de la ley por el oír con fe? ¿Sois tan necios habiendo comenzado pro el Espíritu que ahora sois perfeccionados por la carne?" Los Gálatas como el resto de los creyentes comenzaron sus vidas cristianas en el poder del Espíritu. Así es como comenzaron. Pero estaban siendo influenciados por maestros judaizantes, esos serian judíos que afirmaban el Evangelio y al Señor Jesucristo, pero también añadían la necesidad de la circuncisión, circuncisión física literal y obediencia a la Ley Mosaica como algo necesario para la salvación de tal manera que esencialmente le están pidiendo a la gente que sea salva mediante el Señor Jesucristo. Y entonces vivan sus vidas si su salvación va a ser legitima, siguiendo ceremonias mosaicas, la circuncisión y la Ley Mosaica. El Evangelio de la gracia entonces desaparece y en su lugar entra un sistema de esfuerzo humano.
Pablo llama esto engañados, engañados describe su condición, vizcaíno es el verbo griego. Significa fascinar, significa encantar de una manera engañosa. ¿Quién los ha encantado y los ha alejado de la realidad? ¿Quién los ha encantado y los ha alejado de la verdad? Ellos se habían convertido en víctimas intencionales sucumbiendo a un tipo de espiritualidad que agradaba a la carne. Recibieron el Espíritu Santo por la fe, comenzaron la vida cristiana por la fe. Va a ser perfeccionada por la carne. Va a ser perfeccionada mediante métodos carnales, por la circuncisión y por guardar la ley y las ceremonias. El punto de Pablo es bastante simple. Si una persona recibe salvación eterna, mediante la confianza en Cristo, quien es públicamente presentado como crucificado, versículo uno, y en ese punto al creer en el Cristo crucificado, ha recibido la plenitud del Espíritu Santo que mora en el como todos los creyentes lo reciben en el punto de la salvación. Y si con el Espíritu estableciendo su residencia en la vida de ese creyente, el poder de Dios, por lo tanto, es colocado a disposición de ese creyente, ¿por qué es que alguien se volvería al esfuerzo humano para alcanzar metas espirituales? El Espíritu Santo es la fuente del cristiano de la vida y el poder. El Espíritu Santo es para el cristiano lo que el creador es para la creación. Sin Dios el creador, el mundo no llega a existir. Sin Dios como el sustentador, no continúa existiendo. Es Dios quien lo creó y Dios quien lo sustenta. Y así es con el Espíritu Santo y el cristiano. Sin el Espíritu Santo no seríamos la nueva criatura. Sin el Espíritu Santo, no naceríamos de nuevo, no seríamos regenerados. Y sin el Espíritu Santo, no continuaríamos siendo continuamente santificados por el poder divino.
Inmediatamente fuera del Espíritu Santo, regresaríamos a un estado de muerte espiritual del cual salimos. La creación no puede continuar, no puede sobrevivir sin el poder sustentador de Dios el creador y tampoco puede un cristiano sustentar esa vida cristiana mediante obras o mediante ceremonias o mediante rituales religioso. Únicamente puede ser sustentado, sostenido por el Espíritu Santo si no fuera sostenido o sustentado por el Espíritu Santo, lo vuelvo a decir, regresaríamos a un estado de muerte espiritual. Vivimos en el Espíritu. Estamos siendo mantenidos por el Espíritu. Él es la fuente de nuestra vida, Él es la esfera de nuestra existencia espiritual. Nadie es algo sin el Espíritu ni es santificado sin el Espíritu. No podemos ministrar en la carne. Ministramos eficazmente y solo en el Espíritu. Entonces, ¿por qué le dice a los Gálatas, "Comienzan a entender el poder del Espíritu que los salvó"? Y después darle la espalda a esa obra del Espíritu por gracia en su corazón y regresar esas cosas que dejaron, esas cosas externas, carnales, esos elementos simbólicos crean una sombra. Porque comenzar en el Espíritu y tratar de perfeccionar lo que fue comenzado en la carne, en la carne. Tengo la idea de que la iglesia evangélica en la actualidad ciertamente diría haber comenzado en el poder del Espíritu, en la salvación. Ahora ha tratado de perfeccionarse a sí misma en la carne.
Este movimiento masivo llamado el movimiento carismático se dice ser originado por el Espíritu Santo, pero es mucho más una obra de la carne de lo que es la obra del Espíritu, porque el Espíritu de Dios no invierte expresiones convincentes de su poder en teología aberrante. El Espíritu de Dios no es eso. Si hubiera un don de sanidad, no le pertenecería a un hereje. Dios no certifica herejes. No le pertenecería a un falso maestro. No le pertenecería a un charlatán. No le pertenecería a un fraude. No le pertenecería a alguien que se está enriqueciendo a expensas de la gente enferma. Si Dios diera ese tipo de capacidades de hacer milagros, no se las daría a gente que quiere llevarse su dinero y huir. No se las daría a actores farsantes. Él no se las daría a aquellos que enseñan de manera equivocada acerca de la obra del Espíritu Santo. Dios no certifica ni verifica el error. Pero hemos retrocedido como si la gente en ese movimiento son los únicos que tienen un derecho de afirmar ciertas cosas acerca del Espíritu Santo y es tiempo sin enfocarnos necesariamente, únicamente en ese movimiento, decir que necesitamos regresar y entender lo que la Biblia dice acerca del ministerio del Espíritu Santo. Ahora si usted quiere conocer más acerca de ese movimiento especifico, he escrito un libro llamado Caos Carismático, todavía habla con ese asunto con claridad acerca de los temas que son necesarios.
Pero no es solo eso. Como mencioné hace un momento en lo que hacemos, muy capaces en lo que hacemos en la iglesia, muy capaces en nuestro estilo y técnica, muy capaces en de desarrollar la música que atrae una multitud, muy buenos en evaluar las necesidades percibida psicológicas de la gente. Nos hemos vuelto muy adeptos en las estrategias mercadológicas de tal manera que podemos vender millones y millones de libros cuando desarrollamos la estrategia que va a funcionar en un mercado de dado y en una cultura dada. Somos muy buenos en ese tipo de cosas y eso nos enorgullece. Y cuando muchos números de personas responden a eso, da la ilusión de éxito espiritual y puede no tener absolutamente nada que ver con el Espíritu Santo. Se dice muy poco acerca de la obra del Espíritu Santo en la actualidad. Hay muy poco interés en la llenura del Espíritu Santo. Muy poco interés en andar en el Espíritu. Y como dije en los primeros años de mi ministerio, a dondequiera que iba estaba esto como el tema principal de qué hablar. Tuve un periodo de unos dos y medio, casi tres años apenas antes de que llegar a Grace Church, ahí en los sesentas cuando estaba viajando predicando unas 35 veces por mes, unas 35 veces por mes. Hice eso por unos dos y medio años, casi tres años. Estaba hablándole primordialmente a grupos de jóvenes aquí y allá. E invariablemente a dondequiera que iba, querían que hablara del ministerio del Espíritu Santo. Ese era el tema en el que la gente estaba interesada. Eso fue antes de que las cosas se confundieran tanto cono el desarrollo del movimiento carismático y pragmático y psicológico. Esto es deshonrar al Espíritu Santo, claro, y necesitamos regresar y dar al Espíritu Santo la honra que Él merece como Dios. Usted no puede hacerlo a un lado sin traer deshonra a Dios porque Él es Dios.
Entonces, ¿qué vamos a aprender del Espíritu Santo? Permítame darle algunas cosas en qué pensar. Simplemente una especie de lista, ¿muy bien? Vamos a avanzar a lo largo de esta lista. Antes de que haga eso, simplemente un comentario más o dos. Realmente creo que este es un pecado en la vida de la iglesia, el disminuir y menospreciar el ministerio del Espíritu Santo es un pecado serio. Es un pecado pensar que podemos hacer lo que solo el Espíritu Santo puedo hacer. Que podemos mediante nuestra inteligencia convertir a la gente. El pelagianismo, por así decirlo, es un pecado. Esto es creer que la gente salva mediante su propia voluntad y lo único que tenemos que hacer es manipular su voluntad. Es un pecado en contra del Espíritu Santo. Es un pecado pensar que podemos ganar a la gente a Cristo mediante nuestras técnicas. Es una especie de usurpación de la función del Espíritu Santo. Es una especie de blasfemia, por así decirlo. Es algo así como profanar, realmente. Y sabemos que el Espíritu Santo siempre opera, siempre lleva a cabo su obra mediante la Palabra. Y usted no puede honrar al Espíritu sin honrar la Palabra, porque el Espíritu es el auto de la Palabra. Se reduce al hecho de que la iglesia ha perdido su interés en el ministerio del Espíritu Santo pensando que quizás puede hacer las cosas mejor. Estoy profundamente preocupado y creo que el Espíritu es apagado y está entristecido por esto. Entonces, hablemos del ministerio del Espíritu Santo.
En primer lugar, tenemos que comenzar en donde tenemos que comenzar. Y eso es que el Espíritu Santo es el agente de la salvación. El Espíritu Santo es el agente de la salvación. No sé si vamos a terminar esto, pero está bien. ¿Qué queremos decir con eso? Comencemos al ver Juan 16. Juan 16. Y quiero que sepa que hay tanto en las Escrituras acerca del Espíritu Santo que nunca podríamos realizar un estudio exhaustivo de esto en unas cuantas noches del domingo. No estamos intentando hacer esto, sino que más bien estamos dándole un panorama. Este es el Espíritu Santo clase 101. Esto no es el estudio avanzado de doctrina del Espíritu Santo. Si usted quiere el estudio avanzado y más extensivo, usted puede ir a la librería o a la biblioteca y usted puede escarbar y encontrar tomos ahí en las repisas que van a expandir la amplitud maravillosa de la revelación bíblica acerca del Espíritu Santo. Pero hay algunas cosas que son tan básicas con respecto al ministerio del Espíritu Santo que necesitamos entenderlas bien y entenderlas muy bien. En Juan, capítulo 16, el Señor Jesús está prometiendo enviar al Espíritu Santo. Él ha estado diciendo eso. Él lo dice en el capítulo 14, lo dice en el capítulo 15 y Él lo vuelve a decir en el capítulo 16. Vea el versículo 7. Si no me fuera a la mitad del versículo, el consolador, el Espíritu Santo, quien así ha sido designado en la mención anterior en el capítulo 15, versículo 26, el paracleto. Hay otras en el capítulo 14:26. "El abogado, el ayudante del paracleto, el consolador. Si no me fuera el consolador, no vendría a vosotros, más si me fuere os lo enviaré. Y cuando Él venga convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado por cuanto no creen en mi, de justicia por cuanto voy al Padre y no me veréis más. Y de juicio por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado".
Ahora, vamos a detenernos ahí por el momento. ¿Cuál es este ministerio del Espíritu Santo? Convencer al mundo. Convencer al mundo. Esto es traer al corazón y alma de la humanidad no redimida la conciencia de pecado. Él lleva a cabo una obra de convencimiento. Él convence de pecado, en primer lugar, "Porque no creen en Mí y ese es el pecado que condena. Finalmente y en últimas, ningún otro pecado, finalmente y en últimas, lo condenara a usted sino ese. Aquellos que van al infierno, van al infierno porque no creen en Cristo. Cualquier otro pecado es perdonado cuando uno cree en Cristo". Entonces este es ese pecado definitivo condenador, rechazo de Jesucristo. El Espíritu entonces convence. El Espíritu opera en el corazón para producir culpabilidad y temor y ansiedad y miedo y terror y la realidad del pecado. Y después, en segundo lugar, justicia. "Por cuanto voy al Padre y no me veréis más". ¿Qué significa eso? Significa que el Espíritu convence al pecador no solo de su propio pecado, sino que el Espíritu convence al pecador de la justicia de Jesucristo, quien es totalmente diferente del pecador y esa es la razón por la que el Padre lo recibió a su diestra. Él fue a su Padre y su Padre lo recibió y lo sentó a su diestra debido a su justicia perfecta. Es el Espíritu de Dios entonces quien opera esas grandes realidades en el corazón humano. La realidad del pecado del pecador y la justicia del salvador. El Espíritu también produce en el corazón convicción con respecto a juicio. "Que el pecado será juzgado porque el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado". Conforme Cristo aplastó la cabeza de la serpiente en la cruz, conforme Cristo aplastó a su enemigo como la simiente de la mujer, de Génesis 3:15, destruye al enemigo de nuestras almas, vemos el poder del juicio de Cristo desplegado y todos aquellos que son del dominio de satanás experimentaran ese mismo juicio.
Esas son las cosas que el Espíritu de Dios quiere producir en el corazón a manera de convicción. Convicción de pecado porque la gente no cree en Cristo. Convicción de la justicia absolutamente perfecta de Cristo que por lo tanto ha satisfecho a Dios con una expedición suficiente y propiciación y ha entrado al cielo. Y se ha sentado a su diestra. Y en la realidad del juicio, en contra de aquellos que permanecen como parte del dominio de satanás, debido a que esas son las áreas en las que el Espíritu Santo opera para convencer a los pecadores. Entonces, esas deben ser las áreas que proclamamos, ¿verdad? El Espíritu Santo no lleva a cabo esta obra en un vacío. Conforme predicamos pecado y justicia y juicio, probemos la verdad necesaria para que el Espíritu Santo lleve a cabo su gran obra. Hay que reconocer que predicar el pecado no es popular, no es lo que la gente quiere oír, pero es absolutamente necesario. Predicar la justicia perfecta de Jesucristo y el hecho de que Su sacrificio es por lo tanto una satisfacción perfecta de la ley santa de Dios y la ofrenda perfecta que satisface su ira santa, Él entonces recibe a Cristo a su diestra. Y entonces estamos predicando aquí la gran doctrina de la sustitución. Las grandes doctrinas de la propiciación. Y claro, predicamos juicio. Y eso significa el juicio del príncipe de este mundo y todos aquellos que son parte de su reino de las tinieblas predicamos juicio eterno, infierno eterno, ira eterna, retribución eterna. El Espíritu Santo de Dios opera para producir estas cosas. El Espíritu Santo necesita que la Palabra se proclamada en estas categorías para que Él lleve a cabo su obra. Y ahí, literalmente a lo largo de las páginas de las Escrituras, a lo largo de las páginas de las Escrituras, estas verdades son reiteradas una y otra vez en el Antiguo Testamento a manera de profecía y tipo y símbolo. Y a lo largo del Nuevo Testamento.
Escuche 1 Tesalonicences 1:5: "Porque nuestro Evangelio no vino a vosotros en Palabra solamente, sino en poder y en el Espíritu Santo con plena certidumbre". Cuando usted predique el Evangelio, en el poder del Espíritu, Él produce convicción. Si yo quiero evangelizar a alguien, si yo quiero predicar un mensaje que realmente puede cambiar los corazones de la gente, lo primero que tengo que entender es que yo no puedo hacer eso. Yo no puedo hacer eso por mí mismo. Solo hay uno que transforma a la gente y ese es Espíritu Santo. Entonces, quiero hacer la pregunta: ¿qué es lo que el Espíritu Santo hace? ¿Qué es lo que el Espíritu de Dios usa para comenzar la obra de convicción? Y es la verdad acerca del pecado y la verdad acerca de Cristo y la cruz y la verdad acerca del juicio. En segundo lugar, si vamos a comenzar en el comienzo, tenemos que entender que es el Espíritu Santo quien produce convicción cuando la verdad es proclamada y oída y entendida. También es el Espíritu Santo quien produce arrepentimiento, de hecho, tengo la confianza de que eso es precisamente lo que tenemos en el capítulo 11 de Hechos en el versículo 18: "Cuando oyeron estas cosas se callaron glorificando a Dios y diciendo, 'De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida'." ¿Y cómo es que esto sucedió? La predicación mencionada antes en los versículos anteriores y después en el versículo 15: "El Espíritu Santo cayó sobre ellos así como cayó sobre nosotros al principio". Versículo 17: "Dios les dio el mismo don que nos dio a nosotros". Entonces después de – también después de creer en el Señor Jesús porque el mismo Espíritu que vino sobre nosotros es el Espíritu que vino sobre ellos, quien antes de eso les había concedido arrepentimiento.
El Espíritu produce convicción acerca de pecado, convicción acerca de la verdad de la cruz, lo cual está relacionado con el pecado y nuestra pecaminosidad y es la única esperanza que tenemos de escapar del juicio. Y el Espíritu produce convicción acerca del juicio para producir arrepentimiento. Y claro, podemos añadir a eso, observe 1 Pedro 1:12, 1 Pedro 1:12. El Espíritu energizo capacita el Evangelio y estas son simplemente maneras diferentes de ver la misma obra dinámica del Espíritu. Pero 1 Pedro 1, dice: "Les fue revelado que no estaban sirviéndose a sí mismos, sino a vosotros en estas cosas", hablando de los profetas del Antiguo Testamento, "en estas cosas que ahora os han anunciado a vosotros a través de aquellos que predicaron el Evangelio a vosotros mediante al Espíritu Santo enviado del cielo. El Evangelio cuando es verdaderamente predicado, es predicado por el Espíritu Santo enviado del cielo". ¿Por qué decimos eso? ¿Estamos hablando de algún poder místico? Bueno, estamos hablando ciertamente del poder divino del Espíritu Santo. También estamos hablando del Evangelio que nos ha sido dado por la inspiración del Espíritu Santo. Entonces, el Espíritu, quien es el autor del Evangelio, también es el que lo energiza. Aquellos que predican el Evangelio a usted por el Espíritu Santo enviado del cielo, dando la indicación aquí es que el Espíritu Santo es el que energiza o el que capacita la predicación del Evangelio. 1 Juan 5 dice: "El Espíritu es el que da testimonio porque el Espíritu es la verdad. En donde hay una representación de la verdad de las Escrituras viene del Espíritu Santo y por lo tanto el testimonio del Espíritu es aun más energizado por el Espíritu".
Regrese a Juan, capítulo 3 y simplemente estamos tocando estas cosas de manera breve para avanzar un poco, pero en Juan, capítulo 3 todo se une en cierta manera aquí cuando Jesús tiene su conversación con Nicodemo. "¿Cómo puede un hombre nacer cuando es viejo?" Hablando del nuevo nacimiento, hablando de cómo entrar al Reino de Dios, es necesario nacer de nuevo. Y después en el versículo 5, "De cierto, de cierto os digo", Jesús dice, "a menos de que alguien nazca de agua y del Espíritu, él no puede entrar al Reino de Dios. Aquello que es nacido de la carne, carne ella. Aquello que es nacido del Espíritu, Espíritu es". El punto aquí es que el Espíritu regenera. Entonces el Espíritu convence de pecado, de justicia y de juicio. El Espíritu produce arrepentimiento mediante esa convicción. El Espíritu energiza, capacita la predicación del Evangelio. El Espíritu entonces regenera. Si hay regeneración es porque el Espíritu ha hecho eso. El Espíritu da vida. Esa es la razón por la que estamos hablando de ser nacido del Espíritu. En Tito, capítulo 3 dice en el versículo 5: "Nos salvó, no por obras que nosotros hubiéramos hecho de justicia, sino según su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo". Es el Espíritu quien renueva y regenera. Esos son casi sinónimos en ese pasaje.
Entonces, la obra entera de salvación es la obra del Espíritu de Dios. Él es el autor de las Escrituras, la cual es la fuente de verdad acerca del pecado, justicia y de juicio. Él es el autor de las Escrituras, lo cual es el llamado al arrepentimiento. Él es el autor de las Escrituras, lo cual es la verdad del Evangelio. Él es quien entonces a través de la proclamación de las Escrituras, convence, produce arrepentimiento, energiza, capacita la predicación del Evangelio y el testimonio y regenera y da vida nueva. Ahora, eso no es todo lo que el Espíritu Santo hace, pero eso es la obra inicial. Y hay muchas maneras de ver eso en el flujo general de la enseñanza del Nuevo Testamento. Permíteme tan solo darle un par de ilustraciones. Observe 2 Tesalonicenses 2:13. Y aquí encontramos un panorama un poco más amplio de este ministerio inicial del Espíritu Santo. 2 Tesalonicenses 2:13: "Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad". No estamos hablando de santificación progresiva aquí. Estamos hablando de la santificación aquí que es sinónima con la salvación y la santificación con frecuencia es sinónima con la salvación. La palabra santificación significa ser apartado, significa ser limpiado, significa ser separado. Eso es lo que es la salvación. Somos separados del pecado. Somos separados de la inequidad. Somos separados se la condenación. Somos separados del reino de las tinieblas al reino del Hijo de Dios. Entonces, la salvación inicial es el inicio de la santificación. Es una separación y de eso es de lo que estamos hablando aquí, porque dice, "Salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad". Sucede de esa combinación perfecta de creer la verdad cuando es proclamada y experimentar el poder glorioso del Espíritu Santo. Él nos aparta para Dios. Esta es otra manera de decir todo lo que ya dije, que Él nos convence y Él causa el arrepentimiento y el apodera el Evangelio y Él regenera simplemente otra manera de decir lo mismo. Hay muchas otras cosas que el Espíritu Santo hace, pero todo comienza con su obra poderosa de salvación.
Entonces, regresando a nuestro texto en Gálatas, capítulo 3, usted no necesita ir ahí. Simplemente escuche. Pablo dice: "Habiendo comenzado en el Espíritu, ahora son perfeccionados por la carne". Sabemos que comenzamos en el Espíritu. Todo comenzó con la obra del Espíritu y necesitábamos recordar de nuevo el hecho de que cualquier evangelismo que hace a un lado la agencia o los agentes que el Espíritu usa, esto es la revelación bíblica acerca del pecado, la justicia, el juicio. La verdad bíblica acerca del arrepentimiento. La verdad bíblica acerca del Evangelio. Ya hablamos un poco de eso esta mañana y lo que está involucrado en una presentación verdadera y apropiada del Evangelio y la verdad bíblica acerca de la regeneración. Y eso no es algo que el pecador puede hacer por sí mismo, pero eso es algo que solo Dios puede hacer y todo lo que el pecador puede hacer es clamar a Dios y rogarle a que Dios haga eso a favor de él. Cuando predicamos ese tipo de mensaje, entonces predicamos la verdad que el Espíritu de Dios aplica.
Habiendo comenzado en el Espíritu, ¿podemos entonces ser perfeccionados por la actividad de nuestra carne? Esa es la pregunta que Pablo está haciendo y mientras que se relaciona con el asunto específico que estaba sucediendo ahí, ¿van a entonces seguir en algún tipo de forma de vida carnal, algún tipo de forma de vida externa, ceremonial, ritualista y asumir que eso es necesario para aferrarse a su salvación y progreso con Dios? Si usted lo hace, entonces está dejando el Espíritu con quien usted comenzó y ahora está viviendo en la carne y esto es una especie de engaño. Necesitamos continuar en el Espíritu ahora que hemos comenzado en el Espíritu y necesitamos continuar en el Espíritu. ¿Qué significa eso? Permítame darle unas cuantas cosas para comenzar y probablemente podría darle una 15 o 20 cosas que el Espíritu hace, pero vamos a ver cómo las podemos resumir. Por aquí hay un par de cosas con las que necesitamos comenzar, ¿muy bien? Número uno, Él nos trae el conocimiento de y la comunión con Dios. Él nos trae el conocimiento de Dios y la comunión con Dios. El Espíritu es el que nos da acceso a la comunión con Dios. Él es la fuente de toda nuestra comunión, toda nuestra comunión. Pase a Romanos 8. Romanos 8, hay un par de pasajes que dicen esto. Y serían suficientes por el momento para presentar el punto, pero en Romanos, capítulo 8, este ese el capítulo que habla de la vida del Espíritu y quiero sugerirle que usted no podría estudiar nada mejor que este capítulo 8 entero y descubrir lo que significa vivir en el Espíritu. Y lo vimos antes en nuestro estudio doctrinal cuando estábamos hablando de la doctrina de la santificación. Pero trata del Espíritu. Versículo 9, por ejemplo, bueno, podemos regresar al versículo – podemos regresar hasta el principio del capítulo, pero comencemos en el versículo 6: "Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz". Versículo 9: "Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros". Versículo 11: "Y si el Espíritu de Aquel que levanto de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros". Versículo 13: "Porque si vivís conforme la carne moriréis, más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis". Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.
Entonces, estamos hablando de la vida en el Espíritu aquí. Esto es claro, es claro. Comenzamos en el Espíritu y vivimos en el Espíritu. Seguimos viviendo en el Espíritu, no según la carne. Pero simplemente vea el versículo 14 y vamos a seleccionar uno de los elementos, que esto es un tesoro para todos nosotros. "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Cuando usted experimenta la guia directa del Espíritu de Dios en su vida, es una afirmación de que usted pertenece a Dios como un hijo verdadero, pues no había recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos, '¡Abba, Padre!' El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios".
Ahora, esta es una realidad maravillosa en nuestras vidas. Literalmente, decimos, "Abba, Padre". Eso básicamente es un diminutivo para 'papi, papito' que significa cariño, intimidad. Es como el escritor de Hebreos diciendo, "Acorcémonos", o Santiago, "Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros". Este es un privilegio inmenso, llamar a Dios, "papito, papi". Y hacemos eso por el Espíritu. El Espíritu nos libera del temor. Nos libera del terror. Nos libera del miedo que uno puede tener en el corazón de uno al acercarse a Dios, quien es un Dios santo, glorioso. Y venimos a la presencia de Dios como hijos y venimos con disposición y corremos a su presencia. Y le hablamos de manera íntima y descargamos nuestros problemas y preocupaciones y deseos y nuestras peticiones y oraciones y nuestra alabanza. Y decimos, "papito, papi". Y esa es la obra del Espíritu. Cuando uno ha sido nacido de nuevo, el Espíritu de Dios produce esa actitud en el corazón de un creyente. Nos sentimos atraídos a Dios, no temerosos de Él. Nos sentimos privilegiados de pedirle cualquier cosa y el Espíritu de Dios nos da esa libertad interna.
El Espíritu de Dios ha revelado en las Escrituras, como el medio divino, mediante el cual las Escrituras han venido a nosotros. Todas estas cosas que son verdad acerca de nuestra relación, pero no creo que únicamente está hablando de información. Creo que está hablando de un espíritu o actitud. Ese es el versículo 14: "Si sois guiados por el Espíritu, estos son los hijos de Dios. Usted no ha recibido un espíritu de esclavitud. Eso se acabó". Usted oye a la gente hablar de ser convertido y de que la carga sido levantada. Usted oye a la gente hablar de que nunca antes quería orar, no tenía conocimiento de Dios, no tenía interés en Dios. De pronto son convertidos a Jesucristo y quieren orar y quieren leer la Palabra y les encanta tener comunión y quieren cantar alabanzas y el sentido de que Dios está abierto, hay un gozo verdadero de comunión, porque el acceso ha sido abierto. Inclusive, podemos echar todo sobre de Él porque sabemos que Él se preocupa por nosotros. Podemos descargar todo problema en nuestras vidas. Podemos ser honestos con Él acerca de nuestros pecados. No tenemos que esconderlos de Él. Podemos ser honestos con Él acerca de nuestros pecados. Debemos ser honestos con Él acerca de nuestros pecados. Debemos confesarlos todos delante de Él sin temor, sabiendo que todos han sido cubiertos por su gracia a través del sacrificio de Cristo. Entonces, el Espíritu nos abre la comunión con Dios. Y conforme usted crece como creyente, esta comunión gozosa, esta oración gozosa y alabanza se apodera más y más de su vida y hay una libertad maravillosa en eso. Cantamos himnos acerca de la santidad de Dios. Cantamos himnos acerca de la gloria de Dios. Los cantamos con una sonrisa, los cantamos con gozo en nuestros corazones. Los cantamos con gusto. Podemos venir delante del Señor, como dijo el salmista, con cantos. Verdaderamente somos personas felices. No tenemos temor debido a la obra del Espíritu Santo.
Hay un segundo ministerio del Espíritu Santo del que le quiero hablar en esta noche. Y simplemente voy a cubrir éste brevemente. Voy a dejar el resto para la próxima vez. Él ilumina las Escrituras. Él ilumina las Escrituras. Acabamos de terminar nuestro estudio breve de la doctrina de las Escrituras. Y la doctrina de la inspiración de las Escrituras. Usted puede construir un pequeño puente en su mente a esta función en particular, del Espíritu Santo. Él ilumina las Escrituras, como mencioné antes, según las palabras de Pedro, 2 Pedro 1, dijo una profecía de la Escritura es de interpretación humana. Porque ninguna profecía de la Escritura fue traída por voluntad humana. Sino que los santos hombres de Dios fueron movidos por el Espíritu Santo de Dios. Eso nos dice que el Espíritu Santo es el autor de las Escrituras. Pero Él no solo es el autor de las Escrituras, Él es el iluminador de las Escrituras. El iluminador de las Escrituras. 1 Juan 2. Véala por un momento, 1 Juan 2, le voy a dar un par de pasajes que ver. 1 Juan capítulo 2 y versículo 20: "Más vosotros tenéis la unción del Santo. Vosotros tenéis la unción o una unción del Santo y todo sabéis". O algunas versiones dicen, "Ustedes lo conocen todo". ¿Qué es esta unción? Bueno, no es ningún otro que el Espíritu Santo, quien es la fuente de nuestro entendimiento de las Escrituras. Ahí en el versículo 27: "En cuanto a vosotros la unción que de Él recibisteis permanece en vosotros". Ahora sabemos que estamos hablando del Espíritu Santo. Lo recibimos del Señor y Él permanece en nosotros. "Y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe". No necesitamos ninguna filosofía humana, sabiduría humana, maestros humanos. No significa que no necesitamos un maestro lleno del Espíritu. No significa que no necesitamos a maestros creyentes, porque el Señor le ha dado a la iglesia evangelistas y maestros y pastores maestros con enseñanzas de las Escrituras. Pero no tenemos necesidad alguna de alguien fuera de aquellos que son los medios, mediante los cuales el Espíritu nos enseña la Palabra, porque conforme su unción les enseña de todas las cosas y es verdadera y no es mentira. Y así como les ha enseñado, vosotros permanecer en Él. Él está en nosotros y nosotros en Él. El Espíritu vive en nosotros y nosotros vivimos en el Espíritu. Vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser en la esfera del Espíritu Santo. Literalmente poseemos la vida del Espíritu y el Espíritu vive en nosotros. Esto es algo maravilloso. Y el ministerio del Espíritu, por lo tanto, esta unción, este regalo de Dios, este depósito colocado en nosotros es nuestro maestro, el que nos abre un entendimiento de la verdad divina. La palabra unción aquí es la palabra crisma. Significa unción. Algo colocado en nosotros como un aceite de unción. Y es el Espíritu de verdad, como dije en Juan 14, Juan 15, Juan 16. El Espíritu de verdad viene a guiarnos a toda la verdad, a guiarnos para ver las glorias de Cristo. Vamos a ver más de eso más adelante. Todo esto, claro, se refiere al Espíritu Santo.
Pero para el pasaje que es más crítico acerca de esto, pase a 1 Corintios 2 y vamos a terminar aquí. Simplemente unos cinco minutos o por ahí. 1 Corintios, capítulo 2 y versículo 9. Ahora, el versículo 9 parte de un par de pasajes en Isaías, "Antes bien como escrito, cosas que ojo no vio ni oído oyó". Muy bien, esta sería verdad no disponible a la búsqueda empírica. No está disponible para la búsqueda empírica, en segundo lugar, ni han subido en corazón de hombre. No está disponible mediante la intuición. Usted no puede encontrar esto externamente y no lo puede encontrar internamente. Sino que esas cosas que son verdad son las que Dios ha preparado para los que le aman. Todo lo que Dios tiene para aquellos que son sus hijos, no está disponible en términos de entendimiento para los no regenerados. No está disponible para ellos. Usted no las puede encontrar externamente mediante el esfuerzo académico. Usted no las puede encontrar internamente mediante la intuición. Versículo 10: "Pero Dios nos la reveló a nosotros. Esto es estas cosas que Él ha preparado para los que le aman, mediante el Espíritu, por el Espíritu. Dios nos la reveló por el Espíritu. Porque el Espíritu todo lo escrudiña, aun lo profundo de Dios". Esto quiere decir que el Espíritu conoce todo lo que la mente de Dios conoce porque el Espíritu es Dios. Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu. El Espíritu, de nuevo, es el agente mediante el cual todo lo que Dios conoce y quiere que conozcamos nos es provisto. Y Él da una pequeña analogía: "Porque ¿quién de los hombre sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está en Él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios sino el Espíritu de Dios". Si usted quiere conocer los pensamientos de Dios, entonces Dios va a tener que determinar, revelar esos pensamientos a usted y Él ha hecho eso mediante su Espíritu. "Y nosotros no hemos recibido", versículo 12, "el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios para que sepámonos lo que Dios nos ha concedido". Todas estas cosas maravillosas que usted no puede encontrar mediante una búsqueda académica externa, usted no las puede encontrar mediante intuición interna. Todas estas cosas que Dios ha preparado para los que le aman, no están disponibles para nadie fuera de aquellos que son instruidos, enseñados por el Espíritu Santo. "Y nosotros", versículo 12, "hemos recibido al Espíritu". Entonces, tenemos a un maestro interno residente de la verdad quien nos ilumina. Esto es parte de la doctrina de la iluminación. La inspiración nos trae el mensaje. La iluminación es la obra del Espíritu que nos da un entendimiento de lo que el mensaje significa. El Espíritu nos iluminó para entender nuestra pecaminosidad. El Espíritu nos iluminó para entender el Evangelio. El Espíritu nos iluminó desde el comienzo mismo y continúa esta obra de hacer que brille la luz de la verdad de manera brillante en nuestras mentes. Entonces, dice Pablo, versículo 13, lo cual también hablamos. "Entonces hablamos las cosas que el Espíritu nos reveló, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura. Y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente".
Recibí una llamada telefónica hace unos cuantos meses atrás del History Channel. Y el History Channel sigue haciendo todos estos documentales religiosos acerca de Jesús y el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento y la Biblia. Y usted ha visto alguno de ellos. Y dijeron, "Nos gustaría que fuera uno de nuestros expertos regulares acerca de la Biblia, ¿le interesaría?" Y mi respuesta fue, "Absolutamente no. Absolutamente no". Porque no hay concordia entre Cristo y Belial. No hay comunión entre la luz y las tinieblas. Usted no puede tener una lista entera de gente negando lo que la Biblia dice y entiendo su negación, porque está explicado aquí. El hombre natural no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios. Son locura para él. Él no puede entenderlas porque se evalúan espiritualmente, él está espiritualmente muerto. Entonces, termina con una respuesta intelectual o alguna respuesta intuitiva que no se acerca a la verdad, ¿y por qué me voy a subir a un barco de necios? Yo no necesito ser simplemente otra voz en esa multitud, particularmente cuando será mi tendencia de decir, bueno, todos ustedes están mal y yo conozco exactamente lo que es la verdad. Duraría, creo que solo un programa. Me habrían editado para que no dijera nada y no es porque yo soy más inteligente que ellos, no lo soy. No es porque yo tengo más escuela que ellos. No. Es porque tengo al maestro de verdad, residente que vive en mí e ilumina la Palabra cuando me aplico diligentemente a entenderla. Y lo más maravilloso de todo esta en versículo 16: "Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién lo instruirá? ¿Quién conoce la mente del Señor sino el Espíritu del Señor?" Esa es la implicación. Más nosotros tenemos la mente de Cristo.
Es algo sorprendente entender que esperamos – espero que la gente no regenerada haga a un lado la interpretación bíblica. Espero que entienda de manera equivocada el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Me he sentado con algunos rabinos, algunos caballeros muy decentes, algunos muy brillantes, mucho más brillantes que yo y mucho más elocuentes que yo, que no entienden el Antiguo Testamento. No lo entienden en absoluto y yo entiendo eso. He leído, interactuado con – entre comillas – estudiantes y eruditos del Nuevo Testamento que no lo entienden en lo absoluto. Y yo lo entiendo, no porque soy más inteligente, sino lo entiendo porque soy como usted. Tengo al maestro, tengo al residente en mí. El que escribió las Escrituras. Y quien la interpreta. Y sé que algunas veces usted piensa que yo invento cosas, que simplemente usted no puede encontrar. Inclusive, hace una semana alguien me dijo, "¿De dónde sacas estas cosas? Vengo cada semana y presentas cosas que nunca he visto en el texto". Solo quiero que sepa, no hay secreto. Como le dije a un joven pastor hace muchos años atrás quien me dijo, "¿Cuál es el secreto para la gran predicación?" Yo le dije, "Interpretación precisa del Texto". ¿Cómo haces eso? Mantente sentado en la silla hasta que has entendido lo que significa. Usted tiene la promesa del maestro de la verdad, pero no va a suceder en un vacío de ignorancia. Usted tiene que aplicarse a sí mismo. ¿Sabe usted lo que realmente es ser pastor? Es simplemente tener la libertad de trabajar con suficiente esfuerzo como para traerle lo que usted no tiene tiempo de encontrar. O quizás la preparación. Quizás estoy justificando la necesidad de mi existencia, pero ¿qué puedo decir? Usted está aquí y está escuchando. Eso es algo bueno. Pero es tan maravilloso salir de horas y horas de estudio cada semana y decir, "Sé lo que esto significa. Sé lo que esto significa". La obra iluminadora del Espíritu de Dios lo ha hecho claro. Significa esto. Y lo que Pablo está diciendo aquí es nadie conoce a la persona sino el espíritu de esa persona. Y eso es verdad en el sentido divino por analogía. Nadie realmente conoce la mente de Dios, sino el Espíritu de Dios y no estamos agradecidos porque el Espíritu de Dios escribió la verdad aquí para que tengamos la representación verdadera de la mente de Dios y la mente de Cristo. Entonces, el Espíritu ha establecido su residencia en nosotros para iluminar esa verdad a nosotros.
Bueno, esa es 2 de 10. Cubriremos algunas más las próxima semana. Padre, de nuevo, qué día tan maravilloso para estar juntos y queremos honrarte, Espíritu Santo, no hay razón por la que no podemos orar a Ti y alabarte y agradecerte, Bendito Espíritu, por salvarnos, por convencernos de pecado, justicia y de juicio. Te damos gracias, Espíritu Santo, por producir en nosotros arrepentimiento. Te damos gracias por avivar y hacer que el Evangelio fuera vivo y penetrara en toda su sabiduría. Te damos gracias por regenerarnos, por darnos vida para que pudiéramos abrazar, entender la verdad gloriosa del Evangelio. Te damos gracias por santificarnos. Te damos gracias por darnos conocimiento íntimo de Dios y te damos gracias por llevarnos a su presencia en la que disfrutamos de comunión en la dulzura de la oración y la alabanza. Te damos gracias por abrirnos la Palabra, aunque no somos mucho nobles o poderosos. Somos los débiles y los bajos y los que no somos nada ni nadie. Tenemos la mente de Cristo. Te damos gracias porque eso nos ha sido dado a conocer y la podemos entender por la obra que Tú llevas a cabo, Bendito Espíritu Santo y lamentamos y nos duelen las actitudes en la actualidad que te hacen a un lado. Esto debe ser un momento de tristeza para Ti. Se nos advierte en las Escrituras a no entristecer al Espíritu Santo. Se nos advierte no apagar al Espíritu Santo. Y se nos llama a darte honra a Ti, oh Espíritu Santo, que Tú perdones los pecados horrendos en contra de Ti, por parte de aquellos que dicen ser hijos de Dios. Y que Tú le des a la iglesia un nuevo deseo por conocer Tu obra y por conocer Tu persona. Por experimentar Tu poder. Por depender de Ti. Que aquellos de nosotros que estamos en el Espíritu, vivamos por el Espíritu y no por la carne. Que no seamos como esos gálatas, que seamos engañados por medios humanos, sino que siempre sepamos que la obra que Tú haces, es hecha mediante la Palabra. Haznos fieles a eso. Y que Tú seas honrado en nuestras vidas conforme andamos, conforme a Tu voluntad y en Tu poder. Oramos en el nombre de Cristo. Amen.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
DERECHOS DE AUTOR © 2018 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros.
This article is also available and sold as a booklet.