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Abra su Biblia en Juan capítulo 10, Juan capítulo 10. Esta es una parte de la Escritura muy conocida, y es un texto más bien extenso, llegando a las profundidades del capítulo 10, más allá del lugar al que llegaremos hoy, viendo al Pastor verdadero; el Pastor verdadero.

Es una de las imágenes de palabras más hermosas en todo el Nuevo Testamento. Es llamada en el versículo 6 una figura de dicción, una paroimia. No es una parábola porque no comienza el reino de Dios, es semejante a; es un retrato de palabras. Y como dije, uno de los retratos de palabras más magníficos en toda la Escritura, realmente. Y es un retrato de palabras que no está aislado en Juan 10.

Juan 10 realmente, extrae la imagen del pastor que cubre la Escritura de principio a fin. Y me encuentro diciendo: "No puedo imaginarme una palabra más alentadora que dar a nuestros misioneros, como también para el resto de nosotros, que ver este retrato increíble". Es acerca del Pastor verdadero, y su contexto es muy importante. Se dará cuenta de que, realmente, no hay una división entre el capítulo 9 y 10. Sé que dice capítulo 10, pero es el mismo día, la misma escena, la misma gente, y Jesús respondiendo al mismo acontecimiento.

El capítulo 9 trató de un hombre que nació ciego, que se había vuelto un mendigo y Jesús le dio su vista. Y después, usted recuerda que el mendigo y Jesús fueron confrontados por los líderes de Israel, que mostraron nada más que menosprecio hacia el mendigo, y nada más que odio violento hacia Jesús. Expulsaron al mendigo y querían matar a Jesús. En un sentido, los personajes primordiales en el capítulo 9, son los líderes de Israel. Y ellos son pastores falsos, pastores falsos que devoran a su gente, que explotan a su gente. En contraste a eso, en el capítulo 10, a los mismos discípulos y a los mismos fariseos con el mendigo ciego de pie ahí, y el resto de los judíos reunidos, Jesús se presenta como un contraste con ellos. Y, de hecho, dice en el versículo 11: “Yo soy el buen Pastor que pone Su vida por Sus ovejas”.

Quiero que veamos simplemente los primeros 10 versículos: “De cierto, de ciertos digo, el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube, por otra parte, ese es ladrón y salteador”. Con ese versículo, Él describe a los fariseos y a los falsos pastores. Son ladrones que no tienen autoridad ni derecho, ni son dueños de las ovejas que buscan explotar y destruir. “Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

“Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo, y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

Los líderes de Israel eran ladrones que vinieron para matar, que vinieron para destruir. Jesús es el Pastor verdadero, que vino para dar vida. El retrato del Pastor aquí es simplemente un retrato de palabras. Y como digo, Jesús ni siquiera se identifica a sí mismo como el Pastor hasta el versículo 11. La historia, en cierta manera, sobresale por sí misma porque es tan conocida para la población de Jerusalén y de Judea. Ellos no solo entendieron la realidad de pastorear y cuidar de un rebaño, pero también conocían lo suficiente del Antiguo Testamento como para saber que Dios mismo fue presentado como un Pastor. Entonces, ellos entendieron el aspecto terrenal temporal de pastorear, pero también entendieron que era una ilustración del cuidado de Dios para su propio pueblo.

En el lado humano, el pastoreo era muy común en la tierra de Israel. La parte principal de Judea es una planicie central y es muy rocosa y no era buena para los cultivos, y entonces, se volvió el lugar en donde las ovejas pastaban. De Betel a Hebrón son más de 35 km de planicie, y quizás más de 17 km de ancho, el suelo es escabroso y pedregoso, el pasto era escaso. Pero ahí era en donde las ovejas normalmente pastaban. El retrato conocido de los montes de Judea, y el pastor era conocido por toda persona. La vida de un pastor, no obstante, era difícil, era ardua. Se llevaba a cabo a la intemperie, en el calor y el frío, hay poco pasto en el área, las ovejas tienden a desviarse, no hay un muro protector ahí afuera en la planicie o al lado del monte o a dondequiera que estuvieran. La planicie estrecha está rodeada por precipicios y lugares en los que las ovejas podían caerse. Era fácil para las ovejas perderse, y era fácil que los predadores las atacaran, las mataran.

La tarea del pastor era de una vigilancia imparable, atención constante. El peligro estaba por todos lados, peligro de animales, peligro de ladrones que venían para robarse a las ovejas por la lana y por la carne. Un escritor histórico dice que: “Es la noche, y usted se encuentra al pastor, y él regresa al rebaño sin dormir, golpeado por el clima, apoyado sobre su callado”. Cada día era un día largo y arduo.

Hubo pastores en el Antiguo Testamento que fueron bien conocidos para el pueblo judío. Abraham fue un pastor. Isaac fue un pastor. Jacob fue un pastor. Moisés fue un pastor, él cuidó los rebaños en Madián, los rebaños de su suegro. David fue un niño pastor. Vigilancia constante, valentía osada, amor paciente hacia su rebaño, eran las características necesarias de un buen pastor. Pero el Pastor mejor conocido en el Antiguo Testamento fue Dios. Salmo 23 dice: “Jehová es – ¿qué? – mi Pastor”. Salmo 77:20 dice: “Guías a tu pueblo como un rebaño”. Salmo 79:13 dice: “Nosotros, tu pueblo y las ovejas de tus pasturas te agradeceremos a ti”. Salmo 80, versículo 1, dice: “Oye, oh Pastor de Israel, tú que guías a José como un rebaño”. Salmo 95 dice: “Él es nuestro Dios y nosotros pueblo de su pastura y las ovejas de su mano”. Eso quiere decir que el pastoreo era muy íntimo.

Pero quiero que observe una porción del Antiguo Testamento. Es el profeta Ezequiel y es el capítulo 34, y quiero que pase ahí. Esto nos da un retrato dramático del contraste en Juan 9 y 10 entre los pastores falsos de Israel en el día de nuestro Señor y Él mismo como el Pastor verdadero. Ezequiel 34. La Palabra del Señor viene a Ezequiel, el profeta, y esto es lo que el Señor dice, versículo 2: “Hijo de hombre”, ese fue un nombre por el que Dios identificó a Ezequiel. “Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.

“Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida”.

Después, versículo 11: “Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad”. Dios dice: “Yo las sacaré de los pueblos”, las naciones, “y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor”.

¿De qué está hablando eso? Está hablando del reino milenial, en el reino que está aún por venir. ¿Cómo es que el Señor va a hacer esto? ¿Quién va a llevar esta responsabilidad? Vaya al versículo 23: “Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado”. Espere un minuto. David vivió mucho tiempo antes de esto. ¿De quién está hablando? Él está hablando del Hijo de David, ningún otro que el Mesías. El Mesías se volverá el Pastor que reunirá su pueblo no solo de Israel, sino de todos los países y todas las naciones, y los va a guiar a la gloria del reino final. Un retrato magnífico. Un retrato magnífico.

“Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques. Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán”. Ese es el reino, cuando el Señor, mediante el Pastor, el gran Pastor, el Señor Jesucristo, reúne a todo su pueblo. Esta es una profecía, Ezequiel 34, cumplida por Jesús. Él es ese Pastor.

Vayamos ahí a Juan 10 de nuevo. Cuando usted llega al Nuevo Testamento, hay varios lugares en donde Jesús se presenta como ese Pastor. Mateo 18, Jesús es el Pastor que va a arriesgar su vida para buscar y salvar a la oveja que se ha desviado. En Mateo 9, Jesús es el Pastor que tiene compasión del pueblo porque son como ovejas sin pastor. En Lucas 12 él llama a sus discípulos verdaderos su propio rebaño pequeño, o manada pequeña. Me encanta lo que Pedro le llama, 1 Pedro 2:25, llama al Señor Jesús, el Pastor de nuestras almas. Y el escritor de Hebreos en el 13:20, en esa gran bendición de conclusión, dice que Él es el gran Pastor de las ovejas. Dios, el Pastor en el Antiguo Testamento de Su pueblo. Dios, el que trae juicio sobre los pastores falsos y reúne a Sus propias ovejas en últimas en un lugar de bendición final definitiva. Pero todo eso viene mediante un Pastor, quien es Jesucristo.

Entonces, ese es el trasfondo de esta porción sorprendente de la Escritura. Él es totalmente diferente a los pastores falsos. Esos fariseos que son ilustrados en el capítulo anterior. Ellos son como los que son denunciados en Ezequiel 34. Los fariseos, los líderes judíos se habían levantado a sí mismos, se habían sentado a sí mismos en el asiento de Moisés. Jesús dijo en Mateo 23: “Tomaron algo que no era de ellos”. Eran pastores falsos. Eran pastores mortales. Explotaban a las ovejas. Esto es, tomaban lo que poseían y mataban a las ovejas destruyéndolas. Pero ahora, hay otro pastor, el Pastor verdadero, y no es ningún otro que el Mesías.

Ahora, con eso como una especie de trasfondo, veamos la historia, y en cierta manera, veamos cómo se desarrolla. Comienza con palabras conocidas que son repetidas con frecuencia en el Evangelio de Juan: “De cierto, de cierto os digo”. Y eso es porque es serio y solemne y sobrio, pero también es nuevo, es nuevo, es fresco, es algo que usted no ha oído antes. Y el retrato aquí es de un redil. Usted verá el redil en el versículo 1. ¿Qué es un redil? Cada aldea tenía en la aldea o junto a la aldea, simplemente una especie de corral, y en cada aldea ese corral era un lugar donde las ovejas eran traídas de noche para que estuvieran seguras. Estaban afuera en el campo pastando durante el día, y después en la noche el pastor las guiaba, las ovejas los seguían. El pastor las guiaba y él las guiaba al redil.

Hay mucha historia acerca de esto. El pastor las traía. Cada pastor en aldea traía sus ovejas y todos los pastores de la aldea colocaban a sus ovejas en un redil, ese era el lugar de protección. Entonces, había ovejas en el redil que les pertenecían a diferentes pastores, pero entraban una a la vez y el pastor detenía a cada oveja con su vara y revisaba cada una para ver si tenía heridas quizás, o alguna otra cosa que pudiera ser una molestia o preocupación para él. Él las revisaba de adelante hacia atrás, y particularmente en la parte de atrás, porque tienen tanta lanolina en su lana que fácilmente se tapan y podrían morir. Era un trabajo sucio, y muchas veces muy sucio, pero esa era la función del pastor. Y él las dejaba pasar una por una. Él dejaba caer su vara sobre la que seguía, y después cuando la había examinado, la dejaba entrar. Esa es la razón por la que Ezequiel 20 nos dice que, algún día, Dios va a hacer que su pueblo pase bajo su vara, Ezequiel 20:37-38, Él las va a dejar entrar una por una.

Entonces, el corral siempre estaba rodeado por un muro, y cuando venía la noche todas las ovejas entraban a ese lugar cerrado y se les dejaba entrar una por una a la vez para que cada pastor pudiera examinar a sus ovejas. Las aldeas tenían muchos pastores y los pastores tenían algunas ovejas. No eran ricos en términos generales. No tenían una cantidad enorme de ovejas. Conocían a sus ovejas. Conocían a sus ovejas. Ellos, entonces, contrataban un portero. Los pastores se iban a descansar y dormir después de un día en los campos. Y una mano contratada, lo verá ahí en el versículo 12, se refiere a una mano contratada y no un pastor. Eso es lo mismo que el que cuida la puerta en el versículo 3, y su trabajo era cerrar la puerta de noche cuando todas las ovejas están adentro y los pastores se iban a descansar. Y él era el vigilante para la noche. Él tenía el turno de la noche para proteger a las ovejas. Ese era su trabajo.

Por la mañana, conforme salía el sol, los pastores volvían a aparecer y llamaban a sus ovejas. Ellos llamaban a sus ovejas para que salieran del redil, y las volvían a guiar afuera, a pastar. Solo a los pastores se les permitía estar ahí junto al portero, el que cuidaba la puerta. Ladrones, si venían de noche, tenían que brincarse el muro, y eso es lo que usted tiene aquí. Usted tiene a los ladrones que tienen que subir por algún otro lugar en el versículo 1. Realmente es un retrato vívido.

¿Pero qué es lo que la imagen está diciendo aquí? ¿Qué estamos viendo? Jesús de hecho no dice que Él es el buen Pastor, sino hasta el versículo 11. ¿Pero cuál es la imagen? Simplemente, esto: el redil, algunos han sugerido que es la iglesia, y no lo es, porque el pastor saca a la gente del redil, el Pastor no saca a la gente de su iglesia. Algunas personas incluso han sugerido que es el cielo, no. Él no saca a gente el cielo tampoco. Bastante simple. Dice usted, ¿qué es el redil? En este caso es Israel, es Israel, es el judaísmo. El redil es el judaísmo. Las ovejas son el pueblo judío. El gran Pastor, el buen Pastor, el Pastor verdadero, viene al redil de Israel, como el Mesías verdadero, y llama a sus propias ovejas a que salgan del judaísmo.

Y no solo eso, vaya al versículo 16, y esto es coherente con lo que leímos en Ezequiel: “Tengo otras ovejas que no son de este redil”. ¿Quiénes son? ¿Otro redil? “A estas también las debo traer. Y oirán mi voz y se volverán un redil, un rebaño con un pastor”. Ahí está el Pastor. ¿Cuál es el otro redil? Gentiles, naciones, países del mundo, judío y gentil. Así como Ezequiel prometió que Dios reuniría su rebaño de todas las naciones y todos los países. El redil, entonces, es lo que contiene temporalmente a las ovejas que le pertenecen a Dios, judaísmo o el mundo. ¿Qué es la puerta? El Pastor entra, versículo 2 dice, por la puerta. Al Pastor de las ovejas se le permite entrar por la puerta. ¿Qué es eso? Eso es privilegio, derecho, autoridad, posesión.

El guardia no va a permitir que nadie entre más que el pastor. Y esto es para indicarnos que Cristo, es el Pastor legítimo de Sus ovejas. Él tiene el privilegio de entrar y llamar a Sus ovejas y sacarlas. Él ha cumplido toda profecía mesiánica. Él ha demostrado por palabras y obras que Él es el Mesías, el Hijo de Dios. A lo largo del Evangelio de Juan, el Espíritu Santo ha dado testimonio de Él; en el comienzo del Evangelio de Juan, por los primeros discípulos, por Juan el Bautista, por sus palabras, por sus obras, incluso por la voz de demonios. Jesús se conformó a toda promesa mesiánica. Él es el Pastor legítimo. Él es el que es enviado del Padre para ser el Pastor, para guiar a los elegidos de Israel para sacarlos del rebaño del judaísmo y llevarlos a los pastos verdes y las aguas tranquilas de la salvación.

¿Quiénes son los ladrones que se suben por otro lugar? Cualquier pastor falso. En este caso los fariseos, los escribas, los pastores falsos, autodesignados, autoglorificados, que quieren robar y matar a las ovejas. Los escribas y fariseos hipócritas, que hacen doblemente hijos del infierno de sus convertidos, sus víctimas. Robando, matando con su doctrina falsa. Los pastores falsos están por todos lados, están por todos lados, todo el tiempo. No solo en ese entonces, y no solo en el tiempo de Ezequiel, sino a lo largo de toda la historia humana desde la caída del hombre. Incluso, está por venir un pastor falso único, profetizado en Zacarías capítulo 11, versículo 15: “Y me dijo Jehová: Toma aún los aperos de un pastor insensato; porque he aquí, yo levanto en la tierra a un pastor que no visitará las perdidas, ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas, sino que comerá la carne de la gorda, y romperá sus pezuñas. ¡Ay del pastor inútil que abandona el ganado! Hiera la espada, su brazo, y su ojo derecho; del todo se secará su brazo, y su ojo derecho será enteramente oscurecido”.

¿Sabe usted qué pastor es ese? El Anticristo, el pastor falso final. Entonces, Jesús, en contraste a los pastores falsos del pasado y los pastores falsos en el futuro y el pastor falso definitivo, es el buen Pastor verdadero que no quita la vida, sino que la da. Ahí está Él, viendo a esos pastores falsos en ese día con ese mendigo ciego ahí, los discípulos ahí y otros ahí. Él ha venido para guiar a los suyos a quienes Él conoce por nombre, para sacarlos del judaísmo y llevarlos a los pastos verdes del nuevo pacto, y la bendición que Dios provee mediante la salvación. Ahí está Él, en contraste total con los pastores falsos. A este -versículo 3- abre el portero, porque él tiene la autoridad y el derecho. Él le abre al Pastor verdadero para que venga y se lleve a sus ovejas. Y las ovejas oyen su voz. Y a sus ovejas llama por nombre y las saca. Es un retrato hermoso.

Las ovejas conocían la voz de su amo como una mascota. Y, por cierto, nombraban a sus ovejas. Eso no es difícil de entender. Nosotros nombramos a los animales. Usted no tiene un perro sin nombre. Usted probablemente ni siquiera tiene a un pez sin nombre. Las ovejas conocían la voz de su pastor, porque la oían todo el tiempo y se familiarizaron con ella. Una oveja podría ser llamada oscura o gris o lo que fuera, fuera cual fuera la idiosincrasia que era usada o el acontecimiento que era usado para encontrar un nombre. El pastor siempre conocía a sus propias ovejas porque él las examinaba diariamente y él pasaba todo el día con ellas. Él conocía toda marca en cada una de ellas. Él las conocía de adelante hacia atrás, de atrás hacia adelante. Y como ese pastor en Israel, el gran Pastor conoce también a sus ovejas, él conoce su nombre, porque sus nombres han sido escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo. Él sabe quiénes son.

El retrato aquí es realmente sorprendente. El Pastor verdadero ha venido para llamar a la gente judía para que salga del judaísmo, para llamar a la gente gentil del redil de la religión falsa y de juicio por todo el mundo. Él sabe quiénes son. Él los llama por nombre. Ellos conocen su voz y él los guía, los saca.

Al trabajar un poco con el material en este libro de las parábolas, el capítulo de apertura es algo polémico como, tiendo hacer, y habla de esta tendencia en la actualidad. Los predicadores están diciendo: “Necesitamos contar historias. Necesitamos dejar la doctrina, deja la teología, dejar las complejidades y la profundidad”. Jesús contó historias. Él contó estas historias simples. Y entonces, literalmente han hecho enemigos de la teología en las historias.

Entonces, el libro de las parábolas tiene un subtítulo, este es el subtítulo, la Teología de la Salvación de Jesús en Historias. Las historias que Jesús contó son tan profundas que casi son imposibles de agotar. Usted comienza a sentir eso en esto, ¿no es cierto? Todo comenzó bastante simple. Y mientras más piensa usted en esto y más profundiza en esto, se vuelve más profundo en términos teológicos.

El Pastor siempre conoce sus ovejas. Ellos siempre lo conocen. Él las llama por nombre y las ovejas siguen porque conocen su voz. Versículo 5: “Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él porque no conocen la voz de los extraños”. Eso es, usted ahora está llegando a profundidades de la teología. Aquí hay teología bastante seria, soberanía divina, gracia irresistible, llamado eficaz. Todo esto es teológico.

¿Qué está diciendo nuestro Señor aquí? Él nos está dando la teología de la salvación. Aquí está la teología. El buen Pastor ya ha escogido a sus ovejas. Él ya las ha nombrado. Él sabe quiénes son. Él posee autoridad plena y autoridad exclusiva para entrar al judaísmo y a las naciones del mundo y a los países del mundo para encontrar a sus ovejas. Él las conoce. Él las llama por nombre. Ellas reconocen su voz. Lo siguen a él. Y escuche esto, ellas no van a seguir a un extraño. No lo harán.

Amigo misionero, le digo a usted, eso debería alentar su corazón. Usted no va a perder a ninguna de las ovejas de Dios a los falsos maestros con los que usted lucha. No van a seguir. Ellos conocen la voz de su Pastor. Ese es el milagro de la regeneración. ¿Cuán profundo va esto? Más profundo de lo que yo lo he hecho, a menos de que usted quiere estar aquí hasta las 6:00 PM. La gente dice: “Oh, tú sabes, Jesús contó historias simples. Y aquí Él le está hablando a estos incrédulos y Él le está hablando a estos discípulos que en cierta manera eran difíciles de enseñar porque parecen no entender el punto de tanto. Y no quieres presentarles ninguna complejidad para ellos. Mantenlo realmente simple”. No lo creo. Esto es tan profundo. Esto cumple la promesa del Antiguo Testamento de que Dios va a reunir un rebaño del mundo y va a llevar a ese rebaño a la gloria de un reino, un reino en el que nada más que bendición, sobre bendición, sobre bendición. Y eso va a moverlos a una condición eterna de bendición.

Entonces, él viene, él las llama por nombre. Ellas conocen su voz, lo siguen. Él las saca. Y después, nos dice esto, versículo 4: “Y cuando ha sacado fuera a todas las propias”. Este es ἐκβάλῃ (ekbale), él las tiene que sacar, es un esfuerzo por sacarlas del redil. Entendemos eso. Podríamos hablar de eso. Es difícil creer. Es difícil arrepentirse. La naturaleza humana lo resiste. Es una batalla por el alma, ¿no es cierto? Las llama por nombre. Oyen, pero no sin una lucha, no sin el agonizar. Él tiene que empujarlas de la comodidad de su condición mundana, sus enredos religiosos. Pero una vez que las saca, él va delante de ellas. ¿Y las ovejas qué hacen? Siguen, siguen. Si permanecieres en mi Palabra, eres mi discípulo real. Juan 8. Él no tiene que seguir empujándonos. Una vez que Él nos ha empujado mediante el milagro de la regeneración, una vez que nos ha hecho de Él, una vez que reconocemos su voz, una vez que comenzamos a compartir su vida, una vez que somos liberados de la esclavitud del redil del mundo, seguimos de manera dispuesta, y no seguiremos a un extraño.

Por favor, observe que el Pastor guía. Él va delante de ellas para abrir el camino, para quitar el peligro, para encontrar el agua, la pastura, la provisión. Esto es una seguridad, protección, provisión. Todo está encerrado en la santificación conforme Él nos guía a la gloria eterna y la bendición. Qué emoción conocer todo esto. ¿Y no es realmente sorprendente que Jesús está desempacando esta teología sorprendente, profunda a algunas personas que no tienen el entendimiento, que ni siquiera lo entienden? Como dice el versículo 6, y para los discípulos que eran tan nuevos en entender. Pero estas son verdades que todos nosotros debemos conocer. Él las saca de la esclavitud. Él las guía a pasturas verdes, aguas tranquilas.

Me acuerdo como un niño, mi padre tenía un himno que él solía cantar y le encantaba, y entonces, lo cantábamos mucho en la iglesia, quizás lo recuerde: “Él me guía. Oh pensamiento bendito. Oh, palabras de consuelo celestial. En dondequiera que esté, sea lo que sea que haga, es su mano la que me guía”. Esa es la realidad. El gran Pastor revisa el peligro, abre el camino, encuentra la pastura, encuentra el agua conforme él nos guía. Esto es salvación en toda su belleza y su riqueza, salvación soberana. Y nosotros seguimos.

Simplemente, otro comentario, dos, acerca del versículo 5: “Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él porque no conocen la voz de los extraños”. Conclusión simple, la gente que es leal a los falsos maestros no conoce al Pastor verdadero. Una vez que estamos afuera. Una vez que Él nos ha sacado del redil del pecado y la muerte y el juicio, nosotros seguimos, nosotros seguimos. Nosotros no escuchamos a un extraño. Seguimos fielmente. No perfectamente. Nunca le prestaremos atención a otra voz.

Por cierto, el versículo 5, hay un negativo doble, οὐ μὴ (ou me), a un extraño absolutamente no seguirán, sino que huirán. Mateo 24:24 dice que los cristos falsos y falsos profetas, si fuera posible, engañarían a los escogidos. ¿Pero es posible? No. Esa es la razón por la que eso está ahí. No es posible.

Sea alentado, querido misionero, sea alentado: aquellos que le pertenece a Dios, aquellos que le pertenece al Pastor verdadero, ellos oirán su voz. Ellos van a seguir. Ellos no van a oír la voz de un extraño. Nada puede romper el vínculo entre las ovejas verdaderas y el Pastor. Todo lo que el Padre me da, Juan 6, ¿qué? Vendrá a mí. Y nadie viene a mí, a menos de que el Padre le traiga. Los ladrones, claro que no pueden entender esto. En el versículo 6, esta alegoría les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

Jesús después añade otro retrato de palabras. Este es uno de los Yo soy del Evangelio de Juan: “De cierto, de cierto os digo, Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de Mí vinieron, ladrones son y salteadores. Pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta. El que por mí entraré será salvo y entrará y saldrá y hallará pastos”. Quiero que vea el retrato aquí. Aquí hay una segunda metáfora. Él no solo es el Pastor que entra para llevar a las ovejas, Él es la puerta, Él es la única manera de salir. No es acerca de entrar, es acerca de salir. Y la idea de entrar y salir significa moverse con libertad cuando Él lo saca a usted de ese redil. Y es únicamente a través de Él. Solo Él es la puerta. Él lo repitió otra vez, ahí en el versículo 9. Él lo saca a usted, y hay una libertad de la esclavitud.

“Si alguien literalmente pasa a través de Mí, pasa a través de Mí, será salvo”. Subraye esa palabra, márquela, enciérrela en un círculo, esa es la primera vez en la que usted pasa del retrato de palabras de la metáfora a la realidad a la afirmación teológica del hecho. ¿Esto es acerca de qué? Esto es acerca de ser salvo. Esto trata de la salvación. Este es el Pastor Salvador. Él será salvo y entonces, él está libre de entrar y salir y encontrar pasto. Esto podríamos decir que es la libertad que disfrutamos. Hemos salido de ese redil y ahora estamos libres de una manera hermosa realmente.

Realmente es increíble pensar en esto, pero podemos estar por todo el mundo, podemos ir a todos lados, podemos disfrutar de la gracia común de Dios que está diseminada por todo el mundo. Tenemos el derecho de disfrutarla toda. No tenemos nada que temer, ¿verdad? ¿Qué nos puede separar del amor de Dios en Cristo? ¿Puede separarnos algo? Romanos 8, absolutamente nada nos puede separar. Entonces, entramos y salimos, y muestra una libertad ahora, una libertad, no hay enemigo que nos pueda destruir. No tenemos nada que temer, estamos seguros. Podemos andar por todos lados libres. No hay amenaza que esté pendiendo sobre nuestra cabeza.

Romanos 8, debería ser leído con frecuencia porque tiene la intención con el uso de la hipérbole de mostrar la protección que todo creyente tiene. “¿Quién nos separará del amor del Pastor? ¿Tribulación o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro de espada?” No. “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Y tenemos un vínculo con nuestro Pastor que seguirá hasta el reino y después, hasta la eternidad. Entonces, el Señor es el Pastor. El Pastor es la puerta. Y Dios nos alimenta y nos mantiene con pastos verdes a lo largo de toda nuestra vida espiritual. Hemos recibido todas las cosas que pertenecen a la vida espiritual y la piedad, ¿no es cierto? Todas las cosas. Mantenidos de manera plena, provistos de manera plena.

Pero, ¿qué es nuestro alimento? ¿Qué es ese pasto? Bueno, es la Palabra, ¿no es cierto? Es la Palabra. Fueron halladas tus palabras, Jeremías dijo, y eso es lo que se volvió mi alimento. Oímos su voz, conocemos su voz, de dónde viene su voz a nosotros. Mediante esto, a través de la Palabra, conforme el espíritu da vida a la Palabra, seguimos la Escritura, amamos la Palabra. Decimos con David, oh, cuánto amo yo tu Ley. Es nuestro deleite.

El contraste termina en el versículo 10, y es fuerte. Los falsos pastores vienen para hurtar y matar y destruir. Creo que todos nosotros, y ciertamente yo, hemos sido calumniados por personas por exhibir la falsa doctrina. Pero no podría ser un pastor fiel ante mi propio Pastor si no culpa cumpliera con mi parte de proteger a las ovejas. Si digo algo en contra de algo, normalmente se aparece en algún titular en una forma tan rara que incita a enojo y hostilidad. Pero realmente no tiene que ver con que yo me enoje, tiene que ver con que yo trato de cumplir una responsabilidad compasiva para con aquellos que se vuelven víctimas de falsos pastores que no quieren hacer nada más que despojarles de todo lo que tienen y después, comérselos. El ladrón viene para matar a las ovejas.

Hay algunas historias interesantes. Si un ladrón venía de noche y subía por el muro, él tenía dificultades en sacar a las ovejas con disposición porque las ovejas no conocen su voz. Y entonces, con mucha frecuencia, les cortaban la garganta a las ovejas en el redil, y las aventaban por arriba del muro. Ellos sabían eso. Ellos sabían el tipo de trabajo que hacían los ladrones. Ellos tomaban la lana y después, se comían a las ovejas. El ladrón viene para matar, viene para destruir después de que él ha robado. Por otro lado: “Yo he venido para que tengan vida y que la tengan περισσός (perissos), en abundancia.

¿Qué es la salvación entonces? Simplemente, resumiéndolo, el Mesías viene, el Salvador viene, él viene al redil del judaísmo y al redil del mundo gentil. Sus ovejas ya le son conocidas porque el Padre las ha identificado y les ha dado un nombre y lo ha escrito desde antes de la fundación del mundo. Él sabe quiénes son. Él entra por la puerta porque Él tiene autoridad plena y el derecho de hacerlo. Y del mundo y del judaísmo, Él selecciona a las suyas, las llama por nombre, esto es gracia irresistible, este es el llamado eficaz. Este es un llamado para vida. Esto es regeneración. Ellas siguen, siguen porque esta es una obra sobrenatural de Dios que las saca del pecado y la muerte y las tinieblas y la ceguera. Ellas siguen. Ellas conocen su voz. Ellas lo siguen a Él. Pasan a través de Él. Solo Él siendo la puerta. Salen y después andan por todo el mundo y disfrutan de toda la provisión rica y la protección que su Pastor provee para ellas. Esto es salvación.

Y un día, disfrutaremos esto a un nivel que fue descrito por Ezequiel 34 en el reino milenial, cuando la tierra sea completamente rejuvenecida y restaurada, y eso será seguido por el estado eterno. Desafortunadamente, los pastores falsos y los maestros falsos destruyen a la gente. Y Pedro dice que muchos seguirán sus caminos peligrosos. Quiero cerrar simplemente al ver algo que Pedro escribió, 1 Pedro 5. ¿Puede ver 1 Pedro 5 por un minuto? Simplemente, en cierta manera para mantener las cosas en perspectiva.

Esto es para mí y para todos ustedes que sirven al Señor como misioneros y pastores y líderes: “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada”. Este es Pedro. Él dice esto: “Apacentad la grey de Dios”. Qué gran descripción, la grey de Dios. Y qué responsabilidad tan sobria es apacentar o pastorear el rebaño de Dios. Esto es lo que todos hacemos. Los que Él identificó, le pertenecen a Él. Él los llamó, vinieron, oyeron su voz, siguen, seguirán hasta que entren a la gloria eterna. Apacentad la grey de Dios. “Cuidando de ella no por fuerza”, no porque tiene que hacerlo usted, “sino voluntariamente”, simplemente por el mero privilegio de hacerlo, “no por ganancia deshonesta”, no por dinero, “sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey”. Guau.

Entonces, debemos ser semejantes a Cristo para con el rebaño. Literalmente pastoreamos el rebaño de Dios como pastores que están debajo de Cristo, quien es el príncipe de los pastores. Y después, versículo 4: “Y cuando aparezca el príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”. Creo que cuando lleguemos al cielo vamos a conocer al Señor Jesucristo como el príncipe de los pastores. Y Él tendrá para todos los pastores que sirven bajo Él que son fieles, la riqueza plena de la corona incorruptible de gloria. Entonces, sea alentado misionero fiel. El Señor conoce sus ovejas. Él las ha escogido. Él las ha nombrado.

El Pastor, el Señor Jesucristo, posee autoridad plena para venir a este mundo y para llamar a sus ovejas. Él las llama de este mundo. Él las llama para sí mismo. Las llama por nombre. Todas siguen. No van a seguir a nadie más. Él las guía del redil del mundo a las bendiciones de salvación en esta época, en la época venidera y en el reino eterno. Y Él va delante de ellas para proveer todo lo que necesitan y para darles protección completa. Y Él lo ha llamado a usted para que sea su pastor que sirve bajo Él en este misterio maravilloso.

Padre, te agradecemos porque nos has dado esta Palabra rica y sabemos que, simplemente hemos únicamente rascado la superficie de todas estas cosas, pero es suficiente para casi abrumarnos. Cuán magnífica es tu Palabra, cuán verdadera es. Cada pasaje brilla como algún diamante glorioso, pero en armonía perfecta con el resto de los pasajes. Y entre más lo vemos, brilla con mayor claridad como si hubiera sido cortado por una mente divina. Te agradecemos por esta verdad. Gracias por llamarnos como Tus ovejas.

Te agradecemos, Señor, porque Tú también has dicho que todo aquel que viene a Ti, Tú no le echarás fuera. Y oramos que el día de hoy tu Espíritu Santo pueda motivar el corazón de algunos que son tuyos, pero todavía no han sido llamados. Llámalos este día. No sea que vivan otro día sin las bendiciones y los beneficios de tu provisión y protección. Llama a algunos incluso de esta congregación en este día, como también en cualquier otro lugar del mundo en donde la verdad es proclamada a tu redil, a tu rebaño. Libéralos de los confines, las restricciones del mundo. Libéralos para que entren y salgan y encuentren bendición. Lleva a cabo tu obra, oramos. Padre, pedimos que tú hagas lo que no podemos hacer con toda certeza, y cumplas tu voluntad en toda vida. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.

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