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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez

Evitando el amor al dinero

Escritura: Mateo 6:19-34

Código: 80-38

John MacArthur

Este es un mensaje del pastor John MacArthur, traducido y predicado en español, para el mundo de habla hispana.

Abramos nuestras Biblias en 1 de Timoteo capítulo 6. 1 de Timoteo capítulo 6. Estamos regresando esta mañana al texto de la semana pasada. Realmente, simplemente quería expander en el mismo. No pude decir todo lo que quería decir el último día del Señor, lo cual no es un fenómeno raro para mí. Cubrimos los versículos 6 al 10, este asunto del peligro de amar el dinero. Y, después varias personas me preguntaron, inclusive al punto de escribirme cartas, preguntándome como evitar eso, ¿cómo se coloca usted en una posición espiritual, para que no se vuelva víctima del amor al dinero?

Veamos el versículo 10 simplemente, para establecer un punto de inicio. El Apóstol Pablo dice; “Porque raíz de todos los males es al amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores, o muchas tristezas severas”. Y, hablamos la última vez acerca del peligro de amar al dinero. Y, lo que quiero hacer esta mañana, es simplemente darle seguimiento a eso un poco, y hablarles de cómo evitar el amar al dinero, cómo evitar el amar al dinero. Y, el mejor texto para ello, es simplemente dejar 1 de Timoteo y regresemos al sexto capítulo de Mateo. Y, quiero que regresemos a esta maravillosa porción del Sermón del Monte, a la enseñanza de nuestro Señor Jesús, y veamos los versículos 19 al 34, al final del capítulo. Y al hacerlo, entender la enseñanza tan básica, elemental de nuestro Señor, acerca de cómo vivir una vida que no está preocupada con el afecto por lo material.

Ahora, al ver Mateo 6:19 al 34, tenemos una porción muy práctica de las Escrituras, la cual nuestro Señor bosqueja. Él da principios para eliminar el amor al dinero. Principios para quitar nuestro afecto y evitar que se mueva en esa dirección. Hay cuatro. Permítame presentárselos desde el principio, y después los veremos de manera individual. En primer lugar, el Señor dice, para evitar el amor al dinero, debe tener el tesoro apropiado. En segundo lugar, debe tener la visión apropiada. En tercer lugar, debe tener la lealtad apropiada. Y en cuarto lugar, la confianza apropiada.

Veamos en primer lugar, el tesoro apropiado, comenzando en el versículo 19 hasta el 21. “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.

Nuestro Señor está diciendo su perspectiva debe incluir el tesoro apropiado. En otras palabras, ¿en dónde coloca su depósito? ¿Dónde invierte? ¿Dónde coloca su dinero? El principio, simplemente afirmado en el versículo 19, es no se atesoren para ustedes mismos tesoro. Es el verbo griego, del cual obtenemos la palabra en español “thesaurus”, lo cual tiene que ver con un tesoro de palabras. La palabra significa apartar, acumular, almacenar, guardar, de hecho, apilar. De hecho, si usted ve algunos de los léxicos, indica que tiene que ver con una apilación, con apilar de manera vertical, en lugar de una especie de apilar a nivel horizontal. Es una palabra interesante. Lo que el Señor está diciendo, es que no está prohibiéndonos el ganar dinero. Él no nos está prohibiendo el guardar el dinero, para propósitos buenos. Él nos está prohibiendo el almacenar dinero para desperdiciarlo en los deseos personales. Ese es el punto aquí. Que cuando usted percibe la vida, primordialmente como involucrando el ganar el dinero para acumularlo, para almacenarlo, y después usarlo para sus deseos personales, tiene una perspectiva equivocada. La palabra clave es “os hagáis”. Ese es el punto. Lo podría subrayar o hacer una nota en su mente, porque ese es el punto. Él no dice: “No se hagan tesoros en la tierra”. Él dice: “No se hagan tesoros para ustedes en la tierra”.

Juan Wesley mismo dijo, y cito: “Tengo tres grandes principios, cuando hablamos de dinero. Principio número uno, gane lo más que pueda. Principio número dos, ahorre lo más que pueda. Principio número tres, para que pueda darle a Dios lo más que pueda”. Nunca es cuestión de cuánto tiene usted. Siempre es cuestión de lo que va a hacer con eso. Y la clave aquí es, “os hagáis”.

Alguien dijo que no hay un paquete más pequeño, que un hombre envuelto en sí mismo. Y, es verdad. El pecado aquí no es ganar dinero. El pecado es ni siquiera ahorrar dinero. El libro de Proverbios nos dice que debemos ahorrar dinero. Y, Jesús en una parábola dijo, que sería mejor que hubiera colocado su dinero en el banco, y hubiera ganado interés. El punto aquí es la acumulación de la riqueza para el deseo personal. Ese es el punto. Lujo extravagante con un corazón duro hacia la causa de Dios. Materialismo, en una palabra. Un hábito pecaminoso, que es muy difícil de romper, y muy prevaleciente en nuestra sociedad. El Señor nunca condena el dinero en sí mismo. El Señor nunca condena la posesión del dinero. De hecho, es Dios quien le da el poder de hacer las riquezas, dice en Deuteronomio 8. Y es Dios quien ha hecho a los hombres ricos, y ha hecho que otros hombres sean pobres. Es Dios, dice 1 de Timoteo 6:17, que nos da todas las cosas en abundancia, para que las disfrutemos. Fue Abraham el rico quien fue llamado en Santiago 2:23 y en el Antiguo Testamento, el amigo de Dios. Fue Job, quien fue hecho más rico de lo que jamás había sido, por Dios. El Nuevo Testamento, inclusive exalta la diligencia en los negocios, Romanos 12:11. Exalta proveer riqueza para nuestras casas, 1 de Timoteo 5:8. Y entonces, no hay duda de que Dios permite, inclusive, concede cierta cantidad de riqueza a la gente.

El pecado viene en dónde coloca eso. Si usted lo invierte en el reino de los cielos, ha tomado la decisión correcta. Si usted lo invierte en sí mismo, ha tomado la decisión incorrecta. Entonces, en el versículo 20, Él dice: “Háganse tesoros en el cielo”. Y de nuevo, la clave es “os hagáis”.

¿Qué quieres decir con eso? ¿Cómo puedo darle a Dios, invertir en la eternidad, y obtener dividendos para mí? Bueno, eso es el punto entero, eso es exactamente lo que hace. Eso es exactamente lo que hace. Y, le voy a mostrar cómo conforme avanzamos. Usted se hace tesoros para sí mismo en la tierra, y van a quedarse aquí. Usted se hace tesoros en el cielo, y van a estar ahí para recibirlo cuando llegue. Pero, tendemos, ¿no es cierto? A acumular cosas para nosotros mismos, como el granjero que dijo: “Tengo dos becerros. Uno lo voy a crecer para mí mismo, para alimentar a la familia. Y, el otro voy a crecerlo y venderlo, y darle el dinero al Señor”. Y, unos meses después entró y le dijo a su esposa: “Algo terrible ha sucedido. El becerro del Señor, murió”.

Bueno, esa es una decisión más bien arbitraria, ¿no es cierto? Pero, es bastante típica de gran parte de nuestra manera de pensar. Haga su fortuna, pero, acumúlela, guárdela en el tesoro correcto. Eso es el punto. Un tesoro apropiado, donde va a estar dando dividendos eternos. Todos nuestros esfuerzos, todas nuestras ofrendas a la obra del Señor, extienden Su Reino, glorifican Su nombre, y constituyen tesoro celestial.

Vea conmigo por un momento Lucas 16:9. Se hace una afirmación bastante interesante. Lucas 16:9. Y, realmente podríamos ver este pasaje entero. Es tan importante para el tema. Pero, versículo 9, por ahora. “Y, yo os digo, dice el Señor, ganar amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando estas falten, os reciban en las moradas eternas”. Ese es un versículo muy raro, muy raro. Inclusive, es difícil de entender, a primera vista. El dinero es injusto, en el sentido de que no es justo, no tiene propiedad justa inherente en el mismo. Él dice: “Tome su dinero” – lo cual básicamente es injusto. Quizás una mejor manera de decirlo sería no justo. “Y, úselo para hacer para usted mismo amigos”.

Dice usted: “Tienes que estar bromeando”. ¿Quieres decir, que la Biblia dice, toma tu dinero y compra amistades? ¿Es correcto? “¿Qué tipo de amistades?” Amistades, que cuando su dinero falle, lo reciban en la habitación eterna. El mejor entendimiento de este versículo, simplemente es este. Invierta su dinero en las almas de hombres y mujeres, quienes algún día lo van a recibir en el cielo con gratitud cuando usted llegue”. Qué pensamiento. Qué pensamiento tan increíble. El tomar su dinero y comprar amistades eternas, al invertir en el reino. Lo que usted se queda, lo pierde. Lo que usted le da a Dios, lo guarda para siempre. Y, esa es la razón por la que Pablo le escribe a los Colosenses, y les dice: “Poned la mira – ¿en qué? – en las cosas de arriba y no en las cosas de la tierra”.

Y, él añade, regresemos a Matero 6, que si usted hace tesoro en la tierra, usted se va a meter en problemas. Permítame decírselo de una manera muy simple. En la Palestina antigua, el tesoro básicamente venía en tres formas. Una, era vestimentas, su ropa. Dos, era su grano, su cosecha. Tres, era oro. Eso era básicamente todo. Vestimenta, su ropa, grano, sus cosechas, y oro, su fortuna monetaria. Él dice con respecto a su vestimenta: “La polilla se los come”. Acerca de su grano, la palabra “enmohecer”, es una traducción pobre realmente de brosis. La palabra literalmente significa comer. Nunca es usada para reflejar algo que se enmohece. Tiene referencia a ratas, otras cosas que se comen el grano almacenado. Entonces, él dice en primer lugar: “La polilla se va a comer su ropa y después las ratas se van a comer su grano, y después los ladrones se van a robar su oro. La mayoría de las casas eran hechas a partir de lodo. Entonces, un ladrón era alguien que escarbaba un agujero en un muro de lodo. Van a entrar y robar.

Entonces, si usted coloca su fortuna en cosas mundanas, está sujeta a corrupción mundana. Lo más importante que él quiere que consideremos, está en el versículo 21. Él dice en el versículo 20: “NO hay necesidad para que haya pelotas en contra de la polilla en el cielo. No hay algo que coma, que pueda corromper lo que usted ha guardado, y no hay ladrones”. Pero, el punto verdadero, es el versículo 21. Y, ahí es: “En donde esté vuestro tesoro, ahí estará – ¿qué? – ahí es exactamente donde está su corazón”. Muéstreme la chequera de un hombre, y le voy a decir dónde está su corazón. Simplemente, permítame ver la lista de las cosas a las que él escribe sus cheques, y le voy a decir dónde está su corazón. Bastante simple. Porque donde esté su tesoro, ahí es donde está su corazón. Y, en lugar de entregar lo que usted tiene, en un consumo sin propósito, y satisfacción personal en el este mundo, Jesús dice dalo al Señor, para que pueda colocar su tesoro en donde su fortuna está. Y, esto es en los asuntos que tienen que ver con Su Reino.

¿Dónde está su tesoro? Esa es la pregunta. Si usted ama el dinero, está aquí. Si usted ama a Dios ma que ama al dinero, está ahí. Muy simple.

En segundo lugar, para evitar el amor al dinero, no solo debe tener el tesoro apropiado, si no la visión apropiada, y van de la mano. Versículo 22: “La lámpara del cuerpo es el ojo”. Esto es el órgano del cuerpo, que permite que entre la luz. “Así que si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estarán lleno de luz. Pero, si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que si la luz que en ti hay tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? 

Ahora, ¿qué es o que está diciendo aquí? Permítame decírselo de manera simple. Así como su ojo afecta su percepción física, así también en donde enfoca su corazón, determina su percepción espiritual. En otras palabras, un ojo que ve, inunda el cuerpo de luz. Como puede ver, usted está lleno de luz, luz está por todos lados, sus ojos pueden capturarla. Y, así es con un ojo espiritualmente claro, que tiene su enfoque en el reino de los cielos. Tiene una visión celestial del tesoro, y por lo tanto, está iluminado espiritualmente. El corazón que está fijado en las cosas piadosas, está alumbrado, está alumbrado de vista espiritual. Los ojos ciegos, solo traen oscuridad. Una perspectiva terrenal, una visión terrenal que es egoísta y busca su satisfacción personal, hunde a uno en la oscuridad espiritual.

El punto es este, si su enfoque continuamente está en el dinero y en la acumulación y en el materialismo, en la satisfacción de deseos personales, usted estará ciego a la realidad espiritual. Sus ojos espirituales están oscuros, su visión está nublada, y es una oscuridad severa, dice al final del versículo 23, una severa. La gente avara se ciega a la realidad espiritual, no puede ver la realidad espiritual. No puede ver la necesidad espiritual. No puede ver el gozo de la inversión espiritual. Su enfoque realmente está en lo que está equivocado, y por lo tanto, se vuelven ciegos.

La palabra “bueno”, simplemente como nota, ahí en el versículo 22: “Si tu ojo es bueno”, de hecho es la palabra que es traducida, por lo menos en tres lugares que encontré en el Nuevo Testamento, por la palabra “generoso, generoso”. Y entonces, esto realmente nos dice lo que él quiere decir aquí. La palabra para “maligno”, en el versículo 23, poneros, es usada en la Septuaginta, Deuteronomio 15:9, y traducida ahí con la idea de alguien que no es generoso. Entonces, lo que él está diciendo, es que si usted es generoso de manera característica, al colocar su tesoro en el cielo, usted va a ver espiritualmente con claridad. Si usted no es generoso de manera característica, y coloca su dinero en su propia satisfacción personal en el mundo, usted va a ser característicamente ciego. La generosidad forma un entendimiento claro de la vida, el egoísmo avaro, distorsiona todo y distorsiona la dimensión espiritual, en la mayoría sobre cualquier otra cosa. Entonces, el llamado aquí es a una visión celestial. Y, una visión celestial es un corolario a un corazón generoso.

Entonces, en primer lugar, si vamos a estar libres del amor al dinero, debemos asegurarnos de que hemos escogido el lugar correcto en donde invertir. Y en segundo lugar, debemos asegurarnos de que tengamos una percepción de la realidad espiritual, y que nuestro punto de vista es el que pertenece al reino de Dios y no a nosotros mismos. Uno que está consumido con su propia satisfacción personal, su engrandecimiento personal, se vuelve ciego a las cosas de Dios. Y, si podemos refinar nuestro enfoque en el Señor y en Su Reino, entonces realmente podremos ver espiritualmente.

Entonces, evitar el amor al dinero demanda tener el tesoro correcto y la visión correcta. En tercer lugar, – y esto es tan importante – la lealtad correcta, la lealtad correcta. Y, estas realmente van paralelos la una a la otra. Versículo 24: “Ninguno – y, esto es inclusivo – ningún hombre puede servir a dos – ¿qué? – señores”. Es imposible, eso es axiomático, es imposible. “Porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro”. Y entonces, la conclusión es que no puede servir a Dios y al mismo tiempo servir al dinero. Entonces, el amor al dinero es exclusivo y por lo tanto elimina el amor a Dios. Por otro lado, amar al Señor su Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerzas, es hacer a un lado el amor al dinero. Usted debe tener la lealtad apropiada. Usted debe hacerse la pregunta, ¿amo a Dios o amo al dinero?

Juan Calvino dijo: “En donde las riquezas tienen el dominio del corazón, Dios ha perdido su autoridad”. Eso es verdad. Porque, donde las riquezas tienen el dominio del corazón, cuando el Espíritu de Dios impulsa a alguien a dar dinero al Reino, invertir en el Reino, la persona resiste en esa protección de orgullo, que busca satisfacer sus deseos personales, en sus propias inversiones. Y por lo tanto, la autoridad de Dios en esa vida, es ignorada, y hecha a un lado.

Por otro lado, M. E. Byrne escribió en ese hermoso himno: “No quiero riquezas, ni la alabanza vacía del hombre. Tú mi herencia ahora y siempre”. Jesús primero en mi corazón, él dijo. Como puede ver, las órdenes que recibe de Dios, y las órdenes que recibe del amor al dinero, que busca la satisfacción de deseos personales, son diametralmente opuestas. Uno lo manda a andar por fe, y el otro a andar por vista. Uno lo llama a ser humilde, el otro a ser orgulloso. Uno a poner la mira en las cosas de arriba, el otro a poner la mira en las cosas de la tierra. Uno a ver las cosas invisibles y eternas, el otro a ver las cosas visibles y temporales. Uno a tener su conversación en el cielo, y el otro a aferrarse al polvo. Uno a no afanarse por nada, y el otro a tener todo afán. Uno a estar contento con lo que tiene, el otro a agrandar sus deseos, tan grandes como el infierno. Uno a estar dispuesto a dar, el otro a retener. Uno a ver las cosas de otros, el otro a ver sus propias cosas. Uno a cantar, a buscar felicidad en el creador, el otro a buscar felicidad en la criatura. Son mutualmente exclusivas, y entonces, tiene que determinar su lealtad.

El amor al dinero está relacionado de manera inseparable, a dónde está su tesoro, cuál es su visión, y a quién le da usted su lealtad. El lugar más seguro, por cierto, creo, para mi dinero, son las manos de Dios. ¿Piensa así usted? Él es el administrador más seguro de todos. Y tristemente, vivimos en un mundo que ha enloquecido en el área de la acumulación, para propósitos egoístas, para satisfacer sus deseos personales, viviendo la ilusión que trae felicidad, gozo, paz, y contentamiento. No es así. El contentamiento viene de estar apegado a al amo correcto, al amo correcto.

Después de todo, ¿ha pensado en esto? ¿Quién es dueño de todo? ¿Clase? ¿Quién? Dios. Gracias. ¿Quién es dueño de todo? Dios es dueño de todo. Eso es bueno. La tierra, dice Salmo 24:1, dice, pertenece a Dios. Todo en el mundo es de Él. Primera de Crónicas 29:11 dice: “Todo en los cielos y en la tierra es tuyo, oh Dios”. Todo le pertenece a él. Estaba leyendo a John Wesley, hace algunos años atrás. Su casa se quemó y él simplemente dijo esto” “La casa del Señor se quemó, esa es una responsabilidad menos para mí”. Ese es el espíritu.

¿Se da cuenta de que realmente solo ha habido una nación en la historia del mundo que entendió la relación apropiada con las posiciones, y fue la nación de Israel? Porque ellos entendieron que Dios era dueño de todo, que Dios era dueño de todo. Eran una teocracia y Dios era dueño de todo. Ellos simplemente lo estaban administrando, como un punto de administración, mediante el cual ellos podrían ser evaluados espiritualmente. Pero, Dios era dueño de todo. No somos víctimas de un legado de la cultura del Antiguo Testamento, si no de los egipcios, los griegos, y los romanos que creyeron que ellos eran dueños de todo. Y, esa mentalidad nos domina.

No solo Dios es dueño de todo, sino que Él controla todo. Él controla todo. Primera de Crónicas 219, de nuevo 11 y 12 dice, de hecho, que Dios controla todo. Por lo tanto, si Dios es dueño de todo y Dios controla todo, entonces Dios provee todo. ¿No es cierto? Todo lo que tenemos, absolutamente todo lo que tenemos, nos es dado por Dios. No hay nada que poseamos, inclusive las cosas más mundanas de la vida, que Dios no ha permitido que las poseamos. Para los creyentes particularmente, Lucas 12:31, “Busquen el reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas. No temáis, manada pequeña, porque os ha agrado al Padre el darles el reino. Entonces, vendan lo que tienen, den limosnas; provéanse para ustedes bolsas que no envejecen, un tesoro en los cielos que no falla, en donde no llega ladrón, en donde no corrompe la polilla. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. Básicamente las mismas ideas, con el pensamiento añadido que usted puede entregarlo todo, darlo todo, porque Dios está a cargo de proveer lo que usted necesita.

El punto es, amados, no tenemos que controlar nuestro destino. No tenemos que controlarlo todo. No podemos decir: “Hombre, no me atrevo a darle eso a Dios, porque, ¿qué me va a pasar en el futuro?” Etcétera, etcétera. Si el Espíritu de Dios motiva su corazón, responda al Espíritu de Dios con la confianza de que Dios es dueño de todo, Dios controla todo, y Dios promete proveer todo lo que necesitan lo suyos. Si Dios le dio vida, Dios va a sustentar esa vida, ¿no es cierto? Entonces, estamos anclados a esa confianza.

Conforme la Segunda Guerra Mundial estaba llegando a su término, los ejércitos aliados, congregaron a muchos de los huérfanos hambrientos que quedaron, como resultado de la guerra. Fueron colocados en campamentos, en donde fueron alimentados. A pesar de un cuidado excelente, descubrieron que estos niños no podían dormir. Parecían nerviosos y temerosos, y por eso se quedaban despiertos toda la noche con insomnia, viendo el techo. Finalmente, alguien entró para tratar de entender qué estaba pasando. Y, se les ocurrió una solución. Todas las noches antes de que los niños fueran acostados, se les dio un pequeño pedazo de pan, para que pudieran dormirse teniendo ese pedazo de pan en su mano, aferrados a este pequeño pedazo de pan.              

Dice usted: “¿Cuál es el punto?” El punto era que ellos habían vivido tanto tiempo sin alimento, en hambre, que no podían dormir, por temor de que no pudieran comer al día siguiente. Pero, una vez que les trajeron ese pequeño pedazo de pan y se los colocaron en su mano, ellos sabían que el día siguiente estaba asegurado, y pudieron dormir. Es como si cuando Dios nos da la promesa: “No temáis, manada pequeña, que le ha placido, le ha agradado a vuestro Padre darles el reino”. Él coloca ese pequeño pedazo de pan en nuestras manos, y dice: “Duerme. ¿Por qué estás preocupado? ¿Por qué estás preocupado?”

Y, eso nos lleva al cuarto punto, y al punto final, al evitar el amor al dinero. Y, este llega hasta el resto del texto, y demanda que usted tenga una confianza apropiada. No solo un tesoro correcto y visión, y la lealtad apropiada, sino también la confianza correcta, en base a quién es su Dios. Versículo 25: “Por tanto” – y, usted sabe para qué está ahí el por tanto. Es una transición. Debido a lo que acaban de oír, tener el tesoro correcto, la visión correcta, y la lealtad correcta. “Por tanto, con esas cosas en su lugar os digo, dejen de estar afanados, no se afanen, no os afanéis”. Versículo 31: “No os afanéis”. Versículo 34: “No os afanéis”. Él lo dice 3 veces. Entiende que estaban, ¿qué? Afanados. Muy bien. Estaban preocupados de manera excesiva por cosas que no debían haber estado preocupadas en absoluto.

Ahora, ¿qué es lo que dice? “Por tanto os digo” – por cierto, Él dice, dejen de estar afanados, en este versículo, en la forma del griego, no comiencen a estar afanados, en el versículo 31. Entonces, Él ve esto desde ambos ángulos. Pero, Él dice: “No os afanéis por vuestra vida”, psuche, su vida terrenal física. No os afanéis por su vida física. No se preocupen por eso. Porque como pueden ver, la gente van a decir: “Bueno, me gustaría dar al Reino y me gustaría abrir mis ojos espirituales, y tener perspectiva, y me encantaría tener esta lealtad que invierte en la gloria de mi Dios, quien es mi Señor. Quiero eso, pero, me preocupa el proveer para mí mismo y demás. Ahora, no es cuestión de entregar lo que usted necesita para vivir. Es cuestión de tener una mentalidad que apila, que dice: “Estoy acumulando mi fortuna, para cubrir toda mi vida”. Y, cuando el Espíritu de Dios impulsa su corazón a dar, motiva su corazón a dar y usted no lo hace, y usted es desobediente a esa autoridad, porque cree que tiene que satisfacer sus deseos personales en la manera en la que usted quiera.

Pero, lo que nuestro Señor está diciendo, es que debido a que el tesoro celestial satisface de manera plena y coloca el corazón en el lugar correcto, debido a que la ofrenda, el dar de manera generosa trae visión mental, moral, espiritual, y debido a que la lealtad al Señor nos coloca bajo su autoridad y cuidado amorosos; por lo tanto podemos tener la confianza y no preocuparnos por nuestra vida física. No se preocupen por eso. Inclusive las necesidades básicas de la vida están en el control de Dios.

Ahora, usted recuerde en Timoteo, el texto básicamente decía que el nombre debe proveer para los suyos, para su casa, y si no lo hacía era peor que un incrédulo. Y, usted recuerda también que debemos estar contentos con las necesidades básicas de la vida, estar contentos, dice las Escrituras, con las cosas que tenéis. Esa es la idea. Y, cualquier cosa más allá de eso, Dios puede querer usarnos, para usar en el futuro en Su Reino, Dios puede querer que le demos a alguien en necesidad. Dios puede querer que invirtamos en el Reino. Dios puede querer que hagamos todo tipo de cosas. Debemos responder a lo que Él pida, sin temor, porque tenemos la confianza de que estamos bajo su cuidado. Eso es vivir por fe.  

Ahora, ¿a qué cosa se refiere aquí? Las necesidades, alimento, agua y ropa. Ahora, si usted viviera en Palestina en ese entonces, usted se dará cuenta de que eso es básicamente lo que ocupaba la vida de la mayoría de la gente. La búsqueda de la comida, la búsqueda del agua, y la búsqueda de la ropa. Esas eran las necesidades básicas de la vida. Eso era lo que les preocupaba. Él dice, no deben preocuparse por esto, y les voy a mostrar por qué.

Número uno, la primera razón por la que no se afanan por esto, es porque tienen confianza en su Padre. Ese tipo de ansiedad es innecesaria, por quien es su Padre. Y, Él promete cuidar de estas necesidades. En primer lugar, alimento. Él dice en el versículo 25: “No os afanéis por vuestra vida”. Esa es la parte física, qué comerán, qué beberán, y por el cuerpo, de qué se vestirán. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? En otras palabras, no se preocupen con cosas mundanas, cosas materiales. Hombre, eso parece ser tan oscuro para nosotros, y tan difícil de interpretar y entender, porque estamos tan enfocado en ese tipo de preocupación.

Pero, en primer lugar, en el versículo 26, esta es la razón por la que no se preocupan por la comida. Aquí está por qué no se preocupa por eso. Él dice: “He aquí, mirad las aves del cielo”. Es muy probable, que probablemente habrían estado volando en ese momento mismo. Obviamente para cualquier persona que conoce algo de la historia de Israel, es un lugar muy, muy prominente, dado a las aves. De hecho, una evaluación antigua era que el cruce de migración de aves era Galilea. Sembrar en el campo, traía a las aves a comer la semilla. Y entonces, pudieron haber algunas aves volando ahí. Y, Él dice: “Las aves del cielo, ellos no siembran, no siembran, no cosechan, no recogen en graneros; sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta”. Y, después hay un argumento, que va de lo menor a lo mayor. “¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” ¿De qué están preocupados? ¿Alguna vez han visto a un ave acostada boca arriba diciendo: “¡Ay de mí! Me estoy muriendo de hambre”? Dios cuida de ellas.     

Las Escrituras enfatizan esto. Job 38:41: “¿Quién provee para las aves su alimento?” Salmo 104: “Tan grande y amplio y vasto es el mar, en donde las cosas que se arrastran innumerables, tanto bestias grandes como pequeñas. Todas esperan en ti, para Tú les des su alimento a su tiempo”. Dios alimenta a todo el mundo creado y, ¿no te va a alimentar a ti? ¿No son ustedes mejores que ellos, mucho mejores que ellos?

Ahora, esta no es una excusa para la pereza. Usted no ve a las aves alineándose en algún punto de distribución centrado en Dios. Ellos trabajan. No se sientan ahí en una rama esperando a que el alimento caiga en su pico, lo buscan. Buscan insectos y gusanos, preparan su nido, cuidan de los suyos, de los pequeños, les enseñan a volar, y buscan su propia comida. Y, así es con el hombre. Hacemos nuestro trabajo. De hecho, las Escrituras dicen en 2 de Tesalonicenses, si usted no trabaja, usted no debe, ¿qué? Comer. Entonces, hay trabajo que hacer, pero, la provisión viene de Dios. Y, decir que Dios proveerá su alimento, es decir, que Dios también proveerá un medio para que usted se gane su alimento. Y, esa es la promesa. El argumento de nuestro Señor, de lo menor a lo mayor. Las aves no se exceden en hacer algo bueno, como el rico insensato. No construyen graneros y se quedan con más de lo que necesitan. No almacenan, no acumulan, no añaden a lo que ya tienen de manera innecesaria. Ellos simplemente almacenan lo suficiente y están satisfechas. No apilan, no acumulan, eso es lo que el Señor está diciendo. Las aves no pueden planear por adelantado. No tienen razón de qué preocuparse. Usted tampoco tiene razón de qué preocuparse. Usted es más importante que ellas. ¿No valéis mucho más que ellas? ¡Qué pensamiento tan hermoso!

Entonces, eso me libera. ¿Eso lo libera a usted? No estoy preocupado por mi futuro. La gente me dice todo el tiempo: “¿Qué estás haciendo para tu retiro?” Mi primera respuesta es: “¿Qué retiro?” Quieres decir, ¿cuando deje de predicar? Eso va a suceder cuando ya no tenga voz. ¿Qué quieres decir con que qué estoy haciendo para mi retiro? ¿Me estás hablando del punto en el que ya no tengo nada que hacer más que sentarme, y satisfacer mis deseos personales con todo lo que he acumulado? Nunca voy a llegar a ese punto. Lo único que quiero hacer, es tomar lo que Dios me ha dado, reinvertirlo en Su Reino de una manera sabia, algo dado el día de hoy, algo para ser ahorrado para uso futuro para su gloria, cuando Él coloque frente a mí cosas en las que yo quiere que me involucre en los días venideros. Pero, siempre la perspectiva tiene que ser esa. Y, no tengo ansiedad alguna acerca del futuro, porque Dios alimenta a las aves, y creo que Él me va a alimentar a mí. Esa es Su promesa. Y, cuando Él deja de alimentarme a mí, es porque Él quiere que yo me vaya a casa. Pero, mientras Él me de vida y aliento aquí, Él se va a asegurar de que yo esté sustentado.

Dice usted: “Sí, pero, quiero ser yo sustentado al nivel de vida al que yo estoy acostumbrado”. Bueno, esa es otra cosa. Yo solo quiero ser sustentado en la vida, en la manera en la que Dios decide que yo necesito ser sustentado. La vida es un regalo de Dios. Y, si Él da, Él la va a sustentar. No voy a estar ansioso por eso. Si Él me da el regalo de la vida, Él me va a dar el regalo de la comida, para que la vida pueda ser sustentada.

Entonces, en primer lugar es bastante torpe no tener confianza en Dios, debido a quién es, realmente nuestro Padre. Él es el proveedor de nuestro alimento. Observe el versículo 27, y eso es bastante interesante. Este es el proveedor de nuestra vida, dice el versículo 27. “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?”

Ahora, la gente ha malentendido esto. Un codo básicamente son 18 pulgadas, 18 pulgadas. Ahora, eso no tenía mucho sentido. ¿Quién de ustedes al preocuparse podrá añadir 18 pulgadas a su estatura? Eso me haría tener una estatura de 7 pies 10 pulgadas. Eso es lo mejor, en términos hiperbólicos. Lo que usted tiene que tiene que entender, es que la palabra helikia, básicamente significa no tanto su estatura como su duración de vida. Y, la idea es algo metafórica. Él está diciendo, ¿quién de ustedes puede preocuparse y así lograr que tenga una vida más larga? Y, lo opuesto es la verdad. Usted se preocupa y lo más probable es que usted tenga una, ¿qué? Corta. La preocupación no le va a servir de nada. Usted no puede añadir a su longevidad de vida, mediante la ansiedad. De hecho, lo que usted va a hacer es acortar su vida, mediante la ansiedad.

Entonces, no debemos entregarnos a algo que acorte nuestra vida. La preocupación, Charles Mayo, de la Clínica Mayo dice: “Afecta la circulación, el pulso cardiaco, las glándulas, el sistema nervioso”. Él dijo: “Nunca he conocido un hombre que murió de trabajo excesivo. Pero, muchos mueren de preocupación”. Y, eso es correcto. Puede preocuparse hasta matarse, pero, nunca va a preocuparse y alcanza una vida más larga.                 

Un pecado así de no confiar en Dios es tan insensato. Dios nos ha dado vida y Dios nos ha dado alimento, y Dios nos dará la plenitud de la duración de vida que Él quiere que tengamos. Su plan de vida, diseñado de manera soberana. No la puedo extender. Podría acortarla por mi pecado, 1 Corintios, 1 de Juan 5. Él podría matarme por mi pecado. Pero, voy a vivir esa extensión de vida que Dios soberanamente ha diseñado. Y, ¿por qué no vivirla para Su gloria? ¿Entiende lo que estoy diciendo? No necesita controlar su destino. Necesita invertir en el Reino de Dios, conforme es motivado por el Espíritu, y dejar que Él se encargue de los resultados. Y, le voy a decir algo, esa es la única manera maravillosa de vivir. Y, usted va a ver que Dios va a seguir proveyendo más y más de lo que usted puede usar de manera posible, debido a que Él es un Dios de gracia.

Y, después Él da la tercera ilustración. ¿Qué acerca de mi ropa? Hombre, tengo que seguir trabajando, porque tengo estos problemas, que si llego al final de una semana completa, y he estado en el centro comercial en 7 días, no he estado, y no he visitado el centro comercial en 7 días. Y, como alguien recientemente dijo: “El lugar de una mujer, es en el centro comercial”. Me empieza a dar dolores si no estoy ahí y compro un nuevo vestido, o un nuevo traje, o lo que sea que es lo que está ahí la gente comprando. Tengo que cuidar de mí mismo. Tenemos que estar vestidos de manera apropiada. Entonces, en el versículo 28: “Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?”

Eso es tan práctico. ¿Por qué están afanados por su ropa? Algunas personas están muy afanados por su ropa. No quieren salir de la casa, si traen algo puesto que usaron el día anterior. Son muy conscientes de lo que usan para vestirse. También pueden temer lo que puedan usar o no, y entonces, hay muchas esposas que están trabajando ahí afuera, abandonando a sus hijos, por nada más que sustentar ciertos hábitos de moda, teniendo un deseo pecaminoso por la ropa costosa. Tener una concupiscencia por ropa costosa, es un pecado. De hecho, ¿se acuerda usted de lo que dice en Timoteo? Que una mujer no debe estar adornada tanto por fuera, si no por dentro. El hombre escondido del corazón, ese espíritu dulce, manso, apacible, que caracterizó a Sara, quien llamaba a su marido Abraham, señor, como 1 de Pedro 3 nos dice.

Entonces, el Señor dice, mira, no se preocupen por su ropa. Me voy a asegurar de que no solo estén vestido, si no que me voy a asegurar de que estén vestidos de manera hermosa. ¿Quieren una ilustración? Los lirios del campo. Los lirios del campo, vean cómo crecen. Crecen aparentemente sin esfuerzo. De manera libre, hermosa, sin esfuerzo. Estoy viendo estas flores, y estoy diciendo: “No veo a nadie aquí que esté arreglado de una manera tan delicada y hermosa como estas flores”. Qué condenación, él dice. Lo mejor de los atuendos, vestimenta humana, versículo 29, Salomón en toda su gloria ni siquiera puede acercarse. Esa pequeña flor, esa hermosa flor gentil, pequeña, esa flor frágil, era más hermosa que cualquier atuendo. Hermosa, frágil en su belleza, haciendo a un lado cualquier atuendo que Salomón jamás tuvo palidez, en comparación a la magnificencia de esa flor. La tela más fina que cualquier ser humano jamás vistió, no puede bajo un microscopio verse nada cercano, más que al cilicio. Tome esa flor, colóquela bajo un microscopio, y vea la belleza delicada viva de la creación gloriosa de Dios. No hay comparación.

Él no está entrando en una hipérbola. Él está presentando un hecho. Ninguna vestimenta presentada en la textura más fina y suave, no es nada más que cilicio, cuando es colocada a lado de un pétalo de una flor. Las pequeñas flores que florecieron en un día, ahí en los montes de Palestina, y eran vestidos de una belleza que sobrepasaba las túnicas reales. Y, un día más tarde quemaban y se desvanecían, y eran reemplazadas por nuevas. Se excedían en belleza a cualquier cosa de lo que jamás pudiéramos crear.

Entonces, Él dice en el versículo 30, si Dios va a vestir la hierba del campo, esas pequeñas flores y solo duran un día, y mañana son arrojadas al horno para ser quemada, cuánto más Él no los va a vestir a ustedes, hombres de poca fe. Y de nuevo, Su argumento es de lo menor a lo mayor. Que los hombres del mundo se preocupen, que las personas del mundo se preocupen. Yo no me voy a preocupar por eso, yo no voy a decir: “No le puedo dar a Dios. Quizás no tenga lo suficiente para mi nuevo traje”. No quiero decir eso. Quiero darle todo a Dios y dejar que Dios me vista de una manera maravillosa.

Le puedo decir que el Señor lo hace. Simplemente quiero que sepa que el Señor sabe cómo hacer eso. Y, bendigo Su nombre por eso. Dios es tan bueno. De hecho, el traje que traigo puesto, fue un regalo que me dieron en el Instituto Bíblico de Moody, cuando me pidieron que hiciera una película. Querían que tuviera un traje gris. Y entonces dijeron: “Mira, aquí tienes este dinero, cómprate un traje gris”. Entonces, el Señor dijo que Él quería que yo tuviera este traje, a través de sus medios. El Señor es tan bueno. No hace mucho tiempo atrás, hubo un caballero que dijo: “’Quiero que tengas un carro. Quiero que tengas un auto”. La iglesia ha provisto un auto para mí en el pasado, pero, ya no lo tienen que hacer, porque un hombre me dio ese auto. Y como puede ver, nunca me preocupo por eso. De hecho, el hombre me llamó un par de días atrás y dijo: “No sé si tu esposa tiene un auto”. “Bueno”, yo dije, “en este momento, en cierta manera compartimos el carro”. Y dijo: “Bueno, el lunes tú ven y quiero darte un carro para tu esposa”. Ahora, no sé, simplemente estoy diciendo: “Muy bien, Señor, si Tú quieres que tenga esto, lo puedo recibir”. No voy a discutir con eso. Pero, tengo este sentido de administración, usted sabe. Y, no me voy a preocupar por eso. No estoy acumulando dinero para ahorrar para mi futuro. Dios se ha probado a Sí mismo para mí, y simplemente estoy agradecido, y no quiero ser egoísta por esas cosas, y no quiero buscar satisfacer mis deseos personales. Pero, he aprendido que mi Dios da y da ricamente, y da para ser disfrutado.

Como puede ver, la suma de esto es muy clara. Dios cuida de todas las necesidades de la vida, de una manera grande y gloriosa. Y entonces, ¿por qué se preocupa usted? Y entonces, Él dice, su verdadero problema – al final del versículo 30 – es que tienen poca fe. Y, ¿se acuerda cómo llamamos a los discípulos? La asociación de poca fe. Inevitablemente les estaba dando este discurso en un punto u otro. No se preocupen por esas cosas, simplemente confíen en mí. Hombre, es realmente maravilloso vivir por fe. Eso no necesariamente significa que vive en pobreza. Simplemente significa que vive por fe, y acepta lo que Dios da, y lo invierte en su Reino. Entonces, usted sabe dónde está su tesoro, usted sabe dónde está su visión, usted sabe dónde está su lealtad; por lo tanto, sabe dónde está su confianza. Y, no voy a dejar de confiar en Dios, porque sé quién es mi Padre, y sé cuáles son sus recursos.    

No os afanéis, pues, versículo 31, lo vuelve a tocar. No solo tengo confianza, debido a quién es mi Padre, si no que tengo confianza debido a mi fe en Él. “No os afanéis, pues, diciendo, ¿qué comeremos o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas”. Como puede ver, ese es el mundo. Está allá afuera, peleando allá en la jungla, para asegurarse de que encuentren lo que buscan. Nosotros no. Su Padre celestial sabe que tenéis necesidad de esas cosas. ¿No es eso maravilloso? Él sabe exactamente lo que usted necesita.

Entonces, su tarea es buscar primeramente el Reino de dios y Su justicia, y todas estas cosas, ¿qué? Os serán añadidas. No estoy afanado por lo que yo como, por lo que bebo, por lo que me visto. ¿Por qué? Porque eso es típico de los incrédulos. Ellos están preocupados por eso. Es innecesario para mí, debido a la generosidad de Dios. No tiene sentido, debido a la promesa de Dios. Es inútil, debido a la incapacidad del hombre, y muestra una falta de fe. No es característico de la fe cristiana, el preocuparse por eso.   

Simplemente, quiero ver a Dios operar. Y, como le he dicho en años pasados, ¿en qué cree usted? De tal manera que cuando Él lo hace, usted le da todo el crédito. Hombre, algunos de nosotros estamos tan aislados, en contra de que Dios haga algo, porque tenemos toda área cubierta. ¿Dónde está su vulnerabilidad, en donde Dios puede operar? Dios opera. Y, le voy a decir una cosa, hay un Dios que ama, y cuida de los suyos, y que se muestra a sí mismo fiel, en lo que Él quiere hacer. Y, si Él no tiene a muchas personas así en Grace Church, Él va a encontrar a alguien más con quien hacerlo. Y, vemos por fe la mano de Dios. Y, así es como es en la vida, y es lo que hace emocionante el vivir por fe.

¿Los paganos? Oye, están en oscuridad total. No tienen conexión alguna con Dios, y por lo tanto están acumulándolo para sí mismos. No nosotros. Nosotros no. Algunas personas creen que el materialismo es un pecado trivial. No. El materialismo es uno de los pecados más terribles, escandalosos. Le voy a decir por qué. Porque le da un golpe a la naturaleza y la promesa de Dios. ¿Entiende usted eso? Es un pecado devastador, en contra de la naturaleza de Dios como proveedor, y la promesa de Dios, quien dijo que Él va a cuidar de los suyos. Los gentiles buscan con todas sus fuerzas – es una frase enfática ahí en el versículo 32. Realmente buscan, están consumidos con lo material, la gratificación. No nosotros. No nosotros.

¿Qué buscamos? Bueno, en primer lugar, sabemos que nuestro Padre sabe que tenemos necesidad de todas estas cosas. Él sabe que necesitamos comida. Él sabe que necesitamos ropa. Él sabe que necesitamos cuidar de nuestras familias. Él sabe todo eso. Más nosotros buscamos primeramente el Reino, y Él añade todo eso. Así es como debe vivir. Entonces, usted no ama el dinero, ama a Dios. Usted no busca el dinero, usted busca a Dios. Usted no busca ser rico, usted busca hacer su mejor esfuerzo. Él sabe que usted tiene necesidad de estas cosas.

Y después, finalmente en el versículo 34, y regresaremos al versículo 33 en un minuto, simplemente para concluir. Pero, en el versículo 34, Él está diciendo, yo tengo confianza en Dios, debido a quién es mi Padre, debido a mi fe en Él. Y después finalmente, Él en cierta manera dice, debido a mi futuro. “Así que no os afanéis por el día de mañana”. No se preocupe por el mañana. “Porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. No se preocupe por el mañana, ¿por qué? Porque Dios es el Dios del mañana. Mañana va a ser lo que el mañana sea, pero, Dios será quien Dios es mañana, así como lo es hoy. Dios es el Dios del mañana, así como lo es el Dios del hoy. Las preocupaciones del mañana, estarán ahí mañana, y así también estará Dios, y quiero vivir para el hoy. Qué enfoque tan maravilloso a la vida.     

La preocupación por el futuro, debilita a la gente constantemente. Están preocupados, normalmente por lo que no ha pasado. ¿No es verdad? Normalmente están preocupados por lo que nunca sucederá. Y entonces, pierden el gozo de lo que podría pasar hoy, porque se han sentenciados a sí mismo, a una ansiedad por un futuro no existente. Él dice, el día de mañana traerá su afán”. El mañana, estará afanado por sí mismo. Cada día tiene suficientes problemas en sí mismo. Usted no necesita los problemas del mañana, añadidos a los de hoy. ¿Entiende eso? Pero, algunas personas no están satisfechas con los problemas de hoy. Quieren años de problemas, empujados al hoy. No sé por qué. Dios solo le da fortaleza, ¿para qué? Hoy. Sus misericordias son nuevas cada mañana. Grande es tu fidelidad. Lo cantamos, ¿no es cierto? A partir de Jeremías. No tiene sentido el preocuparse por el futuro. El temor es un mentiroso. El temor le miente acerca del futuro. No le dice la verdad. No afecte el presente, al preocuparse por el futuro.

Entonces, lo cuarto, es que usted debe tener la confianza apropiada. Usted confía en Dios, quien es su Padre. Usted cree en Él, usted deja que Él se encargue del futuro y usted vive para el día de hoy. Amados, ustedes no son huérfanos espirituales. Ustedes son los hijos de Dios. Él no lo ha abandonado a usted. Él está ahí. Él va a satisfacer toda necesidad.

Entonces, regresemos al versículo 33, y enfoquémonos finalmente en aquello para lo que debemos vivir. “Más buscad primeramente – esa es la prioridad – el Reino de Dios y su justicia”. ¿Qué quiere decir con eso? Bueno, en todo lo que usted hace, esa es su búsqueda. Estoy buscando el Reino de Dios. ¿Qué es el Reino? ¿Qué representa? Bueno, hay un sentido en el cual el Reino representa la conversión, entrada al Reino, es por gracia, a través de la fe. Y entonces, lo que Él está diciendo en primer lugar, es que buscamos entrar al Reino, si usted no está ahí. Estamos suponiendo quiénes son aquellos a los que les habla. Entonces, Él está diciendo, busquen la conversión de otros. Busquen la extensión del Reino. Busquen la expansión del Reino a través de la conversión.     

En segundo lugar, cuando Él dice, buscad el Reino, Él está diciendo, busquen cumplir los mandatos y demandas, y la naturaleza del Reino a través de su propio compromiso espiritual. Como dice Romanos 14:17: “El Reino de Dios no es comida y bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”. En otras palabras, principios espirituales, bendiciones espirituales, características espirituales. Entonces, buscamos el Reino al buscar la salvación de los perdidos, al buscar la extensión del poder del Espíritu, el gozo del Espíritu. Todos esos principios espirituales.

Y después, en tercer lugar, buscar el Reino significa esperar la venida de Cristo, en esa gran gloria milenaria, la cual invadirá el mundo, y va a traer lo que en última se volverá el Reino eterno de Cristo. Busque el Reino en todo sentido. Que toda su vida y su energía y su talento, y su tiempo, y todo su dinero, se enfoquen en la extensión del Reino. Ese es el punto. Y, después si Dios responde al darle mucho, darle poco, usted va a estar contengo, satisfecho, porque usted sabe que sus necesidades serán satisfechas. Él dice, si usted busca el Reino, todas estas cosas serán, ¿qué? Añadidas. Cuando alguien viene y me dice: “Hombre, no sé si tengo suficiente dinero para vivir”. Con frecuencia le voy a decir: “Bueno, quizás no es porque has estado dando lo suficiente”. Algunas veces la gente da un paso atrás y dice: “¿Por qué? No podría dar más”. Quizás la razón por la que usted no puede dar más, es porque no ha dado lo suficiente. Nunca se ha dado el privilegio de vivir bajo las promesas de Dios.

Bueno, quiero que el Espíritu Santo aplique esto a nuestros corazones individualmente, conforme pensamos y meditamos en esto. Inclinémonos en oración.

Padre, te damos gracias por la buena palabra que viene a nosotros, a partir del querido Apóstol Pablo, quien dice que debemos evitar el amor al dinero, porque es una raíz de todo tipo de mal. Te damos gracias por esa sabiduría, esa sabiduría inspirada por el Espíritu Santo, que nos recuerda que la gente que busca eso como un estilo de vida, está consumida con todo tipo de tristeza. Erran de la fe, son traspasados como carne con una espada, con su alma literalmente despedazada. Padre, ayúdanos a que nunca busquemos esas cosas que son tan insatisfactorias, si no que ayúdanos a amarte tanto, que lo único que busquemos sea la extensión de Tu Reino; para que nuestros recursos estén entregados a eso. Y, si Tú en tu gracia nos das un hogar cómodo, que lo usemos para tu gloria, y lo compartamos con otros. Y, si tú en tu gracia nos das ropa y un auto, y algunos de los beneficios de la vida, la capacidad de viajar, y de disfrutar algunas cosas especiales, que coloquemos en nuestros hogares, objetos de belleza, arte, retratos, fotos; ayúdanos a reconocer que la fuente de la belleza, la fuente del diseño viene de Ti, y que te demos la gloria por ello, y lo compartamos con otros, para que puedan también al disfrutar su belleza, vean la maravilla de la mente creadora de nuestro gran Dios. Señor, simplemente danos ese enfoque en todo.

Y Señor, ayúdanos a tomar nuestros recursos, y bajo el impulso del Espíritu de Dios, no hacer a un lado tu autoridad, conforme tú nos llamas a invertir en la eternidad, para que el Reino sea edificado. ¿Para qué más podríamos vivir? Y, después saber que Tú mano bondadosa y de gracia, la cual continuamente derrama en nosotros los beneficios de tu gracia dulce. Bendice a toda persona aquí, Señor. Hay unos que están luchando con esto, algunos que tienen mucho y están luchando con ser egoístas. Algunos que tienen muy poco y están luchando con que sus necesidades mismas sean satisfechas. Ayúdanos a todos, Señor. A nivel personal e individual, en esa relación íntima, que disfrutamos contigo, a buscar Tu voluntad, y esperar Tu provisión, y estar contentos con lo que tenemos, sea mucho o poco. Sabiendo que eres Tú el que nos has dado para Tu gloria. En el nombre de Cristo. Amén.

Usted ha escuchado a John MacArthur, maestro bíblico de Gracia a Vosotros. Para más información y acceso gratuito a todos los mensajes de John, así como una lista de libros, incluyendo la Biblia de estudio, visite la página web en gracia.org. Gracia a Vosotros y el pastor John MacArthur, se reservan toda protección y el derecho de autor, bajo la ley que esté vigente. La información de derechos de autor, está disponible en gracia.org. Que incluye instrucciones para limitar la duplicación de este archivo digital. Gracia a Vosotros, es una organización sin fines de lucro, dedicada a desarrollar recursos, desde las enseñanzas del pastor John MacArthur, las cuales ofrecen la verdad de las Escrituras.

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