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Tenemos el privilegio esta mañana de continuar en esta serie y vi el boletín El Día del Señor y vi que esta es la parte dieciséis y diecisiete. Nunca tuve la intención de que fuera tan larga, y me imagino que no tengo la intención de detenerme ahora. Entonces, vamos a seguir en este estudio de la anatomía de la iglesia.

Es tan maravilloso tener la enseñanza clara de la Palabra de Dios con respecto a la vida de la iglesia y lo que la iglesia debe ser. Estuve ahí en una librería grande ayer. Necesitaba ir ahí y firmar unos libros y hacer algunas cosas, y me encontré con algunos pastores que estaban agradeciéndome por esta serie, porque están recibiendo la suscripción de cintas semanales, y creo que quieren que siga, porque se lo están dando a su congregación y alentando a su congregación en esta misma área.

Estamos agradecidos porque la Palabra de Dios es tan clara acerca de lo que la iglesia debe ser, y claro, hemos estado hablando de la anatomía de la iglesia en términos muy específicos, en contraste a términos generales. Hablamos de las características específicas de la iglesia, que son estructurales o parte del cimiento para darle su forma. En cierta manera el esqueleto, la forma fuerte de la iglesia que le provee su rigidez, los asuntos no negociables. Y después hemos estado hablando de los sistemas internos del cuerpo en la anatomía de la iglesia, esas actitudes espirituales que llevan la vida de la iglesia. Y vamos a seguir hablando de eso en nuestra explicación esta mañana.

Pero antes de que hablemos de esto en la lista larga que podríamos tener de actitudes espirituales, simplemente a manera de comentarios generales, quiero hablar un poco acerca de la razón por la que creo que es tan importante reafirmar la naturaleza de la iglesia. Vivimos en un tiempo en la actualidad en el que hay una actitud en cierta manera indiferente hacia la centralidad de la iglesia. Y con eso quiero decir que hay tantas personas que no están realmente comprometidas con la iglesia. Están comprometidas con Cristo, están comprometidas con la verdad espiritual, de una u otra manera.

Y estaba pensando en eso conforme estaba sentado en esta librería enorme ayer. Y estaba viendo todo, desde cosas en cierta manera cristianas que usted coloca en su repisa, que tiene que desempolvar y limpiar. Ese tipo de cosas: marcos cristianos, poemas, playeras, cinturones, calcetines, usted dígalo. Cintas y discos, y CDs, y libros, y simplemente una cantidad de cosas al infinito. Y el lugar estaba lleno, como si fuera el supermercado local conforme la gente entraba y salía por los pasillos y estaba recogiendo todas sus cosas y me impactó que hay una mentalidad tan grande de consumidor en la iglesia que lleva a algunas percepciones interesantes y simplemente pensé en algunas, a manera de preparar un contexto para la importancia de nuestro estudio.

Me parece que en la actualidad tenemos una falta de compromiso por parte de la gente, por parte de la gente con la iglesia como tal. Y le voy a decir lo que quiero decir con esto. Tenemos una perspectiva de consumidor de la iglesia. En cierta manera es cómo lo ve la multitud en esta época en particular en la que vivimos en nuestra sociedad, la gente tiene el mismo compromiso con la iglesia que tiene con el centro comercial. Si hay algo que les interesa, van ahí.

Podrían incluso tener un intercambio financiero. Usted sabe, podrían dar un poco de servicio por los servicios que se prestan, si los servicios parecen satisfacer su necesidad. La gente no parece tener más compromiso con la iglesia que con el centro comercial. Ven y dicen: “Bueno, hay algo ahí que puedo conseguir”. Es una mentalidad de centro comercial. Realmente no hay responsabilidad. No hay rendición de cuentas que debo tener con la iglesia local, pero estoy dispuesto a ir ahí si me ofrecen algo.

Y la segunda cosa que yo diría es que, como un contribuidor a una falta de compromiso real con la iglesia, lo cual claro lleva una falta de entendimiento de la iglesia. No solo es la mentalidad de consumidor, sino la privatización de la espiritualidad, la privatización de la espiritualidad. Vivimos en una época que básicamente rechaza la autoridad como tal a favor de los derechos personales. No queremos someternos a la autoridad. Queremos asegurarnos de que tenemos el derecho personal de hacer y ser y creer y actuar como queremos. Ese es una especie de valor en nuestra sociedad.

Los derechos personales dominan a nuestra sociedad, y los derechos personales contribuyen a una privatización de la espiritualidad. Y con eso quiero decir que yo soy la persona que va a definir para mí lo que mi vida espiritual va a ser. Voy a escoger, voy a ensamblar mi propio cristianismo, y con una proliferación de cintas y libros y programas de radio y televisión cristiana y todo esto, no hay fin para las alternativas. Usted puede formular cualquier tipo de cristianismo que usted quiere. Usted puede escoger de quince posturas diferentes del cristianismo y ensamblar la suya.

En cierta manera es una mentalidad de Burger King. Hágalo a su manera. Y usted tiene la individualización, la privatización de la espiritualidad y el cristianismo. Y en cierta manera, se une de acuerdo con el capricho de cualquier individuo. Y la idea es que mi relación personal con Jesucristo trasciende cualquier vida colectiva que una iglesia pueda tratar de imponerme o hacerme responsable.

También creo que en esta época en la que vivimos hay un contribuyente triste pero real a la falta de interés en la iglesia, y es una decepción con el liderazgo de la iglesia. El cristianismo está lleno de personas que han sido lastimados profundamente y heridos por líderes de la iglesia, y eso contribuye a su distancia de la iglesia, y contribuye a su indiferencia a someterse a la autoridad de maestros y líderes. Se rehúsan a hacer eso porque han sido expuestos en el pasado a pastores falsos y maestros falsos y líderes falsos que no eran santos en su conducta o no eran santos en su enseñanza, o ambos.

Y algunos de ustedes caen en esa categoría. Han guardado su distancia. Están aquí pero no están integrados en la vida de la iglesia, y quizás es porque han sido expuestos a predicadores que de manera encubierta metieron herejía. Siempre lo hacen de manera encubierta, y le dicen que le están enseñando a usted la Biblia, o tienen algo que Dios les ha dado que digan, pero básicamente son antibíblicos y usted ha sido expuesto a eso, y usted ha llegado a entender, y su nivel de confianza ha sido afectado severamente por esto.

Quizás incluso ha sido explotado por ciertos líderes por ganancia personal. Mientras que están pidiéndole que usted haga sacrificios están enriqueciéndose a expensas de usted. También es posible que usted ha estado bajo liderazgo que se involucró en apetitos sexuales, y como el Nuevo Testamento dice: “Con sus ojos llenos de adulterio”, y destruyeron su confianza al haberse involucrado en pecado sexual que llegó a ser sacado a la luz y eso continúa siendo una realidad triste, triste.

Ha sido expuesto a líderes que no conocían mucho de la Biblia y que lo traicionaron a usted porque no lo alimentaron como debía haber sido alimentado usted. Contribuyeron a su debilidad espiritual en lugar de contribuir a su crecimiento espiritual. Quizás pudo haber sido expuesto a maestros que eran autoritativos, o pastores que querían dominar su vida. Quizás se sentó bajo personas que tenían cierta capacidad de oradores, pero no dijeron nada de valor. Y en cierta manera interpretó la iglesia a la luz de esas cosas. Quizás estuvo en una congregación de personas donde había varios hipócritas, donde había poco de lo que Dios parecía estar haciendo, en donde había una falta de poder, y todas estas cosas contribuyeron a algo, a una especie triste de distancia que la gente ha incorporado en su vida y se ha distanciado de la iglesia.

También quiero añadir una cuarta, y eso me lleva a lo que quiero decirle esta mañana. Creo que otra cosa que contribuye a la indiferencia de la gente hacia la iglesia es algún tipo de expectativa de perfección que realmente no es realista. La expectativa de que la iglesia debe ser todo lo que la Biblia dice todo el tiempo sin fracaso, lleva a la gente a cierto tipo de decepción. La gente deja una iglesia maravillosa, una iglesia buena, saludable, un ministerio sano, debido a alguna debilidad percibida o alguna debilidad real, o alguna debilidad real o algún fracaso percibido o fracaso real, o alguna decepción, y se alejaron.

Oigo de personas, y siempre me es sorprendente que piensan: “Bueno, vamos a dejar Grace y vamos a salirnos los cuatro, vamos a comenzar con nuestra nueva perfección porque encontramos una falla ahí”. Es triste pensar en eso, pero eso no es raro. Con frecuencia me pregunto, ¿qué habrán hecho en la época del Nuevo Testamento? En donde había una iglesia por ciudad y eso era todo. Tantas personas en tantos lugares en el mundo darían cualquier cosa por tener una buena iglesia, una iglesia noble, un lugar en donde la Palabra de Dios es sostenida en alto de manera fiel; y, sin embargo, algunas personas, de manera necia, no consideran eso y el valor de eso a favor de algo mucho menor.

Si usted encuentra una iglesia comprometida con la enseñanza verdadera de la salvación, encuentra una iglesia que cree en la inerrancia de la Escritura, encuentra una iglesia que interpreta Génesis 1 al 11 históricamente y literalmente, usted encuentra una iglesia donde Jesucristo es presentado como el único camino al cielo, y que Él es tanto Salvador como Señor, si encuentra una iglesia que cree en el nacimiento virginal de Cristo, su muerte sustitutiva en la cruz, su resurrección corporal y regreso corporal para establecer su reino, encuentra una iglesia que está comprometida con el liderazgo masculino según las Escrituras, que cree en un infierno literal, una iglesia que ejerce disciplina de la iglesia, proclama doctrina sana, ama a la gente, evangeliza a los perdidos y discipula a los salvos; y cuando la encuentre, agradézcale a Dios que la encontró, y entregue su vida a ese lugar, y no tenga expectativas no realistas de perfección.

Y lo peor de todo, no crea que usted es digno de la perfección. Me parece triste que la gente no se involucre en la iglesia, la única institución que el Señor jamás edificó. Me entristezco por esta mentalidad de consumidor que ve a la iglesia como que está vendiendo algo, y si usted quiere comprarlo va y lo compra, pero si realmente no le interesa va a otro lugar o a ningún lugar. Me entristece la privatización de la espiritualidad en donde tenemos a personas que ensamblan sus propias vidas espirituales en algún tipo de manera controlada solo por sus propios deseos. Me entristece la falta de afecto de la iglesia hacia el liderazgo debido a la tragedia terrible de pecado entre los líderes de la iglesia. Me entristece eso.

También me entristecen personas que establecen expectativas no realistas de lo que una iglesia debe ser y esperan perfección, y cuando no la encuentran tienen un compromiso tibio o menos que eso con la iglesia. Esta es la iglesia, y nuestro Señor Jesús es la cabeza de ella, y Él la está edificando, y es su cuerpo, y Él nos ha llamado a ser parte de ella, y si usted no es parte de ella usted es desobediente. Usted está dejando el congregarse, aunque a usted se le manda no hacer eso. Usted debe estar junto con el pueblo de Dios porque usted debe estimular a otros al amor y a las buenas obras.

Y a usted se le debe recordar que la iglesia se congrega para el partimiento de pan y las oraciones, y para comunión y la doctrina de los apóstoles, y en ese ambiente el poder de Dios opera. O a usted se le recuerda que, si usted es indiferente a la iglesia a cualquier grado, nos lleva a cuestionar si usted es cristiano o no, porque los cristianos son conocidos según 1ª de Juan 3:14 porque aman a los hermanos, y un amor a los hermanos resulta en el anhelo de estar con aquellos que son de una fe igualmente preciosa. Y los cristianos también son conocidos porque creen en la Palabra de Dios y la hacen. Jesús dijo: “y aman, les encanta someterse a la palabra de Dios y obedecerla”.

Es algo muy peligroso aislarse del pueblo de Dios, y es un factor vital de indicación del corazón si usted no es fiel. Proverbios 18:1, “El que se separa a sí mismo busca su propio deseo”. Es muy claro. Cuando alguien es infiel a la asamblea de los santos, infiel a la adoración de Dios, y la comunión, y el partimiento del pan, y el oír la doctrina de los apóstoles, es porque tienen otros deseos personales que son mucho menos nobles que aquellos que caracterizan al cristiano devoto.

Lo estoy llamando a la fidelidad a la iglesia, lo estoy llamando a la actitud del salmista, quien en el Salmo 122 dijo: “Estuve contento cuando me dijeron vayamos a la casa de Jehová”. Debería haber un gusto en el pueblo de Dios, los que son parte de su iglesia. Estamos hablando de la iglesia, y lo que la iglesia debe ser, y la actitud que le quiero presentar esta mañana, otra de esas actitudes espirituales, esas actitudes espirituales en el interior de la iglesia, en donde fluye su vida, es la actitud del contentamiento. El contentamiento.

Hemos hablado de las actitudes espirituales, de la de fe, amor, humildad, unidad, compasión, perdón, gozo, gratitud, y hemos hablado de cuán esenciales para la vida de la iglesia son esas actitudes espirituales, porque llevan la vida de la iglesia. Son los órganos internos en el cuerpo de Cristo, mediante los cuales la vida fluye y genera ministerio, y una de esas actitudes esenciales es la actitud del contentamiento. El “contentamiento”, qué palabra tan rica. Significa “estar satisfecho”. Estar satisfecho. Y como dije en la pequeña introducción que di, hay tantos cristianos que no están satisfechos, no están satisfechos.

Ahora, eso está siendo alimentando hoy día, y eso está siendo alimentando a un nivel enorme. Oímos de todos esos ministerios que son dirigidos a necesidades percibidas. Y estaba leyendo un libro esta semana, y es un libro relativamente nuevo que tiene un cuento realmente revelador. Es un proyecto de investigación de toda la iglesia que es amigable con el consumidor que está diseñada en torno a necesidades, y con la ayuda de personas que han comenzado ese movimiento siendo entrevistados en profundidad en un período de dos y medio años. Afirman que lo que motiva a su ministerio es llevar a la gente a una satisfacción personal, a reconocer que la gente no está satisfecha y necesita estar satisfecha y estar realizada.

Bueno, eso puede oírse bien al principio, pero cuando usted estructura un ministerio que está diseñado a abordar a la gente en base a una falta de satisfacción, y diseñar todo en torno a eso, y mediante eso acercarlos a Cristo, usted ha vendido a todo mundo la satisfacción personal como una meta viable. Y cuando usted tiene a esas personas y las ha acercado a Cristo, todavía van a estar consumidos con la pregunta de que están satisfechos o no. Usted les ha prometido que Jesús los va a satisfacer, y no sé usted, pero hay muchas cosas en la vida, incluso en Cristo que, desde el punto de vista de la comodidad humana, no son muy satisfactorias.

Como un escritor dice: “Al esforzarse por identificarse con esta persona que no es de la iglesia, identificar todas sus necesidades y escoger su necesidad para estar satisfecho, al esforzarse a moverlo del mundo de la iglesia, usted acaba de mover la iglesia al mundo porque ha redefinido su necesidad más grande, como la satisfacción personal.”

Ahora, usted tiene una iglesia llena de personas que se le ha enseñado que lo más importante es la satisfacción personal definida en términos humanos. Qué situación tan trágica tener que enfrentar eso. Entonces en nuestra sociedad constantemente se nos está vendiendo que estamos insatisfechos. Así es cómo opera el mundo de la publicidad. Es que usted esté insatisfecho, que no esté contento, y hacer que su satisfacción personal sea lo más importante en su vida. La realidad es que no importa en absoluto. Nada en este mundo que se va a quemar, nada en este mundo pasajero realmente debe estar ligado a nuestro contentamiento, a nuestra satisfacción. Nada. Y vamos a hablar de eso esta mañana.

El contentamiento es una palabra bíblica. Pablo dijo en 1ª de Timoteo 6:6: “La piedad con contentamiento es gran ganancia”. Y después, en el versículo 8 Pablo dijo: “Teniendo sustento y abrigo estemos contentos”. El escritor de Hebreos en el capítulo 13, versículo 5 dijo: “Estad contentos con lo que tengáis, porque Él dijo: Nunca os dejaré ni os desampararé.” Entonces la Biblia habla mucho del contentamiento, y básicamente nos manda a estar contentos. Es otra de esas actitudes espirituales esenciales en la vida de la iglesia. Usted necesita estar contento. A usted se le manda estar así.

Bueno, conforme pensé en esa actitud maravillosa, esa actitud maravillosa que debe permear nuestras vidas, me pregunté en dónde en la Escritura encontraría esta ilustración, la más importante de eso, y la encontré fácilmente al primer lugar al que fui, Filipenses, capítulo 4.

Acompáñeme a Filipenses, capítulo 4. Ahora, conforme el apóstol Pablo escribe esta epístola a los Filipenses, usted necesita conocer un poco de sus circunstancias. En el momento en el que él está escribiéndola es un prisionero. Él es un prisionero. Él está en la ciudad de Roma, la gran metrópolis del imperio romano, y debido a su predicación del Evangelio que ha producido tantos problemas entre los judíos y los gentiles, él ha terminado como prisionero. En cierta manera es un encarcelamiento modificado, porque tiene cierta privacidad en lugar de estar en el calabozo con el resto de la gente. Aparentemente hay cierto tipo de ambiente privado, en el que él está encadenado a un soldado romano.

Ahora, sabemos que él fue encarcelado en la prisión sucia, probablemente en la prisión Mamertina, la cual todavía es visible si usted va a Roma. Pero en esta ocasión en particular, parece como si estuviera encarcelado en un ambiente privado en el que está en condiciones algo difíciles, encadenado a un soldado romano. Él está en aislamiento de sus amigos, de la gente. Él no puede salir y entrar como él quisiera. Él no puede predicar y ministrar. Él ha perdido toda la libertad y él ha perdido la privacidad, continuamente encadenado a un soldado romano. Él solo tiene lo necesario para vivir, lo mínimo de alimento y bebida y ropa.

Él está afligido, con la dificultad de estar cautivo, y en ciertas maneras estar encadenado a una persona sería peor que estar en una celda en una cárcel o incluso en una celda llena de prisioneros. Él solo tiene lo necesario en su vida. En ciertas maneras esta es la peor condición humana posible. Solo unos cuantos amigos ocasionalmente pueden encontrarlo y tener comunión con él. Él está en esta condición esperando un juicio ante Nerón, un juicio que podría terminar en su ejecución. Él sabe eso. Él ha sido privado de toda comodidad humana. Él es un hombre solitario, por así decirlo, en términos humanos. Todo movimiento de su mano conforme escribe hace que se mueva la cadena a la que él está, con la que está encadenado al soldado. Es en ese ambiente que leemos Filipenses 4:11.

“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación”. Qué lección tan bendita para ser aprendida. Usted no tiene eso sin aprender. Hay un proceso para aprender el contentamiento. Aquí está en esta condición horrible. Aislamiento, sin privacidad, encadenado, encarcelado, y él dice: “He aprendido a contentarme”. Aquí está la descripción de hombre un contento. Este es, y este el tipo de hombre del que necesita aprender, porque este es un hombre sin nada, absolutamente nada.

En primer lugar, quiero señalar que no él no conocía nada de una mentalidad de víctima. Él no conocía absolutamente nada de una mentalidad de víctima. Él no tiene nada que decir de la dificultad de su encarcelamiento. Él no tiene nada que decir del proceso judicial injusto al que ha sido expuesto. Él no tiene nada que decir del odio inmerecido de los judíos, o de la hostilidad inmerecida de los gentiles. Él no tiene nada que decir de sí mismo, que fue maltratado, abusado, etcétera. Él no conoce nada acerca de ser una víctima.

Hombre, en nuestra sociedad eso está muy lejos de la mentalidad de la actualidad, ¿no es cierto? En donde todo mundo es una víctima de todo. Es simplemente increíble cuánta prisa tenemos por identificarnos como víctimas. La palabra “contentarme” aquí, una palabra muy interesante, significa básicamente “tener lo suficiente”. Una palabra simple, tener lo suficiente. De hecho, Lightfoot, el gran comentarista griego, dice que se refiere a alguien que no necesita nada de ayuda, se refiere a alguien que no necesita nada. Y cuando usted ve a Pablo y dice, “bueno, aquí hay un hombre que no necesita nada”, por la definición de la actualidad eso sería ridículo. Él no tiene nada, pero no necesita nada. Ahora, eso es contentamiento. Eso es contentamiento absoluto. Tener nada y no necesitar nada.

“He aprendido,” dice él. “He aprendido a contentarme”. En el versículo 12 lo vuelve a decir. “Estoy enseñado”. “Estoy enseñado”. De nuevo él usa este verbo “enseñar”. En el griego es un verbo que se refiere a “ser iniciado en.…” Era usado, por ejemplo, de la iniciación en los secretos de las religiones misteriosas. Es para ustedes, alumnos de griego, “mueo”.  Algunos de ustedes me siguen en su Nuevo Testamento griego. “Mueo” significa “iniciar en los secretos internos de alguna religión.” De hecho, solían decir en los tiempos antiguos que una persona era un iniciado. Esto significa que estaban aprendiendo los secretos internos de su religión.

Pablo dice: “He aprendido el secreto, he sido iniciado, he aprendido a cómo estar contento.” Ese es un secreto que no conoce la mayoría de la gente, y francamente esta es una de las dificultades que usted debe soportar en nuestra sociedad. Entre más tiene usted, más difícil es aprender esta lección. Es mucho más fácil para la gente que no tiene nada. Es mucho más fácil para la gente en la India aprender a estar contentos de lo que es para nosotros, porque definimos la vida tanto en términos de lo que tenemos. Estamos tan acostumbrados a estas cosas. Pablo dice: “Estoy enseñado”.

Ahora, la pregunta que viene a mi mente es: ¿Cómo aprendes esto? ¿Cómo puedes estar tan satisfecho? ¿Cómo puedes llegar al lugar en tu vida en donde dices “no tengo nada y no necesito nada”? ¿Cómo puedes llegar ahí? ¿Cómo puedo aprender esa lección? ¿Cómo puedo ser iniciado en el contentamiento? ¿Cómo puedo dejar de estar en esa montaña rusa que sube y baja dependiendo de cómo las cosas van? ¿Cómo puedo superar el ser maltratado por mi cónyuge o mi familia, mis papás, mis amigos, mi jefe, mi maestro, mi profesor que me dio una calificación baja?

¿Cómo puedo estar por encima de sentirme como una víctima, como que no estoy recibiendo lo que es justo y lo que es correcto, y cómo puedo elevarme por encima de eso y decir, “oye, no tengo nada y no necesito nada, yo tengo lo suficiente, estoy contento, no tengo ninguna necesidad”? ¿Cómo puedo subirme a esa especie de avión y simplemente quedarme ahí y no subir y bajar dependiendo de cómo las cosas van en mi mundo? Bueno, vamos a descubrirlo en este pasaje. Hay cinco principios que usted debe aprender si va a estar contento. Cinco principios. Son los secretos del contentamiento, y cuando usted los aprenda, usted pasará al contentamiento.

Número uno: Confíe en la providencia de Dios. Confíe en la providencia de Dios. Ahora, esto solo se hace referencia aquí, pero creo que de una manera maravillosa. Confíe en la providencia de Dios. Tenga confianza en la providencia de Dios. Permítame decir algo acerca de la providencia. La “providencia” es un término que ha sido usado por los teólogos por años para describir el hecho de que Dios usa todo para su propia voluntad. Eso es lo que significa. Significa que Dios toma los millones de contingencias que ocurren en el universo y de todas ellas hace que se cumpla su voluntad de manera perfecta.

Y como lo he dicho en el pasado al hablar de la providencia, la providencia para mí es un milagro más grande que un milagro. Si Dios tan solo detuviera el proceso normal de las cosas e inyectara un milagro, Él podría hacer lo que él quisiera y usted podría entender eso. Él tiene gran poder. Él creó cosas, de tal manera que puede detener los procesos normales de la operación normal, natural, de la manera en la que el mundo funciona, y simplemente inyectara un milagro.

Pero lo que hace en la providencia es dejar que todas esas contingencias se lleven a cabo, millones de personas tomando millones de decisiones, haciendo millones de cosas, y los demonios y todas las huestes de Satanás operando en su propio sistema. Y después tiene usted a todos los factores físicos en un universo físico, toda la complejidad de esos millones de millones de contingencias, y Dios con ellas, mezclándolas de manera perfecta juntas, crea sus propios propósitos y hace que se cumpla lo que Él quiere.

Eso va más allá de la imaginación para mí. Usted coloca unos cuantos componentes en mi vida y me confundo, y no puedo ir a donde voy si hay demasiados componentes. Es demasiado complicado. Con frecuencia he pensado que es inteligencia, y esta es una definición puramente no profesional. La inteligencia para mí, conforme se incrementa, es la capacidad de enfrentar, de manejar mayor y mayor complejidad. Muy bien. Realmente la gente realmente torpe, simplemente la gente común y corriente, del diario, no es demasiado inteligente, no puede manejar demasiadas cosas que son complejas.

Pero conforme usted siga ascendiendo por la escalera de coeficiente intelectual, entre más sube usted, más complejidad puede manejar la gente. Pero cuando usted, llega la gente extraña, usted sabe que está ahí arriba del 175 y hacia arriba, pueden manejar muchísimas complejidades, pero no pueden encontrar calcetines que combinen. Usted conoce a esas personas. Bueno, incluso cuando usted llega allá arriba hay un fin para lo que pueden manejar. Pero cuando usted está hablando de Dios está hablando de un nivel de genio, está hablando de una mente que puede manejar todas las complejidades existentes en el universo y unirlas en un plan perfecto para cumplir de manera absoluta su voluntad.

Estoy hablando de algo que es absolutamente inescrutable, dicho de manera suave, y esa es la razón por la que usted no entiende todos los asuntos teológicos, porque su cerebro no tiene la capacidad. La mayoría de nosotros mucho antes de que lleguemos hasta el 175. Por cierto, el coeficiente intelectual promedio es de 100. El coeficiente intelectual promedio de los egresados de universidad de 120, 125. Entonces, nos va muy bien entendiendo las cosas que entendemos en este mundo, pero jamás nos acercamos a la inteligencia de Dios.

Hubo una pequeña circunstancia que Dios hizo que entrara en el programa de la vida de Pablo. Ver versículo 10. Él dijo: “Pero me he regocijado en el señor mucho”. Él dijo: “Me he regocijado, por esta razón, porque ahora han revivido su preocupación por mí. De hecho, estaban preocupados antes, pero no tenían la oportunidad de hacerlo”.

Ahora, ¿por qué se está regocijando Pablo en el Señor? ¿Por qué no le está agradeciendo a los Filipenses? ¿Por qué no está diciendo “quiero agradecerles por lo que hicieron”? Él se está regocijando en el señor porque él sabe quién cumplió todo esto. Aquí la situación, si puedo de cierta manera pintarle el retrato un poco. Durante diez años la iglesia filipense nunca le había enviado a Pablo nada de apoyo. Él básicamente era un predicador itinerante que trabajaba y estaba a cargo de su propia vida lo mejor que podía, pero una vez que usted llegaba a la cárcel, una vez que era encarcelado es un poco difícil. Durante diez años la iglesia filipense no había podido enviarle apoyo. Cuando usted entra en esa historia un poco, durante esos años, esos diez años y pregunta “¿por qué?” hay dos respuestas que surgen. Una, porque eran pobres y apenas tenían lo suficiente para ellos.

Ahora, recuerde, fueron diez años antes de la Escritura de Filipenses que Pablo había ido a la ciudad de Filipos, y él primero fue a esa sinagoga. Realmente no era una sinagoga, era un grupo de judíos que se reunían ahí en el río, junto al río. No eran suficientes para comenzar una sinagoga, e iban ahí y había algunos hombres y mujeres junto al río, y eran judíos y estaban hablando de Jehová, y él fue y se reunió con ellos. Y recuerda cómo va la historia, él predico el evangelio y después alguien poseído por demonios vino y satanás trató de cooperar con Dios para ganar algo de terreno, y Pablo echó fuera al demonio de la niña, no quería publicidad de satanás.

Y después recuerda lo que pasó, eventualmente predicó Pablo el evangelio en la ciudad de Filipos, fue encarcelado y mientras que él estaba en el cepo, él y su amigo Silas estaban cantando alabanza a Dios en medio de la noche, vino un terremoto, rompió los muros de la cárcel, abrió las rejas. Recuerda que el carcelero fue convertido y una iglesia fue plantada en Filipos. Diez años han pasado desde ese entonces. Diez años desde que Hechos 16 registra esa historia increíble.

Y Pablo dice en el versículo 10: “Me regocijé en el Señor grandemente, que ahora al fin han revivido su preocupación por mí. De hecho, estaban preocupados antes, pero carecían de oportunidad. Durante esos días nunca tuvieron el kairos”. Esa es la palabra oportunidad, la temporada. No sabemos el porqué de manera específica, pero ciertamente fue en parte debido a su pobreza. Hubo persecución en contra de Pablo en esa ciudad, y ciertamente había algo de dificultad para esa joven iglesia en esa ciudad. Pero incluso más allá de eso era inaccesible Pablo.

Él siempre estaba moviéndose y quizás fue difícil encontrarlo; y, en segundo lugar, él estaba ocupado ganándose la vida conforme trabajaba con pieles. Pero recientemente él, claro, se colocó en una situación donde no había manera de ganarse ya la vida, y sus necesidades eran grandes, y era en ese momento tan apropiado, diez años después de que había comenzado esa iglesia, que revivieron su preocupación por él. Y a lo que se está refiriendo aquí es que le enviaron una ofrenda. Le enviaron una ofrenda. Le enviaron algo para cuidar de él. Pudo haber sido ropa, alimento. No estamos de qué fue específicamente, pero se le envió un regalo, una ofrenda.

Verá ahí, en el versículo 16, aún en Tesalónica, “me enviaron una ofrenda más de una vez”. No que busque la dádiva. Entonces aquí recientemente han comenzado a satisfacer sus necesidades. Le enviaron algunas ofrendas a Tesalónica, y ahora la situación en la que está en la prisión en Roma, le han enviado otra vez ofrendas. Están comenzando a poder hacer eso, y él Señor está haciendo que suceda en el momento de gran necesidad de Pablo. Por cierto, el término “revivir” aquí, ahí es una palabra, para que lo entienda, de agricultura. Tiene que ver con algo que florece. Y él está diciendo: “Su preocupación ha florecido. Su preocupación ha florecido, y habían estado preocupados antes, pero no habían tenido la oportunidad o la capacidad que ahora tienen, y esa es la razón por la que me regocijo en el Señor grandemente”.

Como pueden ver, él sabía que era verdad lo que dijo el escritor de Hebreos, que nunca se tiene que preocupar por nada fuera de estar contento, “porque nunca te dejaré ni te desampararé”. Digo, él sabía que Dios estaba ahí. Él sabía lo que Proverbios 16:9 dice: “El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos”. Él sabía lo que Proverbios 19:21 dice: “Muchos son los planes en el corazón del hombre, pero el consejo de Jehová permanecerá”.

Pablo sabía que no tenía que resolver todos los problemas, porque como él dijo en Filipenses 2:13, “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Él sabía que su vida estaba en manos de Dios. Él conocía el antiguo testamento. Él conocía la providencia de Dios en la vida de José. Sus hermanos lo vendieron como esclavo, y el hecho de que José terminó en Egipto, se volvió primer ministro y eso preservó a Israel. Él conoció la historia de Ester, cómo Ester fue colocada en el palacio de un rey pagano para detener una conspiración que habría sido genocidio y habría acabado con el pueblo judío. La providencia de Dios. Ustedes ni siquiera leen el nombre de Dios o la palabra Dios, o no hay referencia alguna a Dios en el libro entero de Ester. Él de manera invisible está haciendo su voluntad providencialmente en todo versículo.

Usted recuerda la historia de Rut y cómo Dios providencialmente llevó a cabo su obra a través de su historia increíble para traer la línea de David y en últimas al Mesías. Dios operando con todos esos millones de contingencias, y Pablo conocía todo eso. Él lo sabía a partir de su entendimiento de la Escritura, lo sabía de su experiencia, y él había aprendido que Dios estaba en control de todo.

Ahora, hay un segundo principio que usted debe aprender. No solo la providencia de Dios, que el tiempo y el lugar, cuando es necesario Dios actuará, sino que en segundo lugar usted no solo necesita confiar en la providencia de Dios, sino estar satisfecho con poco, estar satisfecho con poco. Esto no es fácil. Estaba leyendo una carta esta mañana entre los servicios —no, de hecho, en casa antes de irme—, de un misionero que acababa de llegar a un área muy primitiva en África, habiendo dejado Estados Unidos y ahora se estaba embarcando en sus primeras semanas en la vida en África.

En la carta estaba diciendo: “Supongo que te estás preguntando cómo encontramos África”. Y durante dos páginas dijo: “Esto es lo que nos ha parecido difícil.” Y él hace una lista de lodo y caminos con baches, y sigue acerca de esto: “El lugar necesita pintura, solo hay agua fría”. Y sigue: “Ora por nosotros, ora por nosotros”. Y puedo entender eso. Aquí hay personas que no están acostumbradas a poco. Es una transición muy grande, tratar de entender cómo es que van a vivir con eso, mucho menos como van a alcanzar al país con el mensaje de Jesucristo. Es difícil para nosotros en esta sociedad. Esta es una de las plagas de la prosperidad.

En versículo 11 es en donde encontramos este principio: “No lo digo porque tenga escasez”. Pablo quiere aclarar algo aquí. Él se está regocijando en el Señor porque los filipenses, en el momento apropiado, han satisfecho sus necesidades, no debido a sus necesidades personales, sino porque él dice: “He aprendido a estar contento en cualquier circunstancia en la que esté. No es que, no es que me estoy regocijando por mis necesidades, miren yo estoy contento de cualquier manera, no tengo ninguna necesidad; digo, me estoy regocijando en lo poco que me dieron, pero eso es suficiente para mí, no necesito más; no porque de pronto mis anhelos están siendo satisfechos; solo necesito lo básico, y a través de ustedes el Señor las ha provisto, y confío que siempre lo hará, providencialmente; pero no es porque necesito más”.

¿Puede imaginarse si alguien dijera esto hoy día? “No tengo necesidades, no tengo necesidades”. Eso es muy difícil para nosotros, en esta mentalidad de consumidor decirlo, ¿no es cierto? “No tengo ninguna necesidad, no necesito nada, no hay nada que necesite”. Y tenemos tanto más que el apóstol Pablo, quién dijo: “No hay nada que necesite”. Digo, hace unos años atrás, usted sabe, explotó el evangelio de la prosperidad. El evangelio de la prosperidad no duró mucho, porque los pobres se volvieron más pobres dando su dinero a los predicadores de la prosperidad.

Entonces, el evangelio de la prosperidad tuvo una vida corta. La gente no se enriqueció. No salió así. Es como una pirámide, usted sabe, solo los de arriba de enriquecieron. El evangelio de la prosperidad, en cierta manera, se fue y está en cierta manera desapareciendo, y en su lugar ha venido la teología de las necesidades. Tenemos muchas necesidades y todos somos víctimas, y todos hemos sido golpeados y amartillados, entiende, y la vida no es justa. Como ese caso en la corte, el que oí, donde la corte le concedió a un empleado 11.2 millones de dólares, porque otro empleado le dijo algo que él interpretó como algo, un ataque racial.

Ahora, no creo que usted debe hacer eso, pero alguien le dijo a esta persona algo que él interpretó como un ataque racial, lo cual no es apropiado hacerle a nadie, y la corte le concedió 11.2 millones de dólares. Y me dio gusto ver que esta semana otro caso revertió eso y dijo: “Oye, así es la vida”. Así es la vida, ¡por favor! ¿Cree usted que va a vivir la vida y va a demandar a toda persona que usted percibe que está haciendo de usted una víctima porque le dijo algo no amable? Así es la vida, este es el mundo. Estuve agradecido por ese juez. No sé nada de él, pero alguien ahí afuera con un poco de sensatez en medio de esto.

Pero tenemos una nueva teología que depende de la necesidad, y la idea es que tengo todas estas necesidades y más vale que Dios satisfaga mis necesidades, y más vale que Jesús satisfaga mis necesidades, y hombre, tengo que estar satisfecho y necesito estar realizado, y necesito ser exitoso, y necesito florecer en mi negocio, necesito que mi matrimonio sea lo que debe ser, y hombre, cuando usted va por ese camino es un camino al desastre. Y al leer de esta iglesia, esto de que es amigable al buscador depende del cimiento de la satisfacción personal, lo que ha pasado es que tienen a miles de personas en su congregación cada año buscando psicoterapia.

¿Por qué buscan psicoterapia? Porque se les ha dicho que cuando entras en este asunto cristiano vas a estar satisfecho y se van a satisfacer tus necesidades, y están viviendo en una sociedad que les dice que no hay fin a sus necesidades. Entonces tienen que salir corriendo y se les tiene que arreglar la vida. Alguien tiene que estar ahí para decirles: “Tú solo eres una víctima, pobre, pobre de ti”. Eso es algo trágico. La necesidad más grande que usted y yo tenemos es escapar del infierno, y necesitamos adorar al Dios vivo y verdadero. Realmente no importa si tenemos algo en esta vida o no.

¿Y sabe una cosa? Y tenemos tanto. Digo, somos tan ricos, y está bien. Dios nos ha bendecido, y cubrimos en nuestro estudio de 2º de Corintios, y está bien, usted lo puede tomar, simplemente tiene que estar dándose cuenta de que lo necesita. Digo, entre más recibe usted más sabe que no lo necesita y poco después ya ni siquiera lo quiere. Cuando la gente dice: “Quiero darte una ofrenda”, me dicen a veces “yo quiero darte”. Y yo digo: “Mira, si no me lo puedo comer, si no es combustible, no me lo des. Si no lo puedo comer o quemarlo no lo quiero guardar en algún lugar”. Había otra cosa, “si lo puedo leer, dámelo”.

Pablo dice: “He aprendido a estar contento, he aprendido a estar satisfecho sea cual sea la circunstancia en la que esté”. Él no está negando que la vida tiene circunstancias difíciles. Eso es la vida. Él no está negando que él ha sido maltratado, pero él no es una víctima. Él no tiene la mentalidad de una víctima. Él es triunfal. Él está satisfecho con poco. Él nunca olvida lo que realmente merece, ¿verdad? Él también nunca se olvida lo que está por venir. Ojo no ha visto ni oído ha oído, ni ha entrado en el corazón del hombre las cosas que Dios ha preparado para los que le aman, ¿verdad? Entonces él está confiando en la providencia de Dios para que satisfaga sus necesidades. Él sabe que el Señor nunca lo desampara, y él está contento y satisfecho con poco.

Esta especie de humanismo cristiano que dice: “Soy el centro del universo y mis necesidades son lo que motivan todo” ciertamente es un enfoque no bíblico. No quiero decir cuando Pablo dice que estuvo contento que no había algunas áreas en las que no estaba contento. Permítame sugerir un par de ellas. Él se rehusó a estar contento con su propia espiritualidad. Él no estaba contento con eso. Él dijo: “Miserable de mí.” Él no estaba contento su búsqueda de la santidad. Él no estaba contento con su meta de volverse como Cristo. Él dijo: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto, sino que prosigo a la meta”. Él no estaba contento con la manera en la que el mundo estaba tratando a Jesucristo. Él no estaba contento con la blasfemia en contra de él. Él no estaba contento con la gente yéndose al infierno y rechazando el Evangelio.

Hubieron muchas cosas con las que no estaba contento, pero no tenían nada que ver con sus circunstancias físicas. Era suficiente para él que Dios había determinado esas circunstancias y que Dios se estaba mostrando fiel y poderoso en esas circunstancias. Él predecía con el salmista: “¿A quién tengo en los cielos si no a ti? Y fuera de ti no hay nada en la tierra. Mi corazón y mi carne fallan, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre”. Tener a Dios era tener todo, y él no necesitaba nada. Él había aprendido que el fin primordial del hombre era glorificar a Dios y el gozo primordial del hombre era amar al Señor su Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerzas.

Y escuche: el amor que él tenía por Dios en la relación era suficiente. Era suficiente. Era suficiente. Era como ese tipo de amor maravilloso, puro, que algunas veces incluso nosotros experimentamos cuando nos enamoramos por primera vez con ese compañero o compañera de por vida, o ese amor que nos deleita cuando ese niño pequeño es tan puro en sí mismo que no le importan las circunstancias. Entonces, podríamos decir que la vida del cristiano debe ser una vida liberada de la necesidad, liberada de la necesidad, que esté satisfecho con poco.

Permítame llevarlo a un tercer punto, y esto está relacionado con el segundo. Es el tercer elemento en la médula del contentamiento. Necesita ser independiente de las circunstancias. Necesita ser independiente de las circunstancias. Si usted va a ser una persona que está satisfecha, debe estar satisfecho con poco y debe tener la confianza que lo poco es realmente lo que Dios providencialmente ha provisto.

Y, en tercer lugar, debe ser independiente de las circunstancias. Y usted ve esta independencia en el versículo 12. Es un versículo muy interesante. Es un versículo en el que él cancela todo. Observe cómo lo hace: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.” En cualquier circunstancia, esa es la clave. En cualquier circunstancia. En otras palabras, no importa. Las circunstancias son irrelevantes. Usted va a aprender a estar contento cuando haya aprendido a confiar en Dios providencialmente a cuidar de todo, cuando usted haya aprendido a estar satisfecho con un mínimo, y cuando usted haya aprendido a ser indiferente hacia sus circunstancias.

“Sé cómo”, él dice. “Sé cómo, sé cómo vivir humildemente”. Literalmente el verbo aquí tiene que ver simplemente con las necesidades elementales. “También sé cómo vivir en periseu, abundancia”. Abundancia en el asunto de los bienes y provisión material, terrenal. Conozco ambos, sé cómo vivir con poco y sé cómo vivir con mucho. Y algunas veces eso es más difícil, ¿no es cierto? Y mantener su perspectiva, porque en toda circunstancia lo he aprendido, he aprendido a cómo estar lleno y cómo tener hambre, cómo tener abundancia y cómo padecer necesidad. Y lo que él está diciendo es cancelar todo. “Estoy contento, no importa cuál sea la circunstancia.” Esa es madurez espiritual real.

Como dije antes, tantas personas simplemente van por la montaña rusa de arriba hacia abajo, de sus satisfacciones percibidas. Él encontró toda su satisfacción en la relación con el Señor, toda su satisfacción en la esperanza del futuro, toda su satisfacción en ser útil para Dios para propósitos del reino, toda su satisfacción en el ministerio. Él había sufrido profundamente. De hecho, la mayor parte de su vida fue, creo, desde que él se volvió un creyente, la mayor parte de su vida cae en la categoría de medios, situación humilde. Padecer hambre, padecer necesidad en lugar de vivir en la prosperidad, estar lleno y tener abundancia. Creo que esa fue la excepción más bien que la regla.

Pero lo que él está diciendo es que realmente no importa, no es importante. Si lo tengo o si Dios lo provee, bien, no es un problema. Quiero ser un administrador de esto y agradecerle por ello y entender su uso. Y si no tengo, eso está bien también. Y él recordó, como usted sabe, 2ª de Corintios 12, la experiencia en la que Dios lo estaba colocando a lo largo de su vida culminó en ese pasaje de 2ª Corintios 12 en donde él dice que estaba contento en persecución, aflicción, insultos, debilidades porque esas eran las cosas que lo humillaban, lo acercaban a Dios y lo hacían poderoso.

Entonces, amados, el contentamiento es algo que esta sociedad no encuentra porque esta sociedad quiere que usted sea una víctima. Esta sociedad quiere enfatizar y glorificar sus derechos personales. Esta sociedad quiere personalizar y privatizar, individualizar su espiritualidad y su cristianismo de tal manera que es todo lo que usted piensa que debe ser. Esta sociedad quiere convertir a Jesús en el genio. Usted frota la lámpara, Él sale y le da lo que quiere. Esta sociedad, mediante la publicidad, quiere que estés insatisfecho con absolutamente todo.

Y admito que hay problemas en la vida y dificultades, hay luchas en la vida, pero tantos de ellos brotan del egoísmo que este enfoque pecaminoso alimenta. Cuando usted, usted mete egoísmo a su matrimonio lo va a destruir. Usted lo mete a su familia, la va a destruir. Va a destruir la iglesia. Va a destruir cualquier relación. Va a destruirlo a usted, si usted es motivado por la satisfacción personal. Es algo terrible. Es algo trágico. Y cuando usted le dice a la gente que Jesús, que debe recibir a Jesús, porque él va a producir satisfacción personal, usted los ha colocado en un camino al desastre.

Algunos de ellos, de hecho, pueden venir a conocer al Señor Jesucristo y después van a pasar la mayor parte de su experiencia cristiana preguntándose por qué no funcionó como usted les prometió que iba a funcionar. Si usted va a ser egoísta, si usted va a ser una víctima, si usted va a tomar toda herida de manera personal, cada vez que alguien dice algo que lo ofende a usted, o algo que no le gusta a usted, usted los va a rechazar, entonces va a destruir toda relación. Usted va a destruir su propia vida.

Pero si usted reconoce que sus circunstancias son por la providencia de Dios, lo que Él quiere para usted y que usted debe estar satisfecho con poco y estar totalmente viviendo de manera independiente de sus circunstancias en términos de su capacidad para cambiar su contentamiento, entonces va a aprender a estar contento. ¿Y no sería maravilloso si todos estuviéramos tan contentos? Porque eso redundaría para gran alabanza para Dios.

Ahora, vayamos al cuarto principio. Y este es uno muy importante y muy obvio. Se presenta en el versículo 13. Digámoslo de esta manera. Si vamos a estar contentos, tenemos que confiar en la providencia de Dios, estar satisfechos con poco, ser independientes de las circunstancias y ser sustentados, ser sostenidos por el poder divino. Ser sostenidos por el poder divino. Versículo 13: “A pesar de lo que son mis circunstancias”. Recuerde que él era un prisionero cuando él escribió esto, encadenado a un soldado romano en el peor tipo de circunstancia, pero en el versículo 13 él dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Y yo creo que lo que Pablo sabía aquí era que nada jamás era demasiado difícil para el Señor. Su actitud venía porque él estaba pegado a la fuente de poder. Y lo que quiero decirle a usted en este punto en particular es que el contentamiento solo será de usted cuando usted esté enchufado a esa fuente de poder. Si debido al pecado y si debido a la inequidad en su vida usted ha comenzado a caminar en la carne, usted va a desconectarse del recurso que lo sustenta a usted y va a perder ese contentamiento. Incluso podría ser que Dios lo va a privar a usted de las cosas que se le prometen a usted si usted es un creyente obediente, y usted se va a hundir en circunstancias difíciles, más de lo que puede soportar, y el Señor incluso podría traer eso a su vida para llevarlo al arrepentimiento.

Probablemente eso es lo que pasó en 1ª de Corintios, capítulo 5, en donde un hombre en la iglesia estaba pecando terriblemente al tener una relación con la esposa de su padre, probablemente su madrastra, una forma de incesto, y él estaba desfilándolo y él estaba siendo soberbio por esto, y la iglesia no estaba haciendo nada al respecto, y el apóstol Pablo dice: “Entreguen a esa persona a Satanás...” ¿Para la destrucción de qué? De la carne. Habrán ocasiones en la vida de un creyente cuando las necesidades de sustento no serán satisfechas, y para la iglesia corintia el apóstol Pablo le tuvo que decir: “Algunos de ustedes son débiles y algunos de ustedes están enfermos y algunos de ustedes han muerto debido a los pecados que han cometido por la manera en la que han abordado la mesa del Señor”.

Ahora, el Señor siempre es suficiente para el creyente obediente. Siempre es suficiente para el creyente sumiso y que confía en Él. Siempre es suficiente. Y ese es el versículo 13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Esa fortaleza está disponible. Esa es la razón por la que el apóstol Pablo oró en esa oración maravillosa de Efesios, capítulo 3, versículo 16: “Que Dios os conceda conforme a las riquezas de su gloria el ser fortalecidos con poder mediante su espíritu en el hombre interior.” Y la manera en la que usted experimenta ese poder es cediendo al espíritu en el hombre interior. Eso quiere decir vivir una vida controlada por el Espíritu, andar en el Espíritu. Usando el lenguaje de Gálatas, ser lleno del Espíritu. Usando el idioma de Efesios, capítulo 5, otra manera de decirlo es que la Palabra de Cristo mora en abundancia en usted, para que responda usted a ella en obediencia. La aptitud viene, el contentamiento viene. Estar conectado a la fuente de poder, al que puede fortalecerlo para todo.

Todo lo puedo. Literalmente él está diciendo: “Soy capaz, tengo la fortaleza, tengo la fortaleza para hacer todas las cosas”. Y por cierto en el griego el todo es enfático. Todas las cosas soy capaz de hacer. Todas las cosas las puedo lograr. ¿Por qué? Debido a Aquel que me fortalece. Cuando usted está conectado a la fuente de poder, usted puede pasar por cualquier cosa, cualquier dificultad, cualquier privación o cualquier exceso. Incluso responder a eso de manera apropiada. Y yo creo que “el todo”, simplemente para detenernos y ver esa palabra por un momento, yo creo que “el todo”, esto está en la posición enfática. Tiene que ver con los problemas o los asuntos de los versículos 11 y 12, y esos son los asuntos de comodidades materiales y circunstancias mundanas o circunstancias terrenales.

Y lo que él está diciendo es: “Puedo estar sin el alimento que quiera tener, puedo vivir a un nivel mínimo de sustento, puedo vivir simplemente con un guardarropa mínimo, comodidades limitadas, menos calidez que me gustaría tener, menos libertad de la que desearía, menos cuidado personal del que desearía. Puedo pasar por todo eso, puedo soportar el dolor, puedo soportar las amenazas, puedo soportar el castigo y el peligro porque el que me fortalece me infunde de fortaleza”.

Él literalmente está hablando de tener la capacidad de superar las circunstancias más difíciles, circunstancias físicas, debido a las grandes misericordias del Señor que le fueron concedidas. Él permanece, él estaba permaneciendo, por así decirlo, en la vid, tomando el lenguaje de Juan 15:15, y la vida del señor estaba siendo, por así decirlo, estaba fluyendo a través de él. La afirmación al final del versículo 13: “En Cristo que me fortalece”. “Endynamo”. “Dynamis” de la cual obtenemos la palabra “dinamita”, con la preposición al principio la intensifica, y la preposición “en” significa “en”. Entonces el verbo significa “infundir dinamita en.…”, “infundir poder en.…”, “infundir fuerza en.…” Y de esta manera el apóstol Pablo simplemente está diciendo: “En medio de cualquier situación, el Señor mismo infunde fuerza en mí”.

Ahora, usted siempre debe estar en una relación con el Señor como esa, para que a usted se le infunda la fuerza para soportar cualquier dificultad. En 2º de Timoteo 4 hay una ilustración maravillosa de esto de la vida del apóstol Pablo. Esta, claro, fue la última carta que él escribió, como usted sabe, y él para este momento estuvo en la cárcel por última vez a punto de ser ejecutado. Y en el versículo 16 de 2ª de Timoteo 4 él dice: “En mi primera defensa nadie estuvo conmigo, sino que todos me dejaron. No les sea tenido en su contra”. Una oración como la oración de Esteban cuando él oró porque el Señor no les tomara en cuenta el pecado de aquellos que lo apedrearon, y como Jesús oró porque Dios perdonara a los que lo crucificaron.

Aquí Pablo le pide al Señor que fuera misericordioso hacia aquellos que lo habían abandonado en el tiempo de su gran juicio. Obviamente él fue llevado a un juicio en Roma y los cristianos en lugar de venir a estar al lado de él todos huyeron, así como los discípulos lo hicieron cuando Jesús fue llevado prisionero. Lo dejaron, y él no quería que les fuera tomado en contra de ellos. Así los amaba. Aquí está en medio de la más difícil de las circunstancias y nadie estuvo ahí para defenderlo. Todas las vidas que él influenció, toda la gente que él llevó al conocimiento de Jesucristo, todas las iglesias que el plantó, todas esas personas, y se han ido, y no hay nadie ahí, esta tiene que ser una manera triste de terminar una vida tan fiel. Una cosa es ser perseguido por los incrédulos, otra cosa es ser abandonado por los cristianos. Una cosa es ser abandonado por los cristianos que usted no conoce, otra cosa es ser abandonado por aquellos en los que usted invirtió su vida. No espere demasiado. La gente es muy capaz de decepcionar, incluso a los siervos cristianos más nobles.

Pero en el versículo 17 él dice: “Aunque nadie estuvo ahí, el Señor estuvo conmigo y me fortaleció.” Y no estoy exactamente seguro de lo que todo eso significa. No estoy exactamente seguro de lo que él quiso decir con eso. Ciertamente incluiría algún tipo de infusión de fortaleza para enfrentar una situación física de mucha prueba, una prueba emocional o mental, y ciertamente incluye la gran fortaleza espiritual para que a través de mí la proclamación fuera cumplida de manera plena y todos los gentiles pudieran oír y yo fuera liberado de la boca del león. El Señor le dio fortaleza en su defensa para predicar el Evangelio y fortaleza para usar su mente y su energía para dar cualquier tipo de mensaje que necesitara ser dado para posponer lo inevitable por lo menos por una temporada.

Incluso al final, cuando la muerte viene a versículo 18: “El señor me librará de toda obra mala y me llevará con seguridad a su reino celestial. Lo peor que podían hacerle era enviarlo al cielo. El espíritu que vivía en él era su fortaleza. Esa es la razón por la que él estaba siendo humillado por el Señor, para que aprendiera a confiar. Recuerde de nuevo, 2ª Corintios, capítulo 12, una escritura monumental, por cierto, que todos los cristianos deben conocer, en donde Pablo tiene este aguijón en la carne que está destrozando su vida. Él ora por que sea quitado. El Señor dice: “No lo voy a quitar, pero te voy a dar la gracia suficiente para soportarlo”. Simplemente voy a incrementar la gracia para que puedan soportar el dolor. De hecho, es bueno, porque te humilla.

Entonces él dice: “Me jactaré por mis debilidades para que el poder de Cristo repose sobre mí”. Entre más débil se vuelve usted, más dependiente se vuelve usted del poder de Cristo, si usted va a ser una persona contenta, necesita reconocer que tiene que estar enchufado a la fuente de poder. Y Pablo lo estuvo. Él dice en Gálatas 2:20, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, mas ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí; la vida que ahora vivo en la carne la vida por la de del hijo de Dios, quien amo y se entregó a sí mismo por mí”. Él vio a Cristo vivo y operando en él. “Porque para mí el vivir es Cristo”, él dijo antes a los filipenses. Y esta fue su pasión. Y él puede decir aquí: “Soy capaz de todas las cosas mediante el que de manera regular y fiel infunde poder en mí.”

Amados, si están luchando con la falta de contentamiento podría ser porque no confían en la providencia de Dios. No confían que Dios está dirigiendo todo para su gloria. Podría ser porque no está satisfecho con poco y por alguna razón piensa que usted merece más y ha adoptado una mentalidad de víctima. Podría ser que usted no está viviendo de manera independiente de sus circunstancias, sino que vive dependiendo de ellas y vive en la montaña rusa de abajo hacia arriba de las tendencias de la vida. O podría ser que usted ha permitido pecado en su vida, y como resultado de ese pecado hay un corto circuito en la conexión entre usted y la fuente de poder que provee la fortaleza para toda situación.

Podría parecer que esto está lejos de usted para que lo entienda, pero le puedo decir esto a partir de mi experiencia limitada, y es esto. He aprendido a abrazar el producto gozoso del sufrimiento, dolor, las malas representaciones, los malos entendidos, las acusaciones falsas. He llegado un punto en el que eso de hecho causa una sonrisa en mi corazón, porque entiendo sus propósitos perfeccionadores, en lugar de una actitud de venganza y en medio de todas las dificultades, sea lo que sea. Y algunas veces usted piensa que está al fin de su fortaleza. Es sorprendente como Dios le infunde a usted la fortaleza necesaria para hacer lo que Él ha llamado a usted que haga.

Bueno, un último punto. Y este es uno muy básico y muy importante. Sin esto usted va a continuar luchando con el asunto del contentamiento. Usted debe tener una confianza en la providencia de Dios, satisfacción con poco, independencia de sus circunstancias, ser sostenido por el poder divino, y finalmente preocupación por el bienestar de otros. Preocupación por el bienestar de otros. La gente egoísta nunca está contenta. Nunca. Y este es un elemento tan básico del contentamiento de la gente. Abnegación. Estar mucho más preocupado por cómo están otros que como está usted. Mucho más preocupado por eso. Y siempre me emociona estar en una plática con alguien que está sufriendo y no quieren hablar de nada sino de cómo estoy yo. Esa es una marca tan clara de la obra de Dios en el corazón, una evidencia tan clara de contentamiento.

Veámoslo aquí en este pasaje maravilloso de Filipenses, capítulo 4, porque se desarrolla. Versículo 14, siga el desarrollo. “Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Estoy muy contento porque me enviaron las ofrendas, estoy contento porque compartieron conmigo en este tiempo de aflicción y ustedes mismos saben, filipenses, que, al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aún a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades”.

Ahora, aquí está el punto: “No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta”. Me encanta esto. Él dice: La razón por la que estoy tan contento porque me enviaron una ofrenda es por lo que significa para ustedes. Lo que significa para ti. ¿Qué significa para ustedes? Muy simple. “Abunda en nuestra cuenta”. ¿Qué significa eso? Si eran pobres y habían reunido lo poquito que tenían y se lo habían enviado a Pablo, ¿cómo era bueno para su cuenta? Muy simple. Estaban haciéndose tesoro. ¿En dónde? En el cielo. Y eso traería un galardón eterno, una recompensa eterna. Eso es lo que le importa a Pablo, él está diciendo: “No tengo necesidades, estoy conectado a la fuente de poder y mi Dios está supliendo todo lo que me falta y puedo hacer todo mediante su fuerza”.

Pero me da gusto por la ofrenda, por lo que significa para ustedes. Versículo 18: “Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno”. Este es lenguaje bastante grande para un prisionero. Él está en tribulación, presión y problemas. Él dice eso. Cuando se refiere a su aflicción, su tribulación en el versículo 14 es la palabra “flipsis”, presión. Y él dice: “Ustedes son los primeros en ayudarme”. Él fundo la iglesia, como lo señalamos en Hechos 16. Señaló el comienzo de la penetración del evangelio en Europa. Él había predicado en Filipos.

Después pasó a Tesalónica y Berea, y cuando dejó esa región para irse a Acaya, los filipenses fueron fieles en ayudarle en esos primeros años para comenzar, y después habían pasado años desde que pudieron hacer algo, y ahora, en el momento apropiado, le enviaron para ayudarle a satisfacer sus necesidades. Pero él les dice: “No es eso lo que me bendice. No es porque lo quise. No es para que pudiera consumirlo en mí mismo. Esa no es la fuente de mi gozo. La fuente de mi gozo es la utilidad que incrementa para la cuenta de ustedes. Coloca su tesoro en el cielo, para lo cual recibirán una recompensa eterna”. Cumple Lucas 6:38: “Dad y se os dará”. Se está incrementando con Dios y Dios va a bendecirlo en la vida y en la eternidad.

Él realmente no quería que dieran, porque lo satisfacería a él. Él quería que dieran porque significaría bendición tremenda para ellos. Esa es la actitud de corazón de un hombre contento. Lo único que puede ver es beneficio para alguien más. Él no se aferra a esto. Él lo entrega de manera pronta, muy fácil. Lo entrega de manera muy generosa porque él está mucho más preocupado por otros que por él mismo. Sus necesidades no son el punto. Sus necesidades ahora no son lo que importan. Sus necesidades en el futuro no es lo que importa. Lo que importa es que Dios sea glorificado, que la vida espiritual y el crecimiento se lleven a cabo.

Entonces él puede decir en el versículo 18: “Pero todo lo he recibido y tengo abundancia; estoy lleno”. Él dice: “No necesito más”. Sígalo en el versículo 18: “Habiendo recibido de Epafrodito —de la iglesia— lo que enviasteis; ese olor fragante, el sacrificio acepto, es agradable a Dios”. Esa es la razón por la que me encanta su ofrenda. “No por lo que significa para mí, sino por lo que significa para ustedes, por que fue dado para honrar a Dios”. Eso es lenguaje sacrificial. Por cierto, no lenguaje de contabilidad. Ese es lenguaje sacrificial.

Él hace una transición del fruto agricultural de la terminología de contabilidad que es usada aquí. “Incrementando a vuestro fruto, para vuestro fruto”, y él lo convierte en lenguaje sacrificial, y ve la ofrenda por lo que realmente es, y lo que realmente es, es una ofrenda para Dios. Es un acto de adoración santa. Es un acto espiritual de sacrificio por parte de esos filipenses, y él sabe eso porque eso es lo que va a contribuir para su beneficio espiritual. Digo, él está viviendo aquí ilustrando lo que él dijo antes a los filipenses.

Si usted regresa al capítulo 2, pasaje conocido, versículo 4: “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”. Nunca estará contento hasta que lo haga. Usted nunca va a tener suficiente. Usted nunca estará satisfecho. Usted siempre estará buscando tener. Una de las definiciones tristes del pecado es el deseo por conseguir cosas, por consumirlas en sus propios deseos. Pablo estuvo agradecido no por lo que la ofrenda significó para él, sino por lo que la ofrenda significó para ellos.

Amados, no puedo enfatizar esto lo suficiente. La gente contenta está consumida con satisfacer las necesidades de los demás. Eso es simplemente básico, y hasta que usted esté dispuesto a hacer eso, y hasta que esa sea la prioridad, usted va a luchar con las tentaciones de la falta de contentamiento. Y usted se va a sentir herido de manera personal si alguien le hace algo a usted, le quita algo a usted, etcétera, etcétera. O si usted no gana todas las cosas que necesita ganar. O si no ha apilado todo el montón que necesita apilar para mañana. Si eso es lo que está consumiéndolo a usted, usted va a luchar con el contentamiento. Pero cuando usted reconoce que lo más importante es alguien más, y el satisfacer sus necesidades, usted está libre de la falta de satisfacción.

Él resume la razón de su gozo en el versículo 19, un gran versículo. Me gustaría que tuviéramos tiempo para desarrollar este versículo. Él dice: “Mi Dios, pues, su suplirá todas vuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. ¿Cómo puede él decir eso? ¿Cómo puede él decirle a esos filipenses con confianza “mi dios suplirá todo lo que os falta”? “Dios va a satisfacer todas sus necesidades” ¿Cómo puede decir? Él puede decir eso porque hay un principio que está operando, y es el principio de dar que dice: “¿Siembra y vas a qué? A cosechar. Da y se te dará”. Ese es un principio espiritual, Lucas 6:38. 2ª de Corintios, capítulo 9: “Siembra escasamente, cosecha escasamente; siembra generosamente, cosecharás generosamente”. El punto es, lo que usted siembra con Dios, Él lo devuelve, y Dios se ha comprometido y prometido que usted no le puede dar de manera excesiva a Dios.

Usted puede regresar a Proverbios y dice que, si le trae usted a Dios sus primicias, sus graneros serán llenos. Ese es el principio, y Pablo conoce ese principio, y esa es la razón por la que él se regocija, porque él dice: “Su ofrenda para mí es una indicación clara de que han entrado ese principio, y Dios, en respuesta a su ofrenda, va a derramar sus ofrendas en ustedes. Mi Dios va a proveer todas sus necesidades”. ¿Hay condiciones para eso? Eso no es simplemente algo que en cierta manera pueda sacarlo del contexto, si de hecho usted está honrando al señor con lo que tiene. Él se va a asegurar de que todas sus necesidades sean satisfechas. Ese es el punto. 

Y ese pasaje que estudiamos hace algunos meses atrás en 2ª de Corintios, capítulo 9 es tan importante. Dice en el versículo 7... Bueno, permítame leer los versículos 6 en adelante y entender el contexto entero. “Ahora digo esto: el que siembra escasamente, también cosechará escasamente; y el que siembra generosamente, también cosechará generosamente. Cada uno dé como propuso en su corazón: no por tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”.

Muy bien. Usted siembra, usted cosecha. ¿Cuánto debe sembrar? Lo que usted quiera. Usted determine en su corazón, lo siembra. No lo haga por tristeza ni por necesidad, y de manera legalista. Hágalo con gozo, dé lo que quiera, y aquí viene la respuesta. “Y Dios es poderoso para hacer que toda gracia sobreabunde para vosotros para que siempre, teniendo todo lo suficiente en todo, tengáis una abundancia para toda buena obra”. Dios va a derramar bendición sobre usted.

La Escritura dice: “Probadme y ver si no voy a abrir las ventanas del cielo y derramar más bendición de lo que incluso puedan recibir”. “Y el que da semilla al que siembra—dice en el versículo 10—, y pan al que come, suplirá y multiplicará vuestra sementera para sembrar e incrementar la cosecha de su justicia y serán enriquecidos en todas las cosas para toda la liberalidad”. Usted da y cosecha, y Dios derrama y devuelve bendición. Esa es la razón por la que él puede decir que el versículo 19 es verdad. Esa es la razón por la que él le puede decir a los filipenses: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Porque han tomado el primer paso en ese principio que opera y han dado de manera generosa y sacrificial, y han sembrado y van a cosechar. Ese es el principio. Cuando aprendemos esto somos bendecidos.

Ahora, como puede ver, esa es la razón por la que Pablo fue alentado tanto. No fue que fue alentando porque recibió lo que recibió, sino porque los filipenses recibirían de Dios la bendición que viene, debido a su generosidad. No es difícil entender por qué él estaba contento, ¿verdad? Realmente no es difícil. De hecho, es bastante obvio cuando usted pasa por este texto. Aquí estaba un hombre que tenía confianza absoluta en el control soberano de Dios. Sobre todo, él sabía que Dios sabía sus circunstancias y que Dios estaba consciente de todo detalle en su vida, y estaba a cargo de toda contingencia en existencia en el universo, y que todo esto lo estaba operando Dios para cumplir su propósito para el apóstol Pablo.

En segundo lugar, él había aprendido a estar satisfecho con muy poco. En tercer lugar, él vivía independientemente de sus circunstancias. Realmente eran inmateriales. En cuarto lugar, él anduvo en el espíritu y entonces se mantuvo enchufado en la fuente de poder que le proveía la fortaleza para todo asunto de la vida. Y, en quinto lugar, él estaba totalmente preocupado por el bienestar de otros. La fe, la humildad, sumisión, dependencia, abnegación. Ese es el tipo de virtudes que producen un cristiano contento, y Pablo era eso.

A tal grado que él cierra este pequeño párrafo en medio de sus circunstancias difíciles como prisionero al decir en el versículo 20: “Al Dios y Padre Nuestro sea gloria por los siglos de los siglos, amén”. Y eso es lo que le importaba a él, y era que Dios fuera glorificado. El contentamiento, una bendición maravillosa y una gloria para el Señor Jesucristo. Si decimos que le pertenecemos debemos estar contentos con lo que Él nos ha llamado a soportar y con las provisiones que Él ha preparado para nosotros. Y para aquellos de nosotros a quienes ha dado mucho, el desafío es incluso mayor para estar contento y estar dispuesto a despojarnos de aquello para el beneficio de otros, por el mero gozo de ver a Dios derramando bendición en ellos. ¡Qué privilegio tan tremendo!

Bueno, más qué decir, pero lo vamos a dejar ahí. Oremos. Padre, de nuevo hemos cubierto la Escritura y se nos ha recordado principios que son tan elementales para nuestras vidas. No es suficiente, Señor. No es suficiente en absoluto. De hecho, es una violación seria, seria de tu voluntad para nosotros, el conocer esto y no actuar en base a esto. Entonces, Señor, oro porque nos guíes por tu Espíritu en los días venideros. Enséñanos las lecciones que producen contentamiento. Enséñanos a cómo ser indiferentes a las circunstancias que nos rodean y cómo estar satisfechos con poco, cómo confiar en ti para todo.

Enséñanos a cómo perdernos en amor por otros y estar más preocupado por las bendiciones de ellos que por las nuestras. Enséñanos ese tipo de humildad. Enséñanos que necesitamos caminar por el camino de la justicia para que siempre estemos conectados con la fuente de poder que necesitamos en los momentos de nuestra gran necesidad, y que sepamos que, si respondemos apropiadamente Tú satisfacerás todas nuestras necesidades, y con el apóstol, nosotros y muchos otros te daremos gloria. Con ese fin en mente oramos porque Tú eres digno. Amén.

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