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Permítanme compartir con ustedes esta mañana algo que estuvo en mi corazón unas semanas atrás en nuestra Iglesia. Y varios alumnos se me acercaron y dijeron: “necesitas presentarnos eso como cuerpo estudiantil.” Y quiero hacer esto. Creo que van a encontrar algunas cosas frescas en las que nunca antes han pensado en nuestra plática en esta mañana.

La virtud más básica, fundamental de la masculinidad es de lo que quiero hablar. Quiero hablar de lo que constituye un verdadero hombre. Ahora, hablé con alguien. Algunas de ustedes, niñas, realmente están alertas ahora. Éste es el hombre que están buscando. Voy a describirlo en esta mañana. Quiero hablar de la virtud básica de la masculinidad. Quiero hablar del rasgo que distingue la masculinidad de manera más clara. Quiero hablar de la característica solitaria que es el cimiento de la masculinidad. Y quiero expresarla en una palabra. Y después, quiero describirla.

Si fuera a encontrar una palabra, sería la palabra fortaleza. Mantengan eso en su mente. Es la palabra fortaleza. Ahora, si buscan eso en el diccionario, básicamente encontrarán que la palabra fortaleza está constituida por dos palabras. Valentía y fortaleza. La cualidad más fundamental distintiva, básica, de la masculinidad es la fortaleza o la combinación de valentía y fortaleza. Es la disposición, escuchen con atención, inclusive el deseo de arriesgarse. De tomar un desafío, de atacar la dificultad, de tener una aventura. De entrar a lo desconocido. De enfrentar una situación difícil.

Los hombres buscan eso. Y realmente creo que ese es un componente genético. Creo que Dios lo ha diseñado en los hombres para que sean los que enfrentan riesgos. Los que enfrentan el desafío. Son los que conquistan.

Por otro lado, aquello que es más genuino acerca de la femineidad es que busca lo opuesto. Seguridad. En cierta manera es así, el marido viene a casa y dice: “mi amor, realmente, es emocionante. Dios nos ha llamado a la jungla. Vamos a una tribu que nunca ha oído la Palabra de Dios. Vamos a vivir en la jungla y vamos a entregar nuestras vidas.”

Y ella está un diciendo: “Eh-eh-eh-eh. ¿Oye, en donde viviremos? ¿Qué tipo de casa tendremos? ¿Quién cuidará de los niños? ¿Qué me pasará a mí cuando tu estés en la jungla?” Los pensamientos de ella instintivamente son: nada de riesgo, seguridad, protección, aislamiento, comodidades. Los pensamientos de él: aventura, desafío, enemigos, ataca, conquista. Ese es el espectro. Aquello que es lo más genuino acerca de la masculinidad es que es valiente. Es fuerte. Le encanta un riesgo y un desafío. Aquello que es lo más genuino o cierto acerca de la feminidad es que busca seguridad, protección, aislamiento. Tiene un instinto de seguridad. Eso es por diseño de Dios. Eso está incorporado en la constitución genética misma de los hombres y las mujeres.

Los grandes líderes siempre han tomado riesgos. Los grandes líderes, los grandes campeones, los grandes héroes de la historia humana son aquellos hombres que se juegan la vida por una gran causa. Son los grandes generales. Ganan grandes batallas. Son grandes soldados. En medio de la guerra, arriesgan su vida. Corren por el medio de campos minados. Capturan a cuarteles enemigos por sí mismos. Son los grandes misioneros como Stan Dale, quien finalmente se cayó después de que la quinceava flecha entró en su pecho. Pero no sino hasta ese momento.

Son los grandes científicos, que se aventuran en las áreas de gran riesgo. Los grandes desafíos para descubrir grandes cosas que pueden ayudar a la vida de la humanidad. Son los grandes hombres de negocios, empresarios, quienes inventan maneras increíbles de encontrar éxito. Son los grandes atletas que alcanzan grandes cosas porque les encanta el riesgo, les encanta el desafío. Si hay guerras, se aparecen en el campo de batalla. Si no hay guerras, tienen que aparecer en otro lugar. Quizás, aparecen al escalar el monte Everest. Nadie necesita escalar el monte Everest. Ni siquiera hay un buen restaurante en la cima. No hay nada ahí. No hay razón alguna para ir ahí, fuera de lo que ya han visto. Pero, algunas personas hacen eso.

Y si no hay aventura y riesgo incorporado en la naturaleza de la cultura, suben a la cima de una roca, aun si están parapléjicos, porque hay algo en un hombre que lo hace querer ese riesgo. El hombre real, el hombre que es un hombre real es un hombre al que le encanta el riesgo. Un hombre a quien le encanta un desafío, que quiere abrir la brecha.

Ahora, con todo eso en mente, pasen a 1 Corintios capítulo 16. Primera de Corintios capítulo 16. Pablo le escribe a los corintios, y esa Iglesia incluyó a hombres y mujeres, obviamente. Pero quiero que observe lo que él dice y después, quiero que me sigan para entender un principio muy interesante. Primera de Corintios 16:13, sólo quiero tomar una frase de aquí. No tenemos tiempo para el resto. Una frase, Primera de Corintios 16:13 dice esto a la mitad del versículo: “portaos,” ¿qué? “Varonilmente”. Portaos varonilmente.

Ahora, eso presenta una pregunta en mi mente tan pronto como lo leo. ¿Cuál es la pregunta? ¿Cómo nos portamos varonilmente? Todos debemos actuar como hombres, ¿cómo actúan los hombres? El verbo, permítanme decirles lo que el verbo significa en griego. El verbo significa conducirse de una manera valiente. Y es lo que llamamos una hapax legomenon, lo cual significa que es el único lugar en el Nuevo Testamento en el que aparece. Este verbo es usado sólo una vez en el Nuevo Testamento. Significa conducirse de una manera valiente. Por lo tanto, conducirse de una manera valiente es actuar como un hombre. ¿Cómo actúan los hombres? Son valientes, toman riesgos. Les encanta el desafío. Son conquistadores. Abren brecha, les encanta, lo buscan, lo desean, lo anhelan.

Notarán que frase sigue a esa: esforzaos. Portaos varonilmente y esforzaos. Entonces, ahí tienen la combinación de esas dos cosas. Portaos varonilmente. El verbo significa ser valiente, ser fuerte. Significa ser fuerte. Ahí tienen la valentía y la fortaleza que equivale a la fortaleza. Aquello que es lo más verdadero acerca de un hombre que es que tiene fortaleza.

Noten, si son tan amables, el versículo 14. Porque aquí está el equilibrio. “Todas vuestras cosas sean hechas,” ¿qué? “Con amor”. No puedes tener valentía y fortaleza sin un elemento de equilibrio. Y ese elemento de equilibrio es el amor. ¿Cómo actúan los hombres? Los hombres actúan con valentía. Los hombres actúan en fortaleza. Y a él se le debe recordar que lo debe hacer en amor. Los hombres no son débiles. Los hombres no vacilan. Los hombres no hacen concesiones. Los hombres no son derrotados. Los hombres no se deprimen, los hombres no son tímidos. A los hombres no les da miedo.

Cuando conoces a un hombre así, lo llamas un ¿qué? Un cobarde. Un cobarde. En inglés, hay una palabra que expresa la idea de cobarde. ¿Y saben de dónde se deriva esa palabra que expresa la idea de cobardía? Se deriva de una idea interesante. ¿Saben cómo los británicos llamaban a ese tipo de hombre? Un mojado. Mojado se traduciría. No sé de dónde lo sacaron, pero lo llamaban un mojado. Y alguien tomó mojado y otras palabras y terminaron con otra palabra en inglés. Y llamamos a ese tipo de persona un cobarde. Es la idea. Vacila, no tiene ninguna convicción, no quieren un desafío. Están algo así como deprimidos, son temerosos. Pero los hombres reales enfrentan la vida con fortaleza y con valentía. Les encanta enfrentar un desafío.

Ahora, para ver la riqueza de esta verdad aquí en 1 Corintios 16 tienes que ir al Antiguo Testamento. Ahora, sigan este pensamiento. Éste es el único lugar en el que este tipo de instrucción aparece en el Nuevo Testamento. Pero estas mismas palabras aparecen en el Antiguo Testamento, en la Septuaginta. Ahora, la Septuaginta es una traducción griega del Antiguo Testamento. Entonces, si queremos saber cómo es que esas personas en ese entonces vieron esa frase, lo vemos en el Antiguo Testamento griego.

Entonces, si tuviéramos una Septuaginta con nosotros, encontraríamos estos mismos términos en varios textos del Antiguo Testamento. Lo que significa es que podemos ir al Antiguo Testamento y obtener algo de información acerca de lo que todo esto significa. Cuando dice: portaos varonilmente, sean valientes y sean fuertes, vamos al Antiguo Testamento. Encontramos esas mismas frases usadas una y otra vez en el Antiguo Testamento. Y van a enriquecer nuestro entendimiento.

Entonces, tomen su Biblia, pasen a Deuteronomio capítulo 31. Deuteronomio, capítulo 31. Y vamos a movernos un poco rápido aquí, debido al tiempo. Pero quiero que sigan Deuteronomio 31. Moisés está hablando aquí a toda Israel. Y notarán en el versículo 6, y aquí encontramos este mismo tipo de términos. Y en el Antiguo Testamento griego, las mismas palabras que son usadas en 1 Corintios 16, son utilizadas. Versículo 6: “esforzaos y,” ¿qué? “Cobrad ánimo”. Ahí están esos dos términos de nuevo. Los mismos términos. “No temáis ni tengáis miedo de ellos”.

Ahora, aquí tiene la descripción misma de un hombre. Él es fuerte y valiente. Él no tiene miedo y él no tiembla. Cuando enfrenta a un enemigo, cuando él enfrenta a la dificultad, él le está diciendo al pueblo que van a cruzar y van a entrar a la tierra y no tienen que preocuparse por los amorreos y todo eso. Van a entrar ahí y necesitan ser fuertes y valientes. Así es como son los hombres. Actúen como hombres. ¿Por qué?

Siga en el versículo 6: “porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.” Ahora, ¿por qué debe ser fuerte y valiente? Porque ¿qué? Porque el Señor está contigo. Porque el Señor está contigo.

Vayan al versículo 23 del mismo capítulo: “Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate,” lo mismo. Cada vez que va a ser un líder necesitas fortaleza y valentía. Necesitas tener la fortaleza para enfrentar la dificultad y la valentía para enfrentarla. Eso es fortaleza. Así es como los hombres reales actúan.

Segunda de Samuel, capítulo 10. Segunda de Samuel capítulo 10, esto es fascinante. David y Joab. Versículo 9: “Viendo, pues, Joab que se le presentaba la batalla de frente y a la retaguardia, entresacó de todos los escogidos de Israel, y se puso en orden de batalla contra los sirios.” Aquí está un hombre en la batalla. Joab es el comandante de las fuerzas de David. ¿Y qué es lo que él dice? Versículo 11: “Y dijo: Si los sirios pudieren más que yo, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón pudieren más que tú, yo te daré ayuda.”

Y él está preparando el plan de batalla. Pero el versículo 12, ¿qué les dice a sus tropas? “Esfuérzate, y esforcémonos,” y seamos valientes. Aquí están esos dos mismos términos. Estamos enfrentando dificultad. Aquí estamos en una guerra. Debemos ser fuertes. Esto es, tener la capacidad de enfrentar con el enemigo. Valientes, con suficiente valentía como para confrontar; ser fuertes y valientes.

Primera de Reyes, capítulo 2. Primera de Reyes, capítulo 2. David está dándole instrucciones a su hijo Salomón. ¿Qué es lo que un padre le dice a su hijo? ¿Qué quiere un padre de su hijo? Versículo 1 de 1 Reyes 2: “Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo…” ¿Qué le dice un padre moribundo a su hijo? En primer lugar, a todo padre le gustaría que su hijo fuera un hombre. Un hombre de hombres. Entonces, él acerca a Salomón a su costado y, ¿qué le dice? “Yo sigo el camino de todos en la tierra;” en otras palabras, voy a morir como el resto de la gente. Esto es lo que quiero que hagas: “esfuérzate, y sé hombre.” Se fuerte, sé un hombre. “Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en Sus caminos, y observando Sus estatutos y mandamientos, Sus decretos y Sus testimonios,” haz lo que sabes que es lo correcto.

Y ahora, él está pasando de la dimensión militar, como vimos con Joab, a la dimensión espiritual. Él está diciendo “sé fuerte y valiente” en términos de fidelidad a Dios. Primera de Crónicas, capítulo 22. En Primera de Crónicas capítulo 22, versículo 11, David de nuevo hablándole a Salomón. “Ahora pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas prosperado, y edifiques casa a Jehová tu Dios, como él ha dicho de ti. Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jehová tu Dios. Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.” Sé fuerte y valiente. Así es como los hombres actúan. Así es como todo padre quiere que su hijo actúe. Fuerte y valiente.

Una vez más, Primera de Crónicas 28:20, David le habla otra vez a Salomón. “Entonces David le dijo a su hijo Salomón, en el capítulo 28, versículo 20, se fuerte y valiente, y escuche, y actúa.” Me encanta eso. Sé fuerte y valiente y actúa. “No temas ni desmayes porque Jehová tu Dios, mi Dios está contigo. Él no te dejaré ni te desamparará hasta que toda la obra para el servicio de la casa de Jehová se acabe.” Sé fuerte y valiente.

Segunda de Crónicas 32… Segunda de crónicas 32:1: “Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas. Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención de combatir a Jerusalén, tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron. Entonces se reunió mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría a través del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan? Después con ánimo resuelto edificó Ezequías todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, y también hizo muchas espadas y escudos. Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la ciudad, y habló al corazón de ellos,” ¿y qué dijo Ezequías?

Versículo 7: “Diciendo: Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él.” ¿Quién era el que estaba con él? ¿Quién era? Satanás. ¿Quién estaba con nosotros? Dios. Sean fuertes y valientes.

El Salmo 27, simplemente se lo menciono, no necesitan buscarlo. Salmo 27:14: “espera en Jehová, sé fuerte y aliéntese tu corazón. Sí, espera en Jehová.”

Ahora, acabamos de ver varias escrituras que nos dicen cuán importante es una frase en el Nuevo Testamento. Sean fuertes, actúen como hombres. Significa ser valiente, un hombre no cede al temor. Un hombre no cede a la intimidación. Un hombre no busca el lugar seguro. Una mujer, sí. Un hombre no busca el camino fácil, un hombre vive en base a principios. Un hombre vive en base a la valentía de su convicción. Él permanece fuerte en contra de la oposición. Él es valiente y él enfrenta desafíos. Eso es fortaleza varonil. Significa contender con la dificultad. Significa enfrentar un desafío. Significa enfrentar un enemigo. Significa soportar el dolor de una situación difícil. Significa aferrarse a la justicia. Significa aferrarse a los propósitos de Dios. Esta es la virtud que constituye a un hombre. Este es un hombre que es decisivo. Este es un hombre que va a arriesgar lo que sea por lo que cree por causa de lo que está en su corazón. Este es el hombre que arriesga por la verdad y arriesga por el principio, quien es valiente y fuerte.

Y damas, permítanme decirles algo: éste es el tipo de hombre que están buscando. Y caballeros, éste es el tipo de hombre que deben ser. Un hombre que es decisivo, un hombre que actúa como un hombre. Que es valiente. Y desde nuestro punto de vista, no sólo en el mundo social o en el mundo de los negocios o en el mundo de la economía, sino también en la dimensión espiritual. Encuentre a un hombre que es decisivo. Encuentre a un hombre que vive en base a la verdad y principios al punto en el que va a arriesgarse por ella. Encuentre a un hombre que puede ser desafiado en el punto de sus convicciones y no doblar la rodilla. Ése es un hombre.

Un pasaje del Antiguo Testamento para cerrar: Josué capítulo 1. Y quiero que pasen allí. Josué capítulo 1. Aquí está la palabra del Señor a Josué. Moisés ahora ya está muerto. Josué es el líder. Y quiero que observe los versículos 5 al 9 de Josué 1. Dios le habla a Josué: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida;” ¡hombre! ¡Qué afirmación! ¡Qué promesa! “Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.”

 Versículo 6: “Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.  Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente;” es la tercera vez que Dios le dijo esto a él, “no temas ni desmayes,” eso es lo opuesto, “porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”

Ahora, tres veces él le dice sé fuerte y sé valiente. Pero, ¿cuáles son los componentes que motivan a eso? ¿Que motiva a eso? Componente número uno, versículo 5, “así como estado con Moisés, estaré contigo. No te dejaré ni te desampararé”. El primer componente en ser fuerte y valiente es fe en la presencia de Dios. En la presencia de Dios. Cuando yo sé que Dios está presente conmigo, puedo enfrentar cualquier defecto desafío espiritual y saber que mayor es el que está en mí que el que está con ellos, ¿verdad? “Mayor es,” como dice el Nuevo Testamento, “el que está en vosotros que el que está” ¿qué? “En el mundo”.

Entonces, el primer componente de la fortaleza es fe en la presencia de Dios. Confianza en la presencia de Dios. El segundo está en el versículo 6. Esfuérzate y sé valiente. ¿Por qué? Porque tú le darás a este pueblo posesión de la tierra que yo juré a sus padres. Lo segundo que te da valentía y fortaleza no es sólo fe en la presencia de Dios sino, siga esto, fe en el propósito de Dios. Dios había prometido que Él daría a Canaán a Israel. Josué, Dios dice, tú sabes que la causa es la correcta. Si tú sabes que Dios está presente, y sabes que la causa es la correcta, esa es la sustancia de la valentía y la fortaleza. “Josué, tú sabes que le prometí a tus padres darles esta tierra. Entonces, puedes salir con valentía, sabiendo que no puedes ser derrotado.”

El tercer componente, versículos 7 y 8. “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que Mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.” Después, en el versículo 8 dice lo mismo de otra manera: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”

Este es otro componente muy importante. Confianza en, siga esto, la providencia soberana de Dios. Tienes confianza en la presencia de Dios, Él está ahí. Tienes confianza en el propósito de Dios, Él cumplirá Su plan. Tienes confianza en la providencia de Dios. Que Él está dirigiendo todo detalle de la vida para qué tú prosperes.

Permítanme decirles algo, jóvenes. Yo vivo en base a estos principios. Yo vivo en base a la realidad que puedo enfrentar cualquier desafío espiritual porque Dios está conmigo. La causa es justa y Dios va a dirigir todo acontecimiento en su providencia para cumplir Su propósito y éxito.

Y hay otro componente, versículo 9: “Mira que te mando.” “Mira que te mando.” ¿Qué es esto? Esto es reconocer tu deber. Reconocer que tú eres llamado a obedecer. Obediencia. Llamémoslo deber. Yo tengo el deber de ser fuerte y valiente. Debo hacer eso. Cuando yo confío en la presencia de Dios, cuando yo espero en los propósitos de Dios, cuando tengo confianza en la providencia de Dios, en que Él dirigirá todo detalle y cuando yo estoy sometido a mi deber espiritual, yo seré fuerte y valiente y me portaré varonilmente. Y se me manda hacer eso. Eso es un hombre.

Me sorprende ver cuántas personas en nuestra cultura creen que un hombre es algún tipo de macho sin principios. No es así. Como ustedes saben, Dios ha diseñado esto en nosotros. Dios ha diseñado que el hombre guie. ¿Y cómo es que un hombre va a ser el marido de una mujer y guiarla si no tiene un componente que se relaciona con ella? ¿Y cómo es que un hombre puede ser un padre en la perspectiva apropiada conforme él guía a la familia si él no puede tener alguna comprensión de sus hijas? ¿Y cómo es que un hombre va a guiar a la Iglesia si no entiende algo de la compasión y de la sensibilidad de una mujer? ¿Y cómo es que un hombre va estar en cualquier liderazgo la sociedad sino fuera de identificarse con este instinto de seguridad, con esa feminidad hasta cierto punto?

Creo que las diferencias entre los hombres y las mujeres no son un resultado de alguna neblina que está flotando en el aire. No es eso. Bueno, las niñas simplemente resultan ser niñas. No. Es genético. Está constituido en sus genes. Es nuestra responsabilidad guiar. Y esa es la razón por la que dice, ‘portaos varonilmente, sean fuertes, pero hagan todo lo que hagan en amor.’ Dios ha constituido en la genética de un hombre un componente para hacerlo capaz de enfrentar desafíos y enfrentar riesgos. ¿Por qué? Porque él es el protector de su esposa. Él es el proveedor.

Oigan, vivimos en un mundo libre de riesgos, ¿verdad? ¿Qué arriesgamos? ¿Qué arriesgas? Te metes en tu pequeño auto, te pones el cinturón de seguridad y espera a que, si tienes un accidente, un globo enorme se infle en tu cara para que nada te lastime. ¿Qué riesgo? Si te enfermas, tienes seguro médico. Si tienes un trabajo, no te pueden despedir, de lo contrario el sindicato va a demandar a tu jefe. No tienes que salir a cazar tu comida. No estás caminando por la jungla tratando de encontrar algo que comer. No estás construyendo con tus manos una casa en el medio del desierto. Este es un mundo libre de riesgos. Tu riesgo más grande es que no te asfixies con tu spray para el cabello, ¿verdad? ¿Dónde está el riesgo?

¿Saben lo que sucede? ¿Saben lo que sucede en una sociedad libre de riesgos? No produces hombres. No produces hombres. Produces cobardes, por un lado, u hombres artificiales por otro corriendo por todos lados, golpeándose el pecho. No tienen idea de lo que es la masculinidad. Lo cual es vivir en base a principios.

¡Qué pena que sólo me quedan tres minutos! Tengo mucho más que decir. No sabemos lo que es el riesgo. Las únicas personas que realmente creo que saben lo que es el riesgo somos algunos de nosotros que vivimos como cristianos en la batalla espiritual en la que viven los cristianos. El diseño de Dios para los hombres es que ellos desafían. Ellos saben cómo guiar. Ése es un hombre. Eso está constituido en ellos. Y tenemos que proteger a las mujeres y tenemos que proveer para ellas. Y tenemos que aislarlas y permitir que ellas tengan la oportunidad de estar en un lugar en donde pueden ellas ser todo lo que Dios quiere que sean siendo protegidas. Esa es la razón por la que ves que el matrimonio es comparado a Cristo y a Su Iglesia. Cristo es el Salvador, el protector; y la Iglesia es la que es salvada y protegida. Somos la novia, Él es el marido.

Los hombres que son hombres son personas de convicción espiritual que pueden enfrentar un desafío espiritual y no doblar la rodilla. Dice, ¿por qué estás diciendo esto? Esto debe ser dado sólo a los hombres. No. Recuerde, 1 Corintios fue escrito a hombres y mujeres, ¿verdad?

Entonces, permítame cerrar al decir esto. Los hombres y las mujeres en la actualidad, todos ustedes deben ser fuertes y valientes en la dimensión espiritual, ¿verdad? Todos ustedes. Él no sólo les está hablando a los hombres. Todos debemos hacer eso. Todos enfrentamos tentación a hacer concesiones; y lo enfrentamos con convicción, valentía y permanecemos firmes. Van a salir de esta escuela en dos semanas y van a llegar al verano; y van a estar en una situación en la que se verán tentados a hacer concesiones. Van a tener que actuar como hombres, van a tener que ser fuertes y valientes. ¿Y van a recordar que Dios está presente? ¿Van a recordar que Dios ha establecido Su propósito y, si eres obediente a Él, van a prosperar? ¿Van a recordar que Dios providencialmente está dirigiendo inclusive las cosas difíciles de sus vidas para Su propia gloria? ¿Y van a recordar que son llamados al deber o van a hacer concesiones? Si actúan como hombres, van a ser fuertes y valientes. Si van a ser tentados a tolerar la enseñanza y conducta y puntos de vista en otros que han afirmado como inaceptables, ¿van a doblar la rodilla ante eso o van a ser firmes y resistir? ¿Van a verse tentados a romper sus votos? Durante sus devociones este año, quizás en la capilla o en clase o en algún servicio de la Iglesia, han hecho algunas promesas a Dios acerca de cómo quieren vivir. ¿Van a irse a casa y romper esas promesas y romper esos votos bajo la presión o van a actuar como un hombre, fuertes y valientes?

Oro todo el tiempo para que Dios coloque a hombres así en nuestro campus, porque las damas necesitan aprender de ese tipo de hombres a cómo actuar. ¿Van a verse tentados a pecar? ¿Van a verse tentados a violar la Palabra de Dios? ¿Inclusive la parte de lo que conocen muy bien? ¿Cómo van a actuar? Van a actuar como un hombre. Van a poder decir cuando el verano acabe y regresen y digan lo que Pablo dijo, escuchen sus palabras, 2 Corintios 1:12: “porque nuestra confianza orgullosa es ésta, el testimonio de nuestra conciencia que, en santidad y sinceridad piadosa, no en sabiduría carnal, sino en la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo.” ¡Qué afirmación! Nuestra confianza orgullosa es esta, que nos hemos conducido en el mundo en santidad y sinceridad piadosa. Él llegó al final de su vida y dijo: “he peleado la buena batalla,” ¿verdad? He acabado la carrera, he guardado la fe. Dicho en otras palabras, he actuado como un hombre.

Mi oración por ustedes, conforme salen este verano, es que simplemente hagan eso: actúen con valentía espiritual. Valentía a partir de sus convicciones, de lo que saben que está bien. Y al actuar como un hombre, vean que son prosperados y tengan buen éxito y le den toda la gloria a Dios.

 

 

 

 

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