¿Qué niño es este? ¿Conoce usted esa canción? Ese es el tema de nuestro mensaje para usted en esta mañana. ¿Qué niño es este quien de descansó sobre la pierna de María y que estaba durmiendo? A quien los ángeles saludaron con un dulce himno, mientras que los pastores estaban velando. Esa realmente es la pregunta de la Navidad.
¿Qué niño es este? Las respuestas a esa pregunta son múltiples, algunos dicen que simplemente fue un buen maestro, pero los buenos maestros no dicen ser Dios. Algunos dicen que Él fue solo un buen ejemplo, pero los buenos ejemplos no están cerca de las prostitutas, los borrachos y los políticos sucios. Otros dicen que era un loco religioso, pero los hombres locos no hablan el tipo de palabras que Él habló, de manera clara y demostrando sabiduría, penetrantes, siendo lúcidas; tampoco atraen a mujeres y a niños a sí mismos, tampoco son servidos por hombres con el intelecto de Pedro y Juan y Lucas y Pablo. Algunos dicen que Él fue un farsante religioso, perpetrando una farsa como cualquier otro que pretendía ser salvador, pero los farsantes tienen una manera de permanecer muertos. Otros dicen que simplemente era un fantasma, pero los fantasmas no tienen carne para que sea crucificada ni sangre que sea derramada. Y muchos han dicho que Él ni siquiera existió, simplemente fue un mito, pero los mitos no determinan el calendario de la historia.
¿Qué niño es este? Pilato lo llamó el hombre sin falta. Didero lo llamó como el que estaba por encima de todos. Napoleón lo llamó el emperador del amor. Strauss dijo que Él era el modelo más alto de religión. Juan Stuart Mill lo llamó la guía de la humanidad. Lequi dijo que Él es el patrón más elevado de virtud. Dicante dijo que Él era el santo delante de Dios. Y Martino lo llamó la flor divina de la humanidad. Renone dijo que Él es el más grande entre los hijos de los hombres. Y Teodoro Parker lo llamó el joven con quien Dios estaba en su corazón. Franciscob dijo que Él era el regenerador de la humildad y humanidad. Y Robert Towen lo llamó el irreprensible. Y algunos en la actualidad dicen que es una superestrella.
¿Qué niño es este? Tomás lo dijo correctamente, él lo vio y dijo, “Señor mío y Dios mío.” La evidencia de que Jesucristo es de hecho Dios es abrumadora. En el Evangelio de Juan, Juan comienza declarando ese mismo hecho en el versículo 1, “En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios.” Y hablando más de Cristo Juan dijo en Juan 1:14, “Y el Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros y vimos Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” Y en el versículo 18 continuó diciendo, “A Dios nadie le vio jamás. El Unigénito Hijo que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.”
¿Qué niño es este? Este es Dios en carne humana. Y ahí evidencian la palabra de Dios, particularmente en el registro de los evangelios de la vida de Cristo que lo prueba, ya que a los hombres no se les pide creer sin evidencia. Ahí un testimonio doble acerca de Jesucristo y es su conocimiento y sus obras. En el Evangelio de Juan su conocimiento era abrumador. A Nataniel le impresionó que Jesús sabía todo acerca de él antes de que siquiera lo conociera. Y él dijo, “Seguramente Tú debes ser el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios.” En Juan, después de que Jesús había dicho algunas cosas en el templo, la gente creyó en Él y Él no se fiaba de ellos, ¿por qué? Porque dice, al final del capítulo 2, que Él sabía lo que había en sus corazones. Él no necesitaba que ningún hombre le dijera algo, Él sabía lo que había en el corazón de un hombre. Un conocimiento asombroso.
Más adelante en el Evangelio de Juan, conoció a una mujer, una mujer cuya vida debió haber estado en los titulares de lugar, era terrible. Él le dijo todo acerca de ella sin que nunca la hubiera conocido, ella estaba tan asombrada que ella dijo, “¿No es éste el Cristo?” Más adelante Pedro estaba tratando de decirle al Señor que lo amaba y su vida no lo reflejaba, y entonces el problema de fondo era sospechoso y finalmente Pedro apeló a la omnisciencia y él dijo, “Jesús, Tú lo sabes todo. Tú sabes que yo te amo.” Su conocimiento era absolutamente sorprendente. Él solo sabía lo que Dios sabe y de esta manera era Dios.
Pero no solo su conocimiento sino también sus obras. Él dijo, “Si no pueden creer por lo que digo, créanme por causa de las obras.” Él llegó a una boda en Caná y Él creó vino, solo Dios puede hacer eso. Él vino a un hombre que estaba ahí en un estanque y Él creó nuevos órganos. Él vino a un hombre ciego y le dio ojos nuevos. Él vino a un hombre que no podía oír y recreó sus oídos. Él vino a un hombre que no podía caminar y recreó sus miembros. Él era Dios. Él vino a una multitud que estaba ahí al lado de un monte y Él creó peces y pan para suficientes personas, para alimentar probablemente a 20,000. Él llegó a una tumba y le dijo a Lázaro, “Sal.” Cuatro días había estado muerto, todo fue revertido; y él salió caminando de la tumba con su piel tan fresca como la de un bebé y él estaba vivo. Y no solo sus palabras, sino también sus obras nos dicen que Él es Dios.
¿Qué niño es este? Este es Dios en carne humana. Pero hay un área, creo yo, del Evangelio de Juan que simplemente me emociona de manera total al presentar a quién es este Cristo y está constituida de las declaraciones que Él hizo de sí mismo para bajo la categoría de los yo soy. El de manera repetida dijo, “Yo soy.” Y Él después dijo algo más. Y quiero que veamos estas en esta mañana, si tienen sus biblias pasen para comenzar a Juan capítulo 6, no tendremos tiempo de considerarlas todas sino algunas.
En primer lugar Jesús dijo, “Yo soy el pan de vida.” Ahora, usted sabe si conoce el Antiguo Testamento que, “Yo soy” es el nombre de Dios. Dios hijo, “Mi nombre es el Yo soy el que soy.” Jesús repitió muchas veces eso diciendo, “Yo soy.” Y Él aquí dice, “Yo soy el pan de vida.” En el versículo 35 de Juan 6 encontramos esta declaración clásica, Jesús les dice, “Yo soy el pan de vida.”
Ahora, al ver estos yo soy vamos a ver quién es este niño. Regresemos al versículo 26 para que entendamos lo que está pasando, Jesús les respondió y les dijo, “De cierto, de cierto o sea, digo, me buscáis no porque vieron los milagros sino porque comieron de los panes y fueron satisfechos.” Él dice, “Ustedes son vulgares, son mundanos, son terrenales.” El día anterior a este Él había pasado un día entero haciendo milagros, desde la mañana hasta la noche había estado haciendo actos de curación, Él había sanado a los enfermos, Él había mezclado junto con los milagros enseñanza. Y al final del día Él los había alimentado el crear peces y pan y lo siguieron, y al día siguiente lo encontraron y Él les dijo, “Ustedes no me siguen debido los milagros, me siguen porque quieren comida gratuita.” Mundanos, materialistas, vulgares. Ustedes comieron los panes y fueron satisfechos y quieren más. Jesús vino a ofrecer algo que va más allá del alimento físico. Jesús no vino a ser el panadero, Jesús no vino a estar a cargo de un restaurante, ni siquiera a comenzar con una agencia de beneficencia social. Él tenía algo mucho más significativo en mente.
Pero ellos no podían ver más allá de sus estómagos, ellos lo seguían por esa razón. Versículo 27, siga la narrativa. Jesús dice, “No trabajen por el alimento que perece sino por el alimento que permanece para vida eterna.” Ahora, Él debe estar hablando de algo más que comida física, de alimento físico, porque toda persona come alimento físico pero toda persona muere. ¿Qué tipo de alimento lleva la vida eterna? Que el Hijo de el hombre os dará.” Dice Él, “Aquí estoy para darles alimento que les dará vida eterna, alimento para el alma. Y Yo simplemente soy el que se los dará porque a Él Dios padre selló – sellado quiere decir aprobado – colocó su sello de aprobación. Yo soy a quien Dios ha aprobado para que les dé el alimento para su alma.” Versículo 28. Todavía no entienden de quien está hablando. Y le dicen, “¿Qué debemos hacer para que podamos hacer las obras de Dios? ¿Cómo lo obtenemos?” Pero observen en cómo presentan la declaración, “¿Qué haremos para hacer las obras de Dios?” Esa debe ser la culminación del egoísmo. ¿Qué te hace pensar que puedes hacer algo para hacer las obras de Dios? No puedes, no puedes hacer las obras de Dios.
Pero como pueden ver, estaban metidos en un sistema de justicia por obras, que podías hacer tantas pequeñas cosas y Dios te aprueba y de pronto pasas la línea de aprobación y ya estás en esta categoría para que tus obras buenas sean más que las obras malas. ¿Qué haremos para hacer las obras de Dios? Ningún hombre jamás hizo algo para ganarse a Dios, no puede ser hecho.
Piense en la historia que le conté hace algunas semanas atrás acerca del evangelista en los días del evangelismo en tiendas de campaña, él estaba cerrando su tienda después de la reunión, él estaba afuera y él hizo todo, predicó y después desarmó la tienda. Y él estaba afuera sacando las estacas, estaba desarmando la tienda y un hombre se le acercó y le dijo, “Se que me perdí la reunión, ¿pero qué tengo que hacer para ser salvo?” Y el evangelista se volvió a él y le dijo, “Es demasiado tarde.” Él dijo, “¿Quieres decir que es demasiado tarde, que la reunión se acabó?” El dijo, “No, es demasiado tarde, ya se acabo, no hay nada que usted pueda hacer.” Y después le dijo que lo que tenía que hacer era creer.
Ellos dijeron, ¿qué tenemos que hacer para hacer las obras de Dios? Escúchelo, versículo 29, “Jesús les respondió y les dijo: esta es la obra de Dios, que creáis en aquel que Él ha enviado.” Hay muchas personas andan por todos lados en este mundo tratando de ganarse a Dios. Jesús dijo, “Les voy a decir lo que tienen que hacer. No haga nada. Simplemente crean en el que Dios envió.” Ahora, Él todavía no ha dicho quién es, pero ciertamente Él ya implicó que es el mismo y ellos lo entienden. Él ha hecho una declaración fantástica porque Él dijo, “Esta es la obra de Dios. Crean en aquel a quien Él ha enviado.” Allá atrás en el versículo 27 Él se llama así mismo el Hijo del Hombre enviado de Dios. Y entonces ellos entendieron el mensaje, ellos saben de quien está hablando, de sí mismo. Él está diciendo, “Yo soy el que les da alimento espiritual para el alma. Lo único que tienen que hacer es creer en Mí.” Y esa es una declaración bastante asombrosa. Y como toda persona quieren prueba.
Digo, para que simplemente usted se acerque a alguien y diga, “Crean en mi y van a tener alimento espiritual.” Es bastante serio, pruébalo. Claro que lo cual es ridículo y siempre indica la naturaleza de la incredulidad, porque ellos ya habían visto suficientes milagros, pero la incredulidad nunca queda satisfecha. Esa es la razón por la que Jesús nunca edificó su reino en base a los milagros, porque usted no puede darle suficientes milagros a la incredulidad. Él hizo miles de milagros, inclusive en las primeras iglesias hemos estado viendo en Hechos, fueron repetidos una y otra vez pero la incredulidad todavía es incredulidad. Entonces ellos dicen, “Pruébalo.”
Y el día antes había hecho cientos de milagros y ahora ellos le presentan una comparación interesante. Ellos piensan que, “Bueno, va a decir, ¿no me vieron que los alimenté ayer? ¿Qué más prueba quieren de eso?” Entonces le responden en eso y dice, escuchen, estuvieron ahí, porque versículo 30, “¿Qué señal muestras entonces para que veamos y creamos? ¿Qué haces? Haz un truco para que creamos. Algo realmente súper grande.” Ahí en su mente están pensando quizás esta vez nos va a dar carne. Versículo 31 hace una pequeña comparación, escúchelo, “Nuestros padres comieron maná en el desierto. Ahora, no hagas eso acerca de ustedes saben del alimento en el desierto ayer, digo, eso es algo de antes. Haz algo original.” Moisés hizo eso, nuestros padres recibieron alimento gratuito en el desierto.” Dice como está escrito, “Él les dio pan del cielo para comer.”
Ahora, lo que realmente están diciendo es esto, “Si Tú eres quien dices ser, deberías hacer cosas más grandes que las de Moisés. Tú nos dice alimentos un día para 15 o 20 mil personas, Moisés proveyó maná diario durante 40 años para quizás 2 millones de personas. ¿Puedes mejorar eso?”
Ahora, esa es la implicación de lo que ellos están diciendo, “No solo eso, sino que Moisés lo hizo descender del cielo, Tú simplemente lo tomase de lo que tenías. ¿Cómo sabemos que eres el que fuiste enviado?” Después vino la respuesta de Jesús, hermosa, versículo 32, “Y Jesús les dijo: “De cierto, de cierto os digo, no os dio Moisés el pan del cielo. Moisés no tuvo nada que ver con eso, él simplemente estuvo ahí y lo recolectó como todo mundo. Mas mi padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.”
Ahora, esto realmente se está volviendo algo pesado, Él está hablando de algún tipo de pan espiritual. Y Él hace a un lado esa analogía de una manera rápida y los corrige en cuatro áreas. Número uno, no fue Moisés el que les dio el maná del cielo, fue Dios. En Deuteronomio 16 creo que es, el texto dice que el Señor le dijo a Moisés, “Haré llover pan del cielo para ti.” Moisés no tuvo nada que ver con eso. De hecho Moisés tenía tanta hambre de estar relacionado con un milagro que en una ocasión él le pegó a la roca cuando él simplemente debería haberle hablado a la roca, simplemente para que se viera que él estaba haciendo algo de eso. Él no estaba haciendo nada de eso. Dios lo estaba siendo. Moisés simplemente dirigió la manera en la que debían recolectarlo y solo porque Dios le dijo qué decirles. Entonces no fue Moisés el que les dio el maná, fue Dios.
Número dos, solo fue maná, no fue pan verdadero. “Yo he venido para darles pan verdadero.” Digo, tenemos que enfrentarlo, el maná solo fue un tipo de pan real. Entonces lo que yo hice fue mucho mejor que lo que estuvo allá. Digo, ese solo fue una especie de panqué celestial. Lo que les voy a dar es lo real, alimento para el alma.”
Lo tercero que Él corrige acerca su pequeña analogía es que el pan de Moisés solo dio sustento físico pero el pan verdadero da vida espiritual. El versículo 36 dice, “Este pan da vida.” ¿Sabe que ese maná en el desierto no dio vida? ¿Qué le pasó esa generación entera? Murió. Dice usted, “Bueno, el maná realmente no tuvo mucho que ver con eso.” En cierta manera solo duraba un día y no hacía nada para usted espiritualmente, no, no dio vida, pero el que come el verdadero pan vive. Versículo 54, “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene – qué – vida.” Ahora, ese es un tipo de pan diferente, el maná no tenía poder para conquistar la muerte, la generación entera que lo comió murió.
Lo cuarto que Él les dijo para hacer a un lado su argumento es que el maná fue para Israel, el pan verdadero para el mundo, al final del versículo 33, da vida al mundo. El maná cayó en el campamento de Israel, el verdadero pan cae sobre el mundo. Entonces Cristo hace a un lado su pequeña analogía superficial y Él les dice, “Yo estoy hablando de pan verdadero que alimenta el alma.” Pero estaban tan ciegos a la realidad espiritual. Esta es la tragedia. Después en el versículo 34 le dijeron, “Señor, danos siempre este pan.” Y no estoy seguro de que ellos sabían qué estaban pidiendo, “Tú has estado diciendo que lo tienes, has estado diciendo que vienes de Dios para traerlo. Dánoslo.” Jesús les dijo, “Yo soy el pan de vida.” Una declaración fantástica, absolutamente fantástica.
Después Él dice esto, “Así es como lo tienen que obtener.” ¿Cual es la siguiente palabra? “El que a Mí viene nunca tendrá hambre. Y el que en Mí cree no tendrá sed jamás.” ¿Sabe usted lo que Jesús demanda para que un hombre tome ese pan? Que venga y qué, crea. Si usted tiene hambre, súbase a la mesa y crea. Ese es todo. No tiene que hacer nada más que eso, venga, crea, “Yo soy el pan de vida y la fe te lleva.” Tu corazón hambriento solo necesita un alimento y ese alimento es Jesús. Él me satisface, ¿lo satisface a usted? ¿Se acuerda del hijo pródigo? Él se fue de casa. ¿Por qué se fue de casa? Él quería vida, él realmente quería el menú del mundo, él se salió de eso, recogió su parte del dinero y se fue a disfrutar de él y comer de todos los beneficios del mundo. ¿Y sabe qué pasó? Él término comiendo algarrobas, alimento para cerdo. ¿Se acuerda? Él estaba ahí, comiendo ahí con los cerdos y él dijo, “Esto es ridículo.” Empezó a pensar. Él dijo, “Mi padre tiene mucho. Yo ya no voy a comer más de estas cosas para cerdos.” Se tragó su orgullo y salió camino a la casa de su padre, su padre salió corriendo para encontrárselo. Alguien dijo que el clima debió haber estado frío porque él cayó en su cuello y lo besó, pero de cualquier manera él salió corriendo para encontrarse con él, lo recibió en la casa, ¿y recuerda lo que pasó? Mataron al animal más gordo y le dieron un banquete. Él intercambio la comida de los cerdos del mundo por lo que estaba disponible en la casa del padre.
¿Sabe una cosa? Solo hay un lugar en el que usted jamás estará satisfecho, y ese es en la casa del Padre. Él tiene todo lo que usted jamás ha querido comer, usted no necesita nada de lo que ofrece el mundo. Le voy a decir una cosa, cuando los hombres encuentran que el hambre intensa de su corazón es satisfecha a ha sido cuando han comido en la casa del Padre, porque ahí y solo ahí usted puede encontrar el pan de vida.
¿Qué niño es este? Este es el pan de vida. Si usted come de él, usted nunca volverá a tener hambre. En segundo lugar, este es el agua viva, capítulo 7 versículo 37, “En el último día, ese gran día de la fiesta, Jesús se puso de pie y clamó diciendo: si alguno tiene sed venga a mí y beba.” Que declaración tan fantástica. Usted sabe, unos capítulos antes en Juan en el capítulo 4, Él se encontró con esa mujer ahí en el pozo y Él le dijo, “Esta agua que tú sigues tomando realmente no dura. Te vuelve a dar sed, ¿no es cierto?” Él dijo, “Yo tengo agua que me gustaría darte. Si tú bebes vez de esto – qué cosa – nunca volverás a tener sed. Esta es agua viva.” Y Él procedió a decir, “Yo soy el agua viva.” Y Él aquí repitió lo mismo pero quiero que lo vean en este contexto, y creo que es tan emocionante, observe la palabra clamó, en el griego es acroxen y significa que Él gritó con toda Su fuerza. Jesús literalmente gritó con toda Su fuerza, tan fuerte como Él pudo, “Si alguno tiene sed venga a mí y beba.” Simplemente lo gritó. Dice usted, “Bueno, ¿por qué está haciendo eso? ¿No es esto algo que está un poco fuera de contexto?” En el pozo lo entendemos, ¿verdad? Pero porque están hablando de agua y es un pozo. ¿Pero qué está haciendo aquí en el último día de la fiesta en el templo gritando eso? Bueno, Él tenía una muy buena razón, Jesús siempre es el maestro de todo momento. Él tomó todo momento y toda situación, la aprovechó para bien, esto es Dios de manera clásica, Él hace eso todo el tiempo.
Veamos lo que está pasando, Él dice a principios del versículo 37, y observe esto, “En el último y gran día de la fiesta.” Ahora, eso nos hice cuándo fue, el tiempo era la fiesta de los tabernáculos, recuerde usted que en la fiesta de los tabernáculos se conmemoraban los viajes de Israel ahí en el desierto. Ellos habían estado ahí durante 40 años en el desierto después de que habían salido de Egipto, antes de que entraran a la tierra prometida. Y habían vivido en tiendas durante esos 40 años y siempre tenían esta fiesta cada año para conmemorar esos viajes y para agradecerle a Dios por preservarlos, por alimentarlos, por proveerles agua y todo esto y por guiarlos con la nube con el fuego.
Entonces esta era la gran fiesta de los tabernáculos. Y tenía dos ceremonias primordiales, simplemente dos que estaban por encima de las demás, y vamos a ver ambas. La primera encaja aquí, los adoradores en primer lugar de acuerdo con Levítico, todo mundo sacaba el fruto de los buenos árboles o las ramas o de las palmeras o las plantas que estaban ahí por el arroyo y las sostenían sobre sus cabezas y formaban en cierta manera una especie de tienda o tabernáculo como conmemoración de esta fiesta. Y estaban desfilando con todo esto y marchaban a la ceremonia ahí en el templo cuando los fariseos los llamaban. Y esto lo hacían diariamente durante el festival, venían al templo y formaban esta especie de tienda.
Mientras que todo esto estaba siendo realizado el sacerdote aparecía con una jarra en su mano y la jarra o el contenedor, de acuerdo con la tradición judía, tenía que contener cierta cantidad de agua. El sacerdote entonces tomaba esa jarra o ese contenedor vacío, iba ahí al tanque de Siloam y sacaba agua hasta que se llenara el contenedor. Y después él con ese contenedor, con esa jarra y todas estas personas que lo seguían, regresaba ahí por las puertas de las aguas, entraba a Jerusalén y conforme él entraba toda persona iba recitando Isaías 12:3, el cual dice, “Con gozo sacarás agua de los pozos de salvación.” La palabra salvación es literalmente la palabra Jesús, entonces ellos vienen marchando y están diciendo gloriosamente, “Nos estamos regocijando por sacar agua de los fosos o de los pozos de salvación.” Entonces es una ceremonia muy hermosa.
Y finalmente llegan al templo todas estas masas de personas, miles de personas, y el sacerdote viene al altar y él derrama el agua. Y mientras que esto está siendo hecho, el coro de los levitas acompañado por flautas comienza a cantar el Jilel, el cual es los Salmos 103 al 118, alabando a Dios y ahí una ceremonia gloriosa, maravillosa que se está llevando a cabo. Y la ceremonia entera era para celebrar cómo Dios proveyó agua en el desierto, era una conmemoración.
Y al último día simplemente se llegaba a un clímax, la masa de personas había crecido y están ahí en el momento del último día del grande de la fiesta y creo que en el momento en el que el sacerdote caminó y comenzó a derramar el agua, Jesús ahí en medio de la multitud se puso de pie y gritó con toda fuerza estas palabras, “Si alguno tiene sed venga a mí y beba.” Como puede ver, Él era el maestro del momento, y puede imaginarse a la nación entera de Israel creando su sermón para Él y simplemente Él añadió la invitación.
¿Qué niño es este? El agua viva. Vivimos en un mundo sediento. ¿Sabía usted eso? Los hombres están en el desierto muriendo por encontrar algo que tomar. Jesús les ofreció agua, el agua que una vez es bebida nunca vuelve a dar sed. Entonces Jesús dirigió la atención de ese momento dramático a sí mismo. Y observe en el versículo 37 tres cosas, en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús se puso de pie y clamó a gran voz, y aquí está el Evangelio, “Si alguno tiene sed venga a mí y beba.” Tres palabras: sed, venga y beba. Eso es todo lo que Dios pide.
Número uno, es que usted este sediento, ¿tiene una necesidad en su vida? ¿Ha reconocido el lugar vacío? ¿Sabe que hay algo que le falta? ¿Tiene sed por la realidad? ¿Está buscando algo en un mundo que es un desierto? ¿Su garganta está espiritualmente seca? Dios dice, “Es bueno.” Usted tiene sed, usted necesita perdón, esperanza, amor, gozo, salvación, cielo, libertad de la culpabilidad, una conciencia limpia. Si usted tiene sed entonces venga.
Eso es lo segundo, venga, acérquese; como puede ver cuando dice eso lo que significa es que venga a Cristo, significa que con su voluntad y corazón lo que hace con sus pies si estuviera en el desierto y un hombre está ahí con un vaso de agua, ¿qué hace? Viene a él.
Lo tercero, beba; muchas personas vienen pero nunca beben, no les sirve de nada tener sed y tener agua en su mano; beba, beba, aprópiese. Un poeta lo dijo de esta manera, “Oí la voz de Jesús diciendo: he aquí, gratuitamente doy agua viva al sediento. Inclínate y bebe y vive. Ven a Jesús y bebí de ese arroyo que da vida. Y mi sed fue satisfecha, mi alma revivió y ahora vivo en Él.”
¿Qué niño es este? El agua viva. En tercer lugar, la luz del mundo, Juan 8. Vivimos en un mundo oscuro, todos lo sabemos. La injusticia, el anhelo por pecar, la comodidad intangible, la paz que todo mundo busca y nunca encuentra, la amargura de ver la faz de la muerte, la oscuridad impenetrable del futuro, el tono gris que confunde las verdades más grandes, es un mundo oscuro, moralmente está en tinieblas densas, en oscuridad densa.
Y en medio de este mundo hay luz, el cielo con el que la noche fue alumbrado con luz, esa luz real estaba en un pesebre, obsérvelo en el versículo 20 y véalo, y una pequeña nota para ayudarnos a entender en el versículo 20, estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo.
Deténgase ahí, eso presenta la escena; el templo era un lugar muy interesante, la vida entera de Israel giraba en torno al mismo. Habían varios patios, el patio exterior, el patio en el que los gentiles podían ir y un paso más adelante estaba el patio de las mujeres, el patio de las mujeres era un lugar en el que las mujeres podían ir obviamente, pero también era el lugar en donde se guardaban las ofrendas. Y a partir de ahí los hombres podían ir a hacer sacrificios, etcétera. Pero este es el segundo patio y es muy grande y ahí alrededor de los muros habían 13 contenedores en donde se depositaba la ofrenda, que tenían forma de trompeta, tenían una apertura en la parte de arriba y después se hacían estrechas y después una parte grande en la parte de abajo que contenía lo que se colocaba ahí adentro.
Y cada una de las 13 trompetas estaba apartado de manera específica para ciertos impuestos u ofrendas, por ejemplo estaba el impuesto de medio ciclo, que todo mundo tenía que pagar, que creo que era recibido por tres trompetas. Había una ofrenda que las mujeres tenían que dar después de dar a luz, que se llamaba la ofrenda por la purificación. Y habían otras cosas y cada uno de estos contenedores en forma de trompeta que recibían las ofrendas eran usadas para contener las ofrendas que eran entregadas.
Entonces era un lugar muy ocupado, había mucha gente pagando impuestos, proveyendo las ofrendas, con todo lo que sucedía ahí este lugar era llamado el patio de las mujeres, ahí en el templo. Ahora, fue ahí en ese lugar que Jesús habla. Ahora regrese al versículo 12 y esto es lo que dice, otra vez Jesús les habló diciendo, “Yo soy la luz del mundo.”
Ahora, dice usted, eso es interesante, ¿pero por qué está diciendo eso aquí? ¿No le gusta adaptarse? ¿Por qué no dice yo soy el verdadero tesoro? Eso habría sido bueno. Me gusta eso. Él pudo haber dicho eso en otra ocasión pero no lo dijo en esta ocasión. Él dijo, “Yo soy la luz del mundo.” ¿Por qué dijo eso? Bueno, Él ya lo había dicho antes en Juan capítulo 1, “La luz vino al mundo y los hombres amaban más las tinieblas.” Jesús dijo. Pero en Juan 1 dice que Él es la luz que alumbra a todo hombre, Jesús había dicho ser la luz, Juan lo dijo por Él en Primera de Juan 1:5 la Biblia dice que este es el mensaje que hemos oído de Él y les declaramos que Dios es luz y en Él no hay tinieblas. Y cuando Jesús dijo, “Yo soy la luz del mundo.” Él estaba diciendo ser Dios. El salmista del Antiguo Testamento dijo que Dios es luz. Y Jesús está diciendo, “Yo soy el que esperaba el salmista del Antiguo Testamento.” ¿Por qué esto? ¿Porque este Jesús? ¿Por qué dijiste esto? Bueno, estamos de regreso la fiesta de los tabernáculos, acaba de terminar, lo vimos ahí en el capítulo 7.
Y la segunda característica dominante de la fiesta de los tabernáculos era la ceremonia conocida como la iluminación del templo, este era un ritual que se llevaba a cabo por la tarde que conmemoraba la luz que guió a Israel. ¿Y se acuerda que tenía la columna de nube de día y de fuego de noche? El Pilar, la columna de nube que los guiaba y seguían la luz y ellos conmemoraban esto en esta ceremonia fantástica.
Simplemente días después, de hecho es posible que todavía hubiera permanecido los artículos que usaron, pero esos grandes artículos que fueron usados en la iluminación del templo y que todavía estaban de pie sugerían lo que Jesús estaba diciendo. Permítame mostrarle lo que quiero decir, en la parte en medio del patio de las mujeres, ese patio mismo donde Jesús estaba, colocaban un candelabro gigante y después toda noche durante la fiesta de los tabernáculos prendían velas que llenaban de manera absoluta el templo con luz, y claro que en la parte de arriba estaba tan abierto que la luz simplemente salía de la parte de arriba del templo y era como si un gran diamante había sido colocado en la ciudad de Jerusalén porque la luz simplemente salía por la parte de arriba y eso sucedía a cada noche y la ciudad estaba llena de mucha música y baile y celebración conforme estaban recordando cómo Dios los había dirigido mediante la gloria shequine en el desierto.
Y puedo visualizar claramente a Jesús estando de pie ahí en medio en ese lugar con el candelabro ahora extinguido, llegando ahí y diciendo, “Yo soy la luz del mundo. El que a mí me sigue no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida.” Ahora, cuando usted lo oye decir eso, eso significa algo, ¿no es cierto? Él dice, “Ustedes han estado celebrando una luz que lo guió por el desierto, ustedes realmente han estado emocionados por muchas velas que alumbran la ciudad de Jerusalén pero yo soy la luz del mundo.” Ahora, esa es la declaración más egoísta imaginable o es la declaración de un paciente mental o es verdad. Y Él dice, “El que a mí me sigue.” ¿Sabe usted que Jesús no es una luz que solo debe ser vista? Él es una luz que debe ser seguida.
Muchas personas lo ven, o todo cristiano recibe esa pequeña carta, o un pequeño Jesús muy bonito ahí en la pequeña carta, como puede ver, pero Jesús no es una luz que debe ser vista, es una luz que debe ser seguida. Si los hijos de Israel solo hubieran visto la gloria shequine nunca hubieran avanzado. “El que a mí me sigue no andará en tinieblas sino que tiene la luz de la vida. Yo soy vida espiritual, vida verdadera.” Entonces de una manera hermosa Jesús, otra vez cautiva la multitud con un uso asombroso del escenario.
Todo hombre que está tropezando en la oscuridad mental de la ignorancia, que tropieza en la oscuridad moral del pecado, que tropieza enfrentando la oscuridad inevitable del infierno tiene la promesa de Jesucristo que si él simplemente lo sigue tendrá luz para siempre. Sígalo. Es como soldado que sigue a su comandante, es como un discípulo que sigue a su maestro. Sígalo. “Sígueme y anda en la luz.”
Usted sabe que es algo maravilloso darse cuenta de que nosotros que conocemos a Jesucristo no vivimos en oscuridad, Pablo dice que somos hijos del día, las luces están prendidas, entiendo las cosas, sé para qué vine a este mundo, sé por qué estoy aquí y lo que debo hacer y a dónde voy, y puedo entender la verdad porque la Biblia dice, “Tu palabra es verdad.” Y Dios ha colocado dentro de mí al Espíritu de Dios para enseñarme la palabra, eso es luz. Si usted está viviendo en tinieblas, en oscuridad.
¿Qué niño es este? Esa estrella que fue mostrada en el cielo oriental, esta es la luz del mundo. Juan 10, “Yo soy el buen pastor.” Versículo 11, me encanta esto.
¿Qué niño es este? Escúchelo, “Yo soy el buen pastor.” ¿No le gusta eso? Eso es tan bueno, usted sabe, la idea de pan y la idea de agua y la idea de luz en cierta manera son ideas de venir a Cristo, simplemente salvación, creer en Cristo y venir a Cristo. Pero aquí está la idea de su cuidado de nosotros.
¿Sabe una cosa? Estoy emocionado porque mi fe en Cristo es personal, no tenemos que vivir como los que piensan, “Bueno, tenemos una religión y que hacer que esta religión funciona. Bueno, tenemos aquí 7 millones de ustedes, 4 millones por acá y vamos a organizarlo. Aquí está la legión religión.” No, no, no. Dios no está manipulando números, Dios está involucrado con individuos. Y me da gusto que Jesús es visto como un buen pastor, que no dice, “Yo soy el gran administrador.” No. “Yo soy el buen pastor.” Me gusta eso mucho más, ¿A usted no? No quiero un gran administrador, yo quiero un buen pastor. Esto está hablando de su cuidado.
Usted sabe, hemos glamorizado al pastor con hermosos campos y con ropa blanca muy agradable y con corderos muy contentos y todo esto en una tarjeta, usted sabe, realmente nos excedemos. Y creo que la escena entera de la Navidad en cierta manera está mal entendida, no creo que siempre entendemos que la vida de un pastor palestino no era fácil, era muy difícil, era extremadamente difícil, era raro encontrar un área donde pudieran pastar las ovejas, era un terreno escabroso, era un terreno en donde las ovejas se perdían fácilmente, se podían caer ahí en la orilla de la planicie que se encuentra en Israel, un pastor tenía mucho trabajo que hacer. Habían animales salvajes, había ladrones, no era fácil, no era glamoroso, no era algo agradable.
Pero hay varias cosas que aprendemos acerca de un pastor que las Escrituras enfatizan, que creo que nos ayudan a ver cómo Jesús era un buen pastor. Número uno, el pastor cuidaba de sus ovejas, él tenía que estar involucrado de manera muy personal para ser un buen pastor. ¿Y sabe usted que cada noche cuando las ovejas regresaban ahí el rebaño, el pastor se ponía de pie a la puerta? Y el Antiguo Testamento habla de que pasaban bajo su callado, habla de “tu vara y tu cayado me infunden aliento.” Y lo que eso quiere decir en el Salmo 23, cuando habla acerca de eso es que cuando las ovejas regresaban ahí al rebaño el pastor colocaba ahí su vara, ahí donde estaba la puerta, y él detenía a las ovejas y él no solo dejaba que pasaran una a la vez sino que también conforme él detenía ahí su vara y llegaban a alabar a las ovejas él revisaba cada oveja para ver si tenía alguna herida o estaba lastimada o se había cortado y quizás evaluar si necesitaba ser ungida con aceite o necesitaba algún tipo de venda, y después él levantaba su vara y dejaba que pasara una a la vez y detenía la siguiente, de tal manera que él se involucraba de manera personal en el cuidado de cada una de ellas. Eso es lo que el salmista quiso decir cuando dijo, “Tu vara y tu cayado me infunden aliento.”
El pastor llegó a querer a cada una de ellas y a cuidar de cada una de ellas y cuidar de lo que les dolía y cuidar de sus heridas. Entonces el pastor cuidaba de sus ovejas. Observe el versículo 7 del capítulo 10, es tan hermoso, después Jesús les dijo, “De cierto, de cierto o sea, digo, Yo soy la puerta de las ovejas.” Dice usted, bueno ¿cómo puedes ser tú el pastor y la presa puerta? Bueno, el pastor era la puerta, como puede ver, en todo rebaño había una puerta que contenía al rebaño, cuando las ovejas estaban allá afuera en el campo en la temporada de calor no regresaban a la villa en la noche o a un lugar de un rebaño grande, sino que entraban a un rebaño pequeño que había sido colocado ahí junto al monte. Era un pequeño anillo y tenía una apertura para una puerta y todas las ovejas entraban por ahí. Y después el pastor mismo se acostaba ahí enfrente de la puerta y se dormía, él era la puerta. ¿Sabe usted lo que es su amado? Eso es seguridad, una vez que usted está dentro del rebaño de Dios, Jesucristo de la puerta que lo mantiene a usted ahí.
Él se volvió la puerta misma, Él nunca encomendó la seguridad de las ovejas a nadie más que a sí mismo. Y todo creyente está seguro en base al cuidado de Jesucristo mismo. Y ahí en el capítulo 10 versículo 27, “Mis ovejas oyen mi voz y Yo las conozco y me siguen y Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás ni nadie las arrebatará de mi mano.” Estamos seguros en Él, Él cuida de nosotros, no solo cuida de las ovejas sino que el buen pastor guía las ovejas.
En una ocasión un tío me llevó al desierto para estar ahí con algunas ovejas en el desierto y aprendí algo de esto, que usted no está ahí empujando las sino que usted las guía. Y después trabajé en preparatoria en un rancho de cerdos ahí en el monte y teníamos miles ahí, era una manera en la que usted podía trabajar mientras que estaba en la preparatoria, ¿verdad? Pero lo hice, y es diferente con cerdos que con ovejas por muchas razones, una de ellas, no voy a entrar en todos los detalles, pero una de ellas es que usted no guía a los cerdos, usted lo que hace es que toma esta vara larga que tiene energía eléctrica y usted se coloca detrás de ellos a unos pocos kilómetros por hora y realmente comienza a darles una descarga y empiezan a caminar. Y tiene usted que moverlos desde atrás como puede ver. Lo mismo con el ganado.
Pero con las ovejas usted es el pastor, usted simplemente se coloca en el frente y ellas lo siguen a usted. ¿No es algo maravilloso darnos cuenta de que Jesús no nos está empujando por atrás por todos lados sino que donde quiera que vamos Él ya ha estado ahí? A donde quiera que vamos Él ya ha estado ahí porque lo estamos siguiendo. Es fabuloso. Él no nos está empujando a cosas y dándonos órdenes desde atrás, Él está adelante, Él ya abrió la brecha, Él dice siga.
La única vez en la que usted se mete en problemas es cuando usted se sale del camino que Él ya ha abierto, entonces ustedes se mete en problemas, ahí es cuando ustedes se mete en los arbustos y en los espinos y entonces suele. Y entonces el buen pastor guía a sus ovejas, cada paso que usted jamás toma en su vida, cristiano, Jesús ya ha estado ahí si usted lo está siguiendo, y las ovejas no siguen a un extraño, lo siguen a Él.
Lo tercero que veo en esto es que el pastor ama sus ovejas, observe el versículo 27, “Yo soy el buen pastor, mis ovejas oyen mi voz y Yo las conozco, “Usted puede sustituir la palabra amor por conocer, le he dicho muchas veces que la palabra conozco es usada de manera intercambiable con un amor profundo. Lo hemos visto en el Antiguo Testamento. “Conozco a Israel.” Dios dice. Lo cual significa los amo. Caín conoció a su esposa y ella dio a luz un hijo, lo cual significa la intimidad del amor, conocer y amor son lo mismo tantas veces en las Escrituras. Y aquí podemos sustituir la palabra conozco por la palabra amor, “Yo soy el buen pastor y amo a mis ovejas y son amadas por mí así como el Padre las ama, así Yo también amo al Padre.” ¿No es emocionante que somos parte de una relación de amor con la Trinidad?
El pastor, me da tanto gusto que me ama a nivel personal, no lo entiendo pero me ama. El buen pastor cuida de sus ovejas, guía a sus ovejas y ama a sus ovejas. Y el pastor en Palestina era igual, Él llegó a acercarse a aquellas ovejas de tal manera que si una se perdía pasaba toda la noche tratando de encontrar a esa oveja. Y usted sabe que cuando vive su vida ahí afuera solo, como un pastor, y los únicos amigos que tiene son ovejas, son importantes para usted.
Lo último acerca del buen pastor es que él muere por las ovejas, versículo 11, “Yo soy el buen pastor.” El buen pastor su vida de da por las ovejas. Dice usted, ¿un hombre haría eso? ¿Un hombre moriría por un grupo de ovejas? Está loco. Lo hacía. En Palestina el pastor era absolutamente responsable por las ovejas, él cuidaba de las ovejas que realmente eran propiedad de otro hombre en la mayoría de los casos. En Amós 3 versículo 2 encontré un versículo interesante que habla de un pastor que trató de tomar algunas piernas y la parte de un oído de la boca de un león para probar que las ovejas realmente habían sido comidas por un león, que él realmente no había matado a las ovejas o que él había sido descuidado.
De hecho la ley dice en Éxodo 22:13 que si el animal había sido despedazado tenía que ser traído como evidencia. Si algo le pasaba a las ovejas usted tenía que traer lo que había quedado para probar que no era su culpa, esto era para evitar que cualquiera que pretendía ser pastor se apoderara de un rebaño y se lo llevara con él o lo matara.
El doctor WM Thompson en un libro, la tierra del libro dice y cito, “He escuchado con mucho interés las descripciones vividas de las luchas desesperadas con bestias salvajes. Y cuando el ladrón vino, el pastor fiel con frecuencia se ha jugado la vida para defender al rebaño. He sabido de más de un caso en el que él literalmente tuvo que morir en el proceso.” Eso nos da una ilustración, un pobre hombre fiel en la primavera pasada entre Tiberias y Taber, en lugar de huir, de hecho peleó contra tres ladrones beduinos hasta que fue despedazado y murió entre las ovejas que él estaba defendiendo.
Hay algo significativo acerca de alguien que haría eso. Y Jesús era el pastor y usted sabe, Él dio su vida por sus ovejas, Él nació para morir. En términos prácticos, a nivel humano, cuando el pastor muere, las ovejas mueren, quedan indefensas. Pero ese no es el caso con Jesucristo porque Él fue el buen pastor, Él siguió con la resurrección y la vida, claro que Él murió durante tres días y las ovejas fueron dispersadas.
Zacarías dijo, “Matad al pastor y las ovejas serán esparcidas.” Y así fue, pero solo por tres días; tres días después Él salió de la tumba y Él recogió a su rebaño, Él es la resurrección y la vida, capítulo 11 versículo 25, Jesús llegó al hogar de María y Marta donde Lázaro había muerto. Jesús dijo ahí en el versículo 25, “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí aunque esté muerto vivirá. Y el que vive y cree en mí nunca morirá.” Él dice, “Yo soy la resurrección y la vida.” Y la muerte no podía retenerlo.
Ever Hardy dice en su pequeño libró Cuenta Regresiva, que los hombres realmente solo necesitan responder dos preguntas: número uno, ¿alguna vez alguien ha podido librar la muerte? Y Hardy dice, “He buscado por el mundo y he revisado o las tumbas de Mahoma y Buda y todavía están ocupadas. Y después revisé la de Jesús y está vacía. Y después estudié la evidencia y descubrí que Él resucitó de los muertos y yo dije, “Bien.” Esa es la pregunta número uno.
Pregunta número dos, ¿proveyó una manera en la que yo pueda librar la muerte? Y después leí sus palabras y esto es lo que Él dijo, “Porque yo vivo, vosotros también viviréis.” Y en Él es en quien he creído.
¿Qué niño es este? Ese niño que estuvo de pie ahí después de que Lázaro había muerto cuatro días antes y dijo, “Lázaro ven.” Y Lázaro salió. ¿Qué niño es este que fue la tumba y tres días después salió? Este es la resurrección y la vida. Dice usted, ¿cómo puedo tener esa vida que él provee? Simple, versículo 26 al final dice esto, “Cree esto. Obras no. Fe.” Y me encanta esto, ella le dijo, “Sí Señor, yo creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, quien ha de venir al mundo.” Eso es todo, eso es todo lo que él pide.
¿Qué niño es este? La resurrección y la vida. Juan 14:6, acabo de hacer referencia a esto, escuche, Jesús dijo, “Yo soy el camino y la verdad y la vida y nadie viene al Padre sino por – qué – por mí.
¿Qué niño es este? El camino, la verdad, la vida. Antes de que el hombre cayera en el huerto él tenía tres cosas; comunión con Dios, él caminaba y hablaba con Dios; el conocimiento de Dios, él conocía a Dios y solo a Dios; la vida de Dios, él tenía vida, después él cayó. Tres cosas pasaron. Se acabó, perdió la comunión con Dios, ¿qué fue lo primero que hizo? Se escondió, la comunión se acabó, la comunión se terminó. Lo segundo que él perdió fue conocimiento puro de Dios, ahora él sabía el bien y el mal y su mente estaba arruinada, él recibió lo que Pablo llama una mente reprobada. Lo tercero que él perdió fue vida, y el día que de él comieres ciertamente morirás.” Todo hombre nacido en el mundo desde ese entonces ha nacido sin comunión con Dios, sin el conocimiento puro de Dios y sin vida. Y Jesús entró en el mundo y dijo esto, “Yo soy el camino de regreso a la comunión con Dios. Soy el conocimiento acerca de Dios, la verdad y la vida de todo de Dios restaurada para el hombre.” Él es todo lo que el hombre perdió una caída. ¿Qué niño es este?
Oremos. Pensamos en las palabras del padre de Simeón quien cargando al bebé Jesús en el templo ahí en sus brazos viendo ese pequeño rostro y sabiendo que era el Mesías le dijo a María estas palabras, “Este niño ha sido puesto para el levantamiento y la caída de muchos.” Y Simeón lo dijo de manera correcta. Él sabía que Jesús era la encrucijada de la historia humana. Muchos se levantan o caen de acuerdo con lo que hacen con Jesucristo, pensamos en Pilato cuando se le acercaron los líderes que dijeron, “¿Dónde está el rey de los judíos?” Pero él dijo, “Yo soy el rey de los judíos.” Y Pilato dijo, “Lo que he escrito, he escrito.” Padre, este niño es el Rey y lo sabemos, y nosotros decimos, ¿qué niño es este? Como dijo el escritor de la canción, “Que descansa en los brazos de María, durmiendo, a quienes los ángeles lo guardan con dulces himnos mientras que los pastores están velando.” Este es Cristo el Rey a quien los pastores guardan y a quien los ángeles cantan. Apúrate, apúrate a traerle alabanza al bebé, al hijo de María. Oh padre, sabemos quién es Él; pan para los hambrientos, agua para los sedientos, luz para los que están en tinieblas, el buen pastor para las ovejas perdidas, resurrección y vida para los muertos, el camino, la verdad y la vida para aquellos que están separados de ti. Dios, pedimos que nadie se vaya de este lugar en esta mañana sin conocer a Cristo, para quien la Navidad es una burla. La vida de Jesús es desperdiciada a menos de que Él nazca en ellos. Dios, muévete en los corazones de aquellos que nunca han recibido a Cristo por fe. Háblale a ellos que están tratando de es ganarse la salvación por obras, muéstrales que solo es cuestión de venir y creer. Esto oramos en el nombre de Cristo. Amén.
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