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Quiero que veamos Juan 13, 14, 15 y 16 porque creo que esta es una sección muy importante de la Escritura. Hay muchas partes de la Escritura que son muy preciadas para el cristiano. algunas obviamente nos gustan más que otras, pero en mi propia vida y de mi propio punto de vista creo que esta es la porción más preciada de la Palabra de Dios de todas. Juan 13 al 16, es porque tiene muchos pactos, tiene mucha emoción, tiene mucha empatía, mucho amor, pero más que eso es porque es el legado de Jesucristo a sus hijos, sus discípulos, a sus seguidores, a aquellos de nosotros que lo conocemos y lo amamos.

Y como le mencioné a usted la última vez, el último testamento de Cristo a sus discípulos ciertamente debería ser de gran importancia para nosotros, cuando nos damos cuenta de que Jesucristo al dejar este mundo nos dejó un increíble legado, va a enriquecer nuestras vidas a tal grado que nos obliga a entender y apropiarnos de estas cosas que están en este pasaje. Usted tiene que decir que estas son las posesiones más atesoradas de los cristianos.

Ahora, recordará que en Juan 13, 14, 15 y 16, todo se lleva a cabo en una ocasión, en el Aposento Alto la noche antes de que Jesús fuera llevado cautivo como prisionero y crucificado. Esta es su última vez con sus discípulos, los primeros doce capítulos del evangelio de Juan tratan del ministerio de Jesús al área amplia de Israel. Los capítulos 13 al 16 de Juan tratan con el ministerio de Jesús a los discípulos, el capítulo 17 con su oración al Padre, el capítulo 18 en adelante con su muerte y resurrección.

Y entonces, el corazón de este ministerio particular de Cristo a sus discípulos, todo se desarrolla aquí en Juan 13 al 16 conforme lo vemos dándole promesas a los suyos, promesas que se extienden más allá de esos hombres a todos aquellos que jamás han nombrado el nombre de Cristo. Él les ha anunciado que va a morir y ese es un golpr para ellos, y tienen mucha tristeza. En el capítulo 16, y en el sexto versículo dice: “La tristeza ha llenado vuestros corazones por los que he dicho.”

Ahora, estos discípulos habían depositado toda su confianza en Él. Habían confiado en Él, y no me refiero únicamente en un sentido espiritual, me refiero en un sentido físico también, y en un sentido emocional, inclusive en un sentido económico, habían confiado en Él para todo en su existencia, y ahora Él les está anunciado que los está dejando. Pero Él rápidamente dice: Tengo un legado que les quiero dejar. Esto se vuelve la herencia de todo cristiano que vive, esto es lo que Jesús diseño para alentar a los corazones de sus discípulos, para fortalecerlos en el momento de gran tristeza y gran estrés, conforme lo veían siendo llevado prisionero y crucificado.

Ahora, mencioné la última vez cinco de las diez que quiero mencionarles que son el legado de Jesús a sus hijos. La primera cosa que Él nos dejó es la prueba de Su amor, y eso está en el capítulo 13, Él nos dejó la prueba de Su amor. Al final del versículo 1, en el 13 dice, Él amó a los suyos que estaban en el mundo hasta la perfección, Él los amó totalmente. Y querían que supiera que los amaba porque podrían sentir que debido a que se iba, de alguna manera Él era indiferente a su necesidad, que Él tendría que estar un poco despegado de ellos para dejarlos en una circunstancia tan difícil, sin recurso alguno.

Y entonces, Él quiere que sepan que esa no es toda la verdad, sino que de hecho Él los ama y Él los ama hasta la perfección. Y entonces, Él en Juan 13 lava sus pies como una señal de Su amor hacia ellos, como un símbolo de Su amor hacia ellos, Él se inclina para servirlos en el tipo de servicio más bajo que podía ser imaginado. Y Él dice, ahora eso es amor, y esa es la manera en la que quiero que se amen unos a otros, con ese tipo de servicio humilde.

Y entonces les dio esa prueba hermosa de amor, pero además en Juan 15, versículo 12 recordará que estudiamos los versículos 12 al 14 brevemente, únicamente señalando el 13, “Ninguno tiene mayor amor que este, que un hombre ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos.” Jesús aquí de nuevo está probando Su amor al decir, ahora el amor más grande que un hombre jamás puede tener hacia alguien, sería que sacrificara su vida por esa persona. Y Jesús dice esto, de tal manera que cuando lo haga ellos van a recordar que Él lo dijo, y vean que esto de hecho es un acto de amor.  

Y entonces mediante el lavado de los pies en Juan 13 y la afirmación que ningún amor podría tener alguien más que tener que morir por sus amigos, Jesús prueba Su amor. Él nos ama. La segunda cosa que Jesús dejó como un legado, no solo fue la prueba de amor, sino la esperanza del cielo, capítulo 14. Él dijo: “Me voy, pero voy a regresar por ustedes, y los voy a llevar a un lugar que estoy preparando ahora para ustedes. Entonces, dejen de dejar que su corazón esté turbado, si confían en Dios pueden confiar en mí.” Y ahí hay una afirmación de Su igualdad con Dios. Yo me voy para preparar su habitación en la casa de mi Padre. Y entonces les prometió la esperanza del cielo.

La tercera cosa que Él les prometió, que vimos la última vez, fue la garantía de poder, en Juan 14:11-12. Él dice: “Han visto mis obras, son prueba suficiente de quien soy, pero de cierto, de cierto os digo,” Juan 14:12, “el que cree en mí, las obras que yo hago él también hará. Y mayores que esta él hará porque yo voy a mi Padre.” Aquí está la promesa o la garantía de poder, que debido a que Él va al Padre, nosotros y los discípulos, primordialmente aquí en perspectiva, podrán hacer obras mayores de las que Él hizo, y explicamos lo que eso significa.

No significa que haremos obras que son mayores en poder, porque no podría haber un poder mayor que el poder de Dios. No haremos ninguna obra que sea mayor en tipo, porque usted no puede ser algo más grande en tipo que resucitar a los muertos y crear cosas, y eso es lo que Él hizo. Pero a lo que Él se refirió aquí fue que la extensión de su poder sería mayor en términos de su extensión de lo que jamás había sido durante Su ministerio.

Los milagros de la primera iglesia fueron llevados a un área más grande geográficamente de lo que jamás se hizo en la vida de Jesús. Y desde ese entonces, el milagro del poder transformador y el acto de salvación han sido llevado por todo el globo, y eso es lo que Él tenía en mente, que simplemente porque me voy no los voy a hacer impotentes, sino que más bien van a poder salirse de aquí y extender el poder de Dios a lugares que nunca han sido tocados de esa manera.

Entonces, la prueba del amor, la esperanza del cielo, la garantía del poder, y la cuarta cosa que vimos fue la certeza de la provisión, la certeza de la provisión, Juan 14:13. “Todo lo que pidieres en mi nombre eso haré.” El 14 dice lo mismo, “Si pedís algo en mi nombre lo haré.” Y aquí encontramos que Jesús está diciendo: “Miren, sé que les parece aterrador para ustedes que me vaya, y que no van a tener ningún recurso, pero quiero apresurarme a añadir que van a tener todo lo que necesiten, si simplemente lo piden.” 

Y como señalamos la última vez, la oración es el cordón umbilical que nos conecta con la fuente de poder, con la fuente de provisión en el cielo. Cristo nos ha prometido que todas las cosas son nuestras. Pablo hizo de eco cuando dijo: “Mi Dios, pues, suplirá,” ¿qué? “todas vuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria, en Cristo Jesús.” Una gran afirmación, conforme a sus riquezas, no a partir de, sino según. Él no nos da a partir de, esto es un pequeño pedazo de lo que Él tiene, Él nos da según, en una medida igual a la provisión que Él tiene para satisfacer la necesidad. Y entonces, la promesa del Señor Jesucristo, de que tendremos una certeza de provisión de que nunca tendremos necesidad de nada, sino que tendríamos provisión absoluta. Y eso es adquirido por nosotros al buscar al Padre en oración, para que cuando Él lo de, Él pueda ser glorificado por haber respondido.

Después, la quinta cosa que vimos la última vez, y en dónde nos detuvimos, que el Señor nos da no solo la prueba de amor, la esperanza del cielo, la garantía de poder, la certeza de provisión, sino, y probablemente ésta tiene que ser un clímax, por lo menos en esas primeras cinco, la promesa del Espíritu Santo. Él dice en el versículo 16 del capítulo 14, “Yo oraré al Padre y Él os dará otro paraklētos, ayudante, ayudante sobrenatural, que permanecerá con vosotros para siempre, el versículo 17 nos dice quién es, el Espíritu de verdad. Versículo 26, pero el Consolador, quien es el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre.

Y aquí de nuevo, usted tiene la misma idea indicando la venida del Espíritu Santo a morar dentro de nosotros por varias razones. Dijimos la última vez que el Espíritu Santo viene adentro de nosotros para capacitarnos, Hechos 1:8, “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre nosotros.” El Espíritu Santo viene para consolarnos, habla del consuelo del Espíritu Santo, el Espíritu Santo viene para garantizar nuestro legado, nuestra herencia. Se nos ha dado las arras del Espíritu, el Espíritu viene para sellar nuestra salvación. Hay muchas cosas que el Espíritu hace. El regalo del Espíritu Santo es dado a nosotros por Cristo, para equiparnos para el ministerio al que nos llama.

Entonces, como cristianos, somos ricos. Tenemos la prueba de amor, la esperanza del cielo, la garantía de poder, la certeza de provisión, y el regalo del Espíritu Santo. Ahora, quiero darle las últimas cinco. Y son muy, muy simples, y muy básicas, y podrían ser expandidas mucho más de lo que lo voy a hacer esta mañana, únicamente apenas voy a tocar la superficie de ellas. Número seis: nuestro Señor nos dejó la posesión de la verdad, la posesión de la verdad. Sabe una cosa, es un mundo frustrante en el que vivimos, para alguien que busca la verdad.

Siempre pienso en la respuesta cínica de Pilato, quién le dijo a Jesús, ¿qué es verdad? Él estaba en el punto en su vida en dónde él estaba tan cansado del esfuerzo por encontrarla, que se había vuelto cínico y simplemente como si dijera: Ah, no hay verdad. La Biblia habla del hecho de que los hombres buscan la verdad y nunca la encuentran, que no hay final para el escribir libros, pero se encuentra muy poco la verdad, que la filosofía del hombre es engaño vano. La lucha del hombre por descubrir la realidad y con eso me refiero a la realidad definitiva del destino, de la eternidad, del origen, la salvación, el propósito de ser parte de algún continuum eterno.

Todo ese tipo de verdad es lo que el hombre de manera tan desesperada busca, ese vacío abrumador en su corazón, que solo puede ser llenado por conocer la razón de ser. Sin embargo, Jesús nos dio eso. Observe Juan, capítulo 13, versículo 17, al darnos el Espíritu, dice, esto es el Espíritu de verdad. El Espíritu Santo es inseparable de la verdad. Y cuando Dios nos dio el Espíritu, ahora, subraye esto, cuando Dios nos dio al Espíritu, Él nos dio al Maestro de verdad residente. El Espíritu de Dios en la vida de un creyente es un Revelador subjetivo de la verdad. Esto es, me refiero a subjetivo en términos internos, porque el Espíritu de Dios nos guía al conocimiento de la verdad. Es una gran, gran realidad saber que el Señor Jesucristo nos ha concedido un Maestro de verdad residente.

Quiero llevarlo a 1 Juan por un minuto, capítulo 2. 1 Juan, capítulo 2, versículo 20. Y Él está comparando a los anticristos con los cristianos verdaderos aquí, mostrando la diferencia. Pero en el versículo 20, Él se concentra en una diferencia muy elemental. Y hay varias diferencias en los versículos 18-27 únicamente vamos a concentrarnos en esta. La primera diferencia es que los cristianos verdaderos, en contraste a los anticristos, los cristianos verdaderos tienen una unción del Santo, y conocéis todas las cosas. Tenemos una unción. La palabra en el griego literalmente significa, ungüento, tenemos un aceite, una unción. Y esa es del Santo, de Dios mismo, de Cristo. Y vosotros sabéis, como resultado de eso, ¿qué? todas las cosas.

Ahora, eso no significa todas las cosas en términos de todas las cosas en el universo, igual a Dios. 1 Corintios 13:9 dice: “Ahora conocemos en parte, algún día conoceremos como somos conocidos.” Entonces, no es la idea de que conocemos todo lo que se puede conocer, sino que conocemos todas las cosas que pertenecen, usando las palabras de Pedro, a la vida y a la piedad. Conocemos todas las cosas necesarias para entender la salvación, y la conducta consecuente. Conocemos todas las cosas necesarias para ser conocidas, porque tenemos un maestro residente de verdad. Subjetivamente él lleva a cabo la obra en nuestra conciencia, para llevar nuestra conciencia a la conformidad con la verdad de Dios.

Ahora, observe el versículo 21. “Os he escrito a vosotros porque conocéis la verdad.” ¿Lo ve? Y a la mitad Él dijo, no porque no conocéis la verdad, sino porque la conocéis.” “Os escribo, ahora observe esto, “Os escribo a vosotros estas cosas, porque conocéis la verdad.” Dice usted: “¿Qué es el punto de eso?” Usted tiene al Maestro de verdad subjetiva. Ahora observe, y ahora les estoy dando la revelación objetiva y la combinación de ambos los está equipando. Y es solo cuando usted tiene, escuche, es solo cuando usted tiene al maestro residente de verdad, que usted tiene la capacidad de entender esto, ¿verdad?

1 Corintios nos dice eso de manera tan clara, en el capítulo 2. “El hombre natural, no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios.” La única manera en la que podemos entender las cosas de Dios es tener al Espíritu de Dios. En 1 Corintios más adelante, en el 12 él dice: “Ningún hombre puede, ni siquiera decir Jesús es Señor, sino por el Espíritu de Dios.” Entonces, tenemos al Maestro residente de verdad, Juan dice, como consecuencia les escribo la revelación objetiva, y la van a entender y se ven a unir para darles la constitución de verdad que Dios quiere que tengan. La verdad como teología objetiva y la verdad como dirección personal en su vida por el Espíritu Santo aplicando la Palabra.

Ahora, vaya al versículo 27, y él explica aún más esto. En el versículo 27 él dice, “Pero la unción que vosotros recibisteis de Él, permanece,” ¿en dónde? “en vosotros.” Ahora, ¿Quién es la unción? Dijimos. ¿Quién es la unción? ¿Quién es el aceite? ¿el ungüento? El Espíritu Santo. El Espíritu Santo permanece en ustedes. Esto es hermoso. Observe todas estas cosas del Espíritu Santo: Él procede de Cristo; han recibido de Él; Él es interno en vosotros; Él permanece, presente continuo; Él es suficiente.

No necesitáis que ningún hombre os enseñe. Dice usted: “Bueno, entonces vete a casa MacArthur y déjanos solo.” No, no me voy a ir a casa, eso no me deja sin trabajo. Dice usted: “Bueno, dice aquí que no necesitamos que ningún hombre nos enseñe.” Sí, pero quiero interpretar eso, si me permite el privilegio. Y lo voy a hacer de cualquier manera. Lo que significa es que no dependemos de la enseñanza humana, no necesitamos oír enseñanza humana.

Ahora, eso no significa, oh, puedo sacar a mis hijos de la escuela, no necesitan aprender nada. Pero no, no significa eso. Se refiere a la enseñanza acerca de la salvación en todo este contexto. Enseñanza acerca de la piedad, enseñanza acerca de la verdad eterna en relación a Dios. Cuando hablamos de todo eso, no necesitamos que los hombres nos enseñen, somos enseñados por el Espíritu Santo.

Ahora, algunas veces el Espíritu Santo le enseña a usted a través de mí, pero todavía es el Espíritu Santo, ¿verdad? Usted no necesita estudiar enfoques humanos a la religión, y como le he dicho antes, la única vez en la que la religión humana está correcta es cuando se cruza con la Escritura. Y cuando hace eso, usted no necesita religión humana, porque usted tiene ya la Escritura. El resto del tiempo está equivocada, y ciertamente no lo necesitan.

Entonces, el punto es que la Palabra de Dios concedida a nosotros objetivamente, combinada con la unción de Dios quien es el Espíritu Santo residiendo en nosotros permanentemente y quien suple la aplicación de la verdad de tal manera que conocemos la verdad. Ahora, este es el legado de Jesús a nosotros. Simplemente piénselo, simplemente piénselo, cuando usted quiere conocer una respuesta a algo, usted puede venir a este libro. Está aquí, este es el tesoro del cual su vida es gobernada.

Ahora, regrese a Juan capítulo 14 por un minuto, y después vamos a ver un par de otras cosas, diremos algo más. Pero Juan 14, quiero añadir el versículo 26, versículo 26, y aquí llegamos a la parte objetiva de nuevo. “Pero el Consolador, quien es el Espíritu Santo, o el Espíritu de verdad, a quien el Padre enviará en mi nombre,” esto es coherente con mi persona, Él será igual a mí, “Él os enseñará todas las cosas. Y traerá todas las cosas a su memoria, todo lo que os he dicho.”

Ahora amados, quiero que sepan en primer lugar que ese versículo no tiene una aplicación primordial a todo cristiano, tiene una aplicación primaria a los escritores del Nuevo Testamento, a los predicadores apostólicos en la primera época de la iglesia. Y lo que es, es una promesa de inspiración verbal. Observe, Él está diciendo, ahora me voy, pero cuando el Espíritu venga, aquí viene el punto uno, Él les enseñará a ustedes todas las cosas que todavía no han aprendido, pero que deben conocer para tener el panorama completo de la salvación. Y Él también traerá todas las cosas pasadas que les he enseñado a su memoria.

Ahora, ahí tiene usted las dos facetas del Nuevo Testamento, usted tiene en la primera cosa, Él traerá todas las cosas a su memoria, el registro de los evangelios en Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Y cuándo ellos se sentaron a escribir esos evangelios tenían que recordar las cosas que Jesús dijo, ¿verdad? Porque esos cuatro evangelios registran la vida de Cristo. ¿Cómo es que ellos se iban a acordar? Oh, lo dice ahí, el Espíritu Santo, a quién el Padre enviará en mi nombre, Él les enseñará todas esas cosas y traerá esas cosas a su, ¿qué? a su memoria, todo lo que os he dicho.

Cuándo el Nuevo Testamento registra en los evangelios las palabras de Jesús, son entonces exactas, más vale que sean exactas, el Espíritu Santo lo está haciendo y Él nunca comete un error, y Él nunca miente, según 1 Juan 2, no hay mentira en Él, Él es el Espíritu de verdad, versículo 17 dice. Entonces, cuando el Espíritu de Dios traiga cosas a su memoria, serán exactas. Entonces, usted puede leer los evangelios, amado, y leer la vida de Cristo ahí, y tener confianza absoluta debido a la promesa de Jesús de que lo que usted está leyendo, de hecho, es su palabra misma. ¿No es eso una gran confianza? Cuándo yo voy a la Biblia no necesito especular acerca de que si es exacto o no. Si Jesús dijo, cuando venga ahí, será exacta, entonces yo lo creo. ¿Usted no?

Y entonces, Él dice: “Cuándo se acuerden, escribir los evangelios, recordarán con exactitud por el Espíritu.” Pero hay un punto adicional, también continuaré enseñándoles todas las cosas. Y eso comienza en el libro de los Hechos, y sigue hasta el fin de Apocalipsis. Hay más que hay por decir, y les ensenará eso mediante el Espíritu Santo. Entonces, usted tiene el libro de los Hechos, casi todas las cartas de Pablo, y las epístolas generales y después el libro de Apocalipsis. Y esta es una promesa de inspiración verbal, esta es una promesa de exactitud divina, esta es la promesa de que cuando yo tomo esta Escritura y comienzo a leerla puedo tener la confianza de que esto es exacto, porque Jesús me prometió que sería. Jesús me prometió que esto será registrado de la mente del Espíritu Santo, quien es llamado el Espíritu de, ¿qué? verdad. Esta es la verdad.

Entonces, encontramos la promesa doble. Van a recordar y van a aprender cosas nuevas. El apóstol Pablo en cierta manera da testimonio de eso en el tercer capítulo de Efesios en dónde dice, “Si han oído de la dispensación de la gracia de Dios que me ha sido dada hacia vosotros, en otras palabras, si han oído de mi ministerio, han oído, si han oído de lo que Dios me ha llamado a hacer, aquí está, como mediante revelación Él me da a conocer el misterio, ahora salte al versículo 5, el cual en otras épocas no fue dado a conocer a los hijos de los hombres, y ahora es revelado a sus apóstoles y profetas santos, observe, por el Espíritu. Pablo dice, estoy escribiendo todas estas cosas por el Espíritu. Todos los misterios que nunca fueron revelados me han sido dados por revelación de Dios, son del Espíritu Santo quien es llamado el Espíritu de verdad.

Entonces Pablo dice, pueden confiar en todo lo que escribo. Jesús dice, pueden confiar en todo lo que voy a traer a su memoria. Y cuando esos primeros hombres escribieron, y cuando esos primeros apóstoles predicaron, Dios los inspiró para hablar la verdad y recordar las palabras de Jesús con exactitud absoluta. Y cuando comenzaron a enseñar nueva verdad, el Espíritu de Dios les dio nueva revelación la cual entonces escribieron para constituir el Nuevo Testamento. Y todo esto nos dice que tenemos la verdad. No solo la verdad objetiva bíblica, sino al Maestro residente de verdad subjetivo. Y la combinación de esas dos cosas nos garantiza el conocimiento de la verdad.

Y me atrevería a decir, amados, que un hombre, una mujer tendría que ser un necio para no estudiar la verdad, ¿no es cierto? Es la verdad lo que nos bendice, es cuando obedecemos la verdad que Dios puede responder en bendición. Imagínese en algún punto como sería estar sin la Palabra de Dios. Cómo en la historia de Israel cuando olvidaron la Palabra de Dios, y simplemente se desintegraron. ¿Por qué? Porque no tenían guías, pienso en mi propia vida, nada pasa en mi vida que no piense mediante el filtro de la Escritura. Todo lo que me pasa pienso, bueno, ¿cómo se relaciona esto con la Escritura? ¿cuál es el patrón bíblico aquí? ¿cuál es el estándar bíblico aquí? ¿Qué dice la Escritura acerca de esto para que sepa como conducirme?

Nos reunimos como ancianos y tomamos muchas decisiones, y las cosas que nos preocupan en esas decisiones son cosas de la Escritura. ¿Qué es lo que Dios tiene que decir acerca de esto? ¿Cuál es Su palabra para nosotros acerca de esto? Es tremendo poder tener un recurso como este, poder acudir y decir, esto es lo que Dios quiere, y esto es lo que, si obedecemos nos va a llevar a la bendición. Cuando usted abre la Palabra de Dios, usted tiene esa verdad maravillosa que el mundo no conoce.

Ahora, observe el 16:12, y le voy a mostrar una de mis afirmaciones favoritas, breves. De todas las afirmaciones de Jesús, me encanta esta como cualquier otra, Juan 16:12, todavía está hablando de la misma idea. “Todavía tengo muchas cosas que deciros.” Deténgase ahí. simplemente me encanta eso. Eso es tan personal. Él no dice, ahora hay más decretos que vienen del trono. Él dice, tengo mucho que decirles. Eso es muy personal, ¿no es cierto? No sé qué piensa usted, pero cuando yo abro la Escritura, me involucro con una conversación con Jesús porque me doy cuenta que todo lo que es dicho en el Nuevo Testamento viene de Él.

Él simplemente está dejando que el Espíritu Santo sea el agente de transporte para llevarla a nosotros. El Espíritu Santo en cierta manera es un cartero sobrenatural, pero Jesús es el que escribió la carta. Dice usted: ¿De dónde sacas eso, John? Versículo 13, “No obstante, cuando Él el Espíritu de verdad venga, Él los guiará a toda la verdad, porque Él no hablará de Sí mismo, sino todo lo que Él oiga,” ¿de quién? “de mí.” Eso hablará, y les mostrará las cosas que vendrán. Él me glorificará a mí, porque recibirá de mi, y se lo mostrará a ustedes, ¿lo ve?

El Espíritu Santo toma la carta de Cristo a los suyos y la entrega, y este Nuevo Testamento es la Palabra de Dios, la Palabra del Hijo a través del Espíritu al creyente. Tengo muchas cosas que deciros, pero no las pueden sobrellevar ahora, entonces voy a tener que esperar un poco y el Espíritu Santo se las va a traer a ustedes después. Y estoy seguro que los discípulos se emocionaron cuando oyeron eso. ¿Puede imaginarse cuando emocionados estaban cuando el Espíritu de Dios vino sobre ellos y comenzaron a escribir, o cuando se pusieron de pie a predicar? Y Dios simplemente fluyó a través de ellos y hablaron realidad divina, verdad divina, en cumplimiento de eso.

Si usted puede mantener esa pequeña afirmación en mente, le va a ayudar en su estudio bíblico. Juan 16:12, “Todavía tengo muchas cosas que deciros,” la oración, siempre decimos, es hablarle al Señor. Leer la Biblia es el Señor hablándonos a nosotros. Yo voy a mi estudio diariamente a estudiar la Palabra de Dios, y siempre en mi mente está el deseo de que Dios se revele a Si mismo. Y entonces, siempre oro porque Dios me ayude conforme estudio, y de alguna manera haga que mis fragilidades y la confusión que puede haber en mi mente, en cualquier momento, no sea un impedimento, sino que supere eso. Y yo pienso, conforme entro a la Palabra de Dios, esto no es académico.

Esto no es algo grande que fue dejado caer del cielo. Esta no es como la ley de Sinaí, que fue grabada con un dedo en llamas en una piedra y después, usted sabe, entregada a los hombres con relámpagos y truenos. Esto es Jesús diciendo: “Oye, MacArthur, tengo unas cuantas cosas que decirte hoy.” Y mientras que yo pueda concebir esa intimidad personal, el estudio bíblico se vuelve para mí comunión, en lugar de algo académico. Jesús me está hablando y siempre me digo a mi mismo: “Señor, háblame.” ¿No dice usted eso? Háblame en Tu Palabra. Y eso es lo que realmente es. El Espíritu Santo nos hablará las palabras de Cristo, esa es una gran, gran promesa. Simplemente una gran promesa.

Si usted ve Juan 15:26, una nota adicional de esto. “Cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre,” esto es, “el Espíritu de verdad el cual procede del Padre, Él dará testimonio,” observe, “de mí.” Ahora, observe esto: “Y, vosotros también daréis testimonio porque habéis estado conmigo desde el principio.” Y ustedes son los hombres, Él les dice a Sus discípulos, que lo van a escribir todo. Ustedes son la clave. Va a venir a ustedes y ustedes lo van a escribir. Usted coloca estas referencias juntas, y lo que usted tiene es la promesa del Nuevo Testamento, ¿lo entiende? Jesús nos dejó el Nuevo Testamento.

Este es Su legado. Usted lo abre, y le habla a usted y está vivo. La Biblia dice por sí misma: “La Palabra de Dios es viva.” ¿Verdad? Hebreos 4:12. Está viva y penetra y divide, tiene la capacidad de dar vida, tiene la capacidad de transformar la vida, tiene la capacidad de sustentar la vida. Está viva. Entonces, vemos la Palabra de Dios como el legado vivo de Jesús, quien tiene algo que decirnos.

Bueno, vayamos al séptimo. Él nos dio la prueba de amor, la esperanza del cielo, la garantía de poder, la certeza de provisión, el regalo del Espíritu, la posesión de verdad divina. Número siete, el legado de paz. El legado de paz. Hombre, eso es algo que el mundo haría bien en encontrar. Versículo 27, del capítulo 14, en su conversación aquí Él también les prometió paz. “Paz os dejo,” me gusta esto, ¿la paz de quién? “mi paz os doy. No como el mundo la da, os la doy a vosotros, dejen de dejar que su corazón se turbe. Dejen de dejar que se atemorice.”

Un legado de paz. ¿De qué está hablando? Bueno, hay dos tipos de paz en la Escritura. Está la paz con Dios, de la que se habla en Romanos 5:1, “tenemos paz con Dios.” ¿Sabe usted lo que eso significa? ¿Sabe usted lo que la paz con Dios significa? Significa que la guerra se acabó, es como un trato. En Efesios Pablo dice, “éramos enemigos, y aislados de la vida de Dios y demás, y estábamos en guerra con Dios y recibimos a Jesucristo y estamos en paz con Dios.” De hecho, Pablo lo llama en Efesios el evangelio de la paz. ¿Cuáles son las buenas noticias de la paz? Que un hombre puede detener su rebelión y Él estará en paz con Dios; que Dios estará de nuestro lado, que Él será por nosotros. Y la Biblia dice: “Si Dios es por nosotros quién puede estar contra nosotros.” Él es Todopoderoso.

Y esa es la promesa, que cuando nos volvemos cristianos y colocamos nuestra fe en Cristo, Dios se vuelve de nuestro equipo. Y esa es la razón por la que en Efesios capítulo 6, versículo 15, Él dice: “Cuándo están peleando contra Satanás, que sus pies estén calzados con este conocimiento. Y ellos usaban botas que tenía clavos para que se aferraran al suelo muy bien cuándo pelearan. Y él está diciendo: La manera de mantener una postura firme es recordar que ustedes están en paz con Dios, y Él está en su equipo.” Y cuándo usted entra en una batalla con Satanás lo único que tiene que decir: “Dios, adelante.” Dios está en mi equipo, eso es fabuloso. Y si Dios es por mí, mucho cuidado todos, están en muchos problemas.

Ahora, ese es el punto, la paz con Dios significa, Dios está en mi equipo. ¡Qué confianza! Los indios quechua en Ecuador, tienen una palabra para la paz que significa sentarte en tu corazón. Eso simplemente significa estar en casa, en reposo y sentarte en tu corazón. Usted se mete en una guerra simplemente, siéntese, deje que Él la pelee. Pero esa no es realmente la paz de la que Él está hablando aquí. Simplemente incluye eso. Eso fue bueno, ¿verdad? Pero en el versículo 27, él tiene un tipo de paz diferente en mente. La paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da, dejen de dejar que su corazón se turbe. Esa no es la paz objetiva de la relación con Dios. Esa es la paz objetiva de tranquilidad de mente, pero ciertamente emana de la primera, ¿verdad? Esa es la razón por la que se la di. Es debido a que tengo a Dios de mi lado que estoy en paz. En primer lugar, estoy en paz con Dios, y debido a que estoy en paz con Dios estoy en paz conmigo mismo.

Cuando yo llego al punto en el que puedo a comenzar a preocuparme digo, ¿Por qué me estoy preocupando, Dios está en mi equipo? Y si Él está en mi equipo, ¿por qué me estoy preocupando? Observe, Filipenses 4, creo que quizás nos pueda ayudar para tener una idea de esto. Filipenses 4:7, “Y la paz de Dios,” observa la distinción. Cuándo usted tiene paz con Dios, usted recibe la paz de Dios. Esta es la tranquilidad subjetiva que viene con el hecho objetivo de su identificación como parte del equipo de Dios.

Después usted tiene paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Es como el tipo de paz que no tiene sentido, simplemente es ridículo tener esa cantidad de paz en la situación en la que está. Y que hace esta paz, guarda, y es un término militar que significa estar de pie, de guardia sobre su corazón y su mente. Evita que usted termine perdiendo los estribos y termine en una celda acolchonada. ¿Qué hace? La paz de Dios que viene cuando usted reconoce que está en paz con Dios. Cuando me doy cuenta que Dios está en mi equipo no tengo nada porque preocuparme. Y el reconocimiento verdadero de que Dios está de mi lado debería darme paz conmigo mismo para que pueda estar estable en mi corazón, y estar en reposo.

Y cuándo todo lo demás está explotando a mi alrededor, puedo ser el que está en paz y nadie lo va a entender. Lo que hace eso posible se remonta al versículo 5 de Filipenses 4, al final del versículo. El Señor está cerca. Eso no está hablando de la segunda venida, eso está hablando de la presencia del Señor. El Señor está aquí, ¿verdad? El Señor está cerca. Como consecuencia no os afanéis, ¿qué? por nada. Por nada estéis afanosos. ¿Por qué está preocupado? El Señor está aquí y Él está en su equipo. ¿Por qué está preocupado? Dice usted: “Tengo problemas.” Sí. Bueno, haga esto.

En oración, en súplica, con gratitud, dé a conocer sus peticiones, simplemente dígale, Señor tengo un problema. Deje que Él se encargue de eso. Él siempre está ahí, el Señor no está cerca, no se preocupe. Ore al respecto y el resultado será, versículo 7, “Y la paz de Dios guardará su mente.” Permítame decirle algo. No creo que la paz de Dios realmente va a guardar su mente. Reconozca, número uno que usted está en paz con Dios. Él siempre está ahí, y en lugar de preocuparse usted ora y se lo entrega a Él. Entonces, usted tendrá la paz de Dios.

Y entonces, la promesa maravillosa que Jesús dio fue, les voy a dar mi paz, la misma serenidad que no se turba, hermosa, que lo caracterizó a Él puede caracterizarlo a usted. Sin temor, paz. Sabe usted porqué Jesús tuvo una paz así, piénselo. Iba a la cruz, Él pudo haber sido una bola de nervios. Piense como habría estado usted. Pero él fue con serenidad absoluta. Paz absoluta. ¿Sabe por qué? Porque Él sabía que el Padre estaba cerca. ¿verdad? Él sabía que el Padre estaba cerca. Y usted tiene el mismo derecho conforme enfrenta cualquier prueba con paz, porque usted sabe que el Padre está a su lado.

Muy bien, 16:33 de Juan. Él añade un pensamiento adicional acerca de esto, regresando a la misma idea. Estas cosas os he hablado para que, en mí, y ese es el único lugar en dónde usted jamás va a encontrar paz, podréis tener paz. Que sea conocido para todo el tiempo, para todo el mundo, para cualquier persona que lo oye, que el único lugar en dónde jamás usted va a encontrar paz en Él. En el mundo tendréis aflicción, pero no se preocupen por eso, yo he vencido al mundo. No se preocupe por el mundo, usted va a tener problemas, está bien, ya lo vencí estoy en control, está en paz. Y realmente, conforme usted medite en quien es Dios, en el hecho de que Él está en su equipo, el resultado puede ser paz. 

Hay una octava cosa, simplemente rápidamente, que Él nos da en nuestro legado, y esa es la promesa del fruto. La promesa del fruto. Eso está en Juan 15, versículo 5. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos, el que permanece en mí,” creo que eso se está refiriendo a un cristiano, ahí, cualquier cristiano permanece en Cristo. Él que permanece en mí, y yo en Él, este produce mucho fruto. ¡Oh, eso es bueno! Hombre, sabe una cosa, Él dice nos caracterizamos por fruto. ¿Sabe usted que no existe un cristiano que no da fruto? Es correcto. Usted no puede ser un cristiano que no da fruto, porque todos los cristianos deben tener algún fruto. Algunos cristianos dan poco fruto, algunos cristianos son cristianos con fruto, y algunos cristianos son cristianos con mucho fruto, pero no existe algo tal como un cristiano sin fruto.

Ustedes saben, todos nosotros amados, hemos recibido la promesa por parte de Jesús de que daremos fruto. Dice usted: “¿qué es fruto? ¿buenas obras? ¿obras justas? ¿ganar a personas a Cristo?” Hemos cubierto eso antes, pero permítame tan solo darle un pensamiento general. El fruto es el producto de una vida que tiene una vida continua. El fruto es algo que vive más allá de mí, algo que yo reproduzco. ¿No es emocionante tener una parte del continuum eterno al producir fruto que va a estar ahí cuando usted ya no esté?

Observe el versículo 16 de Juan 15, esto es fabuloso. “No me habéis elegido a mí, sino que yo os he elegido a vosotros.” Estoy seguro de eso. “Y os he puesto,” ahora, esta no es una opción, ésta es una promesa, “para que vayáis y des fruto.” Ahora, lo ve, los cristianos van a tener fruto, y me encanta el que sigue. Oh, es emocionante. “Y que vuestro fruto,” ¿qué? “permanezca.” No es eso emocionante. Los cristianos, no nada más son una chispa, los cristianos no solo viven para comer, para eliminar, para comer, para eliminar, y mueren algún día, y se van a alguna caja, adiós y se acabó. Los cristianos son parte de un plan eterno, son parte de un producto que va a seguir por toda la eternidad, como olas en un lago eterno. Y usted y yo tenemos que se van a oír por los pasillos del cielo, por los siglos, de los siglos, de los siglos, de los siglos. ¿No es esa una súper promesa?

Sabe una cosa, cuando pienso en eso, en cierta manera sé que todo lo que pasa aquí en la tierra es insignificante. Tantas veces trabajamos, usted sabe, para acumular en este mundo, y morimos y todo, todavía está aquí. Gracias a Dios, porque Él nos prometió que va a haber algo que simplemente va a permanecer por toda la eternidad. Cada vez que guio a alguien a Jesucristo, simplemente pienso en las consecuencias eternas de eso.

Soy un cristiano hoy porque alguien fue un cristiano en mi familia hace años, y alguien llevó a mi abuelo a Cristo, y alguien llevó a mi padre a Cristo, y siguió, y siguió y siguió, y mis hijos y seguimos, y alguien ahí atrás cuando fue un cristiano y llevó a alguien más a Cristo, digo la generación de cristianos es fantástica. Y mis obras justas en esta vida, aunque sean pocas, van a afectar a alguien más, y alguien más. Y la vida de alguien más va a ser cambiada y la vida de alguien más va a ser cambiada, y esto va a seguir por siempre.

Recibí una carta esta semana de una señora y dice: “Simplemente quiero decirte una cosa, es muy, muy emocionante en nuestra familia. Le di una cinta tuya a mi hermano y escuchó esa cinta, e inclinó su cabeza y después solo invitó a Jesucristo a su vida. Y él regresó y me agradeció, y él está tan emocionado, y quiere más cintas, y solo quiero decirte gracias.” Bueno, sabe una cosa, eso me emociona. Sabe una cosa, quiero hacer más en este mundo que simplemente morir, y decir, se acabó. ¿Quién era? No quiero simplemente ser una marca en un cementerio, porque creo que la vida fue planeada para ser más que eso.

Y entonces Jesucristo dice: “De hecho lo es, vas a tener fruto que permanecerá.” ¡Que promesa! Ser parte de un plan eterno. ¿Quién querría algo menos que eso? No puedo imaginar a la gente que simplemente quiere estar rodando sus llantas y vivir como existencialistas en la actualidad, y explotar todo y morir, y despedirse y ese es el fin de todo. Cuándo al conocer a Jesucristo, su vida es invadida con un poder divino que le capacita a usted para producir fruto que permanecerá para siempre. Eso da significado a la vida.

Bueno, hay una novena cosa. Esta es la única negativa, pero usted tiene que tener eso porque tiene que mantenerlo realista. Y ese es el dolor de la persecución. Una cosa que podemos esperar es ser perseguidos, usted no puede ser este tipo de personas viviendo en este tipo de mundo, sin que haya alguna reacción. Juan 15:18. “Si el mundo os aborreciere, sabed que me aborreció antes de que me aborreciera a vosotros.” Jesús dice, no se impresionen, van a salir y van a estar ahí afuera con ese mensaje, y van a querer contarle a todo mundo y de pronto van a darse cuenta de que los odian. Pero, no se sorprenda demasiado, después de todo me aborrecieron. Y francamente no había nada en Él para odiarlo. Y hay algunas cosas en nosotros que simplemente no son tan lindas.

“Si fueras del mundo,” versículo 19, “el mundo amaría lo suyo,” pero, “porque no sois del mundo, sino que os he escogido del mundo, por tanto, el mundo os aborrece.” Ahora, lo que él quiere decir ahí es que el mundo es el sistema malo de Satanás. Y el minuto en el que usted fue salvo, usted fue sacado de ese sistema, ¿verdad? “Hemos vencido al mundo,” Juan 5 dice. ¿Y qué es lo que vence al mundo? ¿Qué? “nuestra fe.”

Entonces, somos sacados del mundo, estamos fuera del mundo, somos apartados del mundo, no somos del mundo entonces el mundo no nos acepta. Versículo 20, “Acordaos de la palabra que os dije, “el siervo no es mayor que su Señor, si me persiguieron a mí, también a vosotros os perseguirán. Si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.” Algunos creerán, la mayoría perseguirá. “Pero todas estas cosas os harán a vosotros por causa de mi nombre.” Realmente no los están buscando a ustedes, es que me odian a mí y me recienten porque no conocen al que me envió. Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa para su pecado. Lo que rechazan, como pueden ver, lo que rechaza el mundo es el mensaje del pecado, ¿no es cierto? La razón por la que rechazan a Cristo es porque Él viene y los desenmascara y no pueden esconder ya más su pecado.

Y entonces, nos odian, y lo odian a Él. Versículo 23, “El que me odia a mí, odia al Padre.” Odian a todos los involucrados. “Si no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro hombre hizo, no tendrían pecado.” ¿Lo ve? Ellos no habrían tenido esa revelación tremenda de pecado a menos de que hubieran visto a Cristo. Ahora, han visto y odiado a mí y a mi Padre, en el versículo 25, Él dice, “Me odiaron a mí sin causa.” Capítulo 16, versículo 1, Él dice: “Estas cosas os he hablado para que no tropecéis.” No les sorprenda, ni se ofendan cuando pase, los van a sacar de las sinagogas, hicieron eso, créame. Expulsaron a los cristianos de las sinagogas, encontramos eso inclusive en los libros de los Hechos. Sí, “el tiempo vendrá que aquel que os mataré pensará que da servicio a Dios.” ¿Sabe quién es ese? Esa es la profecía de un hombre en que puedo pensar: Pablo. Y hubieron otros.

“Y estas cosas os harán a vosotros, porque no han conocido al Padre, ni a mí. Prepárense, Él dice, tengo que prometerles esto también. No va a ser fácil, porque van a ser identificados conmigo, el mundo que me odia a mí los va a odiar a ustedes. Simplemente no podemos encajar en el sistema, el sistema nos rechaza. Ahora, eso no significa que usted va y se mete a un rincón y trata de traer sus cualidades experimentales, raras, para que estén al nivel de su posición.

Eso no significa que usted debe ser una persona rara porque usted en cierta manera quiere exaltarse en esa situación. Usted debe ser tan amoroso y gentil y considerado y amable y tan generoso como pueda ser en el medio del mundo, como Jesús lo fue. Y usted debe asegurarse de que si lo odian a usted no es que lo odian por su personalidad, sino que más bien por la verdad que usted habla. Todas estas cosas son nuestras, tenemos que esperarla. Me da gusto que Él nos dijo, “de esta”, ¿a usted no? Porque podía ser un poco sorprendente si no lo esperáramos.  

Hay una décima, y una última, y rápidamente se la voy a dar. La última cosa que nos dio fue la promesa de gozo, la promesa de gozo. Y tengo que mostrarle esto. Esto es tan bueno, Juan 15:11. “Estas cosas os he hablado para que mi gozo permanezca en vosotros.” ¿El gozo de quién? Mi gozo. “Y para que vuestro gozo sea cumplido.” Le he estado diciendo todo este legado, digo les he dado todas estas cosas para que estén gozosos. Amados, yo les diría a ustedes que la razón por la que coloco gozo al final es porque gozo es el resultado de todo lo que Él dijo. Cuando pienso en todo lo que Él me ha dejado no puedo evitar sino estar gozoso, y aunque tenga problemas en la vida todavía no puedo evitar el estar gozoso, porque sé que cuando se acabe el problema, las cosas grandes van a estar ahí.

Observe el 16:20, Juan 16:20. Esta es una de mis afirmaciones favoritas de nuestro Señor también. Él dice: “De cierto, de cierto os digo, lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se regocijará.” En otras palabras, va a parecer un poco incongruente para ustedes porque el mundo va a estar tan feliz y realmente disfrutando, y ustedes van a estar ahí en un rincón llorando. Y van a estar tristes, pero aguanten, su tristeza se convertirá en gozo. Me gusta esa, “vuestra tristeza se convertirá en gozo.”

Ahora, ¿qué quiso decir con eso? La gente dice: Bueno, significa que van a tener algunas circunstancias terribles, y algunas tristes, y después más adelante el Señor va a traer algunas felices y van a ser agradables, y después vas a tener más circunstancias malas, y después, eso no es lo que significa. No. Observe el versículo 21, la ilustración lo aclara, una mujer cuando está en dolores de parto, esto es en el momento del parto, tiene tristeza. Si, hay dolor ahí, y hay lágrimas y hay angustia y agonía y todo eso. Y claro, en ese período de tiempo no tenían las cosas agradables que en cierta manera pueden aliviar eso, como lo hacen en la actualidad.

Y entonces, la mujer estaba en dolor, pero, tan pronto como ella ha dado a luz al niño, ella ya no se acuerda más la angustia, por el gozo de que un hombre ha nacido en el mundo. Y yo tendría que añadir, que ni siquiera es la mitad de malo cuando una mujer ha nacido. Pero el punto del versículo es, que el mismo acontecimiento que causa el dolor, causa el gozo. Entiende usted eso, y esa es una verdad muy importante. Jesús está diciendo, en el parto hay angustia terrible, pero inmediatamente da lugar el gozo, y la angustia se olvida.

Y lo que nuestro Señor nos promete es esto, van a tener circunstancias dolorosas, pero esas son las circunstancias mismas a partir de las cuales vendrá el mayor gozo. Se acuerda usted de lo que aprendimos en 1 Corintios 10:13, la manera de salir de las pruebas es, ¿Qué?, pasarlas. Y la luz al final del túnel, es gozo. Él no está diciendo, oh, les voy a dar circunstancias diferentes, felices, en lugar de sus tristes. Él está diciendo, a partir de esas tristes vendrá el gozo, si tan solo lo creen y lo esperan.

¡Qué legado, amados! ¿Lo ven? La prueba de amor, la esperanza del cielo, poder, la provisión, el Espíritu Santo, la verdad, Su paz, fruto, persecución, gozo, todas esas cosas son nuestras. Y quiero resumirlo con este pensamiento, gran pensamiento. ¿Sabe usted porque todas estas cosas son nuestras? ¿Sabe usted por qué? Escuche esto. Porque Él es nuestro. ¿Quiero oír algo en cierta manera emocionante? Cuándo Él se fue, Él nunca realmente se fue en absoluto. Dice usted: “Bueno, ¿qué quieres decir con eso?”

Observe Juan 14:20 y vamos a cerrar con este pensamiento. Juan 14:20. Bueno, regreso al versículo 18, “No os dejaré sin consuelo,” ¿cuál es la siguiente frase? “Yo vendré a vosotros. Un poco más y el mundo ya no me verá más, pero vosotros me veréis.” Dice usted: ¿Qué quieres decir? En aquel día vosotros sabréis que yo soy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo, ¿qué? “en vosotros.” Yo me voy en forma física, pero voy a estar en ustedes en forma espiritual. Ese es el punto, en el versículo 23, Él dice lo mismo. “Vendremos,” al final del versículo, “a Él y haremos nuestra morada con Él.”  La razón por la que todo el legado de Cristo es mío, es porque Cristo es mío. Él se fue físicamente, pero Él nunca se fue. Y Él mora en todo creyente con Su propia presencia maravillosa. Esto es de usted, si cree. Espero que usted crea. Oremos.

Gracias Padre por nuestro tiempo ésta mañana, gracias por tú verdad, como habla, como penetra nuestro corazón, cómo extrae de nosotros gratitud. Oro Señor porque tú nos enseñes en términos de cosas practicas aplicar lo que hemos aprendido, y que también te alabemos por los regalos que nos has dado con tanta libertad. Para aquellos de nosotros que nunca hicimos nada para ganárnoslo, todo por gracia. Simplemente va más allá de las palabras expresar nuestra gratitud. Yo oro por alguna persona que esté aquí que nunca ha estirado su mano para recibir el legado de Jesús por la fe, que tú Espíritu se mueva en su corazón y que hagan eso inclusive el día de hoy. Oro en el nombre de Cristo. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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