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Nuestro texto es 1 Pedro 1, versículos 1 y 2. “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.”

Ahora, la esencia de esta salutación conforme Pedro comienza su carta es enfatizar que aquellos a quienes él escribe son elegidos según la presciencia de Dios padre. Y de esta manera, Pedro se sumerge en profundidades teológicas desde el principio de esta carta. La lección para nosotros esta noche va a tratar con la elección o ser escogido por Dios.

El dotado maestro bíblico y erudito A.W. Pink, quien por cierto murió en el año 1952, comenzó un sermón en una ocasión diciendo esto: “voy a hablar en esta noche de una de las doctrinas más odiadas de la Biblia, esta es la doctrina de la soberanía de Dios en la elección.” Tenía razón. Es una doctrina odiada. Más adelante él escribió -y me parecen muy útiles- “la elección soberana de Dios es la verdad más odiada y menospreciada por la mayoría de aquellos que dicen ser creyentes. Que se ha anunciado claramente que la salvación no se originó en la voluntad del hombre, sino en la voluntad de Dios porque si no hubiera sido así, nadie querría ni podría ser salvo. Porque, como resultado de la caída, el hombre ha perdido todo deseo y voluntad hacia aquello que es bueno y que inclusive el elegirse a sí mismos demanda que sean hechos dispuestos y fuertes serán los clamores de indignación en contra de una enseñanza como esta.”

Después, él dice esto: “los promotores del mérito no permiten la supremacía de la voluntad Divina y la impotencia de la voluntad humana. Como consecuencia, aquellos que con mayor amargura denuncian la elección por el placer soberano de Dios son los más cálidos en clamar por el libre albedrío del hombre caído.” Fin de la cita.

Lo que él está diciendo es que es difícil para algunas personas aceptar la doctrina bíblica de la elección soberana. Es difícil para el hombre reconocer el hecho de que su salvación es un acto de Dios. En su estado caído, él quiere asumir alguna responsabilidad, aún si es un poco de responsabilidad por haber creído. Él quiere algún crédito de manera desesperada por haber tomado la decisión correcta.

Además, la doctrina de la elección parece ser repulsiva para nosotros porque, por nuestros estándares, parece injusto que Dios, de todo el mundo de seres humanos, escoja a algunos a su propia discreción para ser salvos y no al resto. Pero usted entiende, no es cierto, que la razón por la que el hombre quiere de manera tan desesperada tener una parte es debido a su estado caído, él quiere ejercer su orgullo.

Entonces, podemos eliminar eso como un problema real. Únicamente es una expresión de su condición caída. ¿Qué hay acerca de la parte de ser injusto? ¿Acaso es Dios injusto? No, Dios nunca debe ser medido por algún estándar humano, ciertamente no por el estándar humano de justicia, el cual también es un reflejo del estándar ¿qué? Caído del hombre. ¿Acaso somos tan necios como para suponer que nosotros, que somos criaturas caídas, pecaminosas, tenemos un estándar más elevado de lo que está bien del que tiene un Dios infinitamente y eternamente Santo? ¿Qué tipo de orgullo es ese? Ahí yace el problema real.

En el Salmo 97:2 dice: “justicia y juicio son el cimiento mismo del trono de Dios.” Justicia y juicio son el cimiento mismo del trono de Dios. Esto quiere decir que lo que Dios hace procede de una base de justicia y de juicio. Quizás no sea justicia humana y juicio humano, pero es divino.

En estas palabras conocidas de Isaías 58:8-9, las Escrituras dicen de Dios: “porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos Mis caminos, declara Jehová, porque como están más altos los cielos de la tierra, así son Mis caminos más altos que los vuestros y Mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos.”

Como criaturas caídas, no estamos en posición para determinar si lo que Dios hace es justo, correcto o apropiado. Usted ha cruzado la línea cuando dice usted que Dios hace algo que no es justo.

¿Qué es la justicia divina entonces? Permítame darle una definición. Es un atributo esencial de Dios -esto es, pertenece a Su esencia misma- mediante el cual Él es perfecta e infinitamente justo en sí mismo, de sí mismo, para sí mismo y ningún otro. James Usher, hace muchos años atrás, escribió: “la fuente de justicia de Dios es Su propia libre voluntad y nada más. Porque todo lo que Él quiere es justo y debido a que Él lo quiere, por lo tanto, es justo. No porque es justo, por lo tanto, Él lo quiere.” ¿Entiende usted eso? Algo es justo porque Dios lo quiere. Él no lo quiere porque es justo por estándares divinos. Él establece el estándar. La justicia divina es de un orden totalmente diferente y de una naturaleza totalmente diferente que la justicia divina.

Y, por cierto, la justicia de cualquier manera no es el punto. Usted no debe hablar demasiado acerca de justicia cuando usted habla de la salvación porque si Dios nos diera a todos justicia, todos seríamos enviados al infierno. Como puede ver, el Creador no le debe nada a la criatura, ni siquiera lo que Él en Su gracia se agrada en darle a los elegidos. Él no les debe eso. Entonces, ¿cómo puede ser entonces Dios ser llamado injusto cuando todo lo que Él hace es justo y el hecho de que Él eligió a algunos para ser salvos cuando ellos no lo merecían de cualquier manera?, ¿cómo puede ser eso injusto?

La salvación nunca es cuestión de justicia, siempre es cuestión de gracia, gracia pura. Usted realmente no debe de tratar de entender eso desde el punto vista de lo que es justo. Dios lo hizo. Esto lo hace justo. Dios establece el estándar de lo que es justo. Si usted no entiende lo que Dios hace, eso no significa que Él no vive al nivel del estándar de usted, esto significa que su estándar no está al nivel del estándar de Él. Él es Dios.

Ahora, al explicar la doctrina de la elección, realmente no hay una mejor sección, más condensada de las Escrituras de la que tenemos frente a nosotros. Y Pedro francamente entra a las profundidades de la teología desde el comienzo. Él ni siquiera ha salido del primer versículo antes de que presente ‘elegidos’. Y después, entra a una afirmación muy breve pero profunda de la esencia de la elección.

Ahora, conforme él se dirige a sus lectores, su intención consiste en estos primeros dos versículos en identificarlos como los que son elegidos por Dios. Él los identifica en dos maneras. Primero, él los identifica en relación con su lugar en la tierra; y en segundo lugar, él los identifica en relación con su lugar en el cielo.

En lo que a la tierra concierne, ellos residen en la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. En lo que al cielo concierne, ellos son elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo. Entonces, él identifica su identificación terrenal y también su celestial.

Ahora, veamos brevemente su identificación terrenal. Los lectores a los que Pedro escribe se dice que están residiendo como expatriados o extranjeros, dispersos en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Ahora, necesitamos tocar eso porque necesitamos entender a quién le escribe.

Sea tan amable de notar la palabra “dispersión.” Es una palabra conocida para cualquier estudiante del Nuevo Testamento. Es la palabra diáspora en griego. Quizás haya oído la palabra diáspora. Significa dispersión. En los Evangelios, es un término técnico para la dispersión de los judíos por todo el mundo. Así es usada en Juan 7:35. También es usada de judíos dispersos por todo el mundo en Santiago 1:1.

Es mi convicción que Pedro no la está usando aquí de una manera técnica tal como lo hace Santiago. Observe el capítulo 1, versículo 17. Él está escribiendo a estas personas dispersas. Él dice: “y si invocáis por padre a Aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación.” La implicación aquí es que su duración terrenal, su estancia terrenal, lo cual nos lleva a creer que él está hablando acerca de personas que no son tan extrañas en una cultura extranjera, sino extraños en la tierra misma.

Capítulo 2, versículo 11: “amados yo os ruego como extranjeros y peregrinos que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma.” Y de nuevo, aquí el extranjero y peregrino parece ser la persona que está en un ambiente que es extranjero, diferente de su naturaleza y está llevando a cabo una batalla en contra de su alma. Entonces, él no está preocupado por hablar de un judío que es nacionalmente un extranjero, tanto como lo está en hablar de un creyente que espiritualmente es un extranjero, una audiencia mucho más amplia, lo cual ciertamente incluiría a algunos cristianos judíos como también gentiles. Los judíos, quizás, estaban en la minoría. Supondríamos que en las provincias gentiles a las que esta epístola se dirige.

Entonces, lo que él está diciendo no es: “a ustedes judíos que están dispersos en países extranjeros,” sino “A ustedes cristianos que son extranjeros a la tierra,” ustedes son extranjeros verdaderos, y peregrinos y extraños. Ustedes no pertenecen aquí. La Iglesia es un grupo de extraños dispersos por todo el mundo lejos de su hogar verdadero.

De hecho, en Filipenses 3:3, Pablo dice: “nosotros, cristianos gentiles, todos nosotros en la Iglesia, judíos y gentiles, la Iglesia entera, somos la circuncisión de una naturaleza espiritual.” Y aquí, creo que Pedro está diciendo ‘somos los dispersos,’ la diáspora en un sentido espiritual.

Entonces, la idea es que él está escribiendo a creyentes quienes en el mundo son extranjeros o extraños. Él está dirigiéndose a la Iglesia. Así de simple. Él está dirigiéndose a la Iglesia. La Iglesia en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.

Por cierto, esta son provincias. Ocupando que en la actualidad conocemos como Turquía moderna. Eran parte del Imperio Romano en el tiempo de Pedro. Pero él está escribiendo a cristianos dispersos por todas estas provincias romanas. Entonces, concluimos que la carta tuvo una audiencia muy alta. En esas provincias habría habido muchas iglesias. Sabemos que, en la provincia de Asia, por ejemplo, por lo menos, hubo siete u ocho iglesias. Siete de las iglesias de Asia han recibido cartas de nuestro Señor Jesús en Apocalipsis 2 y 3. Y hubo otras iglesias en Asia, como Colosas, que no se menciona en Apocalipsis.

Entonces, pudo haber habido varias iglesias en Ponto, varias iglesias en Capadocia, varias iglesias en Bitinia también. Los cristianos dispersos como extranjeros en un país extranjero, esto es el mundo no regenerado.

Entonces, Pedro le está escribiendo a muchas personas. ¿Y por qué una audiencia tan amplia? Porque la persecución que había venido en contra de los cristianos como resultado de que ellos habían sido culpados por el incendio de Roma estaba por todo el Imperio Romano. Y a donde quiera que la persecución iba, los cristianos iban a tener que pagar el precio del sufrimiento. Y entonces, él escribe como si los abrazara a todos en esta epístola la cual enseña cómo enfrentar el sufrimiento triunfalmente.

Pero más importante que su relación con la tierra es su relación con el cielo. Y lo que él quiere que más sepan es que son elegidos por Dios. Él quiere que entiendan esta realidad que es tremendamente confortante. En medio de su persecución, cuando pudieron haber estado cuestionando tanto, él quiere que sepan que son elegidos de Dios. Y entonces, al final del versículo 1, él dice: “A los expatriados de la dispersión, elegidos.”

Tomemos la palabra expatriados, que son elegidos. Expatriados significa extraños, como hemos dicho. Aquellos que están en una tierra que no es suya. Puede significar residencia temporal. Puede significar extranjeros. De cualquiera de las dos maneras, eran residentes temporales y eran extranjeros. Su ciudad no era una hecha con manos, sino que era eterna, está en los cielos. Ellos estaban temporalmente en la tierra hasta que fueron llamados a Sion, la cual está arriba, como la llama el escritor de Hebreos.

Estos extranjeros, la Iglesia, los redimidos, los creyentes, son los elegidos, eklektos, los llamados afuera. Es un adjetivo verbal aquí. Significa seleccionar o escoger. De hecho, inclusive usted podría traducirlo de esta manera, y esto sería hermoso, “extranjeros selectos. Extranjeros escogidos.” Es un término para cristianos, eso es todo. Los elegidos, los salvos son los elegidos.

Por cierto, inclusive fue un término para Israel de la antigüedad para identificarlos. En Deuteronomio, usted quizás recuerda este versículo conocido, Deuteronomio 7:6: “porque vosotros sois un pueblo Santo para Jehová vuestro Dios. Jehová vuestro Dios os ha escogido para que seáis un pueblo Suyo de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.”

Bueno, más vale que usted entienda esto. Dios no estaba sentándose en el cielo diciendo ‘espero que alguna nación crea en Mí y me escoja.’ No. “De toda la gente de la tierra, Yo te escogí a ti. Israel, Mi elegida.” Eso es Deuteronomio 7:6. Deuteronomio también, 14:2: “porque vosotros sois un pueblo Santo a Jehová vuestro Dios y Jehová os ha escogido para ser un pueblo Suyo de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.” Él repite lo mismo. Escogidos. Salmo 105:43 llama a Israel Sus escogidos. Salmo 135:4 dice: “porque Jehová ha escogido a Jacob para sí mismo. Ha escogido a Israel para Su propia posesión.’ Israel fue elegida.

Usted pregunta si también este es el caso con la Iglesia. Dios no ha cambiado Su plan. Dios no ha cambiado Su método. El Antiguo Testamento dijo: “no hay quien busque a Dios.” El Antiguo Testamento dijo: “no hay justo, ni aún uno.” Dios escogió a Su pueblo, Israel por Su propia libre voluntad. Y así lo hace con la Iglesia. Y somos los elegidos.

Permítame mostrarle esto. En Mateo 24, versículo 22, simplemente para retomar el pensamiento de que somos los elegidos, versículo 22: “y si esos días, esto es los días de la gran tribulación no fueran acortados, ninguno sería salvo.” Escuche esto: “pero por causa de los elegidos, los escogidos, estos días serán acortados.” ¿Quiénes son los elegidos? Los creyentes. Versículo 24. “Falsos cristos, falsos profetas se levantarán y harán grandes señales y maravillas para engañar, si fuera posible, inclusive a los ¿qué? Elegidos,” los escogidos, los creyentes. Es un término para creyentes, para cristianos. Versículo 31, cuando Él envía a Sus ángeles con una gran trompeta en la Segunda Venida, ellos recogerán a Sus ¿qué? Escogidos de los cuatro vientos de un fin del cielo al otro.”

En el Evangelio de Lucas 18, versículo 7 dice: “¿acaso Dios no traerá justicia para Sus escogidos que claman a Él día y noche y se tardará mucho en responderles?” Llegamos a Romanos, la gran epístola de Pablo, ese maravilloso octavo capítulo, versículo 33: “¿quién acusará a los escogidos de Dios?” Somos escogidos.

Colosenses capítulo 3, versículo 12: “vestíos, pues, como elegidos de Dios, escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable en misericordia.” Y demás. Usted ha sido elegido por Dios para ser santo y amado. Él determinó establecer Su amor en usted y en mí por ninguna otra razón fuera de Su libre voluntad estrictamente. Los elegidos de Dios. Eso es lo que somos.

Segunda de Timoteo 2:10, “por esta razón,” Pablo dice, “todo lo soporto en mi ministerio por causa de los escogidos para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús.” Estoy llevando acabo mi ministerio evangelístico para traerle el Evangelio a los elegidos, los escogidos. Tito. Cuando Pablo escribe esa carta, él no pudo haberlo dicho de manera más directa. “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, por la fe de aquellos que son escogidos de Dios.” Entonces, como puede ver, cuando Pedro dice “le estoy escribiendo a los elegidos de Dios o los escogidos,” él realmente se refiere a los creyentes.

Ahora, sea tan amable en observar esto. El término elegido o escogido es sinónimo con cristiano, con salvo, con nacido de nuevo. Y la rica realidad de ese término es para recordarnos que somos los elegidos de Dios. Él tomó la decisión, no nosotros. Y lo que Pedro está diciendo, creo, es tan maravilloso. Lo que él le está diciendo a estos cristianos perseguidos es: “oigan, quizás no sean la elección del mundo, pero ustedes son la elección de Dios.” ¿Puede entender eso? Eso es confortante. Esa es una realidad rica. Escuche, tuvo la intención de ser un aliento para creyentes perseguidos.

Ahora, conforme vemos más de cerca a esto, quiero darle una pequeña lista de los elementos de la elección. Veamos qué tan lejos llegamos.

Número uno, la naturaleza de nuestra elección. Y simplemente lo vamos a tomar frase por frase. Es tan rico. La naturaleza de nuestra elección. Versículo 1: “elegidos.” Elegidos. Capítulo 2, versículo 9, por favor obsérvelo, “vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios.” Ustedes son una raza escogida.

Amados, ¿pueden entender esa realidad? Usted es un cristiano porque usted fue escogido para ser uno por Dios. Eso es lo que dice la Biblia. Son los elegidos los que son los salvos. El término, como dije, significa seleccionar, escoger, llamar a fuera de en medio de. Y Pedro simplemente está diciendo que los cristianos son la gente que Dios ha escogido para que le pertenezcan a Él mismo. Esa es la naturaleza de la elección. La naturaleza de la elección es que Dios ha escogido a un grupo de personas para pertenecerle a Él; y somos esa gente. Dios escoge a gente de todo el mundo para que le pertenezca a Él.

En Hechos 15, versículo 14, creo que este es el versículo correcto, leemos esto, sí. “Simón, o Pedro, ha contado cómo,” este es el concilio de Jerusalén, “cómo Dios primero se preocupó por tomar de entre los gentiles a un pueblo para Su nombre.” El plan entero de Dios consiste en tomar a un grupo de personas, escoger a un grupo de personas.

Ahora, algo en su interior se resiste a esto, ¿no es cierto? Usted dice: “ahora espera un momento, ¿quieres decir que nada más somos elegidos?” Y usted pelea contra esto. Su condición caída pelea contra esto porque nos gustaría pensar que en parte esto dependió de nosotros. Eso es orgullo. También nos gusta pensar: “bueno, eso no parece justo.” Ese es el orgullo diciendo: “Dios, te voy a corregir cuando llegue al cielo.” Usted no entiende lo que es justo. Usted tiene que retirarse a la fe, amigo mío. Usted tiene que retirarse a la fe.

¿Qué enseña la Biblia? ¿La Biblia enseña que somos elegidos por Dios o no? Tengamos una pequeña lección bíblica, ¿muy bien? Tome su Biblia, y ábrala en Mateo capítulo 20 y prepárese. Vamos a movernos. Debe entender esto. Usted tiene una parábola ahí. El Reino de los cielos es como el dueño de una tierra, salió en la mañana para contratar a trabajadores para su viña. Él acordó con los trabajadores que les iba a pagar un denario. Los envió a su viña. Él salió en la tercera hora. Vio a otros que estaban de pie sin hacer nada ahí en lugar de comercio. Y atravesó por el proceso, los contrató, los contrató, los contrató. Los escogió, los seleccionó. La parábola entera hasta el final, él escogió a quien le hizo y los recompensó con vida eterna. Esa es la esencia de la parábola. Muy simple. Él los seleccionó. Los llamó a su servicio. Los envió a servir. Los recompensó justa, fiel y generosamente. Este es un retrato de la elección.

Juan 15. Juan 15, ¿se acuerda de este versículo? Jesús se lo dijo a Sus discípulos: “vosotros no me ¿qué? Elegisteis a Mí, sino Yo os elegí a vosotros.” Y los he puesto para que vayáis y deis fruto y para que vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis del Padre en Mi nombre, Él os lo de.” Ustedes no me escogieron a Mí. Yo los escogí a ustedes.

Usted dice: “bueno, espera un momento. Yo también te escogí a Ti.” No, Tú no me escogiste a mí, Yo escogí a ti.” Eso es lo que dice. Así es. Observe Juan 17:9, Él dice de los cristianos orando al Padre, nuestro Señor. “Pido por ellos,” esta es la oración sumo sacerdotal de Cristo. “No pido por el mundo, sino por los que Tú,” ¿qué? “Me has dado.” El Padre nos escogió nos entregó a Cristo como un regalo de amor. Porque Tuyos son.

Observe Hechos capítulo 13, muy interesante. Muy interesante. Hechos capítulo 13, versículo 48. Aquí Pablo está predicando a los gentiles. Una multitud enorme el día de reposo. Y dice, versículo 46, empecemos ahí. Pablo y Bernabé hablaron con denuedo. Dijo que fue necesario que la Palabra de Dios fuera hablada a ustedes primero debido a que la repudiaron. Y ustedes consideran que son indignos de vida eterna. He aquí, nos volvemos a los gentiles. Esto es que se volvieron de los judíos a los gentiles porque así nos mandó el Señor, “te he colocado como luz para los gentiles para que traiga salvación hasta el fin de la tierra.” Y cuando los gentiles oyeron esto, esto es el mensaje del Evangelio, comenzaron a regocijarse y glorificaban la Palabra del Señor. Y creyeron todos los que estaban, ¿qué? Escogidos para vida eterna. Los elegidos creyeron. Aquellos que fueron designados para vida eterna, creyeron.

Observe Romanos 9:14. Aquí está el antagonista obvio que va a responder. Dios está hablando acerca de escoger. Él dice: “A Jacobo amé. Y a Esaú aborrecí.” Dios tomó Su decisión. Versículo 14: “¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. “ Mē genoito, en el griego. No, no, no. No hay injusticia. “Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que Yo tenga misericordia, y me compadeceré del que Yo me compadezca,” lo cual significa: ‘haré precisamente lo que quiero hacer.’

Versículo 16, observe esto. “Así que no depende del que quiere,” la salvación, “ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Misericordia soberana. Mmm. Y alguien en el versículo 19 dice: “Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a Su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?” Va más allá de ti. “¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar Su ira y hacer notorio Su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción?”

Escuche, Dios tiene tanto derecho para usar Su atributo de destrucción e ira y mostrar eso en contra de los impíos, como lo tiene en mostrar Su gracia y amor y misericordia para aquellos que Él elige. Muy claro. No discuta con Dios. Usted sólo está mostrando su orgullo. Y la ignorancia de su mente finita. Si usted no puede entenderlo, créalo. Eso es lo que dice. Eso es exactamente lo que dice. No depende del hombre que quiere ni del que corre, sino de Dios que tendrá misericordia del que Él quiera, del que decida tener misericordia.

Romanos 11:5, de la misma manera entonces, como en el caso del profeta Elías y siete mil hombres que no doblaron la rodilla a Baal, de la misma manera, entonces, en el tiempo presente ha llegado a haber un remanente según, escuche esto, la elección ¿qué? De gracia de Dios. La elección de Dios. Primera de Corintios capítulo 1, versículo 9: “Dios es fiel mediante el cual fuisteis llamados a la comunión con Su Hijo. Su salvación fue una obra directa de Dios. Él lo llamó la comunión con Su Hijo. Observe Efesios, capítulo 1, versículo 3: “bendito sea el Dios y padre de nuestro Señor Jesucristo que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, versículo 4. ¿Está listo? “Según nos escogió en Él, esto es en Cristo, antes de la fundación del mundo.

¿Cuándo sucedió? ¿Cuándo fuimos elegidos? Antes de que naciéramos. Antes de que alguien naciera. Antes de que hubiera un mundo. Fuimos elegidos. ¿Puede entender este pensamiento? Desde que ha habido Dios, hemos sido elegidos. Recuerde eso. Usted dice: ¿desde cuándo ha existido Dios? Para siempre. Para siempre. ¿Quiere saber algo? Usted fue elegido en la eternidad pasada. Desde que Dios ha existido, Sus elegidos han estado en Su mente. Increíble. Elegidos.

 

En la base de Su elección, versículo 5: “Él nos predestinó para adopción como hijos por medio de Jesucristo para sí mismo según Su beneplácito, para que fuésemos para alabanza de la gloria de Su gracia.” No la nuestra. Él nos eligió. Desde que Él h asido Dios, hemos sido elegidos. Este es un pensamiento increíble. Desde que Dios ha existido John MacArthur estaba en el plan. Yo estaba en su mente. Y también usted si le pertenece a Él. Este es un pensamiento intensamente emocionante.

Observe 1 Tesalonicenses capítulo 1, versículo 4. Pablo está tan animado por la Iglesia tesalonicense que él dice en el versículo 2: “damos siempre gracias a Dios por todos vosotros haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones”. Como la Iglesia filipense, esta era una congregación amada. Él no los conocía también. Él no se había quedado con ellos tanto tiempo, sólo tres días de reposo. Pero él los amaba.

Y él dice: “veo su vida y veo,” versículo 3, “la obra de vuestra fe, del de trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección.” Él los eligió. Eso es aparente. Él los eligió. Segunda de Tesalonicenses capítulo 2, versículo 13. Escuche esto: “pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros. Debemos dar gracias a Dios. Hermanos amados por el Señor, ¿no es eso bueno? Que Dios os haya ¿qué? Escogido desde el principio. Usted pregunta qué es eso. No sé. No sé qué es desde el principio. ¿Qué principio? No sé. Desde el principio para salvación. Dios los ha elegido desde el principio para salvación. ¿Escuchó eso? No sé cómo puede ser dicho de manera más clara que esto. ¿Cómo puede alguien no ver lo que eso dice?

Segunda de Timoteo 1:9. Aquí hay otro de estos que pone a girar nuestra mente. Él habla de Dios al final del versículo 8, después, él dice: “Dios, quien nos ha salvado y nos ha llamado con llamamiento santo no según nuestras obras, sino según Su propio propósito y gracia que nos fue dado en Cristo Jesús desde toda la eternidad.” Ahora, estamos descubriendo lo que es el comienzo. Toda la eternidad. Él ha sabido que éramos los elegidos desde toda la eternidad. Él nos ha concebido en su mente desde que Él ha existido, que fuésemos salvos. Y todo es según Su plan y según Su propósito y según Su gracia y no nosotros. Sorprendente. Verdad sorprendente.

Observe 2 Timoteo 2:10. Pablo dice: “en mi ministerio todo lo soporto,” y él soportó mucho, “por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.” “Mi ministerio consiste en alcanzar a los elegidos, dice él, alcanzar a los escogidos.”

Apocalipsis, capítulo 13, en Apocalipsis 13:8, escuche esto, habla de la bestia y el anticristo del tiempo de la tribulación en el futuro. Dice: “y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.”

¿Cuándo fue escrito su nombre? Desde la fundación del mundo. ¿Cuándo fue eso? No sé. Pero desde que Dios ha existido, Él me ha tenido en Su mente. Desde que Dios ha existido, me ha tenido a mí y a usted como cristianos en su mente y ha predeterminado armarnos y hacernos como Su Hijo y Él escribió nuestros nombres en Su libro antes de que el mundo comenzara.

Apocalipsis capítulo 17, versículo 8. Y aquí de nuevo la bestia será adorada. Dice: “y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida.” Y de nuevo, se nos dice de manera inversa que los cristianos son aquellos cuyos nombres han sido escritos en el libro de la vida desde el principio. Desde la eternidad. Desde la fundación del mundo.

Entonces, cuando alguien le pregunta de qué religión usted es. Usted le puede decir “soy de los elegidos”. “¿Elegidos por quién?” “Dios.” “¿En serio? ¿Cuándo?” “Para siempre. Desde que Dios ha sido Dios, Él me ha elegido a mí. Me ha amado a mí. “¿Por qué?” “Ciertamente no tuvo nada que ver conmigo. Yo sólo me aparecí y era elegido. “Bueno, ¿hiciste alguna obra buena para merecerlo?” “No, no existía yo cuando Dios lo decidió.”

Versículo 14 de Apocalipsis 17: “pelean contra el Cordero,” esto es el ejército del anticristo, “y el Cordero los vencerá porque Él es Señor de señores y Rey de reyes y los que están con Él son llamados y ¿qué? Elegidos y fieles.” Somos los elegidos.

Una mención final, capítulo 20. Esto es sorprendente. Juicio final. Gran trono blanco. “Y aquel cuyo nombre no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue ¿qué? Arrojado en el lago de fuego.” ¿Cuándo fueron los nombres colocados en el libro? Desde antes de la fundación de la tierra. Hombre, elegidos. Eso simplemente es parte de lo que las Escrituras dicen de esto. Resistimos eso. Algo nosotros luchar con eso.

Observe Lucas 4. Lo va a confortar. No está sólo. Lucas 4. Es interesante. Jesús, en este acontecimiento maravilloso en la sinagoga en Nazaret, abrió el libro del profeta Isaías, se puso de pie en la sinagoga, abrió el libro, lo leyó. Esto es lo que leyó, versículo 18, y aquí hay una profecía que Él estaba cumpliendo de Isaías 61. “El Espíritu del Señor está sobre Mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y todos daban buen testimonio de Él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de Su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?”

Hasta aquí, todo iba bien. Hasta aquí, todo iba bien. Pero observe lo que sucede. Versículo 25: “Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra.” Muchas viudas, pero ¿qué?, “pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.” ¿Sabe de qué les está hablando? Gracia soberana. Muchas viudas y muchos leprosos. Y Dios no escogió a ninguno de ellos. Más que a una viuda en Sarepta y a un leproso llamado Naamán, quien ni siquiera era judío. Era sirio.

“Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle.”

Permítame decirle algo: los líderes respetables religiosos de Israel menospreciaron la doctrina de la elección especialmente cuando señalaba que ellos no eran los elegidos. Usted no puede debatir con la verdad. Esta es la verdad. Usted no puede debatir contra ella. Ellos no quisieron oírla. Muchos en la actualidad no quieren oírla. Pero es la verdad. Como puede ver, en Apocalipsis 19:6 se nos dice: “Que el Señor Dios omnipotente reina.” Dios en el cielo es el controlador y el que dirige a todas las criaturas.

Las Escrituras dicen que el Altísimo gobierna los ejércitos del cielo y nadie puede detener Su mano y decirle: ¿qué haces? Él es el Todopoderoso que hace todas las cosas según el designio de Su propia voluntad. Él cumple todos Sus propósitos, hace que se cumplan todas Sus promesas. Él es el alfarero celestial que toma la masa de arcilla, humanidad caída y la moldea como quiere moldearla. Él es el que decide y el que determina el destino de toda persona. Él es el controlador de todo detalle en toda vida de todo individuo, lo cual es simplemente otra manera de decir que Dios es Dios.

Arthur Pink, dijo, de nuevo: “la única razón porque alguien cree en la elección es porque la encuentra enseñada en la Palabra de Dios. Ningún hombre o varios hombres jamás inventaron esta doctrina. Como la doctrina del castigo eterno, entra en conflicto con los dictados de la mente carnal y es repugnante para los sentimientos del corazón no regenerado. Y como la doctrina de la Trinidad Santa y el nacimiento milagroso de nuestro Salvador, la verdad de la elección debe ser recibida con fe simple que no cuestiona.”

Entonces, la naturaleza de la elección. La voluntad Divina de Dios selecciona a algunos para salvación. ¿Es difícil escuchar esto para usted? Le confieso que lucho con eso. Lo creo con todo mi corazón porque la Biblia la enseña. Hay algo bastante emocionante en ella, ¿no se siente usted así? Hay algo bastante emocionante acerca de esta realidad. Hay algo inmensamente humillante en eso. Inmensamente humillante. Digo, literalmente destruye el orgullo. Digo, ¿qué podemos reclamar? Nada.

Usted pregunta entonces qué hay acerca de las personas que no son elegidas. Bueno, la Biblia dice que se van al infierno debido a su incredulidad. Y Dios no asume responsabilidad por eso. Usted dice que no entiende eso. Está bien. Yo tampoco lo entiendo. Pero entiendo a mi Dios y entiende lo que Él dijo en Su palabra. Y Él dijo: “ustedes son condenados porque no creen en Mí.” Usted pregunta cómo armonizó esto. Yo no lo armonizó. Dios lo hace en justicia perfecta.

La razón por la que Dios nos dio la doctrina de la elección fue para decirnos dos cosas. Una, Él está a cargo. Dos, Él tiene tanta gracia para nosotros que nunca nos la podríamos haber ganado, que debemos pasar nuestra eternidad alabando Su nombre glorioso. La doctrina de la elección no es dada para confundirnos. Es dada para devastar nuestro orgullo y motivar nuestra alabanza. Y vamos a descubrir más acerca de eso el próximo día del Señor. Esa es una de cinco. John Zimmer pensó que no iba a terminar ésta. Oremos juntos.

Señor, hay tanto más que decir acerca de esto. Simplemente, hemos tocado la superficie. Pero Señor, comenzamos a entender lo que Tu Palabra dice. Aun si no podemos entender de manera completa en nuestras mentes lo que todo eso implica. Ayúdanos a caminar en fe sabiendo que Tú eres un Dios que es coherente, perfectamente justo y que no tienes contradicción en absoluto en Tu persona. Nosotros que somos salvos somos salvos porque fuimos elegidos en Tu mente desde que has sido Dios y no hicimos nada para contribuir. Tú inclusive produjiste la fe nosotros. Tú inclusive produjiste y nos concediste arrepentimiento. Tú produjiste obediencia por Tu Espíritu.

Y Señor, también entendemos que aquellos que pasan a la eternidad y no Te conocen son responsables por su propia incredulidad. Porque eso es lo que las Escrituras dicen. Y entonces, clamamos a los incrédulos porque crean. Y Te alabamos por elegirnos. Y dejamos la resolución en Ti.

Gracias, Dios, por elegirnos. ¿Por qué, oh, por qué? Estamos tan agradecidos. Y que esa gratitud se manifieste en una vida de compromiso amoroso agradecido contigo. Y anhelamos el día cuando podamos estar en Tu presencia y alabarte para siempre sin estorbos y sin restricciones por los siglos de los siglos, por elegirnos.

Oramos por aquellos que no creen. Oramos, oh Dios, porque los hombres no Te den la espalda. Porque Jesús dijo: “el que a Mí viene, no le echo fuera.” Y que aquellos de nosotros que somos salvos seamos confortados por la doctrina de la elección y que los perdidos no se alejen por esa doctrina, sino que oigan las palabras de Jesús: “venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os daré descanso.”

Acabamos de comenzar a estudiar esto. Queremos entender esto conforme a lo mejor que nuestras mentes finitas pueden entenderlo. Sé con nosotros. Ayúdanos para que podamos alabarte por Tu gracia soberana. En el nombre del Salvador. Amén.

 

 

 

 

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