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Nos encontramos de nuevo en Romanos 1, en esta noche, para nuestro estudio de la Palabra de Dios, y estamos viendo los primeros siete versículos. De nuevo, conforme examinamos una introducción muy importante del libro, pasamos algo de tiempo, un poco más de tiempo en esta introducción, porque realmente pensamos que establece el tono de lo que viene en el resto de la Epístola; y de nuevo, en esta noche, vamos de regreso a estos maravillosos siete versículos.

Permítame leérselos para tenerlos presentes en nuestra mente en esta noche. Romanos 1: “1Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el Evangelio de Dios, 2 que Él había prometido antes por sus profetas en las Santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, 5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; 6 entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; 7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.

¿Notó usted que esa es una oración? Pablo es famoso por eso; él escribe, Pablo, en el versículo 1; “A todos los que estáis en Roma”, versículo 7; y añade prácticamente el Evangelio entero en las frases que están en medio de estas dos frases. Hemos estado estudiando esas frases tan importantes, y de nuevo en esta noche, veremos este mismo pasaje maravilloso. Hubo un hombre extremadamente rico que poseía vastos tesoros de arte; el hombre tuvo un hijo que era un niño muy ordinario, común y corriente, quien murió en su adolescencia en la oscuridad, y tuvo poco impacto en la gente; él alcanzó una edad, cierta edad en su vida, y murió de una manera más bien inesperada como joven. El padre lloró por la muerte del hijo mucho. Pocos meses después de la muerte de su hijo, el padre también murió; y dejó esta riqueza increíble que se encontraba invertida en tesoros de arte.

Dejó un testamento y dijo que todo debía ser subastado; y algo que fue bastante extraño en el testamento, fue que el padre estipuló que una pintura en particular debía ser subastada primero, y era una pintura de su hijo, que fue realizada por un artista a quien nadie realmente conocía. Entonces, la persona que estuvo a cargo de la subasta, de acuerdo con el testamento, hizo exactamente lo que tenía que ser hecho; y en primer lugar, a la gran multitud que se había congregado, les presentó esta pintura del hijo más bien oscuro del hombre rico, y comenzó ahí la subasta; nadie conocía al hijo, nadie conocía al artista; realmente a nadie le importaba el niño. Pasó mucho tiempo sin que ninguna subasta se presentara, y finalmente un hombre de edad de color, que había sido un siervo en la casa del hombre rico, tomó un paso hacia adelante y dijo que a él le gustaría hacer una oferta de un dólar por el retrato del hijo a quien él amaba tanto; y en ese punto en su vida, era lo único que podía pagar.

No hubieron otras propuestas, y el siervo de color, pudo comprar la pintura del hijo por un dólar; y después el momento dramático vino, conforme leyó la siguiente parte del testamento, y decía esto: “El resto del tesoro va a ser para el que amó a mi hijo tanto, y con tanta fuerza como para comprar su retrato”. No hay manera de comprender las riquezas que Dios ha provisto para aquellos que aman a su hijo. No hay manera. Son infinitas. Jesús dijo que el Reino de los Cielos es como un tesoro; la Biblia dice que cosas que ojo no ha visto ni ha oído, son las que Dios ha preparado para los que le aman; y esto, amados, son las buenas noticias, ¿no es cierto? Que si amamos al Hijo, heredamos todas las riquezas del Padre; en Cristo tenemos tesoro más allá de la imaginación.

La Biblia dice que si amamos al Hijo, tendremos una fidelidad que nunca será quitada; tendremos una vida que nunca terminará, tendremos un manantial de vida que nunca dejará de producir agua en nosotros, tendremos un regalo que nunca será perdido, tendremos una mano a partir de la cual los recursos nunca dejarán de ser provistos, tendremos una cadena que nunca será quebrantada, tendremos un amor del cual nunca podremos ser separados, tendremos un llamado que nunca podrá ser revocado, un cimiento que nunca podrá ser destruido, y una herencia que nunca jamás se desvanecerá. Ahora, estas son las buenas noticias, y este es el mensaje de la Epístola a los Romanos, que Dios tiene buenas noticias para aquellos que aman a su hijo.

Y después, conforme comenzamos la Epístola, estamos examinando tan solo la introducción en los primeros siete versículos, y ya hemos comenzado a percibir las riquezas, y vamos a ver más de esto en esta noche. Ahora, estos siete versículos contienen la semilla de verdad, que florece de manera plena en los siguientes 16 capítulos; y ya les hemos señalado que hay por lo menos siete elementos en esta introducción, siete características acerca de las buenas noticias; está el predicador de las buenas noticias, la promesa de las buenas noticias, la persona de las buenas noticias, la provisión de las buenas noticias, la proclamación de las buenas noticias, los privilegios de las buenas noticias, y el propósito de las buenas noticias.

Ahora, permítame recordarle brevemente de las primeras tres. En primer lugar, el predicador de las buenas noticias se nos presenta en el versículo 1: “Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el Evangelio de Dios”, y ahí hemos conocido al predicador de las buenas noticias, y nos apunta a una realidad muy importante y es ésta: Que Dios ha escogido a instrumentos humanos, para que sean los instrumentos de la transportación de las buenas noticias. Pablo, un hombre como nosotros, un siervo de Jesucristo, llamado apóstol, apartado para el Evangelio de Dios, apuntando al hecho de que Dios ha escogido usar agentes humanos; Dios ha diseñado usar a hombres y mujeres para proclamar las buenas noticias. De hecho, en 1ª de Corintios, nos dice que Dios ha escogido por la insensatez de la predicación, el proclamar su mensaje, e inclusive usar a predicadores débiles, anónimos, insensatos para hacerlo.

Entonces, la fe de ninguna persona permanece firme, o depende de la sabiduría de los hombres, sino que depende únicamente del poder de Dios a través de la debilidad de los hombres; y el pueblo de Dios todavía son los instrumentos; Jesús nos mandó a ir por todo el mundo y predicar el Evangelio a toda criatura; el predicador, un instrumento humano. En segundo lugar, vimos la promesa de las buenas noticias, versículo 2: “Que Él había prometido antes por sus profetas en las Santas Escrituras”, las buenas noticias o el Evangelio ya había sido prometido en el Antiguo Testamento, esa es la razón por la que en Mateo 5:17 Jesús dijo que no vino para abolir la ley sino para cumplirla: “Vine a cumplirla, vine para llevarla a su cumplimiento, para llevarla al punto en el que estuviera en su totalidad, para llevarla a su punto de llenura, de satisfacción”; el Nuevo Testamento es la Palabra de Dios que completa al Antiguo Testamento, y eso consuma la promesa.

Entonces, las buenas noticias van a venir a través de un predicador humano, y las buenas noticias van a estar basadas en las promesas de Dios en el Antiguo Testamento. Y en tercer lugar, no solo vimos al predicador y la persona, sino que más bien el predicador y la promesa, sino también el predicador y la promesa y la persona. ¿Quién es el corazón y el objeto de las buenas noticias? Observe el versículo 3: “Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos”; la persona de las buenas noticias es Cristo, ese es el punto; es lo que usted hace con el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo, lo que determina si hereda las riquezas del Padre o no. Y en esos dos versículos, hay una presentación absolutamente maravillosa de Cristo, vemos su humanidad en el versículo 3, Él fue hecho de linaje de David según la carne, Él era un verdadero ser humano; vemos su deidad en el versículo 4, Él fue declarado el Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad por la resurrección de los muertos; vemos su humanidad, vemos su deidad; Él tenía que ser hombre para tomar el lugar del hombre, y él tenía que ser Dios para conquistar el pecado y la muerte, y el infierno, y Satanás.

Ahora, quiero que observe algo en el versículo 4, conforme concluimos nuestros pensamientos acerca de la persona. Dice que esto fue logrado –esto es su poder y resurrección– según el Espíritu de Santidad; esta es otra manera de decir que el Espíritu Santo fue el responsable, fue el Espíritu Santo operando en Cristo a través de la agencia del Espíritu, Cristo hizo lo que hizo; Él expresó su poder y fue resucitado de los muertos a través de la agencia del Espíritu Santo. Ahora, esta relación es muy importante; si usted se regresa por ejemplo a Mateo 3 por un momento, permítame llevarlo rápidamente en una gira muy rápida de cómo Jesús estuvo relacionado con el Espíritu Santo en su encarnación. El Espíritu Santo es el tercer miembro de la trinidad, como usted sabe, y dentro de la trinidad, ellos eran iguales; sin embargo, cuando Jesús se encarnó, se sometió a sí mismo a la voluntad del Padre, y al poder del Espíritu, en una sumisión voluntaria; y encontramos que en su bautismo, en Mateo 3, fue bautizado en el versículo 16, “Y Él salió del agua, los cielos fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios descendiendo como una paloma y reposando sobre Él, y una voz del cielo dijo: ‘Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia’”. Ahora, el Padre estaba dándole a Cristo el Espíritu. Ahora subraye esto: yo creo que a partir de este momento, esta fue la iniciación en su ministerio; su ministerio fue contralo por el poder del Espíritu Santo.

Ahora, adelantándonos, pasemos a Mateo 12:31, Él dijo esto a aquellos que lo acusaban de ser del diablo, lo acusaron de ser de Satanás, lo acusaron de ser representante de Belcebú, el cual era un término pagano para Satanás; y él dijo en el versículo 31: “Os digo que todo pecado y blasfemia les será perdonado a los hombres; pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no le será perdonada a los hombres. 32 Y todo aquel que hable una palabra contra el Hijo del Hombre, una palabra contra el Hijo del Hombre puede ser perdonada; pero todo aquél que hable contra el Espíritu Santo, no será perdonado”. Ahora, ¿qué era lo que Él estaba diciendo? Él está diciendo: “Ustedes pueden decir algo contra mi humanidad, y eso se podría perdonar; pero cuando ustedes blasfeman al Espíritu de Dios, quien está llevando la obra a través de Mí, eso es imperdonable”.

Ahora, veremos a plenitud lo que eso quiere decir, pero el punto que por ahora quiero que vean es el siguiente: que cuando ellos negaron las obras de Cristo, Él dijo: “Ustedes no están blasfemando al Hijo del Hombre, están blasfemando (¿a quién?) al Espíritu Santo”, ¿por qué?, porque Él se había rendido al poder del Espíritu Santo; y cuando ellos blasfemaron sus obras, estaban blasfemando al Espíritu, porque era el Espíritu operando a través de Él. Y entonces, usted tiene tan solo en esta introducción, en esa pequeña frase, no solo un entendimiento de la humanidad de Cristo y la deidad de Cristo, sino también su relación con el Espíritu Santo; una de las categorías más maravillosas de todas las categorías teológicas. Bueno, escuche lo que dice en Lucas 4:1: “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán”, después de su bautismo, Él fue… Él salió de ese lugar, lleno del Espíritu Santo. Juan 3:34 dice lo siguiente: “Pues Dios no da el Espíritu por medida; el Padre ama al Hijo, y todas ha entregado en su mano”; cuando Dios le dio al Hijo el Espíritu, Él le dio a Él el Espíritu sin medida, en otras palabras, en su plenitud absoluta y total.

Ahora, este es un misterio. Jesús es Dios, Él es uno con el Padre, y uno con el Espíritu, la trinidad es una; sin embargo, son tres personas de manera distintiva. Pero en una maravilla de la encarnación hubo algún tipo de separación: el Hijo se sometió voluntariamente e hizo únicamente la voluntad del Padre, y solo a través del poder del Espíritu; y entonces, fue la agencia del Espíritu Santo, lo que le capacitó en su humillación voluntaria, fue la agencia del Espíritu Santo la que estaba haciendo la obra a través de Él; y eso le muestra la sumisión total de Cristo. Y cuando en Filipenses dice que Él hizo a un lado estas cosas, que tomó forma de siervo, y se halló a sí mismo como un hombre, y se humilló a sí mismo, realmente quiere decir eso; Él solo hizo lo que el Padre le mostró que hiciera, y solo en el poder del Espíritu; una sumisión bastante significativa para alguien que es totalmente Dios, y lo ha sido, y lo será por toda la eternidad.

Entonces, fue el Espíritu el que lo capacitó en su resurrección. Dice usted: “¿Por qué es eso importante?”, es importante porque nos indica que la trinidad, que Dios mismo, está involucrado en la vida y en la muerte, y en la resurrección de Cristo; y la afirmación más grande de quién fue Jesús, y quién dijo ser, fue que Dios mismo lo resucitó de los muertos, a través de la capacitación que el Espíritu Santo proveyó. Entonces, Cristo es el Dios hombre: totalmente Dios, y totalmente hombre; y eso es indicado de manera clara en que Dios mismo lo resucitó de los muertos a través de la agencia del Espíritu Santo; esas son buenas noticias. Él vino para identificarse con nosotros; él vino para ser un hombre, como nosotros somos hombres, para sufrir, para entender la función de la vida humana; pero, al mismo tiempo, Él fue Dios y venció por el poder del Espíritu, y resucitó de los muertos.

La maravilla de su humanidad y deidad, y esa unión misteriosa, nunca podremos entender de manera plena; y nunca podremos entender de manera completa o total, cómo es que Él estuvo relacionado con el Padre, y cómo Él estuvo relacionado con el Espíritu, porque es tan misterioso; realmente no podemos entenderlo de manera plena, pero eso es precisamente lo que la Biblia enseña: totalmente hombre y totalmente Dios. Y creo que usted lo puede entender un poco, simplemente al ver algunas ilustraciones de ello. Escuche Mateo 17:24: “Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? 25 Él dijo: Sí. […]”; ahora eso es interesante, Jesús pagó impuestos.

Piense en las siguientes dos semanas, lo va a hacer sentir mejor, Jesús pagó impuestos, eso le muestra su humanidad, eso muestra que Él era un hombre igual que el resto de los hombres. “[…] Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? 26 Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos”. En otras palabras, Él le está diciendo: “Realmente no pertenecemos al sistema, realmente ellos cobran impuesto de los suyos, y no somos de este mundo; no obstante, al menos para no ofenderles, vamos a pagar nuestros impuestos como cualquier otra persona”, y después dijo lo siguiente: “27[…] ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti”; ahora, espere un momento.

Una cosa es pagar tus impuestos, pero esa es otra manera de obtener el dinero que ninguno de nosotros podemos hacer. Como puede ver, ahí tiene una ilustración perfecta de la maravilla de su humanidad y su deidad; Él pagó sus impuestos, pero Él tuvo maneras de proveer que fueron absolutamente sobrenaturales. En Marcos 4:35, y hemos leído esto recientemente: “Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado”; y estaban cruzando el mar de Galilea y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba en la barca, y había también con Él otras barcas, entonces es una flotilla que está cruzando; pero se levantó una gran tempestad de viento y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.

Ahora, usted sabe igual que yo, que está bien que la barca esté en el agua, pero no está bien que el agua esté adentro de la barca; y escuche esto, versículo 38: “Y Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal”; ahora esa es su humanidad, Él está cansado; las multitudes literalmente siguieron sus pasos sin descanso, Él estaba cansado, y estaba dormido en una tormenta; y le despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza”, ¿puede ver aquí su humanidad? Por un lado está dormido porque está tan cansado, y por otro lado Él detiene la tormenta instantáneamente. No puede explicar usted el misterio, solo lo puede ver. Lucas 23:39: “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. 40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo”; ahí vemos su humanidad, era una víctima; de manera cruel, clavado a una cruz, con una manta de sangre y moscas; humillado, le escupieron, se burlaron de Él, vieron su desnudez; “42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”; esa es su deidad, y ve esta mezcla a lo largo de su vida entera, esta combinación.

Entonces, conocemos al predicador, vemos la promesa, y la persona de las buenas noticias: Jesucristo, Dios en carne humana, haciendo la voluntad del Padre, cuyo Hijo Él se ha vuelto en el poder del Espíritu. Ahora, vayamos –número 4– a la provisión de las buenas noticias, la provisión. Si usted ama al Hijo, ¿qué sucede? Si usted recibe las buenas noticias, ¿qué sucede? Dos cosas. En primer lugar, salen del cofre de tesoros que Dios ha provisto. Versículo 5 dice: “Y por quien recibimos la gracia y el apostolado”, y puede detenerse ahí. ¿Qué es lo que las buenas noticias nos dan? ¿Qué es lo que las buenas noticias nos otorgan? ¿Cuál es el tesoro que heredamos cuando amamos al Hijo? Primero: gracia; segundo: apostolado. Primero observe esto: conversión; segundo: vocación. Primero, ser llamado; segundo: ser enviado.

Primero: veamos la gracia, recibimos gracia. ¿Qué quieres decir, Pablo? Bueno, existe la posibilidad de que él quiso decir la gracia del apostolado, eso es posible; pero prefiero pensar que él está diciendo algo más distinto a eso, y que él está diciendo que hemos recibido la gracia y el apostolado. ¿Qué es gracia? Es favor inmerecido, favor que no ganamos. Las buenas noticias son que la salvación es por gracia. Efesios 2:8 y 9 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se (¿qué?) gloríe”. Somos salvados por gracia; la gracia de Dios que trajo salvación, ha aparecido a todos los hombres; es gracia, favor inmerecido.

La buena voluntad, la misericordia, la bondad de Dios, concede esto como un regalo, y todo lo que hacemos es responder al creer. Un bebé respira porque se le da una nalgada; y entramos al Reino de Dios, y recibimos el regalo de vida de Él, porque con soberanía divina Él nos golpea y comenzamos a respirar espiritualmente. Si estamos vivos es debido a que su aliento ha sido exhalado en nosotros; somos nacidos de arriba; no hay lugar para la auto-recomendación, para el auto-reconocimiento, no hay lugar para el mérito humano, no somos salvados por obras; de hecho, en Romanos esto será desarrollado en el capítulo 3, para que usted nunca lo pueda pasar por alto; en Romanos 3:24 dice: “Somos justificados gratuitamente por su gracia”, versículo 27: “¿Dónde está, pues, la jactancia? Está excluida. ¿Por qué ley u obras? Ninguna, sino por ley de la fe”, creemos si Dios muestra su gracia. En Romanos 5, él va a desarrollar eso más en los versículos 20 y 21, y habla de cómo en donde el pecado abundó, la gracia abundó mucho más; la misericordia sin causa, la bondad sin merecerlo.

Entonces, la salvación no vino por confirmación, la salvación no viene por comunión, no viene por bautismo, no viene por membrecía de la iglesia, no viene por asistir a la iglesia, no viene por tratar de guardar los diez mandamientos, o tratar de vivir el sermón del monte; no viene por ser generoso, no viene por creer que hay un Dios o que hay un Cristo, no viene simplemente por ser moral y respetable, no viene ni siquiera por decir ser cristiano; viene cuando recibimos por fe el regalo de gracia. Por cierto, el infierno va a estar lleno de gente como la que acabo de describir, que piensa que tiene la salvación en el objeto equivocado. Y entonces, Pablo dice: “Recibimos gracia”, esta es la primera provisión del Evangelio que usted no tiene qué ganarse; no podría si quisiera, es imposible, ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado.

El Dr. Barnhouse tuvo una buena palabra, él dijo esto: “El amor que veo hacia arriba es adoración, el amor que ve hacia afuera es afecto, y el amor que se inclina es gracia; y Dios se ha inclinado para darnos la gracia que no merecemos”. El santo moribundo Paciano dijo lo siguiente: “La gracia es lo único que nos puede hacer como Dios. Yo puedo ser arrastrado a lo largo del cielo, a lo largo de la tierra, y a lo largo del infierno, y aún sería el mismo miserable pecaminoso, contaminado, a menos de que Dios mismo me limpiara por su gracia”. Y vamos a ver mucho más acerca de la gracia. Entonces solo lo voy a dejar ahí; pero es gratis, es un regalo. La primera provisión: gracia. La segunda: apostolado; y creo que Pablo está expandiendo su pensamiento aquí, él comienza consigo mismo, Pablo, y ya para cuando llega al versículo 5, él tiene la palabra ‘recibimos’, ‘hemos recibido gracia’, y creo que él incluye a la comunidad creyente; hemos recibido un cierto tipo de apostolado; sé que se ve así mismo en ese ‘recibimos’ y ve a los otros apóstoles ahí, y a aquellos que han trabajado con él; también es posible que él percibe la amplitud de ese término en su contexto más amplio posible. El Evangelio no solo nos trae la gracia de salvación, sino la tarea del apostolado.

Y vimos, ¿no es cierto?, nuestro estudio en esta mañana, que significa ‘ser enviado’, ‘ser uno enviado’; somos llamados y salvados, y fuimos enviados para alcanzar al mundo. Y para Pablo, su apostolado, era ese apostolado único, único; de hecho, no había nada más como eso. Estaban los 12, Judas se fue, Matías fue añadido, eso mantuvo a los 12 intactos; y más adelante Pablo apareció en la escena como un abortivo nacido fuera de temporada, un apóstol igual de genuino que los otros, quien vio a Cristo personalmente después de la resurrección; sin embargo, ahí había una identidad única en su apostolado, y creo que él percibía eso; pero él también reconoció que todos nosotros estamos incluidos en el concepto de ser enviados. Usted recuerda que en Hebreos 3:1 llama al señor Jesús un apóstol, Él fue enviado del Padre; entonces, en el sentido más amplio, yo creo que el término se refiere a cualquier mensajero del Evangelio.

El comentarista William Hendriksen está de acuerdo con eso, él dice: “Cualquier persona que esté en una misión espiritual, cualquiera que en esa capacidad representa al que lo envía, cualquier persona que trae el mensaje de salvación es en un sentido un apóstol; pero por favor no se confunda, no somos iguales a los apóstoles del Nuevo Testamento, ellos fueron únicos para su propia época”; pero usted descubre conforme estudia, y hemos visto en las lecciones pasadas, entonces no vamos a profundizar en el punto; vimos que hubieron muchos que fueron enviados.

Por ejemplo en Romanos 16:7 dice: “Saludad a Andrónico y a Junias”, ¿alguna vez ha oído usted de ellos? ¿Sabe algo de ellos? No, yo no. Dice: “Quienes son conocidos entre los apóstoles”, ¿qué tipo de apóstoles eran Andrónico y Junias? Bueno, ciertamente no apóstoles con una “A” mayúscula, no los oficiales, pero fueron ‘enviados’, ellos fueron enviados en una misión de proclamar la verdad de Cristo, representándolo a él. Y entonces, yo creo que esto es lo que estamos aprendiendo aquí, de que no solo está la gracia de la salvación, sino también el desafío de ser enviado. Por cierto, en Hechos 14:14 llama a Bernabé un apóstol, él no fue uno de los 12, ni fue el equivalente de Pablo en ese sentido, y esto lo vemos a lo largo de las Escrituras; tiene el término ‘apóstol’ siendo ampliado, y ampliado en muchos textos, de tal manera que no lo podemos confinar únicamente a ciertos individuos específicos.

Ahora, permítame ver si puedo dar una ilustración para ayudarle. Yo crecí con los deportes como trasfondo, y estuve en muchos equipos diferentes; y algunos entrenadores, algunos coaches para los que yo entrené en diferentes deportes, fueron almas amables, otros no fueron tan amables, ganar era todo; pero me puedo acordar de varios equipos diferentes en los que estuve en mi vida, en donde un niño venía y hacía una prueba para ver si podía entrar al equipo, y realmente no era muy bueno; no tenía mucha capacidad. Pero quizá su padre había muerto, quizás él era un pobre niño, quizás era simplemente el tipo de persona que te causa compasión; y de vez en cuando, un coach, un entrenador, simplemente lo metía al equipo, usted sabe, pero él nunca jugaba, nunca entraba al juego. Y pensé en eso en referencia a esto. El Señor no opera de esa manera.

Si usted entra al equipo, usted va a estar en el juego; va a ser gracia y apostolado a lo que nos ha llamado; no solo es ser redimido, sino ser redimido y después enviado; en su gracia, Él nos mete al equipo; y por cierto, todos somos como ese pequeño niño que no podía hacer nada; Él nos mete al equipo y después nos usa. Y esta mañana vimos en nuestro estudio, que somos un grupo difícil de trabajar, es difícil trabajar con nosotros. Las buenas noticias, amados, es que Él provee conversión y vocación; el privilegio alto y santo de servir a Jesucristo. Oh, ¿usted tiene alguna comprensión de ese alto llamado? ¿De qué es ese alto llamado? En Efesios 2:10 dice que hemos sido creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios ha preparado de antemano para que anduviésemos en ellas; hemos sido creados en Cristo Jesús para buenas obras, ese es el punto.

Un ganador en los juegos olímpicos en la antigüedad, se le hizo una pregunta: “Espartano: ¿Qué ganarás con esta victoria?”, y él respondió: “Yo, señor, tendré el honor de pelear en la línea frontal para mi rey”, eso es todo; somos llamados a servir con todas nuestras limitaciones. D. L. Moody dio un discurso en una ocasión en Chicago, y era típico, era Moody como era él normalmente; y al final de su discurso, un hombre con mucha preparación académica, se le acercó y dijo: “Señor, disculpe, pero usted hizo 11 errores en su gramática en esta noche”, y el señor Moody dijo: “Probablemente sí. Como usted puede ver, mi preparación temprana fue muy limitada y fue mala, pero estoy usando toda la gramática que conozco por la causa de Cristo. ¿Qué tal usted?”, esa fue la respuesta correcta, ¿no es cierto? En una ocasión, una persona se le acercó a Moody y le dijo: “No me gusta su invitación. No creo que es la manera correcta de tener una invitación”, y él dijo: “Bueno, usted sabe, yo le agradezco eso –y él dijo–, siempre he estado incómodo con ella también; me gustaría que conociera una mejor manera.

¿Cuál es su método de invitar a la gente a Cristo?”, “Oh, –le dijo la persona– no tengo uno”, él dijo: “Me gusta más el mío”. Sean cuales sean nuestras limitaciones, yo creo que Dios quiere que no solo tengamos gracia sino también apostolado, que seamos enviados. Y sé que el punto primordial aquí es que Pablo está reflexionando en su propio apostolado, y la gracia de Dios en su propia vida; pero es mucho más grande que eso. El Dr. Barnhouse, reflexionando en una ocasión muy interesante en su vida, que es un paralelo a una experiencia que tuve, y solo quiero compartirla con usted. Él estaba siendo ordenado en el ministerio presbiteriano, y él escribe que: “El moderador del presbiterio me hizo preguntas y yo le respondí. Me pidieron que me inclinara, que me arrodillara; los hombres vinieron hacia mí, y a un hombre se le pidió que hiciera la oración. Sentí que su mano tocó mi cabeza, y después las manos de otros tocando mi cabeza, apretando sobre la suya, presionando sobre la suya y las otras manos.

El anillo, el círculo de hombres, se acercaron a mí y me rodearon, y un hombre comenzó a orar. Fue una oración pequeña, buena oración, y una pequeña frase en ella que decía: Padre, guárdalo con tu amor, guíalo con tu ojo, y cíñelo con tu poder. Me quedé pensando en esos tres verbos: guarda, guía, y ciñe. Parecía tan insensato como hacer una ceremonia de matrimonio de dos personas que habían estado viviendo juntos durante un cuarto de siglo, y que tenía familia; yo sabía que había sido ordenado por mucho tiempo atrás, y que las manos que habían estado en mi cabeza eran manos que habían sido perforadas y clavadas en una cruz. Años después el hombre que hizo la oración ese día, firmó un papel diciendo que él se oponía a la doctrina del nacimiento virginal, la doctrina de la deidad de Jesucristo, la doctrina de la expiación sustitucionaria, la doctrina de los milagros de Cristo, la doctrina de la inspiración de las Escrituras, como pruebas para la ordenación de un hombre en el ministerio.

Y cuando leí su nombre en esa lista, puse mi mano sobre mi cabeza, y me reí sorprendido y preguntándome cuántas decenas de veces yo me había cortado el cabello desde que sus manos impías me tocaron; y después disfruté de la profunda consolación de saber que la mano del Señor Jesucristo, desgarrada y herida, debido a mi pecado, me había tocado y me había dado un apostolado, el cual era de Dios, y el cual era más importante que aquel que cualquier hombre pudiera probar por su pequeña ceremonia”. Ahora, usted tiene que oír al Dr. Barnhouse predicar para entender lo fuerte que él dijo eso. Dios le dio su ministerio y su misión.

Leí eso y pensé en mi propia ordenación: hombres buenos y piadosos estuvieron ahí, me hicieron todo tipo de preguntas, y se acercaron y colocaron sus manos sobre mí, y oraron y todos firmaron mi certificado de ordenación; de hecho, hubieron suficientes líneas, y hay un nombre escrito más grande que cualquier otro nombre, debió haber sido un ancestro de John Hancock, una escritura muy grande, escribió su nombre en la primera línea de mi ordenación que está ahí colgada en mi pared, y no mucho tiempo después de eso él abandonó el ministerio; se involucró en inmoralidad abierta, negó la fe, negó a Cristo, se volvió un ateo, un representante del ateísmo, se volvió un profesor de Filosofía en la Universidad del Sur de California; y yo, al igual que el Dr. Barnhouse, le doy gracias a Dios porque mi apostolado, mi ministerio, no vino de los hombres, sino que vino de Cristo mismo. Escuche, ¿cuál es la provisión de las buenas noticias? Es la gracia para salvar, apostolado para servir.

Entonces, vemos las buenas noticias: el predicador, la promesa, la persona, la provisión; y después llegamos a la proclamación. Ahora que vamos a servir, vamos a ser enviados con un mensaje. ¿Qué es lo que debemos proclamar? Versículo 5 una vez más: “Proclamamos obediencia a la fe en todas las naciones, por amor de su nombre”, y después dice en el versículo 6: “Entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo”. En otras palabras: así como usted ha sido llamado a Cristo, vamos a salir y llamar a otros a Cristo; esto realmente extiende el último pensamiento: “Las buenas noticias acerca de Jesucristo, las cuales nos han traído gracia y servicio, y nos lleva a salir y proclamarla, y llamar a todas las naciones de la Tierra que sean obedientes a la fe”; esa es una gran declaración.

Me gustaría que tuviéramos tiempo en esta noche simplemente para entrar a todo el pensamiento de la obediencia, a la fe; debería encerrar en un círculo esa frase en su Biblia: obediencia a la fe; es una declaración tremenda, una declaración que literalmente está cargada de significado. Y vuelve a aparecer al final de Romanos 16:26, ahí al lado del último versículo: “[…] para dar a conocer a todas las naciones, la obediencia a la fe”, la obediencia a la fe. Escuche, si hay algo acerca de la fe, es que esa fe es, ¿qué?, obediente. Muéstreme usted a alguien que dice que cree, y vive una vida de desobediencia, y le mostraré a alguien que no está redimido; ya que la fe, si no se manifiesta en obediencia, está muerta. No somos salvos por obras, somos salvados para buenas obras. Y el mensaje del cristianismo es un llamado a que la gente sea obediente a la fe; cuando usted viene a Cristo, usted afirma la fe.

Y, por cierto, hay una declaración muy definitiva de la fe, y Judas la usa, ‘la fe que ha sido una vez dada a los santos’ significa el contenido del Evangelio, el contenido del mensaje, significa enseñarles a obedecer todas las cosas que os he mandado; así es como usted predica, es obediencia lo que predicamos, obediencia a la fe, a la fe que Dios ha establecido. Estamos predicando un mensaje de obediencia. Y tristemente no es el mensaje que la gente está oyendo el día de hoy; debemos llamar a la gente a la fe, pero fe que obedece, es la única fe genuina. La gente dice que cree, y vive la vida de desobediencia; mienten, y la verdad no está en ellos; la gente que realmente cree, obedecerá. Y entonces, el diseño de nuestro apostolado, el diseño del apostolado de Pablo, consistía en traer a todas las naciones a la obediencia a la fe, y la fe es más que tan solo creer en Jesús, es la fe, es todo lo que nuestra fe involucra, ‘la fe una vez dada a los santos’; si usted quiere saber lo que la fe realmente es, es el contenido completo de la Palabra de Dios revelada; llamamos a la gente a obedecer.

Ahora, escúcheme: no es fe más obediencia lo que equivale a salvación, no, es una fe obediente lo que equivale a la salvación; la verdadera fe es verificada en la obediencia. Esa es la razón por la que la Biblia constantemente dice que Jesús es Señor, que Jesús es Señor, que Jesús es Señor, porque eso demanda obediencia sumisa; no hay fe sin obediencia, tiene que haber obediencia para que la fe sea genuina. Observe por un momento una buena ilustración. Ahí en Romanos 1:8: “Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo”. ¿Cómo? ¿Cómo es que su fe se divulgaba en todo el mundo? Capítulo 16 versículo 19, 16:19: “Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos”, al principio es su fe lo que se divulga, y al final es su obediencia lo que se divulga, ¿por qué?, porque una debe existir con la otra; no es fe, a menos de que obedezca.

La salvación es sumisión, la salvación es afirmación del señorío de Cristo. Ahora, usted no debe tener una teología que hace que alguien sea cristiano, que vive una vida de desobediencia absoluta, no hay reconocimiento del señorío de Cristo; “Si confesares con tu boca a –Romanos 10:9-10– Jesús como Señor (y eso significa obediencia a su señorío), será salvo”. Esa es la verdadera esencia de la cual la salvación es producida. Y dice Pedro: “Sepa, pues, ciertísimamente la casa de Israel, que Dios ha hecho al mismo Jesús a quien crucificasteis, Señor y Cristo”, y Jesús le dijo a los fariseos en Mateo 5: “No me importa lo que creen; por la manera en la que ustedes viven, niegan la salvación”. Una fe sin obediencia, es una fe que no salva a nadie; es apilarse en el camino espacioso que lleva a la destrucción, eso es lo que es; es construir una bonita súper estructura religiosa, grande, sobre la arena; una fe sin obediencia, no es fe salvadora; es aquello que engaña, pero no salva.

La gente dice: “Oh, yo creo en Jesús, yo creo en la Biblia. Me acuerdo cuando caminé por el pasillo, me acuerdo esto y aquello”, eso no salva, a menos de que haya una vida de obediencia. Escuche lo que dice Hebreos 12:14: “Seguid la paz con todos los hombres, –y ahora escuche ésta– y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”; si no hay santidad, no hay cielo. Entonces, la proclamación es traer a todos los hombres a la obediencia de la fe, a la obediencia de la fe. Y amados, esto es algo que él dice en el versículo 6, que debemos anhelar hacer, porque esto es algo que hemos recibido: “Entre las cuales estáis también vosotros llamados a ser de Jesucristo”; en otras palabras, “Han sido llamados a esto, ahora vayan a llamar a las otras naciones a hacer lo mismo”; es una gran declaración en el versículo 6: “Entre las cuales estáis también vosotros llamados a ser de Jesucristo”. Hemos sido traídos a Cristo, hemos salido de esa vida de desobediencia a una vida de obediencia, de la incredulidad a la fe, y él dice: “Debido a que eso nos ha sucedido y somos parte de aquellos que han sido llamados a Cristo, debemos llevar el mismo mensaje a otros, para llamar a otros”.

Cantamos en ese coro: “Dios perdonó mi pecado en el nombre de Jesús, he vuelto a nacer en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús, vengo a compartir su amor como Él me dijo que lo hiciera”. Él dijo: “De gracia recibisteis, de gracia (¿qué?) dad. Id en mi nombre, y debido a que ustedes creen, otros sabrán que yo vivo”, eso es lo que está diciendo; somos enviados para la obediencia a la fe entre todas las naciones, porque eso es lo que nos ha sucedido; somos los llamados, los que han sido atraídos a Cristo. Entonces, vemos al predicador de las buenas noticias, la promesa de las buenas noticias, la persona de las buenas noticias, la provisión de las buenas noticias, la gracia y el apostolado, la proclamación de las buenas noticias, y es una proclamación de obediencia; amados, nunca dejen esa parte afuera. ¿Les puedo dar dos al cerrar? Los privilegios de las buenas noticias, los privilegios.

Obsérvenlo en el versículo 7: “A todos los que estáis en Roma”, y claro que se puede extender más allá de eso, a todos los creyentes, él les da tres verdades maravillosas acerca de sus privilegios. En primer lugar, son amados de Dios; en segundo lugar, son llamados, y debería poner ahí una coma después de eso, si tiene algunas palabras ahí en letra inclinada itálica, quiere decir que no están ahí en el original; hay tres cosas aquí: amados de Dios, llamados, y santos. Amados de Dios, llamados, y santos; esos son los privilegios de las buenas noticias. ¿Qué significa ser ‘amado de Dios’? Bueno, simplemente significa que somos amados, y está por todas las Escrituras; Dios nos ha amado, Él ha escogido colocar tu amor sobre nosotros.

En Efesios 2, simplemente me encanta ese versículo, versículo 5, versículo 4 más bien: “[…] Dios, quien es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo”; nos amó, Él nos amó aún cuando estábamos muertos en pecado.1ª de Juan 3:1 él dijo: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre […]”, la palabra ‘cuán amor’; “Mirad cuál amor nos ha dado”, ‘cuál’, esa palabra ‘cuál’ es una palabra griega muy interesante, ‘potapan’ tiene que ver con algo que es extraño, algo que es de otro mundo, algo que pertenece al espacio exterior; digo, ¿qué tipo de cosa inhumana, extraña, es este amor? ¿Es esto de ‘amarnos’? En Efesios 1:6 dice que a través de Cristo, hemos sido aceptados en el ‘Amado’; Dios nos puede amar porque Él nos ama en su Hijo. Romanos 5 dice: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones”; Romanos 8 dice: “Nada, jamás nos separará del amor de Cristo”, nada.

Y entonces, el privilegio de las buenas noticias es que somos amados por Dios, y cuando Dios ama, Él derrama su bendición. En segundo lugar, somos llamados, somos llamados, y ese es el llamado eficaz; se está refiriendo al llamado en sí a la salvación; y veremos eso a detalle cuando lleguemos a los capítulos 9 y 10; pero hemos sido llamados. Somos salvados, debido al acto soberano de Dios; esto no se está refiriendo a algún llamado externo general, no solo la proclamación como en Isaías 45: “Sed salvos todos los fines de la tierra”, o Isaías 55: “Buscad al Señor mientras pueda ser hallado”; este no solo es el llamado general, como en Ezequiel 33 cuando él clamó: “Volveos, volveos, convertíos, convertíos”, o en Mateo 11 donde Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados”, o Juan 7: “Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba”, o Apocalipsis 22: “Y el Espíritu y la novia dicen: Ven. La esposa dice: Ven”, en Romanos 10: “La fe viene por el oír”, un discurso acerca de Cristo; este no es solo el llamado general del Evangelio, éste es una indicación de ese llamado deliberado, eficaz a la redención que viene mediante la voluntad soberana de Dios.

Somos los llamados; es otra palabra –por así decirlo– para los ‘elegidos’, para los ‘elegidos’. Somos los escogidos. La Biblia dice: “Escogidos en Él desde antes de la fundación del mundo”, una verdad tremenda. Somos los llamados, llamados por Dios, los elegidos. Usted puede estudiar esto a lo largo del Nuevo Testamento, y como dijo, llegaremos a los capítulos 8, 9, y 10, y lo veremos a detalle; pero hay declaraciones, afirmaciones una y otra vez, que se hacen, mostrando que cualquier persona, que es un creyente, es alguien que fue llamado soberanamente y predestinado por Dios. Ahora, voy a añadir esto rápidamente: Nunca hay un llamado solo, sino que siempre junto con ese llamado, el acto de fe en Cristo va de la mano; no obstante, somos llamados. Desde nuestro punto de vista, venimos a Cristo como un acto de nuestra voluntad; pero desde el punto de vista de Dios, fue determinado desde antes de que el mundo comenzara, y nos llamó a Sí mismo. Es una verdad maravillosa; y veremos cómo se desarrolla conforme avanzamos en la Epístola.

Entonces, somos los amados, y somos los llamados. Y escuche el tercero: somos santos, somos santos. Usted dice: “Usted no me conoce muy bien”, “Oh, pero lo conozco lo suficiente como para saber que si usted es cristiano, usted es un santo”, ¿sabe lo que significa un santo? ‘Jagios’, un santo; debido a ser amado por Dios, debido a que ha sido llamado, usted es un santo, ha sido hecho santo, ¿qué significa?, ha sido apartado, apartar, apartado del mundo a Dios. En el Antiguo Testamento tenían muchas cosas que eran apartadas; decían que el Lugar Santo fue apartado, el Lugar Santísimo, el diezmo fue apartado, los sacerdotes fueron apartados, en Éxodo 19:6 dice que la nación entera de Israel fue apartada; en otras palabras, todas esas cosas eran santas: el Lugar Santo, el Lugar Santísimo, el diezmo, los diezmos, los sacerdotes, la nación; todas eran santas para el Señor; en otras palabras: fueron apartadas para Dios.

En el Nuevo Testamento no tenemos ya eso; el Lugar Santísimo no existe, el velo fue rasgado; el Lugar Santo ya no existe, el templo ha sido destruido; los diezmos ya no se aplican, ya no existen porque no estamos bajo una teocracia; los sacerdotes ya no existen; la nación de Israel ha sido temporalmente hecha a un lado; ¿qué es lo que ha quedado que es santo? Le voy a decir lo que es: es el nuevo templo de Dios, el cual es su iglesia; y somos santos, somos apartados para Dios, apartados del pecado a Dios, y debemos vivir así. Pero piense en esto: los privilegios, ser amado por Dios, ser llamado desde antes de que el mundo comenzara para ser su hijo, y ser apartado del pecado para Sí mismo; separado para Él. Oh, es apropiado que para ese tipo de personas se encuentre la bendición en el versículo 7: “Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo”.

¿Sabe algo? Las únicas personas que jamás pudieran recibir una bendición así, serán aquellos que son amados por Dios, llamados de Dios, y hechos santos por Dios; somos los únicos que pueden recibir su gracia, y los únicos que pueden experimentar su paz, gracia, y después paz. Ahora, escuche conforme concluimos. Finalmente, después de todos los otros puntos que hemos visto, quiero darle el propósito de las buenas noticias, el último punto. Hemos estudiado todos, excepto éste, el propósito; y se encuentra al final del versículo 5; ¿por qué predica el predicador?, ¿por qué fue hecha la promesa?, ¿por qué vino la persona?, ¿por qué hemos recibido la provisión del Evangelio?, ¿por qué hemos experimentado la responsabilidad de la proclamación?, ¿por qué Dios nos ha dado privilegios? Por una razón, al final del versículo 5: “[…] por amor de su (¿qué?) nombre”. Y sé que todos aquellos de ustedes que han estado en Grace Church por algún tiempo entienden esto; esto simplemente significa que todo se enfoca en la gloria de Dios.

La gente debe ser salva, ¿por qué? “Oh –dice– bueno, para evitar que vayan al infierno”, eso es secundaria; “Oh, para que puedan experimentar el amor de Dios”, eso es secundario; “Oh, para que puedan ir al cielo”, eso es secundario; “Oh, para que puedan tener la guía de Dios en su vida”, eso es secundaria; la gente debe ser salva para la gloria de Dios, porque es una afrenta contra su naturaleza santa de que alguien viva en rebelión contra Él, es su gloria lo que es el punto, lo que es importante sobre cualquier otra cosa; y esa es la razón para todo. En Filipenses 2 dice que toda rodilla se doblará, y lo confesará como Señor, para la gloria de Dios el Padre. La salvación es para su gloria, el Evangelio es para su gloria; Pablo dice en 2ª de Corintios 4:15: “Predicamos el Evangelio para que la gratitud de muchos pueda redundar para la gloria de Dios”.

La razón por la que queremos traerlo a la salvación, es para que pueda alabar la gloria de Dios. Como puede ver, Dios es glorificado cuando usted cree en el Evangelio, Dios es glorificado cuando usted ama a su Hijo, Dios es glorificado cuando usted acepta su diagnóstico de su pecado y su necesidad, Dios es glorificado cuando usted lo recibe en su vida, Dios es glorificado cuando sus planes se vuelven sus planes, y sus pensamientos se vuelven los pensamientos que son iguales a los de Él; vivimos y existimos para la gloria de Dios. Madame Wynn escribió: “Dios Todopoderoso, glorioso, sin fin, ¿cuándo derretirás las montañas y descenderás? ¿Cuándo encerrarás los rayos conquistadores y enseñarás estos ‘adanes’ que Tú hiciste tu alabanza?”. Entonces, cerramos el círculo. Las buenas noticias vienen de Dios, es el Evangelio de Dios –versículo 1–, y es predicado por el predicador, prometido en el Antiguo Testamento, personificado en Jesucristo, proveyendo gracia y servicio, proclamado por aquellos que reciben privilegios eternos, y es todo con el propósito de glorificar a Dios. Confío en que Dios sea glorificado en su vida conforme usted responda a sus buenas noticias y las proclama.

Ahora, escuche, he tocado tantos temas vastos; me frustra, me mata el no poder hacerlo a profundidad; pero los vamos a ver, conforme se desarrollan a lo largo del libro de Romanos, conforme avanzamos juntos. ¿Será tan amable en inclinar su cabeza y escuchar esas palabras de William Blaine? “El que lloró sobre la tumba, el que calmó las olas feroces, manso para sufrir, fuerte para salvar, la gloria será para Él. Aquél que caminó en un camino de tristezas, Aquél que concedió todo bien; hijo de hombre, e Hijo de Dios; de Él será la gloria. Aquél que sangró con llaga, Aquél que llevó espinas, Aquél que llevó de manera mansa espinas y escarlata, Aquél que llevó toda tristeza; de Él será la gloria. Monarca de las mejillas golpeadas, burla de judío y burla de griego, Sacerdote y Rey divinamente manso; de Él será la gloria. En el trono del círculo del arcoíris, en medio de los millones de los suyos, ya para nunca más llorar; de Él será la gloria. Hombre de Nazaret, el Rey que llevó la corona de espinas, Hijo obediente hasta la muerte; de Él será la gloria. De Él es la gran espera eterna, de Él es el estado sacerdotal real, a Él el Padre lo hizo grande; de Él es la gloria. Él, que murió para liberarnos; Él, que vive y nos ama, inclusive a mí; Él, quien viene y a quien veré; solo Jesús, solo Él; de Él será la gloria”. Y Padre, sabemos que ese es el corazón de Pablo, y el mensaje del libro. Ayúdanos a verlo con claridad para la gloria de Cristo. Amén.

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