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Abramos nuestras Biblias en esta mañana para el estudio de la Palabra de Dios en 1 Timoteo capítulo 3. Primera de Timoteo capítulo 3. Y como usted sabe, al ver los primeros trece versículos de este gran capítulo, aquí tenemos al apóstol Pablo presentando los requisitos para aquellos que guían en la Iglesia. Los versículos 1 al 7 tienen que ver con aquellos que son pastores, ancianos o sobre veedores, son lo mismo. Versículos 8 al 13 hablan de aquellos que son los siervos de la Iglesia o los que conocemos como diáconos.

Ahora, todos estos requisitos en un sentido, sea para el que es el pastor o aquel que es el siervo o diácono en la Iglesia realmente giran en torno a una categoría de verdad. Y, en un sentido, podemos simplificar todo lo que es dicho en estos pasajes conforme presentan los requisitos para el servicio cristiano al reconocer que lo único que el Señor está buscando es un corazón que está bien delante de Él. Los requisitos para el servicio espiritual no tienen que ver tanto con qué talentos podamos tener o qué podemos hacer o qué estamos dispuestos a hacer. Todos los requisitos tienen que ver con lo que somos. Tienen que ver con la vida espiritual más que con el talento, esfuerzo o inclusive, disposición.

Y cuando hacemos la pregunta qué tipo de persona está buscando Dios para el liderazgo espiritual podemos responder eso simplemente al estudiar un poco la Palabra de Dios y mirar a la historia de la redención. Regresando, por ejemplo, al Antiguo Testamento, nos encontramos con un hombre que conocemos muy bien. Su nombre fue Abram. Y se volvió Abraham. Pero cuando Dios llamó a Abraham a ser líder de la nación de Israel, el pueblo que saldría de sus lomos, que sería la línea del Mesías, escogió a ese hombre Abraham. Lo escogió y lo bendijo, dice Nehemías 9:8, porque Él halló su corazón fiel delante de Él. El requisito para el liderazgo que Dios vio en Abraham fue un corazón fiel.

Cuando el Señor envió a Samuel, un siervo fiel a buscar entre los hijos de un hombre llamado Isaí e identificar a uno de los hijos de Isaí, quien iba a ser el gran rey de Israel el Señor le dio a Samuel un estándar mediante él cual iba a evaluar su selección. En 1 de Samuel 16:7 Dios le dijo a Samuel: “no mires a su parecer ni a lo alto de su estatura.” Y la razón por la que Dios dijo eso fue porque ese es precisamente el estándar de medida que había sido usado en el rey previo a David, un hombre llamado Saúl.

En Primera de Samuel 9:2, dice que Saúl era más apuesto que cualquier otro hombre de Israel y él era más alto que cualquier otro hombre en Israel. Y en base a eso, él fue escogido para ser rey. Él resultó ser un rey desastroso, un rey malo, un rey no exitoso. Entonces, Dios le dice a Samuel, cuando escojas, no mires a su cara ni a lo alto de su estatura porque Jehová no ve lo que el hombre mira porque el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. Primera de Samuel 16:7. Abraham, un corazón fiel y cuando busques a un hombre para ser rey, ve a su corazón.

Ese hombre escogido fue David, quien tuvo un corazón correcto delante de Dios. Y más adelante, al final de la vida de David, Dios le dio a un hijo llamado Salomón. Llegó a ser la tarea de David transmitir el trono real a su hijo Salomón. Y cuando le dio palabra de sabiduría para que Salomón supiera lo que Dios quería de un líder, esto es lo que David dijo, Primera de Crónicas 28:9: “y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvelo con un corazón perfecto y con una mente dispuesta.” Y de nuevo, el consejo del rey David al que pronto iba a ser el rey Salomón tuvo que ver con su corazón.

Anani, quien fue un profeta, reprendió a Asa, rey de Judá y lo reprendió porque Asa, al enfrentar a sus enemigos y las batallas es que él tuvo que enfrentar como rey de Judá, se apoyó más en la alianza asiria que en el poder de Dios. Y de esta manera, él fue un líder muy ineficaz. Realmente, no aprovechando el poder disponible de Dios y usándolo, sino confiando en el brazo del hombre. Entonces, en 2 crónicas 16:9, el profeta dijo: “porque los ojos de Jehová miran por toda la tierra fácil demostrar Su poder a favor de aquellos cuyo corazón es perfecto delante de él.” Después, le dice a Asa: “he aquí que tú has hecho neciamente, por lo tanto, a partir de hoy tú tendrás guerras”. En otras palabras, el profeta dice: “tú no tuviste un corazón perfecto hacia Dios y pagarás un precio alto.”

El rey Josafat fue el líder capaz de Judá. Él los guió a la victoria sobre las naciones enemigas. Y dice en 2 crónicas 20, versículo 32 que hizo lo que estuvo bien a los ojos de Jehová. Y la razón por la que Dios lo bendijo y la razón por la que Dios le dio la victoria como se registra en el capítulo 19, versículo 3, en donde dice que él preparó su corazón para buscar a Dios. El liderazgo de nuevo, su eficacia se relaciona con un corazón que busca a Dios, un corazón está preparado para obedecer a Dios, un corazón dispuesto, un corazón fiel, un corazón justo.

Uno de los reyes más conocidos y amados de Judá fue un hombre llamado Josías. Usted recordará que comenzó a gobernar cuando tan sólo era un niño y Dios lo usó para traer avivamiento y reforma, para traer un nuevo espíritu de adoración, un nuevo espíritu de obediencia a la vida del pueblo de Dios. Él reparó el templo. Él restauró la ley de Dios. Y él fue un líder maravilloso y eficaz.

En 2 Reyes 22:19 dice que Dios lo usó porque su corazón fue tierno y se humilló delante de Jehová y lloró… Josías, con un corazón tierno, humilde y sensible. Y los requisitos de liderazgo de nuevo tienen que ver con el corazón.

Cuando Ezequiel en el capítulo 14, dos veces, en los versículos 14 y 20 quiso identificar a los líderes más grandes del pasado, él identificó a Noé, Job y Daniel. Y él dijo que Dios los usó, en esencia, debido a su justicia personal. Nuevamente, lo que importa es la vida espiritual del corazón.

Dios usó a un hombre maravilloso llamado Esdras. Y Dios uso a Esdras para guiar a la nación de Israel al arrepentimiento, al avivamiento, a la restauración. Y no fue porque Esdras tuvo una capacidad humana en particular grande, sino que más bien según Esdras 7:10, Esdras habría preparado su corazón, y me encanta esto, para inquirir la ley de Jehová y cumplirla. Para inquirir la ley de Jehová y cumplirla.

El padre de Juan el Bautista fue un sacerdote llamado Zacarías. Y en un sentido Zacarías resumió el éxito de todos los profetas del Antiguo Testamento cuando los llamó en Lucas 1 santos profetas. Santidad de corazón. Santidad de vida fue la clave para el ministerio eficaz. El hijo de ese sacerdote Zacarías fue un hombre a quien todos conocemos como Juan el Bautista. Él tuvo la tarea maravillosa, la tarea suprema de cualquier otro hombre en el Antiguo Testamento, la de anunciar la venida del Mesías. Él fue eficaz como líder, él fue eficaz al traer arrepentimiento en Israel. Todo Jerusalén y Judea estaban saliendo a verlo. La gente estaba siendo bautizada, preparando sus corazones para la venida del Mesías.

Lo que hizo que Juan fuera eficaz fue su virtud espiritual. Fue tan bien conocida su virtud espiritual que inclusive Herodes, quien lo decapitó, dice en Marcos 6:20 que le temió porque él era un hombre justo y uno santo. Y de nuevo, la marca de su liderazgo fue la virtud de su devoción espiritual. Pienso en el apóstol Pablo, y nos gusta estudiar las técnicas de liderazgo usadas por Pablo. Nos gusta identificar las características maravillosas de su virtud, de su fortaleza de valentía, su masculinidad, convicción y demás.

Pero Pablo, escribiendo en 1 Tesalonicenses la primera epístola tesalonicense en el capítulo 2, versículo 10 coloca su dedo en la clave real para su eficacia cuando él le recuerda a los tesalonicenses que su conducta se caracterizó por tres cosas: santa, justa e irreprensiblemente. Ahí se encuentra la utilidad y eficacia del hombre.

Ahora, pasajes como esos y muchos otros, si tuviéramos el tiempo de verlos, nos señalan que cuando el Señor busca a un hombre o a una mujer para colocarlos en el servicio espiritual y usarlos al máximo nivel de eficacia, Él mira la dimensión espiritual. Él mira el corazón. Ése es el punto. Cuando Dios escoge a personas para el servicio, Él escoge integridad, Él escoge pureza, Él escoge virtud.

Entonces, cuando usted llega a 1 Timoteo 3 y Pablo le está escribiendo a Timoteo quien está trabajando en la Iglesia en Éfeso y esforzándose por colocar a personas en el liderazgo, todo lo que dice tiene que ver con lo espiritual. Y todos los requisitos dados en estos 13 versículos sea para sobre veedores o para siervos en la Iglesia, sea para ancianos o diáconos, todos giran en torno al requisito espiritual. Todos tienen que ver con el corazón, con la pureza de vida, con la virtud, con la integridad, con la honestidad, con la rectitud, con la santidad, con el ser irreprensible.

De hecho, si tuviéramos tiempo, podríamos regresar a través de 1 Timoteo y volver a ver en cuántos lugares diferentes en esta epístola Pablo habla del asunto de una vida santa, de una vida pura, de una vida piadosa, de una vida irreprensible, de una vida justa. Eso está en todo capítulo. Capítulo 1, capítulo 2, capítulo 3, capítulo 4, capítulo 5 y en el capítulo 6. Para el habló es sumamente importante que la piedad y la virtud sean mantenidas entre aquellos que guían a la Iglesia. En

Creo que todos recordamos, 1 Samuel 13:14 en donde dice: “Jehová buscó para sí mismo un hombre según Su corazón.” El Señor buscó para sí mismo nombre según su corazón. ¿Qué es eso? Este es un hombre que piensa como Él piensa. Que se siente como Él siente. Que responde como Él responde. Un hombre con un corazón que palpita como el corazón de Cristo. Cuyo corazón ama la justicia y odia el pecado. Cuyo corazón ama al pecador, pero rechaza sus obras. Un corazón que busca alcanzar a aquellos que están sufriendo en misericordia y un corazón que se preocupa, un corazón que conoce la justicia y la obediencia. Un corazón que está consumido con extender la gloria del Padre. Ése es el tipo de corazón que Cristo tuvo.

En Ezequiel 22, versículo 30, Dios dijo “busqué a un hombre para que se pusiera en el vallado para Mí. Alguien que tomara Mi lugar y me representara.” Y a partir de David, e inclusive desde Abraham, Dios siempre ha tenido en Su corazón el buscar a ese tipo de persona. De hecho, en Hechos 13:22 dice: “Él busca a la persona que es según Su corazón, quien cumpla toda Su voluntad.” Y como pueden ver, amados, lo que Dios quiere en el liderazgo de la Iglesia es virtud. Virtud espiritual. Ésa es la clave.

Ahora, ya hemos visto los primeros siete versículos y la virtud espiritual de los sobre veedores, los ancianos y los pastores. Y ahora, vamos a ver a los siervos. La palabra diácono realmente es una palabra que podría ser traducida siervo. Probablemente, debería haber sido traducida siervo, pero aquí la transliteraron y tenemos la palabra diácono. Y hemos llegado a valorar a los diáconos como aquellos que sirven en la Iglesia y de manera apropiada.

La semana pasada en nuestro estudio vimos que el término diáconos o siervo es usado de una manera muy general en las Escrituras hasta que usted llega a 1 Timoteo 3; y ya para ese entonces en el crecimiento y desarrollo de la Iglesia, habían llegado personas a servir en una capacidad oficial. Son reconocidos como aquellos que llevan a cabo el ministerio oficial en la Iglesia y son los siervos de la Iglesia con una S mayúscula llamados diáconos aquí.

Para la Iglesia, es esencial que la gente que llega a ese tipo de posiciones de servicio esté calificada. Es esencial. ¿Por qué? Porque esa es una posición de liderazgo. Servir en la Iglesia oficialmente es una posición de liderazgo. Aunque usted quizás no sea un pastor o anciano o sobre veedor en el sentido de que usted determina la dirección y provee guía y liderazgo y enseña únicamente la Palabra, cuando usted viene a servir a ese grupo de hombres, cuando usted sirve al Señor Jesucristo al cumplir con ese diseño, definitivamente es un líder en la Iglesia. Usted se convierte en un modelo y ejemplo de servicio a Cristo.

Entonces, los requisitos son esenciales. Nunca nadie debe ser levantado a ninguna posición de liderazgo en la Iglesia, nivel de anciano o diácono, quien no esté calificado mediante la evaluación espiritual. Y, por cierto, el Nuevo Testamento no dice mucho acerca de la organización y la estructura y el flujo y quién rinde cuentas a quien. Y a quién le responde. Y cómo se ve el diagrama de flujo. Esto lo deja a toda época diferente y a todo estilo diferente de liderazgo. Lo que dice es que la gente que guía es gente que cumple con su liderazgo. Y la gente que cumple con su liderazgo debe estar calificada en el área espiritual. Eso es lo que importa. Y eso realmente es lo único que importa en términos bíblicos.

El estilo de estructura, el estilo de liderazgo, la manera en la que las cosas están organizadas, sea que usted tenga comités de un tipo u otro, no es lo que importa. Lo que importa es el requisito espiritual. Y de nuevo, permítame enfatizar que aquellos que sirven como siervos de la Iglesia, sean hombres o mujeres, y como veremos, ambos sirven como diáconos en ese sentido, lo que importa es la vida espiritual. Y lo que quiero enfatizar es que es una responsabilidad de liderazgo. Usted es un líder en la iglesia cuando usted sirve de una manera oficial.

Ahora, sólo quiero dividir en cinco categorías breves los requisitos de aquellos que sirven en la Iglesia. Vamos a verlo rápidamente esta mañana. Versículo 8: “los diáconos, asimismo.” Eso simplemente significa que presenta una nueva categoría. Primero, vinieron los sobre veedores y ahora, de la misma manera, vienen los diáconos. Esta es la categoría número dos en la explicación de líderes de la Iglesia.

Y el primer conjunto de requisitos tiene que ver con virtud personal. Virtud personal. Y cuatro requisitos personales son dados. Número uno en el versículo 8: los diáconos deben ser honestos. La palabra es semnos, significa serios. Podría ser traducida dignos. Podría ser traducida de manera honorable. Tiene la idea de ser serio en la mente como también serio en la virtud. Viene de un verbo de raíz sebomai, lo cual significa venerar o adorar. Tiene la idea de que esta persona tiene cierta dignidad en ella que demanda un respeto. Tiene una especie de, y no quiero estirar el punto, pero una especie de cualidad de virtud majestuosa que hace que la gente quiere asombrada ante ellos.

Otra palabra que con frecuencia es un sinónimo es la palabra ira propase, lo cual significa actuar como una persona sagrada. Esta es una persona que debido a la espiritualidad de su vida tiene cierto elemento místico, de cierto asombro en los corazones de aquellos que lo conocen, debido a la integridad de su vida espiritual. Es una palabra muy hermosa. Y una designación muy importante.

Entonces, para comenzar, uno que sirve como un diácono debe ser uno que puede ser visto como alguien digno de asombro porque tiene una majestad de dignidad de vida, alguien que entiende la seriedad de los asuntos espirituales. Esta persona en particular no sería una persona frívola, una persona torpe, una persona que toma cosas serias a la ligera, no una persona involucrada en asuntos triviales como un estilo de vida, no es una persona trivial, es una persona con dignidad, una persona que entiende la seriedad de la vida. Y le confieso, como lo he dicho antes, que entre más pasan los años, veo la vida de una manera más seria.

Y después de esa afirmación tan positiva de la virtud personal, en el versículo 8 vienen tres negativos. El segundo de estos cuatro requisitos de virtud personal es sin doblez. Este es el único lugar en las Escrituras en donde esta palabra aparece, dilogos. Y simplemente lo que dice es de dos lenguas. De doble lengua. Ahora, ¿quién es una persona de dos lenguas? Bueno, podríamos decir que está es una persona chismosa y alguien que no sólo tiene una lengua, sino que tiene dos lenguas, lo cual puede indicar que tiene una discusión rápida de las cosas que quizás no deberían ser dichas. Pero la mejor manera de introducir esta palabra y mantener su significado más simple es de referirse a una persona que no está diciéndole una cosa a una persona y otra a otra.

En otras palabras, una persona con doble lengua me está diciendo algo a mí y le está diciendo lo opuesto a alguien más. Y esto para alcanzar sus metas personales. La idea aquí es integridad en palabras. Debido a que aquellos que sirven en la Iglesia tienen acceso a asuntos muy privados, debido a que conocen asuntos espirituales muy serios debido a que están tratando con cosas que la gente preferiría mantener privadas en su propia vida, debido a que son parte de una batalla espiritual a niveles muy intensos, necesitan ser el tipo de personas que sabe cómo hablar, cuando debe hablar y hablar con integridad cuando hablan, siempre se valora mucho la honestidad y la integridad verbal entre los líderes espirituales. No hablar de manera hipócrita, sino hablar de manera coherente, justa, honesta y recta. Si tuviéramos tiempo, podríamos ver el Nuevo Testamento y cubrir tantos pasajes que tratan de la lengua. Llegaremos a uno cuando lleguemos al capítulo 3 de Santiago, como usted sabe.

Pero la persona en liderazgo debe tener gran integridad en sus palabras. Nada es más devastador que decirle a una persona una cosa y a otra persona lo opuesto para alcanzar su beneficio personal o para protegerse a sí mismo. Y de esta manera, comienza el proceso de diseminar mentiras entre aquellos que son de Dios. La verdad es sumamente importante.

El tercer requisito es no dados a mucho vino. Esa es la traducción que tenemos. El griego diría: no cerca de mucho vino. No estando cerca de mucho vino. Usted pregunta por qué no dice nada más ‘no teniendo vino en absoluto’. Bueno, porque el vino era algo que era una bebida común. Ahora, admitimos que estaba mezclado con agua. De hecho, algunas veces podría ser 10 partes a 1, primordialmente era agua. Y la razón para ello, claro, era para evitar la embriaguez. Y tenían que tomar del fruto de la vid, del fruto de lo que podían sacar de su tierra, porque esa era la única bebida elemental que tenían. Y entonces, aquí se presenta una precaución que tenía que ser expresada con respecto al vino. Y cualquier persona en liderazgo espiritual, como vimos con los ancianos, no tiene que entregarse al vino. Y ese mismo requisito se expresa aquí.

Prosecho significa tener o mantener cerca. O si usted lo usa en un sentido metafórico, significa dirigir la mente de uno. Ocuparse uno mismo con. La persona no debe estar ocupada con mucho vino por necesidad de beber algo, si es que estaba diluido con agua sí, pero no excederse. Y la naturaleza presente activa del participio significa que esto debe ser su práctica habitual. Habitualmente, él debe ser conocido como una persona que no mantiene cerca mucho vino. En otras palabras, esta es una persona que básicamente no permite que la bebida influencie su vida. En este caso, claro, estamos hablando del hombre como veremos en contraste con el versículo 11 cuando la mujer sea presentada.

Ahora, alguien va a decir en este punto: “¿acaso el Señor no pudo haber resuelto un problema muy simple tan sólo al decir que “no puedes beber en absoluto” y entonces, ninguno de nosotros estaríamos debatiendo esto?” No, no podría ser así porque usted tiene que entender, por difícil que sea para un estadounidense del siglo XX entender y valorar la sociedad del día de Pablo, usted tiene que entender que a ellos no se les dijo que se abstuvieran de manera total, sino que más bien le controlaran porque esta era la bebida común de la época. Como dije, era primordialmente agua, pero era la bebida común.

En nuestro día, en la actualidad, francamente el estigma social y los males sociales tremendos que acompañan la bebida, no se asociaban con el uso moderado del vino mezclado en ese día. No es necesariamente así. Y es potencialmente peligroso y establece un patrón que hace que la gente tropiece y demás. Pero el punto es el mismo. Esta tiene que ser una persona que, en términos de patrón de vida, según el versículo 8, sea seria. Una persona que habla con gran integridad. Y una persona que está en control de su sentido en todo momento.

Y después, en cuarto lugar, no codicioso de ganancias deshonestas. En otras palabras, que no es avaro, que no ama al dinero. ¿Por qué? Porque en esos días aquellos que servían en la Iglesia en una capacidad oficial estarían manejando fondos. Habrían estado distribuyendo dinero a viudas, a huérfanos, a gente en necesidad. Ellos habrían estado recolectando dinero. Ellos habrían estado manejando los fondos, pagando lo que se necesitaba pagar aquí y allá, lo que necesitaba pagarse, proveyendo comidas y demás. Y no había cuentas de banco y no había firmas que los auditaran. Y no había despachos que les hicieran alguna auditoría y demás.

Entonces, todo era una transacción en efectivo. Y la gente que manejaba el dinero, de hecho, tenía una pequeña bolsa en su cinto. Y ahí estaba el dinero. Y la tentación siempre estaría y para meter su mano en la bolsa y usar el dinero para sus propósitos personales. Y entonces, tenían que ser estas personas que no estuvieran motivadas por el dinero, que estuvieran libres del amor al dinero.

Ahora, todas esas cosas tienen que ver con la virtud… Que no ame al dinero, que no esté cerca del vino, que no hable de manera deshonesta y que tenga una seriedad de mente y contacto.

Vayamos a una segunda categoría, simplemente para que podamos dividirlo un poco, vida espiritual. Ahora, vamos a profundizar un poco. No sólo estamos hablando de características personales, sino de vida espiritual. Versículo 9, la persona que sirve en la función de diácono o siervo oficial en la Iglesia tiene que estar “guardando el misterio de la fe con o en una limpia conciencia”. Ahora, ya hemos visto la palabra misterio muchas veces en los años de enseñanza aquí y no quiero regresar ya para pisar terreno que ya hemos preparado.

Entonces, permítame tan sólo decir esto. La palabra misterio, musterion, Pablo la usa con mucha frecuencia y lo que él quiere decir con eso es algo que estuvo escondido y que no es revelado. De hecho, él da esa misma definición en Efesios capítulo 3. Algo que estuvo escondido y que no es revelado. Y cuando usted lo resume, el misterio de la fe, es esa verdad que estuvo escondida y que ahora es revelada. Por lo tanto, equivale a la revelación del Nuevo Testamento, a aquello que estuvo escondido de generaciones pasadas antes de la venida de Cristo. Es la verdad redentora de Dios revelada en el Nuevo Testamento. Las cosas sagradas escondidas de la razón natural, conocidas únicamente mediante la revelación de Dios, escondidas de los santos del Antiguo Testamento conocidas únicamente por la revelación de Dios.

Y hay tanta enseñanza en el Nuevo Testamento acerca del misterio comenzando en Mateo 13. En las parábolas de los misterios, y a partir de ahí a lo largo del Nuevo Testamento entero, culminando en el libro de Apocalipsis, en donde usted también tiene el misterio. Pero siempre significa lo mismo. Verdad que estuvo escondida o desconocida para la razón humana ahora revelada en el Nuevo Testamento, el nuevo pacto.

Entonces, básicamente, lo que significa es doctrina cristiana. Teología del Nuevo Testamento. Verdad del Nuevo Testamento. Revelación y doctrina del Nuevo Testamento. Incluye el misterio de la encarnación de Cristo que estuvo escondido y que ahora es revelado. El misterio de Cristo morando en el creyente, del judío y gentil, uno en Cristo. Del Evangelio salvador, del misterio de la iniquidad, del ministerio del rapto de la Iglesia. Hubo muchos elementos ilustrados a lo largo del Nuevo Testamento, en las Escrituras del Nuevo Testamento, pero el cuerpo contenido de manera total está todo en la revelación del Nuevo Testamento. Dicho de manera simple, Mateo a Apocalipsis, este es el descubrimiento de la verdad escondida ahora revelada en el Nuevo Testamento.

Entonces, el diácono debe aferrarse a la revelación del Nuevo Testamento. Él debe ser un individuo orientado doctrinalmente al Nuevo Testamento que conoce y entiende la verdad revelada en el nuevo pacto. Esto es de gran preocupación para Pablo. A lo largo de esta epístola, él enfatiza la doctrina sana, la buena enseñanza. Vimos eso en el capítulo 1, en particular el capítulo 4, versículo 6, él habla de la buena doctrina. Ahí en el versículo 16, ten cuidado de la doctrina. Estuvo muy, muy preocupado por la doctrina verdadera. Él inclusive se mete en el capítulo 6 conforme habla de la enseñanza no sana, la doctrina no saludable y llama a que se aferren a aquello que es la doctrina verdadera y correcta como es dada en el Nuevo Testamento.

Entonces, la virtud espiritual de un individuo que sirve como diácono comienza, la vida espiritual comienza con una afirmación de la doctrina del Nuevo Testamento. Él se aferra al misterio de LA fe, la fe simplemente significa el contenido de la verdad cristiana. Pero observe, que guarden el misterio de la fe con ¿qué? Limpia conciencia. Eso realmente es la clave. Eso realmente es la clave. Con limpia conciencia. ¿Qué significa esto? Una conciencia que no lo está acusando a usted. Una conciencia que no lo hace sentir culpable. ¿Por qué? Porque usted se está aferrando a la verdad y usted está obedeciendo la verdad.

Ahora, permítame decirle algo que le va a ser muy, muy útil. Eso espero. Entre más fuerte es su teología, más fuerte es su conciencia. Entre más usted entiende la Biblia y entre más es su fe y creencia, más fuerte es su conciencia. Dicho de otra manera, cuando una persona que realmente tiene doctrina fuerte y teología fuerte y guarda el misterio de la fe con gran fortaleza, cuando esa persona viola esa doctrina, tienen una conciencia muy fuerte reprendiéndolos. Muéstreme usted a una persona que es débil en convicción y le mostraré a una persona que tiene una conciencia débil. Porque la conciencia reacciona al cuerpo de verdad con el que la persona está comprometida. Si yo no estoy comprometido con la verdad, si yo solo fluyo y vacilo, mi conciencia no tiene estándar mediante el cual me va a acusar.

Con frecuencia oímos a alguien decir al ver un crimen terrible o un pecado terrible o algo que alguien ha hecho, decimos “¿acaso no tiene conciencia? ¿Acaso esa persona no tiene conciencia?” La respuesta es sí, ellos tienen una conciencia, pero la conciencia responde a estándares. El apóstol Pablo escribiéndole a los Corintios en 2 Corintios 1:12 dijo: “que él tuvo el testimonio de su conciencia que en todo en su vida estuvo bien.” Ahora, eso es algo maravilloso porque ese hombre tenía una teología muy, muy fuerte y firme. Y todas las cosas que él creyó estaban muy fuertes. Y el hecho de que él dijera ‘mi conciencia no me está acusando’ es decir mucho.

Aquellos de nosotros que conocemos y creemos la Palabra de Dios, aquellos de nosotros que estamos guardando el misterio de la fe de manera firme y fuerte enfrentamos el potencial de tener una conciencia que nos acusa fuertemente si violamos eso porque el estándar mediante el cual nuestras conciencias responden y operan es tan rígido, tan fuerte.

Entonces, la idea de un diácono es que esta es una persona quien, en términos de vida espiritual, realmente se aferra fuertemente a la fe revelada del Nuevo Testamento, toda la Palabra de Dios. Y al aferrarse a ella de una manera tan fuerte, también puede decir ‘vivo a la luz de ella y, por lo tanto, mi conciencia está limpia’. No está contaminada con el pecado. No me está acusando. Esta es la vida espiritual que se demanda de un diácono.

Y quiero añadir algo: es una vida espiritual que se requiere para el resto de la gente, pero recuerde lo que he estado diciendo: los diáconos son modelos de lo que el resto debe ser. Una conciencia limpia sólo existe cuando una persona vive sus convicciones bíblicas y no conoce acusación alguna en contra de él. Y por la gracia de Dios, y Su poder, y la confesión del pecado, podemos conocer esa conciencia limpia. Entonces, un diácono en la Iglesia es probado mediante la virtud personal. Vida espiritual.

En tercer lugar, servicio cristiano. Servicio cristiano. Observe rápidamente el versículo 10: “y estos también.” Este es un verbo imperativo, por cierto, “y estos también sean sometidos a prueba primero,” dokimazo aprobar después de probar. Que sean probados. Es un pasivo presente, lo cual significa que es una prueba continua, no un aoristo lo cual sería algún tipo de período de prueba o un punto en el tiempo en el cual ellos fueron probados. Esto es algo continuo. Que ellos continuamente están siendo probados, sería una manera de traducirlo. Ellos continuamente están siendo probados. Y entonces, otro imperativo, “ejerzan el diaconado.” Y ese es simplemente un verbo, déjenlos diakoneo. Entonces, en términos de servicio cristiano, deben estar siendo probados.

Ahora, ¿qué prueba es esta? Esto no es nada más que la evaluación general continua de la Iglesia, conforme evalúan el servicio de esta persona. Están siendo probados en todo momento en base a su propio servicio a Cristo. No es una prueba de una vez. No es una prueba escrita. No es un período de prueba. Es la evaluación continua. Circule, si es tan amable, la palabra pequeña “también” en el versículo 10 porque esto nos lleva de regreso y aplica esta misma verdad a los ancianos. Estos también deben ser probados, lo cual significa que se asume que el anciano o el pastor también sería aprobado. Debemos hacer esa afirmación.

Entonces, todo son probados y la prueba es un proceso continuo. Hemos hecho esto durante muchos años en Grace Community Church. Vemos a la gente y vemos su servicio espiritual, su ministerio cristiano, cómo viven para Cristo. Y durante un período de tiempo, conforme evaluamos su servicio a Cristo estamos emitiendo un veredicto para determinar si han sido aprobados a lo largo de ese período de prueba. Aquellos que son diáconos son probados y aprobados. Es un proceso.

Entonces, el requisito es cuestión de virtud personal, vida espiritual y servicio cristiano. En cuarto lugar, pureza moral - al final del versículo 10 nos presenta una palabra conocida que vimos en el versículo 2, deben ser irreprensibles. Si son irreprensibles … De nuevo, el requisito no es más bajo para un siervo, el servicio es diferente, la función es diferente, está implementando lo que los ancianos diseñan. Pero el requisito es lo mismo, irreprensible. E irreprensible es tan amplio que podríamos rebasar a los versículos 2 y 3 de ver esa lista entera y aplicarlo al diácono porque simplemente es una expansión de lo que irreprensible significa. Deben ser irreprensibles. Esto es sin reprensión, sin mancha en su vida. Nada por lo cual podrían ser acusados y descalificados.

Hay un sentido en el que no sólo la pureza moral del corazón, sino que la pureza moral de la percepción los hace irreprensibles. Usted dice: “bueno, si un diácono también debe ser irreprensible como un anciano, ¿cuál es la diferencia?” La diferencia no está en el requisito espiritual, la diferencia está en la función. Y la función, señalamos en el versículo 2, de un obispo o sobre veedor o pastor es que él debe ser apto para enseñar; y eso nunca se dice de un diácono. Porque la función de un anciano es de manera exclusiva la enseñanza pública de la Palabra de Dios y la función del diácono es diferente de eso.

Los diáconos pueden enseñar, pueden enseñar de manera muy eficaz, pueden estar en camino a convertirse en esos pastores y maestros, pero la función primordial es que sirven al aplicar, al implementar de manera personal la enseñanza que se lleva a cabo por parte de los pastores y los sobre veedores. La distinción es una que es definitiva y por definición y descripción una función de enseñanza. La otra, es una función de servicio en áreas diferentes de la enseñanza pública.

Pero la virtud espiritual es la misma y ambas son responsabilidades de liderazgo. Podríamos decir que los ancianos se concentran en la enseñanza y los diáconos se concentran en la administración al cumplir con la aplicación de la enseñanza y al satisfacer las necesidades personales del rebaño. Los maestros aptos, capaces, necesitan estar libre para orar y estudiar; y entonces, hay servidores que vienen y les ayudan a hacer eso.

Entonces, irreprensible significa sin reproche. Pureza moral. Simplemente, para retomar un elemento de pureza moral, vaya al versículo 12. Este fue el primer elemento de pureza moral en el versículo 2 cuando está hablando del sobre veedor. “El que sirve como servidor o diácono… Y aquí está el griego… Sea un hombre de una mujer.” Mismo requisito moral. Él no debe ser un hombre quien es infiel, sea en acto o en corazón a la mujer quien es su esposa. Eso no dice nada acerca de sus circunstancias o status, no dice cuántas veces ha sido casado, si se ha divorciado en el pasado, eso no es lo que importa. El punto aquí es que si es un hombre de una mujer.

Esto es, ¿acaso el corazón y la vida del hombre está totalmente entregado a la mujer que es su esposa? Ese es un asunto moral. Ese es un asunto de moralidad sexual o una ausencia del mismo que debe ser evaluado. Entonces, el hombre que sirve como diácono debe ser un hombre irreprensible y se presenta en esa idea que él debe ser un hombre de una mujer, lo cual con una mucha frecuencia es donde falla la moralidad.

Virtud personal, vida espiritual, servicio cristiano, pureza moral… Una última categoría de requisito la encontramos al final del versículo 12 y es su vida en el hogar. Su vida en el hogar. Así como el anciano tenía que demostrar liderazgo en su hogar, así también el servidor. Él debe ser hombre de una mujer. Y después, él dice: “que gobiernen bien sus hijos y sus casas.”

De nuevo, demuestran su liderazgo, así como los sobre veedores por cuán capaces son de manejar su hogar. Deben administrar la gente en su hogar, los hijos en su hogar, las posesiones de su hogar. Deben ser administradores de sus fondos, su dinero, sus siervos. Deben mostrar su capacidad de liderazgo. Deben tener la capacidad de enfrentar situaciones, resolver problemas, porque eso es lo que un diácono tendrá que hacer. No sólo son personas que sirven la cena, eso es lo que eran en términos de la definición simple de la palabra. Pero eso es llevado al servicio espiritual en la Iglesia. Y eso involucra algo de administración y coordinación y liderazgo.

Entonces, los diáconos deben tener una vida en el hogar ejemplar. Totalmente entregados a la esposa, gobernando a sus hijos y todas sus posesiones y recursos bien. Bien de manera intrínseca y bien de manera exterior. Deben ser modelos para que todo el mundo los siga.

Entonces, viendo la lista, los requisitos son simples: virtud personal, vida espiritual, servicio cristiano, pureza moral y vida en el hogar. Hasta aquí hemos estado hablando de hombres. Pero observe el versículo 11, sin verlo, casi nos saltamos lo que Pablo incluyó ahí. Y no estoy seguro de por qué lo colocó antes del versículo 12, no estoy seguro de que haya manera en la que podamos explicarlo, pero lo hizo. Y ahí está. Y quiero que entienda que el versículo 11 está ahí es porque es uno tan maravilloso.

Asimismo. Asimismo es la palabra, o de la misma manera, la misma palabra que se usa en el versículo 8. Y esto nos indica que ahora estamos llegando a una tercera categoría de personas. Ahora, usted notará ahí que en algunas versiones dice ‘asimismo sus esposas’. Permítame decirle por qué creo que esta es una introducción inapropiada. En primer lugar, no hay palabra en el griego para esposas. Y la palabra gunaikeios la cual significa mujeres. Y no dice sus mujeres. Podría decir eso en el griego. Hay una palabra para eso. El apóstol Pablo podría haber dicho eso sí el Espíritu Santo hubiera querido que lo dijera. Pero no lo hizo. De hecho, dice: “asimismo mujeres”. Eso es todo lo que dice en el griego. Asimismo mujeres. La pregunta es: ¿qué mujeres? ¿Son las esposas de los diáconos como lo creen algunos intérpretes o simplemente son mujeres que también sirven en la Iglesia en una responsabilidad de diácono? Esa es la pregunta que tenemos que responder.

Y creo que puede ser respondida de manera simple. La mejor traducción aquí es mujeres porque esa es la traducción de la palabra. La razón por la que no estoy convencido en absoluto de que esto podría ser las esposas de los diáconos es múltiple. Número uno, ¿por qué habría requisitos para las esposas de los diáconos y no requisitos para las esposas de los ancianos que tienen una responsabilidad aún más importante? ¿Por qué aislar a las esposas de los diáconos sin decir nada en absoluto de las esposas de los sobre veedores?

En segundo lugar, el uso de asimismo en el versículo 11 significa que tenemos una nueva categoría porque fue usada en el versículo 8 de una nueva categoría. Primero los sobre veedores, asimismo los diáconos, asimismo mujeres… Y esto me indica que la Iglesia debe reconocer que hay un grupo de mujeres que sirven en la Iglesia. Si él quisiera decir “sus mujeres” él podría haber usado la palabra sus, pero no la usó.

Usted pregunta por qué no usó diaconisa. Porque no hay una palabra griega para eso. Esa es la razón por la que Febe, una mujer en Romanos 16:1 es llamada un diácono, porque no hay una forma femenina. Entonces, la única palabra que él pudo haber usado, si él hubiera dicho “asimismo diáconos” y hubiera querido decir mujeres, nunca habríamos sabido que él quiso decir mujeres porque la palabra no es femenina. No hay palabra para esposas, entonces, la única palabra que él pudo haber usado era mujeres y la manera en la que él nos dice que esta es una nueva categoría es con “asimismo.” Entonces, de manera clara él está presentando lo que yo creo que ha llegado a ser la diaconisa en la Iglesia. Prefiero llamar las mujeres diáconos porque eso mantiene la terminología del Nuevo Testamento un poco mejor. Mujeres diáconos… Él simplemente la incluye aquí en la mitad de su explicación de los diáconos como una nueva categoría.

Y yo creo que en la actualidad honramos esa posición en nuestra Iglesia de una manera maravillosa. Dios ha levantado a mujeres en esta Iglesia que sirven. Nuestras mujeres diáconos sirven en muchas maneras: cuidando de los pobres, ministrando a los enfermos, en la mesa del Señor, en el bautismo, proveyendo alimentos para familias, involucrándose a sí mismas en ayudar a gente en funerales, consejería, visitas a hospitales, transportes, llamando a las casas de la gente, discipulando, enseñando a niños pequeños. De hecho, en esta mañana pasé un poco de tiempo leyendo el manual de diaconisa de mi esposa, simplemente para refrescar mi mente. Y es así de grueso acerca de los ministerios de las mujeres diáconos. Es algo maravilloso, maravilloso y yo creo que su precedente está aquí en el Nuevo Testamento, la primera Iglesia lo mantuvo. Ha llegado a lo largo de la historia inclusive hasta nosotros en la actualidad. Y son líderes en la Iglesia. Guían en las dimensiones espirituales de servicio que hemos identificado.

Ahora, observe sus requisitos en el versículo 11. Son un paralelo de los diáconos en el versículo 8. La primera es la misma palabra del versículo 8, serias. Ellas también deben tener un sentido de dignidad y decoro. Ellas deben ser respetadas. En cierta manera, su vida provoca un asombro debido a su devoción espiritual que hace que todo el mundo las tenga en alta estima.

En segundo lugar, no diábolos. Esta es la palabra para diablo, el diablo. No deben ser diabólas, alguien dijo. No deben ser calumniadoras es la traducción de la palabra. El diablo, claro, el calumniador supremo. El calumniador primordial. Y no deben ser sus hijas. En otras palabras, deben controlar su lengua.

El segundo requisito de virtud personal en el versículo 8, de un diácono, tenía que ver con la lengua. Y este es el segundo para las mujeres. También tiene que ver con la lengua. Deben tener una lengua que no calumnia. Obviamente, no deben pervertir el conocimiento que tienen, la información que poseen al calumniar y caer en chismes y demás. Deben ser mujeres que controlan su lengua.

En tercer lugar, sobrias… Literalmente, eso significa abstenerse del vino. Es usada de regreso en el versículo 2 del sobre veedor y de nuevo, es paralela al versículo 8 del diácono. Él no debe ser dado a mucho vino y las mujeres diáconos tampoco deben ser dadas al vino. Deben abstenerse. En un sentido metafórico, deben ser sobrias en su juicio. Y claro, usted no puede ser sobrio en su juicio si usted no está sobrio físicamente. Entonces, los paralelos están ahí.

El cuarto, fieles en todo. ¿Qué significa eso? Absolutamente dignas de confianza… Absolutamente dignas de confianza. Usted pregunta si ese es un paralelo. Ese es un paralelo al versículo 8. Dice ahí que no deben ser codiciosas de ganancias deshonestas. ¿Por qué? Si fueran codiciosas de ganancias deshonestas, no se les podría confiar ¿qué? El dinero. Entonces, aquí también vemos esa confianza. Entonces, esos cuatro requisitos son un paralelo de los requisitos de la virtud personal de un diácono. Esa es otra razón por la que creo que estamos viendo la presentación aquí de una nueva posición con el mismo tipo de requisitos.

Entonces, Dios ha ordenado en Su Iglesia que los ancianos, obispos y sobre veedores sean hombres. No hay nada aquí acerca de las mujeres en esa función. Pero que, entre los siervos, servidores y diáconos, haya hombres y mujeres.

Y después cierra en el versículo 13 con una promesa maravillosa para aquellos hombres y mujeres diáconos. “Porque los que hayan diaconado bien,” esa sería la mejor manera de traducir eso, que hayan servido bien, que hayan servido bien sería la traducción más pura, tienen dos promesas. “Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.”

Escuche con mucha atención conforme llevamos a esto a una conclusión. Aquí está la recompensa. Simplemente, es maravilloso. Uno, aquellos que sirven bien en esta área compran para sí mismos una buena posición. La palabra ganan significa alcanzar o adquirir. Voz media presente significa para uno mismo. Ganan para sí mismos mediante su servicio eficaz y fiel, ganan para sí mismos… Observe esto… Un grado honroso. La palabra grado es maravillosa, significa un peldaño y llegó a significar un peldaño por encima del resto de la gente. De hecho, inclusive podría ser traducida… La palabra es bathmos… Podría ser traducida un pedestal o una plataforma elevada. Lo que está diciendo es esto: cuando usted sirve bien como diácono, cuando usted sirve bien en su servicio a Jesucristo en esa capacidad o función oficial, en la Iglesia, usted es colocado en un pedestal.

Usted pregunta si acaso esto no es pecaminoso. No si usted no lo buscó. Si usted sirvió en humildad y usted sirvió en su misión, usted será levantado. ¿Acaso no nos dice en Santiago que el que se humilla a sí mismo, el Señor lo exaltará? Ahora, ¿levantado por quién? Podría ser por Dios, podría ser por los hombres, la respuesta es por ambos. Usted sirve bien como un diácono y le prometo que la gente que ha conocido su servicio lo levantará, ¿no es cierto? Lo respetarán a usted, lo honrará. No quiero decir que le van a dar un premio. No quiero decir que todo va a ser terrenal, pero quiero decir que usted habrá comprado a sus ojos respeto espiritual.

¿Y quiere saber una cosa? Eso es esencial porque esa es la clave para el ejemplo espiritual. Es cuando una persona es respetada que es imitada. ¿Entendió eso? La gente no imita la vida de personas que no respetan. Entonces, cuando usted adquiere para sí mismo una buena posición delante de los hombres, usted se coloca en una posición para ser su modelo y su ejemplo; y ellos lo seguirán a usted y eso es lo que Dios quiere.

Y, además, creo que inclusive Dios… Inclusive Dios le concederá una medida de respeto. Yo creo que inclusive el Señor recompensará eso. No sólo los hombres le van a conceder a usted una posición buena, sino que también Dios. Y algún día usted oirá: “bien, diácono bueno y fiel… Bien, buen siervo fiel.”

Entonces, delante de Dios y la comunidad de los fieles, uno que sirve bien en esta área gana una buena posición. Y después, la segunda recompensa grande, gran confianza en la fe que es en Cristo Jesús. La fe que es en Cristo Jesús simplemente de nuevo se refiere a la esfera cristiana. La verdad cristiana, la esfera de la salvación, la Iglesia. El cuerpo de Cristo, la familia de los creyentes. Y usted no sólo ganará respeto y una buena posición, sino que usted ganará gran denuedo.

En otras palabras, debido a que usted está sirviendo bien y Dios está bendiciendo su servicio, usted está viendo Su poder, usted está viendo Su gracia, usted está viendo Su movimiento, usted está viendo lo que Él está haciendo. Él lo está usando usted. Las cosas están pasando, su vida tiene propósito, lo va a capacitar para un mayor servicio. Ésa es la idea. Lo va a hacer más valiente a usted. Usted se dice a sí mismo: “sé que soy cristiano, he visto el poder de Dios, sé que mis dones espirituales pueden ser eficaces. He visto a Dios usarlos. Sé que Dios me puede usar para ganar a los perdidos. Lo he visto hacerlo. Sé que Dios me puede usar para servir a los santos. Lo visto hacerlo.” Entonces, conforme usted sirve al Señor, el servicio exitoso contribuye a la confianza y certeza. Eso es lo que esa palabra significa. Con frecuencia, es usada de denuedo de palabras, parresia, significa una especie de confianza amplia.

Entonces, dos cosas son acreditadas a las personas que es un diácono fiel. Una, respecto mediante el cual él se convierte en el modelo que otros siguen. Dos, confianza que inclusive tiene un efecto de bola de nieve que lo lleva a usted a una mayor utilidad, una mayor eficacia y mayores recursos. Yo puedo decir en mi propia vida, lo que permite aceptar otro desafío en mi ministerio, lo que me hace decir sí cuando enfrento algo que me parece imposible, lo que me da la confianza, la certeza y la valentía, el denuedo, es ver al pasado y ver lo que Dios ha hecho en el pasado. Y en base a saber que Su mano está en mi vida, puedo aceptar el futuro; aunque me sienta sin la capacidad, sé que Él está ahí. Ese es el tipo de confianza que usted obtiene a partir del servicio fiel.

Bueno, Dios necesita ese tipo de gente en Su Iglesia. Y es algo maravilloso aspirar a ser esta persona. Y que Dios nos ayude a tener este tipo de personas para que puedan ser los modelos para el resto. Inclinémonos en oración.

Amamos Tu Iglesia, Señor y deseamos lo mejor para ella. Lo mejor de liderazgo al nivel de los sobre veedores y pastores, al nivel de los servidores, los diáconos, hombres y mujeres, que todos aquellos que guían en Tu Iglesia ganen para sí mismos gran respeto y gran confianza para un mayor servicio, para que Tu Reino pueda extenderse. Gracias por la palabra clara acerca de los estándares y oh, Dios, que los líderes que están aquí y aquellos que sirven, que en todo sentido cumplan con estos requisitos, únicamente por gracia… somos tan indignos.

Y Señor, sabemos que cada uno de nosotros para servir en cualquier posición debe ser probado por los requisitos. Ser la esposa de un diácono piadoso no hace de esa mujer una diácono piadosa. Ser el marido de una mujer diácono piadosa no hace de ese hombre un diácono piadoso. Cada uno debe ser probado individualmente. Y levanta, Dios, a aquellos que puedan guiar en la Iglesia para cumplir Tu obra a Tu manera y Te alabaremos por causa de Cristo. Amén.

 

 

 

 

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