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Estamos estudiando el capítulo 8 de Romanos, Vida en el Espíritu, o supongo que lo podríamos llamar Seguridad en el Espíritu. Nos encontramos en la sesión de Romanos 8, que es muy conocida. Romanos 8:28 al 30, en donde dice ‘y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayuden a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados, porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos, y a los que predestinó, a estos también llamó, y a los que llamó a estos también justificó, y a los que justificó a estos también glorificó’.

Ahora, esta es una porción muy conocida y muy importante de las Escrituras, que ya hemos estado estudiando. De hecho, hemos avanzado a lo largo del capítulo hasta el versículo 28, y nos encontramos en esta noche en los versículos 29 y 30. Permítame retroceder y presentarlo un poco. Muchas personas se preguntan y debaten acerca de este asunto, si usted puede perder su salvación. Es algo triste, pero es un asunto que incesantemente está bajo debate, inclusive en la actualidad, y lo ha estado por siglos en la iglesia. Ha sido un asunto que ha dividido al cristianismo en dos grupos, típicamente conocidos como calvinistas o reformados, y arminianos o wesleyanos.

Y en un lado, está la creencia que la salvación es eterna y usted no puede perder su salvación, por otro lado, está la creencia de que la salvación no necesariamente es eterna y poder ser perdida por el pecado. Este es un debate innecesario creo yo, porque la Palabra de Dios es tan abundantemente clara en el asunto de la seguridad del creyente. De hecho, estos tres versículos presentan la afirmación más clara y más poderosa de la seguridad en todas las Escrituras. Garantizan sin desviación, garantizan sin variación, sin excepción, que todos aquellos que genuinamente son salvos entraran en la gloria final. Y el versículo 28 comienza aclarando esta garantía al decir ‘y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien’.

Aquellos que son los verdaderos amantes de Dios, aquellos que han venido a Cristo en fe, Dios hace que todas las cosas, esto es, cosas buenas y cosas malas, y cosas neutrales, todas las cosas sin importar lo que sean. Vimos la lista entera de esas cosas, Él hace de que todas las cosas operen en conjunto para bien. Y usted recordará, le dijimos que el bien al que Pablo se está refiriendo es gloria eterna, el bien al que se está refiriendo aquí es el bien al que se refirió en el versículo 23, como nuestra adopción como Hijos, la redención de nuestro cuerpo, es el bien del versículo 21, la libertad de la gloria de los hijos de Dios.

La sección entera previa está hablando de esperanza, la gloria que está por ser revelada en nosotros en el versículo 18, la redención del cuerpo, la adopción como hijos, el hecho de que vamos a entrar a la libertad de la gloria de los hijos de Dios, que todavía hay algo que está por delante, y ese algo es la gloria eterna. Ese es el bien al que se refiere en el versículo 28. Y Dios está haciendo que todas las cosas, sean cosas buenas o cosas pecaminosas, o cosas neutrales que operen en conjunto al final, para producir el bien de nuestra gloria eterna, esa es la promesa del versículo 28. Y la pregunta entonces surge ¿Por qué es que Dios está haciendo eso? y la respuesta se encuentra al final del versículo 28.

Porque hemos sido llamados conforme a su propósito, es claro que esa es la frase clave. El propósito de Dios es cumplido al guardarnos hasta la gloria, el propósito de Dios cumplido únicamente cuando somos llevados al bien definitivo último, el cual es nuestra gloria eterna. Estamos seguros para siempre porque Dios lo determinó de esa manera y el Hijo lo asegurará. Pase al versículo 34, ‘el Hijo está a la diestra de Dios intercediendo por nosotros, para asegurarse de que lleguemos a la gloria. Regrese al versículo 27 o el versículo 26, ‘el Espíritu está intercediendo por nosotros, con gemidos para la gloria, que son demasiado profundos para palabras’. Son algún tipo de comunión inter-trinitaria.

Entonces el propósito de Dios es nuestra gloria eterna, la intención de la intercesión de Cristo es nuestra gloria eterna, la intención de la intercesión del Espíritu es nuestra gloria eterna, todos eso opera en conjunto para el propósito de Dios. Esta intercesión del Espíritu Santo, versículo 27, es conforme a la voluntad de Dios. La voluntad de Dios entonces, es que aquellos que son salvos, sean traídos a la gloria eterna, y el Hijo y el Espíritu están asegurando el cumplimiento del propósito divino. Ahora, el propósito divino entonces, es desarrollado en los versículos 29 y 30. De hecho, usted podría decir que los versículos 29 y 30 modifican la frase final del versículo 28.

‘Llamados conforme a su propósito, el cual es que a los que antes conoció y predestinó para ser conformados a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos, a los que predestinó Él llamó, a los que Él llamó, Él justificó, a los que Él justificó, Él glorificó, ese es el plan, ese es el propósito de Dios, esa es la voluntad de Dios. Esos dos versículos entonces, definen para nosotros el propósito eterno en la salvación. Dicho propósito es la razón por la que Dios está haciendo que todo opere en conjunto para nuestra gloria eterna, entonces el Hijo está intercediendo por nosotros, y el Espíritu está intercediendo en nosotros con la misma meta en mente.

Ahora, vamos a ver los versículos 29 y 30, eso nos va a llevar a una discusión del pre-conocimiento y la predestinación primordialmente y conforme abordamos este tema, tengo que confesarle que esto nos va a llevar en mayor profundidad de lo que realmente podemos ir, y soy el primero en admitir eso. Conforme tratamos de entender esta verdad vasta y limitada infinita con nuestras mentes insignificantes, vamos a tener algunos problemas. Problemas que no son resueltos por la razón, problemas que no son resueltos por información añadida, sino problemas que son resueltos por la fe, confianza. Estamos embarcándonos en un viaje en esta noche, es uno breve, pero estamos embarcándonos en un viaje a la infinidad divina, y no existe una búsqueda más elevada.

Ahora, hay muchas cosas como esa que usted puede buscar, y encontrarse a sí mismo sin esperanza alguna dando vueltas en un estado de confusión. Por ejemplo, simplemente piense por un momento, acerca del hecho que Dios siempre ha existido, y probablemente si usted lo piensa por mucho tiempo se va a encontrar en la cama, repitiendo el alfabeto griego, inclusive si usted no lo conoce. Tratar de concebir algo que no tiene comienzo, alguien que no tiene comienzo va más allá de nosotros. Y después si usted quiere otro ejercicio en delinear la futilidad de su mente finita, simplemente comience a pensar acerca del hecho de que va vivir para siempre.

Debido a que usted no tiene ninguna capacidad de concebir en su mente algo que no tiene un comienzo y un fin, y eso simplemente son los conceptos iniciales acerca de Dios, y esa es la razón, esto es que Él siempre ha sido y siempre será y difícilmente podemos enfrentar esos, porque pensamos de que alguna manera podemos entender con nuestros cerebros insignificantes, la infinidad en el punto del propósito soberano de Dios que se está desarrollando. No podemos y entonces, desde el principio debemos admitir que enfrentamos limitaciones grandes inmensas y las tentaciones, escuche con atención, las tentaciones van a hacer pensar que son las limitaciones de Dios, no nuestras.

Porque somos tan dados a la soberbia y tan dados a definir todas las cosas en términos de nuestras propias capacidades, tendemos a pensar que el problema debe estar con Dios. De alguna manera Él no es justo, o no es equitativo, o Él es demasiado fatalista, o Él nos ha dejado afuera en esto. Por otro lado, Él es justo, Él es amoroso y, por lo tanto, Él nos ha dado toda responsabilidad a nosotros, y Él no puede haber determinado todo esto por sí mismo. Y por cierto esto es profano si usted no resiste esa tentación. La limitación no es en Dios, sino en nosotros.

Cuestionar la sabiduría de Dios, cuestionar la justicia de Dios, cuestionar el amor de Dios, cuestionar el que Dios defina al hombre como responsable, cuestionar el castigo de Dios en contra del hombre por ejercer su decisión de rechazar el evangelio, cuestionar a Dios por cualquiera de esas cosas es meramente una manifestación de su mente que es ridícula, en términos de que es insignificante y soberbia. Ahora, no trate de llegar a muchas conclusiones a lo largo del proceso voy a tratar de darle a usted una perspectiva equilibrada, dentro del sentido de nuestras limitaciones, y presentar tanta Escritura como nos es disponible, no más no menos.

No quiero que usted se incline en el punto absurdo en el que usted diga, bueno creo que, bueno eso es bueno, pero realmente no estamos interesados. Y no estamos interesados en que usted diga, bueno, mi concepto de esto es, por favor resérvese cualquier tipo de insensatez, simplemente venga humildemente a doblar su rodilla ante la mente sagrada infinita de Dios, y déjenlo ahí. La razón humana en el mejor de los casos, la lógica humana y el entendimiento humano no son adecuados para la tarea, pueden llegar hasta cierto punto y no más. En ultimas, no podemos reconciliar esta gran verdad en nuestras mentes insignificantes porque no podemos entender la mente infinita de Dios, únicamente la fe nos puede dar paz con esto, muy bien, únicamente la fe puede darnos paz con esto.

Ahora la verdad general es esta, la verdad general dada por el Espíritu Santo es que Dios hace que todas las cosas, muy bien eso es lo que dice, y Él hace que todas las cosas operen en conjunto para nuestro bien eterno, nuestro bien siendo la gloria eterna, ¿por qué? Porque ese es su propósito, y si Dios hace eso va a suceder ¿Por qué? versículo 31, ¿si Dios es por nosotros, quien en el universo puede estar en contra de nosotros con éxito? Nadie, debido a que Dios es superior. Entonces estamos seguros eternamente, en el propósito de Dios, es el propósito de Dios salvarnos eternamente. Esto no solo es enseñados en el octavo capítulo de Romanos, es enseñado en Efesios capítulo 1.

Voy a tomar tan solo un momento para ver esto, y no estoy bajo ninguna ilusión de que vamos a acabar esto en esta noche, y está bien porque quiero que entienda este gran tema. Pero en Efesios capítulo 1, y en el versículo 4, comencemos ahí, bueno comencemos en el versículo tres, ¿por qué no? Aquí es en donde todo comienza, ‘bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares en Cristo’, la fuente de toda bendición es Dios, Él nos bendice. Y después Él comienza a desarrollar esas bendiciones, ‘según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo para que seamos santos y sin manchas delante de Él’, esa es una afirmación monumental.

Antes de la fundación del mundo, eso significa antes de que hubiera una creación, antes de Génesis 1:1, antes de que algo fuera creado, antes de que el espacio existiera, antes de que el tiempo existiera, antes de que la materia existiera, cuando solo estaba Dios, antes de que los ángeles existieran, cuando solo estaba Dios, Él nos escogió, antes de la fundación del mundo, para que fuéramos salvos del pecado, no, para que fuéramos santos y sin mancha ¿en dónde? Delante de Él. Otra manera de decir, eso es en su presencia. Dios nos escogió antes de la fundación del mundo, para hacernos absolutamente santos, y completamente irreprensibles en su presencia, esto quiere que Él nos escogió para traernos a la gloria.

Él no escogió y usted debe recordar esto, Él no escogió el comienzo de nuestra salvación, Él determinó el fin de ella. No entiendo porque la gente no ve esto, cualquier entendimiento apropiado de las Escrituras lo deja tan claro. Versículo 5, ‘Él nos predestinó, para ser adoptados como hijos mediante Jesucristo para sí mismo según el beneplácito de su voluntad’, de nuevo leemos la misma idea, fue su voluntad, fue su propósito, predestinarnos, lo cual es otra manera de decir que Él nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, y Él escogió hacernos sus hijos mediante Jesucristo. Y después versículos 6 dice, ‘para llevarnos para alabanza de la gloria de su gracia’.

En otras palabras, Él escogió llevarnos a la salvación y para alabanza de la gloria de Su gracia, eso significa que Él tuvo que traernos hasta la gloria. Si nos perdiéramos a lo largo del camino, la gente diría que Su gracia no fue suficiente ¿no es cierto?. Si Dios tiene el tipo de gracia salvadora que viene y se va, viene y se va, es ganada y perdida, capturada y perdida, y de aquí para allá, eso es algo corto de un tipo de gracia aseguradora ¿no es cierto? En términos de naturaleza digna de alabanza. Entonces Él nos ha escogido, Él nos ha predestinado, y Él nos ha escogido, hasta la santidad y ser irreprensibles en Su presencia, y Él nos ha predestinado hasta el punto de que seamos para alabanza de la gloria de Su gracia.

Versículo 7, ‘en Él tenemos redención por su sangre, el perdón de nuestros pecados’, eso significa perdón total y completo de todos nuestros pecados, ‘según las riquezas de su gracia, que Él derramó en nosotros’, en otras palabras, Él ha derramado un tipo de gracia abundante, y en esa gracia abundante generosa, su perdón consumado y completo de todos los pecados que garantiza nuestra gloria eterna, porque si todos nuestros pecados son perdonados entonces, eso asegura nuestra gloria eterna. Esa es la razón por la que podemos decir en Romanos 8:28, ‘todas las cosas operan en conjunto para bien’, inclusive nuestro pecado activa la gracia de Dios, produce perdón y termina en nuestra gloria eterna.

Y después en el versículo 8 en Su sabiduría y entendimiento, versículo 9, Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad’, ¿Cuál es el misterio de su voluntad? Bueno el misterio de su voluntad es de nuevo, aquí está la misma idea, ‘es según su beneplácito que Él determinó en Cristo’. Aquí estamos de regreso a la voluntad de Dios, el propósito de Dios, el beneplácito de Dios ¿y cual fue? ‘Traer’, versículo 10, a la mitad del versículo, ‘traer todas las cosas en Cristo, cosas que están en los cielos y cosas que están sobre la tierra. En Él hemos tenido una herencia, habiendo sido predestinados según su propósito, el propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad, con el fin de que nosotros que fuimos los primeros en esperar en Cristo, fuéramos para alabanza de su gloria’.

Simplemente está repitiendo lo mismo una y otra vez, Él nos salvó, nos dio una herencia, esa herencia involucra una predestinación, de nuevo, según su propósito, y según ese propósito Él opera todas las cosas según el propósito de su voluntad, para que Él nos lleve para que seamos para alabanza de su gloria. El versículo 14, ‘Él nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión de Dios para alabanza de su gloria’. Él nos va a llevar a la gloria, Él nos va a redimir de manera completa y el Espíritu Santo nos es dada como una garantía. Digo usted no puede entender esta gran verdad, Dios tiene un propósito, Dios tiene una voluntad, Dios tiene un plan.

Versículo 5, Dios tiene un beneplácito. De nuevo versículo 9, ‘según su beneplácito que Él determino’. Versículo 11, ‘según su propósito’. Versículo 14, ‘una garantía de nuestra herencia con miras a la redención de la posesión propia de Dios para alabanza de su gloria’. El propósito de Dios es traernos a la gloria. Usted no puede escapar a eso. Está en todos lados en la enseñanza del Nuevo Testamento de la salvación. De hecho, vea el capítulo 2 por un momento, y estamos familiarizados con los versículos 8 y 9, ‘por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe’.

Pero el versículo 7 nos dice porque nos salvó, ‘para que en los siglos venideros Él pueda mostrar las riquezas sobreabundantes de su gracia en su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús’. ¿Sabe usted porque nos salvó? Para que Él pudiera llevarlo a usted a la gloria, lo cual está en los siglos venideros, y derramar todas las riquezas sobreabundantes de su gracia y su bondad en usted. Usted no fue salvo simplemente para ayudarle temporalmente en esta vida, si usted puede aferrarse a la salvación. Usted fue salvo para que usted fuera traído a las riquezas sobreabundantes de su gracia y su bondad en los siglos venideros. Y debido a que este no es asunto de obras, el ser salvo, no es cuestión de obras el mantenerse salvo ¿verdad?

Fue gracia lo que lo salvo a usted, es gracia lo que lo mantiene y es gracia lo que lo lleva a usted a la gloria. De hecho, creo que es apropiado decir que la salvación no está basada en lo que el hombre y la mujer hace, ¿y usted está listo para escuchar esto? ni siquiera está basada en lo que un hombre o mujer decide en el sentido más puro. Juan 1:12, ‘más a todos lo que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, esto es a los que creen en su nombre’, escuche esto, ‘los cuales son engendrados’, esto está hablando de su nuevo nacimiento, su salvación, ‘no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón’ ¿sino de qué? ‘De Dios’, de Dios.

La razón por la que tenemos confianza en nuestra salvación eterna es porque ese es el plan, ese es el plan. Digo, el hombre natural en 1ra de Corintios 2:14, no puede entender las cosas de Dios, entonces ciertamente no se puede salvar a sí mismo, realmente no tiene esperanza en hacer algún esfuerzo para hacer eso, debido a que está ciego, y es ignorante, y es rebelde de manera deliberada, y es inicuo, sin esperanza. Jesús dijo en Juan 8:43, ‘a aquellos que le rodeaban Él dijo, ¿por qué no entienden lo que estoy diciendo? es porque no pueden oír mi palabra porque debido a su padre el diablo’. Y mientras que usted este muerto en delitos y pecados, y mientras que usted este ciego, y mientras que ustedes sean de su padre el diablo, no pueden entender la verdad.

No solo es cuestión de que son lo suficientemente inteligentes para tomar la decisión correcta, tiene que haber una obra poderosa de Dios, no es la voluntad del hombre, es la voluntad de Dios y eso se repite una y otra vez, pero quiero que vea a Juan 6 por tan solo un momento. Este es un texto conocido pero, simplemente para repetirlo brevemente, Juan 6:37, ‘todo lo que el Padre me da vendrá a mí’ y esa afirmación, en algún punto debe estar en la mente de toda persona, ‘todo lo que el Padre me da vendrá a mí’, en otras palabras, el asunto entero de la salvación es iniciado por la voluntad del Padre, ‘todo lo que el Padre me da vendrá a mí’, pase al versículo 44, ‘ninguno puede venir a mí si el Padre que me envió no le trajere’.

Ahora, observe esto, nadie viene a menos de que el Padre que me envió lo trajere. Yo haré mi mejor esfuerzo para aferrarme a él hasta el final, es eso lo que dice, no. ¿Yo que? ‘Yo lo resucitaré en el día postrero’. Ahora, nadie se pierde en el proceso, el asunto entero de la seguridad del creyente es identificado claramente aquí, por la voluntad de Dios son atraídos a Cristo, quien los guarda todos y los resucita en el día postrero. De regreso en el versículo 39, ‘y esta es la voluntad del que me envió, que de todo lo que me ha dado no pierda ninguno, sino que lo resucite en el día postrero, porque esta es la voluntad de mi Padre que todo el que vea al Hijo tenga vida eterna, Yo mismo lo resucitaré en el día postrero.

La voluntad de Dios es que a quien Él atrae, Cristo recibe, que a quien Cristo recibe, Él guarda, y a quien Él guarda, Él lo resucita para gloria eterna. Esa es su voluntad. Usted se acuerda de esa sección tan notable del capítulo 17 de Juan y le recuerdo esta sección porque es una de las verdades más magnificas que nos ayuda a entender esto. Jesús estaba tan consciente de su responsabilidad de aferrarse a los creyentes que cuando Él iba hacia la cruz, Él se dio cuenta de que iba a haber un problema, porque iba a haber un tiempo en la cruz, se acuerda, cuando Él dijo, Dios mío, Dios mío, ¿porque me has desamparado? Iba a haber un tiempo en la cruz, cuando Él iba a estar espiritualmente de alguna manera aislado de Dios, y Él no podía aferrarse o sostener a los suyos.

Ahora, eso era una preocupación para Él, entonces Él ora al Padre en Juan 17, y en el versículo 11, esto es lo que Él dice, y Él está viendo hacia adelante al tiempo en la cruz, ‘ya no estoy en el mundo, sin embargo, ellos están en el mundo, y yo voy a ti, Padre Santo’, observe esto, ‘guárdalos en tu Nombre’. ¿Sabe usted lo que Él realmente le está diciendo al Padre? Padre va a haber un tiempo cuando no voy a poder aferrarme a ellos, por favor ¿podrías encargarte durante ese tiempo y guardarlos por mí?. Versículo 12, ‘mientras que yo estuve con ellos, yo los estaba guardando en tu Nombre’.

Aquellos que tú me diste, yo me aferre a ellos, esa fue tu voluntad, ese fue tu propósito, eso fue lo que tu dijiste, eso es lo que tu querías, y eso es lo que yo he hecho. Los guardé y ninguno de ellos perecieron, sino el que debía perecer, el que nunca fue un hijo verdadero, un creyente verdadero para que las Escrituras se cumplieran, refiriéndose a Judas. Jesús está diciendo, Yo los guardé Padre, pero va a venir un tiempo, cuando yo no los voy a poder guardar, ese tiempo en el que voy a llevar el pecado en la cruz, y tienes que guardarlos por mí. Que verdad tan tremenda. En el versículo 15 él define lo que quiere decir, él también se da cuenta que él va a regresar a la gloria, y él no va a estar ahí para estar presente y cuidar de ellos. Él dice, no te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.

Cuando le pide al Padre que los guarde, él se refiere a guardarles de Satanás, ¿en qué sentido? Permítame decirle lo que Satanás quiere hacer. Satanás quiere hacer esto, él quiere destruir la fe salvadora. Usted necesita entender eso. Ese es el mensaje entero del libro de Job, ¿se acuerda de eso? el punto entero del libro de Job no es que un hombre está sufriendo, y un hombre y sus consejeros, y un hombre que pierde todo y recibe más después. La historia del libro de Job es esta historia, es la historia de la incapacidad de Satanás de destruir la fe salvadora. Satanás viene delante del trono de Dios en los primeros dos capítulos, él le dice a Dios, la única razón por la que alguien, inclusive se mantiene fiel a ti es porque tu Dios, es porque tú los bendices todo el tiempo.

Y si tu dejas de bendecirlos y la vida fuera lo suficientemente difícil, te maldecirían. Y Dios dice, muy bien, toma a Job y haz lo que quieras con él y veremos. Y Satanás ataca la vida de Job de las maneras más devastadoras que podemos imaginarnos. Él pierde todo, digo, literalmente todo excepto su esposa, quien le dio un consejo malo, como el resto de la gente que lo rodeaba. Él pierde todos sus hijos, todos son matados. Él pierde todos sus cultivos, él pierde toda su fortuna, él pierde su salud, todo menos su vida, y él quizás le hubiera gustado haber perdido eso para salir de la miseria absoluta. Él fue de riqueza a pobreza, él fue de tener una familia a tener nada.

Él fue de ser un hombre de salud, a ser un hombre que estaba lleno de ulceras, y se estaba rascando su piel con un pedazo de barro roto, en dolor y agonías totales. Pero a través de todo eso, nunca perdió su fe en Dios. Y el punto entero al final del libro es que él dice que es más fuerte de lo que jamás ha sido. ‘De oídas te había oído, más ahora te veo y me arrepiento en polvo y cenizas.’ Lo que sucedió fue que, a través de todo este sufrimiento, su fe no fracasó. De hecho, en un punto él dijo, ‘aunque me matare, todavía confiaré en Él’.

A través de todo el sufrimiento, su fe no fracasó, fue fortalecida. Y Dios estaba probando el punto, la fe salvadora no puede ser destruida. Entre más fuerte sea la prueba, más fuerte la fe. Como puede ver, esa es la razón por la que Santiago dijo, ‘tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas’, porque ese tipo de experiencia tiene un efecto positivo, ¿no es cierto? Produce paciencia, y la paciencia tiene una obra perfecta. Pero Satanás quiere destruir la fe salvadora, eso es lo que él quiere hacer.

El plan del Padre no es permitirle hacer eso, y el Padre dice, ‘nunca te dejaré que seas tentado más de lo que ¿qué?, puedas ser tentado’, sino que siempre proveeré un camino de escape para que puedas soportarlo. El Señor nunca va a permitir que usted atraviese por algo que usted no puede soportar, y en medio de ello, siempre va a proveer un camino de escape.

El Señor siempre va a proveer la fortaleza de la intercesión del Espíritu Santo, la fortaleza de la intercesión del Hijo, para asegurarse de que no importa lo que suceda, usted sea guardado por el poder del Padre, porque ese es su propósito. Ese es su plan, sin importar lo que Satanás quiera hacer. Y entonces veamos en Juan 17:15 Jesús está diciendo, simplemente protégelos del maligno, usted está seguro amado, porque ese es el propósito del Padre. Pero usted está seguro porque el Hijo y el Espíritu están asegurándose de que el proposito del Padre sea cumplido, y el Espíritu está constantemente de manera incesante intercediendo por usted desde la tierra, conforme Él mora dentro de usted y el Hijo está intercediendo de manera incesante por usted, en la presencia de Dios, a la diestra del trono.

Y en medio de los dos, usted está seguro. ¿Por qué? versículo 24 de Juan 17, deseo que ellos a los quien tú me has dado estén en donde yo estoy. Quiero llevarlos a la gloria, tú quieres llevarlos a la gloria, quiero llevarlos a la gloria, el Espíritu Santo está gimiendo por Su gloria. Vimos en Romanos 8 como la creación entera está gimiendo, y en segundo lugar estamos gimiendo por la redención de nuestros cuerpos, la creación entera está gimiendo por la tierra milenaria gloriosa, estamos gimiendo por nuestros cuerpos glorificados y el Espíritu Santo está gimiendo también por nuestra gloria eterna. El Espíritu lo quiere, el Hijo lo quiere, el Padre lo quiere, yo quiero llevarlos a la gloria para que estén en donde yo estoy, para que puedan ver min gloria que tú me has dado.

Quiero que vengan a la gloria, para que puedan venir a la gloria. Ese es el plan, ¿se acuerda que le he dicho de esto en el pasado? La salvación consiste en que Dios quiere crear y redimir una humanidad, un grupo de seres humanos que puedan ir al cielo, con el propósito de glorificar el Hijo, ¿verdad? Y Él dice, Yo quiero que el plan se cumpla. Quiero verlos llegar hasta la gloria para que vean mi gloria, la gloria que tú me has dado, porque tú me amaste antes de la fundación del mundo. Antes de la fundación del mundo, el Padre debido a su amor por el Hijo le dijo, voy a darte una humanidad redimida, te los voy a dar hasta la gloria. Van a llegar a la gloria con el propósito expreso de alabar y glorificar tu gran nombre.

Esa fue la manera en la que el Padre expresó su amor al Hijo, al darle una humanidad redimida, y el plan del Padre fue escoger quienes serían, salvarlos, y entonces el Hijo iba a proveer el sacrificio para esa salvación. Y el Hijo y el Espíritu en una obra intercesora mediante la cual guardan esas personas, las mantienen seguras y las llevan hasta la gloria.

Y Jesús hizo su parte, está haciendo su parte, como también el Espíritu y el propósito de Dios permanecerá. Entonces como puede ver, ahora regresemos a Romanos capítulo 8, usted ve la afirmación maravillosa en Romanos 8, ‘conforme a Su propósito son llamados’. Esa frase abre todo, eso abre todo. Y después el versículo 29, ‘porque a los que antes conoció también los predestinó para que fuesen conformados a la imagen de su hijo.’

Escuche, Él no lo predestinó para el comienzo de su salvación, sino para el fin de la misma, lo cual es ser conformado a la imagen de Su Hijo. Cuando estemos finalmente en la gloria seremos como Jesucristo, y hablaremos más de eso conforme avanzamos por esto. Ahora, conforme vemos estos dos versículos, quiero que veamos tan solo dos puntos, y vamos a ver tan solo esta noche, por tan solo unos cuantos más minutos, y después terminaremos la próxima vez. Pero quiero que veamos el propósito de la salvación y el progreso de la misma. El propósito de la salvación y el progreso de la salvación.

Hay una afirmación clara del propósito de la salvación, y está ahí en el versículo 29. Él nos predestinó para ser conformados a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. El propósito de la salvación, odio sorprenderlos demasiado, pero el propósito de la salvación no fue primordialmente para usted. El propósito de la salvación no fue primordialmente librarlo del infierno y llevarlo al cielo para que usted simplemente se pudiera sentar en una nube y tocar un arpa y disfrutar de un gran tiempo por toda la eternidad.

Eso en ciertamente es un beneficio secundario y corolario. El propósito de la salvación no fue para que usted pudiera ir al cielo, y vivir en alguna mansión ahí arriba como a la gente le gusta pensar, en Juan 14. El propósito no fue para que usted pudiera caminar por la Nueva Jerusalén, esta ciudad en forma de cubo, transparente, de oro, con joyas. El propósito de su salvación no fue para ser una persona perfecta que pudiera vivir para siempre en la bendición eterna del cielo, en un gozo consumado, in-mitigado, interminable. No. El propósito de su salvación fue para que usted sea consumado a la imagen de Su Hijo. Bueno, ¿qué significa eso? Bueno el plan de Dios en la salvación fue que los salvos sean como el Hijo, hacer que los salvos sean como Cristo. El perdón de pecados, ese es un beneficio maravilloso. El quitar la culpabilidad, el conceder paz, y gozo y amor y todo eso, todo eso es parte de la realidad de la salvación, pero la meta es hacerlo como Jesucristo.

Y la salvación, escuche con atención, para que sea salvación no puede quedarse corta de eso, de lo contrario, no es la salvación que Dios planeó. ¿Entendido? No puede simplemente terminar con llamado, que Dios simplemente llame, y después espera. No puede terminar con justificación. Él justifica, pero nunca va más allá de eso, y Él en cierta manera espera que llegue a la gloria. No. El plan de Dios, el propósito de Dios, el beneplácito de su voluntad es que seamos llevados hasta la gloria, y después esta gran frase, ‘conformados a la imagen de Su Hijo.’ Hemos sido salvos en esperanza, dice ahí atrás en el versículo 17, 19 y 21. Y la esperanza en la que hemos sido salvos, es que algún día, seremos como Cristo. Ahora veamos esa frase, ‘para ser conformados’.

Literalmente significa, traer la misma forma con. Esto realmente es inconcebible, pero este es el plan de Dios. Filipenses 3:20, escuche, ‘porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo, (escuche esto) el cual transformara el cuerpo de la humillación nuestra en conformidad al cuerpo de la gloria suya. ¿Cómo es posible que Él vaya a hacer eso? por el poder que él tiene, inclusive para sujetar todas las cosas a sí mismo.

Dice usted, ¿Cómo es posible que Él va a hacer eso? la gente me hace las preguntas más simpáticas. Me dicen, bueno estoy un poco preocupado por la cremación, porque ¿Cómo es que el Señor va a encontrar todos los pedazos al final, para que Él me pueda dar el cuerpo glorificado? No se preocupen, no se preocupen.

Si usted no es cremado, si usted se queda en la tumba por un buen tiempo, y usted va a tener el mismo problema porque hay desintegración. Cómo puede ver es el mismo poder Como Filipenses 3 dice, es por el mismo poder que Él ejerce sobre todo en el universo. Él creó el universo entero, ¿de qué? de nada. Él va a tener que concedernos una forma como el cuerpo glorioso de Jesucristo. Dice usted, ¿qué significa eso? ¿vamos a vernos como Él, y de treinta y tres años de edad, tener cabello que nos llegue al hombro, y una barba? Bueno algunas de ustedes damas, realmente no serían demasiado atractivas en esas condiciones. No.

Está hablando, está hablando de su santidad, su condición de ser irreprensible, su justicia, su perfección espiritual. No sé lo que todo eso significa, fuera de decir que usted va a tener un cuerpo como Su cuerpo glorioso, y lo único que sabemos de su cuerpo glorioso, es lo que sabemos por sus apariciones post-resurrección. Él fue visible, él podía ser tocado, él podía hablar, él podía comer, él podía transportarse de manera sobrenatural rápidamente, él podía vivir en el tiempo y el espacio, adentro y afuera de él. Él fue perfecto y sin pecado, y visible a todos aquellos que él escogió revelarse a sí mismo. Pero vamos a ser llevados a la misma forma, como el cuerpo de resurrección de Jesucristo. En cualquier manera en la que la humanidad glorificada puede ser como la deidad encarnada, seremos como Cristo. Y es una realidad espiritual, sin embargo, habrá un cuerpo glorificado.

Observe la palabra ahí, ‘conformados a la imagen’. Esto es interesante. Imagen es eikōn, de la cual obtenemos la palabra ícono, de la cual, usted sabe lo que es un ícono, es una estatua, ¿no es cierto? ¿una réplica? Y la palabra eikōn es usada en otros cuatro versículos con referencia semejante a Jesucristo. 2 Corintios 3:18, 2 Corintios 4:4, Colosenses 1:15 y Colosenses 3:10.

Y se refiere a una semejanza derivada de manera deliberada, no una accidental. Cuando usted va a producir un ícono, produce una réplica de alguien más, no es accidental. Una estatua es una réplica, y eso es exactamente lo que la palabra expresa. Vamos a ser a imagen de Jesucristo, y de alguna manera Dios nos va a moldear en una réplica de Jesucristo. No seremos Jesucristo, como un hijo no es su padre, sino que llevaremos la imagen de Jesucristo, como de algunas maneras un hijo es la réplica de su padre. Cuando Dios hizo al hombre, lo hizo a su imagen y a su semejanza, Génesis 1:26.

Pero esa imagen original, imago dei, como llamada con frecuencia fue distorsionada por el pecado, de tal manera que el cuerpo original tuvo que ser descartado en la tumba. Pero va a venir un tiempo en la gloria eterna, cuando la intención de Dios de que el hombre fuera hecho a su imagen será restaurada de nuevo.

Él se volvió uno de nosotros, para que nosotros pudiéramos ser conformados a Él. Esto es algo increíble. 1 Juan 3, es la promesa conocida, escuche, versículo 1. Mirad cuán gran amor el Padre nos ha dado, cuán grande es el amor de Dios hacia nosotros, esto es maravilloso, para que seamos llamados hijos de Dios, y lo somos. Por esta razón el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. El mundo no puede reconocer a los hijos de Dios, ni siquiera lo reconoció a Él. ¿Cómo puede reconocernos? Amados, me encanta esto, versículo 1. Ahora somos hijos de Dios, es verdad, somos ahora hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que seremos, esta no es la imagen final.

Sabemos que cuando Él se manifieste, seremos ¿qué? como Él. Guau. El plan entero de la salvación es hacernos como Él. Internamente y externamente, en nuestro espíritu redimido, justo, santo, y nuestro cuerpo glorioso perfecto, sobrenatural de resurrección vamos a ser como Cristo. No seremos Cristo, pero seremos tan parecidos a Cristo cómo es posible, para la humanidad glorificada ser como la deidad encarnada, y amados esa es la meta de nuestra salvación. Eso es lo que Dios tuvo en mente antes de la fundación del mundo. Eso es lo que Dios tuvo en mente cuando Él nos salvó, y eso es exactamente lo que va a suceder.

Escuche Hebreos 2:10, aquí está de nuevo, es Cristo por medio del cual son todas las cosas, me encanta esta frase a la mitad del versículo 10, en llevar a muchos hijos a la gloria. Como puede ver de nuevo, ese es el punto, el punto es que Él trae a sus hijos a la gloria, para perfeccionar al autor de su salvación. Si Cristo no trae a muchos hijos a la gloria, si él no nos lleva hasta la gloria, entonces él no es el autor perfecto de nuestra salvación. El propósito definitivo entonces para nosotros es ser glorificados.

¿Pero porque quiere Él esto? hay una razón inclusive para eso. Hay una razón y un motivo detrás de eso, de regreso al versículo 29, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. ¿Por qué nos quiere hacernos como Cristo? Para que haya muchos hermanos entre los cuales Cristo sea el primogénito. Primogénito es la palabra prōtotokos y significa el primordial, no en cronología, significa el primordial. Siempre fue el que era el hijo más notable, el que heredaba todo, el que tenía los derechos el privilegio y honores. Es la posición de preeminencia.

Como puede ver, Dios tuvo un plan y el plan fue que Él congregara en torno a Cristo, una realidad redimida hecha a su imagen, que lo viera como el preeminente, y de esta manera, por los siglos de los siglos, lo alabaran, y lo honraran y glorificaran su nombre, y esa es la razón por la que fuimos salvos. ¿Porque necesitamos ser como Él? Porque eso nos permite, no solo alabar y honrar su nombre, por lo que reconocemos que Él es, sino para reflejar eso a través de nuestra semejanza a Él.

Simplemente es otra manera de manifestar su preeminencia. Como puede ver, el fin definitivo de la salvación es la gloria del hijo. Y la gloria del hijo llama a que su preeminencia entre una humanidad redimida, entera, a quien verá su preeminencia y por los siglos de los siglos lo glorificará. El objetivo definitivo en hacernos a su imagen, es que Él sea el más glorioso entre muchos que son gloriosos. Dios quería a seres santos glorificados, quienes por los siglos de los siglos reconocieran la majestad, y la maravilla y la preeminencia de Su Hijo.

Simplemente es un concepto tremendo, Él es el preeminente entre muchos hermanos. Hebreos 2 dice que Él no se avergüenza llamarnos hermanos. ¿No es eso maravilloso? Tendremos una relación íntima con Él, pero Él será el primordial. Él recibirá toda la alabanza, y toda la honra y toda la gloria. La única gloria que tendremos es aquella que es derivada de Él. La única justicia que tendremos es la que es concedida de Él. La única belleza y magnificencia que tendremos será, porque tenemos Su imagen.

Es algo sorprendente, Pablo dijo, que Dios me apartó inclusive desde el vientre de mi madre, y me llamó mediante Su gracia. Y Él me llamó para alcanzar este gran fin, esa es la razón por la que Pablo les dijo a los Gálatas, no estoy satisfecho hasta que Cristo sea formado completamente en ustedes. David lo dijo así, solo estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza. El punto central en la historia de la redención es la gloria del hijo, desplegada por toda la eternidad, ante los santos redimidos y los ángeles. Él debe ser glorificado eternamente, eternamente debe ser exaltado.

Él está por encima de la multitud de los redimidos, como su rey, sacerdote, profeta y salvador. Y amados, esa es la razón por la que inclusive aquí en esta vida, antes de que lleguemos ahí, el objeto de nuestra vida es glorificar a Cristo, ¿no es cierto? Esa es la razón por la que la adoración es una prioridad tan importante para nosotros, esa es la razón por la que no estamos pasando nuestro tiempo cuando nos congregamos en cosas torpes. Esa es la razón por la que no estamos tratando con cosas triviales, enredándonos con entretenimiento y cosas centradas en el hombre, sino que hemos sido redimidos, hemos sido ordenados desde antes de la fundación del mundo, con el fin de que le demos la preeminencia a Cristo y eso es lo que hacemos.

Y hasta que lleguemos a ese punto, todavía buscamos esa meta. Eso es Filipenses, les he dicho muchas veces, Filipenses 3, prosigo a la meta, ¿cuál es la meta? La meta es el premio del supremo llamamiento. ¿Cuál es el premio del supremo llamamiento? Semejanza a Cristo.

Ese es el premio del supremo llamamiento, cuando vaya a la gloria. Es la meta en la vida mientras que estoy aquí, entonces busco la semejanza a Cristo aquí, porque esa es la razón por la que fui salvo en primer lugar. Ese es el propósito de la salvación, ahora, eso nos lleva al progreso de la salvación, pero no tengo tiempo. Entonces, haremos eso la próxima vez. ¿Cómo es que Dios nos lleva a cumplir este propósito? Y el progreso, los vamos a ver en las palabras, antes conoció, predestinó, y amó, justificó y glorificó, y guardaremos eso para la próxima vez.

Padre, este ha sido un día tan maravilloso juntos con tu pueblo preciado. Estamos tan agradecidos por esta iglesia amada, y el derramamiento de tu gracia sobre nosotros, estamos tan agradecidos por la manera maravillosa en la que tu gracia continúa trasformando vidas, como hemos oído de los testimonios de aquellos que se bautizaron esta noche. Estamos tan agradecidos por la Palabra, la Verdad, la Palabra Viva que desafía tan poderosamente, convence de pecado, instruye y ordena nuestras vidas. Te agradecemos Padre por todo lo que nos das en la fortaleza del Espíritu que mora en nosotros.

Por la fidelidad de nuestro gran Sumo Sacerdote, quien ha sido tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado, quien conoce el camino del escape, y quien intercede por nosotros. Te damos gracias porque nada puede condenarnos, porque tú nos has declarado justos, y no hay una corte más elevada. Nada puede separarnos del amor de Cristo, quien ya ha dado su vida por nosotros. Te damos gracias porque estás a través de Jesucristo, estás llevando muchos hijos a la gloria, y a todos los que tú has escogido tú llamarás, y todos los que tú llames, vendrán. Y a todos los que tu llamas Cristo recibe, y todos los que Él recibe, Él guarda, y todos los que Él guarde, Él resucita.

Te damos gracias Padre, por la esperanza de la gloria eterna, y por esa gloria que esperará hasta el tiempo cuando seamos hechos perfectos, y el propósito para el cual nos llamaste, el propósito por el cual tu nos predestinaste desde el principio. Y esto es, que le diéramos la preeminencia eternamente a Jesucristo, en las perfecciones del cielo eterno y esto se llevará a cabo. Pero hasta ese día que sirvamos para el propósito por el cual estamos siendo redimidos, inclusive ahora y que exaltemos a Jesucristo por alabanza y obediencia. Y oramos en su gran nombre. Y todo mundo dijo, Amén.

 

 

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