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Lo invito ahora para nuestro estudio bíblico a acompañarme al cuarto capítulo de Efesios, conforme continuamos en nuestro estudio de esta Epístola tremenda, escrita por el Apóstol Pablo bajo la inspiración del Espíritu Santo. Nosotros en Grace Church estamos totalmente comprometidos con la autoridad, e infalibilidad e inerrancia absolutas de la Palabra de Dios. Y entonces sin disculpas, nos ocupamos toda semana en enseñarla versículo a versículo y esto es lo que hemos hecho durante los 10 años y un poco más que he estado aquí. Y mientras que Dios me de aliento esto es con lo que estamos comprometidos con continuar haciendo, y es enseñarle la Palabra de Dios.

Y en nuestro estudio actual del libro de Efesios, nos encontramos en el cuarto capítulo. Los primeros tres versículos, realmente los primeros seis versículos son una unidad, y podemos titular está unida entera, el andar bajo de nuestra posición alta. Los primeros tres capítulos de Efesios tratan con nuestra posición y ahora los últimos tres con nuestro andar. Y Pablo presenta eso en la apertura de este capítulo. Ahora, me doy cuenta de que esta es la segunda vez que he estudiado Efesios, la primera vez fue nueve años atrás, y algunos cambios se han hecho, me está tomando más tiempo avanzar de lo que avance en ese entonces. Esto es en parte porque se mas ahora de lo que sabía antes.

Pero, hay otro pensamiento también. Siempre me interesa la respuesta que obtengo a mis mensajes. Algunas veces me gusta salir de aquí antes de que pueda ver alguna respuesta, porque tengo una idea de lo que será. Pero en cierta manera tengo un oído abierto, pero es muy interesante que conforme hago esto normalmente recibo respuestas opuestas a todo. Algunas personas me dicen eso realmente fue maravilloso, y valoro el mensaje y me ministró. Tan pronto como caminan junto a otras personas se acercan y dicen, ¿te sentiste mal hoy? Me dicen, no parecías ser tú, como que algo faltó. Entonces como puede darse cuenta, usted realmente no sabe lo que está pasando y tiende a cancelarse en si la respuesta.

Pero me pareció interesante en las últimas dos semanas, me doy cuenta de que no he estado avanzando muy rápido. De hecho, hemos estado los primeros dos versículos aquí durante semanas y eso es sorprendente, pero me es interesante ver la respuesta. La semana pasada tenía la intención de predicar el mensaje que voy a predicar esta mañana, si termino con la introducción. Pero no acabe simplemente me desvié y en cierta manera compartí mi corazón y he hecho eso ahora tres o cuatro veces desde que estuve fuera en Brasil e inclusive antes de eso, Dios estaba haciendo algunas cosas en mi propio corazón y ha sido interesante porque algunas personas me escriben y recibí una carta maravillosa. Tome una inclusive, en mi pequeño buzón esta mañana decía, ‘muchas gracias por detenerte en medio de esto para compartir las cosas que están en tu corazón y hacerlo practico. Dios realmente me ha ministrado’. Recibí dos o tres cartas esta mañana. Dios está cambiando mi vida. El sermón de la semana pasada lo necesitaba, fue el correcto para mí y demás.

Y después recibí otra carta y donde alguien dice, ‘creo que te tengo decir que me gustaría que fueras como solías ser ¿podrías por favor regresar a predicar como solías predicar?’  Y entonces usted simplemente tiene sentimientos ambivalentes. Pero pensé debería detenerme y en cierta manera explicarle algo. Predicar para mí no es una actuación, no es simplemente cuestión de formular un sermón y ponerme aquí de pie y darlo. Y a usted le debería dar gusto que no es así, porque cuando el hombre esta distante del mensaje, se pierde algo ahí. La predicación para mí no es algo que yo simplemente coloco en una lata y simplemente me levanto y abro la lata, ¿me entiende? Abro la parte de arriba y se los descargo.

La predicación para mi es compartir la obra de Dios en mi corazón. Y si me atoro en cierto punto, estoy atorado ahí, porque Dios me ha atorado ahí. Si me oigo como un disco rayado, yo soy el disco rayado. Y Dios me ha atorado, me ha colocado en cierto lugar hasta que aprenda lo que necesito aprender, para que pueda ser el hombre que debo ser para ustedes. Y eso es mucho mejor que darles a usted un mensaje enlatado.

Entonces en un sentido estoy dispuesto a permitirle a Dios, que me detenga en donde estoy y que me dé cosas que decir que no planeo decir, porque quizás esas son las cosas que Él sabe que yo necesito y que todavía no soy lo que debo ser, para que sea todo lo que necesito ser para ustedes.

Me doy cuenta de que mi responsabilidad hacia ustedes no es aparecerme aquí el Domingo por la mañana y darle una actuación. Mi responsabilidad para con ustedes es ser un pastor de las ovejas, guiarlos en la Palabra de Dios, pero más que eso, poner un ejemplo, reestablecer un patrón para ustedes, hasta que yo aprenda algunas de estas cosas profundamente en mi vida. Hasta que llegue a conformarme a algunas de estas cosas no puedo hacerlo como debiera hacerlo. Entonces si soy una grabación que repite y repite, entonces usted tiene que permitirle a Dios que me repare, y si se queda en el mismo lugar por un rato, mientras que Dios está operando en mi vida y yo soy como usted. Usted sabe gracias a Dios, o me va a tener que perdonar. Gracias a Dios, porque todavía no ha terminado conmigo. Todavía hay cosas en mi vida, no creo que ninguno de ustedes por un momento cree que ya acabé, que Dios me ha hecho y ya estoy listo y todo está bien y que soy un producto terminado. Estoy en el proceso de convertirme, así como usted. Y estoy aprendiendo, como usted aprende y aprendo en partes grandes cada semana.

Pero en medio de todos esos sermones que planeo y esa Homilética maravillosa y esas grandes ilustraciones que se me ocurren, Dios puede tener un mensaje para mi ahí. Y me atoro en eso, me quedo ahí, pero esa es la manera en la que Dios opera en mi corazón. Y le voy a decir una cosa, una cosa que no puedo hacer, no puedo nada más regresar a un libro que he estudiado y decir las mismas cosas de nuevo porque no hay desafío para mí, no hay desafío en absoluto para mí en eso.

El desafío para mi viene en las realidades que no he descubierto viene en las aplicaciones que nunca antes vi, viene en las dimensiones que Dios no me había enseñado antes, y entonces esas son las cosas que busco.

¿Y sabe una cosa? Entre más envejece usted, sus libros se vuelven más largos cuando usted escribe porque hay más ahí. ¿Sabe una cosa? Si usted lee un libro acerca de Dios escrito por una persona de 22 años de edad, es así de grande. Si usted lee un libro acerca de Dios escrito por un hombre de 95 años de edad que ha caminado con El, va a ser así de grueso. Hay tanto ahí, y entre más profundiza usted en la verdad de Dios, y más conoce usted de Dios más realidad hay ahí.

Y por cierto entre más usted vive como cristiano, más los términos de la Biblia se expanden para usted. Entonces hubo un tiempo cuando yo podía hablar por 10 minutos de la palabra mansedumbre y cubrir lo que yo sabía de eso y más. Pero ahora, tengo suerte si en 45 minutos en esta mañana le puedo decir un quinto de lo que está en mi acerca de la mansedumbre. La mansedumbre es un dios, pero la mansedumbre es una realidad, una realidad dada por Dios que usted debe entender, es más importante de que usted aprenda la importancia de la verdad, que exista lo homilético. ¿Entiende lo que estoy diciendo? No estoy tratando de justificar lo que estoy diciendo, únicamente estoy tratando de decirle que está siendo hecho. Confío en el buen tiempo de Dios que conforme el me mantiene desafiado en el descubrimiento de cosas en Su Palabra, y conforme Él me refina en los lugares que necesito ser refinado, usted notará que avanzo realmente en algunas cosas, quizás esas cosas que ya he aprendido y van bien en mi vida. Me atoro, me detengo en cosas donde necesito detenerme y quizás es verdad que todos necesitamos detenernos ahí juntos.

Entonces, detengamos en Efesios 4:1-3 de nuevo en esta mañana.

Pablo comienza, “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.”

Este gran texto del andar digno realmente merece nuestro estudio fiel, diligente. Porque revela una verdad básica que necesitamos considerar. Aquí está, la vida cristiana no es cuestión de lo que usted hace primero, es cuestión de quién es usted. Ese es el corazón de todo.

Y usted notara aquí que Pablo dice, andéis digno. Y andéis, como hemos estado diciendo es la idea de conducta diaria, es la idea de vida diaria, es la idea de vida cotidiana, lo que usted hace, como vive usted.

Pero, lo que me parece más interesante es que cuando él dice, andéis digno, aquí esta como él nunca explica una acción, él nunca explica un obrar, y él nunca explica una obra, lo único que él explica es una actitud. Porque el andar digno, no es tanto cuestión de lo que usted hace, como lo es cuestión de lo que usted es.

Hay bastantes personas que pueden hacer las obras y no ser la persona. Esa es la hipocresía de la que la Biblia habla.

Es posible tener, lo que yo llamo, fruto de acción. El fruto de acción, el fruto de labios, ‘alabanza’ en hebreo, el fruto de abnegación, dar, Filipenses 4, el fruto de Romanos 1, ganar alguien a Cristo. El fruto de Colosenses, todas las buenas obras.

Es posible tener el fruto de acción sin el fruto de actitud. ¿Sabe usted cual es el fruto de actitud? El fruto del Espíritu, es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, ese es fruto de actitud.

Ahora observe, si usted tiene fruto de acción sin fruto de actitud, eso es legalismo. Si usted tiene el fruto de actitud en primer lugar, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, que produce el fruto de acción, eso es espiritualidad verdadera.

Y entonces cuando Dios habla del andar digno, no comienza con la acción, eso va a venir después en el capítulo. Comienza con la actitud ¿entiende usted eso? 

Nuestra vida cristiana opera de esta manera, comienza con el Espíritu Santo, el opera a través de la actitud, y la actitud produce la acción. 

¿Entonces qué sucede? Andar digno, ¿Qué significa eso Pablo? Significa humildad, mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

Todas esas son actitudes, todas esas son gracias internas.

¿Sabe una cosa? Para muchos cristianos no entienden esto. Para muchos cristianos realmente andar el andar cristiano, realmente vivir la vida cristiana significa ir a la iglesia, o colocar dinero en la ofrenda, o ser dueños e inclusive ocasionalmente leer una Biblia, o no decir malas palabras, o no emborracharse o no cometer un crimen o lo que sea.

Y hay muchas personas que ven esa definición externa, de conducta de prescripción como el hecho del cristianismo cuando eso simplemente es una manifestación de ello.

El asunto bíblico no es lo que hacemos fuera de lo que somos. Es lo que somos que resulta en lo que hacemos, y eso es lo que Dios está buscando.

Entonces Pablo dice, anden digno, y él está hablando entonces inmediatamente después de eso, de las actitudes que hacen eso posible.

Ahora para darle el bosquejo, con el que comenzamos aquí, el primer versículo lo llamamos el llamado al andar digno en el versículo 1. Pablo simplemente da una exhortación basada en los primeros tres capítulos llamándonos a andar como es digno. Después en los versículos 2 y 3 tenemos las características del andar digno, si debemos andar como es digno, ¿cuáles son las características? ¿cómo se manifiesta así mismo? Y aquí el da cinco actitudes internas.

Después el cierra, con los versículos 4-6 esta sección de apertura, con la causa del andar digno.

El llamado, las características, y la causa del andar digno.

Ahora, ¿qué hemos descubierto? Hemos visto el llamado al andar digno, y hemos visto su urgencia que está basada en quienes somos. Pues, en el versículo 1, después vimos las características del andar digno, versículos 2 y 3 y le dije que hay cinco gracias internas que manifestaran un andar digno, una vida digna.

Cinco cosas que nos llevan a andar dignamente.

La primera le explicamos en nuestras últimas dos sesiones, y fue todo humildad, versículo 2. Toda humildad. Y dijimos que significa humildad total. El andar digno comienza con humildad total. Dijimos que la humildad total es la ausencia de egoísmo. La ausencia de, la ausencia de egoísmo, es el meollo de la vida cristiana.

Es el meollo del andar digno.

Y le dije la semana pasada, ¿se acuerda? Acerca de todas las maneras en la que Satanás nos tienta a ser soberbios, y como debemos resistir en todas esas áreas.

¿Y sabe una cosa? ¿Se acuerda cuando estaba hablando de la soberbia espiritual y dije que usted puede venir a Grace Church y tenía una Biblia y un pequeño cuaderno rojo y así podía usted actuar al cristiano espiritual?  Bueno, quiero que sepa que no quiero que malentienda eso. Temí que corrieran ahí a la librería a comprar Biblias y cuadernos cafés para que nadie pudiera ser acusado de ser un hipócrita.

Ese no fue el punto. No estoy acusando a la gente de ser hipócrita por hacer eso. Estoy diciendo que es fácil que alguien desfile un poco, si hay ciertas maneras en las que él puede mostrar una apariencia.

 Por cierto, tengo que compartir esta carta con usted. Alguien aparentemente respondiendo a esa afirmación misma, no sé si lo dije en ambos servicios, pero hice la afirmación que, si usted pretendía ser espiritual, y si usted tenía la biblia correcta y el cuaderno correcto y se veía como si realmente estaba involucrado y podía ser que era puramente externo y eso es verdad. Y no estoy diciendo que cuando usted lo hace eso es externo.

Estoy diciendo que es posible que podría ser.

Entonces alguien me escribió una carta y esto es lo que dice, ‘Querido John, la Biblia que tengo frente a mi es un regalo hermoso de mi hija. Menos de tres años atrás, apenas antes de que entendiera y entregara profundamente mi vida a nuestro Señor Jesucristo. La portada ha sido hecha a mano en piel, hay un toque personal de amor en este regalo que me es muy especial.  Adentro, metidos en las páginas que se están cayendo, hay pensamientos personales y preciados escritos que el Señor y yo hemos compartido juntos.

Algunas páginas y libros son marcados de tal manera con notas tiernas y una conciencia sorprendente, vistos por primera vez, que la palabra misma es difícil de ver. Y escrita en la parte de adentro hay nombres y fechas de varios parientes que ahora tienen vida nueva en Cristo Jesús.

Hay manchas de lágrimas que arrugan las páginas de las Escrituras en donde Él ha exhibido de manera gentil, otra vez, otro pecado más mío. En donde su amor increíble ha restaurado mi vida otra vez.  

Mi Biblia es la versión que mencionabas. Ahora que la veo, es el tamaño más grande. Algunas veces es rara por el tamaño, es pesada, y hace que mi vestido se arrugue, pero nunca parece importar. Refleja a mi amigo más querido.

Oh si John, también tiene índices, ¿de que otra manera podría seguirte? Todo acerca de la Biblia es nuevo para mí, me es importante que te acompañe a toda referencia en las Escrituras.

Si lo que estas ensenando es lo que Dios ha dicho, no importa tanto que yo lo entienda todo en ese momento, el hecho importante es que fortalece mi fe en Dios y en ti como mi maestro. Entre estos tesoros, también hay un pequeño cuaderno rojo de Grace. Contienen notas que reflejan mi memoria conforme vuelvo a leer las Escrituras, estas notas representan horas y horas de tu dedicación a nuestro Señor Dios mismo, Su iglesia, la familia de Grace. Hay expresiones de preocupación profunda por toda la gente. Esta evidente siempre el amor que tienes por tu esposa y tus hijos, tu estudio cuidadoso nos lleva a aquellos de nosotros que todavía somos bebes, a lo largo de un camino derecho de entendimiento de Su Palabra.

¿Debo ser identificada por soberbia espiritual, porque cargo esto para aprender? vengo como una pequeña niña delante de Dios, delante de ti.

Entusiasta, lista para ser instruida. Esto podría convertirse en una piedra de tropiezo para mí, arriesgando la impresión que estos implementos de aprendizaje podrían verse como soberbia espiritual. ¿Oh simplemente me considerarán una cristiana nueva, que todavía no ha sido fundamentalmente arraigada o lo suficientemente establecida, como para venir a la iglesia sin necesitar muletas como estas?

Gracias por la enseñanza clara John. Todavía estoy aprendiendo de ti, de mi biblia grande con índices, teniendo la confianza de que mi Señor conoce mi corazón, y que estoy buscando primero su reino.

Y no está firmada. ¿Sabe una cosa? Eso es simplemente la realidad que hace que la hipocresía sea tan mala. ¿No es cierto? esa es la realidad.

Y no estoy cuestionando esa realidad en absoluto, le doy a gracias a Dios por el tipo de humildad que nos hace someternos verdaderamente a la autoridad y al poder de la Palabra de Dios, y le doy gracias a Dios por esa carta.

Sea quien sea que la escribió, y estoy seguro mil veces que puede ser reduplicada por aquellos de ustedes que se humillan y vienen humildemente a buscar a Dios en Su Palabra, y que toman notas para que puedan aprender y recordar las cosas que Dios esta enseñando.

Y ciertamente los felicito por ello. Que Dios los bendiga a cada uno de ustedes que tienen su cuaderno rojo y su Biblia grande.

Entonces hablamos de humildad, vayamos a la segunda palabra aquí en el versículo 2.

‘Con toda humildad y mansedumbre’. La humildad produce mansedumbre.

Estas cinco virtudes son progresivas, una produce la otra, y usted no puede tener mansedumbre sin humildad. No hay una combinación tal como la soberbia y la mansedumbre.

La mansedumbre no se lleva con la soberbia, son mutualmente exclusivas. La mansedumbre es un resultado de la humildad, en donde hay humildad habrá inevitablemente mansedumbre.  Donde hay mansedumbre habrá paciencia, adonde hay paciencia habrá una paciencia que ejercen unos a otros en amor. Y donde esas ocurren habrá una solicitud en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

Esto es algo progresivo, esto es un movimiento hacia la meta. Vemos entonces que él nos llama a la mansedumbre. Si vamos a andar como es digno, como los hijos exaltados del Rey, si vamos a andar como es digno como hijos de Dios, como herederos del Reino, como herederos de toda bendición espiritual en los lugares celestiales para siempre, debemos hacer eso en mansedumbre.

Ahora, ¿qué es mansedumbre? Es interesante como el mundo la define porque el mundo no la entiende. El diccionario dice, ‘la mansedumbre es una deficiencia en valentía, una deficiencia de espíritu.’ Y como puede ver, hablando humanamente la mansedumbre se manifiesta así. Ahora si usted ve Gálatas 5, usted ve que la mansedumbre es un fruto del Espíritu. Cuando la mansedumbre verdadera es producida por el Espíritu de Dios, es una virtud de valor, es una virtud critica. Pero la actitud de mansedumbre humana, fuera de la energía del Espíritu Santo es vista por el mundo como cobardía, o timidez, o ausencia de fortaleza, pero ese no es el término bíblico.

Hablemos de lo que significa. Si voy a ser manso, escuchen Amados, ustedes ni siquiera pueden andar el andar digno sin humildad, y ustedes no pueden andar el andar digno sin mansedumbre. Entonces, más vale que aprenda lo que es la mansedumbre, y por ello vamos a tomar el tiempo esta mañana para verlo.

Mansedumbre, ‘prautes’, de la forma ‘praus’. ‘Praus’ es la palabra mansedumbre, se refiere básicamente a algo que es gentil, y suave.

Significa ser gentil de corazón, suave, lo opuesto de una persona que es vengativa, que busca la venganza, o que busca ponerse a cuentas, o que busca vengarse de algo que alberga resentimiento, amargura, o reacción en contra de otros.

De hecho, es lo opuesto a la venganza. Con frecuencia se define de esta manera, es lo opuesto a la venganza, lo opuesto a la violencia.

Podríamos decir que es una sumisión callada dispuesta a Dios, una sumisión callada dispuesta a otros sin la rebelión y la venganza, y el buscar el interés personal que caracteriza a un hombre natural.

Ahora, permítame entrar a la definición un poco más en profundidad. Es un espíritu suave, gentil, que no se venga, que no es violento. Es usado en el lenguaje secular de varias maneras en algunas de las fuentes griegas antiguas. Es usada para hablar de una medicina suave como un tranquilizante. Es usada para hablar de algo que calma y tranquiliza el espíritu. También es usada de una brisa gentil, la brisa gentil fresca que soplaba en donde estaba una colina cálida, y refrescaba a la gente ahí. Es usada también para hablar de un potro que ha sido quebrado, y ahora es manso y dócil, y cuyo poder y energía pueden ser canalizados para propósitos de beneficio.

Entonces es una palabra que habla de gentileza, de un tipo suave que calma. Los griegos seculares lo usaban para gente que decían que eran amigables, o tiernos de corazón, o agradables, o suaves. En contraste a ser violentos, duros. Es un sentido de quietud.

Es característico sobre todo de Jesucristo, en 2 Corintios 10:1 Pablo habló de la mansedumbre de Cristo.

En Mateo 11:29 Jesús dijo, ‘soy manso, y humilde de corazón’. Él llegó montado sobre un asna, no un gran caballo blanco con fanfarria, sino de manera mansa, montado de manera callada sobre el asno, la bestia más torpe de carga, el animal más común, enfatizando su mansedumbre. Cristo fue manso, es una característica piadosa de hecho en Sofonías capítulo 2, versículo 3 el Espíritu Santo dice, ‘buscad la mansedumbre, buscad la mansedumbre.’

Ahora, el término es usado por lo menos 12 veces en el Nuevo Testamento.

‘Prautes’, la mansedumbre como virtud es exaltada en el Nuevo Testamento, podríamos llevarlos a Gálatas 5:23 el fruto del Espíritu, mansedumbre.

En 1ra de Timoteo encontramos un principio maravilloso, ‘más tú hombre de Dios, si realmente vas a ser un hombre de Dios, y aquí de nuevo es casi como el andar digno. ‘Si realmente vas a vivir la vida, dice, sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, (ahí), la mansedumbre.’

Pero creo que es tan importante añadir esto, la mansedumbre significa que usted es un cobarde porque la siguiente frase es, ‘pelea la buena batalla’.

Escuche, una persona mansa es todo menos un cobarde. Una persona mansa va a pelear en cuanto hay que pelear por una causa correcta.

Una persona mansa inclusive se enoja, se indigna por la causa correcta.

La mansedumbre es un espíritu suave, gentil, callado, agradable. Es una actitud calmada, que no se venga, que no se amarga, que no reacciona, que no se defiende, que no busca imponer su voluntad, excepto cuando debe enojarse.

Y entonces, la mansedumbre realmente se enoja. Y le voy a mostrar cuando es eso, en unos cuantos momentos.

La palabra también es usada en Santiago, capítulo 5, y en el versículo 13, ¿quién es sabio y entendido entre vosotros? ¿quién es realmente sabio?

Dice usted, ‘el hombre con el doctorado en filosofía. ¡No!

Oh el hombre que ha estudiado todos los libros. ¡No!

Un hombre sabio, un hombre con conocimiento real, muéstrelo a partir de una vida buena, sus obras en sabia mansedumbre.

Es el hombre manso, él es el sabio. El que es manso.

La sabiduría que es de lo alto, versículo 17 dice, ‘es primeramente pura, después pacífica, después amable o mansa, fácil de ser tratada.

Entonces la mansedumbre es una virtud exaltada una y otra vez en el Nuevo Testamento.

No es la ausencia de enojo, en absoluto. Porque él dice en una ocasión y se voltea y en la siguiente frase dice, pelea la buena batalla de la fe. Pelea. La mansedumbre pelea.

Pero observe esto, la mansedumbre podríamos decir es poder bajo control. Poder bajo control. Cuando usted tiene humildad, ahora escuche, la verdadera humildad se vacía de mí mismo, no me importan mis propias causas. No me interesan mis propios éxitos, no me interesa mi propia fama, no me interesa mi propia ganancia, no me interesa mi propia reputación. Me he despojado de mí mismo, entonces la mansedumbre es un resultado.

Es un resultado de una voluntad quebrantada, de un quebrantamiento delante de Dios, pero no es la destrucción del león, es el domar al león. ¿Entiende usted eso?

No es la destrucción del león, sino el domar al león.

Toda su fortaleza está ahí, todo su poder está ahí, toda su energía está ahí, todo su potencial está ahí, pero está bajo el control del amo.

Algo totalmente diferente, ver a un león libre en el continente de África, que ver a un león bajo el control del domador de leones en el circo. Es el león con toda la misma ferocidad, la misma energía, la misma voluntad, el mismo poder, la misma fortaleza, pero siempre bajo el control del amo.

Entonces, así es con la mansedumbre. Ya no está el león en usted, y el león en mí busca su ganancia. Ya no busca su propia presa, ya no busca sus propias causas. Ya no tiene libertad de alcanzar sus propios fines, sino que es sumiso al control del amo. No es perder su poder, sino que es domar su poder. Lo mismo es el caso de la ilustración en el griego secular del caballo. Mientras que el potro está libre y es salvaje, su poder está fuera de control y no sirve para nada. Cuando su poder es traído bajo control, puede ser usado para propósitos benéficos.

Cuando el viento sopla en la fuerza de un huracán, no tiene función más que destruir/ Pero cuando sopla en una brisa silenciosa, hace girar el molino, y el molino bombea el agua que hace que el cultivo sea regado, que alimenta las masas de la humanidad.

Y entonces, así es cuando el poder está bajo de control, es cuando es útil.

Dentro del corazón del creyente hay un león y ese león tiene todo el derecho de rugir. Y ese león tiene todo derecho de reaccionar, y ese león tiene todo el derecho de dar un zarpazo. Pero no en base a esas cosas que son a su propia discreción, sino únicamente bajo la dirección de él que gobierna su voluntad, el amo, el Señor Jesucristo mismo.

No piense ni por un momento que la mansedumbre es indiferencia o cobardía o debilidad o timidez, no lo es. No es impotente, no es cobarde. Jesús no fue impotente, ni fue cobarde, pero Jesús fue manso.

Permítame decirle algo, ¿sabía usted que usted tiene el derecho de enojarse? Es correcto, usted tiene todo derecho de enojarse.

De hecho en Efesios 4:26 dice, ‘airaos, airaos’, ¿sabía usted eso? Ahora asegúrese de que usted lea el resto del versículo, ‘más no pequéis’.

Está bien enojarse, pero no pecar. Lo que dice que hay cierto tipo de enojo que no es pecado, ¿verdad? Hay un enojo que no es pecado.

Dice usted, ¿qué enojo es ese? Es el tipo correcto de enojo, enojarse por la razón correcta. Usted puede estar enojado por la razón correcta o por la razón equivocada.

En un caso es poder bajo control, en otro caso es poder fuera de control.

La Biblia conoce estas dos opciones. De hecho, Proverbios capítulo 25, y en el versículo 28 leemos acerca de poder fuera de control. Proverbios 25:28 dice esto, ‘el que no gobierna su propio espíritu es como una ciudad derribada y sin muros’.

Aquí hay un espíritu que está totalmente fuera de control, fuera de control y como consecuencia vulnerable, cae en todo fose, toda tentación, todo fracaso, toda debilidad.

Él no tiene dominio propio, él no gobierna su propio espíritu. Eso es enojo fuera de control, poder fuera de control, no mansedumbre.

Por otro lado, retrocediendo en Proverbios al capítulo 16, el versículo 32 dice esto, ‘el que gobierna su espíritu es mejor que él que toma una ciudad.’

Entonces Proverbios 16 es una persona que gobierna su espíritu. En otras palabras el espíritu está ahí, el poder está ahí, el león está ahí, la energía está ahí, el potencial está ahí, pero está bajo control.

Por otro lado, el mismo poder, la misma energía, la misma fuerza fuera de control, no queda nada más que caos y pecaminosidad.

La gente que se enoja por todo, está fuera de control. No conoce nada de mansedumbre.

La gente mansa, controla sus energías, controla sus fortalezas, controlan al león que está en ellos, de tal manera que solo ruge cuando debe rugir, solo da el zarpazo cuando debe.

Ahora, permítame darle algunas cosas más antes de que entremos en retratos bíblicos.

Cuando Aristóteles discutió estas cosas, él nos dio algunas definiciones muy útiles de las palabras en su día, que nos ayudan a conocer lo que la palabra bíblica significa.

Al escribir en ética, su obra de la ética, él habló de esto, para Aristóteles esto era lo que él creía. Las virtudes de la vida, esas son cosas buenas, las virtudes, las actitudes correctas de la vida fueron definidas como el punto medio entre el exceso y la deficiencia.

De este lado está la deficiencia de algo, por acá está el exceso de esto y la virtud está en medio. Y él procedió a dar muchas ilustraciones de eso.

Por ejemplo Aristóteles dijo esto, la valentía es la virtud en medio, entre la cobardía, la cuál es la deficiencia de valentía, y la necedad, la cual es el exceso de valentía.

En otras palabras, una persona que es demasiado valiente, se va a matar. Es su necedad.

Una persona que no tiene valentía, no es nada más que un cobarde, la virtud está en medio.

Aristóteles dijo, la generosidad por ejemplo es una virtud. Es la virtud que está entre la avaricia que no quiere compartir y el desperdicio. La generosidad es la virtud que está en medio.

Después Aristóteles dijo, la mansedumbre es la virtud que está en el punto medio entre la indiferencia, la apatía, la debilidad, la cobardía, y el enojo explosivo excesivo.

La mansedumbre está en medio. Aristóteles dijo y cito, “El hombre manso se enoja en el momento correcto, con las personas correctas, en el momento apropiado, por la duración de tiempo apropiado.”

Poder bajo control. No dice, ‘Yo, soy manso, ciertamente no me pudo meter en eso, sé que es algo horrendo y esas personas han pecado, y hay muchas prácticas malas pero mi mansedumbre me refrena de hablar.

Eso no es mansedumbre, eso simplemente es torpeza.

La mansedumbre no hace que usted retroceda ante el pecado, no lo hace dejar de condenar la maldad. Ahora, observe, es enojo bajo control, ahora ¿bajo el control de quién? Dios.

Mansedumbre es cuando tomo al león en mí, y lo someto a Dios, de tal manera que solo se enoja por aquello que ofenda a Dios, no a mí.

¿Se da cuenta? ¿lo ve? El león ruge en defensa de Dios, no en defensa de mí.

Si alguien quiere pisarme, está bien. Si alguien me ofende, está bien. Si alguien me hace algo, está bien. No hay venganza, no hay una búsqueda de ponerme a cuentas.

Cómo Juan Bunyan dijo, ‘el que ya está en el suelo no necesita temer la caída.’

No hay lugar alguno en donde caer, ya estoy ahí sin buscar nada para mí mismo, pero el león ruge en mí cuando Dios es deshonrado. ¿Lo ve? Eso es indignación santa. Esa es indignación justa, y quiero que usted entienda que la mansedumbre es ese espíritu callado que no se defiende, que no se venga, que no busca sus intereses personales, sino que cuando Dios es deshonrado es el mismo espíritu se pone de pie, y ruge y ejerce su poder.

Es una indignación santa bajo el control de Dios. Reacciona cuando debe reaccionar en el momento correcto, por las razones correctas y por la duración de tiempo correcta.

Jesús la tuvo. Jesús quién dijo ‘soy manso y humilde de corazón’. Jesús de quién se dijo, Él vino montado sobre un asno, manso y humilde’, Zacarías 9:9. Él vendría tan manso, Jesús quien pareció tan callado, quién evitó el conflicto con tanta frecuencia.

Jesús de quien Pedro dijo, ‘quien cuando le maldecían no respondía con maldición, y cuando él fue perseguido no se vengó, ni buscó la venganza. Jesús ese espíritu, callado y manso, ese mismo Jesús que cuando Dios Padre fue deshonrado entró al templo, hizo un látigo y comenzó a latigár, a flagelar a los hombres en la espalda y comenzó a volcar las sillas y las mesas, y tirar el dinero y perseguir y sacar a los animales, y dijo, ‘sálganse de aquí, han convertido la casa de mi Padre en una cueva de ladrones, y debe ser una casa de oración.

El mismo Jesús con un espíritu manso y humilde. El mismo Jesús con un espíritu manso y callado, al tratar con la gente quién cuando confrontó la hipocresía sucia de los fariseos, los despedazó de un lado al otro y los llamó sepulcros blanqueados, blanqueados por fuera y por dentro llenos de huesos de muertos.

Escuche, este es el mismo Jesús humilde y manso.

Observe esto, la clave es esta. Jesús nunca habló una palabra vengativa, una palabra de venganza, una palabra de condenación o juicio en contra de alguien por algo que le habían hecho a él. Él habló solo en referencia a como trataron a Dios, y él puso un ejemplo.

Pedro lo dice en 1 de Pedro 2, Cristo ha sufrido dándonos ejemplo. ¿Y cuál es el ejemplo? Que cuando le maldecían, no respondía con maldición, cuando él era condenado, él no se volvió vengativo. Ahora usted lo ve con un látigo en el templo, y él está limpiando el templo, porque está contaminando la casa del Padre.

Pero cuando su propio templo fue contaminado, colgado en la cruz, y los clavos fueron metidos y su cuerpo estaba goteando de sangre y le escupieron, y goteaba sudor y se estaban burlando de él, lo único que tuvo que decirles fue, ‘Padre, (¿qué?) perdónalos porque no saben lo que hacen.

¿Lo ve? Eso es mansedumbre. Eso es poder bajo control. Es abnegación total.

Jesús nunca reaccionó a aquello que vino en contra de Él, solo aquello que vino en contra del Padre.

En el huerto, vinieron a capturarlo, en Mateo capítulo 26. Habría sido tan fácil para Jesús haber hecho una maravilla de maravillas. Dice que Él tuvo el poder si Él quería de llamar a los ángeles del cielo para ayudarle. Jesús dijo, ‘¿pensáis que no puedo ahora orar a Mi Padre y Él me dará más de doce legiones de ángeles?

Hablando en términos conservadores, casi en 75.000 ángeles, ¿sabe usted cuán poderoso es eso? Bueno, vea el Antiguo Testamento, un ángel mató a 185.000 asirios.

Escuche, Jesús dijo, ‘podría con una palabra mi Padre tener doce legiones de ángeles aquí, en un instante. Pero no en defensa de sí mismo. Él no quiso hacerlo, no en defensa de sí mismo.

Eso es mansedumbre, la mansedumbre va a tomar un látigo y va a defender a Dios en contra de aquellos que profanan Su Nombre. Se va a enojar tan enojado que sus ojos van a estar llenos de ira. Pero el enojo, no se va a atrever a levantar su propio dedo para vengarse en contra de algo que viene en contra de sí mismo.

¿Sabe usted? Es tan fácil ser tentado de esta manera cuando alguien dice algo acerca de mí que es crítico o algo, usted sabe, siente usted esa tentación interna, usted entiende, les digo ¿quién creen que son, tocando al ungido de Dios? ¿me entiende? ¿se da cuenta?  

Oh cuando alguien le hace algo a usted, usted sabe últimamente la gente choca en el auto, usted sabe, su primera reacción es, hombre le voy a sacar hasta el último centavo a ese hombre. ¿Se da cuenta?

Eso es lo que usted comienza a sentir en el interior, entonces usted necesita decir, ‘no debo enojarme por eso. No por lo que mi vecino me haga, no lo que, lo que me sucede no importa.

La mansedumbre dice, ‘solo me vengo, el león solo ruge cuando Dios es el punto.’

¿Lo ve? Hombre, eso sucede cuando está viviendo correctamente. Usted no puede ofenderse, la mansedumbre no puede ofenderse. ¿Entendió eso?

No hay nada que defender, porque no somos nada.

Otra ilustración de mansedumbre como poder bajo control, sería David.

En 1ra de Samuel 24, usted no necesita pasar ahí únicamente voy darle estos pensamientos.

En 1ra Samuel 24, David estaba huyendo de Saúl, ¿se acuerda de eso?

Saúl estaba persiguiendo a David, David sabía que él era el rey ungido. Digo, él sabía que él iba a ser rey y Saúl era un rey echado a perder, y solo era cuestión de tiempo. Era inevitable.

Y David y sus hombres estaban escondiéndose en una cueva, ¿se acuerda de la historia?

Y en 1ra de Samuel 24, Saúl vino. Una oportunidad para dispararle en el corazón y eso era todo. David sabía que tenía el derecho de reinar. David sabía que Saúl lo había perseguido por todos lados, lo había tratado de matar, había tratado de destruir la relación hermosa de amor que tenía con Jonatán, había tratado de destrozar su vida entera.

Usted sabe, normalmente un hombre habría estado tan lleno de venganza en contra de Saúl, habría odiado lo que Saúl le hizo, lo había hecho correr como un animal por todo el desierto. Y él habría tomado la oportunidad, y habría pensado que él tenía todo derecho dado por Dios.

Él habrá dicho, hombre, Dios debes haberlo colocado aquí, voy a encargarme de él mientras que lo tengo. Y los hombres de David le dijeron, ‘hazlo David, hazlo’. Pero David no lo quiso hacer. David se acercó a Saúl, tomó su cuchillo y cortó una parte de su túnica, simplemente para que Saúl supiera que él estuvo ahí.

Él pudo haberlo hecho, pero no lo hizo. Él tuvo el poder, él tuvo el derecho, pero el poder estuvo bajo el control de su misión a Dios. Él nunca hizo nada para vengarse, él solo defendería a Dios.

Y en el Salmo 69:9 David dijo, ‘el celo por tu casa me consume, los vituperios de los que te vituperaban han caído sobre mí. Él dice, ‘Dios, cuando me enojo es porque tú eres deshonrado’. Él nunca se defendió a sí mismo.

Y en 2da de Samuel 16, el hijo de David, Absalón, ese hijo rebelde, malo, vil, trató de derrotar a su propio padre como rey. Y David tuvo que huir por su vida.  David estaba huyendo por su vida ahí en el desierto y Absalón está tratando de establecer un gobierno nuevo y atacar a su propio padre, y David era la burla de algunas personas porque él huyó de su propio hijo.

Y durante ese tiempo, uno de los hombres de Saúl, llamado Simei, encontró a David y él comenzó a maldecir a David. Y él se burló de David, y él le arrojó piedras a él.

David era el rey, y el ungido de Dios, pero él estaba tan humillado por esto, que este hombre lo estaba maldiciendo, y burlándose de él, y aventándole piedras. Y Abisai el sobrino de David, le dijo a David, ‘David tu simplemente da la orden y voy a cortarle la cabeza’.

David dijo, ‘déjalo’. Eso es poder bajo control.

Nunca se vengó, no buscó nada para sí mismo. Él actuó con su ejército para pelear por las causas de Dios. Él no se atrevió a tocar una persona por causa de él. Ni una.

Eso es mansedumbre.

Ahora usted sabe tan bien como yo que Saúl le habrá dicho a este hombre Simei.

Si le hubieran estado aventando rocas a él la diferencia es esta. Ambos tenían el poder, uno lo tenía bajo control, otro lo tenía fuera de control.

Uno era como una ciudad fortificada, según Proverbios, uno era como una sin muros, eso es mansedumbre. ¿Y sabe una cosa? En una ocasión Saúl, Saúl estaba tan fuera de control, en una ocasión según 1ra de Samuel 14, que Saúl iba a matar a su propio hijo por un asunto no importante. Simplemente para probar su poder.

Por otro lado, cuando el hijo de David se rebeló en contra de él, David dijo, él prefería morir por causa de Absalón, 2da Samuel 18:33. Esa es la diferencia.

Saúl no permitía que nadie, lo ofendiera, inclusive su propio hijo. Primero estaba dispuesto a matarlo. David podía ser ofendido por todo mundo, inclusive por su propio hijo y perder su propia vida primero. Esa es la diferencia. Poder bajo control.

El espíritu que hace de un hombre postrarse en humildad delante de Dios, y no pensar nada de sí mismo.

La ilustración más grande del Antiguo Testamento de mansedumbre es Moisés. Y quiero que vea esto conforme cerramos nuestros pensamientos. Moisés, escuche esta afirmación, se lo voy a leer, Números 12:3, no tiene que pasar ahí, simplemente escuche.

Números 12:3 dice, ‘aquel hombre Moisés, era muy manso, más que todos los hombres que estaban sobre la faz de la tierra.’ ¿No es eso maravilloso?

El hombre más manso que jamás vivió. Él fue manso. Ahora, cuando usted piensa en Moisés usted piensa en alguien tibio. Usted no piensa en algún personaje cobarde que está ahí quejándose en silencio. Usted piensa en su valentía, piensa en un hombre que luchó, en un hombre valiente que confrontó, un hombre de convicciones, un líder poderoso, grande, dinámico. Usted ve a ese hombre con explosiones de enojo, de un fin de su carrera al otro. ¿No es cierto?

Porque, su carrera entera vino cuando él vio a una persona egipcia abusando de un judío y lo mató, ¿se acuerda de eso? El simplemente le quitó la vida. Estaba tan furioso.

Usted lo ve en el 5to capítulo de Éxodo, después de que ha sido refinado por Dios en el desierto y él entra ahí a la presencia de Faraón, el monarca más grande que existía en el mundo, y él enfrenta a Faraón cara a cara, lo ve a los ojos y le dice, ‘Faraón, deja ir a mi pueblo’.

Y a él no le dio miedo enfrentarlo, y a él no le dio miedo mandarle, y a él no le dio miedo hacer una demanda. Valentía piadosa. Atrevimiento piadoso.

En Éxodo capítulo 32, él encuentra a Israel en idolatría, él los encuentra entregados al pecado y en una furia absoluta, él rompe la ley de Dios, y él reprende. Un hombre sin temor.

Confrontaba, combatía, era valiente, lo vemos explotando en enojo justo.

Ciertamente no cobardía tímida. Escuche.

Moisés no tuvo miedo, él le quitó la vida a un egipcio. Él no tuvo miedo al confrontar a Faraón, él no tuvo miedo al confrontar al pueblo de Dios en su pecado.

Él vivió su vida entera ejerciendo autoridad sobre un par de millones de personas. Él fue un hombre fuerte, valiente. Sin embargo, la Biblia dice que fue el hombre más manso que jamás vivió. ¿Por qué?

Porque su fuerza siempre estaba buscando reaccionar al honor de Dios, nunca en defensa de sí mismo, ¿lo ve? De hecho, él no confiaba en sí mismo, en absoluto.

En el tercer capítulo de Éxodo, cuando Dios vino a él y lo llamó él dijo, ‘ ¿Quién soy yo para guiar a este pueblo? ¿Quién soy yo?’

Y en Éxodo capítulo 4, Dios dice, ‘no puedes, pero Yo puedo.’ Y Él le dio una vara, y él tenía la vara de Dios en su mano. Y él no era nada, pero la vara de Dios era todo. Y a partir de ese momento la vara de Dios siempre estuvo en su mano, y cuando él hace algo con la vara las cosas pasaban, ¿verdad?

Era como un símbolo constante de que Moisés no era nada y la vara era todo.

Pablo en cierta manera fue igual. Pablo dijo en Filipenses 3:3, ‘no puedo confiar en la carne’, pero él dijo en Filipenses 4:13, ‘todo lo puedo en Cristo que me fortalece.’

Él estaba diciendo lo que Moisés dijo, ‘no puedo, pero tú puedes.’

Escuche, la mansedumbre nunca reacciona por causa de sí, sino solo por Dios.

Pablo nunca se defendió a sí mismo. Pablo nunca reprendió a nadie, por lo que le hicieron a él, él nunca se vengó. Él nunca respondió de manera vengativa, solo cuando Dios era deshonrado. Y así fue con Moisés.

Y así fue, sobre cualquier otro, con Jesucristo. Y Él lo hizo como un ejemplo para nosotros.

Es su mansedumbre que debemos imitar.

Permítame hacerle algunas preguntas al terminar. ¿Cómo sabe usted si es manso? ¿Cómo sabe si usted es manso?

Lo voy a dar algunas preguntas prácticas, hágase usted estas preguntas.

¿Experimenta usted dominio propio?, esa es la pregunta número uno.

¿Acaso su enojo, su poder, su energía, siempre están bajo control? Proverbios 16:32

¿Gobierna usted su propio espíritu? ¿O se halla a sí mismo siendo víctima al perder los estribos? Hombre, él no puede hacerme eso ¿quién cree que es?

Cuando su esposa le dice algo a usted que podría comenzar un argumento, ¿entra ahí y se defiende a sí mismo? Estas mal, te quiero decir, no fue mi culpa. ¿Usted va a responder, o siempre está bajo control? Una persona mansa, poder bajo control.

La única vez en la que el león ruge es en defensa de Dios.

En lugar de esto Pablo dice en 1ra de Corintios, ‘padece el agravio, padece el agravio, tómelo’. 

Segunda pregunta, ¿se enoja usted únicamente cuando Dios es deshonrado? ¿se enoja usted únicamente cuando Dios es deshonrado? En ningún otro momento.

Sabe usted que me enojo, digo, me enojo mucho a veces. La gente que me conoce sabe eso, me enojo mucho. ¿Pero sabe una cosa?, las cosas que me hacen enojar son las cosas que deshonran a Dios, que distorsionan su reputación, que menosprecian su nombre. Eso es lo que me hace enojar.

Me enojo por el pecado, me enojo por la perversión de la Palabra de Dios, me enojo por doctrinas falsas, me enojo por falsos maestros, me enojo por aquellos que dicen conocer a Cristo y no lo conocen. Me enojo por ese tipo de cosas. Me enojo.

Un pequeño niño se me acercó después del servicio, un pequeñito, se me acercó y oyó todo lo que dijo, escuchó con tanta atención y me dijo, ‘Señor MacArthur’, él dijo, ‘estuvimos ahí en General Sherman Tree de vacaciones’ y él dijo, ‘un hombre a mi lado, tomó el nombre de Dios en vano.’ Él dijo, ¿estuvo bien que yo me enojara por eso? Yo dije, Si, por eso nos debemos enojar. Ahora debemos tener cuidado que exhortemos a aquellos que se oponen a nosotros en amor y en mansedumbre, pero tenemos todo derecho, porque el león ruge cuando Dios es deshonrado.

Tercera pregunta. ¿Responde usted a la Palabra de Dios humildemente, sin importar lo que dice? Santiago 1:21 dice, ‘recibid la Palabra implantada con mansedumbre’.

¿Responde usted a la palabra de Dios con mansedumbre? Diciendo, si eso es lo que dice, me someto. Obedezco.

Entonces, ¿experimenta dominio propio? ¿se enoja únicamente cuando Dios es deshonrado? ¿responde usted a la Palabra de Dios humildemente?

Una cuarta pregunta. ¿Siempre hace la paz usted? La gente mansa hace la paz. Siempre hacen la paz. Ahí dice, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Eso es lo que hace la mansedumbre. Si alguien cae, ¿usted los condena? ¿habla mal de ellos? ¿habla de ellos? ¿entra en chismes en contra de ellos? ¿si hacen algo malo, usted habla de ello bajo el disfraz de que usted está discutiendo este problema espiritual? Usted es el que dice en Gálatas 6:4, ‘cuando un hermano es sorprendido en una falta’, ¿usted lo restaura en un espíritu de mansedumbre? A ha, eso es lo que debe hacer.

¿Es usted un pacificador? La gente mansa no inicia peleas, las termina. No comienza argumentos, los termina.

Otra pregunta. ¿Recibe usted critica sin venganza, este bien o mal? ¿recibe usted critica sin vengarse, este bien o mal? Hombre, esta es una lección práctica. Trabajo en esta duro.

Alguien me escribe y simplemente me confronta de un lado al otro, el Espíritu me ha enseñado a escribir y decir, gracias por su crítica. Sé que Dios lo usara en mi vida, ore por mi vida, Dios lo ama, y firmo con mi nombre.

¿Puede recibir la crítica, este bien o mal, sin vengarse?

Otra pregunta, una final. ¿Tiene usted la actitud correcta hacia los no salvos? Usted sabe, Pedro dice, ‘debemos dar respuesta a todo hombre que nos pide razón de la esperanza que está en nosotros con mansedumbre y temor. ¿Sabe usted lo que le quiere decir? Es tan fácil para los cristianos ser soberbios, pensar que lo tenemos todo.

Y usted comienza a pensar en los pecadores, como si fueran, ¡que saben ellos! ¡personas torpes! Comienza a menospreciarlos, usted se ensoberbece y se vuelve usted algo defensivo.

Usted sabe, ¿acaso él no sabe que soy un hijo de Dios? Él no me puede tratar así.

¿Se da cuenta? Por otro lado, la mansedumbre. 

Esas son algunas preguntas que le podrían ayudar.

¿Tiene usted dominio propio? ¿se enoja usted únicamente cuando Dios es deshonrado? ¿responde a la Palabra humildemente, sin importar lo que dice? ¿hace usted siempre la paz?

¿recibe la crítica sin vengarse, este bien o mal la crítica? ¿tiene usted la actitud correcta hacia los no salvos? ¿los ve usted y dice, oh Dios probablemente son mejores que yo como para que yo sea salvo? Eso es lo que la mansedumbre dice.

Escuche, Lloyd Jones dice, ‘ser manso significa que has terminado contigo mismo de manera total’. Ya nadie puede dañarlo a usted, porque usted no es importante.

Los hombres peores podrían decir de usted, probablemente la verdad. Y lo que es más significativo Amados, es que así fue Cristo.

Probablemente es verdad lo que los peores hombres podrán decir de usted, y lo que es más significativo Amados, es que así fue Cristo.

Escuche, Él que hizo el mundo, Él que hizo que existieran los millones de galaxias en el espacio, Él que llama a toda estrella por nombre.

Él que preserva las órbitas incontables en su curso, Él que pesa los montes en balanza y los collados en una báscula, Él que toma las islas como algo insignificante, Él que contiene las aguas en el hueco de su mano, Aquél ante quien los habitantes de la tierra son como langostas, Éste dice, Yo Soy manso y humilde.

¿Puede usted hacer menos? Y entonces Pedro dice, en 1 Pedro 3:4, ‘debemos adornarnos, (escúchelo), con el adorno de un espíritu manso y apacible, que es de gran estima delante de Dios.’ La humildad lleva a la mansedumbre.

La próxima vez veremos a que lleva la mansedumbre.

Oremos.

Señor, queremos conocer estas cosas y queremos vivirlas. Queremos que tomes las verdades y las lleves a las profundidades de nuestra vida misma, para que estas no sean teoría sino vida.

Deseamos ser humildes y mansos. Ayúdanos a obedecer, para que seamos lo que debemos ser, inclusive te pedimos que hagas lo que necesitas hacer para podarnos para llevarnos a la humildad y a la mansedumbre, a la abnegación, para que el resultado sea soportarnos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz, lo cual cumplirá la oración de Jesús para que seamos uno, y manifestaremos la belleza de la iglesia al mundo entero.

Entonces, lleva a cabo tu obra en nuestros corazones con ese fin en mente. En el nombre de Cristo. Amen.

 

  

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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