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Veamos Lucas 20, Lucas capítulo 20 y versículos 9 al 16. Es la parábola que comenzamos a estudiar en nuestra última sesión. Nuestro Señor Jesús inventó las historias más claras y poderosas y sorprendentes. Y algunas veces contundentes, usando características y elementos muy simples, muy conocidos y muy ordinarios. Él diseñó historias que abarcaban mucho en su amplitud, y eran profundas en su entendimiento. Y molestaban al convencer de pecado y traer a la gente a analizarse de manera de penetrante en su condición.

Hay unas cuarenta parábolas de nuestro Señor, dadas en los evangelios. Uno de mis objetivos en la vida, si el Señor me permite hacerlo, es escribir un libro de todas las parábolas, unirlas todas en un libro. La gran, gran enseñanza parabólica de nuestro Señor Jesús cubre tanto material bíblico tan bueno, veremos si eso llega a pasar. Pero entre las parábolas de nuestro Señor, la que tenemos frente a nosotros realmente sobresale. Es una historia sorprendente, sorprendente con implicaciones que llegan muy lejos y es muy importante.

Permítame leérsela de nuevo, comenzando en Lucas 20, versículo 9, una parábola profética que podríamos titular, “El homicidio del Hijo de Dios,” el homicidio del Hijo de Dios. Versículo 9, “Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo. Y a su tiempo envió a un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar otro siervo; más ellos a este también golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar a un tercer siervo; más ellos también a este echaron fuera, herido.”

“Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le vean a él, le tendrán respeto. Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra. Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará a su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre!”

Un repaso rápido del contexto. Este es miércoles, miércoles de la semana en la que nuestro Señor es crucificado. Él está en el templo, Él pasa el día ahí desde temprano por la mañana, enseñando. Él domina el templo porque el día anterior, Él había devastado los negocios del templo al expulsarlos, limpiando la casa de Su Padre. Ahora se ha convertido en un salón de clases para Él. El primer versículo del capítulo 20 nos dice que Él está en el templo predicando el evangelio, enseñándole a la gente, y siendo confrontado por los líderes religiosos, los principales sacerdotes y los escribas y los ancianos.

Es una multitud que está muy, muy agitada la que escucha a Jesús, que todavía está viviendo de la emoción de Su entrada triunfal y esperando que Él sea el Mesías que quieren. Son oyentes agitados y entusiastas que oyen lo que Jesús tiene que decir, pero al mismo tiempo los líderes de Israel lo odian, lo menosprecian, y ahora están más furiosos en contra de Él que nunca porque Él ha limpiado todos sus negocios. Y básicamente lo ha hecho sin autorización alguna, lo cual los motivó a hacerles la pregunta: ¿Por qué autoridad Él hacía esto? Siempre lo han querido muerto, lo han querido muerto ahora más que nunca. Y lo van a querer muerto en manos de los romanos para el viernes.

Es en este contexto, el miércoles en esa semana, que nuestro Señor está enseñando. Y una de las parábolas entre varias, Lucas nos da una, Mateo nos da un par de las demás que Él enseñó ese miércoles. Pero entre esas parábolas está esta, una historia muy simple de un hombre que era dueño de una viña, y la rentó a algunos labradores, estableciendo un contrato y acordaron pagarle cierta cantidad, y ellos podían quedarse con el resto. Y él envió a sus esclavos para recolectar lo que era de él por contrato. Maltrataron a los esclavos. Él en un acto de buena fe y paciencia envió a su propio hijo, pensando que si no respetaron a sus esclavos quizás por lo menos respetarían a su hijo. Mataron al hijo, en un esfuerzo por apoderarse de manera total de la viña. Toda persona que estaba escuchando la historia habría estado de acuerdo con la conclusión: mátalos y contrata a algunos labradores nuevos.

Historia simple.

Y estudiamos esa historia llamándola la ilustración. El segundo punto fue la explicación. Se acuerda usted, lo tomamos del versículo 16, “Cuando lo oyeron, dijeron: ¡Dios nos libre!” Cuando lo oyeron, akoúo, significa, cuando lo entendieron. Cuando supieron lo que Él estaba diciendo en la historia, a que se refería, entonces dijeron: No, no, no, no. ¿Y cuál es la interpretación? ¿Cuál es la explicación? El hombre que es el dueño de la tierra es Dios. La viña es Israel. Los labradores son los líderes religiosos, primordialmente los sacerdotes, y todos los demás líderes religiosos que asumen la responsabilidad de pastorear a Israel, por así decirlo, o cuidar de la viña de Dios.

El viaje largo en el que él está lejos, es la historia del Antiguo Testamento desde el principio de Israel en la vida de Abraham, hasta la venida de Jesús. Ese tiempo largo cuando el pueblo de Dios, estuvieron bajo el cuidado de ciertos hombres. Los esclavos en la historia, que son enviados, son los profetas del Antiguo Testamento que fueron enviados por Dios. De vez en cuando, a lo largo de la historia de Israel, para recibir el fruto que era debido a Dios, y vinieron para reiterar la voluntad de Dios, y la ley de Dios, y a llamar a la obediencia, y llamar a que el pueblo diera fruto para Dios.

Y usted se acuerda de las historias del Antiguo Testamento que nos dicen como rechazaron a los profetas, como odiaron a los profetas, como apedrearon a los profetas, los cortaron por la mitad, los mataron a tal grado que Jerusalén es conocida como esa ciudad que mata a los profetas. Finalmente, Dios dice: “Enviaré a Mi Hijo Amado,” quien no es ningún otro que Jesucristo, y lo matan a Él.

Y entonces, Jesús está contando a Israel, su historia. Ustedes han estado bajo el cuidado de ciertos líderes, que fueron colocados por Dios con la responsabilidad sobre ustedes, para que ustedes produjeran fruto espiritual. Fracasaron de manera miserable. Y cuando Dios vino, mediante Sus profetas, para demandar algo de fruto espiritual, para llamar algo de fruto espiritual, ustedes maltrataron y hablaron mal de ellos, inclusive mataron a los profetas. Y ahora que Dios ha enviado a Su Hijo, y ¿Qué harán estos mismos líderes espirituales? los sacerdotes, los principales sacerdotes, los escribas, los fariseos, los saduceos, los ancianos de Israel, matarán al Hijo, apenas dos días después de esto.

Van a hacer que los romanos lo claven en una cruz después de que hallan intimidado a los romanos, clamando por Su crucifixión, y no conformándose con nada menos. ¿Y por qué? Porque quieren la heredad. Quieren control sobre el pueblo. Quieren estar a cargo del reino de Dios, por así decirlo, a su manera. ¿Y qué les hará Dios? Dos cosas: una, los destruirá, versículo 16. “Vendrá y destruirá a estos labradores.”  Y le dije la última vez que eso ve hacia adelante cuarenta años, desde el 30 DC cuando esto sucedió en el 70 DC, cuando Tito Vespasiano, el general romano vino con su gran ejercito romano, para aplastar una rebelión de los judíos que comenzó cuatro años antes en la destrucción, la destrucción final de Jerusalén y el templo, y todo lo que lo rodeaba terminó en el suelo. Juicio divino.

No solo fue un juicio temporal sobre el edificio y la ciudad, y el pueblo. Fue un juicio eterno, porque las masas de personas, cientos de miles de ellos que fueron matados en ese holocausto, terminaron en el infierno, en donde permanecerán para siempre, habiendo rechazado a su Mesías. La destrucción vino, y para los incrédulos y los que rechazaron a Cristo, dura para siempre.

La segunda cosa es: remoción. Destrucción y después remoción. “Dará su viña a otros,” dará su viña a otros. Entregará la viña al cuidado de otros eso es, quita la administración de los líderes religiosos de Israel, sobre el pueblo de Dios, y entregue esa administración a otros. Otros son, líderes religiosos. Y la idea de la historia es que Dios quitó del liderazgo de Israel la administración de Su pueblo. Habían sido guardianes de la verdad de Dios. Si usted se acuerda de Romanos capítulo 9, ciertamente se acuerda como Pablo enlista los privilegios que Israel había recibido: la adopción como hijos, la gloria, los pactos, la ley, el servicio del templo, las promesas, los padres, Cristo.

Se les había dado todo, todo eso encarnado en las Escrituras del Antiguo Testamento, y los líderes de Israel, los sacerdotes y los escribas, y los fariseos y los saduceos, y los ancianos, y todos los que habían asumido el liderazgo espiritual ahí, y todos los que estaban en las familias sacerdotales y la línea sacerdotal, eran los guardianes de la verdad. Eran los guardianes de la Escritura. Eran los guardianes de los pactos de Dios. Tenían la responsabilidad de traer a Israel, la producción de buen fruto espiritual, el fruto de justicia. Pero ahora nuestro Señor dice, no solo esta generación será destruida, sino que la vigilancia, la guardia de Israel será quitada de las manos de estos líderes que rechazan al Mesías, infieles, falsos apóstatas, a otros.

Y, por cierto, en la destrucción de Jerusalén todos los registros fueron destruidos. Todos los registros familiares, todos los registros genealógicos, nada existió después de ese tiempo. ninguna generación ahora puede regresar y ver su genealogía, todas fueron destruidas. No pueden identificar a la familia sacerdotal, no pueden identificar inclusive su linaje por tribu, fue el fin. Y el templo nunca ha sido reconstruido, los registros nunca restaurados. No puede ser. ¿Qué significa esto? ¿Otros se volverán guardianes de la verdad de Dios? ¿Otros se volverán guardianes del pueblo de Dios? ¿Quiénes son los otros?

Una nota a pie de página. Mateo 21:43 dice, “El reino de Dios será quitado de vosotros, y se será dado a un pueblo que produzca fruto de él.” Entonces, con esta nueva protección vendrá un nuevo pueblo quien producirá fruto justo, a diferencia del Israel antiguo. Un pueblo apóstata, con líderes apóstatas. Dios los hace a un lado en la destrucción del 70 DC, y viene un nuevo liderazgo y un nuevo pueblo. El nuevo liderazgo será fiel a la administración y el nuevo pueblo será fiel en seguir esa administración. Otros se convertirán en guardianes de la verdad de Dios, guardianes de la Escritura.

¿Quiénes son estos otros? Este es el peor escenario para los judíos. Esto realmente es la realidad más horrenda que podían llegar a imaginarse, pero este es el hecho de que los nuevos líderes de Israel no son ningunos otros que los seguidores de Jesucristo. Odiaban a Jesucristo, no tenían nada más que menosprecio y burla y una actitud de ridículo, de desprecio hacia sus seguidores que eran un grupo de hombres de vida baja en Galilea, en el mejor de los casos, sin preparación rabínica, sin credenciales rabínicas, “Nadies”. Van a convertirse en los nuevos guardianes del reino de Dios, de la obra de Dios de redención entre los hombres.

No es tan simple como, estos son los Gentiles reemplazando a los judíos, o esta es la iglesia reemplazando a Israel. Habían gentiles que se habían convertido en prosélitos de la nación de Israel, y estaban adorando al Dios verdadero en el Antiguo Testamento. Y hay judíos en la actualidad en la iglesia de Jesucristo, cientos de miles de ellos. No es un simple cambio de judío a gentil, aunque obviamente el pueblo de Dios en el pasado fue predominantemente judío, y ahora es predominantemente gentil. Es un cambio en liderazgo. De eso está hablando nuestro Señor. Y de toda la gente, el nuevo liderazgo son los apóstoles y discípulos que habían sido menospreciados, pero eran seguidores de Jesús.

Ahora, esto no debería sorprender a nadie, porque esta transición ya ha estado sucediendo. Y se lo voy a mostrar brevemente. Hay mucho que decir acerca de esto, y solo tengo el día de hoy para decirlo, aquí vamos, capítulo 9 de Lucas, capítulo 9. Y usted si tan solo quiere escuchar y escribirlas, podría evitarle algo de estrés. No quiero hacer eso. Él llamó a los doce, esto es relativamente al principio de Su ministerio, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades, los envió a proclamar el reino de Dios, y a sanar. Versículo 6, “Comenzaron a salir entre las aldeas, predicando el evangelio y sanando por todos lados.”

Tenían poder y la verdad, que los líderes de Israel no tenían. Los líderes de Israel no eran auténticos, no eran autorizados por Dios, no estaban capacitados y no conocían y no proclamaban la verdad. Aquí, al principio de su ministerio, nuestro Señor comisiona a los doce, les da poder y autoridad sobre los demonios y la enfermedad, y los envía a proclamar el evangelio del reino. Esto es el camino de salvación y entrada al reino de Dios. Digo que la transición ya ha comenzado, ellos deben ser los guardianes nuevos, los cuidadores nuevos, los administradores nuevos, los nuevos labradores en la viña de Dios.

Capítulo 10 de Lucas, desarrolla de una manera aún más extensiva, versículo 1, el Señor designó a 70 más, 70 más. Los envió de 2 en 2, por delante de Él a toda ciudad y lugar adónde Él mismo iba a venir. Él les dijo, “la mies es mucha, más los obreros son pocos, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.” Salgan por sus caminos, os envío como corderos en medio de lobos. Él vio a los líderes religiosos de Israel como los lobos vestidos en ropa de oveja. Él ahora envía a setenta que van a ir con el mensaje verdadero como cordero, representando a Dios. La transición ya ha comenzado.

Aquí hay 70 que no tienen nombre, y 12 hombres muy comunes y corrientes, a quienes se les da esta responsabilidad inmensa. Son los nuevos administradores del reino, y la verdad de Dios. Capítulo 10, versículo 17, los setenta regresaron después de haber ido a todos estos lugares, salieron de 2 en 2, 35 equipos de ellos, diciendo: “Señor, aún los demonios se sujetan a nosotros en Tu nombre.” Ellos expresaron ese poder, lo vieron, lo experimentaron. Pase al versículo 23. Hablándole a los discípulos, Él les dijo en privado, “Bienaventurado son los ojos que ven las cosas que vosotros veis, porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver las cosas que vosotros veis y no las vieron, oíd las cosas que vosotros oyen, y no las oyeron.” Ustedes están recibiendo los privilegios que gente por mucho tiempo a lo largo de los siglos, privilegios que no en sentido alguno pertenecen a los líderes de Israel. Ustedes están viendo cosas y aprendiendo cosas y recibiendo poder, y haciendo cosas que indican que ustedes van a ser los nuevos guardianes de la verdad divina.

En Mateo capítulo 13, una afirmación tan buena, en el versículo 11 Él les dice a los discípulos “A vosotros os es dado conocer los misterios del reino del cielo, pero a ellos, no les es dado. A vosotros os ha sido dado algo que no se le ha dado a nadie más. Esto es, conocer los misterios, esto es las verdades ahora reveladas, pero antes escondidas acerca del reino de Dios, la verdad del Nuevo Testamento, la verdad del Nuevo Testamento. Observe de nuevo, Mateo capítulo 16, este texto tan importante y conocido, y como se conecta con este punto. Jesús está teniendo una discusión con sus apóstoles y discípulos, y Él les hace la pregunta en Mateo 16:15, “¿Quién decís que soy Yo?” regresemos a lo elemental aquí, ¿Quién soy Yo?

Simón Pedro respondió y dijo, “Tú eres el Cristo, el Mesías, el Hijo del Dios viviente.” Eso es verdad, y Jesús respondió y le dijo, “Eres bienaventurado Simón, hijo de Jonás, porque carne y sangre no te reveló esto a ti, sino mi Padre que está en los cielos.” Tú eres uno de un grupo privilegiado a quien Dios mi Padre está concediendo revelación, revelación, revelación directa. Tú ves cosas que otros no ven, tu oyes y entiendes lo que otros no oyen y entienden. Lo que es un acertijo para algunos en una parábola que no puede ser resuelto, para ti es claro y comprensible, tú tienes poder que los líderes de Israel no tienen, sobre los demonios, sobre la enfermedad, sobre la muerte.

Y entonces, vuelvo a decir, la transición ya ha sucedido, y prosigue. Versículo 18, “A ti te digo,” Pedro, “tú eres Pedro, y sobre esta roca,” la roca de la verdad que tú y los otros apóstoles confiesan como verdadera, edificaré mi iglesia.” Efesios 2:20 dice que la iglesia es edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo la principal piedra del ángulo. Este es un nuevo liderazgo en la iglesia, los apóstoles y los predicadores que predican el Nuevo Testamento, que escribieron el Nuevo Testamento, en ti y las verdades que tú proclamas, edificaré mi iglesia. La verdad primordial siendo la deidad del Señor Jesucristo.

Y como consecuencia, versículo 19, “a ti te daré las llaves del reino de los cielos.” Vas a abrir el reino y dejar que la gente entre. ¿Qué produjeron los líderes de Israel? ¿Hijos de Dios? No, hijos del infierno, hijos del infierno. Sus convertidos eran hijos del infierno, Jesús dijo. No tenían llave para abrir el reino, tenían un sistema religioso falso, a ti te doy las llaves. Lo que tú ates en la tierra, habrá sido atado en el cielo, lo que tu sueltes en la tierra habrá sido soltado en el cielo. Tú operas con la bendición del cielo.

Dice usted, bueno ¿cómo puede soltar los pecados de la gente y atar los pecados de la gente? Muy simple, si usted le dice a alguien: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás perdonado,” y ellos dicen: “No, no voy a creer,” puedes decir, estás atado en tu pecado. Si le dices a alguien: “Cree en el Jesucristo y serás perdonado,” y creen, tú puedes decir estás soltado de tu pecado. Puedes decir porque conoces la verdad, usted conoce el evangelio que salva. Aquí está este grupo pequeño, de hombres de fe débil, muchos, hasta siete de ellos quizás que habían sido pescadores, sin preparación, sin aptitud, no importantes por el estándar del mundo, y ciertamente por la medida religiosa de Israel. Y son los nuevos líderes de la viña de Dios, los nuevos labradores, los nuevos administradores, los nuevos guardianes del nuevo pueblo de Dios.

Y al final, recuerda usted, de Mateo, cuando nuestro Señor les da su comisión final, los once están en Galilea y ven a Jesús, versículo 17, “Y lo adoraron, pero otros dudaban.” Jesús terminó con toda la duda cuando Él subió y les habló y les dijo esto: “Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, por tanto, y haced discípulos de todas las naciones.” Ustedes son, vayan. Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todo lo que os he mandado. Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” Vayan, ustedes son mis representantes, ustedes son los nuevos labradores, los nuevos labradores contratados, los nuevos cuidadores de la viña en Mi viña. Esta es la administración que le fue dada a los apóstoles, y los apóstoles fueron fieles a esto.   

El apóstol Pablo mismo añadió al grupo original, fue un administrador de los misterios de Dios. 1 Corintios 4, él dijo: él es un administrador, considérenme como un administrador de los misterios de Dios. Además, se requiere de los administradores que sean hallados fieles. Al final de Romanos, Romanos 16, él habla de cómo él había recibido la administración de los misterios. Lea Efesios 3, de hecho, vale la pena verlo de manera breve, porque él dice, “Yo soy prisionero de Cristo Jesús, por causa de vosotros gentiles, si de hecho habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me ha sido dada para vosotros, que por revelación me fue dado a conocer el misterio.” Dios me reveló sobrenaturalmente las cosas que estaban escondidas y ahora son reveladas, y siempre se refiere a la verdad del Nuevo Testamento.

Ahora soy un administrador de estos misterios. Estos son misterios. Él dice, que en otras generaciones no habían sido dadas a conocer a los hijos de los hombres, pero ahora han sido reveladas a sus santos apóstoles y profetas en el Espíritu. Estos son los nuevos líderes de Su pueblo redimido. Esto por la gracia de Dios, no por mérito alguno. Después en Efesios 4, “Él mismo constituyó a algunos apóstoles, a otros profetas,” y después vinieron algunos evangelistas, y después algunos pastores-maestros, y todos han llegado para seguir en la siguiente generación con esta responsabilidad de liderazgo espiritual, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe, al conocimiento del Hijo de Dios, a un hombre maduro a la medida de la estatura de la plenitud que le pertenece a Cristo.

Entonces, la obra de Dios al edificar al cuerpo de Cristo mediante el evangelismo y edificación es dada a una nueva administración, son aquellos que comienzan con los apóstoles y después los profetas del Nuevo Testamento, y después vinieron los evangelistas, y los pastores que enseñan, que edifican su enseñanza en el ministerio en lo que les fue revelado a esos primeros apóstoles y los asociados de los apóstoles que escribieron el Nuevo Testamento. Oh, yo soy uno en esta larga línea de administradores, yo soy uno de una generación distante de los otros a quien la administración de la verdad de Dios y la Escritura y el pueblo de Dios se ha encomendado. Y así es cualquier otro ministro fiel.

Otra manera de ver esta misma transición está en Juan 14, conforme nuestro Señor está dando sus últimas palabras en el Aposento Alto con sus discípulos en la noche de la Pascua, el jueves de esa semana, Él dice tantas cosas maravillosas a ellos. Una de las cosas que Él les dice y repite es muy, muy importante. Tiene que ver con la verdad. versículo 25, Juan 14, “Las cosas que os hable mientras que estaba con vosotros,” y Él ha estado diciendo muchas cosas, les he hablado acerca de estas cosas mientras que he estado con ustedes, pero, esto es muy importante, el Ayudador, el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os hará recordar todo lo que os he dicho. Esa es una cosa sorprendente. Ellos han estado con Jesús 3 años, Él ha dicho mucho, Él ha estado hablando diariamente durante 3 años, mucho más de lo que está en la Escritura.

Juan dice, “Las cosas que Él dijo no podrían ser contenidas en todos los libros del mundo.” ¿Cómo van a poder como administradores de esta responsabilidad, poder recordar las cosas que Él quería que recordaran? Bueno, Él les dice: “Cuando Yo me vaya, el Espíritu viene. Cuando el Espíritu viene, el Espíritu se convierte en el que les recuerda estas cosas para que las puedan escribir, para que las puedan proclamar.” En el capítulo 15, él lo dice de otra manera, versículo 26, “Pero cuando venga el Consolador, a quien Yo os enviaré del Padre, el Consolador, esto es el Espíritu de verdad, quien procede del Padre, Él dará testimonio de Mí. El Espíritu Santo vendrá, y Él les va a hablar de Mí. Y ustedes darán testimonio también, porque han estado conmigo desde el principio.”

Entonces, aquí de nuevo la promesa del Espíritu viniendo a ellos, para capacitarlos para recordar, entender, inclusive registrar, todo lo que Dios quiere que escriban para toda generación sucesiva, esto básicamente se convierte claro, en el Nuevo Testamento. En el capítulo 16, versículo 12, “Tengo muchas cosas más que deciros.” Dijo muchas, tiene muchas más que decir. “No se las puedo decir ahora, porque no las pueden sobrellevar ahora. Es más, de lo que pueden sobrellevar. Es sobrecarga. Pero, cuando Él, el Espíritu de Verdad venga, Él los guiará a toda verdad, porque Él no hablará de Su propia iniciativa, todo lo que Él oiga Él hablará. Él les revelará lo que está por venir. Él les va a ayudar a recordar el pasado, y Él también les dirá el futuro. Y usted tendrán verdad inspirada por el Espíritu, y ustedes la registrarán.

Pedro dice, “Hombres movidos por el Espíritu Santo la escribieron.” Se convierte en graphe sagrada, Escritura. Esta es la nueva administración: primero los apóstoles, y los asociados de los apóstoles, que estuvieron involucrados en la escritura del Nuevo Testamento, después los profetas que proclamaron lo que fue hablado por los apóstoles, y sería escrito; y después toda generación de evangelistas fieles y pastores que enseñan desde ese entonces, que continuaron con esta administración. Ellos son los nuevos líderes, y bajo su liderazgo ha venido un nuevo pueblo de Dios que está produciendo fruto que trae honor a Dios. La iglesia verdadera y viva.

Nuestra administración es bastante simple, creo. Predica la Palabra, es eso lo que dice, 2 Timoteo 4, “Predica la Palabra, predica la Palabra, a tiempo y fuera de tiempo, predica la Palabra.” “Entrégate a la doctrina sana,” Pablo le dice a Tito. Ten cuidado de dos cosas, él le dice a Timoteo, 1 Timoteo 4:16, “Tú mismo, y tú enseñanza.” Lee la Escritura, explica la Escritura, aplica la Escritura, esta es nuestra administración. En 1 Timoteo 6, al final de 1 Timoteo, versículo 20 del capítulo 6, “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado”, el paratheke, es una palabra que significa un depósito de banco. Pablo dice: “deposité verdad contigo, deposité verdad inspirada por el Espíritu Santo contigo. Guarda esa verdad, evita todas las mentiras, todo engaño, y protege la verdad.”

Ese es el final de 1 Timoteo, al principio de 2 Timoteo, al otro lado de la página. Capítulo 1, versículo 14, “Guarda, por el Espíritu Santo que mora en nosotros, el tesoro que se te ha encomendado.” ¿Cuál es el tesoro? Palabras sanas, versículo 3, “palabras sanas que oísteis de mí.” Los apóstoles la recibieron, Pablo la recibió, Timoteo las recibió, Tito las recibió, la siguiente generación y continúan siendo transmitidas y aquí están, estas son las verdades que el Espíritu de Dios inspiró a los apóstoles y a sus asociados, para que las escribieran. Y ésta es la administración a la que somos llamados. Somos labradores, hemos sido contratados por Dios, con un contrato, dotados y llamados para ir a este mundo en una responsabilidad que no tiene paralelo, sin igual. Y consiste en cuidar de la viña de Dios, de tal manera como para producir fruto para justicia que le trae gloria. No para producir hijos del infierno, sino para producir hijos de Dios, hijos de Dios.

Y entonces, la historia termina con la remoción. Y eso lleva a una pregunta a pie de página, ¿es eso una remoción permanente de Israel? Ahora, si usted ha estado aquí el domingo por la noche, ¿cuál es la respuesta a eso? No. Es una temporal. Y habrá un tiempo futuro cuando Israel de nuevo será restaurada, no solo para salvación. No sólo a un reino, sino a una administración de la verdad. Una de las características sorprendentes del tiempo final es esta: está por venir un tiempo llamado la tribulación, descrito de manera muy clara a detalle en Apocalipsis, del capítulo 6 al 19, una sesión extensa.

En ese tiempo llamado la tribulación, Dios escoge a 144,000 judíos, 12,000 de cada tribu, y Él sabe en qué tribu están, ellos no, para evangelizar al mundo. Se convertirán, se volverán evangelistas, usted puede leer de ellos en Apocalipsis 7, y Apocalipsis 14. Después, cuando usted llega al reino, y Cristo ha venido y ha establecido Su reino, y Él está reinando en Jerusalén, y Él ha establecido Su trono ahí, para gobernar al mundo, Israel recibe todas las promesas dadas a Abraham y David, y los profetas, Pacto Abrahámico, Pacto Davídico, Promesas del Nuevo Pacto. Una vez más los judíos se convertirán en los administradores de la verdad de Dios. Se convertirán en administradores de Su verdad en la tribulación, y también entonces, en el reino.

Permítame mostrarle un pasaje fascinante entre muchos que presentará el punto de manera clara. Zacarías, capítulo 8, Zacarías, capítulo 8. No puedo hacer más que esto, no tengo tiempo para hacer más, pero esto debería ser suficiente. Zacarías es un profeta que está viendo al futuro en el capítulo 8, él ve hacia el futuro por la inspiración de Dios. Versículo 1, “Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé a Sion con gran celo y con gran ira la celé. Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; Y Jerusalén se llamará Ciudad…” ¿de qué? “… de la Verdad” Wow, eso es futuro, eso no es en la actualidad, y no lo fue en el tiempo de nuestro Señor. “Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte del Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad.” Habrá verdad y santidad. “Así ha dicho Jehová de los ejércitos.  

“Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual, con bordón en su mano, por la multitud de los días. Tendrán sus bastones ahí con ellos. Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas. Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, ¿también será maravilloso delante de mis ojos? dice Jehová de los ejércitos.” Si eso les parece imposible, es demasiado difícil para mí. “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; y los traeré y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia.”

¿Es difícil interpretar eso? No me parece demasiado difícil, pero pase al versículo 20, a la mitad de esto. En este gran tiempo futuro en el reino, “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos,” naciones vendrán literalmente, naciones vendrán, “y habitantes de muchas ciudades; y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré.” De todo el mundo van a decir, “Vamos a Jerusalén, vamos a Jerusalén”. “Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones, a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén.” Ahí es en dónde Él va a estar, ahí es en dónde Él va a estar reinando, “Y a implorar el favor de Jehová.”

Me encanta el versículo 23, “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.” Ese es el reino. El mundo entero va a estar tomando los mantos de los judíos, queriendo ser llevados para encontrarse con el Señor. De nuevo, en la providencia y gracias dulces de Dios, serán restaurados para ser los administradores de la verdad y la santidad, otra vez. Pero por ahora, hasta que los tiempos de los gentiles se acaben, Lucas 21:24 entraremos en eso en un par de semanas, o en un par de meses, pensándolo. Hasta ese entonces, hay un nuevo liderazgo. Hasta ese tiempo hay un nuevo liderazgo. Y somos ese nuevo liderazgo, y usted es ese nuevo pueblo, siguiendo ese nuevo liderazgo.

¿Es ese el final de este relato? Ahora, tenemos un problema, porque la última palabra en esa historia fue que mataron al Hijo, ¿verdad? Ese no puede ser el final. Y no lo es. Regrese al capítulo 20. Entran en pánico cuando entienden el significado de la historia. Entran en pánico ante el pensamiento de destrucción y remoción. Y deberían entrar en pánico. Pero Él los vio, y dijo esto: “Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito?” Esa pequeña frase, “está escrito,” es una referencia al Antiguo Testamento que ellos habrían entendido claramente. De hecho, en el relato de Mateo de Jesús contando esta historia, Mateo dice: “¿No sabéis lo que la Escritura enseña? O ¿No habéis leído la Escritura?” Esto es una referencia a la Escritura. ¿Han olvidado la Escritura?

Eso nos lleva de la ilustración a la explicación, a la extensión. Aquí, nuestro Señor extiende Su enseñanza. La parábola ha terminado, el final es trágico para los labradores, es trágico para aquellos que siguen a los labradores, es trágico en este punto para el hijo, él está muerto. Pero la muerte del hijo no puede ser el final de la historia. Entonces, Él los ve y les dice, “en caso de que se pregunten, si ese es el final de la historia, ¿han olvidado la Escritura?” Y Él cita el Salmo 118:22, “La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo.”

Él los lleva de la analogía y la parábola que Él desarrolló, directo al Antiguo Testamento. Este no es el fin de la historia. No sea que piensen que es el fin de la historia, vuelvan a pensar. ¿Han olvidado la Escritura? La Escritura dice que la piedra rechazada se convierte en la cabeza del ángulo. Bueno, ¿cuál es la importancia de eso? Es muy simple, porque ellos lo habrían entendido claramente. Ellos conocían el Hallel muy bien, ellos conocían el Salmo 118, probablemente la mayoría de ellos lo conocía de memoria. Ciertamente los líderes lo conocían, la cabeza del ángulo. Inclusive le habrían dado tonos mesiánicos a eso, porque en Daniel capítulo 2, el Mesías que viene a derribar la imagen de la visión de Daniel, es la piedra cortada no con mano. El Mesías era conocido en algunos círculos como “La Piedra.”

La piedra que los edificadores rechazaron, ha venido a ser cabeza del ángulo. Le voy a decir cómo funciona eso. Si usted va a construir un edificio en tiempos antiguos, usted lo construía a un gran edificio de piedra. Hay una piedra que tiene que ser perfecta. Esa es la piedra angular. Y tiene que ser perfecta, en toda dirección. Tiene que ser perfecta en la parte de abajo, para que el edificio esté plano. Tiene que ser perfecta a los lados, para que el edificio se levante de una manera perfectamente perpendicular. Tiene que ser perfecta en la parte de arriba para que no se incline. Y el ángulo tiene que ser exacto, de lo contrario el edificio va a estar fuera de simetría. La piedra del ángulo establece todo ángulo para el edificio.

Los edificadores sabían que cuando iban a construir un edificio tenían que tener una piedra angular absolutamente perfecta. ¿Cuántas piedras va a desechar usted, si va a construir un edificio grande, antes de que encuentre la perfecta? Reconociendo que todas estas piedras, eran talladas a mano, usted encontraba una piedra y decía, “casi, pero no es la correcta.” Usted tiene un lado de la piedra que va por allá. Y si seguimos esa línea no va a funcionar. El ángulo, simplemente está un poco desviado, y eso va a hacer que este edificio esté fuera de simetría. Cuantas piedras desechaban en un montón, y decían: “Bueno, quizás podemos cortar esa y usarla en algún otro lugar, antes de que encontraran una piedra angular perfecta.

Y ahora en la enseñanza de Jesús, la ilustración ha cambiado, y el hijo se ha convertido en una piedra. El hijo es ahora la piedra que los edificadores desecharon. Ellos habían dicho, “tú no eres perfecto. No te aceptamos como la principal piedra del ángulo del reino de Dios.” Si usted regresa al Hallel, en el Salmo 118 e interpreta eso en su contexto, ahí históricamente ve a Israel. Y Dios en un sentido, condenando a las naciones debido a la gran construcción de imperios que se estaba llevando a cabo en torno a Israel, nadie le puso atención a Israel. Fueron rechazados, esa nación rechazada se convertirá en la piedra angular de nación de Dios, porque ese Mesías rechazado se convertirá en el Redentor de Dios, que es la piedra angular.

Entonces, lo que, en su interpretación inicial, ve a Israel, la nación que era la piedra angular de la historia de Dios, y el destino del mundo entero ligado a esa pequeña nación. Aunque fue rechazado por las naciones que la rodeaban, y siempre lo ha sido, ahora en última se ha convertido en la verdadera piedra, únicamente porque Cristo es exactamente esa piedra angular verdadera que le da la forma genuina a Su pueblo, y un día lo hará cuando Israel sea salvo.  Pero aquí, obviamente nuestro Señor se refiere a Si mismo, Él es la piedra que los edificadores desecharon, esta es una cita del Nuevo Testamento que es muy, muy conocida, Hechos 4:11, 4:10 “Sea conocido a todos vosotros,” Pedro está predicando aquí, “a todo el pueblo de Israel, que, por el nombre de Jesucristo el Nazareno, al que vosotros crucificasteis, al quien Dios resucitó de los muertos, por este nombre el hombre está aquí ante vosotros en buena salud. Él es la piedra que fue rechazada por vosotros, los edificadores, pero que se convirtió en la principal piedra del ángulo.”

Él está hablando a los líderes, los ancianos, y los escribas, y a Anás, y a Caifás, y a todos los líderes y él dice, “ustedes lo rechazaron, ustedes lo rechazaron como la principal piedra del ángulo, y Él los rechaza a ustedes. Y, ¿adivinen qué? la piedra que rechazaron está de regreso, y es la principal piedra del ángulo.” El hijo es la piedra, y él ha regresado, eso es resurrección, queridos amigos, eso es resurrección. La historia no termina con un hijo muerto, porque la piedra que rechazaron los edificadores se convierte en la principal piedra del ángulo. Tiene que haber una restauración, en el caso de Jesús una resurrección. Y el morirá el viernes, pero Él resucitará el domingo.

La piedra que no encajó con sus estándares, la piedra que no encajó con lo que ellos estaban tratando de construir, la piedra rechazada por el liderazgo judío y la nación como inepta e imperfecta, e inaceptable, y con fallas, se convierte en la piedra más importante en el reino eterno de Dios, el reino que Dios mismo está construyendo, se convierte en kephale gonias, la cabeza de la esquina, apoyando la estructura y simetría entera del reino glorioso de Dios, de salvación.  

Entonces, la explicación tiene una extensión para terminar la historia. Pero esa no es la palabra final. La palabra final está en el versículo 18, esta es una amenaza. Me imagino que usted podría llamarlo, una aplicación. Es más que eso, es una amenaza seria. La pregunta que está siendo presentada detrás de la afirmación del versículo 18, es: más vale que tengan cuidado, en cómo interactúan con Jesucristo. Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado. Más sobre quien ella cayere le desmenuzará. ¿Qué es eso? Esa es una manera de decir esto: una colisión con la piedra, te destruirá, te destruirá.

Estas también son imágenes del Antiguo Testamento. Debieron haber conocido Isaías, capítulo 8, un par de versículos ahí. Escuche, Isaías 8:14, “Pero él se volverá un santuario,” hablando del Señor, “pero a ambas casas de Israel, una piedra para golpear, y una roca sobre la cual tropezar.” Versículo 15, “Y muchos tropezarán sobre ello, caerán y serán quebrantados.” Isaías dijo que Él será una piedra de tropiezo, una piedra aplastante, una piedra mortal.

Pablo, en Romanos 9, dice: “Tropezaron en la piedra de tropiezo,” refiriéndose a Israel, versículo 32. “Tropezaron en la piedra de tropiezo.” Como está escrito, y él cita de ese pasaje en Isaías 8, y también de Isaías 28:16, el cual dice esencialmente lo mismo, “He aquí pongo en Sion una piedra de tropiezo, roca de ofensa, y el que en él cree no será avergonzado.” Usted cree en Él o tropieza en Él, usted es aplastado por Él. Esto pesó creo, en el corazón de Pedro, él dice esto: 1 Pedro 2:6, “Porque esto está contenido en la Escritura: pongo en Sion piedra escogida, piedra angular preciosa.” Ese es Isaías 28:16 de nuevo. “El que en Él cree no será avergonzado. Este valor preciado entonces es para aquellos de ustedes que creen, pero para aquellos que no creen, la piedra que los edificadores rechazaron, ésta se ha vuelto la principal piedra del ángulo y piedra de tropiezo y roca que hace caer.” Y ese es Pedro recogiendo estas palabras mismas de Jesús, en dónde Jesús une estas dos ideas. La piedra que los edificadores rechazaron se convierte en la principal piedra del ángulo, y la piedra de tropiezo sobre la cual usted tropieza o bajo la cual usted es aplastado.

En tiempos antiguos, se ha descubierto que había un dicho rabínico, que podría estar detrás de esto. Va a así, y es uno antiguo: “Si una piedra cae en una vasija, destruirá la vasija. Si una vasija cae sobre una piedra, destruirá la vasija.” Sea que la piedra cae sobre la vasija o la vasija cae sobre la piedra, los resultados serán los mismos porque la piedra no será quebrada. Esta es una manera de decir, si usted encuentra a Jesucristo, y usted tiene una colisión de algún tipo con Él, usted será pulverizado. No hay manera de evitarlo. No hay manera de evitarlo.

Nuestro Señor fue tan directo. Este es un mensaje de amor y advertencia, aterrador. Nuestro Señor no encontró gozo en él, esa es la razón por la que Él lloró, ahí atrás en el capítulo 19, versículo 41, cuando Él vino a Jerusalén. Rechazar a Jesucristo es lo más trágico que alguien jamás puede ser. El mensaje que va directo al corazón de la alternativa más importante que usted jamás enfrentará en su vida, ¿qué hará con Jesucristo? ¿Se someterá a Él? ¿lo abrazará como Señor y Salvador? ¿o chocará con Él, como una piedra aplastante?

¿Cómo respondieron los líderes? Observe el versículo 19. “Procuraban los principales sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temieron al pueblo.” Ellos sabían que Él estaba hablando de ellos, Él los estaba condenando. En lugar de ser convencidos de su pecado, en lugar de ser penitentes, incrementaron sus esfuerzos por matarlo. ¡Cuán triste! ¡Cuán trágico! Ésta fue su última hora. Juan dice, “El que tiene al Hijo tiene la vida, el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida, sino que la ira de Dios permanece en Él.”

¿Qué hay acerca de usted? ¿en dónde está usted? ¿se somete usted a Cristo como Señor y Salvador y Redentor? O ¿chocará con Él como el Juez que lo aplastará a usted?

Padre, lleva a cabo una obra en el corazón de toda persona aquí. Señor entendemos que todo lo que puedes hacer es presentarnos la verdad, por la cual entonces somos responsables ante Ti. Gracias por la gracia. Gracias porque tú eres, como leímos en ese mismo Salmo, Tú eres nuestra fuerza y canción, y Tú te has convertido, no en nuestro Juez, sino en nuestra salvación. Trae esa salvación a corazones, el día de hoy. Esto pedimos para Su gloria. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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