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Llegamos ahora al momento del estudio de la Palabra de Dios. Y de nuevo llegamos al capítulo 26 de Mateo. Y para esta mañana queremos comenzar un estudio de los versículos 47 al 56. Mateo capítulo 26 comenzando en el versículo 47.  

Esta porción en particular es una que genera en mi corazón una tremenda cantidad de emoción, sentimientos tremendos de – supongo de enojo, por un lado, y amor por el otro, de un deseo de venganza, por un lado, sin embargo, de confianza plena en el plan de Dios por otro lado. Porque este pasaje nos narra el acto de traición y el arresto de Jesucristo. Y hay cosas ahí que me enojan, espero con una indignación santa que el Hijo de Dios llega a ser tratado así. El beso de Judas es un acto menospreciable y feo y repulsivo y repulsivo. Todo de ese acto es desagradable, de menosprecio injusto para el bendito Hijo de Dios.

Entonces emana dentro de mí cierta cantidad de indignación, cierta cantidad de enojo, cierto deseo de venganza. Pero, por otro lado, Cristo está a una calma tan perfecta en medio del desarrollo del plan redentor de Dios que encuentro consuelo en su propio consuelo y confianza. Si hay una palabra más fea o repulsiva en el idioma inglés o español que la palabra traidor tiene que ser el nombre propio Judas. Y ahora llegamos a ese texto en el que enfrentamos cara a cara a Judas el traidor. Y el varón de dolores, quien está tan experimentado con el quebranto, enfrenta otra experiencia profunda de dolor. Conforme Él es traicionado por uno de sus propios discípulos y arrestado para ser ejecutado en una cruz.

Es un pasaje narrativo. Y conforme avanzamos a lo largo de esta narrativa nos encontramos en la tristeza de la escena, el drama de la escena, la tragedia de la misma, como también el triunfo. Y conforme medité en este pasaje en las últimas 2 semanas tratando de identificar una manera en la que pudiéramos atravesar por medio de esto y entender el significado profundo de esto, pareció como si la mejor manera es simplemente identificar a los diferentes participantes en la escena. Y conforme vemos a cada uno de ellos, conforme se desarrolla la escena nos encontramos capaces de entender lo que está pasando.

Y entonces queremos examinar el ataque de la multitud, el beso del traidor, la derrota de los discípulos y el triunfo del Salvador. Comenzamos en el versículo 47 con el ataque de la multitud. “Mientras todavía hablaba vino Judas, uno de los 12, y con él mucha gente con espadas y palos de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.” Mateo, Marcos y Lucas, todos dicen lo mismo. Todos dicen que mientras que Jesús estaba hablando llegó la multitud. Y entonces debemos hacer la pregunta, ¿qué estaba diciendo? ¿De qué estaba hablando él? Y únicamente necesitamos recordar lo que estaba acaba de suceder para que podamos identificar fácilmente eso.

Permítame darle el contexto brevemente. El jueves nuestro Señor se levantó en la mañana con los discípulos y los envió para preparar la cena de la Pascua para celebrarla el jueves por la noche. Todos los preparativos estaban listos. Y el jueves después del atardecer Él junto con sus discípulos en un Aposento Alto prestado en la casa de un discípulo, quien no se nombra, celebraron la Pascua. Ahí Él lavó los pies de los discípulos. Ahí Él les enseñó muchas, muchas cosas registradas en Juan 3 al 16. Ahí Él oró por ellos en la gran oración sumo sacerdotal de Juan 17. Ahí Él instituyó su propia cena, la mesa del Señor, la comunión.  Y cerca de la media noche esa noche del jueves con sus discípulos Él dejó el Aposento Alto, se dirigió a la ciudad, ascendieron por el Monte de los Olivos. Y conforme iban ascendiendo se detuvieron. Les enseñó que iban a enfrentar una prueba terrible y cuando llegara no iban a poder enfrentarla, no iban a poder superarla, iban a fallar, lo iban a abandonar. Lo negaron, pero sucedió. Todavía es jueves por la noche.

Y ahora han llegado a un lugar conocido, el huerto Getsemaní. Un huerto que también le pertenecía a un residente de Jerusalén, sin duda un seguidor de Jesús. Un jardín que estaba disponible para Jesús para usarlo cuando quisiera. Y ahí Él iba con frecuencia con sus discípulos, nos dice Juan eso. Y Él se encuentra ahí y otra vez. Conforme Él y los 11 entran, porque Judas ya había sido despedido desde hace un tiempo, inclusive antes de que la mesa el Señor fuera instituida, y está ocupado preparando la traición. Solo hay 11 ahora.

Y conforme Él entra en la puerta del huerto de Getsemaní Él le dice a ocho de los discípulos que se queden en la puerta, y se quedan ahí. Y Él se lleva con Él a Pedro, Jacobo y Juan ahí más adentro en el huerto, en un lugar más aislado, y después los deja y va solo a orar. Y entonces hay ocho que están orando y vigilando la puerta, hay tres que están un poco más adelante vigilando y orando para asegurarse que el Señor tenga un poco de tiempo solo. Él va a orar y Él tiene tres grandes sesiones de oración porque Satanás vino contra Él en tres grandes olas de tentación. Satanás quería distraerlo de la cruz. Satanás quería hacer lo que pudiera para desviarlo de morir, la muerte redentora del Cordero de Dios quien moriría por los pecados del mundo. El tiempo de oración se acabó. Tristemente los discípulos en lugar de orar se durmieron en medio de todo esto cansado sin duda alguna por una semana ocupada, un día ocupado, una gran cena, una caminata larga. Durmieron en lugar de orar.

Y después de esa tercera sesión de oración el Señor regresa, obsérvelo en el versículo 45, Él mira a sus discípulos y les dice, “¿Todavía están durmiendo y descansando? He aquí la hora ha llegado y el hijo del hombre es traicionado y entregado en manos de pecadores. Levantaos, vayamos hacia ellos. He aquí se acerca el que me traiciona.” Y es mientras que Él está diciendo eso, despertándolos de su sueño, diciéndoles no que corran, sino que vayan hacia el traidor y la multitud que Él ahora puede ver moviéndose por el camino en el Monte de los Olivos con antorchas encendidas en la noche. Conforme Él les dice que se levante y se muevan hacia delante llegamos al versículo 47, mientras que Él estaba hablando todo está sucediendo tan repentinamente, tan rápido, “He aquí – Mateo dice – mirad, Judas está aquí. Judas, uno de los 12.”

Dice, una afirmación bastante interesante, Judas uno de los 12. Esa es una designación común para Judas, uno de los 12. Al principio cuando usted la ve no parece ser nada de especial, pero es repetida tantas veces y usted termina con la idea que es especial. En Marcos 14:10, “Y Judas Iscariote, uno de los 12.” Y en el versículo 20, Él respondió y les dijo, “Es uno de los 12 que moja conmigo en el plato.” Y en el versículo 43 de Marcos 14, “Inmediatamente mientras que Él hablaba vino Judas, uno de los 11.” Y Lucas lo dice en el capítulo 22, versículo 3, “Judas, uno de los 12.” Y en el versículo 47, “Judas, uno de los 12.” Y terminamos con la idea de que esta designación en particular de Judas conlleva cierta cantidad de menosprecio.

Francamente los escritores de la Biblia son más bien amables en la manera que hablan de Judas, pudieron haber dicho otras cosas, ¿no es cierto? Judas, ese traidor miserable, vil, vulgar, repulsivo. Pero no lo hacen. Son refrendados. Son mucho más refrendados que otros escritores extra bíblicos en la historia. Después de este periodo de tiempo hubieron libros escritos que conocemos como libros apócrifos, esto es fueron libros religiosos escritos de temas bíblicos y acerca de personalidades bíblicas, pero no fueron inspirados por el Espíritu Santo. Pero conforme leemos estos libros tenemos una idea de cómo la gente de esa época pensaba acerca de Judas, porque muchos de estos libros apócrifos y cartas hablan de Judas con un menosprecio y odio tremendo.

Por ejemplo, hay un escrito apócrifo titulado La Historia de José de Arimatea. Y enseña que Judas fue el hijo del hermano de Caifás el sumo sacerdote, y que Judas por diseño fue enviado a infiltrar a los discípulos, a volverse uno de los seguidores como un espía y nada más, con la intención deliberada de llevar a cabo un plan para la destrucción de Jesús. En otro escrito apócrifo llamado Los Actos de Pilato hay enseñanzas de que Judas se fue a casa inmediatamente después de traicionar a Cristo y encontró a su esposa cocinando un pollo. Y le dijo a su esposa que estaba planeando matarse a sí mismo porque él tenía tanto miedo de que Jesús resucitara de los muertos y fuera tras él. Su esposa en ese momento respondió, según los Actos de Pilato, este tratado antiguo, que Jesús no resucitaría más de los muertos, que el pollo que ella estaba cocinando saltaría del fuego y cantaría. Y en ese mismo instante el pollo hizo exactamente eso. Y Judas instantáneamente salió y se ahorcó.

Hay otro manuscrito antiguo muy interesante llamado Las Narrativas Cópticas del Ministerio y la Pasión. Y enseña que la esposa de Judas amaba el dinero, y ella planeó todo para conseguir dinero, y él no fue nada más que un instrumento para su esposa avara, manipuladora, dominante. Y si usted conoce algo de esa cultura sabría que el hecho de que un hombre fuera estimado como el siervo de una esposa dominante era la calumnia definitiva. En un escrito del siglo XII llamado El Aura Legendaria nos dice que Judas fue arrojado al mar por sus padres cuando era joven. De alguna manera hicieron que flotara. Sobrevivió al hecho de que se deshicieran de él, aparentemente la intención del escritor es indicar que él inclusive fuego un hijo despreciado, y no pueden pensar en algo mejor que hacer con él más que arrojarlo al océano. Y años después él llegó a la que era Palestina de regreso y terminó sirviendo a Poncio Pilato. En ese tiempo en particular él conoció y se casó con una mujer hermosa, y descubrió después de su matrimonio que ella era su madre. Y la base de todos sus problemas entonces era un complejo de Edipo.

Ahora, esto es ficticio, pero le da a usted una idea de cómo la gente dentro de la iglesia veía a Judas. En la Cátena de Kramer, otro escrito, dice que Judas después de traicionar a Cristo se enfermó, se enfermó de manera severa y se hinchó tanto que un vagón podía pasar por una puerta por la que no podía pasar Judas. Su cabeza se hinchó tanto que los médicos no podían encontrar sus ojos. Los gusanos y la corrupción comenzaron a salir de su cuerpo. Y el lugar en el que él murió tenía que ser evitado totalmente debido al olor tan terrible. Otro escrito antiguo dice que él fue matado cuando él fue aplastado por un vagón, de tal manera que su cuerpo explotó.

Ahora, el punto de todo eso es decirle que a lo largo de la historia temprana de la iglesia había un odio terrible hacia este hombre Judas, y se manifiesta en los escritos de estas descripciones ficticias de su muerte. Pero cuando usted ve a los escritores de la Biblia no hay nada de eso. Lo único que dicen de esto este hombre es que fue uno de los 12. Y esa afirmación en lugar de conllevar simplemente menosprecio y repulsión pura tiene incorporado en él cierto tipo de misterio profundo, ¿no es cierto? Es casi como si estuvieran diciendo, “Es imposible creerlo, pero este hombre que traicionó a Jesús fue uno de los 12.” En otras palabras, Él lo conoció de manera más íntima que cualquier otro ser humano sobre la faz de la tierra, y aún así hizo esto. Es casi como si estuvieran diciendo, “Es inconcebible imaginarlo, pero él era uno de los 12.”

Y entonces en lugar de que sean afirmaciones de repulsión o menosprecio son afirmaciones de asombro y shock, uno de los 12. Es temprano viernes por la mañana cuando él llega, este Judas, después de la medianoche. Él ya ha reunido a toda la gente para llevar el plan final a un clímax. Él se había ido hace mucho tiempo atrás de la presencia de los discípulos. Juan 13:30 dice que él salió y era de noche. Y él salió antes de que la mesa del Señor fuera inclusive instituida. Y al irse aprendemos en escritura que él salió y consumó su acuerdo con los líderes judíos. Él ya había acordado con ellos por dinero. Él dijo, “¿Cuánto me van a dar si les entregó a Jesús?” Estaba listo el trato y él fue y los reunió y dijo, “Este es el momento. Tienen que actuar con rapidez. Esta es la noche. Está callado. Este es el momento. Aprovechen la noche. Aprovechen el hecho de que Jesús está alejado de las multitudes. Él ha ido a un lugar privado con sus discípulos. Él está solo con ellos. Este es el mejor momento.”

Él también se ve presionado por la avaricia. Él tiene tanta hambre de dinero que él está corriendo rápidamente para conseguirlo. Él está poseído por Satanás de tal manera que él ya no está en control de lo que él hace, porque dice la Biblia que Satanás entró en Judas. Y él ha actuado bajo el impulso de su avaricia. Y él ha actuado bajo el impulso de Satanás viviendo en él. Y él ha juntado a los líderes y a los soldados. Y entonces todos vienen ahora a capturar a Cristo. Y están en el huerto. Llegan. Él quiere su dinero. Él quiere su botín. Él quiere su compensación por lo que él cree que son años desperdiciados de pobreza siguiendo un Mesías que no va a traer un reino y exaltarlo a la gloria que él había esperado. Créame, han sido unas cuantas horas de mucha actividad desde que él dejó ese Aposento Alto el jueves por la noche. Él corrió para ver a los líderes judíos. Tuvo que reunirse con ellos. Y después tuvieron que obtener permiso de los romanos.

Yo creo que probablemente hubo una reunión con Pilato mismo. Pilato estaba en Jerusalén en este momento, por lo que sabemos de los acontecimientos, aunque su palacio principal estaba en Cesárea, desde donde él gobernaba esa área en particular bajo el emperador romano César. Pero Pilato estaba consciente. En el capítulo 27 de Mateo, versículo 62-65, “Y al día siguiente – dice – los principales sacerdotes y los fariseos se reunieron con Pilato diciendo señor, nos acordamos que el engañador dijo mientras que estaba vivo, después de 3 días de resucitaré.” Y no identifican a Cristo más como el engañador. Y me indica que debieron haber tenido alguna conversación previa con Pilato para identificar quién era esta persona.

Entonces él tiene que reunir a los líderes judíos, conseguir permiso de Pilato. Y por lo tanto de alguna manera debió haber hecho que todo mundo convenciera a Pilato y habrían estado dispuestos a hacerlo los líderes judíos de que este Jesús era un rebelde potencial, un terrorista, un problema real para la Roma, y que Él iba a guiar algún tipo de insurrección en contra de Roma. Y no querían otra de estas cosas. Acababan de terminar con una. En Marcos capítulo 15 recuerde que dice, “Había uno llamado Barrabás que había estado con ellos con los que habían estado en una insurrección con él, que había cometido homicidio en la insurrección.” Barrabás fue líder de una revolución terrorista en contra de los romanos. Y acababan de terminar con eso y habían colocado a Barrabás en la prisión. Y ven a Jesús como otro Barrabás potencial. Y los líderes judíos habrían hecho creer a los romanos que Jesús iba a guiar una revolución en contra de Roma. Y más vale que la detengan antes de que comience.

Entonces en base a esa idea los soldados romanos se unen a los líderes judíos bajo el liderazgo de Judas y proceden al huerto para capturar a Jesús. Bien podría haber sido que el Aposento Alto fue explorado primero para ver si Jesús todavía estaba ahí con sus discípulos. Y cuando determinaron que Él ya no estaba ahí Judas sabía a dónde iría Él. Y eso lo hizo tan simple porque el huerto Getsemaní estaba fuera de la ciudad. Estaba oscuro. Podían preceder proceder ahí sin causar ningún tipo de conmoción. Y de hecho los soldados Romanos estaban por todos lados. Los romanos habían traído tropas adicionales para la Pascua. Y entonces ver a un escolta de soldados romanos marchando por la ciudad no habría sido molesto en particular. Ver a un grupo de líderes judíos y sanedristas juntos no habría sido molesto porque esta era una temporada alta y santa. Y si se reunían afuera de la puerta juntos bien podría haber sido que la gente no habría sabido lo que estaba pasando.

Y entonces parecía que el momento estaba ahí, estaba en la mente de Judas, estaba en la mente de Satanás, estaba en la mente de los líderes religiosos, estaba en la mente de los romanos, y créame, estaba en el plan de Dios. Porque lo que estaban haciendo estaba siendo hecho por el consejo determinado y anticipado conocimiento de Dios, dice en Hechos capítulo 2. Entonces aquí viene Judas. Satanás lo poseyó, sin embargo en una misión ordenada por Dios. Ahora, con él, observe, vino una gran multitud, una multitud, una multitud grande. Ahora, queremos descubrir quién es esta multitud.

Entonces leemos más adelante. Principales sacerdotes y ancianos del pueblo. Los principales sacerdotes, como usted sabe, eran aquellos que guiaban la actividad religiosa de Israel. Los ancianos eran representantes del pueblo que gobernaban. Es una combinación del sanedrín, el consejo gobernante de Israel y el sacerdocio, los principales sacerdotes. Habría sido constituido por saduceos y fariseos. Todos estaban ahí. Es importante recordar esto. Fueron los líderes judíos y los gobernantes judíos quienes están detrás de todo esto. Eso no puede ser negado. Eso no significa que todo el pueblo judío en la nación quería ser parte de esto. No significa que todos fueron simplemente guiados por sus líderes. No significa que fue su propósito y deseo. Pero se volvieron víctimas del liderazgo de ellos. Pero fueron los líderes judíos sin duda alguna.

De hecho, en Juan 18:3 dice que fue una banda o grupo y oficiales de los principales sacerdotes y los fariseos. Entonces los saduceos estaban ahí, eran los principales sacerdotes. Los fariseos primordialmente constituidos por el sacerdocio regular. Y después también los del sanedrín. Todos ellos estaban ahí. La suma de eso habrían sido varios cientos. El sumo sacerdote estaba ahí, porque más adelante conocemos al siervo del sumo sacerdote, quien habría sido una persona muy, muy importante quien habría asistido al sumo sacerdote, el cargo religioso más elevado en la tierra.

Ahora, en Juan 18:3 dice que había un grupo, la palabra grupo en ciertas versiones, el griego es espeira. Ahora, espeira es una palabra interesante. Básicamente significa un grupo de soldados. Y una espeira es una décima parte de una legión en el ejército romano. La décima parte de una legión. Ahora, una legión son 6,000 hombres. Entonces la décima parte de eso son 600 hombres. Una legión completa 6,000; un grupo 600, añada a eso varios cientos de sacerdotes, 70 quizás del sanedrín. Y usted está llegando a unas 1,000 personas que están marchando al lado del Monte de los Olivos. Y usted añade a oficiales y siervos y usted tiene un grupo grande. Y todos estos soldados Romanos vinieron porque estaban bajo la impresión de que ese hombre era un rebelde, un revolucionario, un terrorista, un insurreccionista como Barrabás.

Ahora, el grupo de romanos habría estado bajo el liderazgo de un quilliarca, quien habría sido más elevado de lo que conocemos como un coronel. Habrían estado acuartelados en el Fuerte Antonia. Usted todavía puede caminar sobre el piso del Fuerte Antonia si usted va a Israel, está ahí apenas al norte del área del templo. Los líderes todos estaban ahí, principales sacerdotes. Lucas 22:52 dice, “Capitanes del templo.” Eso habría sido la policía del templo. Eso añade otro grupo. Y los ancianos todos estaban ahí. Y Juan dice que vinieron con linternas y antorchas para ver ahí en la noche. Pero más que eso, porque era luna llena, el mes comenzaba con la nueva luna, la Pascua estaba a la mitad del mes.

Entonces habría sido luna llena. Y la luna llena a esa parte del mundo es muy brillante. Sin embargo, vinieron con linternas y antorchas porque quizás supusieron que habría habido una persecución y una cacería para sacar a Jesús de alguna cueva o un lugar donde estuviera escondido. Entonces vinieron para llevarse al conspirador, para llevárselo a la fuerza si hubiera sido necesario con 1,000 hombres. Ahora, regrese el versículo 47. Leemos que también tenían espadas y palos, espadas y palos. La palabra espada es macaira. De hecho, cuando Pablo bosqueja la armadura de un cristiano en Efesios 6 él usa la palabra macaira. Llevaban esa espada corta, esa daga, como también espadas grandes anchas para ciertos tipos de batalla. Llevaban normalmente la espada grande cuando iban a un conflicto armado con otro ejército. Llevaban esa daga corta, pequeña en una ocasión como esta para arrestar a este hombre que pensaban que era un revolucionario.

Y después observé si es tan amable que dice que llevaban palos, julon, literalmente significa palos, como un palo del que llevaría un policía. Esta era el arma normal de la policía del templo. Entonces los judíos estaban armados y los romanos también estaban armados. Es una escena impresionante. Es una escena absolutamente impresionante. En lugar de darle la bienvenida al Hijo de Dios. En lugar de abrazar al Mesías que habían esperado por tanto tiempo. En lugar de caer a los pies de aquel que debió ser adorado como el Cristo viviente de Dios envían a un grupo de soldados para golpearlo, para someterlo, para apuñalarlo si fuera necesario para quitarle la vida.

Y conforme vi esa escena y medité en ella vi un en ella una ilustración tan vivida de la impiedad del mundo. La impiedad del mundo nunca se manifiesta más que en la manera en la que el mundo trata a Jesucristo, nunca. Si usted no piensa que el mundo es impío entonces pregúntese cómo puede rechazar a la persona más pura, más maravillosa y más amorosa que jamás caminó sobre la tierra. Si este no es un mundo impío dígame entonces por qué rechaza al perfecto. Nunca hay una ilustración más grande la impiedad del mundo que esta. Judío y gentil por igual que rechazan a Cristo. Piense en su impiedad.

En primer lugar, su impiedad se manifiesta en el hecho de que son injustos, son injustos, el mundo es injusto. ¿Acaso tenían el derecho de llevarse a Jesucristo y matarlo? ¿Qué crimen había cometido Él? Inclusive Pilato más adelante dice, “No hallo – qué – falla en este hombre. Lavo mis manos de este asunto.” Y Pilato fue un hombre educado en jurisprudencia y ley. Cristo no había hecho nada mal, no había crimen. Son absolutamente injustos. Son absolutamente injustos. Son de su padre, quien es un asesino, Juan 8:44 dice, “El diablo.”

Sus actos en contra de Jesucristo no tienen relación con la verdad. No tienen relación con la equidad. No tienen relación con lo que es justo, con lo que es recto, con la bondad, con la justicia. No tienen capacidad de reconocer a aquel que es verdadero y recto y bueno. Y eso es lo que marca al mundo que rechaza a Cristo en toda generación. Su rechazo de Jesucristo es injusto.

Y escuche, cuando el mundo puede rechazar al Hijo de Dios puro, sin mancha y amoroso nos dice que son impíos. Porque la justicia y la bondad abrazaría a la justicia y la bondad, ¿no es cierto? Y no solo el mundo es injusto, sino que el mundo no piensa, el mundo no piensa.

¿Qué tenían los soldados en Roma en contra de Jesucristo? ¿Qué tenían en contra de Él? Nada. Absolutamente nada. ¿Qué tenían los sacerdotes que estaban guiados por la nariz bajo la dirección del sumo sacerdote y los principales sacerdotes que fueron intimidados por Cristo? ¿Qué tenían en contra de Jesús? Nada. ¿Se acuerda usted que dice en el Evangelio de Juan muchos de los sacerdotes creyeron en él? ¿Qué tenían en contra de él? Absolutamente nada.

Los soldados romanos no tenían nada en contra de Él. Él no había hecho nada por ofenderlos. ¿Los sacerdotes que tenían en contra de él? Nada. ¿Acaso ellos debían cuidar del pueblo de Israel? Sí. ¿Acaso Jesús les ayudó? Sí. ¿Curó las enfermedades de su pueblo? Sí. ¿Restauró a su pueblo a la vida espiritual? Sí. ¿Enseñó a su pueblo la verdad divina? Sí. ¿Qué tenían en contra de Él? Nada. Pero no piensan, no piensa en absoluto. Son atrapados por el sentir de la multitud. Simplemente se necesita un líder aberrante, perverso, dos, para decidir si debía haber un complot en contra de alguien, para agitar una población entera. No piensan como el pueblo que siguió a Hitler o a cualquier otra persona que los guía a algún tipo de acto malo, o actos. Es lo que piensa la multitud. Se vende a sí mismos a la emoción. Odian uno a quien ni siquiera conocen. Menosprecian lo que ni siquiera pueden entender. Están contratados por el sumo sacerdote. Son sobornados por causa de la aceptación, por causa de proteger su reputación, por causa de preservar la paz que imaginan que no puede existir a menos de que esto se haga. Oh, veo al mundo así en la actualidad.

Escuche, hay gente por toda nuestra nación que rechaza a Jesucristo de una manera tan incoherente como lo hicieron estas personas. Ha habido personas que me dicen, “Bueno, no puedo creer en Jesucristo. He sido criado judío.” Bueno, si esa es tu única razón eso es tan incoherente como estas personas. Más vale que consideres las afirmaciones de Cristo por ti mismo. Más vale que sepas quién es a quien estás rechazando.” Y hay personas que dicen, “Bueno, no puedo recibir a Jesucristo. Simplemente no creo en nada de eso.” Y mi respuesta estándar para ellos es, “Bueno, deberías haber estudiado profundamente la vida de Cristo para llegar a una conclusión tan astuta.” Siempre me sorprende oír a personas decir, “Bueno, no estoy seguro de que la Biblia ni siquiera es verdad.” Y después usted simplemente le pregunta a ellos si la han leído, y confiesan que realmente no la han leído. Incoherente.

¿Está siguiendo usted lo que piensa la multitud? ¿Si el resto de la gente a su alrededor rechaza a Cristo usted lo va a hacer también? ¿Usted actúa simplemente sin pensar como los soldados romanos que vinieron con sus dagas, sin pensar, así como los sacerdotes que se alinearon detrás del sumo sacerdote para hacer cosas que ni siquiera entendieron?

No actúe sin pensar. No sea sobornado por causa de la aceptación. No se vuelva una víctima de la amargura de alguien más o la emoción o rechazo de Cristo. No rechace al bendito Hijo de Dios porque alguien más lo rechazó, porque alguien le dijo que usted debía hacerlo. El mundo impío no piensa.

En tercer lugar, conforme veo la impiedad del mundo al venir a Cristo tengo que afirmar que son cobardes, son cobardes. 1,000 hombres para llevarse un galileo. 1,000 espadas, palos, antorchas en la oscuridad de la noche. Escuche, una conciencia culpable hace a un cobarde de cualquier persona. Una conciencia culpable siempre produce un cobarde. La impiedad siempre teme que pueda recibir lo que sabe que merece. ¿Lo ve usted? Siempre.

¿No quiere oír la verdad? Tapa sus oídos. Evita la confrontación honesta. ¿En dónde leemos que alguna de estas personas vinieron, y hablaron con Jesús para descubrir si era un insurreccionista, para descubrir si de hecho era verdad o si de hecho Él era el Mesías, el Hijo de Dios?

Pero los cobardes vienen en grupos grandes. Temen el ser exhibidos. Vienen de noche. Vienen solo cuando las probabilidades están a su favor de manera abrumadora. Vienen a usted en grupo. ¿Alguna vez ha observado eso? Usted puede aislar a un incrédulo del grupo que lo apoya de otros incrédulos, del clan que no piensa al que él pertenece y se vuelve instantáneamente vulnerable. Él encuentra protección y seguridad en una multitud. Y si él ha acumulado alrededor de él suficientes personas que viven como él vive, Él se siente cómodo en su maldad. Él no busca confrontar la verdad uno a uno, Él se esconde en la cobardía de la multitud. Y así es con el mundo impío. No vienen a Cristo individualmente. No quieren ser confrontados. Vienen a Él en grupo.

Otro pensamiento también, el mundo impío es profano, el mundo impío es profano. Esto me confronta de una manera tan profunda. El mundo no tiene reverencia en absoluto por lo que es sagrado, en absoluto. El mundo es tan profano. Cada vez que oigo la palabra Jesús pronunciada por la boca de alguien como una maldición me estremezco ante la profanidad del mundo. Cada vez que alguien se burla de Dios o se burla de Cristo o cada vez que la Palabra de Dios o el camino de Dios o la voluntad de Dios es menospreciada, cada vez que Cristo es rechazado es la misma vulgaridad exhibida como aquí en este huerto mismo, en dónde el mundo viene en grupo en contra de Jesucristo y profana lo que es más sagrado en el universo, Dios mismo en carne humana. Qué impiedad tan descarada. Qué increíble sacrilegio fue cometido aquí. Colocar manos pecaminosas homicidas en el Señor Santo. Él lo dice en el versículo 45, “El hijo del hombre es entregado en manos de pecadores.” Qué indignidad. Qué impiedad. Qué acto profano.

Y no es diferente en la actualidad. Este mundo profano, impío, no santo se burla de Cristo, lo toma en sus manos, lo tratan con indignidad y falta de respeto. Como puede ver, el mundo es injusto, no piensa, es cobarde, es profano. Y todos estos elementos de maldad que usted ve aquí en este huerto amigos queridos no han pasado desde ese entonces. ¿Entiende usted eso? No han pasado desde ese entonces. El mundo todavía es el mismo. Todavía vienen al huerto y todavía vienen a llevarse a Cristo con su misma maldad fea, injusta que no piensa, cobarde profana. Todavía lo tratan de la misma manera. El ataque de la multitud.

Después viene el beso del traidor. Podemos ver eso por un momento en el versículo 48, el beso del traidor. Ahora, el que lo traicionaba les dio una señal diciendo, “A quien yo bese ese mismo es Él. Capturadlo.” Una señal parecía necesaria. Digo, estaba oscuro.

Y escuche, Jesús no tenía un aro sobre su cabeza. No había algo en Él para distinguirlo externamente de cualquier otro ser humano. Necesitaba haber una señal para que no hubiera error. No querían capturar a la persona equivocada. Y pensaban que quizás los discípulos podrían tratar de engañarlos y entregar al equivocado, y no querían que hubiera riesgo. Entonces a Judas se le ocurrió la señal, increíble, que mente tan perversa. De todas las cosas que él pudo haber hecho él escogió un beso en su manera de pensar perversa, torcida, desviada. Besar era la marca de reconocimiento. El besar se ofrecía por parte de un discípulo o un maestro amado como una señal de respeto y amor. Por cierto, solo se ofrecía a un maestro cuando el maestro lo ofrecía primero. Era muy audaz el acercarse a un maestro y ofrecerle un beso a menos de que hubiera sido invitado primero por el maestro. Pero un beso era una señal de afecto, de intimidad. Los inferiores besaban la parte de atrás de la mano. Si estaban por encima del nivel de un siervo podrían haber podido besar la parte del frente de la mano, la palma en ese día. Los esclavos besaban los pies.

Y aquellos que venían a recibir misericordia por parte de un monarca enojado también besaban los pies rogándoles perdón. Gran reverencia se expresaba al besar la orilla de un atuendo. Pero un abrazo y un beso en la mejilla era una señal de afecto cercano, de amor cálido, intimidad, amor abnegado, estima. De tal manera que el beso de Judas entonces se vuelve el acto más menospreciable de todos los actos. Él pudo haber besado la mano. Él pudo haber besado la ropa. Él escogió ir hasta el fondo y fingir afecto hacia Cristo, no solo para proveer una señal, sino pensando en su torpeza que engañaría a Cristo y a los discípulos. Entonces Él dice, “A quien yo besare.” De hecho, a quien yo pueda besar, phileso, de phile, mostrar afecto.

Esto es inocencia fingida. Es un intento débil por encubrir quién en realidad era junto con su tradición. Digo, es bastante malo traicionar a un amigo, es aún peor, inconcebible haber vendido al Hijo de Dios. Pero el engaño de haber pensado que usted podía engañarlo en esto va más allá de la descripción. Y entonces Judas procede con este beso. Él cumple un pensamiento de Proverbios 27:6 que dice, “Los besos de un enemigo son abundantes.” En otras palabras, es parte del engaño de un enemigo el excederse. El odio de los sacerdotes habría sido suficiente. Los gritos de las multitudes que iban a venir en unas cuantas horas. La cobardía miserable de Pilato. La brutalidad de los soldados. Todo eso Jesús lo sufrió con un espíritu callado. Pero ni siquiera podía imaginarme lo que pudo haber sucedido en su corazón conforme Él estaba de pie ahí siendo besado por Judas. Inconcebible que un hombre pudiera devolver tal traición a cambio del amor divino.

Pero en el versículo 49 leemos, “Inmediatamente vino a Jesús y le dijo con hola maestro, y lo besó.” Esto recuerda en una pequeña manera, me imagino podríamos decir que es un paralelo que se encuentra en Ezequiel, en donde en Ezequiel dice que hay aquellos que contaminan a Dios entre el pueblo por puños de cebada y pan. Me recuerda de Amós, quien indicó que existían aquellos que vendían a los justos por dinero y a los pobres por un par de zapatos. Y aquí Jesús está siendo vendido por Judas y siendo traicionado con un beso.

Y quiero apresurarme a añadir que Judas no es menos culpable porque Jesús cumplió la redención. Eso no mitiga su culpabilidad en absoluto. Eso únicamente supera su maldad, no la elimina.

Entonces en la señal más íntima de afecto personal está la marca de traición. Y Judas dice en el versículo 48, “Cuando haga esto atrápenlo. Captúrenlo y no lo dejen ir.” Y esto es lo que él realmente quiere. Atrápenlo y aférrense a Él. Y entonces inmediatamente tan pronto como Jesús fue visto por Judas Él dijo, “Hola maestro.” Y las palabras engañosas son tan feas como pueden estar en su boca. Y Él lo besó. Y aquí no es fileso, sino cataphileso, es intensificado. Él de manera intensa y apasionada lo abrazó y lo besó de manera afectuosa. Es usada, puede creerlo, de un hombre besando a su propia novia, su esposa. Es usada de los besos abundantes de la mujer que besó los pies del Salvador.

Y es en medio de todo esto, Lucas 22:48 registra que Jesús le dijo a Judas, “¿Estás traicionando al hijo del hombre con un beso?” Y en Marcos dice, en Marcos 14:45, que Judas procedió y dijo, “Maestro, maestro.” Y siguió besándolo. Inclusive las palabras de Cristo, “¿Estás traicionando al hijo del hombre con un beso?” No pudieron detener a este hombre perverso. Esta es la profanación de un acto santo, porque en el Salmo 2 dice, “Besad al hijo.” ¿Se acuerda de eso? Honrad o besad al hijo. Esta es la profanación del beso santo que el hijo desea. Él está actuando como alguien que llora. Él se ha adelantado a la multitud. Quizás Jesús va a pensar que él ha venido para advertirle. Quizás los discípulos van a pensar que ha venido a advertirle. Entonces él se ha separado un poco de la multitud para este punto y fingió tristeza y amor, y Jesús lo soporta.

Y en el versículo 50 llegamos a una conclusión para esta mañana. Jesús le dijo, “Compañero, o camarada.” Y después esta afirmación tan interesante, debe escuchar con atención. “En lo que estás aquí.” Ese es el griego literal. Es difícil de traducir. Y usted puede encontrar diferentes traducciones. Permítame decirle lo que creo que el texto está diciendo. No es amigo. No es la palabra amigo, no es la palabra filos. Esta es la palabra etairo, significa compañero. Él nunca llamó a Judas amigo en este punto, esa palabra amigo estaba reservada para otro tipo de persona. Él la usó en Juan 15 cuando le dijo a sus discípulos, “Os llamo amigos.” Judas se había ido. Este no es un amigo, este es un compañero, él está todavía asociado con Cristo. Él no es un amigo, camarada, compañero. Estas palabras, “En lo que estás aquí.” La mejor traducción es esta, “Haz lo que estás para hacer aquí. Cúmplelo. Todo está listo.”

¿Cómo podía él decir eso? Le voy a decir cómo. Él acababa de pasar tiempo en oración, ¿no es cierto? Y todo estaba determinado en su corazón. Él se estaba moviendo hacia la cruz. Él soportó estos besos. Él soportó estos besos, besos de un traidor. Y simplemente dijo, “Haz lo que estás aquí por hacer.” Esa afirmación fue la despedida de Jesús para el hijo de perdición. Eso fue todo. Y me atrevo a decir que Judas quien está en el infierno en este momento debe tener resonando en sus oídos, y lo tendrá por toda la eternidad en ese cerebro confinado al infierno, “¿Estás traicionando al hijo del hombre con un beso? Haz lo que estás por hacer aquí.” Yo creo que él va a oír esas últimas palabras de Cristo a él para siempre.

Ahora, le dije usted que veo en esto la impiedad del mundo. Quiero decirle que también veo aquí lo miserable que es un discípulo falso, lo miserable que es un discípulo falso. Judas es un discípulo falso. No puedo imaginarme algo más impío que eso. Él nos ilustra el discipulado falso. Ahora escuche, ¿cuáles son las marcas de un discípulo falso en este caso? Primero es avaricia. Él amaba el dinero. Él vivía para ahora. Él quería gloria. Él quería éxito. Él quería la tierra. Él quería cosas. A él le importaban más las cosas que Dios. Él tenía un mayor deseo para sí mismo que para Cristo. Y es típico de un discípulo falso que se asocian con Jesús para obtener lo que quieren.

Y cuando Jesús no les da lo que ellos pensaban, y Él demanda cosas de ellos que son diferentes de lo que ellos pensaban se van. Y pueden tratar de conseguir todo lo que pueden al salirse. Son como la semilla plantada que germinó por un tiempo, pero cuando salió el sol y hubo un precio que pagar se secan y mueren. Siguen a Cristo por un poco de tiempo, pero eventualmente lo venden por deseo egoísta, por dinero, por prestigio, por poder. Aman las tinieblas. Aman al mundo. Aman lo que esté en el mundo y venden al Salvador cómo Esaú vendió su primogenitura por un potaje. Los discípulos falsos se caracterizan por la avaricia egoísta.

En segundo lugar, son marcados por el engaño. Enmascaran su engaño sutil en un intento por engañar a otros, pretenden amar al Señor como él debió haberlo hecho, porque ninguno de los discípulos sospechó de él cuando Jesús dijo, “Uno de vosotros me está traicionando.” Y ellos dijeron, “¿Soy yo? ¿Soy yo? ¿Soy yo?” Son engañosos, tan engañosos que nuestro Señor dijo que realmente no podemos distinguir quién es real y quién no lo es. El trigo y la cizaña crecen juntos.

Finalmente, el discípulo falso es hipócrita, besa para matar. Externamente muestra adoración, odia internamente. Oh la hipocresía del discípulo falso. Y no ha cambiado. Judas no es un monstruo solitario. Hay Judas en toda época. Hay Judas en esta iglesia que han venido aquí y han fingido amor hacia Cristo y han fingido adoración de Cristo y son engañosos y son hipócritas y están metidos por lo que pueden recibir, cierta cantidad de una conciencia tranquila, paz mental, cierta reputación que desearan obtener, cierto sentido de satisfacción personal, o quizás porque es bueno para los negocios, o no lo sé. Y engañan y son hipócritas y están metidos para sí mismos. Y si la verdad fuera conocida venden para matar, y venderán a Jesucristo si pueden ver una ganancia mayor en algún otro lugar. Como enfrentamos este texto la realidad del hecho de que cada uno de nosotros nos encontraremos en el huerto ahí, o estamos con la multitud impedía, injusta que no piensa, cobarde, o estamos ahí con un discípulo falso. O como veremos el próximo día del Señor, nos encontramos con los discípulos derrotados, o esperamos que con el Salvador triunfal.

Inclinémonos en oración. Mientras que sus cabezas están inclinadas por tan solo un momento tenemos tanto privilegio por haber abierto la Palabra de Dios y haber entrado en la escena con el Señor Jesús. Espero que usted perciba ese privilegio. Pero este es un mensaje que nos confronta. Y enfrentamos el hecho de que no solo es historia, es realidad. Porque la multitud injusta que no piensa y es cobarde y es mala todavía está con nosotros rechazando a Cristo, y los discípulos falsos nos rodean por todos lados. Y entonces somos confrontados por esta escena para identificar dónde estamos. ¿Estamos con la multitud? ¿Besamos con Judas? ¿Estamos con los discípulos o al lado del Salvador triunfal? Los discípulos corrieron débiles. ¿En dónde está usted parado? Esa es la pregunta definitiva.

Si usted no conoce al Señor Jesucristo como su Salvador. Si usted no se está postrando ante sus pies benditos y adorándole lo llamamos a usted a hacer esto el día de hoy.

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