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Quiero animarlo en este momento, si es tan amable, a tomar su Biblia y abrirla en el capítulo 28 de Mateo. Llegamos a la última sección de este gran Evangelio, pero quiero que entienda algo, esto no es únicamente el final.  Este es el clímax. Aquí es hacia donde Mateo ha estado apuntando. Aquí es hacia donde Cristo ha estado dirigiéndose a lo largo de su vida, a este punto. Este mensaje es tan importante que le puedo decir con toda honestidad que si usted entiende todo lo que hay acerca del resto del Evangelio de Mateo y usted no entiende esto, usted no ha entendido el punto.

Este es el clímax del Evangelio de Mateo. Termina en una nota muy, muy dramática. Todo en un sentido ha sido el cimiento de este encuentro en particular con la verdad de Cristo que encontramos en los versículos 16 al 20. Quiero que vea en su Biblia conforme le leo ese pasaje. “Pero los once discípulos se fueron a Galilea al monte donde Jesús les había ordenado y cuando le vieron, le adoraron, pero algunos dudaban y Jesús se acercó y les habló diciendo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado y he aquí, Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Amen.”

Ahora, como acabo de decir, este es el propósito expreso por el cual todo Mateo está escrito y por el cuál Jesucristo vino. Es un pasaje que debemos entender y en la profundidad de mi corazón, solo desearía que toda persona en nuestra iglesia y toda persona en la iglesia alrededor del mundo pudiera oír la verdad de este pasaje que quiero compartir con usted este Día del Señor y el próximo. No porque tengo tanto que decir, sino porque Nuestro Señor tiene tanto que decir y porque creo que tantas personas aparentemente no entienden la misión de la iglesia.

Y cuando digo eso, me refiero a personas que están en la iglesia, porque muchas de las personas que no entienden la misión de la iglesia, ni siquiera piensan en este sentido. Ni siquiera consideran cuál podría ser la misión de la iglesia. Aparentemente se aparecen cuando es conveniente o inclusive con frecuencia para disfrutar todo lo que se les provee para recibir lo que piensan que deben recibir y dejar lo que piensan que deben dejar. Parecen querer estar involucrados en la iglesia al grado que sirve o satisface alguna necesidad, en particular en sus propias vidas. Y, de alguna manera, queda fuera de su entendimiento, inclusive de su curiosidad el saber en qué consiste la misión de la iglesia en realidad, mucho menos están dedicados de todo corazón con el cumplimiento de esa misión.

Ahora, si fuéramos a hacer una encuesta de la gente en la iglesia, inclusive en nuestra iglesia, y les preguntáramos cuál creen que es el propósito primordial de la iglesia, podríamos recibir algunas respuestas como esta: algunos podrían decir: “No, es que el propósito de la iglesia es comunión,” que la iglesia es un lugar para hacer amigos con buenas personas, personas honestas, personas piadosas que fortalecen su vida. Es un lugar para proveer actividad para la familia; actividad que se disfruta, actividad significativa. Es un lugar para disfrutar de música, lo mejor de la música, recreación, cultivar relaciones.

En cierta manera, es un lugar para estar juntos hasta el rapto. Es un lugar en donde el amor es cultivado y compartido. Y, todo eso ciertamente es importante, porque Jesús mismo dijo que si tenemos amor, todos los hombres sabrán que somos sus discípulos, pero un paso más elevado que esa actitud, sería la actitud de aquellos que sugieren que la misión de la iglesia es enseñanza, que el objetivo primordial de la iglesia es proclamar la doctrina, fortalecer a los creyentes, expresar la teología, proveer principios para la vida cristiana práctica, preparar a personas para responsabilidades diversas en la iglesia, instruir a niños y jóvenes en la obediencia a la Ley de Dios, con un objetivo de llevarlos a la madurez en Cristo.

Y esa, ciertamente es una parte muy importante del ministerio de la iglesia porque aquellos que son dados a la iglesia son dados a fin de perfeccionar a los santos, lo cual ocurre mediante la Palabra. Pero inclusive a un paso más elevado que eso sería esas personas que nos sugieren que el propósito real de la iglesia es alabar a Dios, que la iglesia realmente es una comunidad que alaba. Una comunidad, personas que exalta a Dios por quién es Él y lo que Él ha hecho.

Y, obviamente, nos sugieren que esta es la actividad central del cielo. Y, esa es alabanza y adoración y honor y reverencia y asombro dado eternamente por todos los santos redimidos y todos los ángeles que son santos, por los siglos de los siglos. Por lo tanto, si esa es la responsabilidad primordial de aquellos que están en el cielo, ciertamente debe ser la responsabilidad primordial de aquellos que están en la tierra. En Apocalipsis 4 y 5 encontramos que el cielo está ocupado con alabanza.

Ahora, el hecho es que la comunión es un elemento absolutamente esencial en la iglesia. Y la enseñanza esencial por igual y también lo es la alabanza, pero ninguna de ellas y no todas ellas en combinación, son la misión de la iglesia, ni el propósito de la iglesia ni la meta de la iglesia ni el objetivo de la iglesia. Ninguna de ellas es la razón por la que estamos aquí, ninguna de ellas. Dice usted, “Bueno, entonces, ¿cuál es la misión de la iglesia?” Bueno, tenemos que comenzar, en primer lugar, con cuál es el motivo de la iglesia. ¿Cuál es nuestro motivo? La respuesta a eso es muy simple. Somos lo que somos y somos lo que debemos ser para la gloria de Dios. ¿No es verdad?

Hemos expresado eso a lo largo de los años, que el motivo primordial más importante singular, unificado de la iglesia es la gloria de Dios. En Efesios, capítulo uno, versículo 6, “todo esto es para alabanza de la gloria de su gracia”. En el versículo 12, “a fin de que seamos para alabanza de su gloria”. En el versículo 14, “para alabanza de su gloria”. Y ahí en el capítulo 3, “Por Él sea gloria en la iglesia”. El motivo primordial de la iglesia es glorificar a Dios. Jesús inclusive vino al mundo por ese propósito y nos dio un ejemplo. Él vino para mostrarnos la gloria del Padre. Él vino para revelar la gloria del Padre. Juan 1:14 dice: “Él fue la imagen exacta”. “La gloria de Dios manifiesta”, dice Hebreos 1:3.

Entonces, Cristo vino al mundo con un motivo, básicamente, y ese fue glorificar a Dios y ese motivo ha sido transmitido a la iglesia. Debemos darle a Dios gloria. Esa es nuestra razón de ser. Como los franceses dirían, esa es nuestra raison d'être. Esa es nuestra razón de ser, glorificar a Dios en términos de un motivo, pero ¿qué hay acerca de una misión? ¿cuál es la misión que fluye de ese motivo?

Ahora, la respuesta será clara para nosotros conforme vemos la historia redentora. Escuche con mucho cuidado. Debido a que esto es, lo digo, el mensaje definitivo en Mateo, debido a que este es el clímax, cuando el hombre cayó en pecado en el huerto debido a la caída del hombre, toda la raza humana fue condenada a la muerte y al infierno. La raza humana entera murió en un sentido en el pecado de Adán, pero inmediatamente, Dios buscó redimir al hombre de regreso a sí mismo, motivado por amor de gracia y si usted recuerda la historia, usted recordará que cuando Adán cayó en pecado y cuando estuvo muy consciente de su pecaminosidad y su aislamiento de Dios, él no estuvo dando vueltas en el huerto diciendo, “Dios, ¿dónde estás?” Dios, ¿dónde estás?

Fue Dios, en Genesis 3:9 quien vino al huerto y dijo, “Adán, ¿dónde estás?” Y la intención de eso, es hacernos saber que Dios es quién inicia, motivado por su propio amor de gracia, la obra salvadora. El hombre caído francamente, “ni siquiera busca a Dios”, dice Pablo en Romanos capítulo 3. Es Dios quien es el buscador. Es Dios quien tomó la iniciativa de llamar de regreso al hombre, motivado por amor de gracia. Y desde el primer llamado, en Génesis 3:9, “Adán, ¿dónde estás?” hasta el último llamado en Apocalipsis 22:17, ven el Espíritu y la novia, dicen, “Ven y el que tiene sed, venga y toma del agua de la vida gratuitamente”.

Desde la primera invitación hasta la última invitación de la Escritura. Y en medio de estos dos puntos Dios es un Dios que anhela redimir al hombre caído para sí mismo. Dios ha buscado y continúa y continuará buscando redimir a personas y en última, redimir al mundo caído entero con el propósito de darle gloria. Glorifica a Dios cuando los pecadores son salvos. Glorifica a Dios cuando los no redimidos y separados de él son traídos de regreso por gracia a la comunión y transformados y hechos miembros de su familia.

Tan importante es esto para el corazón de Dios que inclusive nos dice en la Escritura que “Él estuvo en el mundo,” 2 Corintios 5:19, “reconciliando al mundo consigo mismo.” Dios se volvió un hombre. Dios invadió la historia humana. Dios vino a nuestro mundo para hacer esto que fue el deseo de su corazón. ¿Y por qué fue su deseo? Porque el deseo supremo de Dios es glorificarse a sí mismo.

Como el Dios absolutamente perfecto, Él tiene un derecho absolutamente perfecto y una razón absolutamente perfecta de glorificarse a sí mismo. La manera en la que Él busca glorificarse a Sí mismo es redimir a hombres pecaminosos. Ese es el acto singular más grande del Dios Santo. Esa es la razón por la que en el 3:10 de Efesios dice que los ángeles están asombrados de Dios ante su obra salvadora, conforme ven a la iglesia.

Esta es la razón por la que Pedro dijo: “Esa salvación anhelan ver los ángeles”. Nada glorifica a Dios al grado que lo hace la redención de un pecador que va camino al infierno que está condenado. Y entonces, Dios, deseando gloria, consciente de que la gloria más grande dada a Él por ángeles y hombres vendría mediante la redención de hombres, determinó redimir de regreso al hombre.

Usted, se remonta a Genesis 12:3 y lee ahí que la promesa de Dios vino a Abraham y dijo que de los lomos de Abraham vendría una nación, la nación de Israel, claro y mediante esa nación, todas las familias de la tierra serían benditas. Desde el comienzo mismo, Dios quiso redimir a todas las familias de la tierra. Nunca fue su intención seleccionar y aislar a Israel como si fuera el único pueblo por el que se preocupaba.

Israel nunca iba a ser el único pueblo redimido, meramente iban a ser personas misioneras que iban a alcanzar al mundo. El deseo de Dios fue siempre glorificarse a Sí mismo al alcanzar a los perdidos alrededor del mundo. Esa es la razón por la que Pablo, en 2 Corintios dice: “Deseamos a costa de lo que sea, ganarlos a Cristo para que redunde para gloria de Dios”. En otras palabras, cada vez que usted trae a alguien a Cristo, usted añade otra voz al coro Aleluya. Usted tiene otra persona que ahora puede ser para alabanza de su gloria.

Entonces, el motivo es glorificar a Dios y la misión que hace eso, es ganar hombres y mujeres para el salvador y conforme llegan a conocerlo y sus pecados son perdonados y son transformados de la muerte a la vida, y la oscuridad a la luz. Dios es glorificado en el milagro de esa transformación. La gloria de Dios es manifiesta en su deseo amoroso y en su poder de redimir a hombres perdidos del mundo. Entonces, Dios ama al mundo y de esta manera, busca al mundo para sí mismo y para cumplir esto, Él se sacrificó a Sí mismo. Él pagó el precio supremo definitivo para hacer lo que Él deseaba hacer para cumplir su gloria.

Ahora, aquí está el punto.  Escúchelo con mucha atención. Aquí está el punto.

La persona que desea glorificar a Dios, que quiere honrar la voluntad de Dios y el propósito de Dios y el deseo de Dios, debe entonces, amar al mundo perdido como Dios ama al mundo perdido y entregar su vida para ganar a ese mundo perdido. Ese es el patrón. Dios amó a un mundo perdido y buscó ganarlo para sí mismo, para su propia gloria. Cristo vino al mundo, amo a un mundo perdido y buscó ganarlo para Sí mismo para la gloria del Padre. Somos enviados al mundo para amar al mundo perdido, para buscar ganar al mundo perdido para la gloria de Dios Padre. Nuestra misión es la misma misión que Cristo tuvo. Es la misma misión que Dios Padre tuvo. No es diferente. Idéntica.

Cuando Jesús vino al mundo, Él quiso glorificar al Padre. En Juan 17, esto es bosquejado para nosotros de una manera tan hermosa. Pase ahí por tan solo un momento. En Juan 17:3 dice: “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti y al único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien Tú has enviado y después Jesús dijo, ‘Te he glorificado a ti en la tierra’.” Esa fue su misión. Vine a glorificarte a Ti. ¿Cómo? Al reconciliar al hombre de regreso, porque esa es la manera más grande en la que Dios es glorificado. Para eso vino Cristo. Esa es la razón por la que Él vino. Te he glorificado a Ti. ¿Cómo hiciste eso? Porque el Hijo del Hombre ha venido para buscar ¿y qué? Y salvar lo que se había perdido. Sí, Cristo vino para glorificar a Dios, ¿cómo hizo eso? Al buscar y salvar lo que se había perdido.

Ahora, eso es precisamente, amados, eso es precisamente en qué consiste la misión de la iglesia. No es diferente porque somos una extensión de Dios padre. Somo una extensión del ministerio de Dios Padre. Su deseo, ser glorificado mediante la salvación de pecadores perdidos. El deseo de Cristo, glorificar al Padre mediante la salvación de pecadores perdidos. Nuestro deseo, glorificar al Padre mediante la salvación de pecadores perdidos. Ese es nuestro propósito y en Juan 17 se presenta de manera tan, tan clara. Él dice en el versículo 6: “He manifestado tu nombre a los hombres que tú me diste del mundo. Les conté de ti”. Él dijo: “Les expresé tu deseo, tu motivo y tu misión, tuyos eran y tú me los diste y aún guardado tu palabra, han sabido que todas las cosas que tú me has dado son de ti”.

En otras palabras, saben que estoy haciendo lo que tú deseas que sea hecho. Vea usted el flujo. Le dice al Padre: “Padre, te he glorificado. Les he dicho exactamente cuál es tu intención, cuál es tu misión. Lo han entendido. Le entienden. Han guardado tu palabra, versículo 8. Les he dado las palabras que Tú me diste. Las han recibido. Han conocido ciertamente que vine de ti y han creído que Tú me enviaste”. En otras palabras, El Salvador está diciendo que entienden la misión. Ellos entienden por qué me enviaste al mundo y versículo 9, “oro por ellos”. No oro por el mundo, sino por aquellos que Tú me diste porque tuyos son. Le pertenecemos a Dios. Estamos en un eslabón con la misma misión que el Padre tuvo.

Ahora, pase al versículo 14, “Les he dado tu palabra y el mundo los ha aborrecido porque no son del mundo, así como yo no soy del mundo”. No ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, así como Yo no soy del mundo. Santifícalos, por tu verdad. Tu palabra es verdad. Él dice: “Mira, Padre, sé cuál es tu motivo, ser glorificado. Sé cuál es tu misión, alcanzar a los perdidos. Vine al mundo con el mismo motivo y la misma misión y se las he transmitido a estos discípulos. Entienden tu palabra. Entienden que fui enviando por Ti. Entienden la misión. Entienden por qué estoy aquí. Saben lo que deben hacer y pido, Dios, tres cosas; que sigan tu palabra, que sean guardados del maligno y que sean guardados puros. Eso es lo que oro por ellos”.

Y después, el versículo 18 es el clímax: “Así como me has enviado al mundo” subraye la palabra “como”. Esa es la idea dominante aquí, que expresa la intención. ¿Qué quieres decir con eso? “Como me has enviado”. Bueno, ¿por qué te envió? Para glorificarte a ti mismo mediante el ganar a hombre y mujeres perdidos para salvación. “Como me enviaste al mundo”, al mundo no redimido para ganar hombres y mujeres. Así también yo los he enviado al mundo.

Es lo mismo, amados. No tenemos una misión diferente en el mundo de la que Jesucristo encarnado tuvo, cumplirle al corazón de Dios al ganar a los perdidos. Esa es nuestra misión; glorificar a Dios al traer la salvación a hombres y mujeres perdidos. ¿Qué, entonces, es lo que la iglesia debe estar haciendo? ¿Cuál, entonces, es la misión objetivo, meta y prioridad de la iglesia? ¿Es comunión?

Escuche. Si Dios quisiera que nosotros simplemente existiéramos para tener comunión, deberíamos ser salvos y llevados instantáneamente al cielo en donde la comunión es perfecta, en donde no hay nada que viole la comunión y nada que rompa la comunión y todo para estimular la comunión y armonía perfecta y orden perfecto y amor perfecto y comunión perfecta y comunicación perfecta. No. Si la comunión fuera nuestro propósito, Dios nos habría llevado al cielo. Enseñanza—si nuestro propósito es que conozcamos doctrina y tengamos conocimiento, lo mejor que Dios podría hacer es llevarnos inmediatamente al cielo en donde conoceríamos como somos conocidos instantáneamente y toda la enseñanza es esa porque todo mundo conoce todo lo que necesita saber. No.

Si el propósito de la iglesia fuera enseñanza, ya no estaríamos aquí. Bueno, ¿qué hay acerca de la alabanza? Si Dios quisiera alabanza perfecta de su iglesia, él también los llevaría a la iglesia, porque ahí es donde la alabanza perfecta ocurre. Nuestra alabanza aquí está afectada, así como nuestra enseñanza si todo lo que Dios quisiera fuera comunión, entonces vallamos al cielo y tengamos comunión perfecta. Si lo único que Dios quiere es que tengamos entendimiento y conocimiento de su palabra, entonces vayamos al cielo para recibir conocimiento perfecto y no tengamos que escuchar a muchos maestros y tratar de entender quién está bien. Si lo único que Dios quiere de nosotros es alabanza, entonces subamos ahí con el coro angelical y los redimidos de todos los siglos y sigamos con nuestra alabanza eterna.

El punto es este y quiero que lo entienda. Solo hay una razón por la que estamos aquí y una razón únicamente y es este; que busquemos y salvemos a aquellos que están perdidos. Es así como el Padre envió al Hijo, que el hijo nos envía. Si el Padre quisiera comunión con el Hijo, Él lo habría mantenido en el cielo. Si el Padre quisiera conocimiento perfecto con el Hijo, Él lo habría mantenido en el cielo. Si el Padre quisiera la alabanza perfecta que era de Él, Él lo habría mantenido en el cielo. Él no habría necesitado de enviarlo a la tierra, pero si el Padre quería redimir a hombres caídos, Él tenía que enviarlo a esta tierra.  Esta es la única razón por la que estamos aquí. No hay otra razón. Ahora, espero que eso se lo simplifique. Eso es todo.

Entonces, cuando usted evalúa su compromiso cristiano y usted evalúa cómo está usando usted su vida, hágase una pregunta. ¿Estoy involucrado en ganar a hombres y mujeres perdidos para Cristo? ¿Es ahí en donde mi tiempo y energía y esfuerzo y talento y dinero está concentrado para hacer eso? Esa es la única razón por la que usted está aquí. Entonces, a menos de que usted esté comprometido con el hecho de que estamos aquí por la responsabilidad de ganar un mundo perdido para Jesucristo, entonces, más vale que reexamine por qué está existiendo.

La comunión, la enseñanza, la alabanza no son la misión de la iglesia. Son parte de la preparación para la misión.  Digo, un gran deportista hace muchas cosas al prepararse, pero la preparación no debe confundirse con el competir y el ganar. No debe confundirse con correr la carrera. Todo el ejercicio y la preparación que usted enfrente en su educación no debe confundirse con tener éxito en su profesión y cuando la iglesia se congrega para tener comunión, enseñanza y alabanza, todo eso es únicamente preparación para correr la carrera y ganar a personas perdidas para Cristo. Esa es la razón por la que estamos aquí. Eso es todo.

Ahora, entender eso es poder llegar al pasaje en Mateo, capítulo 28 y los llevo de regreso ahí con entendimiento. Aquí está el propósito de la iglesia dicho de manera tan simple. Todo lo que Cristo hizo cuando estuvo aquí en la tierra fue para esto. Todo lo que debemos hacer es para esto. ¿Y cuál es? Versículo 19, y el verbo debería leer y por lo tanto yaced discípulos.

Eso es lo único que quiero que entienda por un momento. Ese es el verbo principal en los últimos dos versículos. Haced discípulos. Haced discípulos. Ese es nuestro llamado. Ese es nuestro llamado. Esa es la razón por la que estamos aquí y la única razón por la que estamos aquí. Somo dejados aquí para ser discípulos, para traer a personas a Cristo, para causar que personas se vuelvan seguidoras del Salvador, para buscar y salvar a aquellos que están perdidos.

El verbo hacer discípulos, mathēteusaute (μαθητεύσατε) es un mandato imperativo, del verbo mathēteo, la forma en nombres más de tres. Obtenemos la palabra discípulo, aprendiz de eso, significa, uno que es un aprendiz, uno que sigue. Hacer un discípulo de o hacer un aprendiz de, hacer un seguidor de—debemos hacer seguidores de Cristo, discípulos de Cristo, aprendices de Cristo, de los hombres. Debemos traerlos a Cristo. Es un término común. Es un término usado inclusive en la sociedad judía en Mateo 13:52 para describir el proceso de preparación de un escriba.

Habla de una persona que viene a uno y siendo entrenado por ese, aprendiendo de esa persona. Jesús lo hizo lo Mateo 27:57. Dice que José fue discipulado por Jesús. Él fue el que siguió a Jesús, quien conoció a Jesucristo por la fe y siguió sus preceptos. En Juan 4, un pasaje muy importante, versículo 1, nos ayuda a entender la preocupación del ministerio de Jesús. Cuando, por lo tanto, el Señor supo cómo los Fariseos habían oído que Jesús hizo y bautizó a más discípulos que Juan. Jesús hizo y bautizó discípulos.

Ese es un ministerio, aunque mathēteusaute no es usado en Juan 4:1, la expresión ahí con el nombre mathētēs y la forma verbal poieo, hacer presente el mismo punto. Jesús hace discípulos. Jesús está involucrado en traer asimismo hombres y mujeres para que los siga. Su referencia es inicialmente, la salvación y lo veremos en el estudio de la próxima semana y después todo lo que sigue a eso. Esto también se volvió el trabajo de la primera iglesia. En Hechos 14:21, dice que los apóstoles salieron y básicamente hicieron discípulos. Trajeron a personas para que siguieran a Jesús.

Esa es la razón por la que estamos aquí, nuestro motivo. Nuestro motivo no es conseguir una recompensa por lo que hemos hecho. Nuestro motivo no es ser el ganador de almas número uno en nuestra iglesia. Nuestro motivo no es poder acumular ciertos nombres que hemos llevado a Cristo y anunciarlo a otras personas. Nuestro motivo es glorificar a Dios, pero nuestra misión es ganar a los perdidos para Jesucristo. Este propósito y esta misión es tan claro y quiero que escuche con cuidado esto, que ni siquiera está repetida en el libro de los Hechos. Ni siquiera está repetida. No hay mandato después de Mateo y claro, la gran comisión es repetida en los cuatro Evangelios, pero después de esto, no hay repetición de este mandato. Debemos hacer discípulos.

Le agradecemos a Dios por la comunión, por la enseñanza, por la alabanza, pero esa no es nuestra meta y me temo, amados, que muchos de ustedes han hecho eso a un lado. Digo, hay tantas oportunidades para alcanzar a un mundo perdido y hay tantos perdidos en el mundo, tantos grupos pequeños de personas en rincones remotos, tantas naciones grandes que están perdidas, tantas personas en nuestro país que no están alcanzadas y estamos con una capacidad tremenda en esta iglesia por alcanzar un mundo para Cristo, pero estamos limitados por la falta de compromiso de tantas personas, incluso de nosotros mismos.

Estamos enredados. Estamos preocupados con lo que no importa. Tenemos a nuestra sociedad hoy día, una fascinación total con lo trivial. Estamos enredados en trivialidades y basura y cosas inútiles, triviales del mundo. Mientras que la gente que está cerca y lejos no conoce el mensaje salvador, la cual es la única razón por la que estamos aquí.

De otra manera, deberíamos estar en el cielo. La gente está preocupada con aquello que es absolutamente inútil. Su tiempo, sus pensamientos, sus energías, su dinero es usado para toda basura imaginable. Mi esposa y yo siempre comentamos de cuántas tiendas hay que venden cosas que nadie necesita y cosas que usted no podría usar. Usted simplemente las coloca en algún lugar. No ayuda en nada, cosas triviales.

Tenemos recursos en esta iglesia que son sorprendentes. Nos dimos cuenta en nuestra reunión de ancianos la otra noche que si usted tan solo tomara un número promedio y tomara la inversión que la gente en esta iglesia tiene en sus hogares y tomara lo que podría ser un sueldo promedio anual y combinando esas cosas, lo que usted ha invertido en su hogar y su sueldo anual, solo en este año, usted es responsable por la administración de algún punto entre quinientos y novecientos millones de dólares, y aquí venimos y decimos: “Por favor, necesitamos $250,000 para satisfacer nuestras necesidades” y ni siquiera hemos comenzado a tratar de alcanzar un mundo que está clamando a nosotros por ministerio, por misioneros, por cintas, por programas de radio, por todo lo que en un sentido podemos proveer.

Si tan solo podemos salir de donde estamos y soltar algunas de las cosas que no sirven en nuestras vidas y traducir eso en aquello que nos lleve a cumplir la razón por la que estamos aquí, digo, hay personas que pasan miles de dólares por viajar al otro lado del mundo para ir de compras y ni siquiera gastan la mitad de eso para enviar al mundo a alguien para alcanzarlo con el Evangelio. No creo que haya una iglesia que yo conozca en algún lugar que tenga una oportunidad más grande de alcanzar al mundo que nosotros. Tenemos la oportunidad de usar todo medio posible educativamente, en términos de medios masivos de comunicación. Todo está ahí.

En términos de recursos humanos, vea la gente y vea qué bien preparada, en términos bíblicos está y cuánto entienden ustedes de la palabra de Dios y las cosas de Dios y la vida de Dios. Qué recurso tan increíble. No solo tenemos entre 500 a 900 millones en dinero potencialmente, pero vea los recursos humanos y la capacidad y la sabiduría y los dones y los talentos, pero ¿qué sucede con esto? Estamos limitados porque la mayoría de los cristianos han adoptado la mentalidad egoísta de una sociedad que busca satisfacer sus deseos personales y en lugar de pensar, ¿Cómo puedo vender mi casa y comprar una más pequeña e invertir lo que he ganado al ganar almas? Estamos pensando, ¿Cómo puedo conseguir más dinero para mi casa y comprar una más grande?

Digo, esto es simplemente tan elemental, pero es aterrador. Sam Erickson me sugirió que quizás el Señor no nos ha dado más dinero porque somos administradores tan pobres de lo que ya nos ha dado. Digo, ¿en dónde? ¿En dónde realmente están las prioridades? Sam estaba compartiendo conmigo que él tiene una técnica que siempre usa cuando la gente quiere consejería. Él dice que la gente lo llama y dice, “Bueno, tengo un problema espiritual. Tengo una carga. Quiero hablar contigo.”

Él es un anciano en su iglesia, presidente del Consejo de Ancianos y él dice, “Siempre les digo lo mismo. Con gusto hablo contigo. Trae tu chequera”. Y la gente le dice, “¿Mi chequera?” “Sí, tu chequera. Quiero ver tu chequera en primer lugar, antes de que hablemos de cualquier otra cosa”. Bueno, la respuesta estándar es, “¿Por qué quieres hacer eso?” Y su respuesta es, “Quiero ver en dónde está su corazón”. Porque Jesús dijo, “Dónde está vuestro tesoro, ahí está también vuestro corazón”. No creo que él aconseje a muchas personas.

¿Dónde está su corazón? ¿Quiere saber dónde está su corazón? Vea su chequera. Vea su casa. La gente piensa que necesita almacenar todo su dinero para el futuro, necesitan apartarlo. Usted sabe. Necesita un patrimonio. Necesitan hacer todas sus inversiones, acumular lo más que pueden con la meta en mente de seguridad en el futuro. Esa es la mentira de Satanás para esta generación de cristianos. Ahora, no estoy diciendo que usted debe ser necio. Lo que estoy diciendo es que hay un mundo que debe ser ganado para Cristo y a quién le importa qué tan cómodos estemos. Prioridades equivocadas.

Ahora, después de que usted ha revisado su chequera, revise su calendario y vea en dónde está pasando su tiempo. ¿Qué ocupa su mente? Bueno, somos muy buenos en la comunión. La comunión nos estimula. Somos muy buenos en la enseñanza. La enseñanza de cierta manera nos entretiene y nos ayuda en el crecimiento y somos buenos en la alabanza que da expresión, pero seguramente, no somos tan buenos en la vida sacrificial o la ofrenda sacrificial para alcanzar a los perdidos y amigos, estoy tratando de decir lo que Jesús dijo y lo que la Escritura indica y eso es que la única razón por la que estamos aquí es eso. Cualquier otro propósito podría ser mejor alcanzado en el cielo.

Ahora, tenemos que entender esto. La parte triste es que la mayoría de los cristianos están satisfechos con las cosas triviales de esta vida, con acumular la basura de esta vida, con acolchonar su vida, con llenar sus vidas de todos los accesorios que pueden disfrutar mientras que el mundo se va al infierno y no estamos ahí para alcanzarlos. S.D. Gordon ha escrito muchos libros pequeños hace años titulados “Pláticas en silencio” “Pláticas en silencio del servicio de la oración”. Los leí como un joven. Uno de ellos se llama Pláticas en silencio de ganadores de almas y ahí tiene una ilustración maravillosa, maravillosa. Él dice que un grupo de personas se preparaba para ascender a la cumbre del Monte Blanco en Francia, en los Alpes Suizos.

En la tarde, antes del ascenso, un guía francés bosquejó el prerrequisito para el éxito. Él dijo esto: “Únicamente van a alcanzar la cima si tan solo se llevan el equipo necesario para subir y dejen atrás todos los accesorios innecesarios”. Es una escalada difícil. Un joven inglés estuvo en desacuerdo y procedió a seguir el siguiente patrón. En la mañana él se apareció y él tenía una colcha con muchos colores, bastante pesada, algunos pedazos grandes de queso, una botella de vino, un par de cámaras y varios lentes colgados de su cuello y también algunos chocolates.

El guía le dijo: “Nunca vas a llegar con eso. Solo te puedes llevar lo necesario para ascender”. Pero era una persona muy obstinada y él se fue al frente del grupo para probarles que podía hacerlo. El grupo, entonces siguió bajo la dirección del guía con tan solo lo indispensable y camino a la cumbre del Mont Blanc comenzaron a darse cuenta que ciertas cosas se quedaron atrás. Primero, una colcha de muchos colores. Después, algunos pedazos de queso, una botella de vino, equipo de cámaras y algunos chocolates. Finalmente, cuando llegaron a la cima, descubrieron que él estaba ahí habiendo dejado todo a lo largo del proceso.

S.D. Gordon entonces presenta esta aplicación para la vida cristiana. Tantas personas cuando descubren que no pueden llegar a la cima con todos sus accesorios, dejan lo de arriba y levantan su tienda en la planicie y la planicie está muy llena de tiendas. ¿Entiende usted eso? Está muy llena de tiendas de campaña y la pregunta que viene para usted y para mí es esta. ¿Entendemos por qué existimos? ¿Podemos decirle al Salvador “Sé por qué el Padre te envió al mundo, para glorificarlo al ganar a los perdidos; sé por qué me enviaste al mundo para glorificarlo al ganar a los perdidos”? Pero no entiendes. Yo puedo hacerlo con todos mis accesorios. No, no es así. “Muchas personas” dijo S.D. Gordon dejan la parte de arriba y levantan su tienda de campaña en la planicie.

Ahora, ¿qué es necesario para el evangelismo eficaz? Si vamos a ser discípulos de todas las naciones, si vamos a alcanzar al mundo, ¿qué es necesario? En primer lugar, lo que le he dado en esta introducción debe ser entendido, pero ahora quiero que vea cinco elementos implícitos. Únicamente vamos a ver dos de ellos y el resto, la próxima vez. Estos están en el texto de Mateo 28:16-20 y son esas cosas que son esenciales para el cumplimiento eficaz del propósito para el cual existe la iglesia; disponibilidad, adoración, sumisión, obediencia y poder.

En primer lugar, veamos la disponibilidad. Esto está implícito en el versículo 16 de una manera muy, muy hermosa. Por cierto, alguien dijo en una ocasión: “La capacidad más grande es la disponibilidad”. Me gusta eso. No importa cuán talentoso sea usted, si no está disponible. La capacidad más grande es disponibilidad y vemos eso aquí. Va a ver una gran comisión en este día y van a haber personas enviadas a todo el mundo con la promesa de la presencia y el poder del Cristo viviente, pero si usted no estuvo ahí, usted no va a ser parte de eso. Los que estuvieron disponibles fueron los que recibieron el privilegio. Versículo 16: “Pero los once discípulos se fueron a Galilea al monte donde Jesús les había ordenado”. Vamos a detenernos en ese punto. Aquí está la disponibilidad.

La palabra entonces sería mejor traducida “por tanto”. Es un conector simple, reflejando la respuesta de los creyentes en la instrucción de Jesús, allá atrás en el capítulo 26 versículo 32. Él dijo, “Cuando resucite de los muertos, iré delante de vosotros a Galilea”.  Después de que Él fue resucitado de los muertos, observe el versículo 7 del capítulo 28, el ángel le dijo a las mujeres, “Él va delante de vosotros Galilea. Ahí lo veréis”. Cuando Jesús le apareció a esas mismas mujeres más adelante en el versículo 10, Jesús les dijo: “Idle a decir a mis hermanos que vayan a Galilea. Ahí me verán”.

En otras palabras, antes y después de la resurrección Jesús dijo que él se reuniría con los discípulos en Galilea. Él estaba llamándolos para reunirse ahí con el propósito de comisionarlos para alcanzar al mundo. Se les dijo entonces, antes de su muerte y después de su resurrección que debían estar ahí y sin duda, se esparció la información más allá de los discípulos a otros que creyeron en Jesucristo y todos estaban ahí congregados, como veremos, en ese monte en ese día designado.

Ahora, no tenemos conocimiento especifico de cómo Jesús les comunicó el tiempo y el lugar, qué día y qué monte. No sabemos. Simplemente dice: “Aquí, que fueron a Galilea, al monte” el texto griego dice. El monte especifico que Jesús mismo había designado. La forma verbal, indicando ahí que fue a su propia discreción y a su propia voluntad que Él designó cierto monte para reunirse con ellos. No sabemos cómo el mensaje les fue comunicado, pero así fue.

Ahora, ¿cuándo sucedió esto? Obviamente, fue después de su resurrección, obviamente el día de su resurrección, Él vio a las mujeres. Él fue por el camino a Emaús. Vio un par de otros discípulos. Vio a los discípulos esa noche en el aposento alto. Los vio ocho días después, una vez más en el aposento alto. Entonces, habrá sido por lo menos después de ese octavo día. Después de ese octavo día, cuando los discípulos lo habían visto, necesitaban cierta cantidad de tiempo para viajar al norte a Galilea, quizás una semana.

Cuando llegaron a Galilea, en Juan 21, los vemos pescando y parece que, de hecho, han regresado a su profesión antigua. Estaban en una barca. Bien pudo haber sido la de Pedro, como si estuviera otra vez comenzando a trabajar en lo que hacía antes, realmente no sabiendo qué esperar en el futuro del Señor, aunque se le había dicho que fuera a Galilea y esperara a que el Señor viniera.

Entonces, los discípulos tuvieron tiempo de regresar, en cierta manera reestablecer su empresa de pesca. Estuvieron ahí en la barca. Recuerde que Jesús vino. No pudieron pescar nada. Jesús les mostró que tenía control de los peces. Los llamó a la playa. Le preguntó a Pedro si lo amaba tres veces. Después, los comisionó para servir y alimentar a sus ovejas.

Entonces, el Señor ha tenido todas estas diferentes reuniones. Los primeros ocho días en Jerusalén, quizás una semana para ir al norte. Eso quizás lo colocaría quince días, quizás tres o cuatro días en cierta manera, para que establecieran en la pesca, quizás veinte días después para cuando esto sucede. Ahora, sabemos en Hechos 1:3 que dice que Jesús se apareció vivo mediante muchas pruebas indubitables a lo largo de un periodo de 40 días.

Entonces, es en algún punto entre 20 días quizás y 40 días que esto ocurre sería al final de los 40, porque la última aparición fue en el Monte de los Olivos en donde Él había ascendido y el Monte de los Olivos está afuera de Jerusalén. Habrían tenido que tener otros cuantos días para regresar ahí. Entonces, en algún punto entre 20 y 35 días después de su resurrección, pero todavía con tiempo para regresar a Galilea y verlo ascender, Jesús entonces, llama este grupo de personas para reunirse para esta comisión muy especial.

Ahora, dice usted, ¿qué grupo de personas es este específicamente? Yo creo que es el grupo de personas indicado en Primera de Corintios capítulo 15, versículos 6 y 7 en donde dice que más de quinientos hermanos lo vieron en una ocasión. Aquí está esta reunión en Galilea con más de quinientos que esa ha sido la postura coherente de maestros bíblicos a lo largo de los años y veo que ese es muy exacto.

Ahora, solo nos dice en el versículo 16 que los once discípulos estuvieron ahí porque claro, eran clave para el punto. Solían ser llamados los doce, pero con la apostasía, la deserción y muerte de Judas, quien se fue a su propio lugar, como dice Hechos 1:25. Ahora son reducidos a once y llegan a ser conocidos como los once, pero esta reunión con Jesús no estuvo limitado a ellos porque en el capítulo 28, versículo 7 el ángel le dijo a las mujeres: “Él va delante de vosotros a Galilea y lo veréis. He aquí os los he dicho”.

Entonces, fue para los once, fue para las mujeres y para el resto de los creyentes y discípulos en Galilea que iban a ser comisionados para esta responsabilidad de alcanzar al mundo. Los quinientos en una ocasión que lo vieron, como se registra en primera de Corintios 15:6-7. No hay razón para que Jesús vaya hasta Galilea para tener una reunión con tan solo los once discípulos. Él se había reunido dos veces con ellos en Jerusalén. Si quería otra reunión con ellos, Él pudo haberlo hecho.

El mandato aquí dado de ir y hacer discípulos de todas las naciones no conoce jerarquía alguna. Ese es un mandato a toda persona, sea usted apóstol o no. Encaja con todos aquellos que aman y siguen a Jesucristo y ciertamente, nuestro señor habría querido presentar esta comisión al grupo más grande posible y el grupo más grande posible habrían sido los quinientos congregados en Galilea, porque habían tantos más creyentes en Galilea que en Jerusalén.

Dice usted “¿Cómo sabes eso?” Porque en Hechos capítulo 1 versículo 15 cuando los creyentes en Jerusalén se reunieron para esperar al Espíritu Santo solo habían 120 de ellos en el aposento alto. El número de discípulos en Jerusalén era mucho más pequeño. La hostilidad era mucho mayor y el dominio del ministerio de Cristo había ocurrido en Galilea o en donde los corazones eran mucho más abiertos.

Él vino en Mateo 4, como luz a los gentiles al área de Galilea conocida como Galilea de los Gentiles. Él vino a esa región primero para presentar su mensaje y entonces, la mayoría de los creyentes estaban ahí. También Galilea habría sido un lugar apropiado, no solo por el número de creyentes, sino debido a que estaba aislado, lejos de la hostilidad de Jerusalén y debido a que fácilmente habrían encontrado un lugar en donde habrían tenido privacidad en muchos de los costados o laderas de los montes alrededor del mar.

Entonces, proveía el grupo más grande de discípulos, el aislamiento más grande, la seguridad más grande y el lugar apropiado porque era un lugar en donde muchas naciones vivían rodeándola; el lugar correcto para decirle a la gente para que fueran a alcanzar a todas estas naciones con el Evangelio.

Y entonces, los once están ahí. Yo creo que las mujeres estuvieron ahí y creo que el resto de los discípulos de Jesús que creyeron en Él en la región de Galilea estuvieron ahí también y estuvieron en el monte, en donde Jesús los había designado, los había citado. No sabemos qué monte fue. Pudo haber sido el Monte de la Transfiguración. Pudo haber sido el Monte de Gloria que se volvió el Monte de Resurrección y el Monte de la Comisión. Pudo haber sido el monte en donde Él enseñó el sermón del monte. Pudo haber sido el monte en donde Él alimentó a la multitud o el monte a donde Él iba con frecuencia a orar. Pudo haber sido cualquier monte. Realmente no sabemos, pero se vuelve un monte sagrado por lo que sucedió aquí. Conforme más de quinientos de ellos con todas sus debilidades y confusión y dudas y temores y preguntas están congregados.

Están reunidos. No son las más grandes personas en el mundo. No son las más capaces o las más brillantes. No son las más experimentadas, pero están ahí y eso debe ser reconocido. Están disponibles y eso es lo que me encanta de este versículo. Eso significa “listo para el servicio”. Todo en este punto se concentra en el hecho de que estaban ahí. Jesús dijo, “Estén ahí” y estuvieron ahí. No recuerda la disponibilidad Isaías, quien después de la visión de Dios en el capítulo 6 versículos 1 al 7 dice: “Heme aquí, Señor. Heme aquí. Quizás no sea el mejor. Soy un hombre con una boca sucia, pero no veo a nadie más que se ofrece como voluntario. Creo que tus alternativas están limitadas. Heme aquí. Envíame a mí”.

No eran los grandes y los nobles del mundo, pero eran los disponibles y eso es lo único que Dios quiere, llamados. Quiero decirles esto. Jamás comenzaran en su propia vida a cumplir la razón por la que usted no está en el cielo. Si usted, para comenzar, no está disponible y con eso quiero decir, su tiempo y su talento y sus dones y sus finanzas y sus recursos estén disponibles ante el Señor para ser usados como Él desea, con el propósito que Él lo ha llamado a usted a cumplir, porque estuvieron ahí. Fueron comisionados debido a que estuvieron ahí. Se reunieron con Cristo debido a que estuvieron ahí. Se reunieron con Cristo debido a que estuvieron ahí, recibieron una promesa de presencia y poder.

Como puede ver, simplemente estar ahí fue crítico. Sabe usted, personas insignificantes con planes insignificantes nunca se aparecen en eventos grandes. Están demasiado ocupados con lo trivial. La iglesia para ellos, es algo insignificante. El lugar de la palabra, el lugar de la oración, la reunión del pueblo de Dios es negociable para ellos. No importa que la Biblia dice, “No dejando de congregarnos”. Eso no les importa a ellos.

El problema con ellos no es que no van a alcanzar al mundo. El problema es que ni siquiera vienen para recibir sus órdenes. Me imagino que es parte de la realidad de todo predicador, el darse cuenta de que cada vez que entra a un púlpito, como yo, tengo un mensaje que no es solo de la Biblia para la congregación, sino que viene de mi corazón. Sé que hay muchas personas que no van a oír ese mensaje porque no están aquí. Simplemente, no están aquí y yo creo en mi corazón que todo pasaje en la palabra de Dios es importancia vital. Veo a la gente cristiana, inclusive en nuestra iglesia que tienen grandes huecos en su entendimiento de la palabra de Dios porque no están aquí.

Me dio tanto gusto el otro día que alguien se me acercara, un joven a quien respeto mucho y me dijo, “Quiero que sepas que he oído todo mensaje que has predicado en tu serie entera de Mateo. No me he perdido ni uno”. Bueno, supongo que ese sería el sueño de un predicador. No porque el predicador quiere caerle bien a la gente por lo que dice, sino porque él entiende cuán importante es que entiendan la palabra de Dios. Estas personas estuvieron disponibles. Estuvieron ahí. Tiene usted que hacerse esa pregunta para comenzar, digo. ¿Está usted en el lugar para recibir las órdenes? ¿Está usted disponible? ¿Está dispuesto a decir no a todo lo que usted posee y el tiempo que usted piensa que es de usted y si el Señor dice que es de Él? Realmente he estado examinando mi propio corazón en esto y confío que usted lo hará también.

Hay un segundo principio que simplemente quiero mencionar. No necesita ser explicado mucho y esto es la actitud de adoración que vemos en el versículo 17. El primer prerrequisito o elemento en cumplir esta comisión de hacer discípulos es estar disponible. El segundo es adoración y esto es cuestión de enfoque. Es cuestión de enfoque. Dice en el versículo 17 y esto es absolutamente maravilloso. Así aparece en el versículo: “Y cuando lo vieron, lo adoraron, pero algunos dudaban”. Me encanta eso. Creo que es tan honesto. “Y cuando lo vieron”. Él apareció de pronto de una manera sobrenatural en la que Él podría transferirse a Sí mismo de un lugar a otro. Él apareció y en un instante, todo mundo lo vio en esa aparición sobrenatural y creo un efecto instantáneo, abrumador y lo adoraron; proskuneo, postrarse uno mismo en adoración.

El Cristo resucitado demandaba su adoración y no lo estaban adorando como algún dignatario humano. Lo estaban adorando como Dios, porque había sido afirmado que Él de hecho, era Dios, el Hijo de Dios, inclusive en su muerte. ¿A caso el centurión no dijo: “De cierto, este era el hijo de Dios”? ¿A caso Tomas no dijo: “Señor mío y Dios mío” como se registra en el capítulo 20 de Juan?

Esto es más que respeto a un rey terrenal. Esto es honor para Dios mismo en carne humana. Cayeron en adoración. Habían adorado una vez antes. Se refiere a otra ocasión que los discípulos de hecho, lo adoraron y eso fue en Mateo 14:33 cuando Él había caminado sobre el agua y ellos sabían que Él tenía que ser el Dios mismo sobrenatural que controla los elementos, pero ahora, sos hombre inclusive más grande porque Él ha resucitado de los muertos. No solo Él es un obrador de milagros, sino que Él es el que ha conquistado la muerte y lo han visto y lo han tocado.

Capítulo 28 versículo 9, las mujeres se aferraron a sus pies y los discípulos tocaron, su cuerpo y Él estuvo con ellos. Salió de la tumba. Él entró donde estaban. Atravesó la pared. Sin embargo, Él podría ser tocado y sabían que estaban tratando con una persona sobrenatural, divina, gloriosa y entonces, cuando Él apareció, lo adoraron y después, me encanta esta nota. “Pero algunos dudaron” dice usted, Mateo, “no debes colocar eso ahí”. ¿Por qué estás tratando de presentar la validez de la resurrección? ¿Por qué harías eso? Y eso, de nuevo, es un recordatorio para nosotros de la honestidad transparente del escritor bíblico, quien no está tratando de manipular y presentar una historia creíble al reportarla de manera selectiva. Él no está recolectando evidencia que solo va a apoyar su postura, la integridad de esto es una gran prueba de su veracidad. Si los hombres hubieran estado tratando de falsificar e inventar un mensaje de una resurrección, no habrán incluido en el punto climático, pero algunos dudaban. A menos de que fuera verdad y fue verdad.

Entonces, está incluido y esa es la integridad de la escritura y nos preguntamos en primer lugar qué tipo de duda fue esta. Bueno, algunos sugieren que los que dudaron fueron los once porque dice “algunos dudaron” y el algunos debe regresar al versículo 16, a los once discípulos que estaban ahí. Bueno, es posible que algunos dudaron. No dice que algunos dudaron de que Jesús estaba vivo o que dudaron de que había resucitado de los muertos. La indicación es que cuando lo vieron, lo adoraron, pero algunos dudaron que era Él.

No fue tanto necesariamente una cuestión de un problema con la resurrección, sino que la duda tenía que ver con que si realmente era Él. Eso podría haber sucedido entre los discípulos. Algunos de ellos quizás no pudieron ver su rostro con claridad. Algunos de ellos debido a que Él ahora estaba apareciendo en gloria de resurrección y quizás revelándose a Sí mismo de una manera diferente en la que lo habían visto en el aposento alto. Realmente, no podían tener la certeza y algunos de ellos titubearon un poco en afirmar esto hasta que tuvieron una evidencia más cierta, pero por lado, si las mujeres estuvieron ahí e incluyendo un grupo, digamos de unos 489 más los once, pudo haber sido cualquiera de ellos y mantenga esto en mente. Fuera de las mujeres y los discípulos, ninguna de esas otras personas lo habían visto después de su resurrección.

Entonces, esta es la primera vez para ellos. Entonces, no nos sorprende que ahora van a tener una experiencia que nunca antes han tenido. Hay un grupo que es tan grande; 500 personas que no toda persona va a estar en la parte de enfrente del grupo. Cristo les aparece. No están seguros de que es Él. Quizás algunos de los discípulos no están tan seguros. Dice usted, “Bueno, ¿cómo es que no pueden estar seguros si Él estaba ahí en su presencia?” La respuesta viene de una manera muy maravillosa del principio del versículo 18 y dice, “Y Jesús, aoristo activo participio, se acercó” lo cual nos indica la causa probable de su duda, que Jesús en su aparición apareció a una distancia y no fue sino hasta que se acercó a ellos y comenzó a hablar que esos que dudaban iban a disipar su duda.

Entonces, las dudas, posiblemente pudieron venir de aquellos que eran discípulos, pero no podían estar todavía seguros de que este era Jesús, porque Él estaba lejos o pudo haber venido de aquellos que nunca jamás lo habían visto en gloria de resurrección y no era para ellos tampoco hasta que se acercó que pudieron identificarlo como el que sabían que era Jesucristo, pero es tan hermoso que el escritor incluye esto, porque es tan natural y tan verdadero y tan genuino y un indicador tan convincente de la validez de la escena misma. Entonces, al principio dudaron, pero conforme Él se acercó, la duda se disipó.

Dudar del hijo de Dios y adorar al hijo de Dios se menciona en el mismo versículo en otro incidente que mencioné antes en Mateo 14 cuando Jesús caminó sobre el agua y visto a distancia dudaron. Cuando se acercaron creyeron y lo adoraron y esas personas quienes en este punto en particular inicialmente dudaron, sin duda alguna, disiparon su duda conforme Jesús se acercó, su duda se volvió en fe llena de confianza y se borró y sin duda, se sintieron avergonzados, como toda persona que duda cuando el vapor de la duda ha sido disipado por el hijo del Dios vivo brillante. Pero quiero que vea esto, adoraron. Eventualmente, creo que todos lo hicieron, adoraron.

Ahora, amigos, eso es esencial. Estamos hablando de alcanzar un mundo perdido. No estamos hablando simplemente de que todo mundo salga corriendo por la puerta y vaya por la calle y haga lo que pueda. Lo que estamos diciendo es que hay algunas cosas que son parte del cimiento. Hay una actitud que dice, “Estoy disponible Señor, lo que tú quieres que haga, haré”. Eso me puedo acordar ahí en una autopista cuando tenía unos 17 o 18 años de edad. Estaba allá acostado en una autopista. Acababa de ser expulsado de un auto que iba a 120 kilómetros por hora y me derrapé por varios metros sentado y todavía quedé con vida y estaba acostado ahí al lado de la autopista y de mi corazón salió este clamor a Dios: “Oh, Dios, sé que estás en control de mi vida. Gracias por salvar mi vida y lo que Tú quieres que haga, eso es lo que quiero. Estoy disponible.” Oro a Dios porque no tenga que llegar ese punto para muchos de ustedes, pero para mí, así fue, pero Dios busca un corazón disponible cuando usted está ahí en el lugar designado, en el tiempo designado para oír las órdenes del que las va a dar.

Y la segunda cosa, es un corazón adorador y eso significa enfoque y de nuevo regresamos a esta dentera. ¿De dónde está su enfoque? Adorar simplemente significa estar concentrado en Cristo. Las mujeres se postraron y se aferraron a sus pies. Estas personas cayeron postradas ante Él y créanme, cuando vieron al Jesucristo resucitado en ese monte, ese día, nada más en el mundo hizo alguna diferencia para ellos. Dejó de importar dónde vivían y qué manejaban y cómo se veían y demás. Lo que les importaba era que habían visto al Cristo viviente y este grupo de personas junto con los 120 más ahí en Jerusalén, literalmente voltearon de cabeza al mundo y de ese pequeño grupo de testigos de la resurrección de Cristo y el Espíritu de Cristo viniendo, hay una fe mundial en Jesucristo hasta el día de hoy de la cual usted y yo somos herederos.

Y no sucedió debido a personas comprometidas a medias, sucedió debido a personas que adoraron a Cristo en el sentido de que tenían una lealtad y devoción sin distracciones hacia Él en donde todo lo demás era insignificante en comparación a su devoción a Él. Cuando adoramos al señor Jesucristo, nos colocamos en el lugar en donde estamos disponibles y somos capaces. El corazón entero concentrado en Cristo. El afecto entero concentrado en Cristo. La mente entera concentrada en Cristo. Todas las metas están concentradas en Cristo.

Él es todo en todo. Él llena nuestro pensamiento y nuestras intenciones y pasamos nuestros días y nuestras noches pensando no en cómo podemos mejorar para nosotros mismos, sino cómo podemos exaltar su nombre bendito. No cómo podemos estar más cómodos como cristianos, sino cómo podemos ganar a los perdidos sin importar qué tan incomodo sea para nosotros. Entonces, ¿dónde está su enfoque? ¿Está usted disponible? ¿Es usted un adorador? Y con eso no quiero decir vitrales y música de órgano y aparezcas el domingo. Lo que quiero decir es que usted enfoca su intención y propósito entero en la vida en Cristo.

Digo, es tan elemental. Significa ser controlado por el Espíritu Santo, quien es el único que puede causar que usted llame a Jesús Señor. Primera de Corintios 12:3 dice: “Mi vida está controlada por el Espíritu. Todas mis posesiones, todo mi tiempo, toda mi energía, todo mi talento, todos mis dones”. No solo significa que soy controlado por el Espíritu, sino significa que estoy sentado en la Palabra, porque la Palabra es donde Cristo es visto.

Usted ve su gloria en la Palabra. Salmo 1 dice que un cristiano que da fruto es aquel cuyo árbol está plantado junto a rio de aguas. Quien da fruto a su tiempo es el que medita en la Palabra día y noche. La vida sentada en Cristo, la vida que adora es una vida que sede al Espíritu de Dios y está sentada en la palabra de Dios y como consecuencia, está limpiada del pecado. Examíname o Dios y conóceme, pruébame y veese en mi camino de perversidad y guíame en el camino eterno, dice el Salmo 139:23-24. Y David clamó en el Salmo 51, “Límpiame, lávame, hazme limpio” y después dijo, “Entonces, abriré mis labios”.

En otras palabras, ni siquiera voy a empezar a tratar de hablarle a otros de ti hasta que mi propia vida esté bien. Y entonces, una vida de adoración significa una vida controlada por el Espíritu Santo. Una vida sentada en la palabra de Dios, una vida limpia de pecado y es ese tipo de adorador verdadero que concentra su atención, que comienza a quitar el queso y el vino y las cámaras y el chocolate y dice, “Voy a quitar lo de arriba. No voy a levantar mi tienda de campaña en la planicie. Me voy a quitar lo que necesito quitarme para llegar a la cima y aprovechar al máximo lo que puedo ser por causa del Reino de Cristo”

Hay una tercera que únicamente quiero mencionar, pero voy a hablar de eso la próxima semana y es la tercera de cinco, y es sumisión. Esta es otra actitud. En el versículo 18, Jesús dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”. ¿Qué quiso decir con eso? Él quiso decir “estoy en control” y la razón por la que Él dijo eso, fue para crear en la mente de los discípulos una actitud de sumisión.

Si Él está a cargo, más vale que escuchemos, más vale que respondamos. Las primeras tres entonces, amados, son actitudes. Los primeros tres elementos necesarios para ser alguien que hace discípulos son actitudes. Es la actitud de disponibilidad. Es la actitud de adoración. Es la actitud de sumisión que dice, “Lo que Él manda, yo haré”. No es negociable. No es opcional. Jesús no está presentando sugerencias para que sean discutidas, sumisión. Sumisión.

Y entonces, lo vuelvo a repetir, no comenzamos al salir corriendo. Comenzamos teniendo las actitudes correctas y después podemos hablar de obedecer lo especifico y experimentar el poder en los últimos dos elementos. Les digo esto, créanme con un corazón muy apasionado. Agradezco a Dios por los lugares que estamos alcanzando alrededor del mundo con misioneros, pero estoy profundamente cargado por los lugares que no estamos alcanzando.

Estoy agradecido con Dios por las ciudades que alcanzamos con radio, pero estoy cargado profundamente en mi corazón por las ciudades que no alcanzamos.

Y especialmente cuando me doy cuenta de que nuestra iglesia únicamente, hay recursos que van más allá de lo que podemos creer, si la gente llegara a entender el tipo de administración cristiana que Cristo está llamando como resultado de lo que Él ha hecho por nosotros y como dije al comienzo, el punto entero de este fin en Mateo, resumir todo lo que ha oído antes y decir, así como Cristo vino al mundo para entregar su vida para ganar a personas para Sí mismo, así también en el mundo deben entregar sus vidas para ganar a personas para Él también. Y usted tiene que calcular el costo y estar dispuesto por la gracia de Dios y la gloria de Dios a pagar el costo y por el gozo que está puesto delante de usted a entregar todo lo que tiene por ese propósito. Inclinémonos juntos en oración.

Recuerdo Padre de una historia que leí esta semana de un misionero que fue a una parte remota del mundo y conoció a una mujer pagana en una sociedad primitiva y le trajo a Cristo. Esa dama y después de un tiempo llegó esa dama a Jesucristo y me acuerdo que la dama dijo, “Oh, me hubiera gustado que hubiera venido antes para que mi niño pequeño hubiera podido ser salvo”. El misionero respondió, “¿Por qué es demasiado tarde?” A lo cual la dama pagana respondió, “Apenas hace unas semanas atrás lo ofrecí como un sacrificio a los dioses de nuestra tribu”.

¿Cuántas personas están allá afuera que han pasado el punto de ser alcanzados para quienes es demasiado tarde? ¿Cuántas almas pasan a la noche de la eternidad mientras que nosotros amontonamos nuestras cosas triviales y nos preocupamos con el egoísmo? Tanto Padre.

De hecho, todo desde nuestro punto de vista depende de nuestra disposición a dar y estar disponibles con nosotros mismos, nuestros recursos. Padre ayúdanos a entender estas cosas para tu gloria, para que conozcamos la plenitud de lo que significa vivir una vida que es agradable a ti, para que seamos verdaderos seguidores de Jesucristo quien como Él dio su vida para glorificar al Padre mediante el ganar a los perdidos, también entreguemos nuestras vidas para glorificar al Padre al ganar a los perdidos y decimos que permanecemos en Cristo, entonces, debemos andar como Él anduvo y así es como Él anduvo.

Gracias Padre por estos grandes, grandes días que están en nuestros pies las oportunidades increíbles de alcanzar este mundo. Haznos mediante nuestras actitudes correctas de disponibilidad, adoración y sumisión estar al nivel de la tarea para tu alabanza en el nombre de Cristo. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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