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En nuestro estudio bíblico en esta mañana, vamos a adorar al Señor juntos a medida que aprendemos más acerca de Él, escuchando Su Palabra en Efesios, capítulo 6. Y estamos enfocados en los versículos 10 al 13. Estamos hablando de la armadura del creyente. Conforme Pablo cierra su carta a los efesios, él habla de una gran lucha que enfrenta todo creyente.

Y como le dijimos la última vez, Pablo es muy claro acerca del hecho de que el mundo es un campo de batalla en donde el universo entero, de hecho, está en guerra. Hay una guerra entre Dios y Satanás. Nosotros lo vemos en muchos lugares de las Escrituras, quizás en ningún lugar se ve de manera tan clara como en el libro de Job, en donde Satanás y Dios están en conflicto verbalmente.

Pero en todo lugar a lo largo de la historia del hombre y la revelación de Dios, el conflicto se ve. El conflicto entre Dios y Satanás se reduce a los ángeles santos y a los ángeles malos; y ellos están en guerra. Se reduce en otro paso a hombres buenos y a hombres malos conforme ellos también están en guerra. El universo entero es una batalla. Todo esto, desde la caída del hombre, desde que la maldición entró a la tierra es una batalla.

La vida cristiana es una lucha, una batalla; una lucha como Pablo la llama en el versículo 12; y entonces, literalmente existimos como creyentes en una lucha de vida y muerte. Y francamente, no creo que nadie entienda esto. Realmente, no lo creo. Y esto es fácil de ver aquí. Yo los amo a todos ustedes y esa es la razón por la que digo lo que pienso, porque quiero ayudarles a todos a entenderlo, pero yo creo que usted puede llegar a ser tan autocomplaciente por el cristianismo que usted pierde la perspectiva entera.

Usted sabe, en un sentido, se sienta en una esquina y se concentra en su teología, en todos los detalles, en donde todo es tan bueno, en donde todo está tan bien, en Grace Community Church, usted sabe… Sus hijos están en el departamento de secundaria y usted tiene a otro en el departamento de preparatoria, todos están teniendo un buen tiempo. Todo el mundo va al campamento. Sus niños pequeños están en el gimnasio jugando; y usted los tiene en Awana; y tiene todo… está comprando libros, escuchando cintas y el mundo es todo hermoso y glorioso.

Y usted se encierra tanto en su mundo que se olvida que una batalla se está llevando a cabo. Y se olvida que literalmente hay millones de almas en todo el mundo que están bajo la autoridad de Satanás. Y usted olvida las cosas que Satanás está haciendo para debilitar de manera tan sutil su vida mediante lo que podría ser el ataque más grande, el cual es la letargia, la indiferencia, el estancamiento. Y temo por esto. Y temo esto para que Grace Community Church.

¿Sabe una cosa?, me pongo a predicar aquí acerca de la batalla y todo el mundo, en cierto modo, se sienta y dice: “hoy vamos a hablar de la batalla, ¿de qué batalla? ¿De qué batalla está hablando? Él debe estar enfrentando muchos problemas, ¡pobre hombre! Necesitamos orar por él.”

Y hay tantas personas que ni siquiera se dan cuenta de lo que está sucediendo. Usted se mira el uno al otro y dice: “esta batalla parece ser muy seria, me pregunto cómo es.” Pero hay una guerra, como puede ver. Y si usted no lo sabe, entonces no es un soldado o uno muy bueno. Usted no está peleando.

¿Y sabe una cosa? Algo que no podía tolerar cuando era joven era sentarme en la banca. Podía enfrentar muchas cosas en la vida, pero sentarme en la banca no era una de ellas. Me acuerdo cuando estaba jugando fútbol americano en la Universidad. Mi primer año, me lastimé un poco. De hecho, en el primer juego en el que jugué, me lastimaron de manera muy seria. Y entonces, el entrenador decidió sentarme en la banca porque tenía miedo de que me lastimara. Y él dijo que me iba a apartar para cosas especiales como cargar el equipo, y pasar las cintas para que pudieran ponérselas en los tobillos y cosas que realmente importaban.

Pero entonces, un día, le dije al entrenador: “sabe una cosa, hay algo que realmente odio y eso es sentarme en la banca.” Y yo le dije que había un hombre que estaba jugando en la posición que yo se suponía que debía respaldar y yo consideraba que podía hacerlo mejor que él. El entrenador dijo: “bueno, ¿quieres probar a ver si puedes?” Yo respondí que sí. Le pedí que me diera una oportunidad y que nos permitiera enfrentar mano a mano y veríamos quién ganaba. Y así lo hizo.

Una noche, después del entrenamiento, estaba oscuro y él prendió las luces del auto y dijo “muy bien, muchachos.” Trazó una línea blanca en la tierra y dijo “muy bien, les daré 45 minutos para darse con todo. Y voy a tocar el silbato. Péguense el uno al otro y veremos quién empuja más veces al otro del otro lado de la línea blanca.”

Bueno, así es en el fútbol americano. Si usted va a probar algo, será un poco difícil. Entonces, estuvimos ahí empujándonos durante 45 minutos y digo, fue difícil porque ambos queríamos esa posición. Y resultó que yo prevalecí al final, no siempre prevalecí, pero lo hice en esa ocasión y me dieron la oposición.

¿Pero sabe una cosa?, eso se quedó en mi mente como un indicador del hecho de que no me gustaba estar sentado en la banca. No toleraba estar en la banca. Digo, si algo estaba sucediendo, yo quería estar donde estaba sucediendo y era algo así como el apóstol Pablo. Usted se acuerda que la última vez vimos en 1 Corintios 16:8 y 9 que él dijo: “tengo que quedarme en Éfeso porque hay muchos adversarios.”

Y yo creo que muchos cristianos no saben que hay una batalla porque nunca han ido a donde está la batalla, ¿se da cuenta? Se esconden en su ambiente santificado y realmente nunca nos metemos en la batalla. Yo creo que somos ingenuos en pensar que la batalla no está ahí cuando Satanás continuamente está ganando la victoria en nuestras vidas debido a nuestra indiferencia y a nuestra apatía. Oh, la indiferencia es algo tan mortal.

¿Sabe una cosa?, la peor tragedia que jamás podría suceder en Grace Community Church sería que todas estas personas vinieran y disfrutaran de lo que están pasando y fueran indiferentes acerca de la batalla. ¿Lo ve como una batalla? Es fácil de ver. Vea su vida. ¿En dónde invierte su tiempo? ¿En dónde invierte su dinero? ¿En dónde invierte su talento? ¿En dónde invierte su energía? Si es en todas las cosas que son pasajeras y mundanas, entonces usted no entiende la batalla en absoluto.

Alguien me dijo el otro día: “¿sabes una cosa?, creo que lo que es maravilloso en la vida es que básicamente, puedes hacer lo que quieras.” Este es un cristiano. “Básicamente, puedes hacer lo que quieras. La gente puede hacer lo que quiera, básicamente. Si quieren hacer esto, lo hacen.” Y yo le dije a la persona que lo dijo “¿sabes una cosa?, para ser muy honesto contigo, éste es un testimonio personal, no puedo recordar la última vez en mi vida que yo hice lo que yo quise. Yo no hago lo que quiero”.

¿Sabe usted lo que yo hago? Sigo haciendo lo que tengo que hacer. Hay tantas cosas en la vida que tengo que hacer, que ni siquiera pienso en lo que quiero hacer. Creo que lo que quiero hacer es lo que tengo que hacer. Digo, hay cosas importantes que tengo que hacer. La última vez que dije “bueno, tengo un poco de tiempo. Me pregunto qué quiero hacer”. Ni siquiera puedo acordarme de eso. Hay una batalla. Hay una guerra.

Me subo a un avión y me siento; y he estado volando tanto últimamente que me siento como si debiera tener una licencia de piloto. Pero me subo a un avión y me siento y me digo a mí mismo: “sé lo que quiero hacer. Sólo quiero sentarme aquí. Sólo quiero sentarme aquí y leer y quiero meditar; pero sé lo que tengo que hacer. Tengo un hombre a mi lado. Y le tengo que hablar de Cristo.”

Regresando ahí de nuevo, me senté. Y le dije: “Señor, dame un cristiano si eres tan amable. Uno realmente maduro a quien no le importe.” Entonces, se sienta al lado mío este hombre y me pregunta qué hago. Aquí voy. Y ahí van tres horas y media a Chicago y tengo que hablar; y entonces le dije lo que hacía y él dijo: “oh, eso es interesante”. Él me contó acerca de su negocio y demás y me dijo que era un católico.

Y entonces, fuimos a Chicago hablando de la diferencia entre la religión ritualista y una relación con Jesucristo. Y le dije: “resulta que tengo una serie de cintas en mi portafolio.” Y entonces, le di la serie acerca de la vida del Reino y las bienaventuranzas; y no hice lo que quería hacer. Hice lo que tenía que hacer. Hago lo que tengo que hacer y lo que me veo obligado a hacer, como dice el apóstol Pablo, “el amor de Cristo nos constriñe”, ¿verdad?

Hacemos lo que tenemos que hacer. Esta es la batalla. Usted no puede dejar nada más que la guerra pase enfrente de usted sin que usted nunca pelee en ella. Yo no puedo dejar que el enemigo me coloque a alguien a mi lado y no hacer nada al respecto. Esto es una batalla.

Se reduce al tema de qué hago con mis dólares. ¿Qué hago con mis dólares? ¿Los coloco en las cosas mundanas pasajeras del mundo? ¿O los colocó en las cosas que harán una diferencia eterna? ¿En qué los invierto? Esta es una batalla.

Y algunas veces, no creo que nosotros lo comprendemos. Es tan fácil para nosotros simplemente bailar un vals entrando y saliendo de la Iglesia y disfrutando de todo el entretenimiento que se provee y de todas las actividades que se proveen; y nosotros nunca estamos en el lugar en donde comprendemos qué tan grave esto es.

“Oh, yo oro, Dios, que la devoción y el nivel de compromiso de esta Iglesia se profundice al punto en el que nunca vamos a ser indiferentes, nunca vamos a ser complacientes.” Y, sin embargo, en mi corazón, sé que hay algunas personas que lo harán. Y le temo como temo a una enfermedad mortal. Ahora, eso es lo que el apóstol Pablo quiere decir en Efesios 6. Él quiere decir que ésta es una guerra.

Y como puede ver, aunque estamos en Cristo, capítulos 1 al 3, y aunque tenemos toda bendición espiritual en la esfera sobrenatural; y aunque tenemos en los capítulos 4 al 6 toda la dirección para vivir esa vida cristiana; y aunque tenemos la plenitud en el Espíritu de Dios; y aunque literalmente estamos ahogándonos en el amor de Dios; y aunque tenemos el poder para hacer mucho más de lo que podemos pedir o entender, a la luz de todo esto, todavía debemos recordar que no va a ser fácil. Esta es una guerra y todo hijo de Dios es un soldado. Y a todos se nos ha llamado a servir. Y usted no puede evitar el ser reclutado y no puede declinarse a serlo. Esta es una guerra. Y si usted no sabe que hay una guerra, usted ha perdido la batalla.

Tenemos tanto en Cristo. Tenemos tanto en la Palabra de Dios para darnos dirección. Tenemos al Espíritu Santo que mora en nosotros y, sin embargo, no podemos depender de nuestra propia confianza. No podemos ser autocomplacientes y decir “bueno, tengo todo esto a mi favor. Estoy bien.” Primera de Corintios 10:12 dice: “así que el que piense que está firme, mire que,” ¿qué? “No caiga.”

Ahora, tenemos que reconocer que estamos en una guerra. Ahora, ¿a dónde nos volvemos para nuestro recurso en esta guerra? El escritor del himno dijo: “el brazo de la carne te va a fallar. No te atrevas a confiar en el tuyo.” No nos volvemos a nosotros mismos. Isaac Watts escribió: “de ti, de la fuente que produce en abundancia, nuestras almas beberán una provisión fresca, mientras que aquellos que confían en su fuerza personal se derretirán y morirán.” No podemos confiar en nosotros mismos.

Y entonces, el versículo 10 dice esto: “por lo demás, hermanos, esta es una guerra. Y si para ganar tienes que ser un soldado, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de Su fuerza.” Esa es la mitad de Dios. Ese es el 100% de Dios, realmente. Esa es la parte de Dios. Su fortaleza es el punto. Dios es nuestra fortaleza. “De Ti, la fuente que sobreabunda nuestras almas beberán una provisión fresca.” Él es el recurso. “El brazo de la carne nos fallará.”

Y entonces, debemos saber que para ganar la batalla hay una energía divina. Hay un recurso divino y un poder divino que nos da la victoria, pero el versículo 11 dice que debemos tener una parte también. Y el versículo 11 dice, como leímos la última vez, “vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis resistir contra las asechanzas del diablo.”

Escuche. Ahí está esa misma paradoja divina: la fortaleza es de Dios y sin embargo, el compromiso debe ser nuestro. Lo vemos en la vida cristiana. El apóstol Pablo simplemente dice: “con Cristo estoy juntamente crucificado, mas ya no vivo yo más vive Cristo en mí.” Y así es en mi vida y, sin embargo, es Cristo en mí. Esta paradoja divina la vemos en toda revelación de la Palabra de Dios al hombre.

Lo vemos inclusive en las Escrituras mismas. El libro de Efesios es escrito por Pablo, y sin embargo, es escrito por el Espíritu Santo. Usted fue salvo por Dios y Su soberanía únicamente y Su gracia únicamente; y sin embargo, usted se comprometió a sí mismo con Cristo. Usted debe vivir la vida cristiana con diligencia y compromiso; y, sin embargo, es el poder de Dios y el poder de Dios únicamente viviendo mediante usted.

Y entonces, vemos ambos lados. Y entonces, ahí está junto aquí. Somos fuertes en el Señor y es el poder de Su fuerza y, sin embargo, debemos apropiarnos de los recursos. Cromwell lo expresó correctamente. Él tenía una gran teología, él no lo sabía, cuando dijo “confía en Dios y mantén seca tu pólvora.”

Recuerdo cuando era un niño pequeño. Estamos mirando la televisión con mi padre y estábamos observando boxeo. Y el boxeador estaba ahí en su esquina, usted sabe, pasando por ese pequeño ritual de patear con sus pies y preparando sus zapatos. Y de pronto, él se inclinó y se arrodilló y se persignó. Y yo le pregunté a mi papá si eso ayudaba. Y él contestó que ayudaba si él sabía golpear. Y la realidad es que, si él no sabía golpear, no le iba a ayudar en absoluto. Y como puede ver, así es en la vida cristiana. La fortaleza es de Dios y la fuerza es de Dios y el poder es de Dios.

¿Y ayuda eso? Ayuda si podemos golpear. Ayuda si nos vestimos de la armadura. Como puede ver, es cuestión de disponibilidad y apropiación. Amados, deben saber en primer lugar que es una guerra. Y segundo lugar, sepan que el poder está ahí y en tercer lugar, que tienen que apropiarse de él.

Recuerdo cuando estuve involucrado en el accidente en el que Dios volteó mi vida, cuando fui expulsado del auto y todas estas cosas sucedieron; y realmente, llegué a entender mi ministerio. Hubo una cosa que le pregunté al Señor en este momento. Y conforme miro hacia atrás, no he mirado con mucha frecuencia al pasado, pero lo recuerdo. Y me acuerdo que le dije Señor: “Señor, si me quieres en Tu ministerio, quiero ser diferente de tan sólo hacerlo de manera rutinaria. Quiero tener tu poder en mi vida. No quiero nada más hacer esto. Si va a ser que voy a entregar mi vida esto, entonces quiero conocer Tu poder en mi vida.”

Y la respuesta ha venido a lo largo de los años: “el poder está disponible, John. Es simplemente cuestión de si te vistes de la armadura. Eso es todo. Todo está ahí. Todo está ahí.”

¿Y sabe una cosa?, es tan torpe para un cristiano el vivir su vida no involucrado en la batalla. Es tan torpe llenarse de las cosas del mundo, simplemente avanzar al paso de un caracol cuando todo el poder de Dios, el poder del Dios del universo, está disponible. Y entonces, dice el apóstol Pablo: “Sí, es una batalla. Sí, es una batalla y tiene que saber que nuestro enemigo es un enemigo muy poderoso. No lo pueden ver. No lo pueden tocar y no pueden vencerlo. Y es un enemigo en la esfera sobrenatural, literalmente, quizás millones de demonios encerrados en un sistema que va más allá de nuestra comprensión. No hay manera en la que ustedes puedan enfrentar este sistema con el intelecto humano. No hay manera en la que puedan enfrentar este sistema en el poder humano. Pero deben saber esto: el poder de Dios está disponible. Y si se ponen la armadura, el sistema entero va a ser impotente ante ustedes.”

¡Qué pensamiento tan increíble! Dios es nuestra fortaleza, pero esa fortaleza sólo puede ser apropiada en obediencia. Estamos seguros, en últimas, yo lo creo. Yo creo que, si usted es un cristiano, usted está seguro en el poder de Dios. Yo creo que es el poder de Dios lo que es suficiente para sostenerlo a usted.

¿Sabe una cosa?, en Juan 10:29, dice que Jesús está hablando acerca de Sus ovejas y cuan seguras están y dice: “ninguno puede arrebatarlas de la mano de Mi Padre”. ¿Conoce esa afirmación? Mi Padre es mayor que todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de Mi Padre. Dice: nadie. He oído a personas que dicen “bueno, a ningún hombre, eso es todo.” No. Dice ninguno. Es oudeis, ninguno. Dunatai. Ninguno, nadie tiene el poder.

En otras palabras, si soy creyente, y estoy en la mano del Padre, ningún ser tiene el poder de sacarme. Y, por cierto, la palabra ahí es harpasei, la cual significa arrebatar. Nadie puede arrebatarme de Su mano. Es la misma palabra usada en Mateo 13:19, usted sabe, en donde dice que: “la palabra es planta y Satanás la arrebata.” Satanás es un arrebatador. Pero ninguno puede arrebatarla de la mano del Padre porque Él es el más grande de todos y entonces, en últimas, amados, ganamos. No hay poder para vencernos. En absoluto.

En el Salmo 91, simplemente una porción tremenda de las Escrituras, escuche lo que dice: “el que mora en el lugar secreto del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso.” Qué seguridad. El lugar secreto del Altísimo. Nosotros moramos en un lugar que es tan secreto, que nadie nos puede quitar de ahí, porque ni siquiera saben cómo llegar ahí.” Eso, en esencia es lo que él está diciendo.

“Diré a Jehová: Él es mi refugio y mi fortaleza, mi Dios, en Él confiaré. Él te cubrirá con Sus plumas, bajo Sus alas confiarás: Su verdad será tu escudo. Por lo tanto, no temerás del terror por la noche; ni de la flecha que vuela durante el día; ni de la pestilencia que anda en la oscuridad; ni de la destrucción que está al mediodía. Mil caerán a tu lado, diez mil a tu diestra; pero no se acercarán a ti.” ¿Se da cuenta? ¡Qué promesa tan tremenda! El Salmo 34:7 dice: “el ángel de Jehová acampa alrededor de aquellos que le temen.”

Escuche, en lo que a la guerra tiene que ver, no podemos perder porque Él es mayor que todos y Su poder va más allá de todos. Pero el hecho es que realmente podemos perder en las pequeñas batallas a lo largo del proceso. Segunda de Corintios 2:11 dice: “por nuestro pecado podemos darle oportunidad a Satanás.” No tiene que ser un pecado muy grande tampoco. Son las pequeñas zorras las que echan a perder a las vides. Un pequeño pecado da a Satanás la oportunidad.

Y a partir de ahí, él abre la puerta de manera total para sus esfuerzos demoníacos. Oh, no vamos a perder la guerra, ningún ser tiene el dunatai, el poder. Ningún ser tiene el poder para arrebatarnos de Su mano. Satanás es el arrebatador y él va a intentar, pero no lo puede hacer. Satanás no puede vencer a Dios. Si Satanás es un hombre fuerte, entonces Dios es uno más fuerte. Entonces, en últimas ganamos la guerra; pero lo triste es que, aunque vamos a ganar la guerra, en definitiva, perdemos continuamente la batalla a lo largo del proceso porque no estamos dispuestos a ponernos la armadura.

Ahora, permítame regresar al versículo 12, en donde nos quedamos la última vez. Yo quiero que usted entienda lo importante que es ponernos la armadura. Es importante debido a nuestro enemigo. Observe el versículo 12: “porque no tenemos lucha contra sangre y carne…” El hombre no es nuestro enemigo. El hombre no es nuestro enemigo. Esa es una buena razón por la que no debemos odiar a los hombres. Esa es la razón por la que Jesús odio el pecado y amó a los pecadores; porque el pecador no era el asunto. Era lo que estaba detrás del pecador. Esa es la razón por la que Jesús lloraba por los pecadores. Él lloró por los pecadores, porque estaban engañados.

Como puede ver, “el Dios de este siglo ha cegado las mentes de los incrédulos para que no les brille la luz del Evangelio.” Lo que usted debe sentir hacer la de los pecadores es compasión, una compasión amorosa, de empatía, de gracia, de misericordia porque están siendo engañados por Satanás. Si usted va a odiar, entonces ódielo a él y a sus fuerzas. Él es el enemigo.

Y no sea tan necio como para pensar que usted ha vencido a los hombres y ha alcanzado la victoria. Los hombres no son el enemigo. Somos hombres. Nosotros podemos enfrentar a los hombres. Nuestro enemigo va más allá de lo humano y el punto que Pablo está enseñando aquí es que usted no puede hacer esto por sí sólo. Usted no puede pelear esta batalla por sí mismo. No es una batalla humana. Usted, como ser humano, está peleando contra una fuerza súper humana y no sólo una de ellas. Satanás no es un enemigo solitario. Él ha acumulado una fuerza de seres demoníacos que son tan grandes que va más allá de nuestra capacidad de conocer.

Ahora, ¿cómo es que él los define? Regresemos en donde nos quedamos con los términos del versículo 12. Y usted notará que la palabra “contra” aparece antes de cada una de estas palabras separadas. Contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en los lugares celestiales. Ahora, usted notará el uso de la palabra contra que separa cada una de las categorías. Usted tiene principados. Usted tiene poderes. Usted tiene potestades. Usted tiene gobernadores y usted tiene espíritus impíos, literalmente.

Ahora, esto simplemente son categorías de seres demoniacos. Aquí está la afirmación de Pablo: “estamos peleando contra un enemigo súper humano, muy organizado. En el orden gubernamental de Dios, usted notará que conforme usted estudia a Dios y a los ángeles santos, Dios organizó a los ángeles. Dios creó a todos los ángeles, creo yo, dice la Biblia, todos los ángeles en una ocasión. Los ángeles no procrearon. Entonces, todos fueron creados en algún punto en la eternidad pasada. Todos ellos fueron creados en un punto del tiempo. Ellos han existido desde ese entonces. Ellos fueron creados de manera diferente. Así como la gente es diferente, los ángeles son diferentes. Hay diferentes tipos de ángeles.

Por ejemplo, leemos en la Biblia acerca de los arcángeles. Y después, leemos acerca de los querubines. Y leemos acerca de los serafines. Y leemos acerca de principados y potestades y tronos y dominios y esos que son inclusive llamados poderes o “fortalezas”. Y si usted quiere leer eso, vea el primer capítulo de Efesios, versículos 20 al 21 en donde usted encuentra algunos de estos términos.

Entonces, Dios ha organizado a toda esta fuerza angélica desde arriba hacia abajo. Usted tiene a los arcángeles y después, usted tiene a los principados y a las potestades y a los tronos y a los dominios y a las fuerzas y a los querubines y los serafines y todos tienen funciones diferentes, todos tienen capacidades diferentes.

Por ejemplo, lea el libro de Daniel. Si usted regresa a los capítulos 9 y 10, usted aprende algo de esto. Dios dio órdenes, quizás a los arcángeles; y los arcángeles entonces diseminan las órdenes a la multitud de ángeles que entonces la implementan. Y en el caso de Daniel, algunos ángeles fueron camino a asistir a Daniel. Éste ángel va camino a asistir a Daniel, a ayudarle. Él es confrontado en los cielos de una manera, en algún punto, por un demonio que lo detiene.

Ahora, no sé cómo es que eso funciona. Ellos son seres espirituales, pero eso no es para que yo lo sepa. Algún día, quizás, lo sabré. Pero bueno, de cualquier manera, este demonio detiene a este ángel santo y evita que cumpla su propósito. Y entonces Dios, despacha a Miguel quien es el súper ángel, Arcángel. Él desciende, se encarga del demonio y él envía al ángel a que cumpla su misión, lo cual significa que un ángel aparentemente tiene mayores recursos al enfrentar al enemigo que otro, lo cual simplemente muestra las distinciones entre los seres angelicales.

Ahora, también entre los demonios hay distinciones. Mientras que usted tiene a los principados y a las potestades que quizás estén más involucrados en operaciones más elevadas, después usted tiene, observe la frase “los gobernadores de las tinieblas de este siglo.” Literalmente debe ser traducida “los gobernadores del mundo de esta oscuridad.” Estos serían demonios que infiltran la estructura política del mundo. Son los llamados “gobernadores del mundo de esta oscuridad”.

El término oscuridad se refiere al infierno y al foso del infierno y al dominio de Satanás. Cuando usted fue salvo, Colosenses 1:13 dice que usted fue sacado de la potestad o del Reino de las tinieblas y fue trasladado, fue sacado del reino de las tinieblas. La Biblia dice que el infierno es un lugar de tinieblas en donde hay lloro y crujir de dientes. Es llamado las tinieblas de afuera y entonces, tinieblas son sinónimo del dominio de los demonios con la morada de Satanás.

En Apocalipsis, capítulo 9, es de las tinieblas que salen las langostas viles para vencer a la tierra. Y entonces, las tinieblas están asociadas con el dominio de Satanás y la luz, con el de Dios. Y de esta oscuridad vienen los gobernadores mundiales. Yo creo que, tras bambalinas, gobernando al mundo, hay fuerzas demoníacas.

Sabe una cosa, me parece interesante que en la actualidad la gente siempre me está preguntando esto a donde quiera que voy “¿crees que hay una especie de conspiración mundial?” Ahora, la gente la ha llamado de todo tipo de cosas. Han hablado de los escritos antiguos de esto y los escritos egipcios; y la gente utiliza la frase los Illuminati, los iluminados y hablan de esta conspiración y de aquella conspiración y qué hay acerca de esa pirámide que está en el billete de dólar con el ojo ahí, lo cual es un símbolo ocultista y esta red de cosas. Ellos están preguntando si creo en esto. Si creo que hay demonios en los lugares elevados.

Bueno, no estoy demasiado seguro de que todas estas personas sepan de qué están hablando francamente. Y no estoy tan seguro de que sus fuentes sean apropiadas y toda su información sea correcta. Pero más allá de todas las cosas periféricas, no hay absolutamente duda alguna en mi mente de que hay una conspiración global en la cual los demonios están involucrados en lugares elevados. Operando en el mundo para cumplir sus propios fines. No hay duda al respecto.

Ahora, sea cual fuera la terminología que adoptan y sea lo que sea que pensemos que son, no estoy seguro de esto. Y soy muy lento en creer algunas de las cosas que leo y escucho, pero sé que los demonios están detrás de los sistemas del mundo, no sólo los Shas y los Idi Amins, sino los sofisticados del mundo también. Y es que el Antiguo Testamento dice que los dioses de las naciones son demonios. No hay duda en mi mente de que los demonios estuvieron detrás de Hitler. Y no hay duda en mi mente de que los demonios estuvieron muy activos en otros gobernantes mundiales tales como Napoleón, Alejandro el grande y demás y demás. Y podríamos continuar.

Sí, por supuesto, eso es lo que Pablo está diciendo. No sólo son principados y potestades, ciertos tipos de demonios de alto rango, sino que están los gobernadores del mundo que han salido de esta oscuridad también. Y yo creo que el mundo es de Satanás. ¿Usted cree eso? Él es el príncipe de este mundo, ¿verdad? Él es el príncipe de este mundo y yo creo que ha infiltrado al mundo con la red de gobernantes mundiales que son demoníacos; y yo creo que la manera en la que va dirigiéndose el mundo, va en esa dirección debido a la influencia demoníaca.

En algunos lugares, es abierto, como es el caso de Idi Amin. En otros lugares, es encubierto, tal como en la ocupación de fuerzas demoníacas funcionando en nuestro propio país para cumplir fines impíos, humanistas, ateos. Pero ahí está. No hay duda del hecho de que está ahí. De hecho, encontramos la culminación de este sistema definido en Apocalipsis 18 como un sistema conocido como Babilonia, lo cual literalmente será aplastado y destruido cuando el Señor Jesús venga para establecer Su Reino.

Y entonces, el término, por cierto, “gobernadores del mundo” aquí en el versículo 12, gobernadores de las tinieblas de este siglo, es una palabra en el original. Simplemente una palabra. Éstos demonios están detrás de las fuerzas del mundo.

Recuerdo que estaba hablando con un joven que había salido del ocultismo y él estaba muy involucrado a niveles muy altos en esto. Él había investigado hasta niveles altos, altos de lo que era llamado una sociedad de la edad de Marcos. Y él estaba obteniendo todo tipo de oportunidades para poder encontrar algo de información confidencial. Y le estaban enseñando que en un punto en particular del tiempo cómo la red demoníaca operó y cómo los demonios estaban involucrados en todas estas cosas. Le dieron el nombre de ciertos demonios que estaban involucrados en las Naciones Unidas y ciertos demonios estaban ocupándose en varios continentes y en varios países. Y él me dijo cosas que literalmente iban más allá de mi comprensión.

No hay duda acerca del hecho de que ésta es una realidad bíblicamente, por no decir nada del testimonio de algunas personas que conocen esta información. Y entonces, lo que estamos diciendo es esto, amados: que estamos en una guerra que es muy sofisticada. Hay demonios de alto rango que son poderosos, que son principados y potestades. Hay otros que se encuentran ocupando lugares de liderazgo en el mundo, conforme literalmente moran en los gobernantes mundiales. Y entonces, las líneas de batalla están trazadas.

Es contra esta fuerza increíble que peleamos. Estamos en contra de un enemigo que va más allá de nosotros. No lo podemos ver. No lo podemos tocar. No podemos ser más inteligentes que él. Engaña, miente, es poderoso, sobrenatural, súper humano. Y ahí es donde está la batalla. Y entre más pronto usted se dé cuenta, mejor estará. Ahí es donde está la batalla. Y si usted no sabe que hay una batalla, como dije, probablemente ha perdido una a lo largo del proceso, porque realmente no ha tomado el tiempo para pensar. Lo más triste, como dije al principio, que jamás podría pasarle a Grace Community Church es que llegáramos a pensar que no necesitamos de nada, ser autocomplacientes. Y que simplemente no sentáramos y dijéramos ‘bueno, ¿sabes una cosa? Ahora lo tenemos todo, sabemos todo, no nos falta nada. ¿No es todo maravilloso? Estamos aquí; todo está bien”.

De pronto, olvidamos que hay un mundo entero que está perdido. ¿Cuándo fue la última vez que usted trajo a alguien aquí? ¿Cuándo fue la última vez que usted trajo a la gente y vino un domingo por la noche porque sabía que se iba a dar la Palabra de Dios y usted sabía que Jesús iba a hablar a través de Su Palabra? Usted dice, “¡ah!, sabes una cosa. Estoy muy cansado. Comí mucho y hay algo en la televisión.”

¿De qué está hablando? ¿Qué pensaría usted de una persona que estuviera en un equipo deportivo que no se presentara para un juego porque él se sentía un poquito así? ¿Qué pensaría de un soldado en un ejército que no apareciera para la batalla porque se sentía tan bien acostado en las barracas? ‘Simplemente estaba tan cómodo, hoy comí tan bien, creo que hoy voy a faltar al servicio y voy a dejar que alguien más pelee la batalla. Eso no tiene sentido.

¿Sabe una cosa? Tratamos de proveer los recursos, pero en la provisión misma de la abundancia de los recursos está el engaño latente de que esto es el principio y el final. Y de pronto, Grace Community Church se convierte en un fin en sí misma en lugar de ser un medio para alcanzar un fin. ¿Sabe por qué le predico a usted el domingo por la mañana y el domingo por la noche? ¿Sabe usted por qué la gente le enseña la Palabra de Dios? Porque queremos que usted gane la guerra. Queremos que usted tenga los principios para ponerse la armadura y vivir la vida y ser victorioso. Queremos penetrar el Reino de Satanás de tal manera que haya una diferencia. Queremos exaltar y levantar al Señor Jesucristo y a menos de que podamos mantener esa visión en perspectiva, vamos a perder todas las cosas que ganemos.

Ahora, ¿cuál es el objeto de nuestra batalla? ¿Cuál es nuestra parte? ¿Qué es lo que debemos hacer? Versículo 13, y tan sólo hablaremos de esto por un momento, “por tanto”. Y esa es la frase que necesita observar. Escuche: si la fortaleza está en el Señor, versículo 10 y si tenemos toda la armadura disponible, versículo 11, y si el enemigo es así de fuerte, y si el enemigo es así de poderoso, “por tanto, tomad toda la armadura de Dios.”

Digo, más vale que te la pongas si es así de serio. Si Dios es tan poderoso y la armadura es tan necesaria y si el enemigo es tan poderoso, entonces, ponte la armadura. Eso es lo que él está diciendo. Usted no puede ser indiferente. Usted no puede perder. Póngase la armadura para que pueda resistir en el día malo.

Usted pregunta cuál es el día malo. Hoy. Hoy es el día malo. Es correcto. Hoy es 29 de abril de 1979. Éste es el día malo. Y también mañana. Y todo día ha sido malo desde que Satanás usurpó el trono del mundo. Éste es el día malo, desde el momento en el que el usurpador se apoderó, hasta que sea arrojado al foso sin fondo. Éste es el día malo y la maldad ataca al Reino de Dios; y él dice, “para que podáis resistir, usted debe tener la armadura puesta y habiendo acabado todo, estar firmes.” Usted debe ponerse la armadura y habiendo acabado todo, estar firmes. Oh, me gusta eso. Estar firmes. Bueno, ¿sabe una cosa?, me gusta ver, cuando el terror de la batalla se acabe y se asiente el polvo, y se disipe el humo, que alguien está de pie, firme.

Estuve en Escocia, se me acercó un hombre en Fraserburgh; y él tenía un alzacuello, como algunos de ellos lo hacen en la iglesia. Y él se presentó. Dijo que su nombre era Reverendo Cecil Mills. Él dijo que era un ministro y que lo había sido por muchos años. Él preguntó si mi padre era Jack MacArthur. Y yo le contesté que sí.

Él dijo que mi padre fue a Irlanda por lo menos 30 años atrás. Y él dijo que fue con otros dos otros hombres para tener un avivamiento en Irlanda, en Belfast y por toda Irlanda. Y él dijo que, en esa reunión, fue a escuchar a mi padre y recibió a Jesucristo y dedicó su vida al ministerio. Y él dijo: “ahora soy pastor debido a que el Señor usó a su padre y yo me preguntaba si de hecho era su padre. ¿Y me haría el favor de decirle eso cuando lo vea?”

Yo le dije que lo haría. Y él me preguntó si podía hacerme la pregunta. Me preguntó dónde estaba mi padre ahora. Le dije que estaba pastoreando, ministrando, enseñando la Palabra, como siempre lo ha hecho. Y él me preguntó si todavía era fiel a la palabra. Y yo le contesté que sí, que todavía es fiel a la Palabra, todavía sigue adelante, todavía está firme. Y él respondió: “bien.”

Y él preguntó qué le sucedió a Chuck y le respondí que él apostató, negó la fe, dejó la Verdad, negó la Palabra de Dios. Y él dijo: “¡oh, oh! Eso es tan triste, él tenía tanto potencial.” Y él dijo preguntó qué le pasó a Jack. Y contesté que él murió siendo alcohólico. Él dijo “¡oh, no!” Y yo le dije que así fue.

No me gusta decirles eso, pero ¿quieren saber algo? Tres hombres fueron a Irlanda hace 30 años atrás. E hicieron todo. Y muchas personas lo han hecho todo, pero cuando la batalla se acaba y se asienta el polvo, no todos están firmes, no todos están de pie, ¿se da cuenta? No todos están de pie.

Ahora, hay personas que lo hacen todo. Recibí una carta esta semana de una dama. Y ella dice que ha estado en Grace Community Church por muchos años y ha estado muy involucrada, pero ella dijo que ya se iba porque había decidido casarse con un incrédulo. Habiéndolo hecho todo, ella ya no está firme.

Pablo dice: ¿saben una cosa?, estoy dispuesto a predicar. Estoy dispuesto a pelear. Estoy dispuesto a correr para ganar esta carrera, 1 Corintios 9. Estoy dispuesto a hacer todo lo que pueda por la causa de Jesucristo, pero en la profundidad de mi corazón, tengo un temor: que, al predicar, yo mismo me vuelva un, ¿qué? “Alguien descalificado.”

Escuche. Hay muchas personas lo hicieron todo, lo hicieron todo. Pastorearon una Iglesia, enseñaron una clase, tuvieron un estudio bíblico, llevaron a la gente Jesucristo; pero cuando la batalla enardeció y el humo se disipó, quedaron derribados. ¿Sabe por qué? Porque ellos no tenían puesta la armadura. Ellos no tenían puesta la armadura.

He visto a personas en Iglesias que dicen: “¿sabes una cosa?, nuestro pastor tal y tal, le pasaron cosas terribles en su vida.” ¿Por qué? Porque él no tenía puesta su armadura, no se dio cuenta de lo fuerte que era el enemigo. Bueno, pero, ¿qué hay acerca del poder de Dios? ¿Acaso Dios no lo podía proteger? El poder de Dios lo podía proteger, pero él no se lo apropió. ¿Se da cuenta?

Escuche, no perseguimos al diablo. No dice que busquemos al diablo y lo atrapemos. No dice que vayamos a buscar a esos demonios y que podemos llamarlos por nombre y perseguirlos por todos lados; enviarlos al foso y todo eso. No dice eso.

Lo que dice es que cuando vengan a ustedes, simplemente estén firmes. Y, por cierto, la palabra estar firme aquí es la misma palabra utilizada en Santiago 4:7 en donde dice “resistid al diablo y él huirá de vosotros”. Exactamente la misma palabra usada en 1 Pedro 5:8 y 9, en donde dice que el diablo anda como león rugiente buscando alrededor a quién devorar. Y el versículo 9 dice: “al cual resistid firmes en la fe.” Misma palabra.

Se nos ha llamado a estar firmes y a resistir. Escuche. Satanás estará ahí atacando constantemente si usted está viviendo para Dios. Usted no tiene que encontrarlo. Simplemente, esté firme en contra de él con la armadura puesta.

¡Oh Dios, ayúdanos! ¿Sabe una cosa?, yo los veo a todos ustedes y oramos por ustedes y los amamos. Y a tantos de ustedes los conocemos tan bien. Y ustedes tienen en tanto de la verdad de Dios y aquí hay tantos recursos… Y, sin embargo, saben una cosa, si ustedes viven de manera necia sin ponerse la armadura y no viven el tipo de vida que Dios quiere que ustedes vivan y ustedes no están en el medio de la batalla equipados y listos para hacer lo que Dios quiere que sean, apropiándose de los recursos, algún día, ustedes podrían caer.

Y cuando ustedes caen, es tan triste porque es un colapso tan terrible; y el mundo, en cierta manera, se sube sobre ustedes y los ven ahí en el piso y se ríe por sus fracasos. Y ustedes pierden su recompensa, ¿saben? Segunda de Juan versículo 8: “mirad por vosotros que no perdáis las cosas que habéis alcanzado, sino que recibáis vuestro galardón completo.” ¿Sabe usted que usted puede acumular una recompensa para recibir en el cielo, para colocarle a los pies de Jesucristo y perder todo eso al caer?

Yo veo en mi propia vida y veo todas las cosas que Dios me ha dado, un legado piadoso, todos los predicadores que hay en mi trasfondo. Soy la quinta generación de predicadores. Y he visto todo el legado piadoso. Y veo toda la educación que Dios me dio y el ministerio aquí y ahora, cómo Él ha bendecido mi vida y la ha enriquecido con amigos y personas que están a mi lado en oración. Y cómo nos ha dado fruto más allá de lo que jamás imaginamos. Y veo todo esto.

Y, sin embargo, sé en lo profundo de mi corazón que todo esto es la gracia de Dios. Y si yo fuera a tropezar y a caer, perdería todas estas cosas. Y las perdería en términos de victoria en esta vida. Oh, sería salvo porque ningún hombre puede arrebatarme de la mano del Padre. Pero perdería la bendición y el fruto y la recompensa. Y entonces, estamos firmes. Eso es lo que dice.

Ahora amados, escuchen. Si usted va a estar firme, usted tiene que ponerse la armadura. Éste es el punto de lo que quiero que entienda. Usted tiene que ponerse la armadura. Observe la armadura conmigo por un momento, si es tan amable. Simplemente lo voy a leer desde el versículo 13 al 17 para que esté en su mente.

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del Evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.”

¡Qué cosa tan tremenda! Vamos a descubrir en las próximas semanas lo que cada una de estas cosas significan. Pero quiero que me escuche por ahora. Y quiero que entienda esto. No es fácil, y creo que entre más estamos firmes por Cristo en el mundo, más fuerte va a ser la batalla. Y más nos va a gustar, porque Dios va a ser glorificado aún más. Y creo que necesitamos estar listos.

Pero creo que haya algo que quiero añadir. El Señor tiene la fortaleza, versículo 10; versículo 11, nos ponemos la armadura, porque el versículo 12 dice que el enemigo es tan fuerte. Versículos 13 al 17 definen la armadura, pero aun cuando nos la ponemos – ahora, escuche esto - aun cuando estamos listos y la armadura está puesta, él dice en el versículo 18: “orando siempre.” ¿Por qué? Porque aun cuando estamos equipados, dependemos de Dios, ¿se da cuenta?

Y entonces, amados, hacemos un pacto juntos de orar unos por otros “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu y velando en ello con toda perseverancia y súplica…” ¿Y por quién estamos orando? Por todos los santos. ¿Está usted orando unos por otros en la batalla? ¿Realmente está orando?

¿Sabe una cosa?, cuando nos reunimos para una reunión de oración, hablamos de que alguien se rompió la pierna y que alguien está en un tratamiento médico y todas esas cosas; y me preguntó si realmente oramos por las cosas necesarias. En lugar de orar porque Dios repare cuerpos, debemos orar porque Dios dé fortaleza al Espíritu y a las almas. Así es como nuestra vida de oración debe ser.

Debemos estar recogiendo a personas, en primer lugar, en su propia familia. ¿Ora usted por sus hijos, para que ganen la batalla? Marido, ¿ora usted por su esposa, para que ella gane la batalla, para que ella se ponga la armadura? Esposa, ¿ora por su marido? En lugar de estarse molestando el uno a otro, ¿por qué no oran el uno por el otro? Digo, quizás ésa es la solución.

Si vamos a comenzar con una red de oración el uno por el otro, para que estemos firmes en la fortaleza de Dios, yo creo que Dios va a oír y responder a nuestra oración. Si vamos a estar dispuestos a pelear la batalla como Dios quiere que sea peleada y estemos dispuestos a pagar el precio, yo creo que Dios nos va a dar la victoria que absolutamente nos va a traer un éxtasis que jamás hemos conocido. Grandes gozos vienen en grandes victorias.

Bueno, en cierta manera les he abierto mi corazón en esta mañana. Simplemente, tengo temores, usted sabe. Vengo el domingo por la noche a predicar y veo lugares vacíos. Y, sin embargo, el domingo por la mañana, no veo ningún asiento vacío y me pregunto a qué nivel está en la gente comprometida. Me doy cuenta de que algunos de ustedes viven lejos. No pueden venir, yo sé que tienen problemas; pero pienso en lo profundo de mi corazón, hay tantas personas que simplemente no entienden que ésta es una batalla. Ésta es una guerra y sólo tienen una oportunidad. Es sólo un único juego. Y cuando se dispare el último disparo, y todo se acabe, lo que usted hizo estará en el registro. Y entonces, le pido a Dios porque nos dé fortaleza para ganar. Oremos.

Padre, simplemente presérvanos de la torpeza de la carne, del engaño de Satanás, la sutileza de sus huestes demoníacas, el engaño que el mundo nos presenta. Dios, ayúdanos a salir y a apartarnos. Ayúdanos a ponernos la armadura. Ayúdanos a vivir con valentía según Tus principios. Haznos un gran ejército, oh Señor. Un gran ejército. Levántanos para pelear. Que el himno antiguo, “adelante, soldados cristianos” no sólo sea un himno antiguo, sino que sea una orden de marcha para marchar ahora, “adelante soldados cristianos, que van a enfrentar al enemigo.”

Recordamos las palabras del escritor del himno que dijo: “no se acobarden, cristianos. ¿Cederán? ¿Se rendirán en el campo doloroso? ¿Huirán en la hora del peligro? No conocen el poder de su capitán.” Dios, ayúdanos para que nos dediquemos a vivir para Ti a toda costa. 

 

 

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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