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Comenzando la semana pasada dije que íbamos a hablar un poco acerca de la familia. Y hemos titulado esta serie breve, “Sombra para los hijos.” Comenzamos con un proverbio chino antiguo que dice, “Una generación planta los árboles y la siguiente generación disfruta de la sombra.” La pregunta que hacemos es, ¿acaso esta generación está plantando algún árbol para proveer sombra para la próxima generación? Podríamos estar convencidos de que no lo está haciendo. En realidad, este es un problema serio a largo plazo.

El Antiguo Testamento dice que los pecados de los padres son visitados en los hijos hasta la tercera y cuarta generación. Eso no significa que, si un padre peca, tres o cuatro generaciones de sus hijos serán castigadas, eso es plural. Los pecados de los padres, los líderes colectivos de cualquier período de tiempo, cualquier cultura, cualquier nación, cualquier sociedad, los pecados de esos líderes, para invertir los pecados de esos líderes se van a necesitar tres o cuatro generaciones, inclusive en las mejores circunstancias. Ya hemos tenido unas dos generaciones de líderes que se han estado esforzando por atacar a la familia, siempre claro, la sociedad está en contra de Dios, y en contra de Cristo, y en contra de las Sagradas Escrituras, y a un grado u otro en contra de la iglesia verdadera.

Pero hemos tenido generaciones de liderazgo, educadores, psicólogos, inclusive políticos, que han estado atacando a la familia. Y ahora estamos comenzando a cosechar en la tercera y cuarta generación, el resultado de este ataque. La familia está en un modo de supervivencia en nuestra sociedad. El ataque ha continuado destrozando lo que es el cimiento de la civilización, la familia, lo que es el cimiento de una sociedad sensata, segura. Y ciertamente, lo que es el cimiento de un cristianismo que está transmitiéndose a través de la iglesia.

Recientemente una encuesta presentó una pregunta, y únicamente voy a resumir lo que está pasando con un par de comentarios a partir de esta encuesta. Porque todos estamos conscientes de esto, usted no necesita evidencia estadística, pero me pareció que esto era interesante. La pregunta en esta encuesta nacional es esta, ¿acaso el hogar ideal es un matrimonio en dónde el marido provee, y la esposa cuida de los hijos? La respuesta fue, ‘Sí’, por 30% de la gente. Esa misma encuesta presentó otra pregunta, a personas solteras, ¿Te quieres casar? El 40% dijo sí, el 60% no se quiere casar, el 70% no cree que un hogar ideal es un matrimonio en el que un marido provee y una esposa cuida de los hijos.

Debido a esto, estamos viendo el cañón apocalíptico que va a devastar esta sociedad. El matrimonio y los hijos en hogares estables con padres que proveen y padres que cuidan a sus hijos está desapareciendo rápidamente. Y no estoy aquí para desalentarlo por esto, únicamente estoy aquí para decirle que esto es la realidad, pero esto no es nuevo, no es nuevo. Después de la caída en el libro de Génesis, Génesis capítulo 3, la maldición del pecado fue desatada en contra de la sociedad humana. El hombre fue maldecido. La mujer fue maldecida. La tierra fue maldecida. El universo fue maldecido y por lo tanto la sociedad fue maldecida. El pecado fue desatado en toda forma imaginable.

Y en los primeros capítulos de Génesis, usted lo ve todo. Cuando usted llega al sexto capítulo de Génesis, usted ha estado ya en 1600 años de la historia humana, y la raza es tan corrupta que leemos en Génesis 6, de la evaluación y acción de Dios. “Y Jehová vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda intención de los pensamientos del corazón era de continuo solo el mal. Y le dolió a Jehová que había hecho al hombre sobre la tierra, y estaba entristecido en su corazón y Jehová dijo, ‘Destruiré al hombre que he creado sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta los animales, a cosas que se arrastran, hasta las aves del cielo, porque me arrepiento de haberlos hecho.”

Ahora, la tierra se corrompió a los ojos de Dios. Y la tierra estaba llena de violencia. Dios vio la tierra y aquí estaba corrompida porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Pero Noé halló gracia a los ojos de Dios. Y, Dios, le dijo a Noé, el fin de toda carne ha venido delante de mí, porque la tierra está llena de violencia debido a ellos. Y he aquí voy a destruirlos junto con la tierra.” Después vino el diluvio. La población entera del planeta, algunos suponen que para ese entonces eran millones, fue ahogada, excepto por ocho personas, Noé, su esposa, tres hijos y sus esposas.

La corrupción en el mundo no es nueva, no es nueva. De hecho, se espera en toda sociedad, en todo período de tiempo. Hay un ciclo que se lleva a cabo en el mundo humano. Es descrito para nosotros de una manera en el capítulo 14 del libro de los Hechos, en dónde en el versículo16 dice de Dios. En las generaciones pasadas, Él permitió que todas las naciones siguieran sus propios caminos. Dios ha permitido que la maldición tenga su efecto, y que todas las naciones sigan por sus propios caminos. Siguen el camino de la maldición, hasta el pecado y el infierno. Él no se dejó a si mismo sin testimonio, haciéndonos bien, y dándonos lluvia del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y alegría nuestros corazones.

En otras palabras, Dios demostró lo que llamamos, gracia común, pero, aun así, toda nación en la historia humana ha estado en una espiral descendente. Romanos 1 lo describe en estos términos, “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo en contra de toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen la verdad con injusticia.” Eso es lo que todos los países hacen. Eso es lo que todas las sociedades hacen, eso es lo que todas las naciones hacen.

“Porque lo que se conoce de Dios, les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque los atributos invisibles de Dios, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación, siendo entendidos por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible, por imagen de hombre corruptible, y de aves, y de cuadrúpedos, y de serpientes.”

Adoraron ídolos, adoraron a la creación, en lugar de adorar al Creador, por lo cual Dios también los entregó en las concupiscencias de sus corazones a la impureza, porque habían cambiado la verdad de Dios por una mentira. Y después los entregó a pasiones degradantes, las mujeres intercambiando la función natural por aquello que no es natural,” lesbianismo, como se llama.

“De la misma manera también los hombres abandonaron la función natural de la mujer, y ardieron en su deseo unos con otros, hombres con hombres, cometiendo actos indecentes y recibiendo en sus propias personas la paga debido a su error. Y así como no consideraron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no son correctas, siendo llenos de toda injusticia, impiedad, avaricia, maldad, llenos de envidia, homicidio, contención, engaño, malicia, chismes, calumniadores, aborrecedores de Dios, insolentes, arrogantes, jactanciosos, inventores de males, desobedientes a los padres, sin entendimiento, sin ser dignos de confianza, no amorosos, crueles, quienes habiendo conocido la ley de Dios, que aquellos que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que se complacen con aquellos que las hacen.”

Esa es la historia del mundo, así es la dirección de todas las naciones. Han seguido ese camino terrible. Dice usted, “¿Qué hay acerca de la gente religiosa? ¿Acaso la gente religiosa en cierta manera no frena esa marea de corrupción?” Lo hacen en la superficie, pero la forma más poderosa de corrupción es la religión. La religión falsa es tan poderosa que cuando el Hijo de Dios vino al mundo y pasó tres años en un país pequeño, ministrando por todo ese país, día tras día, tras día, cuando todo se había dicho y hecho, hubieron 500 creyentes congregados en Galilea, y 120 en Jerusalén. Él había venido a los suyos, y los suyos no le recibieron y fue su religión lo que hizo que lo rechazaran.

Para Israel, a quien se le dio la ley de Dios, se le dio la revelación de Dios, siguieron un camino de pecado, el reino fue dividido como usted sabe. El reino del Norte fue llevado en cautiverio y nunca regresó, el reino del Sur fue llevado a Babilonia, y regresó 70 años después. El juicio devastador vino sobre Israel. De todas las personas religiosas sobre la tierra en tiempos antiguos, ellos fueron los únicos que tuvieron la revelación de Dios. A ellos se les dieron las Escrituras, los Pactos, las Promesas, pero en medio de su religión, hicieron concesiones, se volvieron justos a sus propios ojos. Fueron juzgados, el reino del Norte fue juzgado, el reino del Sur fue juzgado, Dios los trajo de regreso y eso duró un poco de tiempo. 

Y el Hijo de Dios vino y lo rechazaron. Y antes de que Él se fuera, Él se puso de pie y vio al templo y dijo: “Va a ser destruido, y ni siquiera una piedra va a quedar una encima de la otra. Todo va a ser demolido, Dios va a destruir este sistema.” En el 70 DC, los romanos vinieron, y literalmente masacraron a cientos de miles de judíos. Josefo el historiador dice, “Hay un número que no se ha contado de cuerpos judíos, que los romanos arrojaron por encima del muro, en profanación.” Mire, siempre ha sido una lucha en un mundo caído. La lucha podría ser debido a que la sociedad es pagana en su corrupción, podría ser porque es religiosa en su corrupción, y para ser honesto con usted, la religión no es una protección. La religión es una corrupción más poderosa que cualquier otra corrupción porque conlleva este engaño de que todo está bien con Dios.

Siempre ha sido una lucha levantar matrimonios fuertes, leales, amorosos, e hijos estables, obedientes, respetuosos, por no decir nada de matrimonios piadosos e hijos piadosos. Aun así el patrón de Dios no ha cambiado, un hombre, una mujer, desde Génesis en una unión de por vida, criando hijos para conocer a Dios y para transmitir la justicia de generación a generación. El principio de la historia de Génesis, nos dice que, desde el principio mismo, la corrupción fue masiva, a tal grado que Dios literalmente ahogó al mundo entero, excepto por ocho personas.

Entonces, ¿usted piensa que vive en tiempos difíciles? Así ha sido siempre. La religión falsa dominando en algunos lugares, el paganismo dominando en otros lugares, las naciones siguiendo su propio camino, descendiendo en el ciclo de inmoralidad, homosexualidad y una mente reprobada, pero, aun así, la Palabra de Dios no ha cambiado. Y el diseño de Dios para la familia no ha cambiado.

Permítame recordarle de lo que dije el domingo pasado, como una especie de cimiento. El matrimonio es una bendición, la Biblia lo llama, “la gracia de la vida.” ¿Quiere usted lo mejor de la vida? El matrimonio es la gracia de la vida. Esa es la intención de Dios para el matrimonio, ese es su diseño, el matrimonio es una bendición. La segunda cosa que le dije la última vez, es que los hijos son una bendición. Los hijos son una bendición, son el producto de dos volviéndose uno. Los hijos son herencia de Jehová, para enriquecernos, para bendecirnos, para alentarnos. Y cuando envejecemos, para apoyarnos, para cuidar de nosotros.

Entonces, el matrimonio es una bendición, Dios lo diseñó así. Los hijos son una bendición, Dios lo declaró así. La crianza de los hijos debe ser algo gozoso y satisfactorio, la crianza de los hijos debe ser algo gozoso y satisfactorio. Dios no le permite a toda persona tener hijos, eso ciertamente está dentro de Su propósito para la mayoría de la gente, pero no para todos, para la mayoría de los creyentes, pero no para todos. Pero cuando Dios le permite a los creyentes tener hijos, la crianza de los hijos debe ser gozosa y satisfactoria. El cuarto principio que le di, y quiero que piense en esto de nuevo, es que los padres tienen la responsabilidad de moldear la virtud de sus hijos. Los padres tienen la responsabilidad de cultivar la virtud de sus hijos, por causa de la sociedad, por causa de la civilización, y por causa del reino de Dios.

El enfoque, el centro de atención en el hogar, no está en los hijos sino en que los padres formen a los hijos. Vimos Proverbios 22:6, “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él.” Sus hijos son definidos por como los cría usted. La crianza de los hijos debe ser gozosa, debe ser satisfactoria, pero es la responsabilidad que domina el hogar, conforme usted se esfuerza por criar a los hijos con virtud. También le dije la semana pasada, que los padres tienen la influencia más poderosa, tienen la influencia más poderosa. ¿Por qué? porque usted los tiene 24 horas al día, 7 días a la semana. Porque llegan a éste mundo en sus brazos, y gran parte de lo que va a determinar sus vidas, lo que va a suceder en esos primeros cinco años, cuando el mundo ni siquiera tiene una gran influencia en ellos, está en manos de usted. Su intimidad, su amor, su devoción, su disciplina, su instrucción es tan, tan importante.

Esa es la razón por la que se les dijo a los hijos de Israel, como usted recuerda, en Deuteronomio 6, cuando entraron a la tierra prometida, cómo debían criar a sus hijos. “Oye Israel, Jehová nuestro Dios, que Uno es. Amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” Esa es la primera lección que enseñar a los hijos. “Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón, y se las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano.” En otras palabras, afectan lo que haces.

“Estarán como frontales,” como letreros en tu frente, para determinar lo que piensas. “Las vas a escribir en los postes de tu casa, y en tus puertas,” para que literalmente estén dominando tu vida, conforme entras y sales. Y si haces esto, cuando Jehová tu Dios te lleve a la tierra que juró a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, para darte grandes y majestuosas ciudades que no construiste, y casas llenas de buenas cosas que no llenaste, y cisternas escarbadas que no escarbaste. Viñas y olivos que no plantaste, y comas y estés satisfecho. Entonces ten cuidado de no olvidarte de Jehová, temerás únicamente a Jehová tu Dios, y a Él adorarás.” Esa es la primera lección que le enseñamos a los hijos.

El matrimonio es una bendición, los hijos son una bendición, la crianza tiene la intención de ser gozosa y satisfactoria. Los padres tienen la responsabilidad de moldear la virtud de sus hijos, y los padres tienen la influencia más poderosa. Y finalmente le dije que la crianza de los hijos es el plan de Dios. La crianza de los hijos es el plan de Dios. Génesis 1. Tengan hijos, llenen la tierra. Y después el diluvio, capítulo 9, el diluvio termina, a Noé y a su familia Dios les dice que hagan lo mismo que Adán y Eva se les dijo que hicieran en Génesis 1, tengan hijos, tengan familias.

1 Corintios capítulo 7, usted también recuerda que afirma el matrimonio, y afirma el matrimonio quizás por una razón diferente, debido a las inmoralidades cada uno debe tener su propia esposa, y cada mujer debe tener su propio marido. El marido debe cumplir su deber con su esposa, y de la misma manera la esposa con su marido. La esposa no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido, y así mismo el marido no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. Dejen de privarse el uno al otro, dejen de negarse el uno al otro, a menos de que sea por mutuo consentimiento, por un tiempo para que puedan entregarse a la oración. Y vuélvanse a unir para que Satanás no los tiente debido a su falta de dominio propio. Esto digo a manera de concesión, no de mandato.” Pablo quiere decir que Jesús no dio este mandato, sino que, “estoy dando esto como del Espíritu Santo.” Cásense, cásense.

La soltería no es la norma. Más adelante en el capítulo él dice, “para algunos que tienen el don, lo es.” Y hay algunos a quienes el Señor decide no darles hijos, eso está dentro de sus propósitos también. Pero para la mayoría es matrimonio y una familia. ¿Cómo podemos hacer aquello a lo que Dios nos ha llamado? No lo podemos hacer en nuestra propia fuerza. Esa es la razón por la que, vayamos a Efesios capítulo 5, y podríamos comenzar con el versículo 15. “Mirad cómo andéis, no como necios, sino como sabios, aprovechando el tiempo porque los dias son malos.” El reconocimiento, usted vive en un mundo pagano, ciertamente los creyentes en Éfeso vivían así. “No sean insensatos, sino entendidos de cual sea la voluntad del Señor. Y no os embraguéis con vino en lo cual hay disolución,” aquí viene, “antes bien, sed llenos del Espíritu.”

Es el Espíritu Santo quien nos guía a la adoración, a hablarnos entre nosotros con salmos, himnos, con canticos espirituales, haciendo melodía en nuestros corazones al Señor. Es el Espíritu Santo quien nos guía a estar agradecidos por todo lo que ha venido a nosotros, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Le ofrecemos gracias a Dios por ello. Es el Espíritu Santo quien nos capacita a someternos unos a otros, en el temor de Cristo. Es el Espíritu Santo que hace que las esposas estés sujetas a sus propios maridos, como al Señor. “Porque el marido es la cabeza de la esposa, así como Cristo también es la Cabeza de la iglesia.”

Es el Espíritu Santo quien hace que los maridos, en el versículo 25, amen a sus esposas, “así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella.” Es el Espíritu Santo, quien está detrás de todo esto. No nos sorprende cuando la familia es un desafío difícil en el mundo, porque están tratando de hacerlo menos el Espíritu Santo. La sociedad va a fracasar en eso, aunque puedan haber algunos vestigios de esto aquí y allá, pero dentro del marco del plan del reino de Dios, entre aquellos que pertenecen a Cristo, y poseen el Espíritu Santo, éste debe ser el patrón. Las esposas que se someten a sus propios maridos como al Señor, esposas que entienden que el marido es la cabeza de la esposa, así como Cristo es la cabeza de la iglesia, y el Salvador del cuerpo.

Como la iglesia está sujeta a Cristo, también las esposas deben estar a sus maridos en todo. Maridos, bajo el poder del Espíritu Santo, por la gracia de salvación, que aman a sus mujeres, “así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a Sí mismo por ella, para que la santificara habiéndola limpiado por el lavamiento del agua, con la Palabra, a fin de presentársela a sí mismo, en toda su gloria, no teniendo mancha, ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuera santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama, porque nadie aborreció su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, así como Cristo con la iglesia.”  

“Porque somos miembros de Su cuerpo. Por esta razón, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Este misterio es grande, pero estoy hablando en referencia a Cristo y a la iglesia. No obstante, cada uno entre vosotros debe amar a su propia esposa, como así mismo, y la esposa debe respetar a su marido.” Todos conocemos esto, ¿verdad? Éste es el ambiente necesario para que la casa de los hijos, sea eficaz y exitosa. Una esposa que se somete a su marido, como al Señor, un marido que ama a su mujer como Cristo ama a la iglesia. Un marido quien, en un sentido temporal, como también en un sentido espiritual, es el santificador de ella, el que la mantiene pura, el que le permite a ella mostrar su gloria, la gloria de ella. El que trabaja, el que se esfuerza por verla santa, e irreprensible.

Obviamente es muy difícil para personas sin el Espíritu Santo, que no conoce a Cristo, formar familias significativas. Sucede, hay personas disciplinadas, hay ciertos vestigios de los propósitos de Dios, y la ley Dios escrita en el corazón humano, inclusive el corazón humano no redimido. Y hay formas de religión que han capturado esos ideales y las han implementado a la fuerza en personas, y sucede, por lo menos de una manera externa. Pero entre cristianos, ésta debe ser la norma.

Todo comienza con una esposa sumisa, que entiende que espiritualmente ella es igual, porque en Cristo no hay varón ni mujer, Gálatas 3:28. No estamos hablando de inferioridad espiritual, estamos hablando de funciones por diseño divino, pero en dónde la esposa se ve a sí misma como la que cuida el hogar, la que cuida de los hijos, la que apoya amorosamente a su marido. Y el marido se ve a sí mismo como el salvador, el proveedor, y el que ama a su esposa, usted tiene una posibilidad de criar a hijos que honran al Señor.

Llegamos entonces al capítulo 6, y veamos los versículos 1 al 4, o simplemente los voy a volver a leer. “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Ese es un versículo muy corto, es el cuarto versículo, ¿no es cierto? muy, muy breve. Tiene un aspecto negativo y uno positivo.

El aspecto negativo, en un sentido es lo opuesto al aspecto positivo, y nos demuestra la línea fina por la que se debe caminar entre una disciplina amorosa, e instrucción, y provocar a los hijos a ira. Ahora, la última vez, vimos la sumisión de los hijos, versículo 1, deben obedecer a sus padres, porque esto es recto. Hay algunas cosas que son rectas, son correctas porque Dios las considera correctas, pero no solo obedecerlo, versículo 2, “honra a tu padre y a tu madre,” esto es una actitud. Obedece en todo, sin límites. Honra, el espíritu de respeto. Ustedes obedecen como hijos, ustedes honran, porque es correcto, porque el Señor lo manda, e inclusive añade una promesa.

La promesa está en Éxodo 20, versículo 12, está en los diez mandamientos. Es el primer mandamiento con una promesa, y la promesa es, vida larga. Para que te vaya bien, eso es calidad. Para que tengas una vida larga sobre la tierra, eso es cantidad. Los hijos obedientes viven sus vidas en plenitud, tanto en términos de privilegio, como de bendición, como de tiempo.

Ahora, los hijos no llegan al mundo conociendo esto, ¿verdad? no vienen al mundo obedeciendo, ¿verdad? No llegan al mundo con una actitud reverente, honorable hacia sus padres. Es esencial enseñarles a los hijos estas responsabilidades, porque usted está tratando de superar su naturaleza caída. Ese bebe pequeño, precioso, llegó a este mundo como un pecador, un pecador aterrador, y un pecador potencialmente mortal. Un escritor lo dijo de esta manera: “Todo bebe comienza una vida como un salvaje, completamente egoísta y centrado en sí mismo. Él quiere lo que quiere, cuando lo quiere, su mamila, la atención de su madre, sus amigos, sus juguetes. Niéguelo estos una vez, y él las toma con enojo y agresión, lo cual sería homicida si él no fuera tan inútil. Él está sucio, no tiene ningún valor moral, no tiene conocimiento, no ha desarrollado ninguna habilidad, esto significa que todos los niños, no solo ciertos niños, todos los niños nacen siendo delincuentes. Si se les permite continuar en su mundo infantil, centrados en sí mismos, si se les da libertad de responder a sus acciones impulsivas, por satisfacer todo deseo, todo niño crecería y terminaría siendo un criminal potencial, un ladrón, un homicida, y un violador.” (Fin de la cita).

Ahora, hay personas que de hecho creen en lo que es llamado, “regeneración presuntuosa.” Hay personas que creen que, si usted toma ese pequeño salvaje y le rocía agua, él de pronto se vuelva algún tipo de santo. Y usted ahora puede presumir, o dar por sentado que él es regenerado, debido a su bautismo. Si usted está presumiendo que su pequeño salvaje es regenerado, usted está equivocado, usted tiene una gran tarea como padre. Es una tarea incomparable, su tarea consiste en caminar por esa línea tan delgada entre hacer enojar a su hijo, y disciplinar a su hijo. Proverbios dice que el instrumento que usted usa para esto, es una vara. Es correcto, una vara. Si usted no usa la vara, como vimos la última vez, sus hijos van a crecer y van a traerle tristeza a usted, lo van a humillar a usted, van a ser una desgracia para usted. Se van a volver, Proverbios dice, “desastres.” Es esencial criar a un hijo disciplinado, para ver la promesa de una vida de bendición y plena.”

Proverbios 4:10 apoya ésta promesa, dice: “Oye hijo mío, oye y recibe mis palabras, y se multiplicarán tus años de vida.” Lea Proverbios 4, no voy a tomar el tiempo de hacerlo, lea Proverbios 4, lea Proverbios 5, lea la primera parte de Proverbios 7, simplemente sigue diciendo lo mismo. “Escucha la instrucción, escucha la instrucción, Hijo mío escucha la instrucción. Cuando usted cría hijos obedientes y respetuosos, tienen la promesa de una vida bendecida, de una vida plena. La tragedia de nuestra sociedad, es que los padres están preocupados por cómo se ven sus hijos. Están preocupados por la moda, la apariencia física. Están preocupados por el mérito académico, están preocupados por el mérito deportivo, y aparentemente, les importa muy poco su virtud.

Pero el mandato del versículo 4 a los padres es muy directo. “No provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y amonestación del Señor.” No es un mandato que tiene nada que ver con la ropa que usan, con lo que pueden lograr académicamente, deportivamente, económicamente. Todo tiene que ver con la disciplina y la instrucción con respecto a las cosas del Señor.

Entonces, veamos ese versículo 4 esta noche, con un poco de tiempo. Así es como los padres deben someterse, usted debe someterse a este deber. Esta es la parte de arriba del estándar de sumisión, de autoridad, que sostiene a la familia. Los padres guían y gobiernan, pero también se someten a una autoridad ordenada por Dios, amorosa, espiritual, disciplinada, que no abusa de los hijos.

En el día de Pablo existían ciertas actitudes que hacían que la vida para los hijos fuera peligrosa, como lo es en el mundo en muchos lugares en la actualidad, existían lo que se llamaba la “Patria Potesta” romana. Esa es una frase latina para el poder del padre. Un padre romano en el tiempo en el que Pablo escribió esto, tenía poder absoluto sobre su familia. Él podía vender a sus hijos como esclavo, él podía hacerlos trabajar en su campo, él podía encadenarlos, él podía tomar la ley en sus propias manos, él podía castigar, inclusive aplicar la muerte en su hijo, mientras que ese hijo viviera. No había límites de edad para la patria potestas.   

Los historiadores nos dicen que cuando un niño nacía, era colocado a los pies de su padre. Y si el padre se inclinaba para levantar al niño, significaba que él reconocía al niño, y quería que viviera. Si le daba la espalda y se iba caminando, el niño literalmente podía ser dejado ahí, aventado. Se ha descubierto una carta del año 1 AC, de un hombre llamado Hilario, a su esposa Alis. “Hilario a Alis, su esposa. Saludos cálidos.” Cuando usted recibe ese saludo en una carta de su marido, está en problemas. Ésta es la carta. “Debes saber que todavía estamos en Alejandría,” él estaba afuera. “No te preocupes si cuando todos regresan, yo me quedo en Alejandría. Te ruego que cuides del pequeño niño. Y tan pronto como reciba el sueldo, te lo voy a enviar. Sí, buena suerte para ti. Tienes un niño, si es niño que viva, si es niña, aviéntala, deséchala.” (Fin de la cita).

Los hijos que no eran deseados, comúnmente se dejaban en el foro. Eran recogidos en la noche, por personas que los cuidaban para que se volvieran esclavos, y para llenar las casas de prostitutas, ahí en Roma. Séneca dijo: “Matamos a un buey salvaje, estrangulamos a un perro loco, le metemos el cuchillo al ganado más enfermo, y a los hijos que nacen siendo débiles y deformados, los ahogamos.”

Entonces, ¿usted piensa que vive en un mundo difícil? Ah. Pablo estaba hablándole a un mundo en dónde los hijos, donde los niños eran abusados de manera severa, y siempre lo son en el paganismo. La Biblia dice, “Y vosotros padres, ustedes padres, no provoquen a sus hijos a ira. No hagan nada que los haga enojar. Críenlos en la disciplina y amonestación del Señor. Es eso opuesto a la sociedad, esa cultura, esta cultura, esa sociedad, esta sociedad. Los padres es el término, ‘páteres,’ palabra griega páter, normalmente usada para el hombre de las familias. Pero a veces es usada para incluir a la madre. En Hebreos 11, creo que es el versículo 23, en dónde se está refiriendo a los padres de Moisés, esta es la palabra que es usada.

Entonces, es una palabra que puede significar ‘padre,’ o inclusive puede estirarse para incluir a los padres, ambos. Ciertamente incluye la idea del liderazgo del padre, porque ha sido explicado eso en el capítulo 5, él es el padre que guía, a él se le da el lugar primordial de liderazgo. Pero también incluye a la madre, esa es la razón por la que Proverbios 4 dice, “Oye la instrucción de tu padre, y de tu madre.” Ambos necesitan estar involucrados en criar a un niño mental, física, social, y espiritualmente. Ha habido todo tipo de estudios que se han realizado del desarrollo de los niños. Y básicamente han llegado a las mismas conclusiones. He recolectado algunos de estos a lo largo de los años, y éste es el resumen.

La mayoría de los psicólogos, y aquellos que analizan la conducta de los niños, identifican cuatro factores necesarios para evitar el tener hijos delincuentes, hijos criminales: 1) la disciplina del padre; firme, justa, coherente, sensata. 2) la supervisión de la madre; con ellos en el hogar, cuidando de ellos. 3) El amor del padre y la madre entre sí; el amor demostrado. 4) La unidad de la familia; estar juntos en la casa, en el hogar, sentados en la mesa, pasando tiempo para hablar de la vida. Amar y reírse, y llorar, y hacerlo todos juntos.

Otra forma de la misma lista, vino de un psicólogo cristiano, hace algunos años atrás, quien dijo: “La clave para criar a hijos buenos, se encuentra en las siguientes cinco cosas: 1) ame; padres con amor genuino el uno por el otro, que fluye hasta los hijos. Disciplina regular, coherente. En tercer lugar, coherencia. Ambos padres se quedan juntos, usan las mismas reglas, de manera incoherente implementan esas reglas para que el niño entienda claramente lo que está bien, y lo que no es aceptable. No hay un capricho, y no hay un conflicto. Cuatro, ejemplo en familia saludable, los padres no esperan que los hijos vivan al nivel de estándares que ellos no mantienen. Y cinco, y pensé que esto es interesante, un hombre como cabeza de la casa.

Él escribe, “La gran mayoría de los neuróticos y delincuentes, crecieron en hogares en dónde no había padre. O el padre estaba ausente o era débil, y la madre era dominante. Usted puede ver que inclusive la psicología entiende, simplemente a manera de observación, que lo que la Biblia dice acerca de la crianza de los hijos, es correcto. Ahora, específicamente, ¿cuál es la responsabilidad de los padres? Doble. Veamos el versículo 4, “Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos,” eso es muy simple, no haga enojar a sus hijos. Colosenses 3:21 lo expresa de esta manera, “Y vosotros padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desanimen.” Usted literalmente puede quitarles la vida en desanimo. Usted puede hacer que estén enojados y estén frustrados, no provoquéis a ira a vuestros hijos, por cierto, es usada solo aquí y en Romanos 10:19.

La forma del nombre significa ‘irritación,’ una forma intensa de irritación, que enfurece a los hijos. No haga lo que hace enojar a sus hijos, y hace que se amarguen, y se exasperen, y se desanimen, y se den por vencidos en tratar de agradar, tratando de entender la vida. Nuestra autoridad nunca debe ser abusiva, nunca irritante, nunca llevar a la amargura. ¿Cómo hace usted eso? ¿Cómo es que usted provoca a sus hijos a ira? Permítame darle unas cuantas ilustraciones. Hay muchas maneras en las que usted puede provocar a ira a sus hijos. Hay muchas maneras para provocar a ira a sus hijos.

Una. Puede hacerlo mediante sobreprotección. Y la gente lo hace. Nunca confíe en ellos, nunca les dé una oportunidad de desarrollar independencia. Acorrálelos. Nunca les permita pensar por sí mismos, cuando hacen una sugerencia dígales que es torpe. Prívelos de alguna contribución, hágalos sentir de segundo nivel. Mire, si usted quiere desarrollar a un niño saludable, ese niño necesita sentirse amado, y que lo escuchan, y que es oído. El necesita poder, o ella necesita poder expresarse a sí mismo, o a sí misma. Poco a poco, así es como se refina. Óigalos. Tome algunos riesgos. Suélteles la cuerda un poco. Deles algo de independencia, no sea sobreprotector.

Otra manera en la que los padres hacen que sus hijos se enojen es por el favoritismo, al favorecer a un hijo por encima de otro. Me gustaría que fueras como tu hermano, nunca nos da problemas. Esa es una especie de historia Esaú-Jacob, ¿no es cierto? Rebeca prefirió a Jacob por encima de Esaú, los resultados tristes son bien conocidos. No los compare entre sí, no haga que uno se sienta inferior al otro.

Hay una tercera manera en la que usted puede provocar a ira a sus hijos, o exasperarlos, y eso es al empujar el mérito, lo cual, en mi experiencia, normalmente es para hacer que un padre se vea bien. Rara vez tiene que ver con los hijos. Algunos padres literalmente aplastan a sus hijos con presión por sobresalir en la escuela, en los deportes. Entonces, el hijo literalmente se amarga, porque nunca hay un nivel de mérito satisfactorio. Es una de las razones por las que no me gustan los deportes organizados para niños pequeños, y no me gusta la competencia académica para niños pequeños. Déjelos ser niños. Déjelos fallar. Déjelos hacer algo que no sea tan bueno como la mayoría de los demás, y afírmelos.

El empujarlos para que alcancen algo puede ser algo terrible, terrible, para los hijos. Los puede llevar al desánimo y al enojo. Y después cuando usted refuerza el fracaso al decir, “Nunca vas a llegar a nada, ¿porque es que nunca ganas? ¿Por qué es que nunca eres el primero de tu grupo? ¿Por qué es que no sacas las calificaciones que todo mundo saca?” Usted destruye el incentivo, y usted destruye el sentido de bienestar y amor. Busque maneras de recompensarlos, no todos son capaces de alcanzar lo que a usted le gustaría que alcancen, para que usted se vea bien.

Otra manera en la que usted hace enojar a sus hijos, es no sacrificarse por ellos. hacerlos sentir como si fueran una interrupción en su vida, un intruso. Estoy ocupado, estoy ocupado, podrías por favor irte, me estás molestando. Oh si los dejas irse a una esquina, y hacen su trabajo y luchan, y usted está demasiado ocupado como para prestarles atención, y usted los deja que hagan las cosas por sí solos, nunca hace cosas con ellos, que quieren hacer.

Me acuerdo, cuando tuve una plática con un par de niños pequeños hace años atrás, y uno de los niños estaba hablando con su amigo de su padre, acerca de su padre, que le gustaba jugar con él, y me acuerdo ésta afirmación profunda que hizo el otro niño, hablando de su padre, quien era un pastor de jóvenes, y él dijo: “Oh, mi padre nunca tiene tiempo para mí. Él está demasiado ocupado con los hijos de otras personas.” Aplastante, usted tiene que hacerlos sentir como si son la persona más importante en su mundo. Llévelos a lugares a dónde quieren ir. Haga cosas que con ellos que quieren hacer.

Otra manera en la que usted puede hacer que sus hijos se amarguen y se enojen, es al no permitirles crecer. Déjelos cometer errores. Déjelos crecer. Ríase cuando presentan ideas ridículas. No los condene. No espere perfección, únicamente progreso. Otra manera en la que usted puede exasperar a sus hijos, es al descuidarlos. Obviamente, siempre pienso en la historia de David y Absalón, no descuide a sus hijos, hablamos de eso un poco en el punto anterior. Permítame elevarla un poco. Aquí hay una manera en la que usted realmente puede herir a sus hijos, es una forma de abuso, mediante palabras amargas, palabras amargas. Usted tiene el vocabulario más poderoso en la casa, muchas más palabras están a su disposición para aplastar a su hijo, de lo que su hijo jamás podría llegar a tener.

Usted usa su vocabulario, y dice cosas a sus hijos que usted nunca recibirá de regreso, palabras aplastantes, palabras devastadoras que rompen sus corazones. Y, ¿necesito también añadir la crueldad física? Algunas veces, creo que el sarcasmo y el ridículo es peor que la crueldad física. Ahora, todo esto es un desafío para nosotros, ¿no es cierto? es un desafío. Pero así funciona. Si un niño vive con critica, aprende a condenar. Si un niño vive con ridículo, el aprende a ser penoso, y temeroso. Si un niño vive con vergüenza, él aprende a sentirse culpable. Si un niño vive con intolerancia, él aprende a estar enojado.

Por otro lado, si un niño vive con tolerancia, él aprende a ser paciente. Si un niño vive con aliento, él aprende la confianza. Si un niño vive con reconocimiento, él aprende a valorarlo, si un niño vive con justicia, él aprende lo que es la rectitud. Si un niño vive con amor seguro, aprende a confiar. Si un niño vive con aprobación, aprende a disfrutar. Si un niño vive con amor y amistad, él busca encontrar amor en el mundo.

Entonces, no debemos provocar a ira a nuestros hijos. Ahora, el lado positivo. Por otro lado, “Criadlos en la disciplina y amonestación del Señor.” “Criadlos en la disciplina y amonestación del Señor.” Criadlos asume, que no van a llegar ahí por sí mismos. Usted lo tiene que hacer. No sucede por accidente. Usted de hecho, podría comenzar a reconocer que criarlos en la disciplina y amonestación del Señor, involucra dos cosas. Involucra evangelizarlos, después involucra edificarlos. La palabra ahí para disciplina, es de hecho, paideia. Es la palabra para preparar, para aprender instrucción, disciplina. Disciplina como dolor, conforme es aplicado a un hijo. Realmente significa ‘criar a un hijo,’ preparar mediante regla, y mediante normas implementadas por amor y recompensas, y disciplina y castigo. Usted hace todo eso.

Susana Wesley, la madre de 17 hijos, incluidos a Juan y a Carlos, una vez escribió: “El padre que estudia para sujetar la voluntad personal en su hijo, trabaja junto con Dios en la renovación y salvación de un alma. El padre que permite la voluntad personal, cumple con el trabajo del diablo, hace de la religión impráctica, de la salvación inalcanzable, y hace todo lo que está en su capacidad, por ahogar el alma y el cuerpo de su hijo en el infierno para siempre.” (Fin de la cita).

Entonces, debemos criar a estos hijos, debemos disciplinarlos, criarlos en la disciplina, en la instrucción del Señor, nouthesia, significa instrucción verbal, escuche, con miras al juicio. ‘Instrucción verbal con miras al juicio.’ Permítame decirlo de manera muy simple, el peor problema que sus hijos tienen, el peor problema que sus hijos tienen, el peor asunto que enfrentan, la realidad más devastadora que enfrentan en el mundo, es la ira de Dios, es la ira de Dios. Eso va más allá de cualquier otra cosa, más allá de cualquier otra cosa. Su primera responsabilidad, es mostrarles cómo pueden escapar de la ira de Dios. Ese es su problema más grande. Ese es el problema más grande de usted, y de mí.

Usted no nada más puede decirles a sus hijos que Jesús quiere arreglar tus problemas, Jesús quiere darte un propósito, Jesús quiere calmara tu corazón turbado. Jesús quiere hacer de tu vida algo lleno de satisfacción. Usted tiene que comenzar con la ira de Dios. El peor problema que sus hijos tienen, es la ira final, terminal, eterna de Dios. La mejor promesa que sus hijos jamás van a oír, es la salvación de Dios, ¿verdad?

Entonces, ¿qué va a hacer para instruir a sus hijos de ésta manera? Usted va a sacar su Biblia. Y usted va a tener a sus hijos frente a usted, y quizás va a comenzar en Génesis. Y usted va a hablar de la Creación, de la maravilla de la Creación. Y después va entrar al capítulo 3, y usted va a decir que algo terrible sucedió, Satanás vino en forma de serpiente, y Eva pecó, y Adán pecó, y la raza humana entera cayeron en pecado, y Adán fue maldecido, y Eva fue maldecida. Horrible. Y esa es la razón por la que todos somos malos. Y esa es la razón por la que todos somos pecaminosos.

Y después usted va a decir, y usted llega al capítulo 5 de Génesis, “permíteme hablarte de un hombre,” está aquí en el versículo 17 de Génesis 5, es un hombre llamado Enoc. Enoc vivió hace mucho, mucho, mucho tiempo atrás, en la primera parte de Génesis, pero Enoc era un predicador. De hecho, él es el primer predicador. Y, ¿sabes tú cual fue su sermón? Lo tenemos en el libro de Judas, aquí está su sermón. “He aquí, el Señor vino, con miles de sus santos, para ejecutar juicio sobre todos, y para convencer a todos los impíos de todas sus obras impías, que han hecho de una manera impía, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado en contra de Él.” Wow. Ése es el primer predicador. Y ese es el primer sermón.

Otro predicador, un predicador poderoso, llamado Pablo, dijo esto: “Esto es indicación clara del justo juicio de Dios, para que seáis considerados dignos del reino de Dios, por el cual estáis sufriendo, porque después de todo es simplemente justo para Dios, recompensar con aflicción a aquellos que os afligen a vosotros, y consolar a aquellos de ustedes, de vosotros que estáis afligidos. Y para nosotros también, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo, con los ángeles poderosos y llama de fuego, dando retribución a aquellos que no conocen a Dios, y a aquellos que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús, estos pagarán la pena de eterna destrucción alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.”

El primer en la Biblia, Enoc, y en cierta manera el predicador final en la Biblia, en un sentido, uno de los finales, Pablo, tenían el mismo mensaje. Después usted podría ir de regreso a Génesis, capítulo 3 y decir, “Sabes una cosa, la gente sabía que era pecaminosa, y sabía que eran pecaminosos, y querían de alguna manera cubrir su pecado, y entonces consiguieron algunas hojas de higuera, y trataron de vestirse con hojas de higuera, y no sirvieron. Fueron inadecuadas. Pero permítame, darte unas buenas noticias, Dios vino y mató un animal. La primera muerte que jamás existió, la primera muerte que jamás existió en el mundo. Y Dios mató un animal, y tomó la piel y los cubrió. Dios quiere cubrir nuestro pecado.

¿Cómo es que Él va a hacer eso? Bueno, ahí atrás en Génesis 3, en el versículo 15, Él dijo que va a venir un hombre nacido de una mujer, y algún día Él va a aplastar la cabeza de la serpiente. Y al aplastar la cabeza de la serpiente, Él va a terminar con el dominio del pecado. ¿Quién es ese hombre? ¿Quién es ese hombre? ¿Cómo es que Él va a hacer eso? Bueno, va a venir un hombre, Él va a hacer eso. Él va a nacer de una mujer, Él se va a convertir en esa cubierta, quizás Él va a tener que morir.

Después usted puede ir a Génesis 22, y usted puede contarles a sus hijos la historia de Isaac. Abraham e Isaac van al monte Moriah, eso es Jerusalén, y Dios va a proveer un cordero. Abraham dice, “Dios va a proveer un Cordero.” Dios no va a dejar que esto pase, Dios o va a resucitar a este hijo de los muertos o Él va a proveer un cordero. Y llegan allá arriba, Isaac está llevando la madera, y es colocado sobre la madera, un retrato de Cristo, e Isaac va a morir como un sustituto, por el pecado de Abraham. En cierta manera es lo que parece. Y no hay cordero, pero hay un carnero. Y el carnero es el sustituto, en un sentido. Isaac es el sustituto para Abraham, y el carnero es el sustituto para Isaac.

Y de nuevo, usted puede contarle a sus hijos, que va a haber un cordero, pero el Cordero no vino en ese momento. El Cordero no vino en ese momento. Pero hay un retrato del cordero y puede ir a Éxodo 12, y puede ir a la Pascua, y usted puede contar la historia maravillosa cuando el cordero fue matado y la sangre estuvo sobre los postes de las puertas. Y en la noche, el ángel de la muerte pasó y nadie podía ver la sangre porque era de noche, la colocaron en la noche, pero nadie necesitaba ver la sangre, sólo Dios necesitaba ver la sangre.

Y usted puede hablarles de Levítico 1, y puede contarles que hubieron dos animales y uno era sacrificado, y el segundo animal demostraba el efecto del sacrificio, porque la expiación era hecha por un animal. Los pecados eran colocados en el otro animal y llevado. Y usted puede contarles que cuando Jesús vino, Juan el Bautista dijo, “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Y después usted puede ir a la cruz, y contarles que Él murió y resucitó. Todo lo que le acabo de decir, un niño lo podría entender, ¿verdad?

Y después usted podría contarles que algún día, cuando usted vaya al cielo, Apocalipsis 5, usted va a estar congregado alrededor del trono de Dios, y van a estar cantando, “digno es el Cordero, digno es el Cordero.” Ésta es una responsabilidad tan grande, pero tenemos a un Dios grande, y un gran mensaje. Deles el evangelio de una manera tan rica como pueda usted, y después continúe edificándolos con la Palabra de Dios. Oremos.

Padre, te damos gracias por el tiempo maravilloso que hemos disfrutado en comunión a lo largo de este día. Gracias por tu verdad, tu Palabra, tu Palabra es verdad. Gracias Señor por estas personas preciadas. Oro por todos nosotros que somos padres, y abuelos, y todos nosotros que estamos casados; y maridos y mujeres. Y oro por las personas solteras, Señor, llévalos al cónyuge correcto, continúa causando que tu iglesia, aquellos que son redimidos, críen hijos piadosos que transmitan justicia de una generación a la siguiente, que transmitan el evangelio, la estafeta de la verdad del evangelio a la siguiente generación.

Ayúdanos a plantar árboles, árboles para la sombra de la generación que viene después. Gracias por el privilegio, gracias por el poder y el espíritu para hacer esto, y gracias por Tu palabra, que nos da la instrucción y la verdad que necesitamos. Estas cosas traemos delante de Ti, con esperanza y gratitud en el nombre de Cristo. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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